SIENTO LLEGAR TARDE, PERO...
Tormenta
Era la tormenta más fuerte que había visto. La lluvia caía incesante y persistente; de vez en cuando la habitación era deslumbrada por algún relámpago y molestada por algún trueno que solo dejaba silencio cuando se iba.
Apoyada contra la ventana, Anna miraba a la gente pasar corriendo para resguardarse; claro que algún chiquillo permanecía jugando con la lluvia y ganándose, seguramente, un buen resfriado. ¿Cómo había dudado que llovería? Si Kakashi lo dijo, es que pasaría. Siempre había hecho predicciones de ese tipo, aunque nunca llegaría a saber como lo adivinada. Estaba casi segura de que el cuarto se lo había enseñado.
Aún dándole vueltas a como conseguía saberlo, se dirigió al sofá.
¿Cómo les habría ido a los gennins¿Se habrían unido? Según se había
enterado, tenía un buen equipo, pero si ellos no caían en el detalle de
que deben estar en grupo, suspenderían. ¿Sasuke Uchiha? Un genio según
sabía, el único superviviente del famoso Clan. ¿Sakura Haruno? De ella
no conocía mucho, pero sabía quien era y se le veía mucha fuerza desde
lejos, tiene mucho potencial , seguro. Y por último… Uzumaki Naruto. El
niño del Kyubi. Ella nunca había entendido esa muestra de desprecio de
la gente, según su opinión se veía un chico , un poco revoltoso eso sí,
pero sobretodo sorprendente. Todos se habían enterado del problema con
el indeseable Mizuki, ese chico había sido fuerte y había elegido el
buen camino, a pesar de haber llevado en sus brazo el Pergamino
Prohibido. Estaba segura que al Cuarto no le hubiese gustado ese trato
con Naruto.
Pensando en el grupo se acordó de su comienzo como ninja y le volvió a entrar la nostalgia "¡Pero que melodramática estoy últimamente!" se reprochó seriamente. Ella… sin tener precedentes ninjas en su familia, que siempre habían sido comerciantes, le pilló el gustillo tras haber lanzado su primer shuriken. Había notado que era lo suyo, que era buena y que sobretodo, le gustaba. Y había demostrado que efectivamente 'era lo suyo'. Graduada en la cademia a una edad normal, pese a destacar ya a temprana edad, fue mejorando hasta un nivel de chunin … sorprendiendo a todos en el examen y consiguiendo el titulo a los quince. Al año siguiente ya era una reconocida jounin. Y ahora con diecinueve recién cumplidos, era una base importante para los ANBU; una trayectoria fácil de decir, pero para cualquier otra persona, difícil de conseguir. Claro que ella no fue como Kakashi, jounin a los trece, pero no se podía quejar, era de las mejores Kunnoichi, pese a que la gente no lo sabía. "Esto de ser ANBU es una mierda" había comentado más de una vez "nadie sabe como eres de fuerte, porque no saben que eres tu quien está debajo de esa máscara". Siempre le había gustado tener el reconocimiento de los demás , por eso comprendía a aquel chico, Naruto. Seguramente el niño se acordaría, cuando se habían encontrado alguna vez y tenía encima algún vale para ramen Ichiraku y se lo había regalado. Al parecer el chico amaba del ramen, siempre lo veía en el puesto; debía admitir que no había podido hablar mucho con él, pero con sus cortas conversaciones podía mantener su opinión de que era un chico encantador, también influía las continuas alabanzas del antiguo sensei del chico, Iruka, que se le caía la baba con él. Ella no replicaba ni le molestaba con algún comentario sobre ello, porque algún ' Y tu fuiste la PREFERIDA de Kakashi' caería sobre ella, así que no merecía pasar esa vergüenza sin motivo.
Tenía la mirada perdida sobre el cenicero, a pesar de no fumar siempre
estaba lleno de colillas… Casi todos los que pisaban su casa si lo
hacían. Menos mal que estaba independizada desde los diecisiete, su
madre no habría permitido tanto desorden. Su madre…se iría el fin de
semana siguiente a casa, si.
Aunque su madre siempre se quejaba de que solo iba a la casa para comer
y para que le lavase la ropa (nada más lejos de la realidad: ella iba
por el amor que profesaba a sus progenitores (era hija única), aunque
debía admitir que casualmente cuando iba llevaba consigo unas cuantas
bolsas repletas de ropa sucia) estaba encantada cada vez que se quedaba
un fin de semana entero.
