Disclaimer: Los personajes, lugares y hechizos, son propiedad de J.K Rowling, a menos de que se especifique lo contrario. No hay retribución monetaria con la traducción y publicación de esta historia.

Traducción autorizada de A Forward Path por umbrellaless22 en AO3


EPÍLOGO


AGOSTO 20, 2000

—Sinceramente, no sé en qué estaba pensando. —anunció Draco, saliendo rápidamente de la chimenea. Se desabrochó la túnica de aprendiz de sanador y la colgó en el perchero. Harry levantó la vista de donde estaba despatarrado en el sofá sin hacer gran cosa después de un agotador entrenamiento.

— ¿Qué pasó? —dijo cuando Draco se acercó para darle un beso antes de acomodarse en su nuevo sillón habitual en el actualizado y enormemente mejorado salón. Era la habitación favorita de Harry: vigas a la vista y tonos cálidos y ricos que se oponían a la estética más fría y estilizada que Draco había decidido para gran parte de la casa. Se había eliminado la pared que separaba el salón del comedor, lo que lo hacía más abierto y acogedor.

—Una profesión que trabaja con la gente —frunció el ceño Draco—. Oh, soy lo suficientemente feliz para escuchar las historias de la señora Briggs sobre sus nietos -o al menos dar la apariencia de ser lo suficientemente feliz- las primeras tres o cuatro veces. Pero pierdo la paciencia a la undécima o duodécima vez. ¿Cuándo me vas a dar un poco de tu maldita santidad, Potter?

Harry arrugó la nariz y se puso de lado para evaluar a Draco. A pesar de sus quejas, Draco había disfrutado mucho de su entrenamiento. Estaba trabajando con el sanador de cara redonda que había atendido a Clark después del incendio. El sanador Upchurch era todo compostura amistosa y precisión médica y, la mayoría de las veces, Draco estaba rebosante de nuevos conocimientos, explicando encantamientos y bálsamos curativos con excesivo detalle a un Harry amable, aunque no totalmente atento.

—No soy especialmente paciente, ¿eh? —reflexionó Harry.

— ¡Pero lo eres más que yo! —declaró Draco— Tuve que salir de la habitación antes de decirle a la señora Briggs que sus diecisiete nietos podían hacerle un favor al mundo e irse a la mierda.

Harry se rio.

—Sobrevive a esto y pronto sólo podrás trabajar con los inconscientes.

—Merlín, apenas puedo esperar. Todo lo que quiero es un cuerpo sereno del que pueda exorcizar enfermedades.

Harry hizo una mueca.

—Escúchate a ti mismo, absolutamente asqueroso.

—Conozco mis talentos, cariño, al igual que tú, debo pensar —resopló Draco, sin disculparse—. ¿Los chicos están de camino?

—Sí —dijo Harry—. Fischel Fantyl dijo que arreglaría un traslador. Deberían llegar...

Como si hubieran sido convocados por sus palabras, Clark y Jared aparecieron con un aspecto sólo ligeramente desconcertado en la chimenea del salón. El baúl escolar de Clark y la jaula vacía de Pájaro Hiram estaban a su lado, ya que se iría a Hogwarts desde el número 12 al final del verano. Jared tenía una pequeña maleta con ruedas en la que aparecía algún personaje muggle de dibujos animados que Harry no podía nombrar.

—Podríamos haber cogido el taxi —refunfuñó Clark, frotándose justo por encima del ombligo—. Odio esas malditas cosas.

— ¿Con un enorme maletero y una jaula para lechuzas? No es probable. Sólo unos años más y podrás aparecerte. —prometió Harry, poniéndose de pie para dar un abrazo a cada uno de los chicos.

—Seguramente Jared superará su miedo al Flú antes de eso. —se lamentó Clark.

—Bueno, podemos evitarlo si él no puede. —dijo Harry, con mesura. Jared había dado unos dos pasos hacia el comedor cuando Clark le cogió por la parte trasera de la camisa y le tiró hacia atrás.

—Zapatos, Jare —le recordó al pequeño—. Y ponlos bien en la alfombra, a menos que quieras un sermón de Draco sobre el respeto.

—No daría un sermón si no fuera tan efectivo —le aseguró Draco, levantándose y estirándose antes de dejar caer un beso primero en los rizos dorados de Jared y luego en la pelusa estrechamente recortada a un lado de la cresta violeta de Clark. Su tono cambió a algo más cariñoso—. Me alegro de verte, cariño —dijo—. ¿Cómo están los Fantyls? ¿Cómo está tu madre?

Jared, habiendo terminado con sus zapatillas, se escapó esta vez correctamente, con la vista puesta en Constance, que estaba posada abatida en una silla del comedor. Los dos se habían hecho rápidamente amigos durante su primer encuentro el verano anterior. Crystal Tiering había tenido una temporada difícil ese año, y los chicos habían pasado más tiempo con Harry y Draco. Constance había sido una fuente de consuelo para el joven. La lechuza se animó al ver a Jared, quien sacó del bolsillo un poco de tocino de pavo cubierto de pelusa.

Clark, sonrojándose ligeramente como todavía hacía de vez en cuando con la atención de Draco, suspiró.

— ¡Jared! ¡No puedes robar de la mesa del desayuno de los Fantyl para alimentar a la maldita lechuza!

Jared parecía totalmente impenitente, alisando cuidadosamente las plumas de la enorme cabeza de Constance mientras ella le arrancaba la comida de los dedos.

