Una demora mas, pero todo tiene una recompensa, no he tenido tiempo de sentarme decentemente a escribir en el ordenador, así que estuve trabajando desde el celular.

Espero este capitulo les guste, porque se vienen cosas intensas con estos dos, pero luego de un poco más de la línea normal :D

Scar: Gracias por ayudarme con la música 3


Nunca imagino que su relación se volvería más sencilla, más sincera y abierta por parte de ambos. No había esperado caer tan repentinamente en el abismo del amor, pero para el, era como andar en las nubes, no sabiendo que estaba a punto de conocer la desesperación, el miedo, y todo lo que conllevaba sentirse así.

-Estás bastante pensativo hoy- Comentó el castaño, mirando la quinta derrota de su amigo -Acaso, ¿Mei te está llevando a la luna o algo así?

Suspiro, no prestando atención a la pantalla frente a él.

-Todos los días me lleva a la luna…

-Yo sabía que eras un romántico, pero no conocía esa faceta tuya- Le dio un golpecillo en el hombro, sacándolo de su ensoñación -Me alegra verte feliz con ella, y decías que no era tu chica

-Pues no lo era, pero el destino nos unió y le estoy muy agradecido- Soltó el control al escuchar el sonido de un mensaje llegar -Y es el más perfecto de todos, me encanta verla tan feliz con lo que hace, es tan sencilla y…

-Ok, ok, no necesito tantos detalles, lo leo en tu cara todos los días en la oficina y cuando trabajas- Eric definitivamente tenía cara de tonto enamorado, algo que su amigo no había visto nunca -Si por ti fuera, podrías hacer tu solo un documental de ella

Rieron, divertidos, porque sabían que era verdad. Albert bajo unos momentos y volvió con unas cervezas, Eric la aceptó, pero la verdad, es que había dejado de tomar desde que Mei se volviera su novia oficialmente.

-Quiero pedirte un favor- Hablo Eric mientras miraba su botella, como analizando la situación, tanteando a su amigo; la ceja alzada de Albert lo instó a proseguir -Lo he pensado demasiado, después de todo, hace poco fue nuestro primer aniversario, pero, creo que podemos dar el siguiente paso…

-Siguiente paso- Y un clic se activó en la cabeza de Albert, sorprendiéndose, mostrando esa sorpresa en su rostro – Oh…

-Voy a pedirle matrimonio, pero no quiero ir solo, sabes lo indeciso que soy…

Una carcajada del castaño lo hizo sonrojar.

-Bueno, mientras no crean que tú y yo somos los que se van a casar, me parece bien acompañarte- Está vez fue Eric quien le diera un golpe en el brazo - ¿Mañana?

- ¿Puedes? - Albert asintió, Eric sonrió de lado, sintiendo que la cerveza estaba haciendo su efecto -Paso por ti a medio día, Mei tiene un pastel que entregar, así que no voy a verla tampoco mañana

-Está trabajando muy duro en esa panadería, pero parece feliz- Albert continúo jugando, mientras Eric miraba con fascinación la alfombra bajo sus pies; o era la cerveza, o simplemente el hecho de que deseaba verla trabajar en lo que más le gustaba -Mi madre quiere ir a pedir un pastel para el cumpleaños de mi hermana, le digo que se está tardando y no quiere creerme

-No sabe decir que no- Y volvieron a reír, porque conocían a esa chica, su sinceridad y su gran corazón la hacían ser un maravilloso ser humano -No importa si es de un día para otro o el mismo día, siempre va a dar el ciento uno por ciento

Y la plática quedó ahí, porque ambos volvieron al juego, a divertirse entre ellos, mientras los nervios carcomían a Eric desde el interior.

Porque la noche pareció efímera, la mañana un suspiro y, cuando menos lo pensó, su amigo y él ya estaban en la primer joyería. Albert estaba bastante divertido, observando como su amigo comenzaba a desesperarse.

[Jesse y Joy – Nuevos recuerdos]

-Creo que es importante decir que, debe recordarte a ella, debes pensar en ella- Comentó, acercándose a su amigo -Creo yo, que debería ser el juego completo

Un encargado se acercó a ellos, siendo Albert quien le pidiera que les mostrara unos cuantos anillos. El pelirrojo no estaba aún muy convencido de alguno, por lo que se retiraron.

Debía ser algo que le recordara a ella, ¡Pero es que todo le recordaba a ella! Sin embargo, tal vez debía ser algo mucho más especial. No buscaba recordarla por lo que hacía, por lo que era, porque eso ya lo conocía, buscaba algo nuevo, con un nuevo significado.

Cuando llegaron a la siguiente joyería, nuevamente fue Albert quien hablara, ¿Cómo podía algo tan simple robarle las palabras y los pensamientos? Bueno, tal vez debía imaginar que ella estaba ahí y… no, no, no… debía hacer aquello por cuenta propia y el apoyo de su amigo.

-Tiene las manos muy delgadas, dedos largos, obvio, es una artista- Albert veía pensativo la gran variedad de anillos que había sobre el mostrador -No puede ser algo muy voluminoso…

-No me la pongas más difícil Albert- Masculló entre dientes, haciendo reír a la mujer que los atendía -Bueno, ya tengo dos opciones extras

Agradecieron a la mujer, saliendo de la tercer joyería, por lo que decidieron tomar un descanso, llegando a comer a la plaza de comidas en un centro comercial.

-Por favor, Eric, tienes que decidirte por uno- Soltó Albert mientras se sentaban en una mesa, dejando las charolas de sus alimentos -Te puedo asegurar que el que elijas será perfecto para ella

-No te traje para que me hagas desistir de mi locura- Soltó, burlesco, notando el cansancio en su amigo -Perdóname Albert, pero es que no puedo decidirme por uno

-Escúchame bien, Eric de la Fontaine Yang- Albert lo señalaba con una papa frita mientras el pelirrojo lo veía con una ceja alzada -Tienes dos oportunidades más para encontrar ese anillo, de lo contrario, me rindo

-Estas siendo demasiado dramático, no pasa nada porque veamos unas cuantas joyerías más- Mordió la comida con que su amigo lo señalaba, dejándolo con una mueca en los labios y la mirada fulminante -Pero tal vez tienes razón, dos joyerías más, si no encuentro algo- Suspiro -Vi uno que podría ser el anillo perfecto

Comieron con tranquilidad, pero la mente de Eric estaba pensando en sus ojos gris oscuro, en su sonrisa, en su piel, en sus manos trabajando sobre el lienzo, llenas de pintura y… lienzo; la palabra retumbo en su mente, porque estaba seguro de ir por algo que podía ser representativo para ella, o, mejor dicho, de ella.

Al final iba a ser ella quien dominara sus pensamientos, porque no podía evitarlo, porque vivía para ella y por ella. Salieron de la primera última opción, solo tenía una oportunidad más, y la verdad, estaba comenzando a querer desistir por ese día.

El mapa los llevó a su última visita, según Albert, esa joyería solía tener modelos únicos, ellos eran fabricantes, más no distribuidores, por lo que poca gente conocía ese lugar y, entonces ¿Cómo sabía el castaño sobre ese lugar?

- ¿Estás seguro de que encontraré algo aquí? – Pregunto, ofuscado, rascándose la nuca mientras trataba de no perder la imagen que tenía para los anillos -Albert…

-Tú tranquilo, confía en mí

Entraron al pequeño lugar, quien le atendió fue una mujer de avanzada edad, de agilidad sorprendente, con un traje sastre planchado y su cabello gris oscuro recogido en un pulcro moño.

-Bienvenidos ¿Buscan algo en especial? – Eric recorrió los pequeños aparadores, muy diferentes a las grandes joyerías, llenas de replicas y modelos algo… sin chiste -Tenemos modelos únicos que podrían ser de su agrado

Y ahí estaba, un juego de tres anillos en oro blanco, las dos argollas de matrimonio llevaban una franja dorada cerca de la orilla y uno de ellos un diamante en el centro; el anillo de compromiso era fino, delgado, perfecto para dejarlo puesto aun con el anillo de bodas, pero el diamante podría ser algo voluminoso.

-Puedo…- La dependienta asintió, abriendo la vitrina y sacando la caja de piel en color negro, y entregándosela al chico. Observó con detalle los anillos, definitivamente le gustaban, tenían algo que le decía que esos eran; y no lo pensó dos veces -Me lo llevo…

Albert alzo los brazos a manera de victoria, la dependienta tomó una hoja de venta, debían ajustar el tamaño de los anillos a la medida que el chico los necesitaba, por lo que debía pasar por ellos al día siguiente.

Cuando al fin tuvo los anillos en la mano, sus nervios aumentaron, porque faltaban dos días para noche buena, para cenar en casa de la chica ¿Podía comenzar a correr en círculos?

Esa noche la había planeado a detalle, luego de la cena, ambos saldrían a pasear, la llevaría por las calles, y en algún punto de su trayecto, tomaría el valor para dárselo.

Durante la cena con los Dupain-Cheng, Eric se mantuvo serio, el abuelo estaba consciente de sus acciones, por lo que trató de calmarlo, aunque, para el pelirrojo, las miradas de su abuelo bastaban para que este tomara las riendas de todo peligro.

Probablemente, de no ser por Sabine, hubiera permanecido callado, pero la mujer sabía con exactitud las palabras que debía decirle, que preguntar y cómo hacerlo reír; su labia había desaparecido por esa noche.

- ¿Te sientes bien? - Pregunto la peli jade a su novio, tomando su mano y mirándole con ternura -Nunca te había visto tan callado

-Estoy bien, no tienes nada de qué preocuparte madeimoselle- Tomo su mano y la beso con dulzura, sin dejar de mirarla, luego sonriéndole -Otra navidad juntos es lo mejor de mi vida

Esto la tranquilizó, pero el viejo Yang le había dado un golpe por debajo de la mesa a su nieto, quien, guardándose el dolor en su interior, prosiguió con la cena en silencio.

