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Sukea, el que besuquea
(2ª parte de No soy Sukea)

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Kakashi se inclinó sobre ella y besó su mejilla.

Sakura se desperezó y se abrazó a él todavía somnolienta.

-Buenos días, amor.

-Shhhh. Es muy pronto -pide ella.

-Lo sé. Pero debo marcharme.

Sakura miró por encima de su hombro para ver la hora en el reloj de su mesilla.

-Aún tienes media hora.

-Había pensado… -comienza ganándose su atenta mirada- que, ya que me voy por una semana, quizás podríamos aprovechar esa media hora -comenta sugerente.

-¿Hablas en serio? Tengo mucho sueño -se queja ella.

Sin embargo, no se rinde y lleva una de sus manos a la ropa interior de Sakura bajo el elástico de su pijama.

-Una semana entera lejos de ti. Voy a echarte mucho de menos -susurra contra su oreja mientras su mano empieza a dibuja círculos sobre su intimidad.

Ésta deja escapar un gemido ante su habilidad.

-Una semana no es tanto -consigue decir entre suaves jadeos.

-Vamos, amor, sabes que lo deseas tanto como yo. Los chicos aún duermen. Y tengo muchas ganas de ti. No quiero irme una semana sin despedirme apropiadamente -comenta en un tono similar al de un niño suplicando por unas chucherías.

Por respuesta, Sakura arquea sus caderas hacia arriba sujetándole de la muñeca para frotarse contra él. Kakashi sonríe y se gira sobre ella.

Casi media hora después entra a la habitación de Sakumo para darle un beso mientras todavía duerme. Aparta algunos mechones de pelo del rostro del muchacho y sale sin hacer ruido. Después entra a la habitación de Yumiko y se sienta al borde de la cama para mirarla en completo silencio. Sin embargo, la niña abre un ojo y le mira sonriendo.

-¿Dada? -pregunta medio dormida.

-Duérmete, cielo -pide agachándose para darle un suave beso en la frente.

Yumiko se ríe y se incorpora para abrazarse a él.

-¿Te vaz?

-Volveré antes de que te des cuenta.

-No quiedo que te vayaz.

-Es por trabajo. Prometo que cuando vuelvas iremos a pasar el día al lago de los patos.

-¿Con mama y Zakumo?

-Claro. Todos juntos. Ahora duérmete -pide obligándola a tumbarse y cubriéndola con la manta.

-Te quiedo dada.

-Papa también te quiere -dice volviendo a inclinarse sobre ella para darle otro beso-. Cuidarás de mama, ¿verdad?

-Zi.

-Así me gusta. Descansa -pide pasando su mano por la carita para obligarla a cerrar los ojos.

Kakashi suspira con pesadez y se levanta de la cama sin despegar sus ojos de su hija. No tenía ganas de irse, pero debía hacerlo.

-Quien iba a imaginarse que serías así de blandito -susurra Sakura con una risilla desde la puerta de la habitación de Yumiko, desde donde ha visto todo.

Se gira para mirarla con un gesto que deja claro que no le gusta que se ría de él. Se acerca hasta ella y la toma por la cintura.

-A veces eres una repelente -la acusa antes de inclinarse sobre ella para besarla.

-No digo que no me guste que seas un blandito, sólo digo que me sorprendió conocer esa faceta tuya.

-¿Te gusta más cuando soy rudo? -pregunta ahora con un tono pícaro y pegándola todavía más a él.

-Supongo que cada una de tus formas de ser tiene su momento -ríe ella apartándole con un suave empujón-. Vete, no querrás llegar tarde.

-No es que vayan a irse sin mí, ¿verdad? -comenta siguiéndola por el pasillo.

-Estás demasiado acostumbrado a que todos esperen por ti.

-Eso no es verdad, yo también he tenido que esperar por muchos.

-¿Tú? ¿Esperar? ¿Por quién? ¿Por qué? ¿Por la nueva entrega de Icha Icha?

Kakashi deja escapar una carcajada y vuelve a tomarla por la cintura con cariño para besarla en el hombro desde la espalda.

-Estuve esperando por ti mucho tiempo, amor.

-Eres un pervertido. Sólo esperaste porque eres un gran pervertido -bromea ella girándose para ponerse de puntillas y besarle.

Él aprovecha para aplastarla contra su pecho y profundizar en su boca. Ella se deja hacer y sube las manos por su nuca hasta enredar los dedos en el pelo plateado.

-Si seguimos así no podre irme -reconoce separándose de ella para intentar colocar mejor una erección que lucha por salir del interior de su pantalón.

-¿En serio? ¿Ya estás así otra vez?

-Es que pienso que no te veré en una semana y me pongo triste.

-¿Y así es como te pones triste? -pregunta llevando su mano a la entrepierna de éste sonriéndole mientras le recorre desde la base hasta la punta a través del pantalón.

Kakashi gruñe de placer y se separa de ella.

-Si no vas a continuar hasta el final, y me temo que será así, es mejor que te separes de mi -pide pasando a su lado para coger la mochila.

-¿Quién dice que no iba a seguir hasta el final? -pregunta con tono pícaro.

