Segunda parte del bucle entre Eric y Mei, yo se que mis hermanas aman este ship, así que espero les guste mucho :P


La relación con Eric daba frutos, grandes frutos, pero, sobre todo, le preocupaba que quisiera llenarla de regalos, de obsequios, de lujos; se estaba saliendo de control. El abuelo trataba de frenarlo, pero si no entendía por la voz de la experiencia, entendería con la voz de la razón.

-Eric, quiero hablar contigo de algo muy importante- Dijo la chica, tomándolo de las manos mientras tomaba el valor para decirle lo siguiente -Basta de regalos, por favor…

Eric la miró, pasmado, incluso tuvo que sacudir un poco la cabeza.

-No puedo con todo, amo tus detalles, tus sorpresas, pero quiero ser… quiero que seamos una pareja normal, quiero tener la oportunidad de darte algo a ti, de apoyarte, pero no me das la oportunidad- Suspiró, tomando una pausa para mantener el control, para que sus emociones no se desbordaran -Yo… hay cosas que cubro con mi trabajo, con mi dinero, hay otras que mis tíos proveen por cuestiones familiares, pero hay cosas que deben dejarse pasar por algo. Siempre estas al pendiente de mis materiales, de mis cuadros, y te lo agradezco, pero necesito que dejes de proporcionarme material que puedo cubrir con el dinero de los cuadros…

- ¿Puedo decir algo en mi defensa? – Mei hizo una mueca, suspirando de nuevo y asintiendo con la cabeza - ¿Te amo?

-Yo también te amo Eric, pero quiero hablar de esto antes de que haya algo que no podamos controlar…

-Entendido- Agregó el chico, algo bajo de ánimos, pero aceptaba la derrota -Lo que menos deseo, es que lleguemos a algo extremista que nos separe

-Igual yo, pero como dije, no es que me moleste, pero son demasiadas cosas las que me das, y no estoy acostumbrada a tener tanto, eres… demasiado para mí, y no se si yo soy suficiente para ti- Estas palabras lo tomaron por sorpresa ¿Qué si ella era suficiente para él? A sus ojos si, pero, desde su propia perspectiva, Mei se sentía menos -Estoy asustada, y no quiero que esto termine

No, ninguno de los deseaba que eso terminara, porque ambos lo deseaban, sus almas pedían a gritos permanecer unidos y, sin embargo, ella tenía dudas, porque no tenía algo que darle a él y, en pensamientos del mismo Eric, no sabía que ella era todo lo que él necesitaba para estar feliz, para seguir de pie, para avanzar y poder vivir.

El verano traía cosas nuevas, muchos eventos, muchos pasteles, menos tiempo para la pintura, pero el mismo arte iba en los pasteles, por lo que, de igual manera, estaba feliz. Tenían muchas bodas en un día, así que, el plan de ataque era que, entre jueves y viernes, ella dormía todo lo que podía, poniéndose a trabajar en las capas con anticipación, no descansando hasta terminar el último pastel.

Después de eso, Mei tomaba un día de descanso completo, satisfecha con las entregas ¿Quién no deseaba casarse en verano? Los jardines y terrazas eran espectaculares, las novias siempre terminaban encantadas con los pasteles de la peli jade, muchas eran recomendadas por amigas, por tías, por vecinas, lo que la llevo a obtener fama entre los eventos.

Pero no era lo único que también había aumentado, había días en los que los akuma parecían salir de una botella, los draco-akumas habían disminuido, bastante al parecer, tanto, que incluso habían tenido tiempo de terminar el entrenamiento para Chloe, otorgándole un segundo anillo.

Extraño, pero había sido Lendys quien eligiera a la chica, brillando con fulgor cuando la caja fue presentada a la rubia. La conexión había sido mutua, Chloe se había vuelto seguidora de las leyes, de las reglas que regían a esta caja y, a diferencia de con Ladybug, sentía que estaba en constante agradecimiento por esta nueva oportunidad.

