Siento llegar tarde, pero…
Después de la tormenta, siempre llega la calma.
Anna miraba con el ceño fruncido la puerta.
- ¿No piensas salir?
Estuvo
tentada a decir un simple y contundente 'No', pero el camarero
suspiraba impaciente detrás suya esperando (con fregona en mano) a que
saliese del bar.
¿Cómo podía hacer tanto frío! Notaba el aire helado
que entraba por la puerta que Kakashi mantenía abierta a la espera de
que ella saliese. Estaba amaneciendo y aunque la humedad iba
desapareciendo (pues no llovía desde hace horas) el comienzo del día
siempre traía consigo mucho frío. Miró a Kakashi enfadada (como si él
tuviese la culpa) y cruzó la puerta rápidamente y con los ojos cerrados
(como si eso evitase que se le erizase la piel debido a la corriente).
Kakashi levantó una ceja con ironía, pero Anna le lanzó una mirada que vino a decir un "ni-se-te-ocurra-decir-nada".
Él debía admitir que la chica que aunque elegante, no iba lo suficientemente abrigada. Iba preciosa por supuesto, además de que el atuendo que llevaba tenía un significado especial y traía lejanos recuerdos. Cuando la chica había bajado, se había quedado literalmente con la boca abierta. Después pensaría que había quedado muy grosero quedarse embobado así, pero en ese momento no pudo coordinar nada. Tenía una gracia natural, que llevase lo que llevase estaría perfecta; pero aún así, no pudo evitar asombrarse. La chica había subido las escaleras rápidamente cuando él bajó, diciéndole que no tardaría (que iluso habría sido si se hubiese creído eso: una hora de reloj, fueron sus 'solo 10 minutos').
Anna, a pesar de haberse tirado la noche (por no decir desde que regresó de la reunión) decidiendo qué ponerse, le entró una crisis nerviosa cuando iba subiendo el segundo peldaño (qué no acabaría hasta que los labios estuviesen perfectamente pintados). Sacó rápidamente los conjuntos preparados que tenía en el armario, los hubiese dejado en la cama (donde estaban en un principio) pero Kakashi se había cambiado en su cuarto, y entonces habría pensado que era una loca de la ropa, y además (y detalle más importante) que estaba tan obsesionada con él que había preparado todo con el más mínimo detalle ( y el "jamás debe pensar eso!" rondó su cabeza mientras aprovechando que iba a por una toalla para él, guardó todo de nuevo en el armario). Miro frustrada toda la ropa (que ahora) estaba encima de la cama.
Bien, el vestido rojo era perfecto, claro que también demasiado provocativo, y ella no buscaba eso (una sonrisa malvada se le formó, pero la borró rápidamente), tal vez pantalón sería lo mejor, pero demasiado formal…
Tras cada posibilidad miraba el reloj, y se daba cuenta, con estrés, que habían pasado cinco minutos más. Viendo que así no acabaría nunca, escogió lo que había pensado desde el principio. Un precioso kimono negro (a conjunto con su pelo, claro).
Se sentó en la cama (encima de unas cuantas prendas) y cogió delicadamente el kimono. Sonrió con tristeza y pasó lentamente la yema de los dedos por los bordados, suspiró. Aún dudosa y pensando si él lo reconocería, se sacó la camiseta rápidamente y tras lanzarla a un lado (exactamente encima de la lámpara) se quitó los vaqueros, evitando caerse. "Bien!", susurró: vestido, perfecto, un poco más justo la verdad "ay los años" suspiró con la cabeza gacha¡pero no había tiempo para lamentarse¡tenía una cita con Kakashi! Rápidamente, saltando por encima de unos cuantos zapatos, llegó al baño de su cuarto. Sonrió complacida a los pocos minutos, "soy una máquina maquillándome" , se dijo a su reflejo con una sonrisa de superioridad. Bien, ahora solo faltaba el pelo…La verdad es que no tenía muchas opciones, o se lo dejaba suelto o…se lo dejaba suelto. Una vez cepillado, se dirigió rápidamente hacia las escaleras, con los zapatos en la mano. Se aclaró la garganta, se colocó el pelo (aunque no hiciese falta), desarrugó arrugas invisibles del vestido, y por último bajo digna y elegantemente las escaleras (interiormente se alegró de no llevar los zapatos puesto dentro de la casa: posiblemente hubiese llegado al último escalón demasiado rápido).
Sonrió. No podía evitar hacerlo, la cara de él era demasiado cómica. Embobado totalmente (y tras el repaso 'sutil') consiguió articular una incompleta frase, algo así como "guapa". Eso era más que suficiente.
El
problema, como ahora era consciente Anna en plena madrugada, era que la
tela del kimono no era precisamente muy gruesa, y con las prisas no
había cogido nada más. Debía haber supuesto qué, aunque estuviesen en
verano, el frío tras una tormenta no se iba fácilmente. No lo esperaba,
al igual que la otra vez, que el fuerte brazo de Kakashi le rodease, lo
que si esperaba a continuación del gesto, era el escalofrío que
recorrería toda su espalda y que rogaba que él no se diese cuenta. - Si
tuve la culpa.