Kakashi se gira inmediatamente y la mira con una ceja levantada-. Amor, no me hagas esto. Eres tú quien dice que tengo que irme.

Sakura rompe a reír y se acerca hasta él para darle un cachete en el culo empujándole en dirección a la puerta.

-Prometo recompensarte cuando regreses -le susurra en el oído poniéndose de puntillas antes de darle un suave beso en los labios y subirle la máscara para que pueda marcharse.

Kakashi sonríe tontamente bajo la máscara y carga con la mochila fuera de la casa. Cuando está por cerrar la puerta se gira y inclina la parte superior de su cuerpo hacia delante para volver a besarla.

-Te amo.

-Yo también te amo.

-Dais tanto asco -se oye una voz a sus espaldas-. Lleváis casados demasiados años para seguir siendo tan jodidamente románticos.

Sakura se asoma para ver a Genma esperando apoyado sobre la pared de su casa.

-Buenos días Genma. ¿Celoso? -pregunta Kakashi.

-No voy a decir que no. Si llego a saber que Sakura iba a convertirse en esta ardiente mujer le habría tirado los tejos antes de que -

-Cuidado con tus palabras, estás hablando de mi mujer -pide Kakashi con un falso tono amenazador.

-¿Antes de qué? -pregunta Sakura saliendo a la calle-, ¿antes de que fuera legal?

Genma gruñe falsamente.

-Joder, Sakura, yo soy más joven que este vejestorio.

-¿Vas a seguir jugando esa carta gastada haciéndoles creer a los demás que eres más joven? Eres tres años mayor que yo -comenta Kakashi soltando la mochila y cogiendo a Sakura por la cintura.

-Mírale, que dominante. Relájate chico, no voy a quitarte a tu mujer.

Kakashi se ríe demasiado alto para dejarle ver claramente lo que piensa de su comentario.

-Genma, ni en tus sueños conseguirías que ella se fuera contigo.

-Sabéis que estoy aquí delante, ¿verdad? -interviene Sakura señalándose a sí misma con cara de incredulidad.

Ambos la miran y se ríen con inocencia.

-Está bien, vámonos -pide Kakashi besando a Sakura sobre la melena rosada antes de soltarla.

-Hasta la vuelta, Sakura -se despide Genma.

-Tened buen viaje. Y no dejes que se meta en líos -pide esta dirigiéndose al del senbon.

-¿Líos yo? ¿No te referirás a él? -pregunta Kakashi con falsa indignación tomando su mochila del suelo.

-No. Me refiero a ti -asegura Sakura riendo y dejando un beso en sus labios sobre la máscara.

Genma los mira haciendo un puchero.

-¿Tú también quieres un beso? -pregunta Sakura riendo.

-No diré que no.

Sakura se acerca hasta él y se pone de puntillas para darle un beso en la mejilla.

-Eso no es lo que esperaba.

-¿Y qué esperabas? -pregunta Kakashi desde detrás.

-Un ardiente beso en los labios -reconoce riendo.

-Agáchate -pide Sakura sonriente.

Genma se agacha con cara de no creerselo. Sakura se pone de puntillas, rodea su cuello con los brazos y deja un suave beso sobre los labios del jönin. Sin embargo, no le suelta, y Genma aprovecha para rodearla por la cintura.

Cuando él vuelve a inclinarse sobre ella una mano se coloca entre ambos. Genma gruñe decepcionado.

-No tientes tu suerte -comenta Kakashi empujándole con la otra mano-. Vámonos.

Luego se gira hacia Sakura y la mira interrogante. Ella se ríe por respuesta.

-¿Tengo que pedirle a mis hijos que te vigilen cuando no estoy en casa? -pregunta en broma pero con tono territorial.

-No seas ridículo. Era un simple beso en los labios de un pobre hombre desesperado. Tú tienes el menú completo.

Kakashi la mira con actitud dominante. Se acerca hasta su oído y susurra sobre él.

-Mierda. No me digas esas cosas cuando me tengo que ir. ¿Acaso quieres que me vaya a un país extranjero dirigido por mujeres con una erección bajo el pantalón?

-Atrévete a algo así y no podrás volver a tener una erección nunca más -comenta ella con una sonrisa pícara pasando la mano por encima de su pantalón.

Kakashi gruñe y la agarra del culo para atraerla hacia él.

-Te están esperando -comenta Sakura cogiéndole por la muñeca para quitar la mano de su culo.

Genma se mantiene al margen, se ha alejado un par de pasos, ofreciéndoles algo de privacidad, y no presta atención a la conversación.

-Eres injusta conmigo -continúa Kakashi sobre su oído-. Primero me enciendes y luego no me dejas hacerte el amor.

-Por mucho que me guste que me hagas el amor, que es mucho, ahora no podemos.

Kakashi gruñe un poco más alto de lo que debería, ganándose la mirada de Genma.

-Dios, mujer. No sé que le haces, pero tiene cara de estar sufriendo.

-Será mejor que nos vayamos -pide Kakashi ignorando su comentario-. Te veo en una semana -se despide volviendo a inclinarse sobre ella para besarla sobre la frente.

