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Año nuevo

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Kakashi esperaba los fuegos artificiales sentado la ladera que daba al rio. Era un espectáculo que por alguna razón nunca se perdía. Y siempre se alejaba de todo el mundo, que prefería ir a una zona más alta, para verlos desde ese lugar.

-Bonitas vistas –comenta Sakura desde la parte alta de la ladera.

Kakashi deja de observar el cielo para mirarla a ella. Vestía un bonito kimono tradicional, algo bastante inusual en ella.

-¿Dónde has dejado a tus compañeros? –pregunta levantándose para inclinarse hacía adelante y saludarla como si fuera de la realeza.

-Les pedí que se adelantaran. Te he visto aquí abajo y quise venir a saludar. ¿Qué haces aquí? –pregunta comenzando a bajar con dificultad debido a la indumentaria y el calzado tradicional.

-Todos los años vengo a ver los fuegos artificiales aquí –aclara adelantándose y ofreciéndole la mano para que se apoyara en él y pudiera bajar hasta la orilla del río sin problemas.

-¿Todos los años vienes aquí solo?

-Sí.

-¿Qué has escrito en tu ema? –pregunta Sakura cambiando de tema y descalzándose para estar más cómoda.

-No acostumbro a pedir deseos. Creo que las cosas que uno quiere tiene que hacer por conseguirlas. No vienen sólo por pedirlas.

-Mmm… llevas razón. Pero es una bonita tradición. Yo he pedido que se cumplan los deseos de los demás.

-Eso es como pedir la paz. ¿No quieres nada para ti?

-Lo que quiero para mí voy a conseguirlo por mi misma –responde con determinación.

Sakura se da cuenta de que Kakashi no le quita la vista de encima y da un giro de 360 grados para dejarse ver.

-¿Cómo me veo?

-Preciosa.

-Gracias, tú tampoco estás mal.

-Llevo el uniforme de siempre.

-Bueno, el uniforme te queda bien –sentencia sentándose donde estaba él hacía unos minutos.

-Gracias. -Kakashi se sienta junto a ella y ambos quedan mirando el cielo-, ¿Y qué es lo que quieres para el nuevo año? –pregunta con curiosidad sin quitar la vista del cielo.

-Quiero encontrar el valor para hacer las cosas que no he sido capaz hasta ahora –responde también sin dejar de mirar al cielo.

-¿Por ejemplo?

-Por ejemplo… reconocer mis sentimientos.

-Mmm. Eso está bien.

-Me lo vas a poner difícil, ¿verdad? –pregunta sonriendo.

Kakashi sonríe bajo la máscara.

-Vamos al templo –dice Kakashi levantándose abruptamente.

-¿Qué? –pregunta totalmente confundida por el cambio de tema a la vez que se levanta para sujetarle de la camiseta.

-Quiero escribir un deseo en una de esas tablillas –responde bajando la mirada a la mano de Sakura que sujeta su camiseta.

-¿Quieres escribir un deseo ahora? –pregunta soltándole al ver cómo la mira.

-Sí.

-¿Qué vas a pedir?

-Voy a pedir que encuentres el valor que estás buscando –responde serio.

-Kakashi no eres gracioso.

-Entonces pediré encontrarlo yo, ¿qué te parece?

-Tarde.

-¿Tarde? –pregunta divertido.

-Ya lo encontré yo, estoy aquí, ¿no?

-¿Te he dicho que estás preciosa con ese kimono?

-Sí. Y no me robes el momento.

-¿Robar?

-He dicho que he encontrado el valor. Ahora no vayas de lanzado cuando ya lo tienes hecho.

-¿Tenerlo hecho? Tú lo tienes hecho. Hace más de un mes que te dije que me tienes loco –comenta gracioso.

-No me dijiste exactamente eso.

Kakashi estalla en carcajadas.

-¡Córtate! Déjame terminar antes de reírte de mí –pide Sakura avergonzada.

-Tú sí que te reíste de mí –se queja riendo.

-¡Pensé que lo decías de broma! Nunca habría imaginado que estuvieras enamorado de mí.

-¿Y cuándo he bromeado yo con algo así? –pregunta todavía riendo.

-No lo sé. ¡No te vas declarando a mujeres delante mía!

-Exacto. No lo hago. Porque me lo tomo en serio.

-Ya te pedí perdón.

