Una disculpa por no poder responder sus reviews, la verdad publico a la carrera, ando muy ocupada y apenas tengo tiempo para escribir, pero les agradezco sus comentarios. Manu, te debo respuestas, lo se, pero de momento tengo muy poco tiempo.
A partir de aquí pueden matarme, o no se, ya ando medio muerta hoy jajajaja
Solo espero disfruten este episodio cómico y raro.
Su rutina cambiaba todos los días, había días en los que tenía tiempo de meditar, a veces despertaba a Marinette, que porque según ella quería acompañarla y aprender, sobre todo con el alboroto que tenía Chloe con ella. Los días que no había clases por una u otra razón, prefería pasar las mañanas ayudándole a su tío en la panadería, había aprendido a hacer los pasteles especiales de Tom y ahora ella preparaba una receta especial de relleno dulce, obviamente bajo la supervisión del hombre.
-¿Y si no está lista?- Preguntó con miedo, mirando la tarta, perfecta y hermosa, tentativa sobre su plato giratorio, estaba cubierta de frutos rojos y una mermelada especial receta del panadero -¿O si no sabe bien?
-Tranquila, esta tarta será la mejor que hayas cocinado en tu vida- Agregó Sabine, tomando a su sobrina de los brazos y tratando de quitar la tensión de ellos –Ahora, córtala y probémosla
Con la mano temblorosa y la punta del cuchillo acercándose… dejo el cuchillo sobre la mesa y se dio media vuelta, retirándose a la esquina más alejada de la panadería y cruzándose de brazos, mirando con recelo a la tarta que nada le había hecho. Sus tíos suspiraron, esta era la primera vez que se animaba a cocinar algo tan complejo y entendían que estuviera asustada de que algo no saliera bien.
Cuando Sabine decidió ir a su lado, la puerta se abrió, dejando ver a la extravagante rubia, últimamente la veían más por la panadería que por los salones de belleza, y es que visitaba continuamente a la peli jade. Sus ojos se posaron velozmente en la tarta recién hecha que había hecho, por lo que se sintió con el mundo derrumbo al ver la admiración de su amiga por lo que aún no sabía si estaba bien hecho.
-Justo lo que estaba buscando- Exclamó, por lo que la mandíbula de Mei se había ido al piso, sacudió la cabeza unos segundos, esperando nunca hubiera dicho las siguientes palabras -¡Me la llevo!
Su cuerpo se petrífico, lo cierto es que la rubia ni siquiera la había visto a ella, por lo que no estaba consciente de su presencia en el lugar. Tom sacó unas cuentas rápidas, y aunque no hubiera nada que esa chica no pudiera pagar, no entraba en su ética el abusar de su estatus; le dio un preció a la chica y lo pagó, Sabine puso la tarta en una caja para llevar y Chloe salía de la tienda, cuando Marinette llegó, ninguna se dijo palabra alguna, pero Marinette si vio a su prima.
-Oye ¿estás bien?- ¿Pálida? Si, lo estaba, se habían llevado su tarta recién hecha, y que no había probado –Mei
-No- Fue lo único que dijo para ver a la rubia subir al auto del alcalde y alejarse -¿Por qué lo permitieron?
-¿Cómo decirle no a Chloe Burgeois?- Ambos se encogieron de hombros, como si no hubiera habido otro remedio.
Marinette no entendió lo que había pasado antes de que ella llegara, pero que Chloe comprara una tarta en la pastelería de sus papas se le hizo sospechoso. Pensando que sería Mei quien saliera corriendo tras la rubia, sorpresa al ver que sería su propia hija quien abriera la puerta y fuera detrás del auto; no tuvieron tiempo de reaccionar, Mei se había quitado el mandil, y sin sacudirse la harina, salió tras los pasos de su prima.
-¿Qué ha pasado?- Preguntó Tom mirando la cabellera Jade de su sobrina desaparecer por los vidrios -¿Tú lo sabes?
-Ni yo lo se cariño…
Ambas chicas iban corriendo detrás de la limusina, como si realmente pudieran alcanzarla a pie, por lo que Mei detuvo a Marinette al halarla del brazo y casi haciendo que cayera al piso.
-Espera Mari ¿Qué planeas hacer cuando la alcances?
-Nada, solo quiero saber que va a hacer con esa tarta- La peli azul mostraba cierta decisión en la mirada que su prima no comprendió ¿en verdad sentía tanto resentimiento por esa chica que deseaba cambiar? -¿Vienes conmigo o no?
-Es que no tiene sentido, lo único que me preocupa es…- Inseguridad, maldita inseguridad ¿Cómo podía estar bien la mayor parte del tiempo y de pronto sentirla adueñarse de ella misma? –Me dio miedo probarla, acabo de hacerla, y no se ni siquiera a que sabe
-Entonces vamos a ver cuál es su reacción- Marinette envió un mensaje a Alya ¿Qué le había dicho? No lo sabía –Andando
Marinette corrió en ese momento ¿Qué hacia ella? Pero la adrenalina que conservaba y el miedo, la hicieron seguirla ¿Por cuánto tiempo? No lo sabía, deteniéndose al sentirse desorientada y, aun con paso acelerado, caminando en busca de su prima, hasta que choco con alguien.