Poco después de las doce, el abuelo Yang se hubiera retirado, agradeciendo a la familia por la invitación, halagando la comida de la mujer y el pan del esposo.

- ¿Me acompañas a dar un paseo? - Le pregunto el, tomándola de la mano -Sería algo muy hermoso

Asintió, despidiéndose de sus tíos, caminando con el chico por las calles de parís algo desiertas.

El abrigo le cubría perfectamente las piernas, mientras las botas hacían su trabajo con los pies, Eric también lucia algo informal, pero no lo suficiente para no entonar con la chica.

- ¡Mira! - Exclamó ella, señalando la pista de hielo que habían colocado cerca de la Torre Eiffel -Es maravillosa…

- ¿Quieres ir? - Mei lo miró con un brillo inexplicable en sus ojos, sonriendo -Pues vamos

La primera y última vez que habían patinado, había sido esa tarde donde el apareciera de la nada en la pista de hielo, tratando de cortejar a su ahora novia, mientras su interés romántico patinaba con su prima, y claro, él no perdió oportunidad para llevarse bien con las otras dos chicas.

[Bon Jovi - Thank you for loving me]

Era como si hubiera sido ayer cuando la conoció, y vaya que el tiempo había pasado bastante rápido, porque conocerla había sido sencillo, porque ahora, en ese lugar, rodeados de poca gente y con la mirada clavado uno en el otro, dejando que las luces pintaran las sombras de sus cuerpos sobre el hielo.

It's hard for me to say the things

I want to say sometimes

There's no one here but you and me

And that broken old street light

Enfrascados en sus pensamientos, comenzaron a dar vueltas en el hielo, sin importarles nada más.

Lock the doors

We'll leave the world outside

-Te amo Mei, y no quiero que esto termine… nunca…

All I've got to give to you

Are these five words when I

Sus mejillas se tiñeron de rosa, aferrándose con ahínco a su brazo, sintiendo su calor a través del abrigo que llevaba.

Thank you for loving me

For being my eyes

When I couldn't see

For parting my lips

When I couldn't breathe

Thank you for loving me

Thank you for loving me

Sus sueños ya no solo eran de él, ahora sabía que podía compartirlos con ella, y todo era recíproco, porque el siempre estaba para apoyarla en todo lo que pudiera (y se le permitiera), pero preferia darle su espacio.

I never knew I had a dream

Until that dream was you

When I look into your eyes

The sky's a different blue

Cross my heart

I wear no disguise

If I tried, you'd make believe

That you believed my lies

En ningún momento estuvieron solos, pero tampoco tan acompañados como para no disfrutar el amplio espacio que los rodeaba, girando en el hielo, tomados de la mano, abrazados o riendo.

Thank you for loving me

For being my eyes

When I couldn't see

For parting my lips

When I couldn't breathe

Thank you for loving me

Un mal paso y una caída los ahogo en carcajadas, porque juntos eran como niños pequeños, aquellos que se divierten con todos y no se preocupan por nada. Porque sus ojos se clavaron en los del otro, apoyándose mutuamente mientras trataban de ponerse en pie torpemente entre sus propias risas.

You pick me up when I fall down

You ring the bell before they count me out

If I was drowning you would part the sea

And risk your own life to rescue me

Pero ahí estaba el, con una rodilla sobre el hielo, ella de pie frente a él, tomando sus manos, pero la soltó, metiendo la mano dentro de su abrigo.

-Quiero preguntarte algo- Los ojos de Mei se abrieron mostraron su sorpresa, congelándose en su lugar al momento de ver la caja de piel negra, y antes de cualquier cosa, soltó las palabras más difíciles de toda su vida -Mei Ling, quieres… ¿casarte conmigo?

Lock the doors

We'll leave the world outside

Sus ojos se llenaron de lágrimas, sus manos cubrían la mitad de su cara, pero apenas pudo decir un audible "Sí" en respuesta para el pobre pelirrojo.

All I've got to give to you

Are these five words when I

Y quitándose el guante, le permitió a Eric colocar el anillo en su dedo anular.

Thank you for loving me

Le ayudo a ponerse de pie, besando sus labios, dándole paz y tranquilidad.

For being my eyes

When I couldn't see

You parted my lips

When I couldn't breathe

Thank you for loving me

Thank you for loving me

Thank you for loving me

Oh, for loving me

Portaba su anillo con elegancia, sus tíos lo habían visto apenas alzó las manos para tomar los moldes de pastel de ese día; explicaciones, eso fue lo primero que pidieron los mayores mientras veían la felicidad en la cara de su sobrina.

Era una chica muy cuidadosa, por lo que, ahora portaba también una cadena de plata en el cuello, la cual, utilizaba al momento de quitarse el anillo y guardarlo bajo su ropa para que no se llenara de harina o masa.

Y los días transcurrieron, el año nuevo llegó y con él, la esperanza de un futuro mejor para ambos, para sus familias y su amor.

Pero, probablemente para el joven pelirrojo, las cosas no serían tan simples desde el momento en que la llamada de su padre le notificara su regreso, ¿Cuánto tiempo tenían de no verse?

Su mirada perdida en la pantalla, mientras el porcentaje de instalación subía con lentitud. Esto complicaba las cosas, porque aún no tenía pensado presentarle a su padre, quería comprometerse y casarse a espaldas de su progenitor, porque ya casados, su padre no podría oponerse.

-Entiendo que estés preocupado- La voz de su abuelo lo tomó por sorpresa, despabilándolo, frotándose la cara con insistencia mientras se giraba en su silla para encarar al hombre -Temes que no acepte tu relación con Mei Ling

Eric golpeteo el escritorio con sus dedos, mirando el piso con una mueca pensativa, terminando por encogerse de hombros mientras dejaba escapar un sonoro quejido para luego agacharse sobre sus piernas y cubrir su rostro.

-Temo por todo abuelo, mi relación, mi compromiso, mi prometida, mi futuro… nuestro futuro- Volteó a su escritorio, donde tenía una foto de Mei sonriendo, abrazando a ese dichoso gato -Temo que la asuste, que quiera alejarla de mi… ¿Crees que es obra del destino?

-El destino gusta de jugarnos malos momentos, de ponernos a prueba- El hombre se había sentado a un lado del escritorio, donde había una silla con algo de pintura; sonrió al percatarse de que esa silla estaba ahí para ella – Está es su prueba, muchacho, si logran superarla, es porque están destinados a estar juntos

Destino, suerte, azar ¡No quería nada de eso! Porque había sido afortunado de encontrarla y de ser correspondido ¿Por qué iba a esperar una prueba más de parte del destino?

La charla no pasó a más, Eric sabía que su abuelo, en parte, tenía razón, pero más razón tenía el para temer a pesar de todo.

Enero pasó de largo, tratando de mantenerse relajado, no pensando en que cada día que transcurría, lo llevarían a lo inevitable.

Esa tarde, todo estaba planeado, había invitado a cenar a sus "suegros" a su restaurante favorito, así como a la prima de su prometida y a su novio. Ahí estaba también el abuelo, todos a la mesa, esperando que el último lugar a la mesa llegara.

-Lamentó haber llegado tarde- Dijo una potente voz a espaldas del pelirrojo, provocándole un nudo en la garganta, haciéndolo dudar de sus acciones -Hacia mucho que no estaba en parís, creo que me perdí

Todos miraron al recién llegado quien, a sus espaldas, era seguido por una chica castaña de hermosos ojos esmeraldas. Eric se puso de pie, mirando a su padre y a la chica que venía con él.

-Juliette, no esperaba verte de nuevo…

-El tío Vincent insistió en que viniera a París- Respondió la chica mientras miraba a su primo con una sonrisa -Me alegra ver a tanta gente reunida

Eric mandó poner otra silla a la mesa, la cena estaba servida, todo estaba yendo de maravilla mientras Vincent analizaba con detenimiento los rostros de quienes ahí se encontraban, pero, deteniéndose repetidas veces en ella, en la chica al lado de su hijo, aquella a quien presentara como su novia.

Tener la oportunidad de charlar con ella le hizo sentir algo que no le gustaba, porque no podía obtener mucha información de ella, no con su hijo a un lado de ella.

-Esta cena tiene un propósito- Comenzó el chico, llamando la atención de todos los presentes a la mesa, sobre todo, la de su padre -Señor y señora Dupain-Cheng, esta cena es para pedir formalmente la mano de su hija, a quien con todo mi corazón juro proteger, amar y respetar todos los días de mi vida

Tom y Sabine estaban más que felices por ambos chicos, pero, caso contrario, el padre del chico pareció haber sido abofeteado por un témpano de hielo.

-Vaya sorpresa que me has dado hijo- Comentó el hombre, manteniendo la serenidad y la compostura; todo lo contrario, a su sobrina, quien mostraba su aturdimiento -Así que a esto te referías cuando llame

-Así es padre, Mei y yo vamos a casarnos dentro de cinco meses, ya hemos fijado una fecha para la boda- Respondió firme y directo, sin titubear, porque si lo hacía, su padre lo atacaría de nuevo.

Y como si esas palabras hubieran sido suficientes, todos volvieron a lo suyo, a continuar charlando mientras el postre terminaba.

Vincent no era un hombre que se quedara de brazos cruzados, menos cuando su hijo trataba de evitarlo a toda costa, desapareciendo de casa antes de lo previsto o no llegando en horarios en que ambos pudieran verse.

La internet tenía información sobre la chica, muy poca, diciéndole menos de lo que Eric le hubiera podido decir al respecto; sin embargo, encontró muy interesante el apartado de una nota periodística donde hablaba sobre una pequeña galería que la chica administraba.

Hacer acto de presencia en el lugar sería algo intimidante y, aunque estaría en desventaja, atravesó la puerta de cristal.