Y los meses transcurrieron, sin sentir la presencia de Zhao, sin tener tantos draco akumas que vencer, estaban aletargados, aburridos, porque su enemigo no atacaba y, al mismo tiempo, temiendo algo muy malo.

A finales de agosto, los eventos disminuyeron, teniendo la oportunidad de salir libremente a donde quisiera con su novio.

No es que se hubieran separado completamente, pero no estaban en los mismos círculos de amistades ni en la misma sintonía, pero la amistad y la hermandad seguía entre ellas. Marinette y Mei se reunían de vez en cuando en la terraza de la inspiración, un chocolate caliente y unas galletas eran suficientes para la frescura de final de mes de octubre.

Miraban las estrellas mientras se apoyaban una en la otra, disfrutando del momento, charlando, riendo, contando chistes y bromeando entre ellas.

- ¿Qué harías si Eric te pidiera matrimonio? – Pregunto despistadamente la franco-china, mirando el cielo nocturno, haciendo que su prima se sobresaltara - ¿Te casarías con él?

-Buena pregunta…- Murmuró Mei, sin dejar de ver las estrellas, no viendo la mirada de desconcierto de su prima -Lo amo, mucho…

- ¿Entonces? ¿Por qué no es fácil decir sí?

-No lo sé… tal vez… aún tengo miedo…

Sin entenderlo por completo, Marinette prefirió guardar silencio, sin saber que había dejado a su prima con un dilema muy fuerte en su interior.

Este era su primer aniversario como novios, todo estaba planeado, Eric había planeado una cena romántica en su restaurante favorito; el vestido había sido obra de Marinette a petición de Eric, un vestido rojo de falda circular, mas corto del frente y largo por detrás con caída amplia, acinturado, y con un escote que dejaba ver más piel de lo normal, tenía tirantes que eran de una sola pieza con el frente, en el busto llevaba pliegues que acentuaban la silueta. Por detrás, los tirantes se cruzaban, para llegar al amarre, donde se unían con unos pliegues de la parte delantera y permitían amarrar finalmente el vestido.

Sus sandalias color negro solo llevaban una tira al frente, que cubría una parte de sus dedos y se ataban por el tobillo; el tacón no era un problema, estaba acostumbrada. Marinette la había ayudado a peinarse, había comenzado con una media cola que termino siendo un moño medio flojo, había mechones sueltos al frente, detrás de las orejas, y algunos otros que quedaron largos al momento de acomodarse sobre ese mismo.

Bajo las escaleras cuando el timbre sonó, encontrándose ahí a su caballero, su galante novio; con un espectacular esmoquin y camisa blanca, llevaba el cabello hacia atrás, con un rebelde mechón ondulado descansaba sobre su frente.

Había felicidad, los problemas habían desaparecido, estaban dispuestos a disfrutar esa noche. Tom y Sabine los despidieron en la puerta, Marinette desde su ventana, los vio alejarse en el auto del chico.

[played with violín "First Love" Hikaru Utada]

Cuando llegaron a la recepción, un mesero se encargo de llevarlos a su mesa, una pequeña terraza con vista hacia la torre Eiffel. A ambos les sirvieron agua, Eric había solicitado que nada de alcohol llegara a la mesa, ambos reían y charlaban mientras Eric le decía que era lo que podría llegar a pedir y que no contuviera mariscos.