Aunque el contenido es el de una discusión ambos tienen el tono de una conversación amena e incluso divertida. Kakashi no deja de reír lo deja a Sakura más avergonzada todavía.

-¿Y ahora vienes a declararme tu amor? Quizás es tarde –exclama mirándola haciéndose el interesante.

-No eres gracioso.

-Lo soy. Pero no quieres verlo.

-¿Vas a dejarme seguir?

-Vale, vale, perdona –se disculpa deteniendo las risas.

-¿Por donde iba?

-Por el valor.

-Kakashi…

-¿Sí?

-¿Te bajarías la máscara para mí?

-¿Vienes a pedirme algo? ¿Es todo lo que quieres de mí?

-Es un comienzo.

-Es decepcionante.

-Eres idiota.

-Lo sé.

-¿Te la bajarás?

-Bájamela tú.

Sakura estira la mano para bajar la máscara pero Kakashi retrocede.

-¡Eh! –se queja la pelirrosa.

-No he dicho que fuera a dejarte.

-Eres lo peor.

-Has pedido que no vaya de lanzado. No veo ventajas en dejarme bajar la máscara.

-Es el primer paso.

-¿Primer paso para qué?

-Para poder besarte.

-Eso suena más interesante.

-Sabes que es lo que pretendía.

-No. Estás siendo muy confusa. No dices las cosas claras. Quieres valor, bajarme la máscara… no entiendo nada –comenta haciéndose el tonto-. Yo te dije claramente que estoy enamorado de ti y quería que me dieras una oportunidad para demostrarte que puede funcionar.

-Pues aquí estoy. Dándotela.

-De eso hace un mes. Quizás ya no quiera.

-¿No quieres? –pregunta Sakura aún a sabiendas de que sólo bromea.

-No lo sé. Debo pensarlo –dice con retintín-. Es lo que tú dijiste.

-Siento si te he hecho daño.

-No es eso. Sólo te hago de rabiar. Entiendo que te pillara por sorpresa. Estás preciosa con ese kimono.

-Kakashi.

-¿Sí?

-¿Qué te parece si dejas de hacer el tonto y nos besamos?

-Me parece una buena idea. ¿Puedo agarrarte por la cintura o es ir de lanzado?

-Puedes agarrarme por la cintura.

-Estás realmente preciosa con ese kimono.

-Eso ya lo has dicho.

-Es la primera vez que te veo con algo así.

-En realidad me lo puse pensando en venir a buscarte.

-Es mentira. No sabías que estaba aquí. Fue casualidad.

-Seguro. Estás al extremo contrario de la aldea desde donde la gente ve los fuegos, ¿cómo pude haberte encontrado de casualidad?

-Mmm… así que me estabas buscando –acepta tomándola por la cintura y tirando para pegarla a él.

-Tuve ayuda.

La mira interrogante. Sakura señala a su espalda donde Pakkun les mira con desgana.

-Vaya. Que chivato –exclama Kakashi.

-Dale las gracias en vez de regañarle.

-En otro momento. ¿Y a qué has venido?

-Ya lo sabes.

-Quiero oírlo.

-No me lo estás poniendo fácil.

-Lo tienes mucho más fácil de lo que lo tuve yo.

-Kakashi…

-¿Sí?

-Me gustas.

-¿Te gusto?

-Sí.

-Me gusta gustarte.

-¿Y ahora?

-Ahora es cuando te beso.

-¿Seguro? ¿No quieres seguir diciendo tonterías? –pregunta Sakura con sorna.

-Mmm, creo que no. Prefiero besarte.

Kakashi se baja la máscara a la vez que se inclina sobre Sakura para besarla. La sujeta por la cintura y poco a poco la obliga a recostarse contra el césped.

En ese momento empiezan los fuegos artificiales.

Sakura rodea el cuello de Kakashi con sus brazos para no dejarle ir, aunque tampoco parece que esté entre sus planes escaparse.

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*Las Ema son pequeñas placas de madera en las que los fieles de los santuarios sintoístas escriben sus oraciones o deseos y posteriormente las dejan colgando en un sitio especialmente dedicado para ello en el propio templo para que los kami venerados en ellos las pueda leer. De hecho también es posible que las encontréis en los templos budistas, una tradición heredada de cuando las dos religiones muchas veces eran casi indistinguibles la una de la otra.

Fuente: descubrirjapon /punto/ com