Seguramente le preguntarían '¿ Por qué no ha venido tu novio, hija?' y
ella tendría que contestar un desganado, 'Mamá, no es mi novio, te lo
he dicho muchas veces; y tu, papa! No te rías de mí!' .
Siempre era igual, "Padres", suspiró imaginándose de nuevo la
situación, la verdad es que era una posibilidad, comentárselo e
invitarle sin darle mucha importancia. "Quizás se lo podría decir,
aunque ya… es decir, desde hace poco no me hace ni caso, a lo mejor…"
Toc, toc.
"¿Kakashi?" se preguntó la chica, levantando la cabeza de pronto. Parecía que tenían telepatía. Justamente antes de encontrárselo el día anterior en la calle estaba pensando en él, aunque nunca lo admitiría ( a pesar de pasar la mayoría del tiempo en la misma situación), una tenía su orgullo. Sin hacer ruido se acercó a la puerta, su katana estaba apoyada en la pared.
- ¿Sii? - Anna miró la puerta dubitativa- ¿Si? -insistió.
- ¡Joder¡Qué frío! - susurró desde la otra parte de la puerta una voz- ¿Anna¿Te importaría abrir la puerta?
La chica suspiró ruidosamente, encima con exigencias.
El panorama que se encontró al abrir la puerta, no se lo esperaba.
Un Kakashi totalmente empapado de pies a cabeza, con muy mal aspecto (descifrando el resto de la cara bajo la máscara) y temblando entero. Y esa tos no era muy normal.
"¿A quién se le ocurre venir sin paraguas?" Pensó la chica, pero para
mas inri de él, repitió la pregunta en voz alta, junto a una risita
irritante.
- Es que, resulta que si no hubiese tenido que pararme a ayudar a…
- Vale vale , si si, ayudaste a una anciana ( ¿cuántas habría? Por la
cantidad de veces que había dicho eso deberían haberle dado algún
premio por ayudar con tanto fervor a la tercera edad) aaah noooo! El
camino de la vida, que es muy difícil…- asintió la chica con gravedad,
y mientras ponía los ojos en blanco tiró del brazo del chico para que
no se quedase ahí parado y así poder cerrar la puerta
- Jejeje -Kakashi contesto tu su risa habitual y rascándose la cabeza. - Supongo que me conoces demasiado bien.
- Ayyy- suspiró la chica- Demasiado sí. Anda ve y dúchate. Voy a buscarte una toalla.
Con total confianza, a pesar de no haberse visto desde hace tiempo, el jounin se dirigió tranquilo hacia el cuarto de baño. Había estado muchas veces, y mucho tiempo en esa casa como para no actuar con naturalidad.
No se preocupó por la ropa, seguramente tendría algo suyo en la casa.
Siguió por el pasillo, al final se encontraba el baño; mirando a su
alrededor y viendo algún que otro cuadro, que seguramente habría
pintado Anna, colgado en la pared pensó en la última vez que había
pisado esa casa… Hacía unos meses que no venía, todo porque él era
demasiado infantil, o por lo menos eso es lo que él mismo se decía.
Seguramente hoy tocaría hablar del por qué de ese distanciamiento,
también era verdad que la chica había tenido varias misiones
últimamente, y él no se había quedado quieto tampoco, pero eso no era
motivo para poder haber buscado un hueco en su tiempo, y haber quedado
con ella, como tantas veces había hecho antes de ese día…
- ¿Kakashi?- llamó la chica tras la puerta cerrada del baño. Oía el
agua caer. "Tendré que entrar", suspiró la chica con derrota, aún
sabiendo que no le suponía ninguna molestia entrar al cuarto con un
Kakashi desnudo y mojado dentro (aunque esto sería otro de los tantos
pensamientos que se callaría hasta la tumba).
Abrió la puerta, una ola de calor le llegó directamente a la cara. El
espejo estaba totalmente empañado por el calor, y el murmullo de la
ducha se seguía oyendo. Dejó la toalla encima del taburete y… no pudo
hacer nada más porque mientras (casualmente, eso sí) miraba embobada la
mampara de la ducha, esta se abrió.
Instintivamente se dio la vuelta y se tapó los ojos con las manos,
aunque tardó demasiado para ser un acto reflejo. Totalmente
avergonzada, no solo por la situación si no por la tontería de
taparse los ojos como una cría, cuando lo había visto muchas veces
desnudo, le hizo sentir total y tremendamente estúpida.
