Bueno, he estado trabajando arduo en mi trabajo, escuela y en el fic, así que espero les guste este capitulo.

Aclaro que esta etapa oscura de Mei y su pasado esta llegando a su fin, ya voy a comenzar con cosas mejores y a relatar con más precisión lo que va a ser esta relación, ya hay planes y quiero ver que tanto logro acomodarme a mis ideas, necesito hacer apuntes.

Manu: Por supuesto que te leo, con todo y lo que hago, pero me doy mis tiempos y sí, también habrá adrigami y lukanette, y un tercer amorío, no more spoilers. No me he puesto a ver las teorías y avances de la temporada 4, de momento estoy muy ocupada para verlas y no me quiero frustrar.

noir 0: Si juntar a Vivica con Luka es el deseo de la producción, no me voy a oponer, pero tampoco creo que vaya con Kagami, así que eso estaría mejor (Creo), por lo de felizxlila, nope, tampoco, son personajes que quiero meter lo menos posible a mi historia y si es posible, evitarlos, la pobre de Mei va a tener suficientes problemas como para lidiar con ese par.

A mi ángel guardián, gracias por aparecer en mi camino (Ya sabes quien eres)


Dos ataques de akuma se habían presentado en el transcurso de la semana, Marinette le dijo a Mei que no había necesidad de su presencia mientras no fuera un draconico, por lo que únicamente observaba las noticias desde el televisor para asegurarse de que no fuera a ser un akuma fusionado con alguna escama.

De alguna u otra manera, Marinette la había convencido de comprar esa ropa, no estaba muy de acuerdo por lo extravagante que era para ella, pero aun a regañadientes, acepto usarlo esa tarde para el concierto.

-¡Si vino!- Grito Rose al salir corriendo hacia la chica, a quien abrazo con mucho afecto –Que bueno que viniste Mei

-Y en una sola pieza- Esa mañana, Mei había tenido un percance en la panadería, por accidente había derramado un poco de agua y olvidado limpiarla al instante, lo que le había provocado una quemadura en el brazo al caérsele una charola recién sacada del horno de croissants, por lo que tuvieron que llevarla al hospital para ser tratada. La noticia se había pasado de Marinette a Alya y, por ende, al resto de sus amigos, por lo que este hecho hizo creer a más de uno que no asistiría al concierto –A parte de la cicatriz que me quedara, todo está en orden

Los amigos de Marinette charlaron con Mei por buen rato, a pesar de ser una chica un poco tímida, se había relacionado muy bien con sus amigos y eso le gustaba.

-Conozco a todos los tripulantes de mi embarcación, pero tú no estás en mi lista- La voz de Anarka sorprendió a los acompañantes de Mei en ese momento -¿Cuál es tu nombre?

-Ah, emmm… yo…

-Ella es Mei Ling- Dijo la voz de Luka detrás de la mujer, para luego quedar de frente a su madre a un lado de Mei –Es la prima de Marinette que viene de china

-Bienvenida a bordo, el Liberty es para aquellos que quieran expresar su libertad sin ser juzgados…

Mei reverencio a la mujer, como una de las pocas costumbres de las cuales aún no podía deshacerse, viendo cómo se alejaba entre el resto de los jóvenes ahí.

-Ahora que lo pienso, este barco fue el que vi aquel día que vine a hacer mi tai chi a orillas del rio- Mencionó la chica, riendo por la coincidencia de las cosas –Gracias, tu madre me intimido un poco…

-Tranquila, suele hacer eso cuando desconoce a alguien, pero es una mujer maravillosa- Expresó el chico desviando la mirada y encogiéndose de hombros - ¿Estas bien? Juleka me contó lo que te paso esta mañana

-Sí, solo fue un resbalón- Mei sentía sus mejillas arder, pero se sentía demasiado tímida en esos momentos por la cercanía de Luka para con ella ¿Dónde estaba Marinette? Que alguien le echara un balde de agua helada era esencial en ese momento –Al menos no estaba sola, mis tíos estaban ahí…

Por la cabeza de Luka pasaron muchos pensamientos sobre cómo habría sido el accidente, aunque conociendo a la chica, tendría ya rato trabajando como para que dejara pasar por alto ese pequeño detalle; la había visto trabajar a inicios de semana, viendo lo cuidadosa que era con todo lo que hacía, por lo que le extrañaba el accidente.

