Disclaimer: Los personajes, lugares y hechizos, son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la traducción y publicación de esta historia.
Traducción autorizada de A Forward Path por umbrellaless22 en AO3
CAPÍTULO LVII
Draco, como era de esperar, no se guardó sus sentimientos sobre el metro.
—Esto es una lata que nos llevará a una muerte segura. —siseó, mirando a Harry como si lo hubiera engañado de alguna manera.
—No vamos a Aparecernos en Surrey en pleno día, especialmente durante las vacaciones, cuando la mitad del vecindario estará asomándose a sus ventanas en lugar de ir a trabajar —le recordó Harry—. Además, te dije que lo odiarías y que no tenías que venir conmigo.
—Podrías haber organizado un Traslador.
— ¡Eso seguiría implicando que nos materializáramos frente a una taberna muggle! Y además, no se me ocurrió cuando supe que podíamos tomar el metro.
—Podría haber obliviado a los espectadores.
—No, amor, tratamos de no obliviar a los muggles si podemos evitarlo, ¿recuerdas?
—Menudo nuevo orden mundial estás inaugurando —resopló Draco, poco impresionado, y luego arrugó sus delicadas facciones con desagrado—. Hay algunos olores con los que podría haber vivido toda mi vida sin olerlos, Potter, y este ondulante medio de transporte con su olor estaba en lo alto de esa lista.
—Eres un snob increíble. —se maravilló Harry.
—Espero que esto no sea una novedad para ti —replicó Malfoy, emitiendo un pequeño chillido mientras el metro avanzaba a trompicones alejándose del andén. Chocó con Harry, quien le puso una mano en el brazo para estabilizarlo. Harry se rio, con muchas ganas de mantener la mano allí, o mejor aún, de hacer que Draco se acercara, pero se sentía inseguro en el Londres muggle, especialmente a medida que se acercaban a los suburbios. No quería llamar la atención innecesariamente, y ciertamente no confiaba en no responder si alguien amenazaba a Draco.
— ¿Todo bien ahí? —preguntó.
Draco se debatía entre perder el equilibrio y tener que tocar la barandilla por encima de él. Otra sacudida, y se conformó infelizmente con lo segundo y Harry dejó caer su mano de mala gana.
—Nunca más —juró Malfoy—, más vale que tu primo sea alguien sumamente interesante.
Dudley estaba merodeando fuera del pub acordado. Llevaba el pelo cortado a ras del cuero cabelludo y, Merlín, ya no parecía un niño, sino un gran muro imponente de hombre. Había una chica extremadamente delgada y muy maquillada con expresión nerviosa rondando su codo.
—Hola —les saludó Harry, cuando se acercaron. Harry se acercó a dar un apretón de manos justo cuando Dudley se acercó a dar un abrazo y entonces se produjo la risa incómoda y el reacomodo de los miembros que terminó en un abrazo truncado y rebuscado—. Eh, Dudley, este es Draco; Draco, Dudley.
Harry había pensado que lo mejor era advertir a Dudley de antemano sobre lo de salir con un tío. Supuso que, si Dudley iba a ser un estúpido al respecto, entonces no se molestaría en quedar con él. Para su sorpresa, la nota con la que Pigwidgeon había reaparecido decía simplemente: "Bueno, Harry, espero conocerlo, entonces". Los dos chicos rubios se dieron la mano, y entonces Dudley se aclaró la garganta y presentó a la chica, Tanya, como su novia. Harry y Draco le estrecharon la mano también, y luego entraron en el pub y encontraron una mesa.
—Así que, eh, ¿cómo van las cosas? ¿Qué haces este año? ¿Sigues en el colegio o ya has terminado? —preguntó Dudley, después de que pidieran las pintas.
—Hm, veo que ustedes son muy amigos. —murmuró Draco, y Harry le dio un codazo.
—Eh… —dijo Harry, mirando significativamente a Tanya.
—Está bien —dijo Dudley rápidamente—. Tanya sabe todo eso.
—Mis hermanastras son todas brujas. —explicó la chica.
Harry se quedó perplejo.
—Brujas... tipo, ¿como los chamanes, o sólo malas personas?
