SARA

Una vez que la Mayor al Ghul nos dejó a Nate y a mí, los enfermeros empezaron atender nuestras heridas, a pesar del fuerte dolor que tenía en mi hombro y pierna, a mí solo me preocupaba una cosa.

—Mi amigo, ¿cómo está? —pregunté mirando al enfermero que estaba con Nate.
—Oficial por favor, recuéstese aún no termino de revisar su hombro —dijo el enfermero que me estaba atendiendo.
—Mi amigo, solo quiero saber que él no… que él no está…
—Descuide oficial, el chaleco antibalas detuvo perfectamente los disparos del pecho, al parecer solo el del estómago traspasó ligeramente la protección. Necesito revisar más a fondo y asegurarme que no hay daños en su…

En cuanto asimilé que Nate estaba vivo, la poca fuerza que me mantenía de pie me abandono y me sentí desmayar.

Empecé abrir los ojos observando todo a mi alrededor y me di cuenta que estaba en la habitación de un hospital, cuando estuve más consciente intenté ponerme de pie, pero el dolor en mi pierna y mi hombro me lo impidió, solté un ligero sonido de dolor, por lo que me tuve que volver a recostar.

—Así que has despertado —dijo la Mayor que salvó mi vida entrando a la habitación.
—Mayor al Ghul, ¿qué hace aquí? ¿Qué pasó con la Triada? ¿Dónde está mi amigo? Papá… mi papá, él…

—Nyssa está bien, no es necesario ser tan formal. Su amigo ya está despierto, vengo de hablar con él, seguro mañana lo dan de alta, su herida de bala fue superficial. Se arrestaron a todos los miembros de la Triada que se pudo, algunos murieron y otros escaparon ¿Su papá? Puedo prestarle mi teléfono para que se comunique con sus familiares —dijo con voz firme y seria, sin ningún tipo de expresión en su rostro.
—Mi papá es el Capitán de la policía, Quentin Lance.

—Ya veo, el Capitán Lance está ocupado con la prensa y papeleo, este golpe contra la Triada dará mucho de qué hablar. Tu padre fue inteligente al solicitar apoyo de las fuerzas armadas, como estuvieron las cosas, sin nuestro apoyo varios miembros de la policía hubiesen fallecido.
—Incluyéndome, creo que te debo la vida, muchas gracias.
—Es parte de mi trabajo. En fin, solo quería asegurarme de que tú y tu amigo estuvieran bien.
—Gracias de nuevo.
—Nos vemos Oficial Lance, aamm… ¿Cuál es tu nombre?
—Sara.
—Lo recordaré, recupérate pronto —dijo y se marchó.

Después de unos minutos de que Nyssa se marchó, una enfermera entró a la habitación para revisarme. Me contó que tuve bastante suerte, las balas que se incrustaron en mi cuerpo estaban enteras, por lo que no hubo complicación para sacarlas, lo único que necesito es un par de días en observación y algo de reposo.

—Disculpe enfermera, ¿dónde están mis pertenencias? Necesito mi teléfono.
—Ah, están justo aquí, permítame —dijo mientras me entregaba una bolsa.
—Gracias.

Una vez que saqué mi teléfono y lo desbloqueé, pude ver bastantes llamadas perdidas que tenía de Laurel, olvidé por completo que me dijo que iba a pasar en la tarde a mi apartamento, así que le marqué.

—¡Por fin! ¿Ya viste cuantas llamadas te he hecho? Llevo horas esperando en tu apartamento.
—Lo siento, estoy en el hospital.
—¿Qué? —preguntó asustada.
—Tranquila, estoy bien, es por heridas de bala, pero estoy fuera de peligro, las sacaron sin ninguna complicación ¿Crees que puedas venir acompañarme?
—¿Estuviste en el operativo contra la Triada? Papá me dijo que te no te iba a incluir.
—¿Tú lo sabías? —pregunté indignada.
—A veces me cuenta cosas, en fin, menos mal que estás fuera de peligro, voy para allá.

Una vez que colgué, le envíe un mensaje a Charlie para avisarle la situación, recordé que a esta hora ella debería estar ensañando con su banda. Después llamé a Leonard.