Cuando Luka al fin la dejó con el resto fue para ir a prepararse para el concierto, Marinette se acercó a ella y Alya la tomó por el cuello.

-Temo decírtelo, pero esa ropa te va de maravilla- Acostumbrarse al tacto era esencial, no le molestaba, pero en ese momento, le incomodaba -¿Marinette tiene algo que ver con tu atuendo?

-Prácticamente me obligo a comprarlo, no me siento tan cómoda con el- Señalo los pantalones entubados y la playera a rayas en manga tres cuartos –Aunque no descarto la idea de que pueda acostumbrarme

Los que la escucharon rieron, unas guitarras sonaron y todos se acercaron a la banda, Mei se sentía extraña al estar entre tanta gente, por lo que se había quedado atrás, podía escuchar con claridad la cantarina voz de Rose, así que se quedó ahí.

Cinco canciones fueron las que tocaron, cinco canciones que escuchó sin pensar en nada más y disfrutando de la noche que ofrecía París ¿Qué era lo que le atraía de él? ¿Por qué su mirada y sus movimientos le eran tan cautivadores? En varias ocasiones lo había atrapado mirándola ¿pero porque? Sus temores volvían, y lentamente comenzaba a cerrársele el mundo.

Adrien no se había presentado en el Liberty, por lo que las chicas hacían un esfuerzo descomunal por animar a Marinette un poco, y claro estaba, que su mejor anestesia, era Luka. Alya creyó pertinente no decir nada, a pesar de que la chica llevara en Paris poco menos de un mes, por lo que guardaría esta vez el secreto.

Sentada en un taburete, Mei descansaba, había tenido una mañana muy ajetreada y los medicamentos que le habían dado para el dolor la tenían algo adormilada y, aunque rodeada de todos se sentía mejor, no podía evitar mostrar lo que su cuerpo más necesitaba; descanso.

Por la mañana, Mei había omitido su práctica de tai chi, quedándose a dormir un poco más de lo normal. Tom y Sabine respiraron al saber que estaba descansando y, al mismo tiempo, felices de tener ahora a su hija ahí.

-Tenemos que decirle ya- Expresó la mujer mientras terminaba de acomodar los panes recién sacados del horno, haciendo que Tom y su hija voltearan a verla –No podemos guardarle más el secreto Tom, solo falta un mes

-¿Un mes?- Preguntó la joven mientras se acercaba a su madre -¿Qué va a pasar con ella?

-El abogado habló con el juez, otorgándole un mes para analizar el caso de Mei a profundidad ya que, al parecer la familia de su madre no quiere hacerse del todo cargo de ella- Marinette notó la seriedad con que su madre hablaba, aunque interiormente temía que ella se fuera –Tú padre y yo, estamos peleando por la custodia de Mei, si la ganamos, ella se quedará aquí, con nosotros, pero también depende de lo que ella quiera…

Marinette sintió felicidad y preocupación, luego tristeza ¿Cómo podía almacenar todas esas emociones en su pecho en un momento y tan repentinamente? Mei se había convertido en su compañera, su confidente y su mejor amiga

-¿Y si ella no quiere quedarse?- Pregunto con tristeza la joven, sintiendo que le quitaban algo importante –No quiero que se vaya…

-¿Quién va a irse?- La voz de la peli jade los tomó por sorpresa, llevaba su tradicional qipao e iba descalza, como si hubiera olvidado sus zapatillas; miró a su familia con curiosidad –Tía… ¿Qué está pasando?

Explicarle a Mei sobre su situación legal era complicado, cuando sus tíos le plantearon la idea de que podía aceptar quedarse con ellos y no volver nunca más a China hasta que ella lo eligiera, le abrió un mundo de esperanza; sin embargo, ver a su familia materna le era doloroso ¿Quién más podía haber causado tantos estragos en su mente? Ellos, nadie más.

Y ahí, encerrada en su habitación, sumida en la angustia, Mei sentía que caía en un profundo hoyo de negros recuerdos que la atormentaban. Sus recuerdos felices eran escasos, los tristes le oprimían el corazón en el pecho y sus ansias de sentir ese fino y peligroso dolor aumentaban.

