CAPÍTULO X

MIRADAS QUE HABLAN

(Tiempo después)

Días y noches se habían sumado una vez más, alejando al inclemente invierno y trayendo consigo el primer Domingo del tercer mes.

Dentro de los jardines que rodeaban el hermoso templo, ahí y de pie bajo la sombra de un frondoso árbol, el bello rubio posaba para aquella mujer de cabellos aguamarina, quien sentada frente al lienzo daba los últimos retoques a su pintura.

Ese lugar habían elegido para tan clandestino encuentro, y es que Isao no era un hombre de fe y raramente, por no decir que nunca, asistía al recinto o llegaba a caminar por los alrededores. De esa forma se habían asegurado de no ser descubiertos.Y aunque la joven siempre era acompañada por la nana, ella se mantenía a prudente distancia y sin intervenir.

"Espera un poco y estará listo", la aguamarina expreso sin verdaderas intenciones de concluirlo. Sin embargo debía hacerlo porque las miradas de los curiosos que por ahí pasaban, se posaban sobre ellos al punto de incomodarlos.

"Lo sé", contesto con las mejillas ruborizadas. No era para menos, si las mujeres llegaban a observarlo con un detenimiento que aveces rayaba en lo descarado. Él por el contrario, solo podía mirar a una cuyos rebeldes cabellos caían por sobre sus menudos hombros.

"Solo hace falta un último fino trazo y entonces estará listo", Kaio expreso y firmando su obra, dio por concluida su labor.

Tenou respiro aliviado y relajando su tenso y adolorido cuerpo, se dirigió a ella para contemplar la pintura; "En ningún momento me permitiste ver tu trabajo, ¿Ahora si me dejaras hacerlo?"

"Por supuesto. Es mi regalo para ti. "¿Te gusta?", cuestiono al mismo tiempo que en su pálido rostro trataba de adivinar sus expresiones y pensamientos. El rubio lo contemplo y entonces la sorpresa acudió a él, cosa que no paso desapercibida para la chiquilla. "¿No te gusta?", cuestiono con un ligero tono de preocupación.

"Me gusta y mucho", replicó al mismo tiempo que con detenimiento recorría cada trazo realizado por esas delicadas manos que en silencio había comenzado a amar.

La imagen, bien presentada hasta el más mínimo detalle, retrataba al rubio envuelto en un clámide. Bajando de entre las blancas nubes y con las manos extendidas hacia la mujer que debajo de las oscuras aguas de un océano por él esperaba. Ceñida a la menuda cintura llevaba una espada mientras que sobre la espalda llevaba la cabeza de la terrible medusa.

"Entonces, ¿Por qué te has quedado sin palabras?", nerviosa miro sus labios en espera de que estos se movieran y le dieran la ansiada respuesta.

"En tu pintura… ¿Soy un Dios… o un príncipe?"

"Ambos", fue la corta contestación que ofreció, pero no porque las palabras le faltaran, sino porque no pudo hacerlo. Había momentos en los que prefería que los labios callaran y los ojos hablaran, aunque él parecía no adivinar que era aquello que en silencio trataban de decirle.

El tiempo transcurrido al lado de ese hombre finalmente la habían llevado a descifrar que eran esos extraños sentimientos que durante el invierno habían comenzado a florecer en su alma. Ya no podía seguir negando que lo amaba. Era por eso que no quería terminar su obra, porque una vez que lo hiciera, no podría volver a verle a detalle sin que él lo notara.

Deseaba un solo beso suyo y un solo toque intimo de sus manos, aunque eso significara que no pudiera retenerle para siempre. Si, le amaba tanto, que dispuesta estaba a entregarse a él, aunque luego se marchara y se llevara su honra.

Contrario a lo que ella imaginaba, el rubio algo parecido había comenzado a experimentar. Algo que dado su naturaleza, trataba de negarse.

Todo había empezado aquella tarde en que por primera vez la miro frente al caballete. Fue como si un lejano recuerdo de esa otra vida de la que ella le hubiera hablado, tratara de decirle que era eso que el destino buscaba de ellos.

Su corazón se agitaba y cada vez que la escuchaba hablar, un sopor se apoderaba de sus mejillas. Sí, la amaba en un silencio aún mas sepulcral que el de la chiquilla.

La primavera no solo había florecido en los tupidos jardines, también lo había hecho en sus tiernos y jóvenes corazones.

Ambos cobardes, luchaban contra aquello que en sus almas y en otro tiempo había nacido.

"¿Has pensado en qué lugar lo colocaras?", Kaio cuestiono.

"¿Colocarlo?"

"Por supuesto, es tuyo. Es mi regalo para ti", contesto sonriente.