-Bueno, ahora que tenemos algo de tiempo, creo que puedo decirlo- Eric tomo la mano de Mei, besando su dorso sin dejar de mirarla a los ojos -Estás bellísima

-Y tu eres todo un caballero- Su sonrisa le infundió un cálido vigor en su pecho, verla ahí, sentada frente a él ¿Cuánto tiempo había invertido en convencerla? -Gracias por esto Eric

-Y te mereces más, pero seguiré tomando en cuenta tus sentimientos, siempre- Si, tenia ya mas de tres meses de no obsequiarle nada por petición de ella, llegando en veces con una simple rosa a su casa -Quiero que esta noche la disfrutes, te relajes, y que seamos solo tu y yo

La comida, la charla, la música, la ambientación, todo era maravilloso, hablar con Eric en un ambiente abierto de sus sueños a futuro era diferente, perderse en sus esmeraldas cuando le miraba, era tan sencillo, tan alentador, tan reconfortante.

¿Por qué su corazón seguía sintiendo que era insuficiente para él? Estaba enamorada, de eso no había duda, el pelirrojo siempre la tenía en las nubes, con sus llamadas, sus mensajes, sus apariciones espontaneas.

¿Cuánto duraron hablando ahí? Sentados, mirándose, embelesados uno con el otro… quien sabe, porque su ensoñación terminó, cuando un rayo surco el cielo, cuando el trueno los trajo de vuelta a la realidad, mirando como las nubes se arremolinaban en lo que parecía ser un nuevo enemigo.

El miedo afloro en el chico, pero no en ella, quien parecía firme y decidida a enfrentar a su adversario, acaso ¿ella estaba tan preparada como su abuelo decía? Mei siempre había enfrentado a los draco akumas con valor, sin temor, sin mirar atrás, y siempre teniendo una solución para el conflicto.

Mientras la gente admiraba con asombro el caos que comenzaba a formarse, ambos salieron del restaurante, resguardándose entre el callejón de la parte trasera, dejando que la lluvia comenzara a mojarlos; antes de transformarse, ambos se besaron, un beso cargado de sentimientos, de emociones.

Yang estaba frente a él, con su fiera mirada oscura, su cabello negro empapado por la lluvia, con las gotas rebotando en sus escamas, desapareciendo en un santiamén, y él, pisándole los talones.

Por que ser dos, era suficiente, porque sabía cuan fuerte era ella, por que su armadura escondía lo frágil que ella podía ser, lo delicada de su piel al cortarse mientras trabajaba, y el, porque sabía lo capaz que era, para protegerla, para frenar todo lo que se avecinara ¿Y luego? No lo sabía, porque no para él, no era suficiente, ella era mucho más.

Por que este triste pensamiento rondaba la cabeza de ambos desde hace mucho tiempo atrás, porque desde antes, Mei creía que no era suficiente para Eric, y él, creía que, como Yue no era suficiente para ella, porque lo superaba en muchos aspectos.

La batalla había iniciado, como siempre, el actuaba de señuelo mientras ella trazaba la manera del ataque o trataba de identificar el lugar de la escama; Qu no había aparecido, algo extraño, ya que siempre solía aparecer en el último instante. Y entonces, todo se vino abajo.

[ENRIQUE IGLESIAS – HEROE]

- ¡Yue! - Grito la chica mientras veía a su compañero caer, pasmada, aterrada, y sentía que su corazón se desplomaba, pero tomó fuerzas, porque estaba en sus manos el salvarlo y salvar a la ciudad.

Un movimiento de ella fue suficiente para liberarlo, porque en ese momento ella era la única que podría derrotar a ese enemigo; porque estaba herido, porque se había arriesgado para ayudarla a ella.

Ambos estaban escondidos, mientras la herida de Yue sangraba, mientras Yang cortaba su tela para impedir el flujo de sangre seguido del momento en que el enemigo los encontró, maldito ese momento, porque ella estaba actuando de escudo, porque el control que tenía sobre sus dragones la había llevado a otro nivel; no, esto no era lo que él deseaba.

Debía pelear, aunque la herida doliera, aunque su sangre manchara el piso, porque ella estaba ahí ¿Qué clase de caballero sería si no podía proteger a su princesa? No, porque ella era el dragón, y él, el caballero, por lo que juntos debían actuar.