Los días transcurrieron en paz, los akuma no estaban aún en sincronía con los draconicos, pero Mei estaba cada vez peor en lo referente a su enfermedad. Explicarle a Marinette la situación de su prima le hizo aún más complicado concentrarse en sus clases y en su deber como Ladybug ¿Cómo podía ayudarla? En su interior, sabía que no podía de momento, pero trataba de ser lo más considerada con ella.

El trabajo se había vuelto insignificante para ella, no deseaba levantarse por las mañanas, y aunque lo intentaba, nada salía como lo deseaba. En dos ocasiones había vuelto a ir a parar al hospital por algunas puntadas, y en más de cuatro, a punto de perder algún dedo de la mano.

-¿Por qué no viene Mei con nosotros?- Pregunto Rose mientras estaban en la habitación de la franco-china esperando a que Juleka se terminara de vestir para una sesión de fotos –Ella podría usar el otro conjunto

-Ella… no está en condiciones de venir en este momento Rose- La voz de Mari tembló, dubitativa, la única que sabía sobre la condición de Mei, a parte de ella, era Alya –Es mejor no molestarla por ahora

Si no deseaba preocupar a sus amigas, lo mejor era mantenerse animada y feliz de que Juleka volviera a ser su modelo, aunque esta vez Adrien no había podido acompañarlas, por lo que la chica posó sola. Alya fungía de camarógrafa, y estaba bien, era simplemente una muestra de lo que la chica podía hacer a base de practica y esfuerzo.

Esa tarde pareció sentirse mejor, por lo que salió de su habitación, tomo una ducha, se metió en la cocina y preparo algo de comer para ella. Cuando sus tíos la vieron entrar a la cocina de la panadería, se alegraron de que intentara volver a sus actividades normales; Tom y Sabine trataban de ser prudentes con sus palabras, hablando de todos los buenos deseos que la gente le enviaba y, aunque su habilidad para el manejo de la masa pareció volver, Mei no pudo evitar derramar algunas lágrimas en señal de alegría y agradecimiento por toda la gente que había preguntado por ella.

Cuando sus ojos pudieron ver nuevamente a su prima trabajar al lado de su padre, sintió que algo regresaba a sí misma, pero que le sonriera le conmovió, y aunque hubiera querido decir mil y un cosas, Marinette entendió que ese era un ciclo sin fin, a lo mejor podía estar bien mañana, y seguir así por meses, pero a lo mejor no, y ella estaría ahí para apoyarla.

-Gracias por tu paciencia- La voz de su prima la tomó por sorpresa, al menos en lo que se sentaba en el piso con la charola en las manos y luego la dejaba frente a ambas. Había sándwiches y croissant tibios, así como leche con chocolate –Yo… prometo estar bien, intentarlo, por ustedes, para no causarles molestias…

-No digas eso, no nos causas ninguna molestia- Marinette se acercó mucho más a su prima, estar con alguien que la comprendía la hacía fuerte, y ese día, ni siquiera se había preocupado porque Adrien no hubiera ido con ellas a la sesión de fotos, ella tenía otro deseo y anhelo más grande en ese momento –Sólo quiero que hables conmigo cuando sientas que no puedes más, o con mamá y papá, pero no queremos verte de nuevo encerrada en esa habitación por días y sin saber que pasa por tu mente

Mei abrazó a Marinette, estaba suficientemente agradecida y en confianza como para hacerlo ¿era este el amor fraternal que necesitaba? Sintió que su corazón tomaba fuerza y su mente avanzaba, dejando en el pasado todo aquello que la agobiaba de momento.

-Oye, estos sándwiches están deliciosos…

-¡Baxia!

Los ánimos volvían a recomponerse, esa noche ambas charlaron y charlaron hasta que el sueño las invadió.

El día del juicio había llegado, su corazón palpitaba con fuerza en su pecho y se estremecía a cada rato, veía su reflejo en el espejo, donde podía ver los estragos de su enfermedad entremezclados con la alegría que aparentaba tener. Se había prometido ser fuerte, pero le hacía falta apoyo moral, siendo incapaz de pedirle a sus amigos (que no eran tan de ella) que la acompañaran.

