·

:::::

Quiero volver

:::::

Quiero volver a casa. Lo sé, no sabes de qué estoy hablando, pero necesitaba decirlo, llevo fuera cuatro meses, me queda uno más, y de verdad, de verdad, de verdad, de verdad que quiero volver. Necesito volver.

Todo está allí. Todos están allí.

Mi vida está allí.

Él está allí.

-¿Él? –preguntó mirándome con los ojos entornados el tipo con el que compartía hueco en la barra del bar.

Kakashi está allí.

-Mmmm…

No pienses nada raro. No hay nada entre él y yo.

Es sólo… no sé, es raro. Quiero decir, echo de menos a todos, sí. Pero no sé. Él, de alguna manera, ha conseguido hacerse un hueco especial en mi cabeza.

Llevo fuera de casa mucho tiempo, y sin saber cómo ni porqué él simplemente aparece en mis pensamientos.

Recuerdo cuando me despedí de ellos.

Recuerdo lo que me dijo él.

Recuerdo que yo estiré la mano para despedirme, como solía hacer él cuando despedía a cualquier persona, pero tiró de mi mano hasta llevarme entre sus brazos para estrecharme.

Un abrazo. Me dio un abrazo.

Su calor, no sólo físico, una sensación cálida que no sabría describir me rodeo en aquel momento. Fue un segundo, pero lo sentí.

Luego lo olvidé.

Y durante mi primer mes fuera todo fue genial, y durante el segundo, e incluso durante el tercero.

Tenía mil cosas que hacer, mil cosas por aprender y ver.

Pero una no es de hielo. Y de vez en cuando piensa en su gente.

Y de pronto, siempre que pienso en mi gente, termino, sin saber cómo ni porqué, pensando en ese abrazo.

Pienso en él.

En todo este tiempo que me ha protegido y cuidado.

En todo este tiempo que ha estado ahí para mí.

En todo este tiempo que siempre ha sabido cuándo necesitaba hacerme reír, y lo ha hecho.

Y mírame, de nuevo pensando en él. Empiezo queriendo volver y termino pensando en él.

Y es que quiero volver por él. Para verle a él. Por experimentar de nuevo esa calidez cuando me abrazó.

Por saber qué significa… bueno, no. No nos engañemos, ya sé qué significa.

No soy idiota. Sé lo que significa no poder dejar de pensar en él.

Claro que lo sé. Y por eso muero de ganas por volver. Porque necesito saber si existe alguna posibilidad. Porque vale, él sólo me dio un abrazo, pero pensándolo bien, él nunca da abrazos.

Sí, puede que a Naruto no le abrace porque es un hombre. Vale, ¿y cuándo se despide de Shizune?, ¿o de Kurenai?, ¿o cuando se despide de…? ¡qué sé yo!, de cualquiera, nunca le he visto dar un abrazo a nadie.

¡A NADIE!

Incluso Ino me lo comentó con ese tonillo suyo de sabelotodo, que estaba sorprendida, que era algo raro verle tan sentimental.

También pueden ser los años… a ver, no estoy diciendo que sea viejo, para nada. Lo retiro, ha sonado fatal. Quizás es ser Hokage, eso le ha cambiado.

Pero puede, y sólo puede, no digo que sea así, que me abrazara porque para él mi marcha era diferente a la de otros.

No lo digo sólo por aquel abrazo, aunque te aseguro que sentí algo especial cuando me abrazo. Pero eso podría ser yo misma transmitiendo mis sentimientos.

No. No es sólo el abrazo. Es todo. Es él pasándose por mi oficina en el hospital para saludar. Es él trayéndome comida a casa cuando estoy enferma. Es él siendo perfecto…

Vale. Ya, mejor lo dejo porque me estoy hundiendo en la miseria pensando que todavía me queda un mes para volver a casa y no puedo más. Necesito volver.

Necesito verle. Necesito abrazarle. Necesito decirle lo que siento por él.

Es una locura, lo sé. Pero debo hacerlo. Me prometí a mi misma ser honesta conmigo y los que me rodean.

Me prometí no volver a quedarme atrás ni callar.

Así que debo decírselo.

Debo…

-Sakura –me cortó el desconocido que me había escuchado lamentarme por horas en ese bar cutre de camino a otra aldea recóndita.

-Perdona, te estoy aburriendo, lo entiendo.

-No. No es eso –respondió un compañero suyo que había estado escuchando callado todo el tiempo.

-Si vas a decirme que no tengo ninguna oportunidad, te agradecería que no lo hicieras.

-No es eso.

-¿Entonces?

-Kakashi está aquí.

-¿Qué quieres decir con "aquí"?

-Aquí –intervino el camarero- en el hostal. El Hokage está hospedado en el hostal por esta noche.

-¿El Hokage de Konoha?

-Que yo sepa el Hokage sólo puede ser de Konoha –comentó quitándome el vaso vacío de las manos –y creo que has bebido demasiado jovencita.

Miré a los ojos a todos los que me habían estado escuchando, camarero incluido, esperando una indicación.

-Habitación 203 –comentó uno de ellos, que era el encargado del motel.

-¿Eso no es información confidencial? –pregunté confusa.

Todos me miraron esperando que reaccionara.

-Mujer, puedes ir a verle o seguir aquí bebiendo…

Me levanté y salí corriendo en busca de la habitación 203. Llamé a la puerta sin pensarlo mucho. Y no pasó nada. Nadie respondió.

-Lógico, era demasiado bueno para ser verdad. Sólo lo han dicho por deshacerse de mí.

-¿Deshacerse de ti? ¿Quién querría deshacerse de ti, pelirrosa?

Giré para ver a Kakashi mirándome sonriendo bajo la máscara.

-Menuda sorpresa verte aquí. No sabía por dónde andabas, te había perdido la pista.

-Eres tú. De verdad. El Hokage de Konoha.

-Que yo sepa el Hokage sólo puede ser de Konoha –comentó sonriente.

-Estúpido –comencé a decir sin poder impedir que las lágrimas cayeran por mis mejillas-, me abrazaste –está ultima parte es posible que no la entendiera mucho por los sollozos.

-¡Eh! Sakura, ¿qué pasa? –dejó caer las bolsas que cargaba y me abrazó.

Y volví a sentirlo.

-Te he echado de menos –susurré contra su pecho.

-Y yo a ti –comentó sin soltarme.

-Estoy enamorada de ti –confesé en otro susurro mientras rodeaba su cintura con mis brazos.

-Vaya. Eso sí que no me lo esperaba –confesó separándose de mí para mirarme a la cara.

-¿Esa es tú respuesta?

-¿Era una pregunta?

-¿Me tomas el pelo?

-Yo también te he echado de menos –aseguró bajándose la máscara-, mucho.

Y volví a sentirlo. Esa calidez. Su cuerpo pegado al mío. Sus labios. Sus manos en mi cuello.

Volví a sentirlo.

:::::

:::

NdA: Autobiográfico en parte. ¡QUIERO VOLVER A CASA! como dice Sakura, sé que muchos no sabéis de lo que hablo, pero llevo dos meses fuera y me queda uno. ¡Quiero volver a casa con mi perro!