Mientras, Kakashi estaba la mar de tranquilo, es más, disfrutando de la
situación, le encantaba verla así, era difícil encontrarla nerviosa y
avergonzada. Podría haberla hecho sufrir un poco más, pero pensó que no
era buena idea (por si acaso se mosqueaba, y eso sería un peligro para
su integridad física); así que cogió la toalla con tranquilidad y
lentitud (como hacía todo).
- Bueno, la ropa la tienes en mi cuarto. Yo… yo estaré en el salón.- Y
sin esperar respuesta, Anna salió prácticamente corriendo del baño.
Llegando al salón y sentándose en el sofá para martirizarse pensando lo
tonta y ridícula que podía llegar a ser.
El ruido de unos pasos por la escalera le hizo suponer que Kakashi ya se había cambiado y bajaba por ellas.
Había estado tentada varias veces a llevarle la ropa que se había dejado en su casa, pero siempre tenía la esperanza de que viniese, de que se produjese la situación de ahora. A lo largo de los últimos meses dudaba que llegase a ocurrir, la chica no entendía el por qué del cambio en su situación. De repente él dejo de llamarla, sin un motivo aparente, o por lo menos no aparente para ella. " Esta noche ", pensaba con decisión la morena, no dejaría pasar más tiempo innecesariamente sin saber el por qué.
- Ya estoy listo.
- Oh - fue lo único que alcanzo a decir, en realidad a pesar de haberle
escuchado bajar, al estar concentrada en sus pensamientos, no se había
percatado de cuando había bajado; aunque el 'oh' debía de admitir que
también tenía que ver con lo bien que le quedaban esos pantalones
negros (aunque la maldita máscara seguía ahí puesta).
Ignorando la poca conversación que daba la chica con su exclamación,
decidió que era el momento de hacer lo que tenía que hacer. Así que con
pose exagerada, posando una rodilla en el suelo y cogiéndole
delicadamente la mano a la chica le hizo la proposición para la que
había venido.
Ella, sorprendida por el espectáculo, aceptó la cortés invitación de ir
a cenar (no esperaba otra cosa!), subió las escaleras como una bala
para 'arreglarse un poco' (o sea, tardar más de una hora, y porque iba
con prisas).
Caminando lentamente y evitando charcos en el suelo, llegaron al restaurante. La conversación hasta el momento había sido muy trivial, y así seguiría en la cena. Quizá ninguno de los dos quería estropear la comida, evitaron cualquier tema incómodo.
Tras una cena que se podría considerar perfecta, y tras una pequeña pelea sobre quién pagaba (el chico se había ofrecido caballerosamente, y ella, una feminista pura había insistido en pagar a medias; al final, no le quedó más remedio que aceptar pues Kakashi le estaba diciendo a todo el mundo que ella no lo consideraba un hombre y lo menospreciaba con pucheros incluidos mientras decía que no sabía que hacer para que ella se casase con él, (poniendo en contra de Anna a todas las chicas del local, y haciendo que todos los hombres asintiesen solemnemente lo que , ahora su ídolo Kakashi, decía) consiguiendo su finalidad: Anna salió corriendo muerta de vergüenza) salieron del restaurante.
El jounin sonreía aún feliz mientras caminaba al lado de una mosqueada Anna.
- No ha tenido gracia. A más de una la conocía, seguro que ahora
piensan que soy una salvaje que maltrata a los hombres, y encima tonta.
- ¿Tonta? Además un poco salvaje sabes que eres.
Vuelta de todos los colores de la gama del rojo a su cara, conseguía
avergonzarla como no se atrevía a hacer nadie. Sabia muy bien a que se
refería. La verdad es que era ligeramente salvaje en algunos aspectos,
pero eso no venía a cuento ahora!
Con la sonrisa todavía le insistió- ¿Y tonta por qué?
La chica levantó la cabeza y le miro con cara de pocos amigos. "Que fácil es picarla" pensaba sonriente Kakashi.
- 'Que tonta eres por no hacerle caso y desperdiciar la oportunidad de
estar con un chico como él, yo seguro que le haría el hombre más feliz
del mundo' - contestó con tono repelente imitando con gran calidad a
una de sus antiguas compañeras de la academia (qué aún seguía
molestándola, pues no aguantaba su patética vida y tenía que destrozar
la de los demás (o eso pensaba Anna)).
Él no se esperaba esa respuesta, una sonrisita de satisfacción se
mostró. "Aún tengo encanto", pensó cínicamente. Aunque el pensamiento
lo reprodujo en voz alta.
La chica le mando una mirada 'pero que chulo y creído puedes llegar a ser' junto a una sonrisa.