Esa frase sorprendió a Anna (pudo notar como
tensaba más el abrazo) pero no lo suficiente para no saber a que se
refería. Había conseguido cambiar de tema en el bar, pero pese a no
seguir hablando de ello, él si que había seguido dándole vueltas en su
cabeza. La chica elevó la cabeza (tenía que hacerlo para poder mirarle
a la cara, debido a su diferencia de altura), y casi podía ver los
engranajes de su mente, volviendo una y otra vez a aquel día y
martirizándose por algo, que según ella no tiene ninguna culpa; pero
evidentemente él no opinaba lo mismo. Lo único que se le ocurrió a ella
fue acercarse más a él y rodear su cintura.
- No lo fue.- un
susurro, solo fue eso. Pero es que no sabía como explicarle que ella no
lo consideraba el culpable, lo había intentado, pero no lo conseguía, y
se temía que no podría hacerle cambiar de opinión. Todo fue un
accidente, no tuvo nada que ver su comentario.
- - - x - - -
Anna estaba enfadada, había bajado dando zapatazos por las escaleras, las palabras 'eres un estorbo' resonaban en su cabeza. Sabía que Kakashi estaba arrepentido, que le había salido la frase sin querer, que no lo pensaba y que era un berrinche absurdo e infantil lo que sentía… pero su genio y orgullo no permitía que el enfado se fuese tan pronto. Era cierto, era (y es) muy cabezota. Y las opiniones de Kakashi siempre, pese no reconocerlo o no quererlo hacer, le afectaban demasiado.
Salió a despejarse por las calles, comprobó que estaba todo lleno de puesto, con una gran variedad de productos, cada cual más caro y exquisito, y entendió porque era un reclamo para los ladrones. Pero algo fallaba, la gente estaba demasiado alterada, vale que unos ladronzuelos podría causar mucho jaleo y pérdidas, pero no era para tanto. Se dijo que, tal vez, al no ser ninjas sentían esa intranquilidad. El caso es que era una misión fácil y que se irían prontito a casa, aunque ella desease todo lo contrario. Hasta entonces para ella las misiones habían sido demasiado aburridas, y esta tenía pinta de ser una más de la lista. Pero de repente una duda le asaltó, si era tan fácil ¿para qué le habían llamado a ella?
Un segundo después le estaba doblando el brazo a un hombre.
-
Gomen! - rogó totalmente avergonzada. El hombre, un sirviente de la
casa del jefe, donde se alojaba, había ido a buscarla, y para llamar su
atención le había puesto la mano en el hombre. Grave error. Tensa como
estaba ella, sin pensárselo dos veces, le había sujetado la muñeca
mientras le torcía el brazo para inmovilizarlo. A veces llegaba a
pensar que era un poco salvaje.
- L-la comida está lista Anna-sama- dijo un poco acobardado y frotándose la muñeca el sirviente.
- H-hai- Anna no se lo podía creer¿que pensaría ahora ese hombre?
En la mesa ya estaba Kakashi¿qué más daba? Podría haberse sentado a su lado, como compañeros, como si ya hubiese olvidado esa infantil rabieta, haberse comportado como una personal lógica…pero no, no lo era. Escogió el asiento más alejado posible… le miro de soslayo, y vio como Kakashi habría los ojos y suspiraba incrédulo. Pero a ella le daba igual, estaba enfadada y punto. Y así estaría las siguientes horas: se levantó la primera de la mesa, y disculpándose, y evidentemente sin darle tiempo a Kakashi de decir nada ni de seguirla, se fue.
Estuvo dando vueltas hasta que anocheció y la luces se fueron encendiendo, y hubiera seguido así, si no hubiese escuchado la alerta y no hubiese visto a la gente agitada, yendo de un sitio a otro, desorientados y alarmados. Ella por su parte lo que hizo fue salir corriendo, estaba enfadada con Kakashi, pero eso no era motivo para estropear la misión. Era una profesional.
Llego rápidamente a la puerta principal de la aldea, al parecer todos los hombres estaban ahí reunidos. Aturdida buscó a Kakashi, si solo eran unos ladrones ¿por qué estaban todos los hombres de la aldea dispuestos a luchar? Con angustia se infiltró entre la multitud buscando al jounin, él la encontró primero.
-
Anna-chan! - llegó acelerado hasta ella. -¿Dónde estabas?- sin esperar
respuesta siguió hablando- Hay un problema.- Sabía que no hacía falta
decir eso, la cara de la chica demostraba su turbación.
- ¿Qué
pasa¿por qué están todos preparados para luchar? - estaba nerviosa, muy
nerviosa, no le gustaba nada que las cosas cambiasen en el último
momento, era muy meticulosa en las misiones, y las variaciones de
última hora en éstas la agobiaban.
- La misión sube de rango.- con
un gesto evitó que ella hablase- Rápido, guía a todas las mujeres y
niños, llévalos a la montaña, tienen un refugio, parecido al de Konoha
para las evacuaciones.
- Pero…
- No hay tiempo, resumidamente: no son ladrones, son ninjas, no buscan robar, quieren el país…date prisa, y quédate allí.
Estaba conmocionada por el cambio, y molesta por el 'quédate allí.