-o-

-¿Entonces vuelves mañana? -pregunta Sakura al teléfono mientras busca algo al fondo del armario.

-Sí. Por la noche. Pero llegaré para cenar. Hemos terminado antes de lo previsto y saldremos esta tarde.

-¿No es mejor que os quedéis para la celebración de cierre?

-Prefiero volver a casa -responde sin más.

-¿Va todo bien?

-Sí.

-¿Seguro? Noto algo en tu voz -pregunta preocupada mientras saca una caja del armario.

-Estoy cansado, eso es todo. Tengo ganas de volver y tumbarme en el sofá contigo y los críos.

-Yo también te echo de menos -asegura ella sabiendo a qué se refiere-. Yumiko no deja de preguntar por ti. Se alegrará cuando sepa que vienes antes de lo previsto. -Al abrir la caja descubre una peluca castaña y una caja de lentillas, lo que la hace volver atrás en el tiempo unos cuantos años.

-No se lo digas.

-¿Qué? -pregunta volviendo a la voz del teléfono.

-Había pensado en darle una sorpresa.

-¿Una sorpresa? -susurra girando la caja de lentillas entre sus dedos-. ¿Sabes qué? Tengo una idea.

-¿Una idea? -pregunta con curiosidad.

-Sí. Mañana pasa por tu despacho antes de venir a casa. Te dejaré una caja con una nota.

Kakashi levanta una ceja interrogante como si ella pudiera verlo al otro lado del teléfono.

-¿No vas a contármelo? -Un fuerte ruido se oye detrás de Kakashi. Éste se gira y mira a Genma peleando con un borracho- Tengo que dejarte, el idiota de Genma se está metiendo en líos otra vez.

-Ésta bien. Ve a salvarle de su propia estupidez -se ríe al otro lado de la línea.

Kakashi guarda silencio por un momento.

-Te amo -dice finalmente.

-Yo también te amo.

-Te veo mañana -se despide antes de colgar.

-o-

Kakashi se coló en su despacho por la ventana para no perder más tiempo en saludar a personas antes de dirigirse a casa. El despacho estaba vigilado por las entradas principales, sabía que enseguida detectarían su presencia. Pero esperaban que identificaran su chakra y no entraran a molestarle.

Localizó la caja con la nota de Sakura sobre el escritorio. La abrió y vio su disfraz de Sukea.

-¿Bromeas? -susurra para si mismo.

Se cambia de ropa en silencio y entra al pequeño baño privado de su despacho para maquillarse con la pintura morada, se cubre el lunar como pedía Sakura en su carta, después se pone las lentillas y la peluca. Regresa al escritorio y busca algunas cosas en la mochila con la que había viajado y las mete en la pequeña mochila marrón de Sukea, se la cuelga a la espalda y se escapa por la ventana por la que había entrado.

-o-

Llamó al timbre y espero a que abrieran. Unos segundos después Sakumo abrió la puerta.

El chico miró hacia arriba con cara de pocos amigos.

-Hola… -saluda Kakashi, indeciso en como continuar-, joven shinobi. Soy-

-Sé quien eres. No me gustas -sentencia Sakumo dándose la vuelta para entrar dejando la puerta abierta.

Kakashi se encoge de hombros y entra al salón. Deja su mochila sobre el sofá y gira sobre sus talones buscando alguna señal que indicara dónde estaban las chicas.

-¿Hola? -pregunta mirando a su alrededor. La mesa estaba puesta, pero no había rastro de Sakura ni de Yumiko.

Oye ruidos en la cocina y se dirige hacia allí.

-Hola -vuelve a decir entrando a la cocina.

Sakura se gira y sonríe al ver a Kakashi disfrazado de Sukea.

-Lo hiciste.

-Tú me lo pediste.

-No sabía si lo harías.

Kakashi se encoge de hombros y se acerca hasta ella para besarla, pero cuando esta a punto de hacerlo ella se escabulle entre sus brazos.

-¿Qué haces? Pueden vernos -susurra Sakura señalando fuera.

-¿Bromeas? -pregunta, la atrapa entre sus brazos y la besa con fiereza-. Me moría de ganas por volver a casa.

-Kakashi… -susurra sin querer dejarse llevar.

Sakura sube sus manos hasta su cuello para obligarle a separarse de ella y poder verle. Es entonces cuando se da cuenta de que, más allá del maquillaje, tiene un ojo morado.

-¿Qué te ha pasado? -pregunta preocupada y pasando sus dedos sobre el golpe.

Kakashi gruñe y la toma de la muñeca para impedir que le toque la zona amoratada.

-Genma nos metió en líos con unos borrachos.

-¿Te golpeó un borracho? -pregunta sorprendida.

-Eran unos cuantos. Me sujetaron entre varios.

-¿Al Hokage?

-No eran ninjas.

-¿Y por eso te dejaste golpear?

-No es que me dejara golpear. Pero realmente sabían pelear.

Sakura le mira preocupada.

-¿Te duele?

-El orgullo, más que otra cosa -reconoce inclinándose sobre ella para besarla dulcemente.

-Esta bien. Vamos a cenar.

