CAPÍTULO IX
¿UNA PROMESA?
El paso de los días parecía haber alejado los fríos días.
Contenta, Michiru camino hacia el jardín he inclinándose sobre las plantas, con delicadeza acaricio los finos botones que de ellas comenzaban a brotar, luego se acercó un poco más para aspirar su dulce aroma.
"Qué día tan más hermoso. Parece que el invierno terminara antes que de costumbre", maravillada expreso.
"Eso mismo pensé esta mañana", más allá y leyendo el diario, su madre estaba sentada a la metálica mesa. "Este año las flores nacerán antes de la primavera… y no solo ellas", contesto sonriendo, luego sirvió un poco de té en su fina taza.
Michiru se reincorporo, volviendo la mirada hacia ella; "¿No solo las flores?, ¿Qué quieres decir con eso?, madre"
La mujer llevo la bebida a sus labios, pero antes de darle un sorbo, replico a su pregunta; "Sí, con la primavera nacen las flores, las primeras ilusiones y los dulces amores". La sonrisa que al final dibujo estaba cargada de cariño.
Esas palabras sonrojaron a la aguamarina; "¿Qué?"
"La primavera es maravillosa, los corazones como las flores, se abren ante la ilusión del primer amor"
"Ay madre, pero que cosas tan extrañas dices", haciendo como si su explicación no la hubiera sorprendido, desvió la mirada.
"Sabes que no son nada extrañas. Cuando naciste, este día lo mire muy lejano, sin embargo sabia que tarde o temprano llegaría. Ahora podemos hablar de cosas de mujeres, ¿No?"
La joven asintió; "Es verdad… pero"
"Dime"
Michiru respiro profundo antes de continuar. "Madre, hoy es Domingo, saldré a pasear al parque, ¿Hay algún problema con que lo haga?"
"Sabes que no, solo ten cuidado", contesto sin decir aquello que tanto deseaba. Esperaba que fuera su hija quien se atreviera a dar ese gran paso, cosa que así sucedió.
Nerviosa por desear saber algo tan intimo, la chiquilla se mordió los labios. "Madre, ¿Cómo es que se siente la primera ilusión?", venció su cobardía y fue valiente en preguntar.
Katherine sabía a la perfección de ese bello sentimiento, pero también conocía el dolor de amar en silencio; "Cada persona es diferente, esa respuesta esta en tu corazón"
"Si, me gusta. Es la primera vez que algo así me pasa y a decir verdad, no se descifrar mis sentimientos hacia ese hombre", la señorita finalmente admitió.
Katherine se puso de pie y caminando hacia su hija, le acaricio las rosadas mejillas; "Lo sabía, y eso es tan natural que no debes sentir ninguna pena. Mucho menos culpa"
"Madre… perdona por la pregunta y si no quieres responderla lo entenderé, pero… ¿Cómo fue tu primera ilusión?"
La rubia sonrió; "Hija, no importan cuantos años pasen, pero la primera es algo que no se olvida jamás. Puede llegar a ser muy hermosa, pero también en ella puede haber dolor", por un instante en sus ojos asomo una lejana tristeza.
Como si hubiera adivinado lo que su silencio posterior significaba, Michiru calló porque dentro de ella había comprendido que no debía preguntar más. Katherine tendría sus motivos como para callar.
"¡Vaya!, no había nadie en la puerta para recibirme", una voz masculina interrumpió el intimo momento entre madre e hija, haciendo que soltaran el tierno abrazo.
"Isao", la rubia expreso volviéndose hacia él.
El hombre camino hacia ella y cuando estuvieron frente a frente, le echo los brazos al delicado cuello; "Mujer, ¿Qué recibimiento es ese para con tu esposo?", el tono de su voz era dulce, pero en su mirada podía verse el disgusto que su presencia le causaba.
"No sabía que hoy regresarías"
Isao burlonamente beso sus rosados labios; "No sabía que debía avisar de mi llegada a mi propia casa… soy el dueño de todo esto, no tengo porque dar explicaciones"
Ante su tosquedad, Michiru bajo la mirada.