-
No pienso quedarme allí sola, sin hacer nada. Kakashi pestañeó
aturdido¿ahora se ponía a contradecirle? Pero la palabra 'sola' había
retumbado en sus oídos; tal vez fuera mejor que volviese, así la
tendría al lado.
- Esta bien.
- ¿Cómo?
- Que vale, que vuelvas después.
Anna
le miró con recelo, qué quería… Pero su cabezonería salió a flote, y
mientras salía corriendo gritó un 'será mejor que me quede allí, aquí
sería un estorbo'.
No sabía exactamente si se había salido con la suya¿había tenido Kakashi ese cambio de opinión para conseguir al final lo que quería? Bastante mosqueada, siguió corriendo y llamando a las mujeres y niños que veía…
Mientras, Kakashi no salía de su asombro. "Realmente, esta chica es ton..."
- Kakashi-sama¡Parece que ya vienen!
- Bien, tenemos toda la entrada bloqueada. No pasará nada.
La
chica llegó a la entrada de la guarida, todas las mujeres, niños y
ancianos estaban ya allí. Tras una última ronda, por si quedaba alguien
en algún sitio, abrió la puerta y indicó a todos que entraran, una niña
pequeña le agarró del vestido:
- Nee, no entras one-san?
Dulcemente le contestó que no, que la defendería a ella y a los demás si pasaba algo.
- Pero tranquila, no llegarán aquí.
-
Si quiere, puedo quedarme con usted. - Anna se dio la vuelta, una joven
no había entrado. - Yo, yo puedo acompañarla si se tiene que quedar
aquí…- terminó la frase agachando la cabeza.
Anna dudó un momento, pero recordó que Kakashi estaba en la entrada, aunque fuesen ninjas él podría con todos, una pequeña sonrisa de orgullo se perfiló en sus labios.
- Está bien! Me harás compañía,- concedió mientras se despedía de la niña y ordenaba a una señora de dentro que cerrasen la puerta y no la abriesen en ningún concepto, pese a que oyesen voces (recapacitó un poco, y pensó que la estaba asustando innecesariamente) y añadió que simplemente era el protocolo de actuación y que no se preocupase - total, no llegarán aquí. - concluyó sonriendo y mirando hacia el final de la calle, como si desde ahí pudiese ver a su sensei.
--
- Kakashi-sama! - un joven llegó agotado - he-hemos descubierto algo. Venga a la puerta, onegai.
No hizo falta más ruegos, salió corriendo. Se encontró a un señor gravemente herido.
- ¿Qué ha pasado?- exigió saber.
- Llegó así, él…
-
Es l… -susurró el hombre. Kakashi se esforzó por entenderle, tenía
graves heridas, resultado de técnicas jutsus.- repita, por favor.-
pidió el jounin.
- Es él, To… - la tos cortó el nombre y evidenció su grave estado de salud.- Touma, es él… es un trai…
No pudo decir más, pero era evidente que palabra era la incompleta: 'traidor'
- ¿Quién es Touma?- ordenó saber
- Era, no puede ser… era el único ninja de aquí…
La mirada de Kakashi se enfrió - ¿qué más?- exigió.
-
Bueno, él…él…- el joven estaba conmocionado, pero Kakashi no guardaba
el tacto para estas ocasiones precisamente, así que volvió a preguntar,
esta vez más bruscamente, qué más sabía; el muchacho se sobresaltó,
pero al final habló…- él fue el encargado de la seguridad, pero lo
desterraron había intentado hacerse con el po…
No seguía escuchando. No le hacía falta saber más, todo quedaba claro y una sola cosa voló a la mente de Kakashi "¡Anna!".
Dispuesto
a salir corriendo hacia allí, su intención fue interrumpida cuando una
explosión destruyó la puerta principal. No podía irse, ahora que sabía
que el organizador de todo era un ninja, comprendía lo complejo de la
situación, y que sus subordinados también serían difíciles de vencer.
Lo que más temía era el despliegue, si se había atrevido a asaltar la
aldea, debía estar muy seguro de poder ganar.
Solo podía pensar en Anna, pero lo que no sabía era que a partir de ese momento no habría otra cosa que le rondase la mente más que Ella.
--
Se alegraba de tener a esa chica al lado, Yume. Debía admitir que sin ella se habría aburrido mortalmente. Se inquietó cuando escuchó el ruido de una explosión, pero solo supuso que los ladrones vendrían equipados con armas, no que ese estruendo perteneciese a una técnica.
Todo
hubiese salido bien, todo hubiese acabado perfectamente si no hubiese
escuchado ese ruido. Había alguien, al otro lado del muro había
alguien, lo sentía. - Escóndete.
- ¿Qué? - susurró la chica, empleando el mismo tono que Anna.
-
Vete. Escóndete Yume ¡rápido!.- La chica se levantó , pero la mano de
Anna, la detuvo - escucha, si me pasase algo, corre, corre y busca a
Kakashi¿vale?- la muchacha abrió los ojos asustada- n-no te pasará
nada¿verdad?- parecía totalmente aterrorizada.
