.

:::::

(二) Lágrimas en la lluvia

:::::

Rompió a llorar. Como nunca lo había hecho. Ni siquiera cuando encontró a su padre muerto.

Sus lágrimas resbalan por su cara hasta su barbilla desde donde caen al suelo. Cuando éstas chocan contra la arena la tiñen de rojo por la sangre que habían arrastrado a su paso.

Era una sensación olvidada. Algunas lágrimas corrían por la comisura de sus labios y al abrir la boca pudo notar su sabor salado.

Ya lo había olvidado. Había olvidado como sabía el dolor. El físico y el emocional. La máscara siempre le había protegido de saborear la sal del dolor emocional y el hierro del dolor físico.

La sangre le cubría gran parte del cuerpo y, por primera vez en mucho tiempo, no era de sus enemigos. Era suya. Suya y de ella. De ahí el dolor físico. De ahí el dolor emocional.

Tosió contra su guante llenándolo de sangre. No tenía mucho tiempo si quería hacer algo.

Probó a ponerse en pie, pero una de sus piernas falló y cayó sobre su rodilla izquierda rugiendo de dolor.

-¡Kakashi!

Se gira para verla, también en el suelo, también sangrando. Demasiada sangre a su alrededor.

-No te muevas -pide el shinobi en un grito antes de intentar levantarse de nuevo.

Con un esfuerzo sobrehumano se pone en pie y avanza hacia ella. A penas puede caminar, arrastra su pierna izquierda intentando no cargar peso en los huesos que, sin duda alguna, se habían fracturado.

Cuando llega a su lado se deja caer con suavidad junto a ella.

-¿Cómo te encuentras? -pregunta tosiendo una vez más.

Sakura niega en silencio apretándose el costado.

-¿Y tú? -pregunta ella.

-No muy bien, no voy a mentirte.

A ambos les cuesta respirar.

-No queda ninguno, ¿verdad? -pregunta preocupada.

-Te juro que he matado a todos -dice con voz ronca-. Nadie les seguirá.

La kunoichi estira la mano y acaricia su rostro.

-Ellos estarán bien -asegura él-. Han conseguido escapar.

-Lo sé -responde ella intentando sonreír.

No podía dejar de pensar que ella debía salvarse. Ella debía salvarse para no dejarlos huérfanos. Aunque al menos ellos podían esperaba que alguien hiciera por sus hijos lo que él no hizo por el hijo de su maestro.

El Hokage hizo unas señas con los dedos y golpeó el suelo haciendo aparecer a Pakkun con los últimos restos de chakra.

-¡Kakashi! -grita el ninken al verlos-. ¿Qué ha pasado? -pregunta con preocupación-. ¿Dónde están Yumiko y Sakumo?

-Necesito que vayas a buscarlos -pide éste-. Encuéntralos y llévalos a casa. Luego dile a Tsunade donde estamos.

-Invoca a Katsuyu -pide el can dirigiéndose a Sakura-, ella podrá ayudaros.

-No puedo -se lamenta-. No tengo chakra suficiente.

-Ahora mismo vengo. Manteneos con vida.

-Cuida de los chicos -pide Kakashi sonriendo con los ojos cerrados.

Pakkun mira horrorizado y desaparece.

-La ayuda no llegará a tiempo -comenta ella.

-No lo sabes -responde acercándose más a ella para colocarla entre sus piernas y poder abrazarla.

Sakura sangraba profusamente por el costado. Tenía bastantes cortes y quemaduras. Y él, con sus últimas fuerzas, sólo podía presionarle la herida esperando que sirviera para ralentizar la hemorragia lo suficiente como para que Tsunade llegara a tiempo.

-Tengo algo que confesarte -comenta Kakashi con seriedad.

Sakura le mira extrañada.

-Rompí tu florero favorito y culpé a los niños.

A pesar del dolor Sakura deja escapar una carcajada, y Kakashi se suma a su risa. Esa risa melodiosa que siempre le hacia sonreír y olvidar todo lo malo.

-¡Castigué a Sakumo sin ordenador todo el día! -exclama ella todavía riendo.

-Lo sé. Pero esa noche tenía grandes planes para nosotros y no quería que me castigaras a mí -confiesa sonriendo.

