SARA

Luego de trabajar por varios meses sola por falta de personal, papá pudo conseguir más elementos para unirse al departamento de policía y me asignaran a mi nueva pareja, en realidad me estaba gustando trabajar sola. Así que espero, no sea un idiota y, sobre todo, que no estorbe en mi trabajo, he tenido buena racha estos últimos tres meses.

Llegué a la jefatura, guardé algunas cosas en mi locker y fui a la sala donde nos presentarían y asignarían a los nuevos miembros. Papá, empezó a nombrar a los oficiales y las nuevas parejas.

—Oficial Lance, tú estarás con… Heywood —dijo papá y enseguida vi a un tipo alegre, bien parecido alzar su mano.

En cuanto terminó de nombrar las nuevas parejas me acerqué a mi nuevo compañero para presentarme.

—Oficial Heywood, bienvenido. Mi nombre es Sara Lance y desde hoy seremos compañeros —dije regalándole una sonrisa y extendiendo mi mano.
—Oh, dime Nate por favor —tomó mi mano, jalando mi cuerpo hacía él para abrazarme— Estoy muy emocionado, no puedo creer que lograra entrar a la policía, JA y papá decía que siempre sería un perdedor.
—Ok… me da gusto por ti —dije apartándolo de mí— ¿Qué tipo de experiencia tienes? ¿Combate? ¿En armas?
—Pues tuve dos grandes maestros en artes marciales
—¿Ah sí? —dije interesada.
—Sí, Bruce Lee y Jackie Chan —dijo haciendo movimientos estúpidos con sus manos.
—Ay no es cierto…

—Sí de verdad, he visto todas sus películas ciento de veces y con las armas, bueno… he visto las de Duro de Matar, John Wick, Terminator… hasta la vista baby —dijo tronando sus dedos para apuntar sus dedos índices hacía mí.
—Ajá y ¿dónde aprendiste a conducir? ¿Rápidos y furiosos?
—Waow sí, ¿cómo lo supiste? Aunque Mario Kart también ayudó bastante. ¿Y tú qué tanta experiencia tienes?

En cuanto preguntó eso, lo desarmé velozmente y lo sometí contra el piso haciéndole una llave.

—Yo tengo experiencia real, niño bonito y más vale que te dejes de juegos estúpidos, te mataré si estropeas mi trabajo.
—Ok ok, entiendo, no estorbaré, pero quítate de encima —suplicó.
—¿Qué dices? No te escuché.
—Por-por favor quítate de encima, me está costando respirar. Esto es brutalidad policiaca.

Me levanté, lo ayudé a pararse del suelo y le devolví su arma.

—No había necesidad de ser tan cruel, ¿sabes? —dijo sobándose el pecho y guardando su arma.
—Lo siento, me exasperó escuchar que tu experiencia es nula, solo me estorbarás. ¿Qué no fuiste a la academia?
—Sí, pero quien la necesita cuando tienes a Bruce Lee y Jackie Chan como mentores.
—Ay novato —dije cubriendo mi rostro con una de mis manos— tendremos que trabajar mucho en ti. En fin, será un reto para mí convertirte en un buen elemento para la policía.
—De acuerdo, pero ¿es enserio que me matarás si solo soy un estorbo?
—¿Crees que en realidad soy una asesina?
—No lo sé, tú dime… —dijo con una ligera mirada de miedo.

Definitivamente le reproché a mi padre por el compañero que me asignó, sin embargo, se excusó diciendo que hoy en día es muy complicado reclutar a buenos oficiales, en la academia casi no se están inscribiendo muchas personas y prácticamente los están graduando, aunque sean un asco. Más asco me da saber que se tomen a juego al departamento de policía, enviando a gente sin el entrenamiento adecuado.

Realmente aprecio mi vida y no la pondré en peligro trabajando con alguien que no podrá cubrir mi espalda o preocuparme por cuidar de los dos. Así que, desde el primer día como mi compañero, en cuanto nuestro turno terminaba, me dediqué a entrenar a Nate, tanto en combate como en armas, a pesar de que llegó en cero, estoy muy orgullosa de él porque en tan solo tres meses ha progresó bastante.

Uno de tantos días de entrenamiento, me sorprendió cuando le apliqué una llave y se libró de ella perfectamente sometiéndome a mí.

—Nada mal, niño bonito —dije mientras él me ayudaba a levantar.
—Aprendí de la mejor —sonrió orgulloso.
—Veamos que tan bien has aprendido —dije llevando mis puños a la altura de mi rostro.

Le solté un combo de golpes y patadas, las cuales logró bloquear bien, a pesar de que se esforzó en atacar en vez de solo defender, no se lo dejé fácil y terminé rematando con una patada que le dio directo en la boca, tirándolo al suelo y escupiendo sangre.