—Cariño, hola. ¿Qué tal tu día? Estaba por llamarte y saber si quieres ir a cenar por ahí —dijo Leonard con tono dulce.
—Qué lindo gracias, pero me temo que no puedo, estoy en el hospital.
—¿Cómo? ¿Qué pasó?
—Larga historia, pero no te preocupes estoy bien, solo quería avisarte.
—Voy para allá y me cuentas que pasó.
—No por favor, Laurel viene para acá, ella pasará la noche conmigo.
—Ves porque te he dicho que es importante que tu familia me acepte.
—Lo sé, lamento eso…
—Bueno no me importa que tu hermana no me soporte, voy para allá.
—No Leonard, no creo que sea buena idea —colgó y no me escuchó.

Genial, esto se pondrá bastante incomodo, recargué mi cabeza hacía atrás, cerré mis ojos y estuve pensando en que palabras usar con Laurel para que no se porte grosera con mi novio.

—Jefa —dijo Nate entrando, mientras me regalaba una gran sonrisa.
—¡Nate! —dije emocionada, pues me alegraba mucho verlo en perfecto estado.
—Así que la libramos hee, no estuve tan mal para ser todavía un novato —dijo sonriendo.
—No estuviste mal, pero ¿qué se te pasó por la cabeza al enfrentarlos así cuando nos tenían acorralados? Amigo mío, no eres de acero, pudiste haber muerto.
—Sí, creo que sería genial poder ser de acero —dijo pensativo, colocando su mano en la barbilla.

Estuvimos hablando un buen rato, le di detalles exactos de todo lo que sucedió después de que se desmayó por los impactos de bala que recibió y que gracias al apoyo de las fuerzas armadas es que seguimos vivos, si no fuera por ellos, posiblemente no estaríamos hablando en este momento.

—Oye y, ¿qué te pareció la Mayor al Ghul? Está guapa, ¿verdad? Fue muy amable al visitarme y preocuparse por mi salud.
—Sí, la verdad es muy guapa, aunque me pareció muy seria, fuera de eso, de verdad siento que le debo la vida.
—Se la debemos —reafirmó Nate.

Nate y yo seguimos platicando cuando mi hermana llegó y prácticamente atrás de ella Leonard entró, les presenté formalmente a Nate y simpatizaron de inmediato, al poco tiempo llegó Charlie y yo me sentía bien, ya que las personas que amo y me importan están conmigo. Como en su momento me lo imaginé, Charlie empezó acosar al pobre de Nate, aunque a él no parecía molestarle.

La única que se veía algo incomoda era Laurel, quien estaba haciendo un gran esfuerzo por convivir con Leonard, pero debe aprender a superar eso, a final de cuentas él es mi pareja, me molesta que mi familia lo juzgue por su pasado, las personas podemos cambiar, reconocer nuestros errores y ser mejor persona.

Al poco tiempo, la puerta de la habitación se abrió y todos nos quedamos en silencio en cuanto vimos entrar a papá.

—Buena noche a todos —dijo con tono serio, mirando a todas las personas.
—Buena noche —respondimos en tono disparejo.
—Háganme un favor y retírense, necesito estar a solas con la oficial Lance.
—Uuuhh —dijo casi en susurro Laurel mientras me veía.
—No te vayas —le respondí articulando con mi boca sin dejar salir mi voz.
—¿Yo también? —preguntó Laurel.
—Usted también puede retirarse abogada Lance —dijo papá y yo tragué saliva.

Todos salieron y yo me empecé acomodar en el respaldo de la cama. Papá debe estar furioso porque desobedecí sus órdenes, seguro me va a degradar, me va a odiar, me dará el castigo más severo, posiblemente no me dirija la palabra en semanas o en meses.

Una vez que la puerta se cerró, él caminó hacia mí, puso la mano sobre mi hombro y me miro con un gesto dulce y preocupado.