-Perdona- Se excusó mientras le ayudaba a recoger lo que llevaba en unas bolsas –Estoy buscando a alguien y creo que me perdí por unos momentos…
-No te preocupes, todos podemos perdernos en algún momento- El chico alzo la vista, cruzando miradas con la peli jade por una fracción de segundo –Nunca te había visto en París ¿De dónde vienes?
-China- Mei le entregó sus cosas, depositándolas en la bolsa que el mismo sostenía –Soy Mei Ling, pero todos me dicen solamente Mei
-Un placer, mi nombre es Eric- Una sonrisa traviesa se formó en los labios del chico, algo que Mei no supo interpretar como bueno o malo -¿Y a donde te diriges?
-Creo que al hotel Le Grand París, no sé a dónde iba mi prima a ciencia cierta…
-Sigue ese camino, saldrás a una avenida de dos sentidos, da vuelta a la izquierda y ve derecho, deberías poder ver el hotel desde ahí- Mei le agradeció, haciendo una reverencia, pero el chico notó en sus manos algo que lo dejo sorprendido, viendo a la chica alejarse –Suerte…
-Oye, esos eran…
-Así es Ike, eran anillos del panteón draconico- Le respondió al pequeño dragón que apareció a su lado, solo que apenas podía verse debido a su transparencia –Esa chica es quien trajo a los draconicos a esta ciudad
-Bueno, no parece una mala chica- Dijo otra vocecita desde su bolsillo derecho –Tímida es, pero nada que un buen chiste no pueda arreglar ¿verdad Eric?
-Deja las bromas Hlal, si ella tiene los anillos de los nueve hijos dragones, debe tener más aliados- Una voz más calmada y llena de benevolencia hablo del otro lado –Debemos apiadarnos de ella por la batalla que ha estado librando sola
-Vayamos a casa, la próxima vez que aparezca un draconico, aremos acto de presencia…
Sin más que decir o ver, el joven se dio la media vuelta y continuo su camino, aunque llevaba una sonrisa traviesa en su rostro, divertido por haber encontrado al fin a quien podría ser su nueva… ¿amiga?
…
Cuando estaba por llegar al hotel ¡Pum! Su choque fue inminente, ambas habían llegado al mismo tiempo, no sabiendo que había entretenido a su prima por su vía rápida. Se pusieron de pie y entraron al hotel, Mei tenía libre acceso por petición de Chloe, Jean Patrick la vio y solo le sonrió, aunque se le hizo raro ver a la peli azul con su prima, se encogió de hombros y continúo su camino.
-Ahí está- Dijo Mei en un murmullo, alcanzando a ver a Sabrina, sentada en una silla y con los ojos vendados -¿Qué está haciendo?
-Te juro que si hace una sola maldad con ese pastel, no te dejo volver a estar junto a ella- Las palabras de Marinette, cargadas de resentimiento la hicieron sudar frío, como si estuviera enfrentándose a algo muy peligroso, y a sabiendas que podía llegar a ser verdad todo lo que saliera de su boca en esos momentos –Hoy veras la maldad de Chloe Burgeois
Chloe sacó el pastel de la caja, dejándolo frente a Sabrina y luego descubriendo los ojos de su amiga. Sabrina estaba maravillada, pero no entendía el porqué del pastel.
-Por nuestra amistad, para que perdure y sea una de las mejores- Marinette estaba tan sorprendida por lo que escuchó, que no pudo evitar abrir la boca, pero Mei reía, sintiendo la incomodad de su prima al darse cuenta de que no era lo que ella esperaba, esto las delató, por lo que se vieron obligadas a esconderse, aunque Mei se resignó y asomó la cabeza -¿Cheng? ¿Pero qué estás haciendo aquí?
-Es… una larga historia…- Apenada, Mei explico lo sucedido con la tarta, la expresión de Chloe fue algo que Marinette nunca había visto –Entonces, al final, Marinette me acompaño para ver que reacción te daba el sabor de la tarta
Chloe cortó la tarta, dándole un trozo a Sabrina y cortando otros tres, uno para ella y otro para Mei y Marinette. Para la peli jade era aún inaceptable, no había probado la tarta cuando las otras tres chicas ya estaban con el tenedor en la boca y sus mejillas sonrosadas.
