SARA

Este fin de semana me asignaron vigilar la zona exclusiva de antros de la Ciudad, por lo que me encontraba en mi motocicleta rondando las extensas calles de la zona. Toda la noche estuvo tranquila, nada que reportar. Eran cerca de las cinco de la madrugada y sentí algo de hambre, por lo que hice una pausa de mi trabajo para ir por un café y un sándwich a una tienda de conveniencia, es el peor café del mundo, pero lo necesitaba.

Luego de que pagué, salí de la tienda y me recargué en mi motocicleta para comer. Pasaron un par de minutos y mi celular sonó por una llamada, saqué mi teléfono y sonreí al ver el nombre en la pantalla.

—Hola oficial, ¿cómo va el trabajo?
—Todo tranquilo, faltan pocas horas para que termine mi turno. ¿Te veré más tarde?
—Cuenta con ello. Oye, me llegó información que creo te puede interesar, ¿sigues en la zona de antros?
—Sí, acá sigo ¿Cuál es la información? —seguí comiendo mi sándwich.
—Vieron a la hija de Darhk y a la de los Tarazi en la zona, al parecer tienen planes de secuestrarlas, mi informante me dijo que desde que las vieron llegar las han estado vigilando.
—Las hijas de dos peces grandes, no me sorprende.
—Así es, por eso me invitaron a participar en el secuestro, pero tú bien sabes que ya estoy fuera de esas vulgaridades. Se lo prometí a la mujer que robó mi corazón.
—Que cursi eres —sonreí al escuchar eso último.
—Ya sé, me doy asco. Todo es culpa tuya.
—Jaja tonto. ¿Te dijeron el lugar exacto en el que están?
—Claro que no, al no aceptar el trabajo no me dieron más detalle, así que te toca investigar.
—De acuerdo, pues iré a trabajar.

Terminé mi café de un trago, subí a mi motocicleta y empecé a buscar por los lugares que están abiertos a esta hora.

Tener de novio a un ex criminal, a veces es de ayuda. Es curiosa la forma en la que Leonard Snart y yo nos hicimos novios. Luego de perseguirlo y atraparlo por varios robos a bancos, lo dejaron en libertad porque no hubo pruebas suficientes para una condena, la ley es una porquería. Aunque gracias a eso, nos conocimos y nos pudimos dar una oportunidad.

Lo que me gusta mucho de Leonard es que es muy inteligente y astuto, su carácter es fuerte y no se doblega ante nada, me resulta lindo que desde que empezamos nuestra relación, él haya decidido reformarse como criminal, aunque eso no es del total agrado de su mejor amigo Mick Rory, por lo mismo yo no le agrado mucho a Mick pero él a mi sí y me gusta mucho cuando ellos dos y mi mejor amiga Charlie salimos a divertirnos. Somos un gran equipo.

Después de patrullar un rato, me dirigí a la última calle que me faltaba. Paré la motocicleta al ver una camioneta negra con ventanas polarizadas estacionarse en una esquina, eso desde ya es muy sospechoso. Decidí estacionar mi moto a la vuelta y desde lejos empecé a observar pues se me hizo aún más extraño que dos tipos vestidos de negro se bajaran de la parte trasera, poco después se bajó el tipo que conducía y se acercó a los otros dos, parecía que les daba instrucciones.

Empecé analizar mi alrededor y me di cuenta que están prácticamente enfrente de uno de los antros con mayor prestigio en la Ciudad, eso a mí me confirma que acabo de encontrar lo que estaba buscando.

Los sujetos empezaron a caminar y pude ver a una mujer hablando por teléfono, seguro es una de esas chicas.

Mi instinto jamás me ha fallado, así que no dude en solicitar refuerzos por la radio, indique mi ubicación y de lo que se trataba. Una vez solicitado la ayuda, me dirigí hacia el antro de forma rápida y sigilosa.

En cuanto llegué uno de los tipos le estaba apuntando a una chica alta y rubia, saqué mi arma y le hice saber que debía detenerse. Las cosas pasaron rápido y la chica rubia le disparó a un tipo en su mano para que soltara la pistola que había sacado. Me distraje con el otro tipo y gracias a lo que ella hizo me salvó.