Anna se dio cuenta
que asustada no podría ayudar, así que mostró su sonrisa más confiada y
de suficiencia. - Por supuesto que no. ¿lo dudas?. - sonrió y le guiñó
un ojo. - Y ahora ¡vete!
- Ki o tsukete
- Hai!
La chica asintió algo más animada y salió hacia el final de la calle, desde ahí vería todo, "buena chica" pensó.
Pero ahora la duda estaba en por qué notaba poder ninja… lo sentía… Además, por qué iban a entrar por ahí, acaso…¿podrían saber que ahí estaba el refugio? "Entonces…" la bombilla se encendió: "un traidor" pensó algo asustada. Si era alguien de la aldea, podría intentar sacar a las mujeres y niños, y cogerlos de rehén.
Ja! Claro que ellos no sabían que una gran kunnoichi estaba allí…Sabía controlar su chakra, posiblemente el ninja no se habría dado cuenta de su poder…pero si que sabía que estaba allí, y tenía que hacer algo para que siguiesen creyendo que ella no era consciente de los futuros intrusos.
"Esto se pone interesante…" solo pudo pensar eso cuando vio a al menos 20 hombres delante suya, cuando el polvo de la explosión se había dispersado.
La situación parecía totalmente ventajosa para los intrusos, 21 tipos (contados rápidamente por ella) contra aparentemente dos chicas indefensas. Pero al parecer no eran ninjas, se había equivocado, no podían serlo, no notaba ningún poder, iban armados como tal pero,…quizá el cabecilla había intentado enseñarles, pero no lo habría conseguido… "No me estraña" pensaba Anna mirando con una ceja levantada a los hombres que tenía en frente (si es que se les podía llamar hombres): tenían la apariencia de monos "pero no tan listos" pensó divertida, y no pudo evitar una risa.
- ¿Te hace gracia la
situación? - ¿sería ese el jefe? No, no notaba el poder. Viendo que la
chica aún sonreía se acercó agresivamente a ellas.- Tu y tu amiguita
deberíais estar también en el refugio. ¿ O es que sois las héroes?
- Se dice heroínas- corrigió repelentemente Yume. Cosa que no hizo más que enfadarle.
- ¿Te crees muy lista¿eh?- se acercó a la chica de forma muy peligrosa pero…
-
Para Tatsuha. - el hombre que habló miró confundido a Yume.-
Simplemente serán rehenes. Solo vigílala y tu, a la otra. No le hagáis
daño. Vosotros venid tenemos que llegar al refugio.
- Hai!
Bien, bien, así que ése era el jefe. Debía admitir qué tenía poder, pero si no lo estaba ocultando (que era lo más probable) no habría problema con él. Un poco extrañada por la reacción del jefe respecto a Yume le hubiese dado que pensar pero…
Notó como el otro hombre se acercaba. Nada más de ver esa forma de andar hacia ella le repugnaba.
Fue arrastrada a la fuerza a la callejuela que había al lado, el tal Tatsuha arrastró a la otra chica.
- Vaya, vaya¿no me dices nada?- preguntó asquerosamente Tatsuha a Yume.
-
Podría decirte que le das asco, pero claro, para que desperdiciar
palabras…- comentó como quien oye llover Anna. Enfadado el aludido se
dio la vuelta.
- No estoy hablando contigo.
- Je, menos mal, lo que me faltaba para acabar el día…
Por la vena de su cabeza, Anna comprobó que al parecer sus impertinencias surtían efecto.
- ¡Tu¡Vigila a esta! - el otro ni siquiera se molestó en contradecirle.
-
Bien…- mientras se acercaba se relamía los labios. Anna estaba segura
que su delicado estómago no aguantaría verle la cara desde más cerca.
Por lo general todos a los que había visto, esos intentos de ninjas,
eran desagrables, pero éste conseguía el oscar.
Llegó hasta ella y sin un ápice de delicadeza, la cogió del pelo y la tiró al suelo. Le sujetó las manos, para inmovilizarla…
- Sabes…me gustas, tal vez debería quedarme contigo¿qué te parecería que nos casásemos?
Detrás se oyó una risotada estúpida procedente del otro 'ninja'.
Anna sonrió falsamente, y con una voz fría contestó:
- Se me ocurren mejores maneras de echar mi vida a perder …
Una risa desagradable surgió de los desagradables labios del hombre junto a un puñetazo directo a la mandíbula de la chica.
La rojo sangre rodó por el labio.
Anna,
pensando que ya era suficiente ejecutó el plan, los otros estaría
ocupados intentando abrir el refugio (solo intentándolo, había puesto
sellos de protección, y ella era de las mejores…) y tal vez viniesen
algunos a preguntarles a ellas como se abría, así que tenía que hacerlo.
Era el momento.
Dos
segundos después, un grito se oyó, Tatsuha se dio la vuelta y vio a su
compañero con un cuchillo en el cuello, asustado miró a la chica
dispuesta a matarla, pero entonces haciendo eso, Anna se escaparía.
Así, pensando que era la única opción, clavó el cuchillo en el corazón
de Anna. La sangre lo nubló todo.
Todo habría salido bien para el hombre, si Anna no se hubiese desvanecido con un 'plop' y al darse la vuelta, antes de que una afilada katana le atravesase, la hubiese visto delante suya con una mirada de genuina satisfacción.