-¡Esta deliciosa!- Sabrina se agarraba las mejillas mientras tenía los ojos cerrados –Es tan dulce y sabe tan bien
-¿Por qué tanta inseguridad por una tarta? Tú puedes hacer esto y más- Expresó la rubia, mirando con admiración la rebanada que había en su plato –Eres tan buena como Dupain-Cheng y sus famosos macarrones
-Gracias Chloe- Mei tomó la primer probada de tarta, confirmando lo que su amiga decía, sutiles sabores que armonizaban con las frutas, el almíbar casero y el relleno dulce –Esta deliciosa
Cuando volvieron a casa, Marinette tenía otro pensamiento sobre Chloe, aunque no del todo completo como para decir que ahora era una buena persona. Sabine y Tom escucharon de ambas chicas la reacción de la rubia al probar la tarta y satisfechos con lo que Mei había logrado.
…
¿Cómo podía el tiempo pasar tan rápido? No hacía mucho, se encontraba todavía entre la concurrida ciudad de China, atiborrada de sus cientos de miles de habitantes, y ahora estaba aquí, en su presente, a un lado de su ventana, disfrutando de un té caliente mientras miraba a la gente correr para resguardarse de la lluvia.
-¿Cuándo crees que Zhao decida atacar de nuevo?- La vocecita de Jia la sacó de sus pensamientos, volteando a ver a la pequeña dragón almeja mirar por la ventana también -¿Y si esta vez no podemos derrotarlo?
-Tranquila Jia, siempre le derrotaremos…
Todo tembló, como si algo hubiera emergido de lo más profundo de la tierra, sabía lo que era, pero en ese momento no tenía idea de donde estaba Marinette; se transformó, saliendo por la ventana hacia el torrente de lluvia.
La cuestión en ese momento es que no sabía a lo que se enfrentaría, tampoco el momento en que Chat Noir y Ladybug aparecerían, por lo que a pesar de que estaba asustada, se sentía preparada para enfrentar a ese draco-akuma.
Un tacleada, un golpe fulminante que la desoriento en el aire y que la llevó contra un muro ¿Cómo había obtenido tanto poder un draco-akuma? Tampoco había visto a un draconico utilizar movimientos del combate cuerpo a cuerpo ¿Qué demonios pasaba con estos enemigos?
…
No habían pasado ni cinco minutos cuando ya se encontraba en una habitación, rodeada de todos sus amigos, Alya y Nino los habían resguardado a todos en un espacio muy reducido, por lo que era inevitable el roce accidental entre ellos. Pero esa no era la mayor preocupación de Marinette, todos miraban las noticias mediante sus móviles, y entre más escuchaba, más desesperada se sentía, y no es que no quisiera salir de ahí, es que la puerta había terminado bloqueada y no podían salir de ahí.
Pero ella no era la única que estaba desesperada, Adrien estaba con ellos, así que ni Ladybug ni Chat Noir harían acto de presencia en esta ocasión ¿Cómo iba a defender parís sola? ¿Sería capaz? Lo había hecho en china, pero eran simples draconicos, estos de aquí, eran mucho peores.
Entre más tiempo pasaba, más se cansaba y poco a poco le era más difícil mantener el ritmo del enemigo; en esta ocasión la espada no era opción, debía usar sus habilidades mágicas y su cuerpo al mismo tiempo, las lanzas de escama la ayudaban en momentos para alejar a su contrincante que, reforzado por las escamas era más difícil de enfrentar, no tenía oportunidad de conseguir un golpe certero, fuerte, algo que lo dejara en desventaja contra ella.
Saco las garras, sus vestiduras le daban la apariencia de llevar cuero sobre lo que antes era piel desnuda ¿Qué tanto podía modificar su apariencia el dejar que los cuatro dragones la tomaran? Entregando una parte de sí, había logrado cosas inimaginables ¿era este uno de esos momentos críticos?
Había convocado una lanza especial con la espada corta, pero su contrincante la arrebató de sus manos antes de que pudiera utilizarla, rompiéndola en dos y tomándola por el cuello para luego dar un salto e incrustarla en la pared de ladrillo. Sintió que le faltó el aire, pero los ojos frenéticos del draco-akuma la terminaron por asfixiar.
-Pelea solo con tus puños- Su voz llamó su atención, como si fuera alguien honesto en los combates –Un combate no se gana con armas…
¿Qué hacía? ¿Cómo se soltaba del agarre tan firme, tan fuerte? Había logrado tomar aire, pero estaba dolorida y cansada, ella que todo lo había podido en China, no lo lograba en París. Encajó sus garras en el brazo de su enemigo, podía perforarlo, pero su fuerza bruta era demasiada.
Un quejido, su mano tratando de defenderse, otro quejido, la desesperación aumentaba, otro quejido, su brazo cayó, sin fuerzas.
-No puedo más- Pensó, sintiendo como la fuerza la abandonaba, sintiendo los dedos de su enemigo apretar con más fuerza su cuello -¿Sera…?
Una garra completamente desconocida para ella apareció, tomando el brazo de su enemigo y alejándolo de la chica, que se quedó incrustada en el muro, observando a su salvador, no entendiendo que sucedía; estaba mareada y cansada ¿Qué diablos estaba pasando?
