SARA

Han pasado varias semanas y mi relación con Leonard se ha vuelto más fuerte, me siento contenta a su lado y aprecio mucho el que esté cambiando por mí, al dejar de ser un delincuente. Yo he cumplido con intentar ganarme la confianza de su mejor amigo Mick como se lo prometí, aunque aún no hay mucho avance, pero de verdad lo estoy intentando.

Mi relación con Charlie siento que está en la cuerda floja, llevamos muchos años siendo amigas, pero cada día siento que la desconozco más, apenas si cruzamos palabra y sigo con un mal presentimiento en que está metida en malos pasos.

Era mi día de descanso y le pedí a mi novio que viniese a pasar el día a mi departamento. Por lo regular, salimos algún lado, pero hoy se me antojo estar encerrada viendo películas y comiendo. Leonard y yo, estábamos en mi habitación, recostados en la cama, mi televisor está justo enfrente colgada en la pared. La segunda película del día terminó y él decidió retomar la conversación que tuvimos en la mañana.

—¿Entonces te cambiaron el turno en el trabajo? —preguntó.
—Sí, no quiero que suene a privilegio por ser la hija del Capitán, pero papá influenció mucho para ese cambio —respondí, mientras me acorrucaba en sus brazos.
—Pues me alegra, así ya no te vas a trasnochar —empezó acariciar mi cabeza.
—Lo sé, aunque admito que me gustaba patrullar de noche, me sentía como una vigilante, asechando a los delincuentes —dije con voz de misterio.
—Jaja ¿cómo los superhéroes de los comics?
—¡Exacto! —dije emocionada.
—Eso sería genial, te puedo imaginar con tu antifaz, un sexy traje de superhéroe, uummm tal vez de color negro, blanco o… —se quedó pensando.
—¡Sí, me encantaría! — lo tomé su mentón y lo besé.

Seguimos hablando de superhéroes y villanos, hasta que un viento helado entró por la ventana.

—Se empieza a notar que el invierno está cerca —me levante a cerrar la ventana.
—¿De qué hablas? El frio es súper agradable, yo lo amo. Seamos sinceros, ¿prefieres tener el trasero sudado o reconfortarte con el calor de un cuerpo humano?
—Pues, si se trata de tu cuerpo, prefiero mil veces el frío —respondí coqueta.
—Ven que te muestro —se paró de la cama y se quitó su playera, dejándome ver su marcado abdomen.
—Pues muéstrame, Señor frío —me quité también mi playera, caminé hacia él y me cargó.
—Llámame… Capitán frío —dijo con voz seductora y terminamos haciendo el amor.

Después de eso, nos quedamos dormidos, pero fui despertada por una llamada de mi hermana Laurel.

—Hola —dije somnolienta.
—Vaya, hasta que por fin tomas una de mis llamadas, ya que mis mensajes ni siquiera los respondes.
—Lo siento, he tenido mucho trabajo y a veces se me olvida responder ¿Qué se te ofrece?
—¡Verte! Sara, hace semanas que no te veo, quiero saber de ti, quiero contarte algunas cosas.
—De acuerdo, discúlpame por estar distante, ¿sí? Te invito mañana a comer.
—¿Segura? Tú ocupas el día para dormir.
—Gracias a papá, perdón a mi trabajo. Pude lograr que me cambien el turno.
—Ajá, papá siempre consintiendo a su bebé.
—Ya, no seas celosa, él nos ama muchísimo a ambas ¿Pasas por mí a la hora de la comida?
—Está bien.

En cuanto colgué la llamada, me levanté de la cama, me vestí y fui a la cocina a beber agua, también a buscar algo ligero para cenar, ya que hoy descuidé bastante mi alimentación y para mí, mi cuerpo es un templo, me gusta tenerlo en forma y bien marcado. Aunque supongo que el cardio de hace unas horas, ayudó a quemar algunas calorías.

Terminé de prepararme una ensalada, me fui a la mesa para comerla, prendí el televisor de la sala en ningún canal en específico, solo quería algo de ruido, no me gusta comer en silencio.

Estaba terminando de comer, cuando Charlie entró al departamento.

—Hey —dijo al verme, alzando su cabeza.
—Hola —respondí y la observé yendo al refrigerador por agua— ¿Cómo estás?
—Pues estoy —bebió de la botella de agua— ¿Qué comes? —preguntó, después de un silencio incómodo.
—Ensalada.
—Qué asco —dijo y ambas soltamos una risilla—. Se me antoja algo con carne, haré una verdadera cena, ¿quieres?
—No gracias, justo estoy terminando, por hoy estoy satisfecha.
—De acuerdo.

