·
:::::
¿Final feliz?
::::
-Vamos Kakashi, será relajante.
-Relajante será llegar a casa.
-Sólo es una hora, y además son mujeres guapas y encantadoras.
Kakashi se queda en silencio mirando fijamente a Maito que le mira sonriente.
-Lo necesito, me duelen las piernas –le dice con cara de pena.
-Siendo así… -acepta el Hokage.
-Genial. Es muy cerca. No hay que desviarse del camino. Y te encantará.
-No estoy seguro.
-Sé que no te gusta mucho el contacto físico. Pero esto es distinto.
-Lo que tú digas –dice sin demasiada convicción e indicándole que pasara delante de él para indicar el camino.
Maito sonríe de oreja a oreja y hace avanzar la silla de ruedas hasta colocarse delante.
-¡Empuja! –pide señalando al frente.
-o-
-Hasta mañana chicas.
-Espera Aika –pide una de las chicas vestida con un kimono negro- ¿has terminado ya?
-Sí. Al menos por hoy –asegura desatando el kimono.
-¿Podría pedirte un favor?
-Sí, claro. ¿Qué necesitas?
-Se nos está acabando el aceite, ¿podrías subir al piso de arriba y traer unas cajas? Tengo que entrar ahora mismo y no me da tiempo.
-Claro. No te preocupes, lo bajo ahora mismo.
-Arigato –agradece la chica alejándose por el pasillo.
-o-
Suena el timbre y otra joven vestida con el mismo kimono negro abre la puerta.
-¡Konnichiwa! Soy Nanami–saluda abriendo la puerta-. Pasen y esperen un momento. ¿A nombre de quién está la cita?
-No tenemos cita, pero esperaba que tuvieran un hueco para el Hokage y su mejor amigo –comenta sonriente Maito señalando a su espalda.
-¿El Hokage? ¿Es usted Hatake-sama? –pregunta la joven con la cara iluminada.
Kakashi afirma de mala gana.
-Pasen, pasen. Seguro que tenemos un hueco. ¿Juntos o separados?
-Juntos, por supuesto –responde Maito.
-¡SEPARADOS! –grita Kakashi sin llegar a sentarse.
-Separados será –confirma la chica sonriente.
Nanami se acerca a una mesa donde da una ojeada rápida a un cuaderno antes de volver a dirigirse a ellos.
-Está bien, tenemos un par de huecos, uno es ahora mismo, el otro tendrá que esperar media hora.
-Genial. No es problema –asegura Maito-. Primero tú –ofrece a Kakashi mientras mueve la silla de ruedas a un lado para no molestar a otros clientes-. Disfrútalo.
-Sígame, por favor –pide la joven levantando la cortina que separa el espacio de entrada del resto.
-Te veo luego –se despide Kakashi siguiendo a la chica.
-¿Es su primera vez? –pregunta Nanami.
-Supongo que sí.
-Está bien, es aquí –indica abriendo una puerta-. Quítese la ropa y túmbese boca abajo.
-¿Toda la ropa?
-Puede dejarse la ropa interior si lo desea.
-Nunca me quito la máscara.
-¿Cómo? Nunca me habían dicho algo así –asegura riendo.
-Nunca me quito la máscara –repite.
-Está bien. Si quiere puede dejársela, o ponerse una toalla. Ahí hay varias.
-Bien.
-Le daré unos minutos para que se prepare y empezaremos.
-Gracias.
Cuando se cierra la puerta Kakashi puede escuchar un gritito de alegría al otro lado de la pared.
-o-
-No me jodas tía, ¿el Hokage?, ¿en serio le ha tocado el Hokage?
-Sí. No puedo creérmelo. Dicen que tiene un cuerpazo.
-Se lo cambio.
-Eso ya lo he pensado yo.
-Le doy lo que sea. Le cubro durante un mes todos los domingos.
-Ve a decírselo –comenta riendo.
-Dicen que es guapo, inteligente y el mejor ninja de su generación.
-Así es. Y calla, o te oirá su compañero –comenta señalando a Maito.
-¿El friki de verde es su compañero?
-Sí.
-Uff. Que diferencia. ¿A quién le ha tocado el friki?
-No lo sé. ¿A Aika?
-No. Aika ya se ha ido.
-Que va, la he visto subir a la otra sala.
-Pensé que hoy salía antes.
En ese momento se abre la puerta y la mencionada entra con una caja llena de botecitos de aceite corporal.
-¡Sakura! –grita Maito sorprendido.
-¿Gai-sensei? ¿Qué hace aquí? –pregunta igual de sorprendida y bajando la voz- ¿no le pilla un poco lejos de casa este sitio?