Cuando entraron a la corte, únicamente estaban el matrimonio Dupain-Cheng, ella y su abogado de su lado, Marinette estaba sentada en la parte de atrás, y vaya sorpresa al ver llegar a todos sus amigos; del otro lado, estaban los más cercanos parientes que tenía de con su madre y su respectivo abogado.

Los tíos de la chica argumentaban un mejor futuro para la chica, dando a entender que eran mucho más importantes las tradiciones familiares que cualquier otra cosa, sin embargo, sus palabras no tenían validez ante el juez, no todavía, ya que él deseaba interrogar a la chica de primera mano.

-Señorita Mei Ling Cheng, usted ha vivido toda su infancia en una ciudad donde es complicado para una mujer coexistir en la sociedad- EL juez hizo una pausa, mirando a la chica y viendo que le ponía atención, continuo -¿Cómo fue para usted venir a París y adaptarse a este tipo de vida? Tómese unos minutos para pensarlo

Claro que había tenido miedo, que estaba asustada, pero nunca pensó que su prima tuviera tan buenos amigos, algo que la hizo sentirse cómoda y en confianza desde un principio, y aun con ese pensamiento, no tuvo el valor para pedirles asistir ella misma. El juez se aclaró la garganta, ella tenía la respuesta.

-Tenía miedo, estaba asustada y desconcertada por la muerte de mis padres, no sabía que iba a ser de mí, pero…- Había hablado con la voz un tanto temblorosa, pero esa última palabra lo cambió todo; había firmeza y confianza, tenía el valor suficiente para decir esas palabras, a sabiendas que estaría a salvo –Marinette y sus amigos me ayudaron a adaptarme, me enseñaron París y por primera vez sentí que era importante para alguien, que me querían, sentí apoyo y amistad, y todo el temor se esfumó. El tío Tom me enseñó a cocinar sus panes, y me encanta, nunca había tenido algo que hacer en mi hogar, y hoy puedo decir, que amo estar aquí, porque siento como si este hubiera sido el lugar en el que nací y crecí, no por mí, sino por el recibimiento de la gente a mí alrededor

Mei sonrió al momento en que miraba a sus amigos, pero los orbes azules de Luka la hipnotizaron, y aunque esta vez no hubo un sonrojo tan explosivo, sintió sus mejillas arder. El juez cambió de hoja, ella había respondido a más de una de sus preguntas, pero aún quedaban algunas incógnitas.

-Aquí dice que sufre de depresión mayor, vienen indicadas algunas dosis de medicamentos para ello- El juez negaba con la cabeza, sin entender como una chica tan joven podía tomar esa clase de medicamentos -¿Puede decirnos algo sobre eso?

-Señoría, mi cliente quisiera aclarar ese punto…

-Silencio- Su mazo resonó en la habitación, esto perturbo los pensamientos de la chica, a sabiendas que, si no decía nada, podría perderlo todo –Dejen que la chica responda…

Balbuceo, miraba a Marinette, a Tom y Sabine, miró a Adrien, y a cada uno de los compañeros de Marinette, pero sobre todo, a Luka, quien le asintió, le dedicó una sonrisa y en sus labios se formaron unas palabras que, aunque fueran mudas, pudo entenderlas.

-Mi depresión viene del rechazo familiar en mi niñez… esto me llevó a un intento de suicidio en una ocasión, y desde entonces, trate de alejarme de mi familia y de todas aquellas personas que rechazaran mi existencia- Los ojos de los hermanos de su madre mostraron la rabia que les daban las palabras de su sobrina ¿Cómo iban a poder apelar a eso? –Desde entonces, no había tenido mucho contacto con las personas, y me limitaba a un pequeño círculo; creí que venir a Paris iba a ser una mala idea, pero desde que llegue, no había tenido problemas hasta hace unas semanas, cuando supe que tenía que volver a verlos a ellos

El hombre dijo unas palabras en chino que la chica entendió muy bien, pero no le preocupo, no cuando el juez ordenó silencio nuevamente. Suspiró por lo problemático del asunto, el jurado tomaba nota de todo lo que sucedía; cuando el juez miró una vez más a la chica, dudó en preguntar lo que tenía pensado y, aunque lo vio innecesario, lo hizo.