—¿Estás bien? —pregunté.
—Auch, si —volvió a escupir, creo que mis dientes están intactos.
—Lo siento, me seguiste tan bien el paso que me emocioné y se me fue esa patada.
—No te disculpes, eso fue ¡increíble! ¿Viste como pude bloquear todos tus golpes? Estaba que no me la creía, tanto que en esa patada me descuidé, pero todo bien.
—Estoy muy orgullosa de ti Nate, has mostrado un gran progreso en tan poco tiempo. Mañana nos toca practicar con armas. Tu puntería va muy bien, falta pulirla un poco más.
—Gracias Jefa, me siento un hombre más fuerte con tu entrenamiento. ¿Oye quieres ir por unos tragos? Yo invito.
—Te lo agradezco, pero no puedo, quedé de cenar con mi novio.
—De acuerdo Jefa, nos vemos mañana —chocamos puños y nos despedimos.

Llegué a mi departamento y saludé a Charlie, quien se encontraba en la sala practicando con la nueva guitarra eléctrica que se había comprado.

—Hey —me saludó quitándose sus auriculares— ¿Quieres una cerveza?
—No gracias, solo quiero recostarme, estoy muerta —dejé caer mi cuerpo.
—Te ves muy mal, ¿has descansado bien?
—Si todo bien, solo que Nate cada día me sigue mejor el paso y eso me deja más cansada, agrégale el trabajo que hacemos diario.
—Nate es el chico lindo que es tu compañero, ¿verdad? ¿Cuándo me lo vas a presentar?
—Ya te lo dije, ¡nunca! Tú solo ves carne y te da un hambre horrible.

—Jaja eso lo aprendí de ti, extraño a esa Sara, la Sara que iba de cacería conmigo. ¿Recuerdas cuando llegábamos con dos o tres personas para cada una? Que buenos tiempos —suspiró y le dio un gran trago a su cerveza.
—Ya sé y ahora, apenas si tengo tiempo para Snart.
—Te confieso que no creí que fueran a durar tanto tiempo, seamos sinceras, te conozco desde años y tus relaciones no pasaban de dos meses y en ese tiempo ya andabas con otras personas al mismo tiempo.
—Que horrible persona era, supongo he madurado —nos quedamos viendo y soltamos una gran carcajada— ¿Tú cómo vas?

—Pues el chico que me está enseñando a tocar la guitarra, me propuso iniciar una banda junto con él y otros amigos.
—Oh, ¿el Irlandés?
—Sí, él. Lo más seguro es que acepte, llevo años queriendo formar parte de una banda de rock.
—Lo sé, deberás invitarme a sus presentaciones.
—Sabes que lo haré.
—Bueno, iré a darme una ducha rápida, quedé de ir a cenar con Leonard y se me está haciendo tarde.

Realmente estaba muy cansada, pero sabía que no podía cancelar la cena ya que había hecho eso al menos dos veces ya y Leonard se iba a molestar bastante si lo volvía hacer.

Llegué tarde a nuestra cita y evidentemente Leonard estaba molesto, no solo porque se me hizo tarde, si no que últimamente no nos hemos podido ver tan seguido y cuando nos vemos, terminamos peleando por alguna tontería, lo cual hace que la relación se vuelva cansada y frustrante.

—Oye de verdad lo siento, ¿podemos solo disfrutar nuestro tiempo juntos y pasarla bien?
—Siento que no estás tomando la relación en serio Sara, yo he dado todo de mi parte para que esto funcione, pero no veo lo mismo de ti, ni si quiera te esfuerzas en que tus padres me acepten.
—Dejemos ese tema por la paz, por favor. Al menos Mick y yo ya somos buenos amigos, ¿no es eso lo que querías?
—Sí, pero eso solo es un pequeño paso, de los tantos que nos hacen falta por enfrentar juntos.
—Mira, estoy cansada y no puedo con el drama hoy, si quieres vamos a cenar y si no me regreso a casa, necesito descansar —se quedó mirándome molesto, cruzó los brazos y suspiró echando su cabeza hacía atrás.
—Vayamos a cenar —tomó mi rostro con sus manos y me besó.

Cenamos con un ambiente tenso, yo no veía la hora para terminar y estar recostada en mi cama, quiero mucho a Leonard, pero siento que nuestra relación se está volviendo turbia y poco sana. Tal vez, lo mío no es tener una relación seria, justo como me lo hizo recordar Charlie, extraño un poco las aventuras de un rato, donde no tenía que darle cuentas a nadie. Las cosas eran a mi tiempo, cuando yo quería y con quien quería, sea hombre o mujer.