Al parecer, hoy Charlie viene menos agresiva, había días en que ni siquiera volteaba a verme y se iba directo a su habitación a encerrarse. Aproveché su buen humor para contarle sobre mi cambio de turno en el trabajo, me escuchó atenta mientras buscaba los ingredientes para su cena. Por su parte, me contó que en la mañana vio a sus hermanas y que para el próximo mes le advirtieron que dejarían de darle dinero, así que está buscando un empleo de medio tiempo, ya que por las tardes va a clases de guitarra.

Estoy completamente sorprendida, Charlie me está mostrando una mejor actitud y me está hablando sobre tener un empleo y además clases de guitarra. Esta es la amiga que yo recuerdo, quiero saber por todo lo que ha pasado, siento que vivió algo que la estaba consumiendo, pero no quiero desaprovechar el que ahora se empiece abrir de nuevo conmigo.

Hizo el comentario de que ciertas cosas se están terminando y ya que me cambiaron el turno, propuso ir mañana en la tarde por la despensa del mes. Realmente estoy sorprendida y feliz, por ver mejor a mi amiga.

—Huele delicioso por aquí —dijo Leonard, acercándose a la cocina.
—Ves, nadie nunca dirá algo así cuando preparas una ensalada —dijo Charlie, dirigiéndose a mí mientras sonreía.
—Te apoyo totalmente, ¿te puedo ayudar? —le preguntó Leonard a Charlie.
—Ve a lavarte bien esas manos y podrás, no quiero que mi comida tenga los sabores de Sara.
—¡Oyeee! —dije sonrojada.

Mi novio y mi amiga prepararon su cena y se creó un ambiente muy amigable, ellos cenaron y yo los acompañé con una taza de té, mientras platicábamos un buen rato de cualquier cosa.

—Bueno señoritas, debo retirarme y tú amor debes descansar —Leonard tomó mi mano y la besó.
—De acuerdo, te acompaño abajo —nos levantamos de la silla.
—Nos vemos Charlie, gracias por la cena, estuvo deliciosa.
—Cuando quieras, galán —dijo, alzando su taza de café.
—Ya regreso —le dije a Charlie y salimos del departamento.

Bajamos del edificio y caminamos hasta la esquina, donde Leonard tenía estacionado su auto.

—Gracias por este día, la pasé muy bien —le dije mientras acariciaba una de sus mejillas.
—Gracias a ti por invitarme —me tomó por la cintura para acercarme a su cuerpo y me besó.

—¿Vas a ir a ver a Mick? —le pregunté cuando nos separamos de nuestro beso.
—Sí, quiere que salgamos un rato, pero antes iré a casa a darme una ducha —me guiñó su ojo—. Oye, no sé qué le sucedió a Charlie, lo que haya sido me alegra verla de mejor ánimo.
—Lo sé, por ahora le daré su espacio y que ella me cuente lo que sucedió cuando se sienta lista, no la quiero presionar y menos ahora que se le ve mejor.
—Haces bien y se me ocurre algo para que sus lazos vuelvan a fortalecerse.
—¿Qué cosa?
—Ya verás, deja prepararlo y te lo haré saber pronto
—Ok, Señor misterio —dije, con tono de burla.
—Me gusta más Capitán frío —reímos por su comentario y nos despedimos.

Al día siguiente, me presenté a trabajar y fui por mi motocicleta para empezar a patrullar, justo cuando estaba por marcharme, mi Padre me detuvo y me dijo que hoy tendría que pasar el día en la oficina, actualizando unos reportes para entregárselos a mis compañeros que se quedaron en mi turno anterior.

Me pasé medio día frente a una computadora, escribiendo, lo cual detesto. Yo prefiero la acción, estar en el campo, atrapando a sabandijas o hasta ayudar a una anciana a cruzar la calle. Sin darme cuenta la hora de la comida llegó y mi hermana me dio una tremenda sorpresa apareciéndose en la jefatura.