El hombre observo a su hija y soltando a su esposa, camino hacia ella; "No sabes cuanto me alegra volver a ver a mi única hija… Katherine… ¿Sabías que Michiru es mi única hija?... oíste, la única", con cierto afecto beso la mejilla de la aguamarina.
Ante la grotesca indiscreción de su esposo, la mujer le dirigió una mirada de oprobio; "Isao, ya basta. Michiru, déjanos a solas". Esas palabras que sabían y eran de reproche, la habían molestado profundamente. No deseaba que la chiquilla escuchara más de aquello.
"Ya escuchaste a tu madre, Michiru… ve a hacer lo que te gusta", el sujeto resoplo a su hija, quien sin cuestionar, no tuvo de otra más que retirarse. "¿A caso dije algo malo?", molesto se volvió hacia su esposa.
"Isao, no deberías hablar de esas cosas frente a tu hija", su mujer señalo.
"Yo solo dije que Michiru es mi única hija, no encuentro el motivo como para que te enfades"
"Sí, Michiru es la única hija que tienes, pero conmigo"
El señor Kaio soltó una ligera risa burlona, luego tomo a la rubia por la barbilla; "Querida, yo no he mentido, pero eres tú la única que me dio una hija", reprocho como cada cierto tiempo solía hacerlo.
"¿Me culpas de ello?", su corazón y su orgullo estaban ofendidos.
"Mi culpa no es", contesto y entonces le dio la espalda.
Katherine, tragándose su dolor he ignorando sus palabras, tomo el camino contrario a su esposo.Y aunque ninguno de los dos había notado su presencia, oculta detrás del muro Michiru había escuchado su conversación.
Afligida por las palabras de su padre, finalmente la aguamarina comprendió a que se debía ese aparente odio hacia las dos. Sin embargo no dejaría que esa tristeza nublara la felicidad de ese día.
Limpiando las lágrimas que de sus ojos y contra su voluntad habían escapado, encamino sus pasos hacia su habitación y cerrando el fusuma, comenzó con su arreglo personal. No estaba dispuesta a faltar a su cita.
"Nana, nana", elevo la voz para que la mujer la escuchara. Ante su llamado, la señora Matsuko no tardó mucho en aparecer.
"Diga, niña", pregunto desde detrás.
"Casi es hora de ir al parque", dijo ahogando el sollozo que de su pecho quiso escapar.
La anciana, escuchando su gimoteo, así que sin su permiso ingreso en sus aposentos; "Niña, ¿Por qué llora?"
Michiru se volvió hacia ella. No podía evitar sentir el dolor que tan infames palabras le habían causado; "Nana, siempre lo sospeche, pero ahora lo sé. Mi padre no me ama, odia a mi madre por mi culpa. Él quería un hijo de su esposa, pero nací yo... una mujer"
Matsuko la estrecho entre sus brazos para consolarla; "¿Y qué si lo hace? Su padre en verdad no merece a su madre y mucho menos la merece a usted, pero limpie esas lágrimas y sonría, no querrá que ese jovencito tan guapo la vea llorar, ¿O sí?"
La chiquilla sonrió; "Tienes razón, mi madre me adora y eso me basta", soltando el abrazo, camino hacia el tocador para perfumarse un poco.
"Y no solo su madre, yo también la adoro", agrego.
"Lo sé, nana. Lo agradezco", con delicadeza cepillo sus cabellos.
"¿En verdad quiere que la acompañe en su paseo?", cuestiono.
Incrédula por lo que decía, Michiru se volvió hacia ella; "¿A qué se debe ese cambio de percepción?. ¿Te has convencido de que Haruka es un caballero?"
"Se debe a que si a usted le gusta ese chiquillo, nadie puede hacer nada para cambiar ese hecho"
"Me alegra mucho que me entiendas. No tienes nada de que preocuparte, pero si, quiero que me acompañes"
Sentado en su sillón, Isao fumaba un puro al mismo tiempo que leía los diarios.