—Lo siento —suspiró Clark—. Traté de detenerlo. Mamá no es tan mala, en realidad. Creo que estaba lista para que nos fuéramos cuando lo hicimos, así que me alegro de que los padres de Hiram estuvieran de acuerdo con que Jared nos acompañara. Les va bien; tienen una casa de vacaciones preciosa junto al mar. Volamos mucho, jugamos al Snap, nada demasiado emocionante. Jared también se llevó bien con los chicos más jóvenes, y ¡oh! ¡Jare, ven aquí un momento!

Después de unas cuantas palmaditas más a Constance, Jared volvió a entrar en el salón para ponerse al lado de Clark.

—Enséñales a Harry y a Draco ese truco que has aprendido. —le pidió Clark.

Tímidamente, el niño extendió la mano con el dedo índice. Frunció la boca en señal de concentración y, de repente, la yema del dedo se iluminó con un brillo anaranjado.

—Estábamos viendo la peli de E.T. en casa de mamá —explicó Clark con emoción—, ¡y simplemente miré y el pequeño gamberro estaba haciendo esto! ¿Crees que es mágico entonces?

Harry sonrió mientras Draco examinaba el dígito iluminado con curiosidad.

—Ciertamente lo parece —declaró Draco—. Bueno, Jared, ¿qué opinas? ¿Quieres seguir a tu hermano a Hogwarts dentro de unos años?

—Supongo —dijo Jared encogiéndose de hombros dubitativamente, volviendo a mirar a Constance—. ¿Tienes más tocino, Harry?

— ¿Por qué no vas a pedirle a Kreacher que te cocine un poco? —se rio Harry— Y pídele que por favor traiga también un poco de té, si quieres.

Draco lanzó una mirada fulminante a Harry.

—Nos gastaremos todo lo que ganemos en tocino para esa bestia.

—Entonces, ¿no es una suerte que tengas un montón de riquezas heredadas? —dijo Clark.

—Riqueza heredada que te va a comprar una escoba —le recordó Draco—. Así que no sé por qué estás tan empeñado en rebatirla. ¿Ya has elegido una?

Ignorando ese particular dilema ético, al menos temporalmente, Clark sacó emocionado un folleto de su baúl.

—Bueno, los he mirado, pero realmente quiero tu opinión, Harry. Has pasado por pruebas. ¿Qué está montando la mayoría de la gente hoy en día? ¿Qué es todo espectáculo y qué es realmente decente?

—Bueno, depende de la posición a la que creas que vas a ir. —empezó Harry. Él y Clark se acomodaron en el sofá, hojeando las páginas y discutiendo los pros y los contras de cada diseño. En efecto, Harry acababa de pasar por más pruebas estimulantes. Había tenido una sólida primera temporada con el Puddlemere United, y le habían ofrecido pruebas con tres equipos el pasado diciembre como resultado de su éxito. Había firmado un contrato para la siguiente temporada con los Falcons. Echaría de menos el caos de Puddlemere, pero estaba deseando entrenar con un equipo más técnico y estratégico en otoño.

Después de la cena de esa noche, Harry le leyó a Jared un capítulo de un libro que el chico había traído. Jared se acurrucó junto a Harry, sus rizos rebeldes bloqueaban la visión de Harry de las páginas cuando el chico se inclinaba para ver mejor los bocetos intermitentes. Draco y Clark jugaban al ajedrez en el comedor, Clark discutiendo con el alfil bastante beligerante que formaba parte del juego favorito de Draco. Al pasar una página, Harry vio su reloj a la luz del fuego. Draco acababa de actualizarlo para el cumpleaños de Harry, y donde antes había una manecilla dorada, ahora había tres: DLM, CAT, JRT. Se extendían lo suficiente como para que pudieran leerse todas, pero Harry no tenía que entrecerrar los ojos para saber hacia dónde apuntaban.

—Harry —incitó Jared, retorciéndose distraídamente en el regazo de Harry—. ¿Por qué has parado?

—Lo siento, cariño. —se disculpó Harry. Apoyó la barbilla sobre la cabeza del pequeño y empezó de nuevo.

Mientras Jared se inclinaba sobre el siguiente dibujo, Harry levantó la vista hacia donde sentía la mirada de Draco sobre él desde la habitación contigua. Los ojos grises brillaban con una satisfacción incrédula que Harry conocía exactamente, porque la habían construido juntos.


-fin-


Y con este bonito epílogo, hemos llegado al final de esta historia.

Parece que por poco y cumplo 1 año traduciendo esto, y no me siento muy orgullosa y contenta por eso, pero la situación ha sido difícil, así que era cuestión de soportar y persistir, pues la historia lo merecía y ustedes, quienes me acompañaron pacientemente desde el inicio con las actualizaciones y el proceso de traducción, también.

Después de esto, planeo descansar un poco mientras intento retomar "Vivir y Amar" y hacer algo bonito por el cumpleaños de Draco. Sólo prometo esforzarme en ello, así que si desean estar al pendiente de lo que pasa conmigo, se los agradezco.

Como siempre, muchas gracias por leer, por sus favs y reviews. Por favor, vayan a la historia original en AO3 "A Forward Path" por umbrellaless22 y dejen su amor también en esos lares.

Y por último, pero no menos importante, muchas gracias a umbrellaless22 por dejarme traducir esta hermosa obra.

¡Nos leemos luego!