Ella alzó la vista al escuchar el retintín de las campanillas al momento en que la puerta se abriera, observando al hombre.

-Buenos días, señor- Saludó con respeto y elegancia, dejando de lado su trabajo mientras se aseguraba de alejar las pinturas frescas para no causar un accidente - ¿Qué lo trae por aquí?

-Por favor, dime solamente, Vincent- Ella asintió, mientras él se acomodaba los puños de la camisa -Perdona que venga a irrumpir en tu trabajo, pero hubo cosas en el restaurante que era prudente no tratar ahí

-Con todo respeto, creo que lo que tiene que decirme, debería hacerlo con Eric presente- Soltó, no queriendo sonar grosera, pero tampoco es que fuera a dejar intimidarse por su futuro suegro -Tendrá que disculparme usted a mí, Vincent, pero no es…

-No acepto su matrimonio- Mei lo miró fijamente, cruzando miradas con la de el -Mi hijo requiere a alguien de más estatus social, una artista sin futuro no es un buen prospecto para mi hijo

-No es usted quien va a casarse conmigo, Eric es lo suficientemente maduro para elegir con quien desea pasar el resto de su vida- Cuanto valor había ganado con el paso de los años, con la compañía de su amigo y ahora, prometido -Si tanto le molesta MI presencia, podemos irnos de su casa…

-Esa casa es de Eric- Mei frunció el entrecejo, confundida ¿entonces? –Quiero que tú te alejes de mi hijo

Silencio, pesado, aturdidor, desafiante.

-Eric es un chico de la clase alta, tiene estudios, conocimientos y potencial ¿Qué va a ofrecerle una chica que no tiene conocimientos de nada? ¿repostería? ¿arte? – Eso sí que comenzaba a molestarla, porque si bien habían comenzado a charlar amenamente, Vicent parecía ser alguien que no guardaba la calma con mucha facilidad -Escucha, tu trabajo es insípido, tú ganancia es mínima, no hay futuro en el mercado para ti, has logrado sobrevivir gracias a que vives con tus tíos, pero ¿Y si tuvieras que pagar rentas? ¿Materiales? ¿alimentos? ¿Qué te quedaría?

Pasó saliva, mirando al hombre, a sus ojos esmeraldas, mientras sentía que la mano izquierda le pesaba, que el metal ardía en su dedo; no iba a explotar, iba a mantener la calma ¿Cuánto tiempo?

-Mei, quiero que consideres el hecho de que Eric podría dejarte en cualquier momento, su futuro está en Nueva York…

-No, es usted el que debe entender que no todo el mundo es manipulable- Soltó, mientras sus manos temblaban, mirando los sorprendidos orbes esmeraldas del hombre -No voy a renunciar a él, jamás lo haré

Las cosas no habían iniciado nada bien para ambos, cuando Vincent saliera de su galería, Sua y el resto colocaron una silla tras de ella, agradecida, porque sus fuerzas flaquearon.

-Yo me encargare de él, iré a darle un golpe que jamás olvidara- Yazi había adoptado una pose de batalla estilo boxeo, mostrando sus garras frente a el -Nadie se mete con nuestra Mei

-Aja, claro- Musito Jia, haciendo que su hermano la mirara desafiante - ¿Le lanzaras una flecha en las sentaderas?

-Gracias por la idea- Apenas había decidido avanzar, un bloque de concreto apareció frente a él, frenando su andar -Baxia…

- ¡Basta ya! – Sua, el más calmado de los tres había llamado la atención de todos -Tenemos un problema mayor aquí, alguien vaya a buscar a Eric

Baxia desapareció, Suanni trataba de calmar a Mei; utilizaba sándalo, lavanda, valeriana… todo lo que estaba a su alcance para poder calmar los nervios de su portadora, hasta que Eric apareció, rodeándola con sus brazos, sosteniendo su cabeza sobre su pecho, acunándola con su mano mientras se acomodaba en el piso para hacerla un ovillo entre sus piernas.

Ese acto lo rememoro a aquella ocasión, cuando ella se rompiera por culpa del guitarrista, pero esto era diferente, ahora no había alguien más de por medio, si no, su propio padre tratando de amedrentar a su prometida.

Dejar pasar el acto no fue nada sencillo, iba a comportarse como si no supiera lo que había pasado, ignorando cómo era su costumbre al hombre recién llegado.

Pero no podía ignorar a su prima, no del todo.

-Tenía mucho de no venir a Paris, todo es muy bonito- Comentó la castaña, tomada del brazo de Eric, quien parecía hastiado de llevarla colgada de su extremidad -Pero nada es comparable con mi hermosa Nueva York

-Yo no cambiaría Paris por nada del mundo- Soltó Eric, zafándose de su agarre y adelantándose unos cuantos pasos -Escucha Juliette, no sé porque motivo te ha traído mi padre, pero no creas que, por ser mi prima más cercana, aceptaré irme con ustedes, ambos son muy predecibles

-Creo que te equivocas, yo no vine a tratar de llevarte con nosotros- Dulcifico sus facciones todo lo que pudo, acercándose a su primo. En palabras de cualquiera, Juliette era una mujer muy bonita, su cabello castaño cobrizo, largo y ondulado solían enmarcar su rostro de muñeca, su piel morena clara relucía con los rayos del sol, como si llevara algo en la piel para que esta brillara -Mei es una buena chica, pero conozco a algunas chicas que podrían…

-No digas nada- La interrumpió, porque sabía por dónde iba aquello -Jamás voy a dejar a Mei… y perdona, pero tengo cosas que hacer. Adiós

Observar cómo su primo se alejaba la dejó sin habla, pero esto la hizo darse cuenta de lo difícil que tenía las cosas en ese momento, porque, su primo no aceptaría por la buena que debía dejar ese lugar e irse.

Por otro lado, Mei estaba trabajando en la panadería, desde que Vincent la había ido a buscar en la galería, había decidido tomarse un tiempo libre, al menos, para no estar sola en ese lugar.

-No, más a la derecha…

-No, izquierda…

-Más arriba…

-Derecha…

- ¡Ah! ¡Pónganse de acuerdo ustedes dos! - Exclamo la peli jade luego de mover la figura de Jagged Stone más de veinte veces -Entiendo que ambos sean fans de Jagged, pero por favor, solo necesito el centro

- ¿Y si queda chueco? ¿y si no le gusta? - Marinette se apretó las mejillas, haciendo una expresión de sufrimiento mientras de imaginaba a Jagged decepcionado de su pastel -Dime que si es de chocolate con Blue Berry

Mei miraba a su prima con una ceja alzada y los brazos cruzados sobre el pecho, suspirando cuando Luka al fin interviniera.

-Bien, hemos llevado el fanatismo y el drama muy lejos- Mei rodó los ojos, porque no es que no fuera fan del rockero, pero Marinette solía llevar siempre las cosas a otro extremo. Luka había tomado la figura del rockero y colocado en las manos de su novia - ¿Dónde crees que estaría mejor situado?

-Diez euros a que lo deja donde yo lo iba a poner- Luka le guiño un ojo, signo de que aprobaba la apuesta; un reloj sonó en el mostrador, indicándole que el pastel del horno ya estaba listo -Los dejare solos un momento, y quiero mi figura de Jagged intacta por favor

-Dalo por hecho- Afirmó el guitarrista, viendo a la chica alejarse -Bueno Marinette… no tenemos mucho tiempo, Jagged vendrá por el pastel en exactamente diez minutos…

-No puedo hacerlo, es demasiado bueno para ser verdad ¿sabes cuánto hemos esperado por este concierto? ¿Este espectáculo? – Luka rio bajito mientras veía la histeria en su novia, la emoción y la ferviente necesidad de su perfeccionismo -Obviamente que, si el evento es magnífico, el pastel debe serlo también, por favor, dime que no estoy exagerando

-Te estas alterando, un poco, tal vez… y no usaría la palabra exagerar- Le dio un tierno beso en la frente, mientras volvía a tomar la figura del rockero, dejándola sobre el mostrador y tomando las manos de la peli azul -Creo que pedirnos ayuda no fue la mejor de las opciones…

-Hey…- Eric estaba a la puerta, mirando a ambos chicos tomados de las manos, quienes ahora lo miraban a él con curiosidad ya que parecía bastante sospechoso - ¿Dónde está Mei?

-Fue a la parte de atrás- Señalo Marinette, viendo que Eric hacia una seña para que ambos se acercaran - ¿Pasa algo?

-Traigo un regalo para Mei, pero quiero que sea sorpresa- Señalo a Marinette, quien apenas entendió la señal, saliendo a la parte trasera para distraer a su prima - ¿Me ayudarías?

Luka asintió, saliendo de la panadería detrás de Eric y acercándose al automóvil de este, notando que había varios paquetes bien envueltos, todos, con moño en satén. Soltó un silbido al ver los cuatro paquetes bien envueltos.

- ¿Seguro que no te va a divorciar por esto? - Bromeó el guitarrista, comenzando a sacar los obsequios y recibiendo una mirada asesina de parte del pelirrojo -La verdad, no sé si va a emocionarse o a enfadarse

-Más le vale que se emocione, porque invertí mucho tiempo en conseguir lo mejor para ella- Luka bufo, divertido, conocía a la perfección al chico, y ahora, con lo del compromiso encima, se estaba volando la barda -Se que odia los regalos, pero espero que esto la anime un poco

Y mientras ambos cargaban con las cosas, Jagged arribaba al lugar, bajando de su automóvil, seguido de Penny. Luka y Eric reaccionaron, sabiendo que, una vez ese hombre entrara a la panadería, sería imposible para ellos entrar sigilosamente al lugar y dejar los obsequios sin que la chica se diera cuenta.

Dos minutos, fue todo lo que le pidieron al hombre que esperara en lo que dejaban las cosas dentro, y que bajo había caído Eric al haberle pedido ese favor, porque tenía contactos que le darían mejor trato durante sus conciertos ¡Que caro le había salido ese favor! Pero que gusto sería ver el rostro de felicidad de su prometida.