Qué sencillo había sido… un bunshin con su aspecto, y ella trasformada en Yume. "¡Esto está chupado!" se dijo feliz. Se giró hacia el final del callejón, y vio que la verdadera Yume asomaba la cara con una tímida sonrisa. La morena se la devolvió junto a otro guiño y se dispuso a continuar con el plan.
--
Estaba nervioso, MUY nervioso. Llegaban un buen rato peleando y nadie había visto al traidor Touma. Quería, necesitaba pensar que estaba esperando el momento para salir de donde estuviese. Pero no conseguía engañarse, estaba seguro de que habría entrado por otro lado, y no tenía duda de que habría sido cerca del refugio. Habría salido varias veces a su ayuda pero no podía, había un gran despliegue, y aunque era intentos de ninjas eran un gran número, y sabían manejar lo suficiente los shurikens y kunais, como para acabar con todos los aldeanos. Lo único que podía consolarle era suponer que Anna estaba dentro de la guarida y que había puesto sellos por todos lados, y ella era muy buena en eso. Pero ni él mismo estaba seguro de sus pensamientos.
--
Como había supuesto, unos cuantos hombres (cinco pudo contar hábilmente) muy mosqueados llegaron a su encuentro.
- Tatsuha! Touma-sama dijo que no las matases!
El hombre que habló reprimió un escalofrío al encontrarse a las jóvenes de antes atrozmente muertas: una con un kunai en la yugular y la otra con una katana atravesándola, que aún Tatsuha mantenía sujeta.
- Yo
no quiero saber nada… pero el jefe las quería para torturarlas y así
conseguir saber como se entraba al refugio - comentó asustado otro
frotándose nerviosamente las manos. Claro que paró de hacerlo y
palideció cuando vio como Tatsuha sacaba cruelmente la katana del
cuerpo inerte de la chica con una sádica sonrisa.
- Nee, Tatsuha¿estás bien, n-no te preocupes…diremos que empezaron a molestar.
Pero su nerviosismo aumentó cuando un segundo después su supuesto compañero estaba detrás suya, y con un susurrado 'estoy perfectamente' le clavó la katana. Los otros cuatro hombres lo miraron horrorizados, e instintivamente dirigieron la mirada al otro hombre que estaba con Tatsuha, y le encontraron, pero muerto y ocupando el lugar de la chica que antes yacía allí, y al lado, ni más ni menos, que Tatsuha.
Anna, harta de estar trasformada en ese 'hombre', volvió a su forma.
Pese a parecer mentira por los hechos, no le gustaba matar. Pero para librarse de los dos primeros lo tenía que hacer, y este último también era necesario: había conseguido asustar a los otros cuatro (pero era el más joven, lo sentía de verdad). Como propósito de buena acción dejaría vivir a los otros, una técnica de atado, y se los quitaría del medio. Estuvo tentada a cambiar de opinión, cuando vio que los cuatro hombres se abalanzaban sobre ella con kunai en mano. Pero se mantuvo generosa y el hecho de que intentasen matarla no cambio su estado de ánimo.
Fue andando tranquilamente hacía el refugio después de darle un último vistazo a los hombres que permanecían en el suelo inmóviles. Nerviosa miro hacía la calle siguiente, Yume la seguía desde el final de la calle paralela, siempre bien escondida.
"Bueeeeeno, ahora quedan…etto…catorce!" pensaba feliz, con los brazos cruzados detrás de la cabeza. La katana, ahora limpia, estaba en su espalda. Pero lentamente bajó los brazos, ahora se sentía mal por aquellos hombres. "Es mi deber" con este pensamiento su mirada se endureció. Pero ahora tenía otro pequeño problema: matar o por lo menos reducir a catorce hombres. Debería planear otro engaño.
- Soubi!
Así que así se llamaba al que había matado. "Perfecto.
- ¿Ya sabes cómo se entra¿Y los demás¿Qué te pasa? - acabó preguntando el mismo, viendo que su compañero llegaba jadeando.
- Se acercan, saben que estamos aquí…
Todos empezaron a murmurar nerviosos. "¿Todos¿Cuántos habían? Cinco, ocho"
- Un momento! - Soubi se giró, y se encontró un joven entrecerrando los ojos.- tu…tu no eres Soubi!
Un nudo se hizo en la garganta del aludido, y los demás presentes se giraron a comprobar lo que afirmaban de él.
-
Él él…- continuaba un poco nervioso, viendo que todos estaban
pendientes a él.- él tiene un lunar en la barbilla - terminó bajando la
cabeza y sonrojándose.
"Oh.." es lo único que pudo pensar. "En fin,
ya que más da…" con esto Anna volvió a su figura, y tras colocarse el
pelo, saludó alegremente - Ohayooo! - sabía que lo único que conseguía
con eso era enfurecerles más. Decidió tomárselo en serio y no
confiarse, por eso su mirada se volvió tan fría como un témpano de
hielo.
- Adelante…- susurró junto a una pequeña sonrisa. No hacía falta ese aliciente, todos estaban preparados.