—Esto es mi culpa —dijo mientras me veía y vi sus ojos cristalizarse.
—¿Qué? No… papá…
—Mi bebé, mi bebé estuvo a punto de morir… —empezaron a salir lágrimas de sus ojos— la Mayor al Ghul me contó todo, si ella no hubiese llegado, no te tendría aquí conmigo —dijo sollozando y me abrazó.
—Papá… por favor, no te culpes, no lo hagas —lo abracé con más fuerza— Yo fui quien desobedeció tus órdenes. Si me hubiese ido a patrullar como pediste…

—Es que sí es mi culpa, yo no he podido comprender que, aunque eres mi hija, también eres un valioso miembro del departamento, si te hubiese tomado en cuenta para el operativo, no habrías hecho esa locura, yo te habría protegido, ambos habríamos cubierto nuestras espaldas, yo te orille a que tomaras esa decisión, solo para… solo para demostrar lo equivocado que estaba, porque eres lo suficientemente fuerte y capaz… ¿tú crees que no lo sé? Sara, yo lo sé hija, sé que eres una mujer excepcional, pero mi miedo como Padre pudo más, si te hubiera perdido jamás me lo habría perdonado, Sara… lo siento tanto —lo escuché decir entre llanto.

—Papá… —sequé sus lágrimas con mi dedo pulgar mientras sentía las mías rodar por mis mejillas— todo está bien, te amo tanto.
—Y yo a ti Sara —besó mis manos— mi bebé, mi bebé —recargó su frente contra la mía.

Cuando mi papá y yo estuvimos más tranquilos, me dijo que el médico indicó que dos días me mantendrían en observación y después podría ir a casa para una completa recuperación. También dijo que mamá estaba en camino, que estaba muy preocupada por mí y que desde una vez me avisaba que ella exige que mi recuperación sea en casa de mis padres y así mamá estará al pendiente de mí en todo momento.

Cuando papá se marchó, todos los demás entraron preocupados y ansiosos por saber cuál fue el castigo que papá me dio, se sorprendieron al saber lo que en realidad pasó, la verdad es que yo también estaba muy sorprendida y al mismo tiempo agradecida porque papá no se molestó conmigo.

Una vez que mamá llegó, todos los demás se fueron a excepción de Laurel. Leonard me dijo que pasaría la noche en la sala del hospital por si se ofrecía algo, mamá se puso furiosa con su presencia y le exigió que se marchara apoyada por Laurel, él amablemente les negó tu petición, me guiñó su ojo y salió de la habitación.

A la mañana siguiente, la enfermera entró para realizar su revisión de rutina y comentó que todo estaba muy bien, que lo más probable es que mi alta pueda ser mañana por la tarde.

—Necesitaré ropa y quiero limpiarme —dije una vez que la enfermera salió de la habitación.
—Supongo que puedo ir a traerte ropa limpia —dijo Laurel.
—Me parece bien, yo me quedaré con ella y la ayudaré a limpiarse —dijo mamá.
—Gracias hermana, eres la mejor. ¿Trajiste tu auto?
—No, ayer en la mañana lo dejé en el taller, tomaré taxi.
—Leonard está afuera, él te puede llevar y traer.
—Es una broma, ¿no? —dijo molesta.
—Si hija, no digas tonterías. Cómo crees que tu hermana se irá con ese delincuente.
—Mamá, él no es un delincuente, es mi novio y les agradecería mucho que lo respeten y acepten de una buena vez, empieza a ser cansado tener que discutir siempre el mismo tema —dije cruzando los brazos.

Mamá y Laurel intercambiaron miradas asimilando lo que había dicho, no les quedó de otra más que aceptar mi propuesta, así que mi hermana en compañía de Leonard fue a mi apartamento por ropa, artículos de aseo personal y un libro que llevo a la mitad para pasar el rato.

Ese mismo día, Nate pasó a verme y me dijo que lo habían dado de alta y que se iría a casa a descansar. Mi alta fue hasta el día siguiente por la tarde y aunque pensé que me iba a poder ir a mi apartamento, mamá no me dejo ir por ningún motivo, así que fui a la casa de mis padres para continuar mi recuperación.

Sentía mucha nostalgia el volver a entrar a mi vieja habitación, al final me agradó la idea de que mamá estuviese cuidándome ya que me llenaba de mimos y cumplía mis caprichos con la comida que se me antojara, nada como la comida de mamá.

