Manu: La verdad, de momento, no tengo contemplada otra historia de miraculous en estos momentos, tengo ya mucho que hacer y no parece, pero si me esta costando escribir y mantenerme al tanto con esta.
El clima ya no le preocupaba, se había adaptado al frío, desde que iniciara su entrenamiento, algo había cambiado en ella, tanto física como mentalmente y todo esto se notaba y todos sus amigos lo notaban. Marinette la había acompañado a comprar ropa para el invierno, por lo que notó el cambio en la seguridad de esta.
No hacía más de media hora que había llegado a casa de Eric, pero engañosamente, eso le hizo creer su cerebro. Esa semana había estado notando que se estaba sobre esforzando en los entrenamientos, llevaba vendas, parches y moretones visibles por todo el cuerpo; y ese día no salió bien librado del combate.
-Tú no tienes la culpa, no es la primera vez que se lastima ese tobillo- Gao trataba de retirar el sentimiento de culpa de la chica –Sólo adelantaste lo que yo ya le había dicho
Estaba sentada en el sillón con el rostro entre las manos, avergonzada de haber lastimado a su compañero; le caía mal, pero no como para llegar a lastimarlo.
-Lo siento…
Fue lo único que pudo decir antes de ponerse de píe y tomar sus cosas para luego salir de la casa. Se sentía culpable de haberle lastimado, no había satisfacción en esa mejora suya, se había vuelto una buena contendiente y Eric no tenía ya más trucos bajo la manga, simplemente se lanzaba al ataque sin importarle que sucediera.
La nieve caía lentamente a su alrededor, al parecer había comenzado desde la madrugada, por lo que las calles tenían nieve acumulada a los costados y había algunos accidentes provocados por el hielo y el descuido de los parisinos.
-¿Qué es ese ruido?- Se preguntó a si misma mientras escuchaba unos leves gemidos, trato de seguirlo, pero no fue hasta que Yazi salió de su bolsillo que la guio hasta un callejón, a un montón de cajas húmedas y frías, y ahí, entre todo ese alboroto, encontró un pequeño gatito que apenas y se movía ¿Qué hacía? ¿Cómo podía ayudarlo? Lo tomó tan sutilmente entre sus manos, que se sorprendió cuando el pequeño reaccionó –No ha de tener más que unas horas de nacido…
-¿Qué vas a hacer con él?- Suanni se acercó al pequeño cachorro –Esta helado…
-¿Se come?- Baxia, tan poco oportuno como siempre.
Mei no lo pensó, salió del callejón y lo llevó hasta una veterinaria, la primera que se atravesó en su camino, lo llevaba dentro de su chamarra para que se calentara, por lo que, cuando lo vio el médico, las muecas en el rostro de este no le auguraban nada bueno.
-No creo que sobreviva…- Las primeras palabras la paralizaron ¿Cómo podía una nueva vida comenzar y extinguirse en un santiamén? –No es necesario que te esfuerces, los gatos bebe no sobreviven, a parte parece tener hipotermia, puedo sedarlo y así dejara de sufrir…
Tomo al gatito al ver que el preparaba una aguja, salió del consultorio dándole a la recepcionista el dinero de la consulta y caminando por las calles en busca de otra veterinaria. Pensaba en que el tiempo era vital, si no encontraba ayuda pronto, actuaria por cuenta propia,
-Pero que cara tienes…- Esas palabras solo podían venir de una persona -¿Pero qué sucede?
Mei le mostro el gato a la rubia, quien soltó un chillido al ver lo pequeño que era, no necesito más palabras, llamo a al chofer y pronto la limusina estuvo frente a ellas; las palabras de Chloe sorprendieron a la chica.
-Llévanos a la veterinaria más cercana lo antes posible, es una emergencia…
Mei le explico rápidamente que ya lo había llevado a una y el diagnóstico del médico, Chloe aseguro que la llevaría con un verdadero especialista. Cuando arribaron al lugar, el pase fue inmediato ¿Quién negaría la atención a la hija del alcalde?
-Tiene hipotermia, es un bebe de solo unas horas, es un milagro que esté vivo- Aseguro el doctor con el pequeño gato entre sus manos –Al parecer es un Maine Coon, es una rara raza de gatos que solo se encuentran en Estados Unidos, los que llegan a esta parte del continente son por transportistas de contrabando, los venden a altos precios y las hembras suelen estar en pésimas condiciones
-Bueno ¿va a sobrevivir o no?- Pregunto desesperada la rubia mientras el doctor hacia unas muecas -¿Y bien?
