·

:::::

Verano

:::::

-¿Kakashi qué diablos haces? –pregunta Shiba a un Kakashi que la abraza con fuerza.

-¿No? –pregunta el Hokage, un poco perdido, mirando a Sakura.

-No. A Shiba mejor no le abraces.

-¿Qué te ha picado? Tú nunca abrazas –comenta el ninken un poco confuso por la actitud del Hokage.

-Lo siento, estoy aprendiendo a ser un poco más… -Kakashi deja la frase a medias sin saber cómo terminarla exactamente.

-¿Más qué? –pregunta molesto colocándose el chaleco retorcido por el abrazo del Hokage-. ¿Estás aprendiendo a ser tan plasta como Guruko?

-¡Shiba! No le digas eso –interviene Sakura.

-¿Decirle qué? ¿Qué le prefería cuando no me tocaba?

El Hokage mira al can sin saber muy bien qué decir.

-Kakashi está aprendiendo a ser más agradable y cercano con la gente. Sólo quería agradecerte su ayuda –explica Sakura.

-No me gusta.

-Porque eres igual. Debería ser más empático y menos gruñón.

-Que hayas conseguido que este zopenco sea un plasta no significa que lo vayas a conseguir conmigo.

-No se trata de eso –se queja Sakura.

-Sé de lo que se trata. No necesito que me lo digas. Se nota a la legua que estáis juntos. Y no me importa, incluso me parece que hacéis buena pareja, pero no intentes cambiarme –dice mientras cruza la puerta del despacho del Hokage dejándolos solos.

-¿Cuánto crees que hace que lo saben? –pregunta Sakura intrigada pensando en los ocho ninken.

-Ni idea. No importa, ¿no?

-No. Supongo que no. Mientras no se lo digan a otros.

-Es posible que lo sepan desde el primer día. Tienen buen olfato.

-No ha sido buena idea abrazarle –asegura ella.

-¿Y eso cómo iba a saberlo?

-Es Shiba, eso lo sabe todo el mundo.

-Estoy confuso, de verdad. Quieres que sea más agradecido y le diga a la gente lo que significa para mí, pero no a todos. ¿Por qué no me haces una lista?

-No seas ridículo. No voy a hacerte ninguna lista. Parte de tu "entrenamiento" es ser capaz de reconocer quién busca un abrazo o un hombro para llorar y quién no.

-¿Parte de mi entrenamiento?

-Eso he dicho.

-Mmmm. ¿Tú quieres un abrazo? –pregunta con picardía.

-Ahora mismo no. Tengo que irme. ¿Te veo luego?

-Ven a casa a cenar.

-No puedo, sabes que hoy mis padres—

-Pues vamos a tu casa a cenar y se lo decimos –anuncia cortándola.

-¿Decírselo? ¿A mis padres?

-Sí. Es un buen momento.

-No lo tengo claro.

-Estoy teniendo un ataque de empatía. Si yo fuera ellos querría saber que mi hija está con el Hokage –comenta sonriendo.

-Sabes que la respuesta más probable es que intenten matarte.

-¿Qué dices? Soy adorable. Y el Hokage.

-Eres el hombre con quien su hija se ha estado acostando.

-Eso no lo saben.

-No son tontos. Soy mayorcita y saben que he pasado más de una noche fuera.

-Mmmm. Eso lo cambia todo. No quiero morir joven.

-Si es por eso no debes preocuparte, ya eres un viejo –anuncia riéndose a carcajadas.

-Eres malvada.

Sakura se queda en silencio mirándole un momento.

-A las diez. Llama a la puerta. No entres por la ventana de mi habitación.

-Allí estaré –responde sonriendo bajo la máscara.

-Te veo luego entonces.

Sakura se acerca a él y le da un fugaz beso en la mejilla.

:::::

:::

PD: Como dije, el verano es el más tranquilo para mí. Las cosas se han estabilizado, es como el rio que sigue el curso marcado por el resto de las estaciones; las lluvias, las hojas y ramas caídas, las heladas… El verano es sentarse y ver los frutos del resto del año. Una relación ya consolidada que ha pasado por lo peor, lo mejor y la confusión. Es la consolidación de algo.

Espero que os haya gustado.