-
Kage bunshin no jutsu! - no necesitaría nada más para ellos. Cuatro
copias idénticas de Anna se colocaron a su lado. Por fin los hombres se
dieron cuenta de que era una ninja, y por lo visto fuerte. Todos se
abalanzaron a la vez. No recurrió a los kunais ni a la katana que
todavía permanecía intacta en su espalda, solo los dejaba
inconscientes… - Uno, otros dos, cinco…- iba contando distraídamente. -
Bien,- sonrió- solo quedáis vosotros.
Se acercó lenta y peligrosamente a ellos, cinco hombres estaban intentando parecer serenos pegados a la pared, donde se entraba al refugio. Solo parecerlo, ya que el temblor de sus piernas y manos con las que sujetaban las armas, desmentía su intento.
Las copias ya habían desaparecido… solo tenía que inmovilizarlos, así que sacó cinco shurikens dispuesta a usarlos y dañar un músculo concreto de la pierna para que no pudiesen moverse, pero no pudo llevarlo a cabo: un kunai le traspasó por la espalda.
- ¿Qué…?
No podía hablar¿qué había fallado? De repente abrió los ojos, el jefe. ¿Cómo no se había dado cuenta¿no los había contado…? No…
Notaba
la sangre derramarse y descender por toda su espalda, había caído de
rodillas y al apoyarse un shuriken se había incrustado en la palma de
su mano derecha.
- Vaya, vaya, un nija de Konoha aquí…
Touma se encontraba agachado frente a ella. Al parecer se había fijado en el tatuaje de la chica, un pequeño símbolo de Konoha.
-
Lastima que estuvieses tan emocionada acabando con mis hombres que no
te diste cuenta de que faltaba el más importante. Anna le lanzó una
mirada cargada de desprecio, y disimuladamente dirigió su mano hacía la
espalda pero, su katana no estaba allí.
- ¿Buscas esto? - uno de los cinco hombres la sostenía sonriendo cruelmente.
-
En fin, terminemos con esto…levántate…- Bajó la mirada airada
comprobando que la chica no se movía…- le-van-ta-te! - no esperó un
movimiento, la cogió de la larga melena.- buena chica…
- Ahora diles que abran- estaban frente a la puerta de hierro del refugio…- ordénaselo!
Anna
no pensaba hacerlo, moriría antes…él. Desde adentro se escuchaban
gritos, todos estarían nerviosos, una dulce y aguda voz resonaba junto
a un llanto 'one-san onee-san.
Anna sonrío. En fin, si pensaban que iban a poder con ella estaban muy equivocados.
Se dio cuenta que tenía que actuar rápido, todo empezaba a nublarse, estaba perdiendo mucha sangre.
Y
vio sangre, pero esta vez del 'gran Touma-sama'. La chica no se había
quitado el shuriken de la mano, y con un ágil gesto lo había clavado en
el muslo de él, tal como tenía pensado hacer con los otros. Hábilmente
se separó de él. El hombre estaba tendido en el suelo, intentado sin
éxito impedir que la sangre siguiese saliendo.
Anna se dio la
vuelta, se encontró a los cinco hombres de antes atemorizados. Su
mirada no indicaba nada bueno. Nunca había sentido tanta rabia, estaba
enfadada con ella misma¿como no había conseguido notar al ninja? Estaba
tan segura de si misma que no se había percatado…pero lo pasado pasado
es… todo terminaría bien al final.
--
- Ka-kakashi…
El aludido se dio la vuelta.
- ¿Qué?
-
Anna! Anna-chan está…! - Kakashi salió corriendo en cuanto había
escuchado el nombre de 'Anna', no sabía que le había pasado, pero como
estuviese… "NO! No puede ser!"
--
Los
cinco hombres no lo dudaron, salieron corriendo en la otra dirección,
pero Anna no estaba dispuesta a dejarles, miró hacia su derecha, al
salir huyendo había tirado su katana. Lentamente la cogió y en un abrir
y cerrar de ojos, estaba delante de ellos.
Los hombres gritaron asustados, esa chica que habían creído indefensa los iba a matar.
Pero
todo se volvió negro, la fuerza de la mano le falló, y la katana cayó
al suelo produciendo un ruido metálico, ella también cayó al suelo
pesadamente. Lo último que vio fue… "Kakashi…"
--
Qué bien se
sentía, estaba tumbada, sobre algo muy blandito. Abrió los ojos
lentamente. Todo estaba blanco, totalmente reluciente. - ¿Es…el cielo?
- Muchas han dicho eso cuando han despertado a mi lado.
Un momento, esa voz irónica…
Anna
se incorporó de golpe y…lamentó haberlo hecho. Notó como la sangre
volvía a escurrir por su espalda, había reabierto la herida.
- ¿Podrías tener más cuidado, no crees?
Anna
le miró mortalmente. Allí delante de ella, sentado en la cama tenía a
un Kakashi con muy mala pinta. Tenía ojeras y manchada la ropa de
sangre. ¿Acaso había estado todo el rato con ella desde?
- ¿Qué ha pasado¿Están todos bien¿Qué fue del traidor? No consiguió entrar ¿verdad? Yo- yo lo detuve ¿no? Tal vez…
Kakashi levantó una mano delante de su cara.