En silencio y con una mueca burlona, de vez en cuando le dirigía una mirada a Katherine, quien más allá y absorta en su labor, había comenzado a bordar un blanco pañuelo.
"¿Que haces, mujer?", cuestiono tratando de aligerar el ambiente. Aunque sabía que muy seguramente sus terribles palabras la habían lastimado, no estaba nada dispuesto a disculparse.
"Estoy bordando", replico sonriendo y lejos de seguir herida. Michiru era su orgullo y no dejaría que la crueldad del hombre la lastimará.
"Ven, hazle compañía a tu esposo", pidió tendiéndole la mano para que ella caminara hacia él y la tomara.
La rubia sabía que esos arrebatos de amabilidad eran raros, pero siempre fugases; "Estoy aquí", replico sin moverse.
El pelinegro ante su negativa, la miro con indiferencia y entonces volvió la vista al diario. "No te voy a rogar, el orgullo no me lo permite", mascullo.
En ese momento la aguamarina apareció. Ella propiamente vestida para dar un paseo por el parque, se dirigió a la mujer. "Madre, es hora, debo ir"
Katherine finalmente sonrió, cosa que no paso desapercibida para su esposo. Ella, poniéndose de pie, rápidamente se dirigió a su hija. Llevando la mano hacia su rostro, dulcemente le acaricio las mejillas; "Ve, diviértete y cuídate mucho"
"Gracias madre", contesto y entonces dirigió sus pasos hacia la salida.
"Esa hija tuya... su padre acaba de regresar y lo primero que hace es irse a la calle", resoplo un tanto molesto, aunque no sabia si por la discusión con la rubia, o por el hecho de que su hija se marchara.
"Deberías prestarle un poco de atención, ya no es una niña", Katherine contesto.
El hombre secamente respondió; "Es cierto, no me había dado cuenta"
(En el parque)
El viento soplaba, moviendo las ramas de los arboles.
Haruka, sentado en una de las jardineras, impaciente miraba hacia el reloj. Esperaba a que ella llegara.
Entonces el milagro ocurrió.
"Buenas tardes", la voz de la jovencita lo saco de sus pensamientos.
"Buenas tardes", replico sonrojado.
"¿Pensaste que faltaría a nuestro encuentro?", sonriendo sutilmente, la señorita pregunto.
"En ningún momento lo pensé. Confiaba en que vendrías"
La señora Matsuko se alejo para sentarse en una de las bancas que hay había. Ella al igual que Katherine, deseaba que ella fuera feliz.
"¿Caminamos?"
"Hagamoslo", Haruka replico, aunque no supo si debía ofrecerle el brazo para que en él se apoyara. Había visto que eso solo lo hacían los esposos para con sus parejas, los padres para con sus hijas y los hermanos para con sus hermanas. No quería que ella pensara que su gesto se debía a algo más y se ofendiera.
"Este año parece que la primavera se adelantara", fue la aguamarina quien rompió el silencio que entre los dos se había formado.
"Es lo mismo que pensé. Del ambiente se puede aspirar el prematuro aroma de las flores"
"Es curioso, hace algunas semanas parecía que no iba a dejar de nevar. Qué hermoso tiempo hace, ¿Verdad?"
"Demasiado, todo dejo de ser blanco y ahora comienza a brillar con un hermoso verde", el mozo contestó.
A su lado, las parejas caminaban tomadas del brazo.
Sonrojada y nerviosa por esas bellas y tiernas escenas, Michiru desvió la mirada, aunque deseaba poder apoyarse en él, expreso haciendo a un lado esa idea; "De haber sabido que el parque estaría tan hermoso, hubiera traído mis materiales"
"¿Materiales?"
"Sí, mi libreta de bocetos. Adoro pintar", la chiquilla añadió.
"Ese es hermoso talento", el rubio admitió.
"Más hermoso es lo que se plasma. En ello radica la belleza de ese arte"
"Vaya, tienes una forma muy poética de hablar", Tenou dijo.