El miércoles por la mañana, mis padres y yo estábamos desayunando, hablando de cualquier cosa hasta que papá abrió bastante los ojos cuando leyó un mensaje de su celular.

—Quentin, que te he dicho sobre no usar el teléfono mientras comemos —dijo mamá molesta.
—Amor esto es importante, mi amigo de la infancia me está avisando que hoy llegará a la Ciudad y que le gustaría mucho verme y a toda mi familia.
—¿Qué amigo? —pregunté curiosa.

—Te he hablado de él bebé, vivimos por años en el mismo vecindario… —el radio de papá empezó a sonar— Aquí el Capitán Lance, ok ok, si está bien, no no, ajá… si, voy para allá —escuché decir a papá— Lo siento, debo irme. Dinah amor de mis amores, preciosa mujer que ilumina mis días, rayo de luz de mis días obscuros…

—¿Qué quieres Lance? —preguntó mamá con rostro serio.
—¿Puedes hacer una cena especial para esta noche? Invitaré a mi amigo a la casa —sonrió de medio lado.
—Ya decía yo que esas palabras bonitas no eran gratis.
—Jaja yo te ayudaré mamá —dije riendo por esa escena entre mis padres.
—Gracias son las mejores, las amo, las amo. Sara avísale a tu hermana —dijo papá regalándonos besos a mamá y a mí.
—Lo haré, ten cuidado, nos vemos en la noche.

Quise acompañar a mamá por las compras para la cena, sin embargo, ella se negó pues mi herida de la pierna es la que está tardando más en sanar y aún camino con dificultad. Desde que ella llegó de hacer las compras, nos dedicamos hacer la cena y la ayudé tanto como mis heridas lo permitieron.

La noche llegó y mi hermana entró a la casa.

—Huele delicioso —dijo respirando profundamente.
—Creo que nos lucimos —dije orgullosa.
—¿Tú cocinaste? Seguro debe saber horrible —dijo con tono burlón.
—¡Oyee! —le reproché y ambas reímos.

Pasado unos minutos, escuchamos la puerta abrirse, seguro es papá y su amigo, así que caminamos hacía la entrada.

—Bienvenidos, pasen están en su casa, pónganse cómodos —escuché decir a papá.
—Buena noche —dijo un hombre de tez morena, barba, de porte fuerte. Vestía un uniforme militar de alto rango.
—Buena noche —escuché la voz de una mujer, abriéndose paso entre mi papá y su amigo.
—Nyssa… —alcancé a decir al ver a la Mayor que tomaba el brazo del amigo de papá.
—Hola Sara —me regaló una sonrisa, por fin le veía otro tipo de expresión que no sea la de seriedad.
—¿Ustedes se conocen? —preguntó el amigo de papá.
—Sí, es una historia que guardé para contarte en la cena —dijo papá— Familia, les presentó a mi amigo Ra's al Ghul.

Los invitados y nosotros nos acomodamos en la sala, papá servía algunos tragos mientras contaba historias de infancia de él y su amigo Ra's, quien es uno de los Generales de las fuerzas armadas, según papá, es uno de los mejores, el más fuerte, respetado y admirado.

Mientras escuchaba las historias, pude notar en algunas ocasionas la mirada de Nyssa sobre mí, su mirada me ponía algo nerviosa, cuando la conocí se veía tan feroz y estricta, siento que ahora estoy viendo a una Nyssa más vulnerable y dócil.

Mamá sirvió la comida y pasamos a cenar, quise sentarme junto a Nyssa pues me llamaba mucho la atención el cambio que le notaba. Esta vez no traía su traje militar, venía vestida de civil y admito que más de una vez perdí la mirada en el lindo escote de su blusa.

La cena estuvo deliciosa y muy amena, el Señor al Ghul y papá tenían montones de historias juntos, que al parecer no se cansaban de contar, todos estábamos muy entretenidos escuchado. También pude notar que mi hermana y Nyssa simpatizaron muy rápido, parecía que tenían años siendo amigas, nadie creería que solo tienen un par de horas de conocerse, yo me limitaba a escuchar y a observar.