Jagged entró al local, viendo su pastel sin terminar sobre el mostrador, sorprendido de que la chica no estuviera presente, pero apareció como bólido, colocando la figurilla al centro, justo donde ella había hecho su centro.

-Perdone señor Stone- Dijo la chica, desviando la mirada hacia las cajas que yacían a un lado de la ventana, haciendo que abriera los ojos de par en par y que olvidara que estaba haciendo una entrega final - ¡Ay por Dios!

Ignoro por un momento al rockero, quien no pareció disgustarse con que lo ignoraran, aunque gustara siempre de llamar la atención. Mei se cubría la boca con ambas manos, avanzando lentamente hacia los presentes, quitando de uno de ellos la tarjeta que contenía.

"Para la mujer que cambió mi vida, que me dio la oportunidad de aprender a amar.

Con amor, Eric."

Había estado bastante nerviosa desde que Vincent se presentara en la galería, prefería mantener distancias con el chico para no ocasionar algún disturbio familiar; pero ver el regalo de su prometido le alegró el corazón. Se dio la media vuelta, mirando a su cliente, quien llevaba una sonrisa en el rostro, lo que le dio curiosidad a ella, siendo el mismo Jagged quien respondiera su incógnita.

- ¿No vas a abrirlo? - Pregunto, burlesco, mientras Penny suspiraba.

-Estoy atendiendo a un cliente que no puede esperar…

Un dedo de Jagged se interpuso entre ambos. Sobre su hombro sintió una mano posarse, sintiendo el fresco aroma de la loción de su prometido.

-Creo que deberías hacerle caso- Los ojos de la peli jade se iluminaron, tenía tres días de no verlo y, sinceramente, lo extrañaba demasiado - ¿No te gustó la sorpresa?

- ¿Qué dices? Pues si no la esperaba, aparte de que no sé qué locura has hecho esta vez Eric de la Fontaine- Respondió, rodeando al chico por la cintura -Señor Stone…

-No veo porque no puedas abrirlos- Esto la tomó por sorpresa -Soy un hombre curioso que respeta el regalo de un hombre a una mujer

Penny bufo, divertida, revisando su reloj mientras la chica se acercaba a los presentes ¿Cuál tomaba? Bueno, lo más pequeño era una caja rectangular de buen tamaño que solo era pequeña por unos cuantos centímetros a su colega.

Retiró el listón de satén y comenzó a romper la envoltura, llevándose ambas manos a la boca para acallar su grito de emoción. La caja de una Nikon D750 relucía frente a ella, conteniendo también una mochila para poder transportarla como extra y accesorios extra que la ayudarían a sacar lo mejor de la cámara.

- ¡Eric! – Ese no era un grito de reproche o de enojo, era uno de asombro y felicidad. Tomó con desesperación la siguiente caja, rompiendo la envoltura para develar el juego de flashes y la tercera caja contenía un set de mediano tamaño de fondos para fotografía y con algunas luces fijas -Ya, no puedo con este…

-Ay, por favor- Esta vez fue Jagged el que interrumpió, tomando por sorpresa a la peli jade, quien abrazaba con ahínco la caja larga y plana - ¿Qué más podría contener esa pequeña caja? ¿una bomba?

-Para su corazón, tal vez…- Murmuró Luka, no siendo escuchado por nadie.

Eric sonrió, por lo que ella comenzó a retirar el moño, sentía pánico, pavor ¡sus manos temblaban! Pero tuvo que asir con firmeza la caja al momento de ver la caja de una portátil Alienware M15, sintiendo que el alma se le iba al ver tal cosa en sus manos.

-Si, definitivamente fue una bomba para su corazón- Volvió a murmurar Luka, sin que nadie lo escuchara de nuevo.

Eric comenzó a explicarle que la portátil contenía programas de edición de fotografía, video y aparte, estaba adaptada para que modificara ahí una página web que estaba hecha única y especialmente para ella. Esto dejó bastante sorprendidos a todos, tanto, que Jagged aceptó modelar con su pastel para que fuera la primera foto actualizada que subían a la página.

Sin entender los motivos del obsequio, Eric debió retirarse, dejando a los tres chicos trabajando en el armado del soporte de fondos mientras no hubiera gente en la panadería.

-Sinceramente, creo que fue un obsequio bastante caro- Comentó la peli jade mientras leía los instructivos de manejo de los flashes, bajándolo al momento de ponerles atención a su prima y su amigo - ¿Esta bien esto? Digo, su padre no acepta nuestro compromiso, obviamente no quiero dejar a Eric, pero…

-No creo que debas pensar tanto en eso- Fue Luka quien hablara, llamando la atención de ambas chicas -Si el sigue aquí, es porque todo para él esta tal cual lo han hecho ustedes, sin importar lo que su padre diga ¿No crees?

-Luka tiene razón, él no ha dejado de procurarte o preocuparse por ti- Complemento Marinette, acercándose a su prima, tomándola de las manos y apretándolas con ahínco -Ambos son las piezas perfectas de un rompecabezas, no te desanimes, pronto podrán volver a estar juntos como antes

-Tal vez este descanso les haga ver las cosas de otra manera- Agregó el bicolor, encogiéndose de hombros ante la mirada acusatoria de su novia -No es que hayan dejado de verse, a lo que me refiero, es que ahora que él no se pasea por aquí tan seguido, has tenido tiempo de organizarte en cosas que tenías pendientes

¿Cuánta razón había en las palabras de Luka? Mucha, porque desde que no salía todos los días con Eric, había tenido tiempo de limpiar su habitación, terminar cuadros pendientes, más pasteles y, por ende, más ganancias.

Entre los tres terminaron de armar el set fotográfico, Tom había movido algunos anaqueles para darle espacio a ese presente que tenía significado para todos; porque si la chica promocionaba su trabajo por medio de internet, estaban seguros de que el trabajo no pararía.

El plan no estaba funcionando, para Vincent, alejar a su único hijo de Paris le estaba costando ¿Un regalo de esa índole? ¡¿En que estaba pensando el idiota de su hijo?! Tenían que moverse deprisa, alejarse de ahí, y solo Juliette podría convencerlo ¿Sería posible?

Luego de algunos días de que Eric hiciera su tan aparatoso regalo para que la chica estuviera un poco más tranquila, Juliette intentaría un nuevo movimiento.

- ¿Puedo hacerte una pregunta? – Dijo la chica mientras barajaba un juego de cartas en sus manos.

-Luego de las anteriores quince preguntas… sí, creo que aún puedes- Respondió, recibiendo sus cartas y mirando fijamente a su prima.

- ¿Por qué tanto interés en casarte con ella? ¿Ya has conocido a otras chicas antes de ella? – Eric rodó los ojos, dejando su mano sobre la mesa y disponiéndose a levantarse de la silla -Espera, Eric…

-No voy a responder a eso, estoy harto de que cuestionen mi decisión- Juliette tomó al chico de la muñeca, pero Eric alcanzó a retirarla de un jalón, haciendo a la chica encogerse ante su gesto lleno de ira - ¡Basta! Voy a casarme con Mei con o sin aprobación de mi padre

-Pero Eric ¿Y si solo está interesada en tu dinero? En todo esto- Señalo su alrededor, notando que el gesto del chico se mantenía -Es una chica que no tiene nada, no tiene padres, no tiene familia, menos estudios y…

-Es que no entiendes nada- Tomó a Juliette por los hombros, haciendo que se encogiera ante el leve zarandeo que el chico hacía -Nos amamos por lo que somos, por quienes somos; yo no soy como tú, que buscas a un hombre de dinero, de buena posición social, guapo, atractivo, pero dime ¿vas a ser feliz con eso?

-Ese no es el punto, Eric…

-Si Juliette, es el punto, porque no voy a casarme con alguien a quien no amo- La castaña lo veía a los ojos, viendo como sus facciones cambiaban, como se idiotizaba por los efectos del amor, en solo pensar en esa mujer -Mei es todo lo que necesita mi vida para ser feliz, me ha devuelto cosas que creí haber perdido, me ha hecho un hombre diferente…

- ¿Y tú? - Dijo secamente, mirándolo con el entrecejo fruncido - ¿Qué has aportado a su vida? ¿Lo sabes?

- ¿Eso importa? – Esta vez fue Juliette quien frunciera el entrecejo, alejándose de su primo, mirándolo con ira, sintiendo un calor en su pecho, algo que estaba a punto de explotar -Escucha Juli, no voy a romper mi compromiso, no voy a dejar a Mei y, de ser necesario, no vamos a vivir aquí, así que deja de molestarme y vuelve a Nueva York con papá

-No nos iremos hasta que accedas ir con nosotros por las buenas, eres el único que está aquí, estancado y no podemos permitirlo…

-No me voy a mover de aquí, porque es aquí donde tengo paz, amor y a mis amigos- Ya no discutiría, porque no tenía sentido, porque estaba seguro de lo que su corazón sentía y deseaba -Lo siento Juliette, pero es mejor que no insistas, además, no puedes juzgar a Mei sin conocerla

Esta vez se dio la vuelta y salió de la habitación, dejando a una furiosa Juliette, quien se acercará a recoger el mazo de cartas, llegando a ellas una mariposa con tonos rojos, morados y negros.

-Miss Fortune, te concedo el poder de la suerte y el azar, usa tus habilidades para tomar venganza de quienes te han insultado u ofendido, pero a cambio, quiero que me traigas los miraculous de Ladybug y Chat Noir…

-Tus poderes están potenciados por la misma Tiamat, mi encomienda es que destruyas a Yang y sus amigos ¿Podrás con ambos trabajos?

-Por supuesto…

Su cuerpo se cubría de una masa oscura, Eric pudo sentir la magia correr por la casa, por lo que se dirigió velozmente a la habitación donde su abuelo mantenía la caja, pudiendo salvar al viejo antes de que todo lo cubriera, saliendo por el ventanal.