A la mañana siguiente, llegué a la jefatura, lista para empezar mi rutina. Salude a Nate y antes de salir a patrullar nos tomamos un café mientras platicábamos de las tres películas que vio anoche.

—Novato, creo que te hace falta socializar más y tener amigos —dije terminando de beber mi café.
—Gracioso que lo digas, opino lo mismo. Aunque me gustaría más tener una novia.
—Bueno, si quieres te puedo aconsejar para conquistar a una dama, soy buena con eso—puse mi mano sobre su hombro.
—¿De verdad me ayudarías? Oye, pero tú sabes sobre eso por tu perspectiva como mujer o por qué también te gustan las…
—Sí, también me gustan las chicas —guiñé mi ojo.
—¡Genial! —dijo sorprendido.

—A todos los miembros, favor de presentarse en la entrada de la jefatura, el Capitán Lance tiene un comunicado importante que dar —se dejó escuchar por las bocinas de la jefatura y todos atendimos al llamado.

—Bien, pues los he convocado a todos aquí, porque hoy será un día muy importante para nosotros. Por años, hemos estado tras la Triada, como saben, la mayor amenaza para Ciudad Estrella. Después de mucho esfuerzo logramos infiltrarnos y ahora tenemos la información suficiente para una emboscada y atraparlos —todos aplaudieron y gritaron emocionados— El plan ya está hecho, los oficiales que serán parte de la emboscada ya han sido seleccionados, en cuanto los nombre vayan a la sala de juntas para explicarles el plan, el resto salga a patrullar con normalidad, solo manténganse atentos por si requerimos de su apoyo.

Papá terminó de nombrar a los oficiales que serían parte de la emboscada y sinceramente me sorprendió que no me llamara a mí también. Él empezó a caminar hacia la sala, pero lo detuve.

—¿Por qué no me elegiste para esto? —pregunté asombrada y molesta.
—Será una misión de alto riesgo y no te quiero exponer.
—¿Qué? ¿Olvidas que yo también soy parte de tu equipo? Soy una de las mejores aquí y tú lo sabes, ¡Me necesitas ahí!
—Sí, pero también eres mi hija y no te quiero ahí.
—¡Eso es absurdo! Yo he logrado méritos con mi propio esfuerzo, he trabajado muy duro para ser reconocida en este departamento y no como tu hija, sino como un miembro más. Quiero igualdad, entiende que aquí no quiero que me veas como tu hija, sino como un oficial en quien puedes contar, aquí somos compañeros de trabajo.

—Muy bien, entonces como tu Capitán, tus ordenes son que vayas a patrullar la Ciudad.
—¿Qué? No estés bromeando, yo quiero ir.
—No voy a permitir esos caprichos en mi departamento Oficial Lance, ahora vaya y cumpla las ordenes de su Capitán.

Papá se marchó y yo no hice más que golpear con todas mis fuerzas la pared, sacando la gran frustración y coraje que sentía en ese momento.

—Jefa, ¿estás bien? —preguntó Nate acercándose a mí.
—Lo estaré —respondí bufando y mirando la sangre que salía de mis nudillos— Vamos, tenemos trabajo que hacer.

Obviamente no me pienso quedar de brazos cruzados, le demostraré a papá lo fuerte y valiosa que soy para el equipo. Envié a Nate a que tratara de escuchar lo que hablaban en la sala de juntas, para así conocer el plan y apoyarlos.

—La verdad es que escuché muy poco, solo sé que será en los Glades en la tarde —dijo Nate.
—En los Glades, hee. Debí imaginarlo, ahí está el nido de esos malditos. Muy bien Nate, vayamos a prepararnos.
—¿Vayamos? Sabes Jefa, yo no estoy interesado en mostrarle al Capitán Lance mis grandiosas habilidades y aprecio mi vida, yo no estoy listo aún para ese tipo de misiones, prefiero solo salir a patrullar.

—No digas tonterías, tú vienes conmigo. Nate, estás listo, yo te entrené, ambos cubriremos nuestras espaldas.
—¿Estás segura de que estoy listo? —preguntó dudoso.
—Créeme, lo estás. Confía en mí, yo confió en ti —dije regalándole una sonrisa.

Fui a mi locker y saqué algunas navajas y estrellas ninja que guardo en un cinturón. Sin que nadie se diera cuenta, tomé bastantes municiones y dos metralletas. Nate y yo salimos deprisa de la jefatura en nuestras motocicletas con dirección a los Glades.

Para no alertar a la Triada, solo estuvimos rondando por los alrededores, vigilando y al pendiente de nuestras radios.