-Si no te arrastro hasta la habitación ahora mismo es porque siguen despiertos -comenta pegando su erección a la parte baja de su estomago para dejarla notar lo que provoca en él.

-Está bien, guárdate para esta noche -pide ella riendo y separándose de él.

Kakashi acepta la propuesta y se apoya sobre la encimera.

-De cualquier modo, ¿quién les has dicho que soy? Sakumo me ha mirado con odio y se ha ido a su habitación.

Sakura se ríe ante la actitud de su hijo.

-Bueno, les dije que eras un amigo nuestro que vendría a cenar.

-¿Y cuál es el problema con eso?

-Ninguno. Pero supongo que hubieran preferido que su padre estuviera en casa.

Kakashi ríe ante ese comentario y se muestra orgulloso.

-Corta un poco tu aura de macho dominante.

-¿Y dónde está Yumi?

-Yumiko -corrige Sakura-, está en su habitación. ¿Quieres ir a buscarla?

-¿No sería un poco invasivo entrar a su habitación así? -pregunta señalándose a sí mismo.

Sakura la mira por un momento. Casi había olvidado que era Sukea, y no Kakashi, con quien supuestamente estaba hablando.

-Llevas razón. Ven -pide saliendo al salón-. ¡Chicos! Salid. Quiero presentaros a alguien.

-Por mi puede marcharse por donde ha venido -grita Sakumo desde su cuarto.

-Sakumo, juro que como no salgas ahora mismo y seas el hijo agradable que sé que eres te quitaré hasta la última pieza de tu colección -amenaza Sakura avanzando por el pasillo hasta la puerta de la habitación de Yumiko-. ¿Estás lista?

La niña mira a su alrededor buscando algo.

-No do encuento -exclama nerviosa.

-¿Qué buscas?

-A Kunio.

Sakura entra a la habitación y recoge una manta que descansa en el suelo. Bajo ella está Kunio, un oso de peluche, nada pequeño, que le regaló Kakashi.

-Y aquí está Kunio. ¿Pero va a venir a cenar con nosotros?

-Zi.

-¿No es un poco grande para acompañarnos en la mesa?

-No. Kunio ze zienta donde dada.

-Está bien -acepta Sakura sonriendo-. Ven, quiero presentarte a alguien.

-Zukea -dice la niña siguiendo a su madre y arrastrando a Kunio de la oreja.

-Eso es. Sukea.

Kakashi sonríe ante la visión de Yumiko que se abrazada a la pierna de Sakura con una mano, y sujeta a Kunio con la otra.

-Hola, pequeña Kunoichi. Me han hablado mucho de ti -asegura agachándose a su lado.

-Hoda. -Yumiko le mira con atención-. ¿Te duede? -pregunta llevando su manita a la cara de él.

-Un poco.

-Zanita, zana, codito de dana, que ze te cude hoy o ayed -empieza a tararear acariciando la zona golpeada.

-Creo que así no es -asegura Sakura riendo.

-¿No? Pues ha funcionado. Ya no me duele -asegura Kakashi tomándola de la manita con suavidad para impedir que toque el golpe-. Gracias señorita.

-De dada -responde Yumiko sonriente.

-Tengo algo para ti. Me habían dicho que te gustan los osos, pero ahora que veo a ese grandote creo que mi regalo no va a gustarte -asegura poniéndose en pie y recogiendo su mochila para buscar algo dentro. Cuando lo encuentra saca una pequeña caja envuelta en papel de regalo y vuelve junto a Yumiko para dársela.

La pequeña le mira desconfiando, pero estira la mano para coger la caja. La abre con nervios y un pequeño colgante de oso aparece ante sus ojos. Un pequeño grito de felicidad escapa de su boca y lo levanta en el aire para mostrárselo a Sakura.

Mida mama! -grita emocionada.

-Uooo. Es muy bonito. No tenías que haberte molestado -comenta mirando a Kakashi.

-No es molestia -comenta agachándose junto a Yumiko-. ¿Te lo pongo? -pregunta tomando el colgante de sus manitas y desabrochando el enganche para ponérselo alrededor del cuello. Yumiko sonríe y corre hasta la mesa olvidando a Kunio en el suelo en mitad del salón.

Sakura sonríe a Kakashi y señala la mesa.

-Siéntate. Vamos a cenar -pide dirigiéndose a la cocina.

-o-

-Tendrías unos trece años. ¿No? -comenta Kakashi mirando a Sakura.

-¿Y mi dada? -pregunta Yumiko con interés.

-A tu papa lo conozco de toda la vida -responde antes de meter un nuevo trozo de carne en su boca.

Sakumo mira con mala cara a Kakashi todo el rato.

-Yumiko, sólo porque te haya regalado un colgante no debe gustarte.

-Pedo es divetido -comenta la niña sonriente.

-También he traído algo para ti. Te lo daré después de la cena.

-¿Es alguna arma ninja?

-No -responde sin más.

-Hay algo en ti que no me gusta -dice con un claro tono acusatorio señalándole.

-Sakumo, tu papel de chico malo no es creíble. Déjalo ya -pide Sakura riendo-. Sukea es un amigo de la familia.

-¿Y si es un amigo de la familia cómo es que nunca ha venido antes por aquí? -pregunta de mal humor.