-¿Estas cómoda con tu estadía en el hogar del matrimonio Dupain-Cheng y su hija?- Mei creyó que era una broma, pero mantuvo la compostura -¿Te han dado el hogar que hubieras querido desde pequeña?

Su mirada se posó en sus tíos, sus ojos se llenaron de lágrimas y se vio en la necesidad de limpiarse los ojos antes de responder; con firmeza y confianza lo soltó.

-Sí, me gusta vivir aquí, ellos son lo más cercano que he tenido a una familia de verdad y no quisiera que eso cambiara en un futuro…

El juez dio por terminada la sesión, otorgándole al jurado media hora para dictar un veredicto, Mei no quiso salir a ver a sus amigos, no todavía, pero dejó entrar a Marinette a la habitación donde ella estaba, al menos para no sentirse tan nerviosa y desesperada. Cuando el tiempo acabo, Mei estaba a un lado de Tom y Sabine, el juez llamó al jurado.

-Una vez analizado el caso y teniendo en cuenta las palabras de esta jovencita ¿Cuál es su veredicto?

-Por la custodia de la señorita Mei Ling Cheng, le otorgamos la custodia legal al matrimonio Dupain-Cheng, sin embargo…- El cabeza del jurado hizo una pausa, tomando una segunda hoja y aclarándose la garganta, agregó –La joven deberá retomar su curso escolar, así como deberá atender su problema de depresión y tratarlo con un especialista para mejorar su calidad de vida. Servicios infantiles monitoreara a la chica hasta la mayoría de edad, una vez finalizada su adolescencia, ella podrá decidir por cuenta propia que será de su vida

No había nada que argumentar, sus tíos y el abogado salieron de la sala, mismo donde el abogado entregaba los papeles de la chica al matrimonio, así como algunas pertenencias que la chica había dejado en China.

Para ella, la celebración no era necesaria, pero conociendo a sus amigos, seguramente que querían celebrar el triunfo y la alegría de que ella estuviera ahí. No tardaron absolutamente nada en armar una pequeña fiesta de bienvenida en el parque, Tom había dejado un pastel preparado para ese momento, por lo que salió de la casa con él y lo dejó en una mesa previamente decorada.

Días después del juicio, los padres de Marinette buscaron ayuda profesional con respecto a la enfermedad de la peli jade; en su observación médica, el especialista afirmó que su condición era un tanto delicada, físicamente tenía el desgaste casual y alguna que otra sintomatología, pero con el cuidado debido, mejoraría sin la necesidad de fármacos aunque, de momento, recetando algunos para alguna ocasión especial.

Los trámites para su ingreso al colegio Francoise Dupont habían comenzado, había que hacerle algunas evaluaciones previas para asegurarse del nivel de conocimientos que la chica poseía, por lo que, mientras se llegaba la fecha, continuaba ayudando a sus tíos en la panadería.

-El servicio al hotel Le Grand París será en dos días ¿Estas lista Mei? - Preguntó Tom con entusiasmo mientras observaba a Mei trabajar en el frente de la panadería, Sabine se unió a él, tomándole del brazo -¿Vas a querer ayuda?

-Estoy más lista que una pulga- Sus palabras los hicieron reír, Mei estaba en paz, tranquila y sin ningún deterioro extra desde aquel día –Puedo arreglármelas sola tío, pero si quieres ayudarme, estaré encantada

La noche llegó, Mei había descansado lo suficiente como para trabajar toda la noche en el exigente paladar de la rubia caprichosa, ella comenzaría la preparación, su tío se encargaría de la cocción, por lo que había comenzado con ayuda de Sabine a cocinar los rellenos antes de tomarse un descanso.

El viernes por la tarde, Marinette salió corriendo del salón, sorprendiendo a todos sus compañeros, pero la rubia tal vez tenía una idea de a dónde iba. En su escape, Marinette chocó con uno de sus compañeros, cayendo al piso.

-Hey, deberías tener más cuidado- La voz de Luka la tomó por sorpresa, ofreciéndole su mano para ayudarla y levantándola cuando la acepto -¿A dónde vas con tanta prisa?

-Quede de ayudarle a Mei en el evento del hotel, creo que no durmió en toda la noche ayudando a papá en todo lo que pudo- Se sacudió la ropa y recogió sus cosas con ayuda de Luka –Ha de estar agotada…

-Probablemente- LE entregó sus pertenencias y se pusieron de pie al mismo tiempo -¿Puedo ayudarles en algo?