—Hola hermanita, quien te viera tan trabajadora —dijo mi hermana dejando su bolso en mi escritorio.
—Qué graciosa, sabes que odio esto.
—Bueno, algún precio tendrías que pagar por ese cambio de turno.
—Supongo —dije, alzando mis hombros.
—¿Está el Capitán?
—Sí, está en su oficina con un Detective, lo está actualizando de una investigación, sobre el caso de la hija Darkh y Tarazi.
—Sí, supe de ese caso, que suerte que la libraron, ya me imagino los miles de millones que hubiesen pedido por ellas.
—Gracias a su amiga, ellas están bien —dije suspirando, recordando a Ava.
—¡Hey! ¿Y ese suspiro con la sonrisa tonta que tienes, qué es?
—¿Estoy sonriendo? —pregunté sorprendida.
—¡Ajá! Es que a ti no se te va ninguna, heee.
—No digas tonterías, es que me… me sorprendió mucho su valentía, es todo. Además, yo tengo novio, ¿recuerdas?
—¿Hablas del delincuente? Ese tipo no existe para mí.

Siempre es lo mismo con mi hermana cuando se trata de Leonard, debo pensar en algo para que mi familia lo acepte, yo confío en que él cambió y me gustaría que le dieran la oportunidad de conocerlo.

La puerta de la oficina de papá se abrió y salió el Detective que estaba con él, mientras mi hermana y yo nos acercamos.

—Le agradezco nuevamente la información Detective Hunter, no quite el dedo del renglón.
—Téngalo por seguro Capitán Lance, seguiré con mi investigación —le respondió con un apretón de manos.
—Nos vemos Rip —me despedí del Detective, ya que es un buen amigo mío.
—Hasta luego Sara —metió las manos en los bolsillos de su pantalón y se marchó.

Mi hermana y yo nos metimos un momento a la oficina de papá para charlar con él, Laurel lo invitó a comer con nosotras, pero él se excusó diciendo que ya tenía un compromiso con algunos oficiales y no le era posible.

Fuimos a comer y mi hermana me dejó claro que no quería escuchar nada acerca de mi novio, porque en verdad lo detesta y no le interesa su vida, solo quería estar segura de que yo estuviera bien. Así que le terminé hablando de Charlie y me dio la razón con darle su espacio, que ella hablará en cuanto se sienta cómoda y que no la presione.

Por otro lado, ella me contó un poco de su trabajo. Es una abogada maravillosa y no es porque sea mi hermana, pero yo diría que es la mejor abogada de toda Ciudad Estrella, mi hermana lo es todo para mí, un ejemplo a seguir, tiene toda mi admiración; es una mujer fuerte, inteligente y hermosa. Ella es amable, tranquila, tiene una sonrisa que cautiva a cualquiera, es elegante, educada, muy empática con las personas que necesitan de ella, ama ayudar a las personas, ama la justicia, por ello se vuelve una fiera contra las personas que hacen el mal, por eso y muchas cosas más admiro y amo a mi hermana con todo mi ser.

Estábamos ordenando el postre y ella sacó el tema de su novio Thomas Merlyn o Tommy para sus amigos, él es hijo de Malcolm y Rebeca Merlyn, dueños de Merlyn Global Group otra familia muy reconocida en la Ciudad. A decir verdad, me alegra ver a Laurel tan feliz y enamorada de Tommy, es un buen tipo y me agrada para ella, aunque él sabe que, si le llega hacer daño, no dudaré y yo misma lo mataré con mis propias manos. Me da gusto saber que todo está bien entre ellos.

Terminamos de comer y ambas regresamos al trabajo. Gracias al cielo, la tarde se me pasó muy rápido y terminé de actualizar todos los reportes pendientes, por lo que desde mañana podré salir a patrullar sin problemas.

Entré a la oficina de papá y me despedí de él, ya que tenía que alcanzar a Charlie en el Centro Comercial para hacer la despensa.

Antes de salir de la jefatura, me cambié y salí hacia el Centro Comercial. Me encontré con mi amiga e hicimos las compras de todo lo que nos hacía falta, ella seguía de buen humor y hasta fue divertido el comprar nuestra despensa, soy tan feliz por verla sonreír de nuevo.

A mitad de semana, Leonard me dijo que pidiera permiso para faltar sábado y domingo al trabajo, por más que le pedí me contara que se traía entre manos, no me soltó ni una palabra.

El viernes por la tarde, Leonard me llamó y me dijo que tenía cuatro boletos para ir al norte de California a esquiar.