-Vivo lejos. Aunque pasé una vez cuando -Kakashi deja la frase a medias cuando nota cómo un pie sube por su pantorrilla hasta su entrepierna.

-¿Cuándo? -pregunta Sakumo al ver que no responde.

-¿Cómo? -pregunta a su vez habiendo olvidado la conversación.

-¿Cuándo viniste? -repite el chico.

-Fue cuando… -el pie sobre su entrepierna se mueve con habilidad, y sube la vista hacia Sakura, sentada enfrente de él, pero ella mira a Sakumo-. Fue cuando naciste.

-¿Estuviste aquí cuando nací? -pregunta sorprendido.

-Sí. Te vi nacer.

-Mientes. No lo recuerdo -le acusa poniéndose en pie y señalándole.

Sakura rompe a reír ante esa actitud y baja el pie liberando a Kakashi de su tortura.

-No está mintiendo. Él te tuvo en sus brazos cuando eras un bebe -afirma Sakura sonriendo.

-Es verdad. Eras igualito a tu padre -asegura riendo-. Nadie puede dudar que seas su hijo. Aunque tengas los ojos de tu madre -añade mirando a Sakura de regreso.

-¡Eh! Tú. No mires a mi madre así -grita Sakumo poniendo su mano delante del rostro de Sakura-. Si mi padre estuviera aquí no te dejaría hacerlo. Es ninja, te partiría en dos sólo con la mirada.

-No recuerdo que Kakashi fuera tan celoso -comenta como si nada.

-Oh, sí lo es -asegura riendo Sakura.

-Bueno, supongo que tiene alguien increíble en su vida que le hace ser celoso.

Sakura sonríe ante ese comentario y Sakumo le dirige una nueva mirada de odio.

-Relájate chaval. Respeto a tu padre como si fuera yo mismo. Nunca haría nada contra él o contra tu madre. Lo prometo -explica levantando un par de dedos y cruzando su pecho con ellos en señal de promesa.

Sakumo le mira dudando antes de volver a sentarse en la mesa.

-¿Edes ninja? -pregunta Yumiko.

-No. Soy fotógrafo -explica girándose hacia ella.

-¿De ninjas?

Kakashi se gira hacia Sakura ahora.

-¿No están un poco obsesionados con el tema ninja? -pregunta con humor.

-Mi dada es ninja -asegura Yumiko tirando de la manga de Kakashi para llamar su atención-. Tiene pedos. Mi mama tiene una baboda gigante. Yo teno dos nutias. Mi hemano ta cabeado poque no tiene mazcota.

Kakashi se lleva una mano a la boca para disimular una mueca y aguantar la risa ante la cara de cabreo de Sakumo.

-Yumi, no hace falta que le cuentes todo -comenta el chico con seriedad-. ¿De qué haces fotos? -pregunta cambiando de tema, pero con curiosidad, aunque intenta disimularla.

-Hago fotos de modelos sexys -comenta riendo y ganándose la atención de Sakumo.

Sakura le da un puntapié por debajo de la mesa, y Kakashi ahoga un gruñido en su garganta.

-Uoooo. Quiero verlas -pide Sakumo olvidándose de su falso desinterés.

-Es broma. Es broma. Soy fotógrafo de naturaleza. Viajo mucho. Por eso no he pasado mucho por aquí.

-¿Fotografías árboles? -pregunta extrañado.

-Bueno, árboles, montañas, ríos… paisajes en general.

-Suena bien -reconoce Sakumo volviendo a centrarse en su cena.

- un tuco de mazia -anuncia Yumiko.

Yumiko se pone en pie y corta un trozo de pan que pone sobre la mesa. Luego coloca las manos sobre la mesa cubriendo con una de ellas el pedazo de pan. Mueve las manos de un lado a otro todo lo rápido que puede, que no es mucho y con bastante torpeza, y en uno de los movimientos es demasiado evidente que su mano se acerca al borde para dejar caer el pan al suelo.

-¿A qué no zabez en qué mano ezta?

Kakashi mira fingiendo pensar, luego señala la mano bajo la que escondió el pan.

-Estoy seguro de que está aquí. Es imposible que lo hayas hecho desaparecer y no lo he visto cambiar de mano.

Sakumo resopla.

-No tienes que seguirle el juego.

-No sé de qué hablas. En verdad que no sé dónde está.

-¿Eztás segudo de que no quiedes cambiad de mano?

-Seguro -se reafirma cruzándose de brazos sobre el pecho.

-Puez no. No en ninuna. ¡Lo tidé al zuelo! -grita triunfante a la vez que se agacha para coger el trozo de pan y mostrárselo.

Kakashi sonríe y mira a Sakura, que aprovecha el momento para volver a subir su pie por el muslo de éste. Con rapidez él baja una de sus manos para atrapar el tobillo de ella y pasa su pulgar por la planta del pie descalzo a modo de caricia. A lo que Sakura responde con un pequeño gruñido y tensando su cuerpo. Le mira suplicante, pero él no hace caso y sigue torturándola presionando con sus dedos como sabe que tanto le gusta.