"No podría aceptarlo"

"¿Por qué no?"

"Lo haré si me permites pagarlo", el rubio contesto.

"Entonces tendré que echarlo al fuego. Es tuyo, lo hice porque quería y para siempre, retratar tu masculinidad en él", replico.

Haruka estuvo a punto de responder, sin embargo algo en la lejanía atrajo su atención.

Fiódor Nikoláyevich, el marinero extranjero, como solía hacer para su sustento y para algún día poder regresar a su lejano hogar, tocaba su concertina, alegrando el ambiente con sus versos. Versos que nadie podía entender, pero que de igual manera disfrutaban.

Tenou, por raro que pudiera llegar a parecer, sentía una extraña atracción hacía ese hombre. Y no era porque le quisiera, más bien se debía a que como no había conocido a su padre, le gustaba imaginar que había sido como él.

Los transeúntes, maravillados con su melodía, en su negro gorro echaban unas cuantas monedas. Él sonriendo, les dedicaba un gentil "Gracias".

El hombre siguió avanzando y una vez que camino junto a los setos del templo, como cada Domingo observo que ahí estaban el rubio y la aguamarina.

Sonriendo para ambos, hizo una pausa y entonces fijo la negra mirada en la señorita, cosa que a ella la incomodo.

"Privyet, Haruka", finalmente expreso.

"Hola, Fiódor", contesto.

El hombre observo como las mejillas de ambos chiquillos estaban encendidas y entonces, comenzó a entonar aquellos versos que sabía y Haruka si entendía; "A lo largo de la acera la tormenta cae. Espera amada mía, deja que beba y disfrute de tu hermosura"

"La primavera ha llegado, los cerezos pronto florecerán. La nieve se ha ido", Tenou señalo riendo.

"Da", la sonrisa en su rostro era juguetona. Y es que adoraba entonar esa melodía cada vez que veía que esos dos estaban juntos, pero ¿Por que?

"Ya entiendo. Sabes que esa melodía me gusta... ¿Verdad?", Tenou cuestiono lejos de imaginar lo que Fiódor pensaba de ambos.

El marinero sonrió, se encogió de hombros y luego continuo su camino.

"¿Lo conoces?", pregunto la aguamarina con una ligera mueca de molestia. Eso se debía a que ese sujeto siempre aparecía para interrumpir la amena conversación entre los dos. Y quien sabe, quizás hasta estaba celosa de él.

"Sé que de llama Fiódor, viene de muy lejos y espera regresar pronto a su casa. Su esposa pronto tendrá un hijo", replico a su duda.

"¿Sabes que dice su melodía?"

"Habla de la nieve y una mujer bonita", contesto ruborizado.

"Entiendo"

Ryo, el sujeto que durante los primeros días de escuela hubiera sido un estorbo para el rubio, y que en ese momento acompañaba a su madre y a su hermana en sus oraciones, observo que esos dos reían con singular alergia. Eso fue algo que hizo que montara en cólera. Más dado el lugar en el que se encontraba, lo dejo pasar. Ya habría momento de hacerle frente por tan terrible osadía.


(Esa noche)

Sentada ante la ventana de su habitación, la hermosa aguamarina permanencia con las rodillas flexionadas hacia su pecho mientras que de sus ojos una que otra lagrima escapaba.

"¿Que haces?", pregunto su madre al verla en ese estado de profunda melancolía.

"Miraba por la ventana"

Katherine entonces se sentó a su lado para acariciarle los sedosos cabellos "¿Hay algo de lo que quieras hablar?". Ella en su momento deseo una madre con quien hacerlo, ahora no le negaría a su hija la oportunidad de poder expresar aquello que le torturaba.

Michiru se limpio las lagrimas, luego asintió; "Sí madre"

"No dices nada, pero durante las ultimas noches te he visto llorar, ¿Lo haces por él?"

"Sí. Después de todo este tiempo finalmente he comprendido que es lo que por él siento. Lo amo, ya no puedo negarlo", contesto antes de romper a llorar sobre el regazo de la rubia.

Katherine cariñosamente sonrió ante la gran confesión de esa niña que de a poco se volvía mujer; "El amor es muy hermoso, pero también en él hay sufrimiento. No debería ser de esa forma, pero lo es. Sería algo demasiado bello el que todos los corazones fueran correspondidos"

"Duele, duele mucho. Él parece no darse cuenta de lo que siento. Es horrible sentir esto y no poder decirlo, ¿Para que amar?, si mi cariño no va a ser correspondido"

"Jamas maldigas al amor. Es lo más puro que una persona puede llegar a sentir por otra"

"Lo es, pero él no me ama ni jamas lo hará. Soy una cobarde por no poder sincerarme con él"

La rubia negó con la cabeza al recordar ese viejo, pero aún persistente amor que sentía hacia el joven Albert; "Entiendo, hija. Aunque no lo creas, puedo sentir tu dolor"


(Otro día)

Las clases transcurrieron con aparente calma. Ryo, aún molesto por lo que había visto la tarde anterior, espero a que estas terminaran para confrontar al hermoso rubio. Cosa que así sucedió.

