·

:::::

Otoño

:::::

Un par de días antes.

-He terminado. ¿Necesitas ayuda? –pregunta Sakura dejando una pila de papeles sobre la mesa del Hokage.

-No. Puedes irte –responde Kakashi estirando los brazos por encima de su cabeza intentando desentumecerse un poco.

-¿Seguro? No tengo nada que hacer. Puedo quedarme a echarte una mano.

-No es necesario. Llevas todo el día aquí ayudándome. Te lo agradezco, pero debes estar cansada.

-¿Te quedarás toda la noche de nuevo?

-Espero que no. En cuanto termine con esto me iré –explica señalando dos grandes torres de papeleo.

-Eso es mucho. Déjame ayudarte.

-Mañana tienes turno en el hospital, vete a dormir.

-Mañana tendrás mucho más papeleo. No terminarás nunca si no dejas que te ayuden.

Sakura sonríe y coge una nueva pila de papeles.

-Yo revisaré estos. Tú encargarte de esos –pide sentándose en la silla junto al Hokage.

-Arigato –agradece sonriendo a través de la mirada mientras toma un nuevo papel.

Sakura se levanta y abre una ventana para dejar entrar algo de aíre, se queda mirando a la calle, ahora sólo iluminada por algunos farolillos.

-Se hace tarde, deberíamos irnos. Mañana le pediré ayuda a Shikamaru –comenta levantándose y acercándose a ella.

-No tengo sueño. Podemos terminar.

-¿Y hambre?

Sakura se gira para verle intentando adivinar sus intenciones.

-Me muero de hambre. Podemos pedir algo.

-A estas horas todos los sitios estarán cerrados. Te invito a cenar por haberme ayudado –ofrece Kakashi mirando también hacia la calle.

-¿Dónde?

-En mi casa.

-¿Cocinarás tú? –pregunta Sakura incrédula.

-Oye, no sería la primera vez que cocino para ti –exclama dolido-. En más de una misión, cuando erais unos críos, me ha tocado preparar la comida.

-Sí… arroz hervido y huevo cocido no creo que pueda considerarse preparar comida –comenta riendo y dándole un pequeño empujón con el codo.

-Si no quieres puedes irte a casa y cocinar tú misma.

-No he dicho que no quiera. Acepto la invitación.

-¿Segura? ¿No temes que te envenene?

-Naaa. Sigues vivo después de todos estos años tú solo. Algo bien debes estar haciendo.

Kakashi la mira sin saber si sentirse halagado o herido. Decide no pensarlo mucho, abre la puerta del despacho y la deja salir antes de cerrar tras de sí.

Ya en la calle Sakura nota el frio, se abraza a si misma y observa la oscuridad de la noche a su alrededor. Es bastante tarde y las calles están muy solitarias, la mayoría de la gente ya duerme. Por lo que hablan poco, y lo poco que hablan es en susurros. No quieren molestar a nadie.

-Sé que estás hasta arriba de trabajo, pero… ¿cómo se siente ser Hokage?

-¿Debería sentir algo diferente?

-Supongo. Eres el gran jefe de esta aldea.

-Jefe no es una palabra que me guste.

-Todos confían en ti y dependen de tus decisiones.

-No ha cambiado nada. Excepto que ahora en vez de ir a misiones, mando a la gente de misiones. Me gustaba más antes.

-Entonces, ¿no eres feliz?

-No es eso. No sé. Antes era todo más sencillo.

-¿Desde cuando algo de lo que te rodea es sencillo?

Kakashi se detiene y la mira fijamente.

-¿Qué quieres decir?

-No sé, siempre has sido misterioso y complicado –responde Sakura deteniéndose también.

-¿Complicado?

-Es difícil conocerte.

-No lo es.

-Sí. Lo es. Pero no importa. Ya son muchos años Kakashi. Sabemos que eres así.

-¿Así cómo?

-Pues algo cerrado para tus cosas. Nunca dejas a los demás que sepan nada de ti.

-Eso no es verdad.

-Kakashi… ni siquiera sé cuando es tu cumpleaños.

-Podrías haberlo mirado cuando hubieras querido entre las fichas que hay en la oficina Hokage.

-No. Nunca rebuscaría información tuya sin tu permiso.

-No hace tanto que me espiabais para intentar verme la cara.

Sakura rompe a reír en mitad de la calle.

-¿Qué no hace tanto? Hace más de una década. Éramos unos críos. Antes sólo te tenía miedo. Ahora te respeto.

-¿Respeto?

-Sí. Ya no eres mi profesor, ese que nos miraba mal para aterrorizarnos.

-¿He perdido ese poder? –pregunta retomando el paso.

-Me temo que sí –responde Sakura siguiéndole.

-Una lastima.

-Es mejor. Ahora sabes que si hacemos algo, es porque nos apetece.

-Aja.

-Kakashi… aunque lo pones difícil te has hecho querer.

-Esto va a peor –comenta con falsa indignación.

-No te hagas el duro.

-Creo que mi imagen se está arruinando. Mejor démonos prisa.

Sakura vuelve a reírse mientras le da un par de golpecitos en el hombro.

-Tranquilo, nadie se atrevería a meterse contigo. Ahora eres el Hokage. Eso también infunde respeto y cierto temor.

-Me gustaba cuando era yo quien infundía miedo, no mi cargo.

-Ensaya un poco esa nueva mirada tuya. Lo conseguirás.

-No, es imposible. Sin el sharingan ha perdido poder –comenta en broma.

-Que va. Cuando miras con esos ojos oscuros medio entornados y con odio transmites mucho. Acojonarías a cualquiera.

-¿Eso crees?

-Sí.