—Jefa, ¿estará bien qué estemos aquí? Hoy nos tocaba patrullar el Centro de la Ciudad.
—Nate, está bien. Solo mantente tranquilo y alerta —dije mirando atenta a los alrededores.

Pasaron las horas y vimos cinco camionetas negras blindadas dirigirse a alta velocidad al centro de los Glades.

—Nate, deben ser ellos ¡vamos!

Los seguimos a una distancia considerada para que no se percataran de que los seguíamos. Mientras nos acercábamos al corazón de los Glades, empezaba a escuchar ciento de detonaciones, la emboscada había iniciado.

Las cinco camionetas que veníamos persiguiendo se detuvieron y enseguida salieron varios hombres armados, los cuales empezaron a disparar a los oficiales que tenían enfrente. A lo lejos pude ver a papá, dando todo de él y dirigiendo a su equipo, quienes siempre lo han seguido fielmente.

—Muy bien Nate, aprovecharemos que somos un punto ciego para la Triada y dispararemos desde aquí —dije controlando mi respiración, pues mi adrenalina estaba hasta el tope.

Nate y yo buscamos rápido un lugar para resguardarnos y empezamos a disparar primero con nuestras pistolas, pudimos derribar a varios miembros de la Triada, ellos seguían sin percatarse de nosotros por lo que nos daba ventaja.

—¿Me estás viendo Jefa? Soy un maldito pistolero —dijo Nate emocionado.

Las municiones de las pistolas se nos terminaron, así que era hora de la artillería pesada. Sacamos las metralletas y nos fuimos con todo. Estábamos tan enfocados en los sujetos que teníamos enfrente que no nos dimos cuenta que detrás de nosotros estaban llegando más camionetas de la Triada.

Nos dimos cuenta demasiado tarde, cuando prácticamente los teníamos a cinco metros de distancia apuntándonos.

—Bajen las armas y tírense al suelo malditos cerdos —dijo un sujeto.
—Haz caso Nate —tiré el arma, levanté mis manos y me arrodille para echar mi cuerpo al suelo.
—Hemos llegado muy lejos para darnos por vencidos ahora —dijo Nate quien empezó a disparar, derribando a dos sujetos.

En cuestión de segundos, ellos respondieron el fuego. Nate recibió dos balazos en el pecho y uno en el estómago.

—¡NATEE! —Grité su nombre mientras lo veía caer— ¡Malditos!

Recogí mi arma y empecé a disparar, recibí un balazo en el hombro, pero eso no me detuvo a seguir disparando. Me dieron en la pierna y terminé hincándome por el dolor. Aun así, con la poca fuerza que me quedaba y con la única mano que podía mover, levanté el arma para seguir disparando.

—Sí que eres una molestia —dijo el sujeto, me dio un fuerte golpe en la cabeza con la culata de su arma. El golpe fue tan fuerte que me dejó aturdida, en mis oídos solo estaba el sonido de un pitido— Ni siquiera gastaré más balas en ti —Me pateó, lo vi sacar una navaja y cuando estaba a punto de cortar mi garganta, escuché disparos.

Todos los miembros de la Triada que estaban a mi alrededor empezaron a caer, sacudí mi cabeza tratando de recuperarme, tomé mi arma y traté de apuntar, pero mi visión estaba un poco borrosa.

—Hey tranquila, estarás bien —dijo una mujer morena de cabellera negra, con traje militar— Ahora, debo sacarte de aquí —Pasó mi brazo por su cuello y me levantó.
—Espera, mi amigo. Debo ir por él —dije viendo a Nate tirado en el suelo.
—Él ya debe estar muerto, tú sigues viva, tengo que sacarte de aquí.
—No me iré sin él —dije con tono molesto.

—Maldición. Hey cabo, también trae al hombre —le dijo a uno de sus compañeros.
—Gracias, de verdad te lo agradezco mucho —dije, apenas con fuerza para mantenerme de pie, el dolor me estaba matando.
—Bien, ahora mismo te atenderán esas heridas, espero que las balas no hayan tocado partes delicadas —a Nate y a mí nos llevó a una camioneta con herramientas medicas— Debo regresar y apoyar a la policía, la Triada está por caer.
—Espera, ¿Quién eres tú? ¿Cómo te llamas?
—Soy la Mayor de las Fuerzas Armadas, mi nombre es Nyssa al Ghul.

Hola, muchas gracias por leer 3
Espero que me haya dado a entender que en esta parte, pasaron los seis meses que también pasaron en la parte de Ava, para no perder la sincronía con el tiempo. Supongamos que Ava viajó el sábado a Ciudad Estrella y la emboscada contra la Triada, está ocurriendo ese mismo sábado.

Una disculpa por si no fui clara: c

Saludos!