La chica se rio.
—No, no, mágicas. Como tú. Dudley y yo nos conocimos en un grupo de apoyo.
—Lo siento, ¿qué?
—Para gente no mágica que quiere ser mágica.
Era la primera vez que Harry oía que Dudley quería ser mago.
—No es fácil para nosotros estar cerca de los magos cuando somos niños, sólo para que los lleven a la escuela de magia a los once años —continuó Tanya—, mis hermanastras son gemelas y yo estaba muy celosa, y también me sentía sola. De repente, mis dos mejores compañeras se habían ido y tuve que decirle a todo el mundo en la escuela que mis padres habían decidido enviarlas a ellas a un internado y no a mí.
— ¿A qué colegio? —preguntó Draco, fijándose en lo que era la parte menos importante de las palabras de Tanya, a juicio de Harry.
—Oh, nunca puedo recordar el nombre, pero está en el continente. Mi padrastro es polaco.
Draco empezó a recitar nombres de escuelas de magia de las que Harry nunca había oído hablar, pero Tanya empezó a parecer abrumada, así que Harry le puso una mano en el antebrazo para que lo dejara.
—Acabo de empezar a ir a las reuniones en junio —dijo Dudley, mientras llegaban sus pintas—. Gracias —dijo al camarero—, y sinceramente, creo que, si lo hubiera tenido de niño, o mamá especialmente, nos habría venido muy bien.
— ¿Ah sí? —preguntó Harry, tratando de disimular su desconcierto.
—Oh, definitivamente —le aseguró Dudley—, realmente me ha enseñado a celebrar nuestras diferencias.
— ¿Lo ha hecho? —Harry se atragantó, tratando de evitar que se le salieran los ojos y cayeran en la espuma de su cerveza.
— ¿Y de qué tipo de temas hablan en...? —empezó Draco.
—Simplemente lo llamamos AM —le informó Tanya—. Amantes de la Magia.
— ¿AM? —repitió Malfoy, dudoso.
—Oh, es un montón de cosas —dijo Dudley, emocionado—. Todas las formas en que el mundo mágico y el mundo normal están interconectados, y las áreas de colaboración. Sobre todo, hablamos de nuestros, ya sabes, nuestros viajes.
— ¿Sus... viajes? —Harry apenas podía reconocer al chico sentado frente a él.
—Oh, todo suena un poco sensiblero, pero simplemente lidiar con esas reacciones: celos, resentimiento, aislamiento e incertidumbre. Aprender que hay todo un mundo ahí fuera del que no llegas a formar parte.
—Yo... puedo ver cómo eso habría sido extraño para ti. —consideró Harry.
—Lo fue —estuvo de acuerdo Dudley—. Pero realmente ayuda tener a Tanya y a todos los compañeros del AM que he hecho. El mero hecho de saber que hay otras personas como yo, gente que tuvo que lidiar con la vergüenza, el estigma de tener un mago o bruja en la familia, significa mucho. Mamá y papá eran especialmente malos por eso —dijo Dudley con gravedad—. He intentado que mamá venga conmigo, pero... bueno, ya sabes cómo es.
Harry se rio amargamente detrás de su pinta de cerveza.
—Es un poco exagerado decir que tu madre tenía algo parecido al afecto hacia mí.
Sintió la mano de Draco en su pierna, dándole un cálido consuelo justo cuando Dudley extendió un gigantesco brazo de gorila a través de la mesa, y apretó el hombro de Harry.
—Lo siento —dijo, con seriedad—, me he enterado un poco más de por qué tuvimos que escondernos el año pasado. No tenías que vigilarnos, no tenías ninguna razón para querer protegernos, pero te aseguraste de cuidarnos, de todos modos.
Harry se encogió de hombros, dejando caer su mano sobre la de Draco, necesitando algo a lo que aferrarse.
—Bueno, eras un objetivo obvio.
—Fue muy decente por tu parte —insistió Dudley—, especialmente después de, bueno. Todo. No te dimos mucho hogar.