Kakashi se detiene y se gira para mirar a Sakura con esa mirada de la que hablan.

Sakura sonríe.

-No te veo "acojonada", como has dicho.

-Conmigo no funciona. Sé que no me harás nada.

-Entonces no sirve de nada. Estoy perdido.

-Será.

Los dos caminan, uno junto al otro hasta la casa de Kakashi.

-Adelante –indica abriendo la puerta y dejándola pasar primero.

-Gracias.

Sakura se detiene en el salón para dejar pasar a Kakashi al que sigue hasta la cocina.

-¿Qué me harás de cenar?

-Había pensado en ramen.

-¿Ahora eres Naruto?

-¿No te gusta?

-No lo sé. Nunca probé tu ramen.

-Me sale bien.

-Genial entonces. ¿Puedo ayudarte?

-No sé. ¿Eres buena en la cocina?

-Apenas llevo un año viviendo sola y entre el trabajo en el hospital y todos los marrones que cierto Hokage me impone, no he tenido mucho tiempo para cocinar.

Kakashi deja escapar una carcajada.

-Será mejor que vayas al salón. No tardaré mucho.

-¿Seguro?

-Sí. Puedo apañármelas solo. Ve a sentarte.

-Está bien.

De vuelta en el salón Sakura recorre con la vista las pocas pertenencias de Kakashi.

No había mucho que ver.

-A parte de tus libros, no tienes muchas cosas –grita desde el salón para que él la oiga.

-No soy un tipo materialista –responde desde la cocina.

Sakura toma uno de los libros y se sienta en el sofá mientras comienza a ojearlo.

Al rato Kakashi aparece en el salón con un par de cuencos.

-¿Cenamos? –pregunta dejándolos sobre una mesita baja.

-Claro, ¿de qué es? –pregunta sin dejar el libro.

-De todo un poco. He ido cogiendo restos del frigorífico. Lo mejor de lo mejor.

-Ya veo. Seguro que está riquísimo –comenta con ironía.

Sakura se sienta en la mesa sin soltar el libro mientras Kakashi la mira fijamente.

-¿Sucede algo? –pregunta ante la mirada de él.

-¿No vas a soltar el libro?

-Estoy leyéndolo. Siempre has querido que lo lea, ¿no?

-Te agradecería que no lo hicieras mientras comes.

-No voy a mancharlo.

-Es una edición especial.

-Mmmmm. ¿Qué pasaría si accidentalmente cayera un poco de sopa sobre él?

-Tendría que matarte –comenta poniendo de nuevo la cara de terror de la que antes habían hablado.

-Ya sabes que eso no funciona conmigo. Se puede volver a comprar.

Kakashi se pone en pie, Sakura le imita levantando el libro por encima de su cabeza.

-Es difícil de conseguir –explica acercándose a ella y estirando su brazo también por encima de la cabeza de Sakura.

-¿Cómo de difícil? –vuelve a preguntar poniéndose de puntillas y echando el brazo hacia atrás para impedir que Kakashi alcance el libro.

-Muy difícil.

-Seguro que soy capaz de encontrar otro igual.

-Es imposible –Kakashi está apunto de coger el libro, pero Sakura consigue escaparse agachándose y pasando a su espalda.

-Esa es una afirmación muy rotunda, ¿qué lo convierte en imposible de encontrar? –pregunta ojeando rápidamente sus páginas mientras camina hacia atrás alejándose de Kakashi.

-La firma de Jiraiya –comenta acorralándola contra la pared mientras ella esconde el libro a su espalda. Él se pega más a Sakura y pasa una de sus manos por la espalda de ella.

-¿Tiene la firma de Jiraiya? –pregunta seria volviendo a pasar el libro por encima de sus cabezas para que Kakashi no pueda cogerlo.

-No. En verdad no.

En ese momento Kakashi lleva una de sus manos a la cadera de ella para pegarla contra la pared completamente.

-¿Entonces por qué es tan especial? –pregunta Sakura sin darle importancia a la mano sobre su cadera.

-Me lo regalo Jiraiya, y eso si es verdad.

-Mmmm, es un buen motivo. Está bien, te concedo su exclusividad. Te lo devuelvo –anuncia bajando su mano hasta la altura de sus cabezas.

Kakashi estira una mano hasta el libro, pero en vez de coger el libro se baja la máscara y la besa.

Sakura cierra los ojos y deja escapar un gemido por la sorpresa, pero en seguida responde al beso abriendo la boca. Kakashi se pega completamente a ella y ésta deja caer el libro.

El golpe contra el suelo hace que Kakashi reaccione y se separe de ella.

Rápidamente se sube la máscara y se gira dándole la espalda.

-Lo siento. No… no sé qué me ha pasado –susurra Kakashi pasándose las manos por el pelo.

Sakura mira su espalda.

-Perdona, he cometido un error –repite el Hokage girándose para verla y disculparse de nuevo.

-¿Un error? –pregunta Sakura en un susurro.

-No sé en qué estaba pensando. De verdad que lo siento. No volverá a ocurrir.

-Eres idiota, Kakashi –susurra Sakura cogiendo sus cosas y dirigiéndose a la puerta.

Kakashi no responde, se pasa la mano por el pelo nuevamente y se queda de pie en mitad del salón viendo como ella se va dando un portazo.

:::::

:::

PD: Como veis este fic está repartido en las estaciones de año. Se empezó con invierno porque era frío y gris, aquí está Otoño, es raro, no del todo malo, pero le falta todavía algo, y además, tras el otoño viene el invierno, por eso es un flashback, "un par de días antes" de Invierno. Como dice el refrán: Otoño sereno, ventoso invierno.

Faltan dos estaciones del año.