-Habrá que poner mucho de su parte para que sobreviva, está muy débil, pero tengo lo que necesita- El doctor abrió puertas, cajones, iba y venía, dejando frente a las chicas un arsenal de cosas para el cuidado del pequeño gatito -¿Crees poder hacerlo?
-Por supuesto…
-¿Cuánto es por todo?- Preguntó la rubia, sorprendiendo a su amiga.
Cuando salieron de la veterinaria y volvieron a subir a la limusina, Mei sostenía al pequeño gato, ahora envuelto en una manta y buscando alimento. Chloe había sido muy amable al pagar todo lo que ella llevaba para el cuidado del pequeño animal, aunque estaba segura que luego se lo compensaría.
-Gracias Chloe…
-Hash, no tienes nada que agradecerme, para eso son las amigas- Expreso, sonriendo y apurándola –Ahora ve y cuida de ese gatito, quiero saber su progreso
Asintió, pero ahora tenía otro problema ¿Cómo les explicaba a sus tíos que llevaba un animal callejero a su casa? Bueno, pues en cuanto puso un pie dentro de la panadería, la cara de sorpresa de Sabine y Tom no se dio a esperar.
-¿Qué es todo eso Mei?- Pregunto Sabine al ver la bolsa que llevaba colgada al brazo, y el pequeño bulto entre sus manos -¿Qué ha pasado?
Con mucha pena, la peli jade les explicó a sus tíos lo que había pasado, como lo había encontrado, el primer diagnóstico, la ayuda de Chloe y como se había prestado a pagar todo lo que ya llevaba. Tom no estaba de acuerdo, los gatos soltaban mucho pelo y eso no era bueno para la panadería, pero su sobrina había hecho hasta lo imposible para tratar de salvarlo ¿No habían hecho ellos lo mismo al recibirla en su casa?
-Está bien, se queda, pero tú deberás comprarle todo lo que necesita, limpiar sus pelos, su arenero y bañarlo, así como llevarlo a sus vacunas y revisión médica cada vez que lo requiera- Una sonrisa en el rostro de su sobrina lo hizo sentir confiado en que no fallaría –Ahora ve y encárgate de é…
Se acercó a sus tíos y les dio un beso en la mejilla a ambos, subiendo a su habitación y dejando al pequeño gatito sobre su cama mientras los dragones lo cuidaban, menos Baxia. Retiro algunas cosas de su mesa de noche, quito su lámpara y coloco ahí la cama y la luz térmica que el veterinario les vendió, ajusto la temperatura y acomodo al pequeño mientras preparaba la formula especial.
-Iré por agua, cuídenlo en lo que regreso- Iba a salir de la habitación, pero se regresó y tomo a Baxia –Tú vienes conmigo…
Calentó el agua y tomo algunos bocadillos, volviendo a su habitación y dejando la comida cerca de los dragones para que la tomaran, preparo la formula y tomo la pequeña jeringuilla, llenándola de leche y con algo de miedo, tomando al pequeño gatito.
Debía incitarlo a comer, colocar la jeringa en su hocico no era fácil, pero poco a poco él solo la fue tomando, para ella era poco lo que había consumido, pero recordó las palabras del médico cuando menciono que solo tomaría lo suficiente, pudiendo guardar el resto de la formula en el refrigerador.
-Hola- Marinette llego en ese momento, sorprendiéndose por la presencia de tan extraño inquilino –No lo puedo creer, es un gatito ¿Cómo lograste que te dejaran tenerlo?
-Creo que más bien el tío Tom se compadeció de el- Mari acariciaba al gatito, que se encontraba bajo la luz térmica –Lo encontré entre algunas cajas, el doctor dijo que era un Maine Coon, y que suelen traerlos de Estados Unidos para venderlos a altos precios aquí
-Que crueles, pero es un milagro que lo hayas encontrado tu…
-O el a mi…- Una mueca se plantó en su rostro, suspiro –Chloe pago la consulta y todo lo que ves aquí, y le estoy muy agradecida, el primer veterinario me dijo que no sobreviviría, pero no me voy a rendir…
A pesar de escuchar el nombre de la rubia, Mari se mantuvo ecuánime, mostrando preocupación por el pequeño cachorro que descansaba bajo la luz.