Michiru soltó una ligera risa; "No me había dado cuenta de eso. Es el efecto de la próxima primavera"
"Un buen efecto en todos. La gente sonríe más, se le ve más feliz"
"Lo es… ¿Sabes?, ahora una duda ronda mi cabeza… ¿Te gustaría ser el motivo de una de mis pinturas?"
Ante esa preposición, Tenou soltó una carcajada.
"¿Dije algo malo?" Michiru pregunto con un asomo de preocupación en su rostro.
Comprendiendo que había sido una indiscreción, Tenou recobró la debida compostura; "Lamento haberme reído, pero hace un momento has dicho que solo se puede plasmar lo hermoso, no a alguien como yo"
Las mejillas de la aguamarina se volvieron a encender; "¿Consideras que la belleza solo se puede encontrar en las mujeres y en los paisajes?"
"Esos siempre son motivos de inspiración para los pintores. Rara vez su trabajo es diferente a eso", el mozo se encogió de hombros.
"¿Consideras que es imposible retratar la belleza masculina?"
"Mejor dicho… ¿Encuentras mi masculinidad bella como para tomarte el tiempo de pintarla?", Tenou preguntó.
"Y si digo que si, ¿Aceptaras ser mi modelo?", la jovencita contesto retadoramente.
"Solo espero no decepcionarla"
"No lo harás. Es erróneo pensar que en lo masculino no se puede encontrar belleza. Yo considero que en lo masculino, puede haber un toque de sutileza y feminidad... Eso es algo que encuentro en tu mirada", maravillada por esos ojos verdes, no pudo evitar decir.
Eso ultimo perturbo al rubio, haciendo que el corazón se le acelerara. Ella parecía estar cerca de adivinar su secreto. Sí ese era el caso, debía ser más cuidadoso en sus formas; "¿Estas diciendo que mi mirada es la de una mujer?", Temblando pregunto. Sus manos sudaban y un frío recorrió su espalda.
Pensando que lo había ofendido, Michiru negó con la cabeza con total seriedad; "Has mal interpretado mis palabras, yo no dije eso. Tu mirada es fría y fiera, pero aveces es brillante y dulce. En ella encuentro la feminidad que ese arte requiere"
"Ya entiendo... pero ¿Es la primera vez que pinta a un hombre?", su explicación hizo que sus miembros se relajaran.
Michiru asintió; "Sí. En una ocasión lo intente con mi padre, pero encontré tres problemas. La primera es que no hay ninguna sutileza en sus facciones, la segunda es que sonreía poco y es demasiado inquieto"
"Creo poder imaginar como debió haber sido", Tenou recordó el primer y único encuentro que había tenido con él.
"Algo así fue. No volví a intentarlo hasta ahora"
"¿Tan interesante le resulto mi rostro?"
"Demasiado", con un brillo en sus azules ojos contesto.
"Aún no me has dicho como es que te gustaría pintarme"
Michiru sonrió; "Es lo mismo que ahora pensaba, me gustaría tomar de fondo este parque, aunque también al océano, aunque me inclino más por presentarte como un príncipe"
"¿Un príncipe... yo?"
"¿Por que no?, quizás en otra vida fuiste uno, quizás hasta nos conocimos y ahora te recuerdo así, como a un príncipe"
"¿Cree en esas cosas de la reencarnación?", con tono serio se atrevió a preguntar algo que él consideraba tonto.
"Ahora lo hago. Pienso que no importa cuantas vidas o cuantos años tengan que pasar, ni la distancia, sí las personas están destinadas a encontrarse, entonces lo harán"
"Tienes razón, por algún motivo conocemos a todas aquellas personas que nos rodean"
"Sí. Por ejemplo nosotros. Usted vino de tan lejos, esa noche por primera vez en mi vida decidí salir sola. ¿Lo ves?, no fue una casualidad que los dos nos hayamos encontrado en el mismo lugar y que más tarde usted haya acudido en mi auxilio. Fue el destino quien volvió a reunirnos por alguna razón"
"¿Cual sera?"