-¡Qué va! Volvemos a casa. Hemos parado a relajarnos un poco.
-¿Hemos?
-Kakashi y yo. Venimos de la reunión anual de Kages, en Suna.
-¿Kakashi? ¿Dónde está?
-Acaba de entrar con una de estas chicas… Nanami creo.
-Mmmm. Gai, perdóname, hablamos luego.
-Espera, Sakura, ¿qué haces aquí? ¿vuelves a casa con nosotros?
-No puedo. Estoy en una misión. Por cierto, aquí soy Aika –responde desapareciendo tras la cortina por la que se marchó Kakashi.
-o-
Nanami llama a la puerta.
-¿Está listo, Hokage-sama? –pregunta abriendo levemente la puerta.
-Sí. Pero no me llame así, por favor.
Nanami abre la puerta del todo para entrar cuando una mano en su hombro le obliga a detenerse.
-¿Qué sucede Aika? –pregunta en un susurro.
-Déjame a mí –pide Sakura cerrando la puerta para que Kakashi no pueda oírlas.
-¿Qué? Ni de broma, es el Hokage.
-Lo sé.
-Todas quieren con el Hokage, pero es mi sala.
-Es tu sala porque has cambiado a tu cliente a la sala de Yûki. ¿Quieres que se lo diga?
-Me da igual, díselo.
-No te da igual. Además…
-¿Además qué?
-Me debes una. El otro día te cubrí dos turnos para que te fueras con tu novio.
-Aika, por favor, es el Hokage.
-Lo sé –repite con seriedad y poniéndose uno de los kimonos negros.
Nanami la mira con rabia y luego se va sacándole la lengua. Sakura sonríe y abre la puerta para entrar a la sala donde espera Kakashi.
-¿Todo bien? –pregunta este sin levantar la cabeza de la camilla.
-Sí. Mi compañera ha tenido que irse. Le atenderé yo –afirma carraspeando un poco y con un tono de voz diferente-. ¿Qué tipo de masaje desea?
-¿Tipo de masaje?
-¿Relajante, descontracturante, revitalizante… hay muchos –explica mientras atenúa las luces y pone una música suave.
-Descontracturante.
-Bien. Relájese –pide llenando sus manos de aceite y posándolas en la espalda de Kakashi.
Sakura empieza a mover las manos con suavidad recorriendo y masajeando los músculos de la espalda de su exsensei. Con el paso de los minutos empieza a ejercer mayor presión y sus manos pasan desde el cuello hasta las lumbares de Kakashi.
-Relájese, le noto muy tenso –pide Sakura intentando hacer desaparecer un nudo muscular en el trapecio izquierdo.
-Es imposible relajarse cuando unos dedos se hunden en la musculatura de uno –asegura con seriedad.
-Creí que un Hokage soportaría algo así –asegura bromeando.
-¿Cómo ha dicho que se llama?
-No lo he dicho. Soy Aika.
Kakashi intenta levantar la cabeza para mirar a su masajista pero Sakura es más rápida y sube sus manos hasta el cuero cabelludo para comenzar un masaje e impedir que la vea.
-¿Quiere un final feliz?
-¿Cómo dice?
-Final feliz, ¿lo desea?
-¿Está bromeando? –pregunta sorprendido.
-No –asegura bajando sus manos hasta el trasero de Kakashi-. Es un servicio que ofrecemos a ciertos clientes.
-No quiero final feliz.
-¿Seguro? –las manos de Sakura rodean la cintura de Kakashi y hacen un leve intento por colarse bajo su cuerpo.
La mano de Kakashi la toma por la muñeca.
-He dicho que no.
-¿Está casado? ¿Tiene novia?
-Sí. Bueno, no. No se trata de eso.
-Esto no cuenta como infidelidad.
-He dicho que no.
-Está bien. Como quiera –afirma volviendo a la espalda-, ¿quiere darse la vuelta?
-No.
-¿Entonces cincuenta minutos de masaje de espalda?
-Sí.
Los próximos minutos pasan en silencio. Sakura disfruta recorriendo la espalda de Kakashi untada en aceite aromático, y Kakashi parece relajarse finalmente.
-He cambiado de opinión –dice de pronto rompiendo el silencio.
-¿Cómo dice? –pregunta Sakura sin entender.
-El final feliz. Quiero el final feliz.
-¿Eh? ¿Lo dice en serio?
-Sí.
Sakura detiene el masaje y se queda parada sin saber cómo reaccionar.
-¿Algún problema? ¿Necesita que le ayude? –pregunta buscándola con las manos alrededor de la camilla y encontrándola justo a la cabeza.