…
Los días siguientes fueron de doble trabajo para la chica, el abuelo la dejó descansar en lo que Eric se recuperaba, esto le permitió encargarse por completo de su nuevo compañero; no había mostrado mejoras significativas, pero ahora no batallaba para que tomara la leche.
La victoria se vio reflejada cuando al mes, el pequeño había crecido y subido de peso, había abierto los ojos casi a los veinte días, según el médico por su abandono al nacer y su pelo había comenzado a parecer algodón esponjoso. A partir de ese momento podía bañarlo, aunque debía continuar con la estimulación de esfínteres, ya que la madre gato lo continuaba haciendo hasta pasado el mes; aunque podía comenzar a practicar con el arenero.
Cumplidos tres meses, el felino estaba fuera de peligro, ahora jugaba con todo lo que se atravesara en su camino, Mei había sido muy cuidadosa en tratar de enseñar donde podía y donde no podía afilarse las uñas, el pedestal había sido inútil, pero mantenía la esperanza de que con el tiempo, terminara por usarlo.
…
El nombre del felino no estaba especificado aún, no hasta esa tarde, cuando al fin el veterinario le dijera a ciencia cierta si era hembra o macho, por lo que, al saber que era un macho y después de haber hecho un poco de investigación, se dio cuenta de que terminaría viviendo con un gato del tamaño de la mitad de un tigre.
Cuando al fin estuvieron en casa, Sabine le permitió al pequeño felino disfrutar un poco de la libertad, dejándolo pasear por la sala. Mei ayudaba un poco en la cocina, por lo que el pequeño solo deseaba estar pegado a quien el reconocía como su madre; sin no tener alguna otra opción, se lo hecho en la bolsa del vestido y ahí lo dejó.
No era un día muy productivo, no había ataques akuma, draconicos o combinados, al parecer sus enemigos se lo estaban tomando con demasiada tranquilidad, y que bueno, porque el pie de Eric aun necesitaba reposo, o eso fue lo que le dijo el abuelo Gao cuando fue a visitarlos hacia un par de días.
-Hoy estas más trabajadora que de costumbre- Expresó Mei al entrar a la habitación de su prima y verla clickear y teclear velozmente frente a su monitor -¿Qué haces?
-La representante de Jagged Stone se puso en contacto conmigo, quiere que le prepare unos diseños para su nueva gira y yo no tengo idea de que hacer- La peli azul estaba comenzando a entrar en pánico, algo similar a lo que pasaba cuando hablaba de Adrien, pero no tan distraída -¿Crees que puedas hacerme un favor?
-Claro, lo que necesites…
-Quede de acompañar a Chat Noir esta noche en la ronda nocturna, pero no puedo dejar esto para después ¿Puedes cubrirme con Yang?- Mei sonrió condescendiente a su prima, asintiendo –Gracias, gracias, lo encontraras en la punta de la torre Eiffel; no te preocupes por el gatito, iré a verlo de vez en cuando para asegurarme de que está bien
Se despidió de Marinette, cuando llegó a su habitación, notó que el pequeño felino estaba dormido en su cama ¡Su cama! Hizo una mueca, aunque era más una sonrisa torcida y de felicidad que cualquiera otra cosa.
-¿Ya me lo puedo comer?
-Baxia, no se come, es una mascota y va a crecer- Le explicó Mei como por cuadragésima tercera vez, tomándolo en sus manos y arqueando una ceja cuando la miró –Así que por favor, entiende que no te lo puedes comer, ahora, démonos prisa, tenemos que reunirnos con Chat Noir
Se transformó y salió por la ventana, se dirigió a la punta de la torre Eiffel, cuando no había villanos, le gustaba pensar que podía mirar toda la ciudad desde esa altura y dibujarla; los pasos detrás de ella le hicieron girar un poco la cabeza.
-Oh, eres tú- Chat Noir mostró sorpresa, meneando la cola y acercándose con cautela a su compañera -¿Tomas café?
-Muy poco, prefiero el té- Tomó el vaso, aún tibio –Gracias, espero no te moleste que tome el lugar de tu Lady…
-No te preocupes, creo que está un poco cansada de mí- Chat se sentó sobre el barandal, tal como un gato lo haría y Yang se recargo sobre el frío metal, notando cierta tristeza en las palabras del gato -¿Te molesta oír las penas de este gato?
Negó con la cabeza, incitándolo a hablar, destapo un poco su café y olió el dulce aroma a vainilla, el sabor a leche y un toque sutil de café.