-Yo también sé algunos trucos -afirma clavando su mirada en Sakura-. ¿Quieres verlo? -pregunta girándose hacia Yumiko sin soltar el pie.

La cena pasa tranquila, e incluso Sakumo empieza a hablar con Sukea interesándose por su trabajo.

-o-

Cuando terminan de cenar los chicos se sientan en el suelo mientras que Kakashi y Sakura se relajan en el sofá.

-Oji-san, ¿no habías traído un regalo para mí? -pregunta Sakumo.

-Es cierto, casi lo olvido -Kakashi se inclina sobre Sakura para coger su mochila al otro lado del sofá-. Ayúdame -pide al no alcanzarla.

Sakura le acerca la mochila, la abre y saca una caja alargada que le ofrece al chico.

Sakumo arranca el papel de regalo y abre la caja. Dentro hay un kunai más alargado de la habitual con grabados en la empuñadura.

-Dijiste que no era un arma -grita emocionado.

-¿Es un arma? No soy ninja, no sabría decir -bromea Kakashi contento de ver la ilusión de Sakumo por el kunai típico del país al que había viajado.

-Mama, mira esto. Es increíble. Quedará genial en mi colección -comenta saltando sobre el sofá para mostrárselo.

-¿No tienes uno igual? -pregunta haciéndose la tonta,- juraría que ya hay un par en tu colección con grabados en la empuñadura.

-Claro que no. El que tengo es el Hiraishin del tío Naruto. Voy a ponerlo con los demás, ahora vuelvo.

-¿Entonces te ha gustado? -pregunta Kakashi sabiendo que nadie le responderá porque Sakumo ya corre por el pasillo.

-Le has perdido -asegura Sakura riendo.

Yumiko se levanta y se sienta entre ambos en el sofá.

-¿Tu haz vizto a mi dada?

-¿Cómo? -pregunta Kakashi sin entender la pregunta, ya que había dejado claro que eran amigos.

-Zu cara -explica girándose hacia él.

-Ah. Pues la verdad es que no. Es muy celoso de su identidad, ¿verdad?

-Yo no le he vito muto -comenta algo triste-. Tene un lunar. Pedo en caza tambén lleva la mazcara.

-¿Te gustaría que fuera sin ella en casa?

-. Pedo no ze lo digaz.

-¿Por qué?

-Poque a él le guzta llevadla.

-Seguro que si se lo pides tu se la quitará -interviene Sakura.

-No quiedo. Ze pondrá tizte.

-Tu papa te quiere tanto, que haría cualquier cosa por ti -asegura Kakashi.

Sakura puede notar que Yumiko está haciendo un puchero, y como quiere recuperar las risas piensa en algo rápido.

-¿Sabes qué Sukea, Naruto, Sasuke y yo una vez intentamos descubrir el rostro de papa a sus espaldas?

Yumiko se gira hacia ella para mirarla con atención.

-Es verdad -recuerda Kakashi riendo.

-Contádnoslo -pide Sakumo que llega al salón y se sienta en el sofá al otro lado de Sakura.

-Tío Naruto, tío Sasuke y yo estábamos aburridos, y Sukea se acercó a nosotros…

La historia hace reír a los pequeños, que se revuelven de risa sobre el sofá. Después de esa historia Yumiko pide que Sakura cuente la historia de como Naruto ganó el concurso de ramen comiéndose más de cincuenta boles de fideos. Pero en mitad de la historia la pequeña se queda dormida acurrucada contra Kakashi, por lo que Sakura corta la historia y manda a Sakumo a la cama. Kakashi toma en brazos a Yumiko y la lleva hasta su habitación.

La deja en la cama y la cubre con la manta. Después vuelve al salón y empieza a quitar la mesa mientras Sakura pelea con Sakumo para que entre en la cama y apague las luces.

A los pocos minutos regresa. Kakashi ha empezado a fregar los platos y ella se coloca a su lado y le da un pequeño empujón para hacerse hueco y empezar a secar los platos.

-Deberías ir más tiempo sin la máscara por casa.

-Si hubiera hecho eso estoy seguro de que me habrían descubierto esta noche -asegura riendo-. Es el último plato -indica pasándoselo.

-Puedes ir al sofá, ahora mismo salgo.

Kakashi vuelve al salón y rebusca en su mochila. Después regresa a la cocina y se acerca a Sakura con una pequeña caja entre las manos. Deja la pequeña caja sobre la encimera y se pega a su espalda rodeando su cintura con las manos. Ella, que está colocando los platos en un armario alto, nota unos labios contra su cuello.

-Hueles muy bien -comenta Kakashi hundiendo su nariz en el cuello mientras sube las manos por dentro de la camiseta hasta sus pechos.

-Estoy terminando.

-Déjalo para mañana -pide frotándose contra su culo.

-Es sólo un momento.

-Has estado toda la cena jugando conmigo. Déjalo y hazme caso -suplica apretando los pechos entre sus manos y dejando escapar un gruñido de placer sobre su oreja.

Sakura gime en respuesta y cierra la puerta del armario antes de darse la vuelta.

-Está bien. Ya está. Lo dejo -acepta riendo y secándose las manos con un trapo-. Soy toda tuya.