Cuando todo terminó me acerqué a ella y le dije sincera que lo que hizo fue valiente y estúpido, digo, quien se enfrenta sola a tres sujetos armados y peligrosos.

En la jefatura, estaba por entregar el reporte de lo que había sucedido, cuando vi a lo lejos llegar a la hija de Darhk, de los Tarazi y a la chica rubia.

—Oficial, ¿ya está listo el reporte? Parece que las chicas han llegado a declarar.
—Sí Capitán, ya lo tengo listo —se lo entregué en las manos y lo hojeo.
—Muy bien, seguramente será un caso que yo mismo deberé llevar y dar la cara a sus padres.
—Me lo imaginé, ni siquiera quiero estar aquí cuando llegue Damien Darhk.
—¿Ya acabó tu turno?
—Sí, desde hace una hora, pero sabía que me exigirías el reporte, así que Capitán por hoy he cumplido, me iré a descansar.
—Buen trabajo, bebé —susurró esto último.
—A la orden, Capitán Lance —sonreí sincera a mi Padre, me hace feliz verlo orgulloso de mí.

Todas las salas de la jefatura son paredes de vidrio, así que mientras guardaba mis cosas en mi mochila para retirarme, no podía dejar de ver a la chica rubia, se notaba triste y algo ansiosa, sus amigas no paraban de abrazarla y acariciar su espalda. Supongo que, aunque fue quien las salvó, no deja de ser un shock para ella.

La vi salir sola de la sala de declaración y quise ir con ella.

—Hola, ¿cómo va todo? ¿estás bien?
—Ah hola, si… todo bien, gracias.
—Te ves algo alterada, ¿te gustaría un poco de agua, té, café, algo?
—No no, gracias yo… no sé, solo me siento como ansiosa, es algo complicado… pensé que iba a perder a mis amigas en manos de esos sujetos y… no sé, la verdad es que no sé… —dijo tronando sus dedos, moviéndose de un lado a otro.
—Tranquila, comprendo. Mira, primero siéntate y relájate —tomé su mano e hice que se sentara en la sala de espera—. Yo veo esto todos los días, sé que puede ser un episodio difícil para las personas, pero ¿sabes lo que realmente importa?
— No… —utilizó sus manos para acomodarse el cabello detrás de sus orejas.
—Que las tres están bien y afortunadamente no les hicieron daño. Quiero decir, tú las salvaste. Esas chicas tienen mucha suerte al tenerte como amiga, fuiste muy valiente. Por favor, solo quédate con eso, las tres están bien y tú estuviste increíble.
—Valiente y estúpido, recuerdo que me lo dijiste.
—Con todo respeto… bastante estúpido —comenzó a reír—. Te ves más linda cuando sonríes, ¿sabes?
—Oh, muchas gracias y gracias por sus palabras Oficial, creo que empiezo a sentirme mejor.
—Es mi trabajo y me alegra saberlo —tomé su mano para reconfortarla.

—Señorita Sharpe, es su turno para declarar —dijo un colega.
—Enseguida voy. Bueno pues de nuevo gracias, solo quiero agregar que si mis amigas y yo estamos bien, es también gracias a ti y tu oportuna intervención —apretó su mano con la mía.
—Para servirle Señorita… Sharpe —dije repitiendo el apellido que escuché decir a mi colega.
—Soy Ava mucho gusto, Ava Sharpe —nos paramos del sofá y nos dimos un apretón de manos.

La vi entrar a la sala, por alguna razón no podía apartar mi mirada de ella, me resulta una mujer encantadora. Solo aparte mi vista un poco cuando escuché mi teléfono sonar.

—Sí diga —seguía con la mirada puesta en Ava que ni siquiera vi quien me llamaba.
—Estoy yendo a tu departamento, ¿quieres que te lleve algo para desayunar?
—¿Snart?
—¿Esperabas la llamada de alguien más?
—Oh no lo siento, sigo en la jefatura, bueno de hecho estoy por salir, ¿puedes pasar por mí?
—Seguro, estoy a un par de calles. ¿Cómo te fue con la información que te di?
—Excelente, los atrapamos. Te parece si vamos a desayunar y te cuento todo.
—Me parece cariño, te veo en dos minutos.