-Pensé que realmente había algo entre ustedes- Mentir era algo natural en ella, tanto como Yang como siendo Mei, por lo que no era notoria la diferencia –Aunque… aún tienen muchos obstáculos por delante, tal vez algún día entienda tus sentimientos gatito
-Eso quisiera, pero uno se cansa de esperar…- Guardaron silencio, permitiendo que todo se acomodara en sus mentes, Chat rio irónico, bebiendo su café de un sorbo, sorprendiendo a la chica dragón. Yang apenas y había dado unos sorbitos, estaba acostumbrándose al sabor tan dulce -¿Y tú? ¿Qué me dices de ese payaso de Yue?
Chasqueo la lengua contra los dientes, luego soltó unas carcajadas que solo lo confundieron, nunca había estado tan relajada, no cuando estaba en su forma de heroína, ese café, la charla y la compañía le habían hecho bien.
-No tengo nada que ver con él, como tú lo dijiste, es un payaso y no me cae bien, pero no puedo negar que es útil y sin él, ciertamente no habría podido derrotar a ese draco-akuma aquella vez- Miró con interés el vapor humeante de su café desvanecerse frente a sus ojos, dio otro trago y luego miró al gato -¿Estas celoso, gatito?
-Por supuesto que no, es solo, que no me cae del todo bien, no confió en él- Yang soltó una risita, había pasado tanto tiempo entrenando con Eric y su abuelo, que había comenzado a tomarles confianza, pero no la suficiente como para decirle que tenía la traducción del grimorio y que conocía a la persona que tenía el original, así como los anillos faltantes. Chat se acercó a ella, mirando con curiosidad a los ojos de la chica -¿Te gusta alguien?
Los ojos de Yang se abrieron, hasta que sintió que sus cejas se alzaron y de pronto, el súbito aumento de calor en sus mejillas, por lo que se colocó la máscara velozmente y miró con los ojos entrecerrados hacia la ciudad. Chat había notado ese sonrojo, mostrando su blanca dentadura en una sonrisa burlesca, y listo para atacar.
-Oh, me interesaría saber quién es ese chico ¿Lo conozco?- Había apoyado el antebrazo sobre el metal, luego acomodándose para mirar a la chica juguetonamente mientras meneaba la cola de un lado para otro – ¿Es un héroe de parís? ¿Rubio? ¿Traje negro? ¿Lindas orejas?
Yang explotó en risas, soltando toda la tensión que sentía en su cuerpo por la pregunta del gato, soltó un suspiró y luego terminó de beber su café cuando se retirara la máscara otra vez. Volteo a ver al gato, aun acomodado tan galantemente a un lado de ella y esperando alguna palabra por su parte, pero no iba a responder como él quería.
-Hay gatito, sueñas que vuelas ¿verdad?- Yang estiro su brazo derecho, comenzando a acariciar la cabeza del chico, que comenzó a ronronear –El amor no es para chicas como yo, o eso creí, hasta hace poco…
-Oh, creo que mi dragón favorito está enamorado…
-No seas ridículo, yo…- Una pluma de nieve cayó sobre la punta de su nariz, el hielo extenderse por el metal, a punto de congelarle los pies y también a sus compañero en ese momento, por lo que apenas había alcanzado a tomarlo y saltar al tejado más cercano, resbalando con el hielo –Solo me descuide unos segundos…
Habían caído hechos una maraña, pero pronto se recuperaron para comenzar a analizar la situación, todo estaba cubierto de hielo, algo que inminentemente les daba una idea de cómo sería su enemigo, lo que sí, es que desconocía por completo sus habilidades.
-¿Es un draco-akuma?
-No, es un akuma simple, pero este tiene algo diferente al primero que se presentó- Notó entonces que Chat estaba desprotegido, por lo que antes de que llegara, se colocó frente a su compañero y lo cubrió de una ráfaga aire helado que creo una barrera alrededor de ellos –Definitivamente, Zhao ha sabido aumentar el poder de los dracos… necesito que te pongas tus escamas, no creo que Yue venga a auxiliarnos y utiliza también la escama de Baxia, probablemente te sirva…
Chat desapareció, por lo que Yang se concentró de lleno en tratar de encontrar a su enemigo, recorrió el camino de hielo que se había formado, notando que los copos de nieve eran mucho más grandes, gruesos y que caían con más frecuencia e intensidad entre más se acercaba.