Sin pensarlo, Marinette asintió y ambos se dirigieron a toda prisa hacia el hotel, Chloe ya estaba ahí ando ordenes, sin tomarle importancia a la llegada de ambos chicos, quienes se dirigieron a la mesa donde Mei acomodaba aun varias cosas.

-¿Necesitas ayuda?- Pregunto Luka asomándose al otro lado de la mesa, donde la chica trataba de sacar una serie de luces que había llevado para decorar la mesa de los croissant, aunque su sorpresa por la presencia de Luka era mucho mayor –Ven, te ayudare…

-Ah, este… yo… gracias…- Se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja, levantándose del piso y entregándole la serie de luces a Luka –Me alegra verte…

Mei no pudo contestar a eso, estaba bastante cohibida con su presencia, por lo que solo se limitó a ayudarle con las manos; y cuando sus manos rozaron la del otro, inexplicablemente Mei se fue de espaldas contra el piso.

-¡Mei!

La voz de los Dupain-Cheng en conjunto con la de Marinette llamó la atención de todos los presentes, notando que sus pies se habían enredado en la serie de luces.

-Ya, toma asiento y no muevas ni un solo dedo- Le dijo severamente la mujer mientras la callaba con un movimiento en la mano –Nos haremos cargo de lo demás…

-Pero tía Sabine…

-Nada de peros jovencita, ya has hecho demasiado por este evento- Al ver la triste expresión que se había formado en el rostro de su sobrina, la mujer se dulcifico y acercándose a ella, le acarició una mejilla –Nos has ayudado mucho, y te lo agradecemos, pero ya es hora de que nosotros hagamos la siguiente parte

Y ahí, sentada en la silla detrás de la mesa, Mei observo a sui prima trabajar con entusiasmo mientras que Luka ayudaba a Tom a cargar algunas cajas de croissant que faltaban por acomodar, así que saco su bloc de dibujo de su mochila y comenzó a bosquejar la silueta de lo que sus ojos veían desde ese plano; su agilidad era increíble, varios de los que pasaban se quedaban mirando las habilidades de la chica, sorprendiéndose por lo hábil que era y sin tocar una sola vez el borrador.

Cuando el evento concluyó, la familia recogió lo que era de su propiedad y volvieron a casa con la satisfacción de haber hecho nuevamente un excelente trabajo; Luka se marchó a su hogar, despidiéndose de la familia y dedicándole a Mei una sonrisa antes de darse la vuelta y marcharse.

Mei parecía desfallecer, pero aun así, tuvo las fuerzas para ir a la habitación de Marinette y charlar con ella, por lo que, ahí tumbada sobre la cama de la chica, miraba desde su posición a la peli azul trabajar en su computadora.

-No puedo creer que aun tengas fuerzas para trabajar, estoy rendida- Tenía la cara contra la almohada, por lo que sus palabras fueron absorbidas por el relleno, aunque alzó la cara para ver la reacción ante sus siguientes palabras –Estabas feliz de que Kagami no estuviera al lado de Adrien ¿cierto?

-Eso es mentira…- Los hombros tensos la delataban, Mei rio bajito -¿Qué te causa tanta gracia?

-Ver lo enamorada que estas de ese chico- Era la primera vez que trataba el tema con su prima, no quería incomodarla, por lo que siempre se reservaba esos comentarios, pero ahora, podía hacerlo libremente, ya que esperaba ver nacer una relación entre ellos –Adrien Agreste es el chico perfecto, o eso creo… nunca he estado enamorada de alguien…

-Has venido a la ciudad perfecta- Expresó, poniéndose de pie y con las manos en la cintura, sonrió feliz –Ya verás que pronto encontraras a alguien a quien amar

Las palabras de su prima la hicieron sonreír, aunque sus ojos se cerraban lentamente mientras la peli azul continuaba hablando, hasta que no pudo escuchar nada más. Cuando menos lo pensó, Marinette volteó a ver a su prima porque no escuchaba respuesta a su pregunta, por lo que la pilló profundamente dormida.

-Descansa, hoy hiciste un excelente trabajo- Se metió en la cama junto a su prima y la arropo –Buenas noches…