Sé que Leonard es demasiado exacto con el tiempo, así que dos minutos son dos minutos. Dirigí por última vez la mirada a Ava, se ve más relajada y eso me deja tranquila. Tomé mi mochila y salí de la jefatura.

Mientras bajaba las escaleras hacía la calle, vi llegar a Damien Darhk, podía notar un aura furiosa a su alrededor, su mirada prácticamente mataba, sus puños y mandíbula apretados, sus pasos eran demasiado pesados y apresurados. Pobre de mi Padre que lo tendrá que soportar.

Leonard llegó en su auto, me subí y nos saludamos con un beso largo. Me llevó a un lugar lindo para desayunar, una vez que ordenamos yo fui al baño para quitarme el uniforme y ponerme algo más cómodo. Mientras desayunábamos, le conté con detalles todo lo que sucedió con los secuestradores.

—¿En serio hicieron eso? Qué perdedores, sus movimientos fueron muy de novatos. Además ¿cómo fue posible que una sola mujer los detuviera? Se confiaron demasiado y su plan fue ejecutado muy mal.
—Sí, habla el experto en planes de atraco —dije algo sarcástica.
—Bueno solo era un comentario, oye y… ¿le dijiste a tu papá quien te pasó la información del secuestro?
—¿Qué? Claro que no, ya sabes que a papá no le gusta que salga contigo.
—Pues por eso mismo debías decírselo, quiero que me acepte y que vea que estoy cambiando por ti. Sara, realmente quiero esto… quiero estar contigo.
—Y yo también, pero entiende… papá será una prueba difícil, además ¿qué importa si a él no le agradas? Soy yo quien te quiere.
—¡Pues a mí me importa!, quiero llevar las cosas en paz con tu familia, sé que una vez que tu Padre me acepte lo harán tu hermana y tu mamá.

—Pero, ¿para qué quieres eso?
—¿Cómo para qué, Sara? ¡Porque te amo! —era la primera vez que me lo decía, ambos guardamos silencio—. A veces siento que la única persona que se esfuerza en esta relación soy yo. Tú ni siquiera intentas llevarte bien con mi mejor amigo, sabes que él prácticamente es un hermano para mí. Él, mi hermana y tú son lo único valioso que tengo.

—Yo no tengo problemas con Mick, él me agrada bastante. Es él quien debe intentar acercarse a mí, yo…
—Detente, no quiero escuchar excusas. Si no te interesa poner de tu parte en la relación no quiero escucharte —se paró de la silla, sacó su billetera y de ella el dinero para pagar la cuenta.
—Snart, ¿qué haces?
—Te veo después o tal vez no, no lo sé… —salió de prisa del restaurante.

El apetito se me quitó, tomé el dinero que dejó Leonard y pagué la cuenta. Salí del restaurante, pedí un taxi y llegué al edificio de mi departamento. Para mi mala suerte, el elevador estaba fuera de servicio, así que tuve que usar las escaleras para llegar al quinto piso. En otras circunstancias no me hubiese afectado usarlas, pero con lo que acaba de pasar con Leonard me siento de pésimo humor.

Luego de por fin llegar al piso de mi departamento, saqué las llaves y abrí la puerta.

—¿Pero qué demonios? —entré mirando todo un desastre por todos lados.
—Sara, ¿eres tú?
—¿Qué rayos pasó aquí Charlie?
—Eh bueno, anoche vinieron unos amigos a visitarme y decidimos hacer una pequeña fiesta.
—No puede ser —dije tocando mi rostro con mis manos por la desesperación.
—Oye, se terminó la cerveza.
—¿¡Mick!? ¿Tú qué haces aquí? —pregunté mientras lo veía en ropa interior—. Ay no es cierto Charlie, dime que no es cierto.
—No tengo palabras Sara, lo siento.
—Ay Dios Charlie, mira… yo ahora estoy muy cansada, necesito ducharme y dormir…
—Perfecto, tú descansa. Mick y yo limpiaremos todo, ¿si? Lo siento —dijo mientras me veía con ojos de cachorrito.