Miraron con asombro como la casa se convertía en la guarida de su nuevo enemigo, y con ella, todo a su alrededor cambiaba.

-Tenemos que salir de aquí- Eric llevo a su abuelo sobre su espalda mientras se alejaba, entre sus brazos, el viejo sostenía la caja del panteón draconico cubierta con una manta de terciopelo.

La oscuridad había comenzado a cubrir todos los edificios de la ciudad, todo se vio afectado en un santiamén, la casa de los Yang había quedado como el centro del problema y, a su alrededor, se habían elevado los edificios, las luces, los colores, los joker, cartas y fichas de juegos de mesa; Miss Fortune era la dueña de ese imperio.

Un agujero se abría en el piso, sorprendiendo a los parisinos que se encontraban alrededor, en el límite del poder de la draco akumatizada. Yang salía de debajo de la tierra, por lo que algunos se acercaron a ayudarla.

-Yang, tú y Ladybug podrán acabar con ella ¿verdad? – Preguntó una mujer, por lo que se sorprendió de tener interacción con alguien.

-Si, lo haremos, pero primero debo reunirme con mi equipo…

Una fina línea dividía ambos lados, por lo que aún no estaba segura de querer atravesarla, no sin antes reunirse con Yue o Ladybug, pero tampoco tenía idea de donde pudieran estar.

- ¡Ahí! ¡Es un hombre!

- ¡Alguien ayúdelo!

Un hombre se disponía a atravesar la fina línea que dividía el poderío de la villana con sus límites, pero Yang se adelantó, haciendo retroceder al civil y atravesando ese límite para ayudar al hombre ¡Vaya sorpresa al ver que se trataba del padre de su prometido!

Pero apenas había tomado al hombre del brazo, una caja sorpresa apareció, engullendo a ambos y desapareciéndolos de la vista de los civiles que admiraron la escena con asombro, miedo e impotencia.

-No puedo sentir a Yang o a los demás- Confirmó el chico desde lo alto de un edificio, a los límites de alcance del enemigo -Abuelo…

-No hay más remedio, deveras entrar ahí y seguir mis instrucciones- Yue miró a su maestro, decidido a salvar París -Pon atención…

Adentrarse en el campo del enemigo le erizo la piel, apenas puso un pie al atravesar la línea divisoria y una caja lo había atrapado indudablemente; dos de sus elegidos estaban a merced del enemigo, pero sabía que eso sería suficiente.

Su sexto sentido solo la mantenía en calma, no era momento de sobreactuar, debía mantener la calma, aunque el hombre gritara y golpeara la caja.

Estaban encerrados, no sabían en qué momento la caja se abriría y, tal vez, sería ahí donde el peligro comenzara. Pero un ruido externo la puso alerta, escuchando una voz.

- ¡Yang! ¿Estás aquí? – Su pecho se ensanchó al escuchar su voz -Responde por favor

- ¡Aquí estoy Yue! – Gritó desde su caja, la cual seguía cerrada.

- ¿Estás sola?

-No, estoy con un civil- Miro de reojo al hombre, quien se mantenía ecuánime - ¿Tienes algún plan?

-Si, el maestro me ha dicho que hacer…

Otro ruido, una tercera caja ¿Tal vez? No estaba segura, pero pudo distinguir las voces de Chat Noir y Ladybug ¿estarían solos?

- ¡Bien hecho Chat Noir! - Gritó la mariquita, sumamente molesta -Ahora como vamos a salir de aquí

-Tranquila, estamos en la misma situación- La heroína se sorprendió, al menos no estaban solos -Yue está en otra caja, yo estoy con un civil

-Bueno, al menos hay alguien que no está en modo histeria- Soltó el gato, haciendo enfurecer a la chica.

-Tranquila, encontraremos la forma de salir de aquí- Esa era la voz de Viperion, eso hacía seis.

-Bienvenidos a mi mundo, donde ganar es mejor que perder- Las cajas se abrieron, por lo que los seis pudieron reunirse, aunque, fue Yue quien se sorprendiera por la presencia de su padre -Si quieren salir, deberán llegar hasta mi recinto y derrotarme, pero, si pierden en el trayecto, deberán entregarme sus miraculous y sus anillos de dragón ¿Están listos para jugar? Les otorgaré un tiempo, a solas…

-No vamos a poder a hacer esto solos, los necesitamos como portadores de anillos- Comenzó a decir el dragón, mirando a los tres portadores de miraculous -Vamos a tener que revelar nuestras identidades…

-Creo que está bien, confío en ellos- Dijo la chica, mirando a los tres portadores - ¿Qué hacemos con él?

-Desafortunadamente, él está al tanto de todo lo relacionado con la caja- Dijo con algo de desprecio el dragón, mirando al hombre fijamente -Pero antes de que hagamos cualquier movimiento, deberá prometer no revelar nuestras identidades nunca, jamás…

Todos miraron al hombre, quien suspirará pesadamente mientras se alzará la manga del brazo izquierdo, dejando ver en ella un sello con la firma y símbolo de la familia Yang.

-Tú abuelo tampoco es un idiota, mi boca está sellada con este juramento, así que no puedo hablar de ustedes con nadie, nunca- Yang paso saliva, con dolor, angustia, como si algo en su voz le hubiera dicho el peso de esa marca -Anda Eric, haz lo que tengas que hacer

Los portadores de Miraculous se sorprendieron, por lo que Yue volvió a su forma civil, dejando ver al joven pelirrojo. A esto le siguió Mei, sorprendiendo al padre del chico y a los dos portadores que acompañaban a Ladybug.

Vincent observó a la chica, quien también le miraba, y entonces los portadores también volvieron a sus formas civiles, y fue ahí, donde el corazón se le oprimió, porque, quien fuera su amor platónico estaba ahí; y no tenían buena relación como héroes.

Adrien iba a decir algo respecto a la identidad de Ladybug, pero esta le acalló con la mano, acercándose a su prima.

- ¿Qué es lo que hay que hacer? Debemos derrotar a Miss Fortune lo antes posible…

-Debemos cambiar de anillos, confundir al enemigo- Soltó Eric, tomando la mano de Mei -Debemos entregarles nuestros anillos…

-Pero no saben utilizarlos, no tendrán el mismo impacto que si los portamos nosotros- El apretón en su mano era para darle confianza -Entendido…

Se quitó sus cuatro anillos, entregándole a Jiatou a Marinette, Baxia quedó en manos de Adrien y Yazi quedó en las manos de Luka, a quien no pudo evitar mirar fijamente a los ojos por unos instantes, algo que Eric sintió.

-Toma a Tamara e Ike, el abuelo me dio otros anillos, necesitas dos o tres más- Mei miró los anillos que Eric le ofrecía -Me quedare con Hlal, Faluzure y Baisè

-Yo tomaré a Hong y Sardior, aunque, creo poder llevar también al dragón sombra…

-Si llevas al dragón sombra no podrás controlarlo- Explicó Vincent, deteniendo a Mei -Necesitas otro portador, Eric tampoco podrá hacerlo, ya llevan muchos anillos

-Tomare a Astilabor, pero…

-Yo lo llevaré…- Todos voltearon a ver a Luka, quien se mostraba sumamente decidido a portar el anillo del dragón sombra -Puedo hacerlo, estoy seguro de que Sass y Yazi ayudarán al proceso

-Confíen en mí, puedo hassserlo- Afirmó el Kwami, mirando a todos.

-Sombra podrá ser todo lo rebelde del mundo, pero tampoco es tan malo- Soltó el pequeño dragón al referirse a su hermano -

La peli jade tomó el anillo, entregándoselo a Luka, quien de inmediato lo pusiera en su dedo, mostrando a un pequeño dragón de aspecto viperino.

-Saludosssss mortales, mi nombre es Yīnyǐng, pero pueden decirme solo Ying- Un escalofrío recorrió la espalda de la chica, como si algo malo augurara con la presencia del dragón - ¿Tú serás mi portador?

-Y yo tu compañero- Afirmó Sass, mostrándose seguro ante el dragón -Ssssseamosssss amigossss

-Ay, como sssssissssssean- Arremedo Yazi, mordiéndose la lengua.

Conformes con la selección, todos se transformaron, notando la variedad y el cambio en sus trajes, sobre todo en Viperion, quien su traje dejó de ser mayoritariamente azul con negro, para convertirse en negro y gris con algunas franjas celestes que simulaban algunas escamas.

La oscuridad dio un paso atrás, abriéndoles la oportunidad de avanzar por tres caminos diferentes.

-Claro, dividirnos es la mejor manera de acabar con nosotros- Los cinco portadores se alinearon al frente, solo había un problema -Y un civil con nosotros no suena nada bien

-Yo iré con él, es mi responsabilidad- Afirmó Yue, mirando al hombre -Estará a salvo conmigo

-No creo que sea buena idea- Agregó Yang, mirando a ambos -Los problemas que cargan entre ustedes podría ser un impedimento, no podemos arriesgarnos a perder los anillos o los miraculous, yo iré con el

-Generalmente Yang actúa de forma más agresiva, pero hoy parece estar en calma total- La aludida volteo a ver al gato negro, fulminándolo con la mirada.

-Los juegos de azar no son mi fuerte, pero confío en mis dragones, tal vez solo esté algo nerviosa…

-No perdamos más tiempo, nos veremos donde Miss Fortune- Yue miró a su compañera, sonriéndose mutuamente mientras las tres parejas entraban a sus respectivos caminos.

Viperion había entrado junto con Ladybug, Chat decidió de buena manera ir con Yue y Yang se mostraba ecuánime ante la presencia del hombre.