Seguían andando, sin darse cuenta estaban llegando a la zona Hyuuga.
Parando en seco se pusieron a pensar el siguiente destino, era
demasiado pronto para volver a casa.
Dieron media vuelta, habían llegado a la conclusión de que unas copas es lo que pegaba.
Llegaron al bar rápidamente.
Pidiendo varias botellas de sake se sentaron en una pequeña mesita.
Hablando animada y resueltamente, como siempre hacía, Anna le estaba contando una anécdota de una de sus últimas misiones:
- Si si, y entonces viene muy preocupado, ya ves , yo con la katana preparada, espera espera esto es lo mejor y va y me dice…
- Anna-chan! - El momento más interesante fue interrumpido por una voz.
- Oh¡ Hiro-kun! - llamó Anna, sorprendida por encontrarse a su
compañero de misiones ahí. El chico dejo atrás a sus compañeros y se
acercó animado hasta la mesa donde estaba la chica.
- No esperaba encontrarte aquí!
La conversación se extendió un poco más de lo previsto, Hiro con total
confianza y sin darse cuenta de que estaba en mitad de 'un encuentro
íntimo' (según Kakashi), se sentó en mitad de la pareja. Compartiendo
enfados por lo sucedido en la última misión, los dos pertenecientes a
ANBU siguieron hablando. Hasta que con unas últimas risas terminó el
tema de conversación.
- Oooh, ya habéis terminado? - preguntó Kakashi con una falsa y fingida sonrisa.
- Kakashi! - reprimió la chica, ese tono de ironía no le había gustado,
aunque era cierto que casi se había olvidado de que estaba allí. Para
arreglarlo decidió presentarle al muchacho Hiro. Por toda presentación
recibió un gesto de cabeza de Kakashi. Hiro, notando (por fin!) que
sobraba en esa escena y que tres son multitud se despidió de Anna.
- Nos vemos el Lunes! - Tras una despedida con la mano se volvió hacia Kakashi cambiando totalmente la expresión de la cara.
- Se puede saber que te pasa? Mira que es difícil que seas borde, pero hoy te has lucido.
El hombre no se lo podía creer, había tenido que aguantar todo el rollo de ellos, y encima tenía la culpa. Cierto es que si el que se hubiese acercado hubiese sido otro no le habría importado, pero 'ese'… Pensando que no había tardado tanto en conseguir salir con ella para acabar enfadados, arregló la situación con facilidad.
- Lo siento. -fue simple pero contundente, la expresión de la morena se
relajó visiblemente - pero es que… - continuó- tenía ganas de salir
contigo, A SOLAS- remarcó las últimas palabras. El enfado había
desaparecido del rostro de la chica, le había sonado tan sincero.
- Yo también lo siento. - claro que ella lo tenía aún más fácil con él.
Con solo sonreír él haría lo que le pidiese, y ella era consciente de
ello (más de una vez había aprovechado esa ventaja).- Hacía tiempo que
no nos peleábamos. - comentó con una sonrisa, como si fuese una gran
experiencia el ver quien era más cabezota de los dos (la verdad es que
la cosa estaba difícil).
- Tienes toda la razón. Claro que no preferiría volver al principio.- afirmó Kakashi mientras pedía otra botella de sake.
- Tampoco nos peleábamos tanto, simplemente te odiaba.- Kakashi la miró fijamente.
- ¿Cómo es posible que digas eso tan tranquilamente?- preguntó incrédulo.
- ¿Qué? Es la verdad.
- Claro, es que a ti te gustaba 'Iruka-sensei'. Me tenías manía.-
concluyó infantilmente. A la chica no se le pudo escapar una risa.
Tenía toda la razón, estaba loca por Iruka y a él no le aguantaba.
"Como cambian las cosas", pensaba con la mirada perdida en su vaso de
sake, ahora vacío.
Lo recordaba todo perfectamente (aunque a causa del sake, seguramente
mañana no recordaría mucho), le había tocado con Kakashi (su sensei).
Junto con Yuki y Eiji (sus dos compañeros), ella era la única chica.
Desde el principio ese chaval con el pelo blanco no le había caído
bien, siempre de graciosillo y un total y completo despistado, y por
supuesto impuntual. Por eso pensar que ese chico fuese mejor que él no
lo concebía (aunque con el tiempo se diese cuenta que era hombre de
admiración).
Siempre tenían peleas sobre cualquier cosa.
- ¿Cómo pretendes llevar esa katana? Pero si es más grande que tu!.