Kakashi mira la cajita sobre la encimera. Sakura sigue su mirada hasta el regalo.

-¿Qué es eso? -pregunta con curiosidad.

-No esperarías que trajera algo para tus hijos y nada para ti.

-No hacía falta.

-Mentira -asegura sonriendo y pegándose a ella para encerrarla entre su cuerpo y la encimera-. Te conozco. Luego me habrías estado dando la brasa durante una semana.

-De verdad. No hace falta que traigas algo cada vez que vuelves de un viaje.

-Bueno, Sukea no viene muy a menudo -comenta inclinándose sobre ella para atrapar sus labios-. ¿No era esto una fantasía tuya? -pregunta divertido.

-No lo negaré -responde abriendo su boca para que él pueda profundizar su beso.

-¿No tienes curiosidad sobre qué contiene la caja? -pregunta entre besos.

-Mucha. Pero no quería darte el gusto de verme como una niña. Sé cuánto te gusta hacerme de rabiar -responde riendo.

Kakashi se separa de ella. Coge la cajita y se la entrega. Sakura despega el celo que mantiene el papel regalo en su lugar y abre la caja.

Una circunferencia enlazada con la forma de un diamante dividido en nueve más pequeños que simbolizaban sus dos clanes. La circunferencia parecía un cuarzo rosado y los pequeños diamantes eran… diamantes.

-Esto ha debido costarte una fortuna -susurra levantando la mirada para verle.

La mirada de esos ojos verdes fija sobre él de aquella manera siempre le ponía duro.

-No te preocupes por el dinero.

Kakashi toma la caja de sus manos en una suave caricia y saca el colgante. La obliga a girar y sube sus manos con el colgante sobre la cabeza de ella para luego bajar y colocarlo sobre su escote. Se acerca más a ella para besar su cuello mientras abrochaba la cadena.

Sakura lleva su mano sobre el colgante.

-¿Te gusta? -pregunta sin dejar de besar su cuello.

-Me encanta -responde casi en un gemido.

-¿Cuánto te gusta? -pregunta de nuevo tomándola de las caderas para tirar de ella hacia atrás y dejarla notar lo duro que estaba.

En ese momento son interrumpidos por el grito de una pequeña pelirrosa que había estado en la puerta de la cocina escuchando a escondidas.

CHACHAROOOO! -grita corriendo con la cabeza por delante, como buena kunoichi.

Kakashi se gira a tiempo para que la cabeza de Yumiko impacte en su entrepierna.

Tras un grito, quizás menos masculino de lo que le hubiera gustado se lleva las manos a la, ahora, más que una dolorosa erección, y cae al suelo sobre sus rodillas con los ojos llorosos.

-¡YUMIKO! -grita Sakura asustada-. ¿Qué has hecho?

Pero la niña la ignora y empieza a golpear con las manos abiertas a Kakashi. Éste se dobla sobre si mismo por el dolor de su entrepierna sin a penas notar como las manos de Yumiko caen sobre su cabeza una y otra vez. Sakura se interpone entre ambos y se agacha frente a Kakashi parar obligarle a levantar la cabeza y mirarle.

-¿Estás bien?

Él solo niega dejando escapar un gruñido.

-¿Por qué has hecho eso? -pregunta Sakura entre sorprendida y cabreada dirigiéndose a Yumiko.

La niña le mira avergonzada y empieza a llorar.

-Yo zolo quedía desdedime de oji-san.

-¡Yumi! ¿Por qué le has golpeado? -vuelve a preguntar tomándola por el codo con un tono de voz autoritario.

-Ze eztaba pazando contigo -dice entre lagrimones-. Dada no eztá aquí, pero él no quedía que hiciedas ezo.

Sakura se gira a mirar a Kakashi que se lamenta encogido en el suelo. Luego vuelve a mirar a Yumiko.

-Mierda -susurra Sakura-. Yumi, está bien. Él es papa.

La niña le mira claramente confundida conteniendo el llanto.

-Sukea es papa -repite Sakura.

-Él no ez mi dada -niega Yumiko.

-Es papa. Está disfrazado -le explica-. Mira -dice llevando sus manos a la peluca castaña y retirándola para que Yumiko pudiera ver el característico pelo plateado de Kakashi.

-¿Ez dada? -pregunta todavía conteniendo las lágrimas.

Kakashi, que todavía está arrodillado con las manos sobre su entrepierna, levanta la vista para mirarlas a ambas con lagrimones en sus ojos y afirma en silencio.

-¿Dada? -pregunta de nuevo.

Kakashi vuelve a afirmar incorporándose sobre sus talones. Yumiko mira a su madre una vez más esperando que confirme que se trata de Kakashi. Cuando Sakura afirma, la niña salta sentándose sobre las piernas de su padre, a lo que éste responde con un nuevo gruñido, pero dejándose abrazar por ella.

Dada! -grita feliz casi ahogándole en un abrazo alrededor de su cuello.

Kakashi por fin retira las manos de su entrepierna y la abraza de regreso.

-Te eztañé.

-Yo también te extrañé -dice algunos tonos más graves a lo habitual.