—¿California? ¿Esquiar? ¿Cuatro boletos? —pregunté, pues estaba muy confundida por sus palabras.
—¿Recuerdas que te dije tenía algo en mente para que Charlie y tú volvieran a unir lazos?
—Ajáaa.
—Pues que mejor que un viaje, el cuarto boleto obviamente es para Mick, también me gustaría que él y tú se vuelvan más cercanos, ya sabes.
—Vaya, es que me tomas por sorpresa, digo, el permiso en el trabajo lo tengo pero…
—No no, ni un pero, yo ya hice el plan, ahora ejecuto el plan.
—Ok, ya me sé eso. Veré si puedo salir antes del trabajo para llegar hacer mi maleta, aamm… debo avisarle a Charlie y…
—Charlie ya está enterada, de hecho ahora mismo ella está preparando tu maleta, pasamos por ti al trabajo y nos vamos al aeropuerto.
—Ok, sí que tienes todo un plan. De acuerdo, los veré más tarde.

Mi horario laboral terminó, así que llegué a la jefatura a dejar mi moto, me cambié y ni siquiera me despedí de papá, porque seguro haría preguntas de porque llevo prisa y no quiero discutir con él por Leonard, preferí salir de la jefatura casi a escondidas.

El auto de Leonard es un Ford Mustang Convertible de color azul marino, así que Charlie venía sentada atrás, alzó su mano para saludar y la pude ver muy alegre. Besé a Leonard, saludé a Mick que venía de copiloto y me subí atrás con Charlie, para dirigirnos al aeropuerto.

Después del vuelo, llegamos al norte de California, donde Leonard había rentado una hermosa cabaña para los cuatro, por el momento solo fuimos a descansar por el viaje, ya que en la mañana iniciaría nuestra aventura.

A primeras horas de la mañana, fuimos a desayunar y planear las actividades del día, todos dimos nuestra opinión de lo que queríamos hacer, así armamos nuestro itinerario de hoy. Salimos del comedor para caminar un rato y recorrer las tiendas del alrededor.

—¿Cariño estás bien? —me preguntó Leonard, al ver que abrazaba mi cuerpo y mis dientes castañeaban.
—Sí, es… es solo el frío —dije, recargando mi cabeza en su pecho.
—Tal vez debí llevarte a un clima más agradable —se quitó su chamarra, la puso sobre mi cuerpo y me abrazó.
—No, el clima está bien, una vez que empecemos a esquiar seguro se me quitará el frío.
—Mejor te traigo algo caliente —me miró y sonrió.
—¿Qué pasa? —pregunté confundida.
—Tu nariz está completamente rosada y te hace ver muy linda.
—Ssshh calla y mejor ve por eso caliente que mencionaste —apenas si pude terminar mi oración, cuando sentí un ligero golpe helado en la cabeza.

—Vamos señorita friolenta, no seas tan débil y disfruta —me gritó Charlie, mientras la veía a lo lejos preparar otra bola de nieve.
—¡Ya verás quien es débil! —soy muy competitiva, así que no iba a permitir que se saliera con la suya.

Empezamos aventarnos bolas de nieve como si fueras unas niñas pequeñas, hasta el abrigo de Leonard se me cayó. Sin darme cuenta el frío que sentía desapareció. En una bola que aventé, le cayó a Mick que se atravesó, pensé que se iba a enojar, pero en cambio, se unió a la batalla y a Leonard no le quedó de otra más que unirse a nuestro juego infantil.

Fue un día genial, esquiamos bastante, me divertí mucho todo el día. El plan de Leonard funcionó, puesto que pude sentir que mi conexión con Charlie volvió a ser como antes. Con Mick, al menos pude cruzar más palabras, pude conocer más de él y él de mí, es un tipo raro y serio, pero bastante agradable.

Por la noche regresamos a la cabaña, Mick y Charlie fueron los primeros en irse a dormir pues habían bebido demasiado alcohol. Además, de que Charlie hizo la locura de quitarse la ropa y meterse a un lago a nadar, tomé video de su trasero desnudo, me divertiré mucho sobornándola con enviarle el video a sus hermanas, con eso lograré que ella limpie todo el departamento, al menos por un mes entero.

Una vez que me aseguré de que Charlie no tuviera fiebre o algo parecido, me acerqué a la chimenea de la cabaña para calentarme un poco, de pronto escuché los pasos de Leonard acercarse a mí y me abrazó por la espalda.

—¿Te divertiste?
—Bastante —sonreí, sujetando más sus brazos a mi cuerpo.

Leonard tenía vino en la mesita del centro y algunos bocadillos, así que pasamos un buen rato escuchando música, bebiendo vino, sentados juntos, frente a la chimenea, él sabe crear el ambiente perfecto para consentirme. Leonard me hace sentir única y amada, este ha sido sin duda, uno de los días más felices de mi vida.

—Te amo Sara.
—Y yo a ti —dije, tomando su rostro con mis manos.