A lo que totalmente herida ella le contestaba, que sería la mejor con
la katana y que se lo demostraría. Todo hubiese acabado bien si ella no
hubiese salido corriendo gritando un 'Iruka-sensei', dejando a
Kakashi con la palabra en la boca.
Aún a Anna le avergonzaba recordar esas situaciones, como una chiquilla enamorada (claro que tenía 13 añitos).
- Eso me molestaba enormemente¿lo sabias?- preguntó Kakashi algo
mosqueado una vez que Anna le había terminado de contar esa escena.
- Si, la verdad es que sí - afirmó enérgicamente, mientras tomaba otro sorbo.- Por eso lo hacía, recuerda que te odiaba.
- Ya ya, no hace falta que me lo repitas- dijo cabizbajo el jounin. A
Anna le había parecido tan tierno, que no pudo evitar plantarle un beso
(eso sí encima de la máscara) y susurrarle que ahora venía (claro que
mientras iba al baño se preguntaba a sí misma como se le había ocurrido
hacer algo así).
Una sonrisa, y esta si que parecía de colegiala enamorada se formó en
la cara de Kakashi. Él no se había atrevido ni siquiera a cogerle la
mano, por desconocer la reacción de ella. Sonriendo de nuevo se acordó
de varios momentos con ella:
- A ver, es que no me puedes llamar 'Kakashi-sensei'?
- No
Esa niñata repelente era más cabezota que él mismo. No había manera.
Otra sonrisa se le volvió a escapar.
- ¿De qué te ríes? - preguntó con curiosidad mientras se sentaba de nuevo.
- De nada, de nada. Puedo saber por qué me odiabas.
La chica se quedó pensativa…
- No era exactamente odio, era algo así como… ¿celos? Sí, tal vez.
- ¿Celos¿de mí? - Preguntó incrédulo.
Bajando la cabeza algo avergonzada contestó
- Digamos que eras tan perfecto, y habías conseguido tanto que yo
sentía que no podía alcanzarte, algo así…además tu no me hacías ni
caso, pues…
- Oye oye , espera - interrumpió el chico moviendo la mano. -¿cómo?
Pero si sabes que eras, digamos que la preferida, siempre estaba
pendiente a ti…
- Pero para mí eso era falta de confianza, de que no creías que pudiese
hacerlo sola. Además cuando ascendí a Chunin, no me hiciste ni caso, y
luego cuando conseguí el grado de jounin tampoco.- afirmó un poco
dolida e indignada - fui la única que lo consiguió de los tres.-
terminó levantando con orgullo la barbilla.
Kakashi la miraba entre divertido y preocupado¿de verdad se había
sentido así? Él lo único que intentaba era ayudarle, no agobiarle; él
lo que pretendía era hacer que fuese fuerte, no hacerla sentir mal, y
así se lo hizo saber.
- Lo sé - sonrió dulcemente Anna, tras la explicación tan tierna de
él.- eso lo se ahora, no tardé en saberlo. Desde aquella misión lo he
sabido perfectamente.
- Aquella misión , eh? - sonrió Kakashi mientras dejaba la botella de sake tras haberle servido a Anna y a él mismo.
Aquella misión había sido diferente, se podría decir, pero sobretodo sorprendente.
Nunca se hubiese esperado todo eso. Él llego al reino del sol,
simplemente con la misión de evitar que los ladrones que merodeaban
aquel reino , rico gracias al comercio, pudiesen conseguir su objetivo.
La misión era sencilla: llegar al reino, darles una lección a esos
ladrones para que no volviesen, y volver a Konoha. Para ello, él era
suficiente, hubiesen mandado a un grupo de gennins, pero el necesitaba
descansar y esa misión podría ser su único descanso.
Nada más llegar encontró el hambiente tenso, sin saber el por qué se
dirigió hacia el despacho del jefe acompañado de un aldeano de allí.
Cuando llegó al despacho el jefe reafirmó los datos que ya disponía
(que eran simples ladrones y que se produciría el altercado pronto).
Sin más preámbulos le acompañaron a su habitación.
Decidió tumbarse tranquilo, estaría alerta, pero relajado. Necesitaba
descansar y solo esperaba que los ladrones llegasen pronto, para acabar
con ellos también pronto, y por supuesto regresar a su casa PRONTO.
Había llegado por la mañana, seguramente pronto sería hora de
comer. Oyó tocar la puerta, pensando que a lo mejor tenía el privilegio
de que le llevasen la comida a la habitación, dijo un simple 'entre',
claro que no pensó que esa simple palabra resultase ser la invitación
para que ELLA entrase.