Una patada, un golpe certero, y ella apenas había retrocedido, porque podía ver dolor en él, en sus facciones, en su cuerpo tembloroso invadido por el dolor.

-Espera… ¡Yang! – No, él no podía moverse de ahí, pero la mirada doliente que ella le había lanzado momentos antes le encogió el corazón, porque estaba fallando ¡Eso no debería estar pasando! No ese día - ¡Maldición!

Porque sus plegarías internas habían sido escuchadas, porque Qu apareció en el último momento, porque solo tenía un favor que pedirle, y es que retrocediera su tiempo, que desapareciera aquella herida de su cuerpo para poder luchar con ella.

Pero Yang no tenía tiempo para esperar a Yue, Qu, Ladybug o Chat Noir, porque estaba en sus manos derrotar a ese draco akuma, porque había visto por vez primera la sangre de su chico, de su amado, y porque su sangre hervía con tan solo pensarlo.

Verlo en el campo de batalla la tomó por sorpresa, porque había en el algo diferente y, al mismo tiempo, sabía que estaba actuando como ella lo haría, pero eso no le preocupaba, porque estaba ahí para ayudarla, porque no permitió a Qu interferir, porque quería acabar con ese enemigo el mismo.

-Yue…- Apenas y podía reaccionar, porque esa manera de pelear no la conocía, porque estaba fuera de sus cabales, porque le aterraba verlo así -No…

Yue no era así, pero algo en ella le decía que debía dejarlo continuar, porque conocía esa parte de él, la que era protectora y cariñosa, pero que, al mismo tiempo, podía ser un peligro para aquel que se atreviera a tocarla, a dañarla; porque ella sabía que lo era todo para él.

¿Quién imaginaría que esta vez fuera el quien acabara con el enemigo? Yue se había convertido en un arma letal, en algo demasiado feroz y poderoso para poder enfrentarlo, porque había sacado ventaja de todos sus conocimientos, y ella solo tuvo que atrapar a la mariposa dentro de la vasija.

El ritual era solo cortesía, porque no había logrado pasar a mayores, la dragón del tiempo apareció, solo para retirar su encantamiento y volver a su vida normal, porque le herida de Yue afloró con más ímpetu ¿Dónde estaba Ladybug?

-Vete…- Masculló ella al terminar el ritual, porque las heridas solo desaparecían cuando se liberaba la transformación - ¡Ya!

-No voy a irme sin ti…

-Tonto…- Murmuró, viendo a la mariquita llegar, viendo en ella la preocupación por su compañero, atrapando al akuma y retirándose.

Por que volvieron a ese callejón, porque Yue estaba por desfallecer, porque una vez volvieron a ser ellos, ella pudo cerciorarse de que la herida había sanado, el acaricio su rostro, empapado por la lluvia, su vestido mojado y el calor de sus cuerpos calentarlos mutuamente.

Su corazón latiría siempre por ella, sin dudarlo y sin pensarlo, porque la amaba desde el primer momento en que llegó a su vida. Sus labios se habían unido, con pasión, con demasiada lujuria implícita, por saber quien dominaba al otro, pero sin ceder.

El camino no le era familiar, pero estar con el en el auto, tomando su mano mientras él conducía le infundía un poco de paz, ambos entraron a un lugar cerrado, donde él aparco. Ella le miró con curiosidad, pero el sonrió, convenciéndola de seguirle.

Entraron juntos al lugar, el cual era un pequeño apartamento, algo menos exótico a lo que solía ser la casa de los Yang, y fue ahí que Eric no pudo evitar abrazarla, hundiendo el rostro en su cabello, sintiendo que le faltaba el aire, porque había probado por vez primera el temor de perderla, de ver enfrentarla a un enemigo ella sola.