—En realidad es bastante común —dijo Tanya—, la magia puede dividir mucho a las familias. Los niños mágicos son rechazados, o los niños normales, dependiendo de la dinámica. Puede ser un poco frustrante. No estoy segura de que hablara con mis hermanastras si no fuera por el AM, pero ahora tenemos una relación maravillosa. Incluso me regalaron una lechuza en mi último cumpleaños para que pudiera escribirles.
—Es una pena tener que usar lechuzas públicas. —se compadeció Draco amablemente.
—Perdona a Draco —dijo Harry—, todavía está aprendiendo.
— ¿Qué estoy aprendiendo todavía? —insistió Draco, horrorizado.
—Los muggles no usan lechuzas. —dijo Harry.
— ¿Por qué no? Las lechuzas no son mágicas, son aves.
—Eh... —Tanya interrumpió antes de que Harry pudiera llegar a una explicación sobre el servicio postal— En realidad no nos gusta esa palabra.
— ¿Perdón? —preguntó Harry.
— ¿La palabra con M? —dijo Tanya, haciéndole una extraña y amistosa mueca— Preferimos el término "normal" o "no mágico".
— ¿Por qué ustedes tienen que ser normales? —replicó Draco.
—Draco —advirtió Harry—. No importa. Estamos felices de usar cualquier término que haga que Dudley y Tanya se sientan cómodos.
—Ese es realmente un buen punto, Draco —dijo Tanya contemplativamente. Comenzó a asentir lentamente, con voz sincera—. ¿Sabes qué? Voy a sacar el tema en nuestra próxima reunión. Todo realmente pinta a los magos y brujas como anormales, ¿no es así? Y ese es justo el tipo de estigmatización que esperamos evitar.
Harry le dedicó una sonrisa sosa, sin saber qué pensar de todo esto, y cambió de tema.
Harry y Draco pasaron esa noche, la última de vacaciones, juntos en Grimmauld Place. El resto de la visita con Dudley había sido extraño, pero no desagradable. Dudley estaba manteniéndose al día con su boxeo, Tanya parecía dispuesta a involucrarse en la administración del AM cuando se graduara. Harry no había preguntado por sus tíos.
Draco había citado a Tanya durante todo el camino a casa.
—En realidad es una bendición vivir sin magia, ¿sabes? —había repetido con sorna— Demuestra el ingenio del espíritu humano, ¡sólo mira lo que hemos creado sin magia! —Draco había agitado una mano entusiasta hacia el interior del metro, su burla era evidente.
Harry se había reído afectuosamente, pero luego había admitido:
—Me pareció un poco dulce. Bienintencionada, y la verdad es que nunca pensé mucho en lo que son los hermanos en casa. Yo llenaba a mi tía de tanto rencor, que creo que ha manchado toda su vida. Trataba la magia como si fuera, no una enfermedad, sino un defecto moral, una corrupción que quería arrancar de raíz.
—Parece una mujer encantadora. —había comentado Draco con sarcasmo.
—Ignorancia y rencor —había observado Harry—, es una combinación peligrosa.
Draco insistió en que se duchasen al volver a casa, convencido de que exponerse la suciedad del metro era un asunto que necesitaba atención urgente. Harry se alegró de que lo acorralaran en la ducha si eso significaba que Draco estaba con él. Bajo el chorro caliente, rodeó a Draco con los brazos y lo acercó.
—Merlín, te he echado de menos. —admitió.
—Me viste mucho durante las vacaciones —le recordó Draco, restregando perezosamente un champú de olor cítrico en el pelo de Harry. Harry no lo reconoció. Sospechó que el reemplazo podría ser el destino de la mayoría de sus artículos de tocador, pero encontró que no le importaba—. Más de lo que cualquiera de nosotros esperaba.
—No fue suficiente. —refunfuñó Harry.
Draco apartó el pelo mojado de Harry de su cara, estudiándolo. Lo besó entonces, sus manos cayeron sobre la cintura de Harry, acercándolo. Harry saboreó la proximidad, el contacto familiar de sus cuerpos. Draco rompió el beso, el aire pasó como un fantasma sobre los labios de Harry, el dulce olor del pomelo los envolvió.
—No —convino—, nunca lo es.
...
¡Gracias por leer!