- Ohayoooooo! Kakashi! - una animada Anna (en ese momento con el pelo
largo hasta los hombros y con las puntas rojas) asomó la cabeza por la
puerta.
- Tú-haces-aquí-qué! - intentó decir Kakashi, aunque la conmoción le podía.
- Háblame en mi idoma Kakashi-kun.- viendo la cara que aún tenía su
sensei, decidió explicarse.- Yo no tengo la culpa de estar aquí -
comentó mientras paseaba tranquilamente por la habitación- el Sandaime
me ha mandado, seguramente pensará que tu solo no podrás con todo y que
necesitas mi ayuda- concluyó triunfante (consciente de que lo que
acababa de soltar no se lo creía ni ella).
- ¿Ayuda? Pero si solo serás un estorbo.- tras ver sus ojos, se
arrepintió de lo dicho. Sabía que se había pasado- es decir, no quería
decir eso, lo siento, Anna…
- Da igual.- dijo dándole la espalda- me han dicho que te avise que
dentro de una hora la comida estará lista. - habiendo dicho esto se
acercó a la puerta, encontrándose con Kakashi ya allí e impidiéndole el
paso.
- Lo siento - repitió.
- No te preocupes, ahora quítate por favor- lentamente se apartó y la dejó marchar.
- Fuiste un borde!
- ¿Qué? Pero tu eras muy creida!
- Solo fue una broma!
- ¿Una broma?
- Si! Una broma!
- Disculpen.
- ¿Qué!
- Vamos a cerrar. - contestó un poco cohibido el encargado del bar.
Habían estado centrados hablando (y después discutiendo) que no se habían dado cuenta de que el local estaba vacío ya.
- Oh, lo siento. - dijo Anna con una sonrisa encantadora.
Kakashi pagó (esta vez no hubo pelea) y salieron a la puerta. El aire
frío y húmedo les golpeó la cara, seguramente mientras habían estado
dentro habría estado lloviendo.
- ¿Y bien¿qué hacemos?- dijo Kakashi volviéndose hacia la chica. Ésta
estaba rodeándose con sus brazos, la temperatura había bajado y ella no
iba muy abrigada. - ¿ A dónde quieres ir ahora? - le preguntó
cariñosamente Kakashi mientras le pasaba el brazo distraídamente por
los hombros. La chica al sentir su calor no pudo evitar un escalofrío
que le recorrió toda la espalda. Aprovechando la oportunidad se acomodó
en ese abrazo.
- Bueno… y si… ¿nos vamos a otro local? - propuso contenta y con los
colores subidos gracias al sake consumido. Con un asentimiento se
dirigieron a otro bar abierto a esas horas (nada decentes ya).
Tras pasear un rato consiguieron encontrar un pequeño pub todavía
abierto y con pocos clientes, por lo que parecía muy tranquilo. Tras
pedir de nuevo, la chica sacó otra vez el tema.
- Pues tu dirás lo que quieras pero aquella misión fue genial.
- Yo no he dicho lo contrario. Pese a como empezó y se complicó, tuvo un gran final.
- Aquí tienen su sake.
- Gracias.
El silencio se produjo, pero no fue un silencio incómodo; fue un silencio compartido, en el que los dos se encontraban bien.
- Si no te hubiese dicho eso, las cosas habrían cambiado.
El susurro de Kakashi indicaba que más bien se lo estaba diciendo a sí mismo.
- No sé por qué le das vueltas a eso ahora. Además, ya sabes lo cabezota que soy, lo hubiese hecho igual.
- Pero…
- No hay peros - cortó Anna cogiéndole la mano al jounin - todo salió bien. A pesar de que podría haber tenido un mal final.
Hola! Tenía que cortar aquí, lo siento, en el siguiente capítulo ya se cuenta la misión.
Bueno¿qué os parece? Este es más largo, y el siguiente también lo será. Creo que quedan 3 capítulos o así. En fin…repito: Kakashi y los personajes del manga/anime NARUTO es de MASASHI KISHIMOTO-sempai. (Anna y la historia es mía)
Por cierto! En cuanto pueda voy a subir unos dibujos que he hecho de la historia¿vale?
En fin, nada más que comentar! Que me dejéis reviews, que quiero saber vuestras opiniones! Ah! Y gracias a : Hikari Hye, leeloo-chan, midory. Gracias por dejarme un rr! De verdad muchas gracias!
Adios!