-Eric…

-No, no digas nada… solo…- Inhalo, profundo, sonoro, vivaz, sintiendo en su cuello el dulce aroma del perfume que quedaba ahí a pesar de la lluvia, del agua que se llevaba todo -Deja que me calme un poco…

Sus manos rodearon su cuerpo, sosteniéndolo, porque podía hacerlo, porque era de ella, y porque simplemente era su deseo. La chica frente a él le había dado todo lo que necesitaba, sin dudarlo, sin pensarlo y, sobre todo, sin juzgarlo, porque así lo habían deseado, estaba pactado desde el momento en que ambos cruzaran miradas aquella tarde.

-Eric, yo quiero hablar de algo contigo- Murmuró, llamando la atención del pelirrojo, cruzando miradas con él.

-Todo lo que digas… no tiene importancia, tú eres lo mejor de mi vida sin importa que pienses- Estaba aprisionándola entre su cuerpo y la pared ¿Cuánto tiempo llevaban ahí, así? -Pero yo, en cambio, no soy el héroe que alguien como Yang debiera tener a su lado…

-No importa si tu eres el caballero y yo el dragón, tú eres todo lo que yo necesito, como Yang, como Mei, porque te he aceptado tal y como eres…

Porque sus lágrimas lo traicionaron, porque algo tenía ella que le hacia vulnerable, se había convertido en su refugio, tal y como el lo había hecho en su momento, sin cuestionarla, sin obligarla a nada, y ahora, ella cumplía ese papel, por que se necesitaban.

Después de calmar sus emociones respecto al akuma, empapados aun y con muchas emociones encima, decidieron cambiarse. El apartamento era una especie de refugio para el chico, por lo que tenia ropa para él.

-Si no te molesta, puedes usar mi ropa- Dijo él, entregándole una camisa de algodón y un pantalón, todo perfectamente doblado -Al menos por la noche, mientras tu ropa se seca

-Por supuesto que no, al contrario, tal vez haya soñado con esto algunas veces- Sus mejillas se sonrosaron, mientras desviaba la vista, provocando en el una risita traviesa -No en esta situación, pero… bueno… este… me iré a cambiar…

Se metió en el baño, había tomado una toalla para secarse un poco el cabello, el cual se le pegaba a la espalda, provocándole escalofríos, dejando que la humedad formara algunos rizos bien definidos. Se lavo la cara con agua tibia, permitiéndose espabilarse un poco, sintiendo aquello tan agradable.

Pero vaya que Marinette había hecho un buen trabajo con ese nudo, dándose un golpe mental ante aquello, pero ¿Qué podía perder? Valor, debía tomar valor; abrió la puerta, asomándose a la habitación, donde pudo ver la silueta del chico, que aun llevaba la camisa y toda la ropa empapada, dándole la espalda a ella.

-Hey, creí que ya te habrías cambiado- Notó el sonrojo en sus mejillas - ¿Sucedió algo?

-Es que, no puedo quitar el nudo del vestido, podrías… ¿ayudarme?

Eric sonrió, besando su mejilla y dándole la vuelta suavemente, tratando de controlar sus nervios, el temblor en sus manos, porque sabía que, una vez ese nudo desapareciera, todo el vestido seria libre de caer por su piel, por aquel lienzo que jamás había sido tocado por nadie, porque podía ser de él, pero que no podía obligar a nada que ella jamás accediera.

Cuando el vestido cayó a los pies de la chica sus corazones se aceleraron, porque estaban solos y no había nadie que pudiera detenerlos o frenarlos; sus manos se llenaron de valor cuando decidió abrazarla por la espalda, hundiendo nuevamente el rostro en su cuello, porque ambos caían y se levantaban apoyándose uno en el otro.

Heart beats fast

Colors and promises

How to be brave

How can I love when I'm afraid to fall

But watching you stand alone

All of my doubt, suddenly goes away somehow

Mei soltó las manos aferradas a su cuerpo, girándose, abriendo un espacio entre ellos, mirando al pelirrojo con decisión, con firmeza, porque no tenía nada que temer ni qué dudar, lo amaba con el corazón; corto la distancia entre ellos, alzando sus manos hasta el cuello del chico y sacando la corbata, tirándola al piso, siendo él quien terminara por cortar la más mínima distancia.