[Billie Eilish – Bad Guy]

Varias veces había estado celoso del gato de la mala suerte, Yang solía coquetear con él en cada encuentro, por lo que, ahora que sabía su identidad, se sentía…

Sus pensamientos fueron frenados por el juego que se encontraba frente a ellos, una baraja se mezclaba a sus ojos, deteniéndose en seco mientras se repartía entre ellos.

-No tenemos ni siquiera las reglas del juego…

-Tranquilo gatito, todo a su tiempo y paso por paso- Dijo la voz de la akumatizada, quien no estaba presente en la habitación -Las reglas son básicas, si sabes jugar, obvio…

-El póker es algo sencillo- Mascullo el dragón, mirando sus cartas, deshaciéndose de aquellas cartas que no le servirían -Estoy seguro de que alguna vez lo has jugado

-Es complicado decirlo o afirmarlo- Soltó, con preocupación, mirando sus cartas y haciendo una mueca preocupante - ¿Sabes que soy el gato de la mala suerte verdad?

-Pues espero tener mucha más suerte de lo normal, estoy confiando demasiado en Astilabor- Sus pensamientos fueron escuchados, recibiendo las cartas que necesitaba para ganar -Flor y seguida…

Las expresiones del rubio solamente lo ponían más nervioso a él, porque no sabía si estaba entendiendo el significado del juego.

-Si pierdes, pierdes puntos…- Canturreó con su melosa voz mientras la mano de Chat era cortada con una hacha -No te asustes, cada partida perdida te quita diez puntos, iniciaste con cien, ahora tienes noventa

-A esta bruja no se le pasó nada por alto- Masculló entre dientes el dragón, a pesar de saber que se trataba de su prima, estaba furioso por todo lo que ella había tratado de hacer - ¿Cuánto más vamos a estar aquí? Yo gane

-Pero el no, así que la ronda sigue hasta que uno de los dos caiga o ganen ambos- Una sonora carcajada hizo que ambos abrieran los ojos a la par, mirándose, sorprendidos -Así que, prosigamos con la siguiente ronda

Ladybug y Viperion avanzaron por el estrecho camino, muy diferente por el que Yue y Chat habían caminado, como siempre este fuera más lúgubre, más sombrío.

-No sé si son los efectos del dragón sombra, o son mis nervios- Comentó la serpiente mientras iba tomado de la mano de la mariquita, sintiéndose hasta cierto punto a salvo -Pero siento como si esto fuera hecho especialmente para que me sienta incómodo

-Yo también me siento así, así que no son tus nervios ni nada por el estilo- Afirmó la chica, viendo la luz al final del túnel -Y creo que hemos llegado a uno de nuestros destinos…

Atravesar el umbral sólo les mostro la vista panorámica a una enorme habitación, no había nada, ni mesas, ni sillas, o algo que pudieran tomar como referencia.

-Aún no sabría decir si esto es bueno o malo- Comentó la mariquita, deteniéndose cerca de la entrada todavía, viendo como su compañero avanzaba -Viperion…

De pronto, algo le atacó, haciéndolo retroceder, alcanzando a ver un nape bien clavado en el piso.

-No deberían ser tan impacientes- Susurró la voz de la chica, haciendo aparecer seis dados frente a ellos mientras que, a lado de cada uno, una columna con un botón al centro aparecía -Quiero probar la suerte del miraculous de la creación, de la mariquita de la buena suerte ¿Jugamos? Solo les advierto que, si pierden en este juego, perderán de veinte a treinta puntos

- ¿Puntos? ¿Cuáles puntos? – Preguntó con estupefacto la mariquita, mirando a su compañero -No juegues con nosotros Miss Fortune ¿Qué tal si haces trampa?

-Ay, perdóname cherie, pero yo no tengo porque hacer trampa- Su voz tenía un tono ofendido, dolido -La suerte siempre está de mi lado, así que no necesito hacer trampa, menos contra ti, Ladybug

Hubo un ambiente tenso, pesado, pero mientras su compañera discutía con aquella voz, Viperion se concentraba en sus nuevos poderes, aquellos que le concedía el dragón sombra; y vaya que tenía la posibilidad de expandir muy bien sus habilidades ¿Cuánto podría durarle el gusto de este nuevo dragón?

El juego comenzó, un numero al azar entre uno y seis apareció para ambos, por lo que entendieron, ese número debía caer en sus dados y, como siempre, la mariquita obtuvo cinco de seis, Viperion cuatro y Miss Fortuna…

- ¿Qué? - Preguntó con ira al ver que sus dados no tenían el numero dos por ningún lado - ¿Cómo puede ser posible esto? Yo siempre gano

-Ese no parece ser el caso en esta ocasión- Comentó la mariquita con mucha seguridad, mirando el nuevo número de sus dados, haciendo girar los suyos y cayendo exactamente los seis con el nuevo número, Viperion obtuvo cinco -Ni la mejor de las suertes parece acompañarte hoy

- ¿Y si son ustedes quienes están haciendo trampa? - Oh, esto la ofendió, Ladybug entrecerró los ojos, mirando a su compañero, quien se encogiera de hombros -Si los descubro, juro que los hare perder la mitad de sus puntos…

Pero Yang tenía otro problema a parte de enfrentarse a Miss Fortune, y es que estaba caminando con su futuro suegro. Ambos llevaban una distancia… prudente, porque no estaban bien en términos de relación mutua, no cuando él no aceptaba el matrimonio entre ella y su hijo.

Vicent observaba con cautela a la chica, la dragón se movía cautelosa, alerta, podía verlo en como movía la cabeza de un lado a otro, en cómo sus escamas brillaban y, de vez en cuando, parecían soltar un retintín ante los cambios de postura.

Apenas iba a decir algo, cuando Yang atravesó el umbral, marcando el final del camino, encontrando dos sillas separadas con una pequeña mesa frente a ellos.

-Espero que la suerte este de su lado Vincent- Comentó Yang, tomando asiento y esperando las indicaciones del juego -No quisiera perder algo que todavía no he ganado…

Vincent observó a la chica, no sabía bien como debía tratarla, ya que parecía ser una persona totalmente diferente con ese traje; y sí, varias veces le habían dicho lo diferente que era Yang de la Mei verdadera. Cuando sus labios se preparasen para decir la primera palabra que diría con sinceridad para la chica, un movimiento extraño en su visión periférica lo hizo detenerse.

-Me da gusto verte, Yang- Dijo la voz, haciendo aparecer un mazo de cartas barajándose -Espero estés lista para jugar un poco

-Generalmente no tengo tiempo para jugar con mis enemigos, pero tal vez un momento de… entretenimiento este bien- Acotó la dragona, recibiendo dos cartas, una hacia arriba y otra hacia abajo - ¿Cuáles son tus reglas?

-Es un simple juego de black jack o veintiuno ¿Te animas? Va a ser muy divertido, sobre todo cuando tus puntos lleguen a cero- Rio, pero Yang ni siquiera se inmuto -Si ganan, individualmente claro, ganaran más puntos y podrán irse

No estaba segura de cuánto tiempo más soportaría los juegos de su enemiga, pero de cien puntos, habían logrado salvar todavía cuarenta, Vincent llevaba solamente ochenta, por lo que no estaba del todo mal.

-Como Yang eres muy dura, no pareces tu…

-No sabemos si Miss Fortune puede oírnos o no, y no es algo de lo que quisiera hablar, no de esta manera- Expreso la chica sin dejar de caminar, a sabiendas de, que los afectados por las mariposas no solían recordar absolutamente nada de lo que hacían -No quiero que eso que no se da, pueda no darse por una mala conversación

-Yang- La aludida volteó, dejando de caminar y mirando al hombre -Espero podamos hablar cuando todo esto termine

-Yo también, porque ya estoy harta de este juego del gato y el ratón- Respondió, sin mirar al hombre y continuando con su camino.

Todos enfrentaron diversos juegos, hasta que los seis se encontraron a la entrada de un laberinto.

-Sean bienvenidos al último juego, aquel que marcara la diferencia entre su suerte y la muerte- Como si un cuchillo hubiera atravesado sus cuerpos, Yang y Yue se tensaron; la palabra muerte todavía no estaba permitida en su diccionario, en su vocabulario, y ni hablar de ladybug y Viperion -Esta vez deberán atravesar este laberinto y, al final de él, se encuentra el camino hacia mi refugio, y entonces, sabremos quien es el mejor de nosotros teniendo suerte, así que, para comenzar, tomaré algo importante para ustedes…

Todos se quedaron pasmados ante sus palabras, sin embargo, al no saber que era lo que tomaría, no se dieron cuenta de las sombras que surgieron del piso, llevándose tanto a Yang como a Ladybug.

- ¿Qué vas a hacer con ellas? - Preguntó con desesperación la serpiente, sintiendo como la locura y poder del dragón sombra tenían un efecto aún mayor con su rabia.

-Ay, tranquilos, no va a pasarles nada- Ambas chicas aparecieron encerradas en una prisión de cristal, amarradas una contra la otra, medio inconscientes -Solo les di algo para que se estuvieran quietas, nada que una buena droga no pueda controlar

-Eres una…

-Tranquilo Yue- Le detuvo el hombre, haciendo que el dragón lo mirara con toda la furia impregnada en sus ojos -Debemos ser cautelosos, no sabemos qué nos espera dentro del laberinto

-Tiene razón, no podemos precipitarnos- Soltó Viperion, calmado, aunque, hasta ese momento, nadie se había dado cuenta que sus poderes estaban en constante movimiento, el dragón sombra era difícil, pero, al mismo tiempo, le facilitaba mucho las cosas en ese momento -Entre más pronto acabemos, más rápido las recuperaremos

-Que tiernos, todos preocupados por las heroínas de París- La prisión comenzó a llenarse de agua lentamente, aunque no tan deprisa como para ponerlas en peligro -Ahora, si el agua sube demasiado, los líquidos que están a la derecha de la prisión comenzarán a mezclarse con el agua, eso lo hace todo aún más interesante e intenso ¿no les parece?