-Eres lo peor.

Tras ese pequeño momento las risas de ambos vuelven a desaparecer, y todo el bosque queda en silencio.

-Te amo -añade Kakashi besando a su mujer. Un beso con sabor a hierro.

A pesar del amargor, ella le corresponde con una intensidad inusual para el momento en que se encontraban.

-Lo siento -susurra Kakashi.

-¿Por qué te disculpas?

-Por no haber sido capaz de protegeros.

-Nos has protegido. Ellos estarán bien.

-¿Y tú? -pregunta con voz temblorosa, pero sin dejar de apretar el costado de ella.

(Aquí iría la ilustración de asiriyep - lo siento, pero Fanfiction no permite subir imágenes, os aconsejo ir a Wattpad)

-No pienses en eso -pide volviendo a besarle.

Kakashi cierra los ojos y responde buscando un hueco en su boca.

-Has sido lo mejor de mi vida -susurra pegado a sus labios.

Acto seguido se desmaya entre los brazos de su mujer.

-No, no, no, no -pide ella intentando iluminar sus manos en verde.

Ante la imposibilidad, por la falta de chakra, le zarandea con suavidad.

-No, por favor, Kakashi -suplica comenzando a llorar-. Despierta, amor.

Le tumba sobre el suelo y pega su oreja al pecho del ninja. Puede notar un débil latido. Muy débil. Pero podía sentirlo.

Se incorpora y le mira fijamente por unos segundos. Parecía en paz.

-Está bien. Está bien, lo entiendo. No tienes que seguir esforzándote -susurra tumbándose junto a él con más lágrimas resbalando por su rostro-. Los has salvado. Puedes irte. Sólo no vayas muy lejos -pide abrazándole.

…...

-¡Es por aquí! -grita Pakkun seguido de Tsunade y Shizune-. Estamos cerca.

Pasan de largo más de una veintena de cuerpos ensangrentados y de pronto frenan en seco.

Tumbados en el suelo, a unos pocos metros, pueden ver a Kakashi y Sakura. Abrazados. Si no fuera porque están rodeados de un charco de sangre podría pensarse que duermen plácidamente.

-¡Shizune! -grita la anterior Hokage.

-¡Hai! -responde está lanzándose junto a Kakashi.

Tsunade se arrodilla junto a Sakura e ilumina sus manos con chakra verde para cubrir el cuerpo de su alumna. Shizune hace lo mismo con el Shinobi.

-No encuentro el pulso -grita la Godaime.

La ayudante mira horrorizada a la maestra, y niega en silencio.

-Están... -susurra retirando las manos del cuerpo de Kakashi.

-¡No! ¡Kuchiyose no jutsu! -grita golpeando el suelo y haciendo aparecer a Katsuyu.

La babosa de un rápido vistazo ve lo que sucede y se divide para cubrir a la pareja.

Shizune observa conteniendo la respiración.

-Tsunad—

-¡No! Haz algo. No pueden estar muertos -grita ésta adivinando lo que iba a decirle su invocación.

-No hay nada que pueda hacer. Es demasiado tarde.

Tsunade queda inmóvil. En silencio. Sólo sus ojos se mueven con rapidez alternando entre el cuerpo del Hokage y el de su alumna. Esperando que una leve respiración contradiga lo que es obvio. Su cerebro comienza a repasar rápidamente todos sus conocimientos sobre medicina y jutsus médicos buscando una solución. Busca incluso entre los justos prohibidos. Como si creyera en los milagros.

-No puede ser -susurra poniéndose en pie.

-Tsunade-sama, ¿qué quiere hacer? -pregunta Shizune todavía arrodillada junto a Kakashi.

La antigua Hokage niega en silencio.

-Pakkun, ¿dónde están los niños? -pregunta mirando al ninken.

-En casa -asegura éste que había estado inmóvil y en completo silencio detrás de ellas.

-¿Qué pasó? ¿Qué ha sucedido aquí? -no podía creer lo que había pasado. No tenía sentido.

-No lo sé. Viajaban juntos. Kakashi me invocó cuando ya había pasado todo. Me pidió que los buscara y—

El pequeño ninken necesita detener el relato por el nudo que se ha formado en su garganta.