Pasadas las horas, Laurel recibió una llamada de Toomy, quien le dijo que estaba afuera de la casa esperando para llevarla a su apartamento, mamá le dijo que invitara a Tommy a pasar, pero ella respondió que él seguro está muy cansado y prefería ir a descansar, mi hermana se despidió de todos y con un gran abrazo de Nyssa, las vi intercambiar números y Laurel se marchó.

—Bueno, creo que es hora de que nosotros también nos retiremos —dijo el Señor al Ghul.
—No no espera, tomémonos una copa más —dijo insistente mi papá y el Señor al Ghul aceptó.

—Mamá, yo iré a mi habitación, me siento muy cansada y la pierna me está empezando a doler.
—De acuerdo cariño, te ayudo a subir las escaleras —dijo mamá.
—Señora Lance, si me lo permite yo puedo ayudarla —dijo Nyssa y por alguna razón me sentí nerviosa.
—¿De verdad? Gracias Nyssa que linda eres, así puedo terminar de recoger la mesa.

Nyssa pasó mi brazo por su cuello, me tomó de la cintura pegando mi cuerpo al de ella, como ella es más alta que yo, fue inevitable que mi mirada quedara a la altura de su escote, ella me atrapó observando sus pechos, inmediatamente pude sentir el rubor en mis mejillas y la pude escuchar soltando una risilla.

Al entrar a mi habitación, me ayudó a sentarme en mi cama y ella se sentó a mi lado. Ambas nos quedamos en silencio, yo no supe que decir, seguía con la imagen de su mirada atrapándome mientras veía su pecho, tal vez está esperando a que me disculpe. La miré de reojo y pude notar que su respiración estaba algo agitada.

—¿Estás bien? —se me ocurrió preguntar.
—No —respondió en automático.
—¿Necesitas algo? —pregunté volteándome hacia ella.

Sin responder, tomó mi mano y se la llevó a su pecho.

—Hay algo que me está ocurriendo contigo y no sé qué es, ¿puedes sentir el cómo mi corazón está tan intranquilo?
—Ajá… —dije sintiendo fuertemente los latidos de su corazón en mi mano.
—Desde que nos despedimos en el hospital, has estado en mi mente. Me sentía desespera buscando una razón para volver a verte, tenía que saber por qué me sentía tan inquieta al pensar en ti. El destino hizo su trabajo y ahora estoy aquí a tu lado, sin saber que me ocurre exactamente.

Ese día, nos despedimos de los al Ghul y al siguiente día Nyssa vino a visitarme en la tarde, estuvimos en mi habitación conversando y conociéndonos más, es una mujer muy interesante e inteligente, me hizo ver que ella tiene más técnicas de combate y acordamos que en cuanto estuviese mejor me las enseñara, no pude evitar sonreír al ver su rostro de alegría al escuchar que yo tenía interés de que nos siguiéramos viendo. Antes de marcharse, preguntó si también podía venir mañana a mi casa, pero le dije que por la tarde estaría regresando a mi apartamento, vi entristecer su rostro, verla tan agobiada me partió el corazón, por eso le regalé un papelito con mi número de teléfono y mi dirección, mencionándole que podía pasar a visitarme cuando ella quisiera.

El viernes por la tarde Laurel llegó por mí, mamá insistió en que me debería quedarme más días, pero ya necesitaba de mi propio espacio, además el hombro ya está bien, solo queda un ligero malestar en la pierna, en pocos días podré volver al trabajo.

Leonard también vino por mí, así que a Laurel no le quedó de otra más que aguantarse e irse con nosotros.

Llegamos al edificio de mi apartamento, por suerte el bendito elevador estaba funcionando, llegamos al quinto piso. Con ayuda de mi hermana y con mucho esfuerzo empecé a caminar hacia la puerta de mi apartamento, a lo lejos pude ver a una mujer alta y rubia observándonos, ¿por qué siento que la conozco? Seguimos caminando.

Sí, yo la conozco, es la mujer valiente de aquella vez, la amiga de la chica Tarazi y Darhk. Caminamos y por fin llegamos a donde estaba ella.

—Ava —dije mientras sonreía.