-Creo que este es el nido…
-Estas en lo correcto…
Las palabras la tomaron por sorpresa, por lo que se detuvo en seco y se quedó ahí, esperando algún movimiento que le indicara de dónde provenía la voz; tomó una escama de su cinturilla y la convirtió en una lanza, las telas que comúnmente colgaban de esta parte de su traje se habían convertido en un pantalón de cuero, cubriéndola del frío.
-He estado... reinventando la manera en que combino las escamas…- Su corazón se aceleró, sentía que le faltaba el aire –Hola Yang, creo que ya has de saber quién soy…
Sus sentidos se habían visto nublados por conocer la voz de quien fuera su enemigo desde hace algún tiempo, notando en ese momento que se trataba de una voz femenina. Unas esquirlas de hielo trataron de atacarla por la derecha, pero estas no alcanzaron a llegar, Chat Noir las había destruido con sus habilidades, y no precisamente había utilizado el Gataclismo.
-¿Estas bien?- Le pregunto el gato negro al verla aún petrificada en su lugar –Yang…
-Ya vi que has unido fuerzas con los guardianes de la caja del origen, pero eso no será suficiente, pronto tendré más draconicos que podré fusionar con los akuma de Hawk Moth y tú y tus amigos caerán…
El draco apareció de la nada, tratando de golpear a Chat Noir, pero Yang había alcanzado a tomar al draco por la cola y lanzarlo lejos; había sacado las garras y su cabello estaba tornándose blanco tornasol, en su muñequera izquierda había aparecido el caparazón de una almeja.
Estaban acostumbrados a pelear juntos, Chat solía ser un buen apoyo para ella, eran los combatientes cuerpo a cuerpo de su grupo, aunque Yue también era bueno, prefería analizar la situación desde lejos.
La pregunta volvió a resurgir en su cabeza ¿Por qué los draconicos tenían alas? ¿Qué clase de magia rara era esa? Bueno, ahora tenía algo que preguntarle al abuelo Gao cuando fuera a verlos. Se aferró a una pierna del draconico con sus garras y golpeo con su puño cubierto de espinas el cuerpo del enemigo.
-¿Necesitas ayuda?- Yang bufó, divertida por la pregunta del gato –Sin mí no puedes ganarle…
-Por supuesto Yue- Respondió divertida mientras montaba el cuerpo del enemigo y golpeaba toda su espalda, haciendo caer las escamas cristalizadas, notando que las escamas que buscaba tampoco se encontraban en ese lugar –Rayos, debemos descamarlo todo…
Alcanzo a subir su pierna derecha, mostrando lo flexible que podía llegar a ser, un silbido de parte del gato la hizo gesticular una sonrisa en sus labios y, con la fuerza que ahora tenía en todo su cuerpo lanzó al draconico contra el piso ya congelado.
-Lanzas de escama- Las escamas salieron disparadas de todo su traje en dirección al enemigo, calvándolo en el piso –Ahora Chat Noir…
-Gataclismo doble- Las escamas desaparecieron del cuerpo, permitiéndole a Yang ver las escamas clavadas en una muñeca, Chat las vio y las retiro de inmediato, haciendo que la persona volviera a la normalidad –Listo y servido…
-¡NO!- La voz de Zhao tomó por sorpresa al gato, quien se puso en guardia al escuchar el grito –La próxima vez no tendrás tanta suerte Yang, tú y tus amigos sufrirán el mismo destino una vez logre hacerme con todos sus anillos…
Yang no le tomo mucha importancia a esas palabras, realizando el ritual de purificación y regresando la ciudad a la normalidad. Observó el lugar, notando como la nieve se había convertido en agua nieve.
-Esa fue una declaración de guerra- Murmuro la chica, mirando hacia el cielo y notando la rareza de las nubes –Estaré lista para cuando llegue el momento Zhao, y no fallare, recuperare a mis hermanos dragones…
Chat tomó a la mujer, ambos la dejaron frente al hospital y se reunieron nuevamente en la torre Eiffel.
-Gracias por la ayuda Chat Noir- Se mantenía ecuánime, mirando a la ciudad volver a la calma total, el agua los bañaba a ambos, no tomándole importancia y luego miro por el rabillo del ojo a su compañero –Volvamos a casa
Se acercó al gato negro y chocaron los puños, pero antes de separarse más de él, se acercó y le beso la mejilla, no era la primera vez que lo hacía, pero sinceramente, le gustaba su compañía. Fue ella la primera en retirarse de la torre, dejando al felino con una sonrisa traviesa en el rostro.