Sabe que no me puedo resistir a esa mirada. Charlie y yo llevamos dos años siendo roomies y varios ya siendo amigas, realmente la quiero mucho pero su actitud tan despreocupada y rebelde me exaspera un poco. Me preocupa mucho el rumbo que está tomando su vida, porque creo que últimamente se está juntando con personas que no le aportan nada bueno, ni siquiera tiene un trabajo real. Si ella tiene algo de dinero creo es porque anda metida en cosas raras y porque sus hermanas le dan algo de dinero mensualmente. De verdad me preocupa la vida de mi amiga y creo que debo de involucrarme en eso, antes de que sea tarde y ella haga algo realmente grave.

Me di una ducha rápida, sequé mi cabello y me tumbé en la cama quedando inmensamente dormida. Después de unas horas me desperté, pero me seguía sintiendo cansada. Me levanté por un vaso de agua y pude ver que el departamento ya estaba limpio. En la sala, vi a Charlie y Mick bebiendo muy contentos con música a bajo volumen. Bueno, al menos es considerada.

Volví a la cama y miré mi teléfono, tenía un mensaje de papá.
"De lo que te salvaste con Damien Darhk, más tarde te cuento. Te amo bebé"

También un mensaje de mi hermana Laurel.
"¿Podemos comer juntas mañana?"

Abrí el chat de Leonard y después de pensarlo mucho, decidí enviarle un mensaje "Yo también te amo".

Espero estar haciendo lo correcto, él ha sido muy lindo conmigo y creo tiene razón en todo lo que me dijo, yo también debo poner de mi parte y si él desea acercarse a mi familia lo voy apoyar.

Con ese pensamiento, me volví a quedar otro rato dormida. Desperté un par de horas después con hambre y fui a la cocina a preparar algo de comer. En la sala vi a Mick durmiendo y a Charlie escuchando música mientras bebía.

—¿Ya comiste? —le pregunté.
—Comí algunas papitas.
—Diablos Charlie, ¿qué haré contigo? Ven aquí, ayúdame y hagamos algo rico.
—¿Tú y yo haciendo algo rico? Sabía que algún día este día llegaría —mordió su labio inferior.
—Deja de estar de payasa y ven aquí —sonreí con su comentario.
—Ya voy, ma-má.

Charlie y yo cocinamos. Luego comimos y mientras me platicó todo lo que sucedió anoche y lo increíble que se la pasó con Mick. Para mi gusto me dio demasiados detalles, en la plática ligeramente la empecé a sermonear, pero ella me cortó diciendo que no necesita una mamá, que ella sabe lo que hace y me echó en cara qué le sorprende que le diga esas cosas, cuando yo también soy tan desordenada en mi vida. La verdad es que tiene razón. Se levantó de golpe de la silla, tomó su chaqueta y abrió la puerta, la cual Leonard estaba a punto de tocar.

—Arregla primero tus problemas y deja de meterte donde no te llaman —dijo mirando a Leonard y salió mostrando el dedo de en medio de su mano e hice lo mismo.

—Vaya, creo que hoy has tenido un día bastante agitado.
—Ni me lo digas —suspiré y él entró caminando hacia la sala.
—Aquí estás grandote, vamos a casa —dijo tratando de despertar a Mick.
—Antes de que te vayas, ¿podemos hablar?
—Solo tengo una pregunta para ti. Tu mensaje, es cierto… ¿tú también me amas?
—Es cierto, discúlpame por ser tan tonta y no apreciar todo lo que haces por mí, para entrar en mi mundo y que esto realmente funcione. Te prometo que también pondré más de mi parte para simpatizar con Mick y que mi familia te acepte.
—¿De verdad lo quieres Sara?
—De verdad.

En cuanto le dije eso, me cargó y nos besamos intensamente. Las cosas pueden mejorar, nos sentamos en la sala y platicamos sobre nosotros. El tiempo pasó y tuve que cortar la conversación pues en un par de horas iniciaba mi turno en la jefatura.

—Si quieres te espero y te llevo.
—No, mejor lleva a Mick a descansar.
—De acuerdo… te amo Sara.
—Y yo a ti Leonard —dije y sonreí.

Como pudo medio despertó a Mick y se marcharon, yo fui a mi habitación por un uniforme limpio y empecé alistarme para iniciar mi turno en el trabajo. Las cosas con mi novio ya están bien, ahora debo enfocarme en estar bien con Charlie.