- Relájate, has salvado al país, deberías descansar después de eso…
- ¿Salvar el… país?
-
Si, te cargaste a todos y capturaste al traidor,…- explicaba mientras
le hacía un gesto para que se diese la vuelta, en la mano tenía
vendas.-… seguramente luego harán una fiesta en tu honor…
Sin escucharle siguió.
-
Espera! Yo…yo me desmayé, no acabé con ellos…entonces cómo…Tu! - dijo
girándose de repente. Con el rápido movimiento, hizo que el camisón se
le bajase. Un momento tenso…sobretodo para Kakashi que se llevó un
manotazo de la chica impidiendo que mirase.
-
Emm, bueno,…- se aclaró la garganta y siguió limpiándole la herida-… es
cierto que fui a por ti, estaba…preocupado. Pensé lo peor. Pero cuando
llegué ya te habías hecho cargo de todo, solo te faltaron unos cuantos
que salieron huyendo, pero que luego fueron capturados y…digamos que de
una manera un poco ruda. Pero lo peor fue cuando te vi…- Kakashi paró
lo que estaba haciendo y bajó la mirada dolida…- estabas manchada de
sangre, en un principio pensé que era de los enemigos, pero entonces vi
tu mano y tu espalda, tenías una grave herida, no…no sabía como todavía
estabas viva, habías perdido mucha sangre…me me sentía culpable.- un
suspiro dolido salió.
Hasta el momento Anna había estado
escuchado con atención, pero ese reconocimiento de culpabilidad le
llegó a lo más profundo del alma. Se ató la parte de atrás del pijama,
y se giró lentamente. Como pensaba, Kakashi tenía la mirada perdida
hacia la ventana.
No sabía como, pero un segundo después estaba abrazándole y él correspondiéndole.
No quería decir nada, no quería escuchar nada, solo quería permanecer a su lado.
Retiró su cara del hombro de Kakashi, y le miró.
La
seguridad se notaba en las dos miradas que ahora estaban fijas y
pendientes de la otra. Igual de segura estaba la mano de la chica que
se dirigió veloz hacia la máscara, para que esa molestosa tela no se
interpusiera entre ellos. Una mano la retuvo momentáneamente, pero se
retiró y la chica volvió a elevarla, notó la licra en sus dedos y se
dispuso a bajarla, solo dispuso. Puesto que abrieron de golpe la puerta
y del susto cayó de bruces al suelo (en realidad no fue del susto de
ella, si no de él, que al levantarse de golpe, Anna que estaba apoyada
en él perdió el equilibrio). La chica le dirigió una mirada dolida
desde el suelo. Con un suspiro se incorporó. Pero de repente todo se
volvió borroso, cuando volvió a despertar y recuperar el conocimiento,
aún seguía en la cama, notaba el colchón mullido, y también notaba la
boca reseca. Como atendiendo a sus deseos, notó la fresca agua resbalar
por su garganta, alguien le estaba dando de beber. Abrió los ojos,
molesta por la luz artificial (ya no había sol). Una gota del inocuo
líquido se resbaló por su barbilla, su acompañante la secó
delicadamente.
- Hola…- suspiró Anna.
- Hola - saludó Yume agachando la cabeza.
- ¿ Cómo estas? - preguntó animada de tener nueva compañía Anna, pese a ver que la chica estaba en perfecto estado.
- Eso debería preguntarlo yo.- fue la simple contestación de la chica.
- Jeje, supongo… - afirmó rascándose la cabeza " mal gesto, mal gesto!" se reprendió.
- Escapaste al final ¿no? Conseguiste, librarte de Touma-kun.
- Ese hombre era un traidor, al parecer lo han encarcelado, me alegro y mucho.
Una sonrisa algo tenebrosa se formó en la sonrisa de Yume.
- Yume-chan¿estás bien?
- Lo siento.
Anna
cerró los ojos instintivamente. Cuando los abrió, Kakashi sujetaba a la
chica, y pocos segundos después un grupo de hombres armados entraban.
- ¿Estás bien? Anna¿estás bien?
Notaba
la desesperación en la voz de Kakashi, pero ella todavía estaba
demasiado conmocionada para contestar, todo había pasado tan rápido.
- No lo entiendo… - articuló al fin.
-
Ella estaba liada con el traidor. - confirmó Kakashi con desprecio,
mientras sujetaba firme la mano de la chica que aún sostenía el kunai
que hubiese acabado en el pecho de Anna.
- Demo… ella, ella te avisó de que yo estaba mal ¿no, fue ella!
- ¿Qué? No, fue Pakkun, le envié a buscarte.
- Entonces, como…
-
Las mujeres nos dijeron que ella estaba con usted fuera, pero no la
encontramos en ningún sitio. Entonces nos dimos cuenta, ella había
estado con el traidor, así que posiblemente tenía algo que ver…Cuando
se lo contamos a Kakashi-sama, vino hacía aquí corriendo. Y acertó,
venía a acabar lo que su amado no consiguió. - explicó atropelladamente
uno de los hombres.
Kakashi asintió energéticamente.
Un poco aturdida, Anna se levantó.