Yumiko recuesta la cabeza sobre el hombro de Kakashi y se queda ahí en silencio. Sakura los mira entre feliz y preocupada. Kakashi sube la vista hasta ella.

Sakura mueve sus labios gesticulando parar preguntar si se encuentra bien y Kakashi niega en silencio.

-¿Quieres una bolsa de hielo? -pregunta ahora en voz alta, obteniendo una afirmación silenciosa por respuesta-. Yumiko, papa tiene que descansar, y tú también, vuelve a la cama -indica mientras busca en el congelador una bolsa de hielo.

-Me guzta muto el ozo -comenta Yumiko soltándose de él-. Ahoda me guta maz poque me lo ha dedalado dada.

-Me gusta que te guste -responde no sin esfuerzo mientras coge la bolsa de hielo y la lleva a su entrepierna a la par que deja escapar un gruñido de alivio.

-¿Eztáz bien? Ziento lo de antez -dice con carita triste.

-No te preocupes. Estaré bien -afirma poniendo su mejor sonrisa.

-No zabía que eraz tú -se excusa-. Ha zido divedtido -asegura riendo.

-Vamos, a la cama, es tarde -interrumpe Sakura tomándola en brazos.

Kakashi se pone en pie con dificultad y se dirige al fregadero. Se quita las pegatinas moradas bajo sus ojos y abre el grifo de agua fría. Después deja que sus manos se llenen de agua antes de mojarse la cara y frotarse los ojos. Parte de la pintura morada se va con el agua, revelando el ojo morado, que ahora se ve peor de lo que parecía bajo el maquillaje.

Sakura regresa a la cocina a tiempo para ver a Kakashi inclinarse sobre el fregadero y meter la cabeza bajo el grifo de agua.

-¿Tanto te duele? -pregunta susurrando a su espalda.

-¿Sabes lo que duele un cabezazo en las pelotas? -pregunta sin sacar la cabeza de debajo del agua.

-He tenido un par de hijos. Los cuales eran bastante más grandes de la media, por herencia de su padre que mide más de un metro ochenta, seguro.

-¿Y tenías una erección cuándo eso pasó? Por qué duele mucho más -comenta cerrando el grifo e incorporándose-. Y yo fui un bebe de tamaño medio -asegura girándose para mirarla.

Sakura frunce el ceño y se acerca a él para abrazarle por la cintura, no sin antes mirar de nuevo el ojo morado y fruncir el ceño con preocupación. Kakashi la abraza por encima de los hombros.

-¿Estarás bien? -pregunta hundiéndose en su pecho.

-Sí. Estaré bien. Pero no creo que hoy pueda… ya sabes -responde besando su coronilla.

-Es una pena, yo también tenía una sorpresa para ti -asegura con tono pícaro.

-¿Una sorpresa?, ¿qué sorpresa? -pregunta olvidando por un momento el dolor.

-Tendrás que esperar para saberlo.

-¿Tiene algo que ver ese conjunto de encaje que he tocado antes por debajo de tu camiseta?

Sakura se asombra de su capacidad de percepción.

-Es una parte de la sorpresa.

-¿Y cuál es la otra parte? -pregunta pegándose a ella para volver a pasar sus manos por debajo de la tela de la camiseta, pero esta vez la arrastra hacia arriba en su camino hasta los pechos de ella sin retirar la vista del par de ojos verdes.

Sakura sonríe pícaramente.

-Tendrás que esperar a estar mejor -asegura sonriendo.

Kakashi se agacha sobre ella para besarla, luego sus labios bajan por el cuello mientras deja suaves besos húmedos. Se separa un momento para sacar la camiseta de Sakura de su camino y vuelve a posar sus labios en la suave piel de los pechos que asoma por encima del sujetador de encaje.

-Dios. Eres preciosa. ¿Estás segura de que has dado a luz a dos críos? ¿No me estarás engañando? -comenta con humor.

-Kakashi, deberías detenerte.

-¿No me has echado d— ¡Grrrr! -no puede terminar la frase por el dolor que le produce una nueva erección-. Vale. Llevas razón.

Sakura se ríe, y se separa de él. Kakashi ahora puede mirar el sujetador desde cierta distancia y nota como su parte baja se tensa más intensificando el dolor que el golpe había producido. Cierra los ojos y se quita su propia camiseta para lanzársela a ella.

-Ponte esto.

-¿Qué?

-Quizás sea mejor si duermo en el sofá -comenta saliendo de la cocina con unos andares diferentes a lo habitual.

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NdA: Hola de nuevo. Aquí va el primero de los que ganaron la continuación por las votaciones de la celebración de los 100 drabbles y los 5 años con esta cuenta.

Este es justo el que nunca localicé quien pidió, así que no puedo dar créditos a la autora del título (si estás por aquí manifiéstate). La petición fue: Continuación de "No soy Sukea" con título "Sukea el que besuquea" y aquí está. Fue uno de los que más votos consiguió. Espero que os haya gustado. Estoy trabajando en los demás. Ya sabéis que, aunque tarde un año, responderé a todas las peticiones que se hicieron ;)

Gracias por seguir leyendo y por los comentarios. OS QUIERO.