One step closer

Todo temor quedó atrás, mientras sus labios se unieron en un candente beso que llevó al chico a descubrir la piel desnuda de su novia, a recorrer las curvas de sus caderas y sumirse en la perdición, porque había esperado por ella, por ese día, porque temía perderla.

I have died everyday, waiting for you

Darling, don't be afraid, I have loved you for a thousand years

I'll love you for a thousand more

Estaban perdidos uno en el otro, mientras sus cuerpos desnudos se deleitaban con las caricias traviesas, con las risas del otro; el frío había desaparecido, el roce de la piel les provocaba escalofríos, pero sus ojos se miraban y se transmitían paz, porque sin pensarlo y sin dudarlo, pediría al universo permanecer a su lado una y mil veces más.

Time stands still

Beauty in all she is

I will be brave

I will not let anything, take away

What's standing in front of me

Every breath, every hour has come to this

Por que su paciencia había sido infinita esa noche, esperando el momento en que ella le diera la confirmación, pero no la hubo; al menos, no hasta que ella lo abrazara por la cintura con sus piernas, mientras ambos se miraban a los ojos, porque lentamente acerco su cuerpo al de él, permitiéndole adentrarse en su ser.

One step closer

Ahí estaban, conectados, en sintonía uno con el otro, dándole oportunidad de respirar, de acostumbrarse a que la conexión fuera menos dolorosa.

I have died everyday, waiting for you

Darling, don't be afraid, I have loved you for a thousand years

I'll love you for a thousand more

Por que ahora sus corazones latían al unísono, porque sus sensaciones estaban en el punto máximo, no pudiendo evitar que sus manos acariciaran su cuerpo, porque las de ella se deleitaban con los músculos de su espalda, y porque tomaba posesión de sus labios.

And all along I believed, I would find you

Time has brought your heart to me, I have loved you for a thousand years

I'll love you for a thousand more

El despunte de emociones llego al pico, dejándolos sin fuerza, desfalleciendo sobre ella, sin dejar caer todo su peso encima, besando su cuello, mordiendo su oreja, disfrutando la suave piel de alabastro que yacía bajo el.

One step closer

Sus labios se unieron una vez más, mas tiernos, mas suaves, como caricias de pétalos sobre la piel, hasta que él ataco, mordiendo el labio de ella, haciendola repelar y sonriendo con malicia.

One step closer

Sin tomar en cuenta el tiempo, repitiendo sus emociones, porque entre ellos se había acabo la timidez, porque el estar desnudos les había dado una confianza mejorada en el otro, olvidando por completo los complejos que cargaban en sus mentes.

I have died everyday, waiting for you

Darling, don't be afraid, I have loved you for a thousand years

I'll love you for a thousand more

Ahora, tumbados en la cama, Eric la abrazaba por la espalda, cubiertos con las sabanas de la cama mientras disfrutaba de la cercanía del cuerpo de la chica, porque ahora estaba seguro de ser su caballero para toda la eternidad. Por que ahora, Mei estaba segura de que en sus brazos no habría problema alguno, porque no encontraría otro lugar más seguro que en el qu se encontraba ahora mismo.

And all along I believed, I would find you

Time has brought your heart to me, I have loved you for a thousand years

I'll love you for a thousand more

El destino la había llevado hacia él, estaba feliz, y nunca en la vida se arrepentiría de esto, ni de lo que el futuro tuviera por delante para ambos.

Y sus mentes quedaron en blanco, porque Morfeo había tomado posesión de sus pensamientos, convirtiéndolo en cansancio, haciéndoles cerrar los ojos y dormir con una sonrisa en sus labios, mientras él protegía a la princesa de la torre recién rescatada.