La señorita se mordió los labios; "Quizás se deba a una promesa que hicimos en alguna otra vida"
El rubio la miro con extrañeza; "¿Una promesa de eternidad?"
"Si, una promesa de eternidad. Si es que en otra vida nos conocimos he hicimos una promesa, quizás el destino nos esta dando la oportunidad de cumplirla, o de volver a hacerlo. No sé qué será, pero sería interesante averiguarlo, ¿No lo cree?"
Tenou asintió y justo cuando estaba por responder, observaron que la nana rapidamente se dirigía ellos.
"Niña, niña", agitada y nerviosa la llamo.
"¿Qué ocurre, nana?", pregunto ella ante su alterado estado.
"Es su padre, niña. Lo he visto caminar por la acera de enfrente. Si la ve junto a este joven, nos va a matar ya no a los tres, sino a los cuatro por desobedecerle"
"Dioses, es verdad", nerviosa se llevo la mano al pecho.
Haruka comprendió a la perfección lo que eso significaba. Haciendo una corta reverencia hacia ella, dijo; "Me marcho no debo arriesgarla... ni hoy ni nunca. Será mejor que no volvamos a vernos"
Tan inquietante petición hizo que el corazón de Michiru convulsionara; "¿No.. no volver a vernos?"
"Sí, no me gustaría que su padre se enfadara con usted y mucho menos por mi causa", Haruka contestó sin verdaderas intenciones de dejarla ir. Le gustaba su compañía y esa forma tan exquisita que tenia para hablar.
"Entiendo, ¿Le tiene miedo?"
"Sí, pero no porque yo sea un cobarde, le temo por usted. No quiero ser la causa por la que él llegue a lastimarla. No me lo perdonaría", clavo su verde mirada en la de ella.
La señorita Kaio negó con la cabeza; "Entonces podrá castigarme porque ahora que el destino me ha llevado a encontrarte, sea cual sea su razón, estoy dispuesta a asumir el riesgo. ¿No te pasa igual?"
Haruka, luchando contra lo que su razón le decía, por un momento cerró los ojos, luego los abrió y asintió; "Tienes razón, no podemos huir al destino. Aquí estaré el próximo Domingo"
"Gracias, hasta entonces", expreso y entonces junto a su nana comenzó a alejarse.
"Niña, esto es muy peligroso. Su padre no se lo perdonara jamas"
"Que no lo haga y me maldiga. Sí este hombre es mi eterna felicidad, entonces estoy dispuesta a herir su orgullo", Michiru Kaio con toda la valentía que había en su corazón, expreso.
Notas de autor;
Richard Thomas Wayne; Gracias por leerme.
Isavellcota; Ella es una gran mujer, odia a su esposo por despreciar a su única hija. Él la odia porque Michiru no es lo que tanto deseaba.
Kaiohmaru; La nana quiere todo el bien para su niña, desea protegerla hasta de su padre. Haruka deberá darse cuenta de que Michiru se muere por él.
Michelle; Sí, ese es su resentimiento hacia ella.
Unbrekeablewarrior; Su madre en verdad es una mujer muy bella, no solo físicamente, también por esos sentimientos tan blancos que posee.
Osaka; Por eso Haruka no esta interesada en ella. No busca ilusionarla a ella ni a ninguna otra.
Hotaru Tomoe; Por la época en que esto se desarrolla, Haruka lleva todas las de perder. Isao no debe descubrir su secreto porque de hacerlo sera todo un problema para ella. Solo imagina las repercusiones en una sociedad machista como esa.
HaruTenoh11; Haruka tiene prohibido enamorarse, sea de un hombre o de una mujer. Ante todo esta primero su secreto y su seguridad. Imagínate que se enamore de otro hombre siendo "un hombre", o de una mujer siendo una. Que problemático.
Kyoky; Esta Michiru es mas "aventada" que sus vidas anteriores. Haruka por el contrario es mas pasiva, aunque de cuando en cuando se le salga uno que otro coqueteo hacia ella. Esta vez se invirtieron los papeles.
Guest; Gracias :)