- Me voy…
- ¿Qué?
- Que me voy de aquí, ya hemos acabado, así que me voy…
Kakashi miró a los hombres alarmado.
- Eh eh, espera¿vale?
Claro que la mirada de la chica no aceptaba réplica…
Los hombres se llevaron a Yume, que se despidió con un 'Sayonara hime'.
Nada más salir estos, unas mujeres entraron rápidamente.
Kakashi suspiró aliviado, no se le ocurría métodos de hacer que se relajase la chica.
Las mujeres cogieron a Anna por banda, y la metieron en el baño solo dándole tiempo de soltarle un 'me las pagarás Kakashi!' al él que sonreía feliz con los brazos cruzados.
--
Todo estaba perfecto, tras el ambiente de lucha, todo había vuelto a la normalidad. Bueno, no exactamente, habían montado una fiesta. La gente estaba animada y contenta. Kakashi se encontraba sentado (duchado y con ropa limpia, sin rastos de sangre) tranquilamente bebiendo en la mesa principal. De vez en cuando dirigía la vista hacía las escaleras que tenía en frente, Anna estaba tardando demasiado. Pensando en ir a buscarla y levantándose, se quedó helado al verla.
El pelo recogido en un moño alto dejando ver los mechones rojos, y el kimono que llevaba le hicieron pararse en el acto. ¿Cómo le podía quedar tan endemoniadamente bien? El kimono negro se ajustaba perfectamente a todo su cuerpo destacando, como pudo ver cuando la chica se acercó a él, sus ojos negros. En el carmín de los labios terminaba el recorrido de Kakashi (y dónde empezó su costumbre).
Un 'estas preciosa' suspirado más que susurrado fue el recibimiento.
Por
fin la chica estaba al corriente de todo lo organizado, era en
agradecimiento. Claro que lo supo cuando un hombre rechoncho y de cara
amable pidió un brindis por 'la valiente Anna'. Las palabras 'sayonara
hime' volvieron a su mente e hicieron que un escalofrío recorriese su
espalda. Kakashi apoyó la mano en el hombro de la chica y también
brindó en su honor. Al final de la noche, se alegró con toda su alma de
no haber vuelto a Konoha. Sobretodo cuando Kakashi la besó en la puerta
de su dormitorio.
- Es muy tarde ya…
- Veeeeeenga Kakashi-kun no seas aguafiestas…
- Eso, eso! - exclamaron unas chicas alrededor.
-
En serio, venga Anna, estarás cansada y mañana tenemos que salir
pronto, es decir, hoy, bueno dentro de unas horas… Sin más remedio que
hacerle caso se despidió de la gente, que tenían aguante para rato, y
se dirigieron a los cuartos. Kakashi caballerosamente (y por
precaución) la acompañó a la puerta.
El
silencio apareció, y de repente la distancia entre ellos se hizo
dolorosa. Pese a no ser el carácter de Kakashi, se acercó dudoso y
nervioso a ella, y aprisionándola contra la pared rozó sus labios.
Ahora lo que sobraba era la fastidiosa máscara.
Sin dudas Anna la
bajó ansiosa para, esta vez sí, poder notar los labios de él. Sin saber
quien abrió la puerta ni como llegaron exactamente, acabaron cayendo en
la cama. Cortando el beso bruscamente Kakashi se apoyó en el codo… no
había dudas, no había preocupaciones, pensaba, sabía, estaba seguro de
que era lo correcto, que él se merecía a alguien y que Anna, era la
mujer perfecta para él. La chica correspondiendo a la fija mirada que
le dirigía y leyendo y compartiendo los pensamientos, se acercó a él y
le robó un beso. Se había decidido, ellos lo había decidido. Ellos, no
ningún destino. Eran el uno para el otro.
Al cabo de unas horas, y tras despedirse del pueblo, llegaban a Konoha.
- - - x - - -
No hizo falta preguntarle si quería entrar, se notaba en su mirada que sí, que lo deseaba. Anna abrió la puerta como pudo mientras Kakashi no dejaba parte de su cuello sin besar. Consiguiendo abrirla por fin, tiró de él hacía el interior de la casa y tras cerrar la puerta de una patada, las ropas fueron cayendo por las escaleras, empezando por la máscara de él y el kimono de ella.
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Si, es verdad. Me duelen los dedos! Estoy orgullosa de mi misma, 15 páginas!
Hola!
Estoy
orgullosa de mí misma, 15 páginas! Peeeeeeeeero de quien estoy
orgullosa también es de… vosotras! Que feliz soy, gracias por mandarme
reviews! A ver, si llego a los 20…ejem ejem ( por pedir.
De todas formas gracias a: Hikari Hye, midory e Inner-Nami. De verdad, muuuuuuuuchisisimas gracias!
En
realidad pensaba partir este capi…pero para no perder el hilo lo he
puesto en uno. Decir que espero que os guste, y que disfruteis! Sin
nada más que añadir, Me despido, muchos besos! Muaaaaaaaack!
Domo arigatou!
Kakashi y los personajes del manga/anime NARUTO es de MASASHI KISHIMOTO-sempai. Anna-chan y la historia mía.
Por: Anniky.