-No. Yo…
-Déjeme empezar –pide tomándola del culo con ambas manos-. Tienes una manos geniales. ¿Te lo habían dicho antes? Y esa voz… suena genial.
-¿Desde hace cuanto lo sabes? –pregunta Sakura ya con su voz normal.
-¿Eso quiere decir que no tendré final feliz? –pregunta soltándola para incorporarse.
-¿Ha sido la voz?
Kakashi la mira sonriente sentado en la camilla con las piernas colgando del borde y una toalla cubriéndole desde la cintura hasta las rodillas.
-No. ¿Quién te enseñó a cambiar la voz?
-Tsunade. Nunca pensé que fuera a funcionar con alguien que me conoce tan bien.
-Lo haces bien.
-¿Cuándo lo supiste? ¿Fue por las manos?
-No. Aunque debería haberlas reconocido. Fue cuando me acariciaste la cicatriz. Demasiado íntimo para una masajista.
-¿Incluso para una que te ofreció un final feliz? –bromea riendo.
-Sí. Incluso para un final feliz. No soy un experto en masajes con final feliz, pero no creo que lo hagan con tanta… -Kakashi deja la frase inacabada pensando la palabra correcta.
-¿Tanta qué?
-Delicadeza.
-Delicadeza… vale.
-Y dime, ¿qué haces aquí? ¿Tan mal pagamos a nuestros ninjas médicos?
-¿Lo dices en serio?
-¿El qué?
-Estoy de misión. Tú me enviaste aquí.
-¿Yo?
-Sí. Tú. ¿Acaso no lees las misiones a las que mandas a tu gente?
-Sí. Bueno… normalmente. No recuerdo enviarte a una misión en la que tuvieras que masajear a hombres desnudos –asegura con un tono de voz raro.
-¿Celoso?
-No.
-¿Seguro?
-¿Debería estarlo? –pregunta rodeándola por la cintura con sus piernas para acercarla a él.
-No. ¿Debería estarlo yo? ¿Qué haces aquí?
-Maito se empeñó. Yo quería volver a casa.
-Así que te sacrificaste por Gai-sensei y viniste a que te dieran un masaje.
-Sí.
Kakashi guarda silencio mientras pasea las manos por el cuello de Sakura.
-¿En qué piensas? -preguntan ella rompiendo el silencio.
-¿Cuánto tiempo tenemos?
-Te quedan diez minutos de masaje.
-¿Después vendrá alguien?
-Así es. Y antes de que lo digas, no, no hay cerrojos. Aquí no hacemos finales felices, así que no hay necesidad de cerrar las puertas.
-Una pena. ¿A qué hora sales?
-En realidad terminé hace una hora, pero encontré a un tipo raro vestido de verde esperando en recepción y me dijo que acababas de entrar.
-Mmmm… ¿dónde te alojas?
-Perdone, ¿se está autoinvitando a mi hotel?
-Te he echado de menos –asegura inclinándose para besarla.
-Se está equivocando –asegura separándose de él-. No podemos confraternizar con los clientes –explica aguantándose la risa.
-Como acabas de decir, tu turno terminó. Yo no soy un cliente.
-¿Y qué pasa con tu amigo?
-Sabe el camino a casa.
Sakura se deja besar esta vez.
-Vístete –pide separándose de él-. Iré a pedirles a mis compañeras que avisen a Gai-sensei.
-Te espero en la entrada –asegura Kakashi levantándose de un salto y poniéndose la camiseta.
-Que sea fuera –pide antes de abrir la puerta.
-Aika...
-¿Sí?
-No me gusta esta misión para ti.
-Eres un celoso.
-No lo soy.
Sakura rompe a reír mientras sale de la habitación.
-Yo también te quiero, idiota –dice cerrando tras de sí.
:::::
:::
NdA: Hola y gracias por volver por aquí.
Creo que el último que subí fue el uno de enero. Más de cinco meses después. Lo siento. Tengo mil razones para no haber subido nada antes, el trabajo es una de ellas, pero también perdí a mi abuelo y me era imposible inspirarme.
Tampoco os penséis que este drabble significa que he vuelto, que sigo con mucho curro, pero intentaré subir algo antes de otros cinco meses. Es todo lo que puedo prometer.
Aún tengo pendientes algunos fics, peticiones y no peticiones, muchos de ellos están a medias en mi ordenador esperando un final digno, a ver si tengo tiempo de releerlos y escribirlo.
En fin, poco más que decir, gracias por todos los nuevos comentarios y favoritos, no sé si en algún momento podré responder a todos uno a uno, pero de verdad, ¡gracias!