-Miauch…
Se retiró, volviendo a su hogar y regresando a la normalidad, Plagg se tiró en la cama, y el rubio le lanzó un pedazo de queso.
-Esa chica parece traerte de la cola…
-No digas esas cosas, creo que de conocerla en la vida real, ella sería una gran amiga- Respondió el muchacho tomando algo de ropa limpia y seca, dirigiéndose al baño, aunque asomó la cabeza –Es una relación diferente a la de Ladybug, me gusta mucho su compañía
…
Cuando Mei volvió a casa estaba nuevamente empapada, por lo que se metió velozmente a la regadera, fue el baño exprés más rápido de toda su vida, volviendo a su habitación y no encontrando a su protector.
Asomó la cabeza por la trampilla, viendo a Marinette dormida plácidamente sobre el escritorio y entre sus brazos, al pequeño gato. Sonrió al ver la tierna escena, permitiéndole relacionarse con el pequeño felino.
Por la mañana, Marinette regresó la pequeña bola de pelos a su prima, quien la recibió con una merecida botella de leche.
-Lamento no haber ido a ayudarles anoche- Se disculpó Marinette mientras veía al pequeño tomar su leche –Creo que desfallecí en algún momento ¿Cómo te fue con Chat Noir?
-Todo en orden, tienes un compañero muy fiel- Agregó la peli jade, acariciando al cachorro –Me cae mejor que Yue
Algo hizo clic en su cabeza, pensó en lo ridícula que era aquella idea, rio un poco, confundiendo a su prima; acaricio a su amigo, y luego agregó.
-Tu nombre será Yue…
-Ah, espera… ¿estas segura de querer llamarlo así?
-Por supuesto, fastidiare a su ente real con eso…
…
Unos días después, Mei fue a visitar a su compañero, logrando ver la total recuperación de Eric, aunque teniendo el tobillo vendado y con una tobillera de soporte. Le invitó a un combate amistoso, conteniéndose un poco para no lastimarlo.
-No te contengas, golpéame con todo lo que tengas…- Agregó el chico, incitándola a avanzar -¿Qué esperas? ¡Golpéame!
-¿Quieres que te quiebre el otro tobillo?- Esas palabras lo tomaron por sorpresa, bufó divertido y se abalanzo hacia ella, la tomó por los hombros, derribándola, pero ella utilizo sus piernas para impulsarlo hacia atrás y librándose fácilmente de el –Creo que estas subestimándome otra vez
Al finalizar el entrenamiento, Eric notó algo extraño en la ropa de la chica, un pelo blanco que nunca había visto; retiró el pelo y lo observó con detenimiento.
-¿Desde cuando tienes un gato?- Pregunto con curiosidad, mostrándole el pelo que traía pegado en el suéter –No sabía que te gustaran los animales…
-Lo encontré el día que te lastimaste el tobillo, estaba entre cajas húmedas y solo tenía unas horas de nacido, el veterinario me dijo que era un Maine Coon ¿quieres saber cómo se llama?- Eric alzó una ceja, poniéndose en jarras y esperando la continuación de la chica, por lo que ella rio divertida –Yue…
-¡¿Qué?!- Soltó en un grito, algo que llamó la atención de su mayordomo, haciendo reír más a la chica -¿Cómo pudiste ponerle mi nombre de héroe a tu bola de pelos? Argh, no puedes hacer eso Mei Ling, tienes que cambiarlo
-No, a él parece gustarle…
-Mei Ling, por favor…
Eric trato de atraparla entre sus brazos, pero ella fue mucho más veloz, haciendo que se estampara contra la pared con toda la intención. El abuelo Gao notó esta agilidad, sonriendo ante las habilidades que mostraba la chica contra las de su nieto; orgulloso por la chica y decepcionado de su nieto, se acercó a darle un bastonazo para ponerlo en pie.
…
Tiempo después y ya con Yue un poco más fuerte, Marinette, Sabine y Mei salieron de compras para la cena de esa noche, sorprendiéndose de ver a Tom jugando con Yue en la sala a su regreso.
-Desde cuando a papá le gustan los animales- Murmuró Marinette a su madre en el oído, muy sorprendida por como Tom se divertía con el gato -¿Algunas vez lo habías visto tan entretenido?
-No, nunca- Respondió la mujer, riendo bajito y empujando a sus dos chicas a la cocina –Mientras el se divierte podemos cocinar, vamos…
Tom jugo con el felino hasta que este cayo rendido, echándose sobre el hombre y comenzando a ronronear.