-Tsunade-sama, tiene que haber algo que pueda hacer. Kakashi... Ellos son—

De nuevo guarda silencio y de pronto empieza a aullar de dolor.

De la nada los otros siete ninken aparecen junto al primero.

-¿Qué diablos te suce— -Shiba deja la pregunta a medias cuando ve a Kakashi y Sakura sobre el suelo.

-¿Qué ocurre? ¿Por qué estáis ahí parados? ¡Haced algo! -ordena Urushi.

Bisuke se acerca despacio y pega su nariz a la mano de Sakura.

-Está fría -asegura aterrado.

-Pakkun, ¿qué ha pasado? -pregunta Buru con miedo.

-No lo sé.

-¿Están... ¿Ellos están... -comienza Guruko sin atreverse a terminar la frase.

-Lo siento -dice Katsuyu a modo de respuesta.

-No puede ser -grita Shiba-. Es imposible. Es Kakashi. ¡Haced algo! -ordena acercándose al shinobi y empujando con su nariz una de sus manos-. ¡Despierta viejo!

-¿Chicos? -susurra Akino esperando obtener respuesta-. ¿Sakura?

-¿Y los niños? -pregunta Ühei

-Están bien. Están a salvo en casa. Se han quedado con Maito -responde Pakkun con la voz rota-. Creo que... Creo que les atacaron. Estaban viajando los cuatro, y... debieron atacarles. Protegieron a los niños. Consiguieron enfrentarse a más de veinte enemigos para que los niños pudieran huir y esconderse. Pero... Kakashi y Sakura acabaron con todos, pero... Cuando Kakashi me invocó ya estaban heridos. Yo no sabía...

Todos escuchan en silencio el relato de Pakkun; los ninken, Tsunade, Shizune, incluso Katsuyu.

-Me pidieron que buscara a los chicos y los llevara a casa -continua el ninken-. Estaban heridos, pero no pensé... no pensé que cuando volviera ellos... ¡DEBÍ QUEDARME CON ELLOS! -grita con dolor.

-¡No! -exclama la Godaime-. Sakura y Kakashi han dado su vida por sus hijos. Te pidieron que los llevaras a casa y es lo que has hecho. Es lo que tenías que hacer. No habría cambiado nada -explica acercándose a Pakkun y acariciándole la cabeza con ternura-. Hiciste lo que ellos necesitaban de ti. Lo único que podías hacer por ellos.

-¿Y ahora? -pregunta Bisuke gimoteando.

-Llevémosles a casa -responde con autoridad como si todavía fuera la Hokage.

-Yo hablaré con los chicos -anuncia Pakkun con tristeza.

-No. Lo haremos todos juntos -interviene Buru.

-Nunca, jamás, estarán solos -añade Shiba-. No mientras uno de nosotros viva.

Los ocho ninken comienzan a aullar hacia el cielo.

:::::

:::

NdA: SORRY NOT SORRY.

Segundo de los tres fics con motivo del Especial 三 (100 Drabbles – 5 Años). En fin, el segundo de los especiales vuelve a ser un tema que nunca había tratado. El primero la boda, el segundo su muerte.

Que jodido ha sido escribir esto. Pero quería hacer algo así, aunque en realidad surge porque asiriyep me quiso hacer una ilustración como regalo por los drabbles, y yo le devuelvo el regalo con un drabble inspirado en su trabajo.

Su trabajo me parece brutal. Me sorprendió que me ofreciera una ilustración y me encantó cuando me la envió así que este fic está escrito por su culpa y por lo tanto se lo dedico. Sigan su trabajo en tumblr: asiriyep

Cuando lo vi no pude más que escribir este drabble y, lo siento, pero había tanto dolor en sus ojos que no valía con dejarlo en un simple susto, debía ser algo realmente trágico. Pedía muerte.

Ahora, os puedo asegurar que nunca más en mi vida escribiré sobre la muerte de estos dos. Ni viejitos en su cama abrazados ni mierdas. Lo he pasado mal. Quería haberlo hecho más largo, pero no podía, tenía el corazón en un puño.

¡Queda uno para mañana! No lloren, les encantará. De verdad, siento si os he puesto tristes. Puedo prometer y prometo que el de mañana os hará perdonarme.