-Esta bruja está loca- Masculló Chat Noir - ¿Por qué no acabamos con este laberinto con mi Gataclismo?

-Eso no va a ser posible minino, si lo haces, automáticamente el agua brotará con más velocidad y se llenará en un santiamén, haciendo que obtenga sus miraculous y anillos antes de tiempo- Su risa comenzaba a sacarlos de quicio, pero su enemiga parecía divertirse bastante con ellos -Necesitan mucha suerte para salir de ahí y llegar hasta a mí, solo yo tengo la llave, así que pónganse en posición, porque cada uno entrará por diferente camino

-Voy a romperle la nariz en cuanto la tenga enfrente- Expresó el dragón, apretando los puños y mirando al resto -Deberemos tener cuidado, no sabemos si haya trampas ahí o si simplemente planea retrasarnos

-Estoy preocupado por Chat, solo eso- Murmuró la serpiente, haciendo menear la cola del gato negro - ¿Estarás bien?

-Haré lo que esté a mi alcance, no me ha ido tan mal hasta el momento- Respondió, dubitativo -Vamos, antes de que las chicas corran peligro

Correr peligro no era la palabra adecuada, pero, aún a pesar de que fuera su prometida quien estuviera ahí, sabía que ella estaba más preocupada por llegar a perder uno más de los anillos de la caja.

No, el sólo podía pensar en ella, porque, aunque ambos fueran herederos de la caja una vez su lazo matrimonial se llevara a cabo, no había nada más importante que ella; la caja siempre podría esperar, Zhao debía ser derrotada en algún momento, y ellos podrían ser libres de ser guardianes de tiempo completo.

Avanzar por el laberinto se había convertido en algo sencillo, de vez en cuando había algunas trampas ocultas que él mismo Vincent era capaz de evitar, pero otras, una mala decisión los llevaba por el camino equivocado, por lo que debían volver tras sus pasos.

¿Quién decía que no podía hacerse trampa en un juego de azar? Pues Viperion era la prueba de ello, al menos, con sus poderes aumentados con el dragón sombra, podía adelantarse y averiguar el camino correcto.

Ver el agua subir lentamente les daba esperanzas, no sabían en qué punto del laberinto se encontraban, por lo que, sin esperarlo, una alarma sonó.

-El tiempo corre sin detenerse jugadores, ahora les diré en que orden van caminando- En una de las paredes, frente a cada uno, una imagen del laberinto apareció, mostrando sus ubicaciones, pero sin darles noción del resto del camino -Viperion va a la cabeza, le sigue el tío Vincent, luego Yue y al final, mi querido gatito de la mala suerte. Bien, como veo qué hay dos delanteros y dos rezagados, voy a darles dos alternativas; primera, si este dado cae seis, chat Noir y Yue avanzan hasta la posición de Viperion, pero si cae cuatro o menos, regresaré al tío Vicent hasta la posición de uno de ustedes

- ¿Qué hay del cinco? - Pregunto con molestia e ira el dragón.

-Segunda oportunidad- Fue todo lo que dijo la voz, haciendo girar el dado, Yue creía fervientemente en los dones que le proveía su dragón, aunque nunca había usado a Astilabor, estaba confiando demasiado en él. Vaya sorpresa al ver caer un cinco -Tienen bastante suerte

Con repugnancia impregnada, Miss Fortune volvió a lanzar el dado, dejando de girar luego de unos rebotes y mostrando un seis.

-No crean que la suerte los acompañará cuando lleguen a mi- Añadió, tragándose a Yue y Chat Noir, quienes aparecieron en la posición de Viperion.

-Esto si es tener suerte- Dijo oriundo el gato negro, colocando las manos en la cadera y meneando la cola.

Viperion cayó de rodillas, apenas sosteniéndose con las palmas contra el piso, con los brazos temblorosos. Yue fue el primero en acercarse, sintiendo la magia aflorar en él.

-Sass ha logrado controlarlo por mucho tiempo, pero he utilizado mucho su poder- Las líneas azul Aqua de sus brazos comenzaban a tornarse de un color verde azulado muy intenso, como si el dragón sombra estuviera corrompiendo al kwami de la serpiente -Estaré bien, aún puedo mantenerlo a raya

Confiaba en las decisiones de su prometida, pero sobrecargar a un portador con dos anillos y un prodigio…

Avanzar fue mucho más sencillo para los tres, pero ahora Yue tenía la preocupación de su padre, de quien no tenía razón ni conocimiento. Al menos, hasta que la risa de la chica volvió a escucharse.

-Están llenos de suerte, pero todo está muy aburrido- El agua de la prisión subió, cubriendo por completo a las chicas, quienes habían comenzado a forcejear para poder escapar -Es una lástima, aún tienen que recorrer el cuarto de camino restante del laberinto, y no tienen el tiempo suficiente, no cuando sus pulmones se llenen al fin de agua y pierdan la conciencia

- ¡Escúchame, Juliette! Si Yang no despierta, será tu bonita cara de muñeca la que pague el precio…

-Esa mujer te importa mucho, como si fuera…- Las palabras quedaron ahí, y Yue temió más por su prometida y por su amiga.

-Debemos darnos prisa, ellas no soportarán mucho- Las palabras de Yue solo fueron seguidas de un asentimiento.

Entre los tres comenzaron a avanzar más rápido, pero eso quitaba d encima las trampas y trucos que la chica había puesto al laberinto. Por otro lado, los pies de ambas heroínas estaban comenzando a cambiar de aspecto, dándoles a entender a los chicos que estaban comenzando a perder la batalla.

-Tenemos un ganador- Dijo la voz de Miss Fortune -Tienen suerte, ellas se salvan por el tío Vincent, y ustedes pierden la mitad de sus puntos

El agua descendió lentamente, los tres portadores fueron transportados hasta la salida, donde se reunieron con el hombre.

-Les falta ir a las Vegas- Comentó el hombre, adelantándose a los más jóvenes.

-Ni de loco pienso ir ahí- Murmuró Chat Noir, meneando la cola con lentitud -No quiero terminar en bancarrota

-Lo mismo opino- Agregó Viperion, siguiendo al dragón de cerca.

El juego había llegado a su fin, Ladybug y Yang se reunieron con ellos, aún algo adormiladas por las drogas.

-Creo que es mejor que me entregues a Suanni, no vas a poder realizar el ritual- Le dijo Yue a la peli negra, quien negará con la cabeza -Yang, no puedes ser tan obstinada

-Solo porque estuve a punto de perder mi transformación, me drogaron y que casi me ahogo ¿crees que voy a tirar la toalla? – Bufó con ironía, rodando los ojos mientras Vincent observaba la escena. Yue tenía la esencia de su hijo, pero Yang, ella era otro tema -No Yue, no voy a rendirme ahora, no cuando estamos a unos pasos de Juliette

- ¿Por qué te importa tanto salvar a mi sobrina? – Pregunto con curiosidad, a sabiendas de que ambos estaban ahí para convencer a Eric de abandonar Paris -Ella había estado intentando hacer que Eric dimitiera del compromiso

-Porque cuando se es héroe, no puedes dejar que el malo siempre gane, aunque el afectado te quiera ver mal; si Zhao y Hawks Moth quieren nuestros poderes, que vengan por ellos, los estamos esperando con mucho gusto

-Aún ni siquiera estamos listos, el entrenamiento del maestro…

-Estamos listos, no por nada ahora llevamos anillos diferentes y podemos sobrevivir, además- Volteó a ver a Ladybug, Chat Noir y Viperion -Tenemos aliados muy poderosos y ellos también nos tienen a nosotros

Los caminos oscuros estaban comenzando a caerles bien, sobre todo, porque podían tomar breves descansos que los revitalizaban y, aunque realmente tuvieran prisa por acabar con ella, ambas chicas necesitaban reponer energías y cordura.

Una luz verde comenzó a rodearlas, extendiéndose hasta Viperion, lo que los llenó de energía, quitándoles el cansancio y todo aquello que los agobiaba ¿Qué había sido esa luz?

- ¿Qué fue lo qué pasó? - Preguntó Ladybug, sintiéndose mucho mejor - ¿Quién fue?

-Creo que fue Tamara, pero luego lo averiguaremos, tenemos una enemigo con la cual acabar

Luego de eso, pareciera que las trampas habían vuelto a ser activadas, pero nada que no pudieran resolver aún con un civil.

[Lindsey Stirling Heist HQ Audio]

Atravesaron el umbral hacia el fuerte de Miss Fortune, viéndola ahí, de pie, con su impecable traje de villana.

-Yo que ustedes, mejor cuidaría mis pasos- Cuando voltearon hacia el piso, este estaba lleno de cartas, por lo que frenaron en seco a penas se dieron cuenta -Pueden atacarme, pero al momento en que pisen una carta y esta sea un Joker, perderán más puntos de los que ya perdieron, ¿Aun quieren intentarlo?

-Por supuesto- Agregó Viperion, sonriendo con petulancia -Podemos hacerlo

-Tienes un plan y no nos dices, eso es jugar sucio entre camaradas- Comentó Yang, algo burlona, dejando ver una sonrisa de confianza en el -Adelante, hagámoslo

-Lo mejor es que te quedes atrás, no queremos más problemas- Yue se dirigía al civil, a su padre -Lo del laberinto fue suerte, pero ahora no creo que sea posible que puedas derrotarla

-Concuerdo contigo, ustedes cinco son suficientes para ella- Vincent observaba al dragón frente a él, quería decirle mucho y a la vez, nada - ¿Qué hacías con Juliette cuando fue akumatizada?

Esto bajó sus defensas, aunque mira a con duda al hombre, no había coherencia en sus ideas.

-Jugábamos póker- Respondió, frunciendo el entrecejo - ¿Eso que tiene que ver?

-Tal vez sea eso, cartas, estaré observándola a ella…

-Las escamas de dragón brillan con facilidad ante la luz, el objeto draco akumatizado debería ser más brillante de lo normal- Agregó Yang, acercándose a ambos hombres, rompiendo la tensión entre ellos -Lo dejó en sus manos Vincent

Cuando los cinco chicos se alejaron, su pecho se oprimió, porque sintió algo de la chica con la que había hablado, la sincera, la que tenía sentimientos; convivir con su alter ego le enseñó cuanto coraje tenía, su valía y ahora, con mayor razón, entendía porque su hijo la había elegido.

-Y que la suerte, esté siempre de su lado- Soltó Chat Noir, haciendo una seña con los dedos al alzar el brazo, haciendo que todos lo miraran - ¿Qué? ¿Nadie ha leído los juegos del hambre? Katniss, Peeta, el Capitolio… ok, olvídenlo

-Luego me prestas los libros- Yang le guiño un ojo, como si no conocieran sus identidades todavía, por lo que el gato soltó un "miauch" sonoro -Ahora, vamos por ella

-Que lindos, los cinco portadores vienen por mi- Su voz fue melosa, pero su mirada fiera al acabar sus palabras -Vengan, si es que pueden

Los cinco se movilizaron, pero Viperion se había quedado un poco rezagado, esto no les preocupo, no cuando sabían y confiaban, en que su plan funcionaría.

Cuando Yang estaba por pisar una carta, una flecha roja se clavó en esta, ayudándola a apoyarse y llegar hasta otra carta; la carta de la flecha desapareció con la risa de un joker, haciendo que la piel se le erizara.

Miss Fortune notó esta extrañeza, pero no tuvo tiempo de analizarla, no cuando Yang y Chat Noir llegaron hacia ella, amedrentándola, teniendo tiempo de apenas reaccionar y protegerse de la patada de Yang, pero no del agarre del felino.

-No va a ser tan fácil minino- Varias cartas aparecieron, amenazándolos, pero ella sabía que no la dañarían, por lo que él se alejó velozmente, antes de que las cartas lo hirieran -Estos naipes me pertenecen, me sirven a voluntad

-El akuma está en sus naipes, pero… ¿en cuál de todos? - Ladybug miró a su amiga, y ambas terminaron con la duda en el rostro.

-El joker- Escucharon la voz de Vincent a lo lejos, y notaron que el rostro de su enemiga compuso una mueca de ira y pasmo a la vez.

-Tú no deberías decir nada- Y los naipes se dirigieron a él, veloces, sin vacilar.

Lo impactante de la escena no era que la draco akumatizada atacara a un familiar, ni el hecho de que no dudara en hacerlo, si no, en que Yang se interpuso en su camino, pudiendo apenas invocar los poderes de Ike para protegerse tal como lo hacía con Jiatou.

¿Cuánta importancia tenía esa persona en su vida? La verdad, aún no lo sabía, pero era su deber proteger todas las vidas humanas que estuvieran dentro de sus posibilidades.

-Gracias- Soltó el hombre, viendo como la sangre corría por la pierna de la dragona, así como por su brazo, ambos los izquierdos.

-Agradézcame luego, porque esto aún no termina- Sus heridas se cubrieron de cristal, deteniendo la hemorragia de momento, pero, limitando sus movimientos -Este pendiente a sus manos, ese Joker debe estar en algún lado

Asintió, preguntándose a sí mismo si, así como ella, el resto estaría dispuesto a arriesgar su vida por un civil.

Enfrentar a este enemigo era complicado, tenía una defensa muy alta, los naipes se movían de lado hacia el otro en un santiamén, los herían, frenaban y burlaban.

¿Cuánto más durarían así?

-Amuleto encantado- Exclamo la mariquita, dejando ver otro juego de naipes -Nada de esto tiene sentido…

-Si, lo tiene, solo es cuestión de saber cómo- Yang observó todo a su alrededor, sintiendo por vez primera la magia del dragón sombra, y viendo la oportunidad perfecta para tomar el akuma -Ladybug, entrégale el mazo a Viperion…

Movilizarse en silencio, sin conocer el plan… ¿Desde cuándo Yang y Viperion hacían buena mancuerna? Probablemente, este altercado, había unido a todos más de lo que hubieran imaginado.

Por que todos se movieron acorde se necesitaba, como una sola mente, porque todos llevaban un dragón que los conectaba. El hombre miraba con fascinación como todos se movían al ritmo del dragón líder.

- ¡Viperion! – La mención del nombre de la serpiente viró la vista de la akumatizada hacia todas direcciones, no pudiendo encontrarlo a simple vista -El juego ha terminado…

-Nada ha terminado, no mientras aun tenga mis cartas- Miss Fortune tomó sus cartas, pero estas no hicieron nada, cayendo al piso - ¿Qué? ¿Dónde están?

- ¿Buscas esto? – La serpiente mostro el mazo entre sus manos, entregándoselo a Chat Noir, quien ya tenía el Gataclismo activado, tomando el mazo, desintegrándolo, dejando escapar la mariposa y las escamas -Fin del juego

-Tu estabas haciendo trampa en mi juego- Masculló la chica, señalando a la serpiente, quien sonreía socarrona, burlona -Lo sabía, sabía que alguien estaba haciendo trampa…

Ladybug lanzó el mazo hacia el aire, haciendo que todo volviera a la normalidad. Juliette había perdido el conocimiento una vez todo terminara, por lo que Yang se dispuso a hacer el ritual con Suanni, terminando con todo.

El atardecer asomaba por las ventanas, todos estaban reunidos en la casa todavía, descansando un poco de todo lo que había pasado, tirados en el piso o sentados en el sofá.

-Juliette esta dormida, no creo que despierte en un buen rato- Aclaro Eric, sentándose a un lado de su prometida, cubriéndola en un abrazo reconfortador - ¿Dónde está el viejo?

-Esta hablando con tu padre, pero ya tardaron mucho- Volteo a ver a Luka y Marinette, así como a Adrien -Hay que llevarlos a casa…

Ambos se levantaron, dispuestos a llevar a sus compañeros a sus hogares, pero Vincent y el abuelo aparecieron, mirando a todos. El viejo Gao les hizo una cordial invitación para recibir entrenamiento propio para poder controlar a los dragones de mejor forma, y aunque no hubo alguna afirmación o negación, estaba seguro de que volverían.

Mei no acompaño a Eric a llevar a los chicos, al contrario, se había quedado en la casa, cocinando, despejando su mente en las recetas que el abuelo le había otorgado.

Vaya sorpresa al ver entrar a Vincent, llevando una pantalonera y una sudadera; no le tomó relevancia, solo no mirándolo mientras se acomodaba en el banco sobre la isla, uniendo sus manos sobre el granito y mirando a la chica.

Silencio, solo perpetrado por los movimientos de los utensilios que ella utilizaba, el acomodar del molde, el rechinar de la puerta del horno y el tic toc del reloj.

-Creo que te debo una disculpa- Fueron las primeras palabras del hombre, haciendo que dejara de lavar los utensilios que había utilizado, no girándose para verlo todavía -Hoy, me protegiste, a pesar de todo lo que dije aquella ocasión, a pesar de saber quien era yo, te lanzaste a tratar de ayudarme

-Solo cumplía con mi deber como portadora de dragón, ni un civil resultara herido mientras Yang este en el campo de batalla…

Mei lo volteo a ver, quitándose los lentes aun con las manos mojadas, dejándolos sobre la impecable superficie y luego secándose las manos. Sus miradas se cruzaron, y por única vez, vería la afilada mirada de la dragona en ella.

-No voy a interferir más con ustedes- Su pecho se regocijo, pero no sus emociones, porque quería probarlo, porque su sexto sentido la quería hacer explotar de felicidad, de alegría -Hoy me di cuenta de porque Eric te ha elegido y protegido con tanta devoción, no encontraría en todo el mundo, a una chica tan sincera como tú; tienen mi bendición y mi aprobación

-Vincent- Se detuvo, porque por primera vez, no tenía a su cerebro conectado a la lengua, parpadeo un par de veces, abofeteándose mentalmente para hiliar las palabras correctas -Gracias por su cambió de opinión y su bendición…

Una sonrisa apareció en sus labios, haciéndole sonreír a él también.

Juliette despertó a la hora de la cena, uniéndose a ellos en la mesa, consternada por el cambio en la decisión de su tío, aceptándolo y resignándose a volver sola a Nueva York, porque su tío había decidido permanecer en Paris unos días más, algo que Juliette no podía hacer.

Cuando Vincent se marchará al cabo de dos semanas, Eric y Mei comenzaron a buscar salones, decoraciones, invitaciones, todo aquello que estaban con urgencia solicitar con tiempo, pero ¿y el pastel?

- ¡Por supuesto que no harás tu propio pastel de bodas! – Exclamo Sabine con marcado terror, asustando a su sobrina, quien pegara un brinco en el mostrador -Tom y yo trabajaremos en el

-Así es, tu tía tiene razón, nosotros vamos a encargarnos de el- Mei no podía rechazar aquello, porque no iban a permitirle entrometerse en su trabajo -Tú y Eric pueden preocuparse por el resto de las cosas

Mei se acercó a sus tíos, tomando sus manos, abrazándolos.

-Se que nada puede regresarme lo que perdí, pero ustedes me han hecho sentir como si fuera parte de esta familia desde el primer momento en que llegue, y les agradezco de todo corazón- Los miró, a ambos, sintiendo que su pecho explotaría por tanta felicidad -Gracia por convertirse en mis padres

-Y ahora te vas… bueno, en unos meses- Soltó Sabine, con algunas lagrimas en sus ojos.

-Si lloro ahora, llorare cuando sea Marinette quien se case- Dijo burlonamente Tom mientras abrazaba a su hija.

Los amaba, tal como había amado a sus propios padres, pero era tiempo de abandonar el nido y extender las alas hacia el futuro.