Caminando con calma y los libros bajo el brazo, del ambiente Haruka aspiraba el dulce aroma de las flores, hasta que esos tres sujetos aparecieron a sus espaldas, rompiendo la paz en la que se encontraba.

"Oye campesino… ¿Creíste que nos habíamos olvidado de ti?", el pelinegro cuestiono con tono elevado para que se volviera hacía él.

"No tengo por que discutir, ademas no tengo ningún problema contigo. Deja de buscarlos", replico continuando su marcha.

"Sé un hombre, así como lo eres para otras cosas. No me des la espalda", molesto, Ryo expreso y entonces con violencia lo tomo por el hombro para que le diera la cara.

"No me toques", Tenou replico empujándolo para que le soltara.

"Eso, enfádate. Ven y pelea, cobarde", con rapidez se acomodo las mangas del gakuran, luego tomo una postura de defensa.

"¿Por qué he de hacerlo. No entiendo que es lo que quieres de mi", sin ánimos de pelear, el mozo replico tratando de evitar cualquier altercado.

El chiquillo se burlo y entonces expreso; "Lo sabes, no hagas como que no. Eres educado, pero sigues siendo un sucio campesino. Hueles a estiércol, tus manos están llenas de tierra. Das asco"

"No voy a permitir que me ofendas de esa manera", enfadado, Haruka dejo caer sus libros para hacerle frente.

"Ayer te he visto hablar con una joven. No voy a permitir que un campesino lleno de piojos e infecciones, se folle a nuestras mujeres", grito lanzándose sobre él para golpearle.

"¿Qué has dicho?", enfadado, pregunto esquivando su torpe golpe.

"No hagas como que no lo sabes. Ella no luce como una campesina, pero se comporta como una ramera barata... o quizás solo lo hizo porque te tiene lastima. ¡Vaya! estomago tiene como para revolcarse contigo", burlonamente volvió a alzar la voz.

Esa horrible ofensa lanzada hacia la aguamarina, era algo que el rubio no permitiría. Entonces se fue con él a los golpes. "No hables de esa forma de la señorita"

"Obligame a no llamarle puta a tu amiguita", un golpe certero y entonces Ryo lo hirió en el labio, haciendo que la sangre brotara.

"Basta... basta", una voz masculina interrumpió y entonces con fuerza tomo al pelinegro para separarlos.

"Sueltame, maldito. Deja que le de su merecido a este desgraciado. No querrás que este sujeto se acueste con tu hermana... o con tu hija", grito luchando por liberarse.

"Niet, yo no soltarte", el hombre contesto riendo ante sus inútiles esfuerzos.

Ryo, comprendiendo quien era el corpulento sujeto que había logrado someterlo, relajo sus miembros y entonces replico; "Tu ganas, déjame ir"

Fiódor lo soltó, entonces se acerco a su oído y riendo, le advirtió; "No volver a molestar a Haruka... Haruka ser amigo mio". Sabía que jamas se atrevería a hacerlo.

"Esta bien, viejo. Yo solo estaba jugando con él", temblando el muy cobarde, se rindió

Ryo y sus cómplices, sabiendo que no tendrían oportunidad contra él, apenados se alejaron.

"¿Estas bien?, Nikoláyevich sonrió para el rubio, luego se alejo poco y entonces regreso con un par de helados. "Esto ayudar a tu labio", dijo extendiéndole uno para que lo tomara.

"Spasiva", el mozo contesto tomándolo con una mano mientras que con la otra y su pañuelo trataba de detener el flujo de sangre.

"¿Qué suceder?... ¿Por que pelear?", contesto sentándose a su lado.

"Ni siquiera vale la pena mencionarlo", aún enfadado escupió a un lado la sangre de su herida.

"Debió ser serio. Problemas nunca ser buenos"

"Ese tonto cree que me acuesto con una señorita de sociedad", aún molesto, se atrevió a contestar.

Fiódor rió abiertamente y sin poder contenerse.

"Oye. La honra de una mujer esta de por medio. No podía dejar que hablara de esa manera, tú no deberías reírte"

"¿Y eso ser cierto?", el marinero pregunto recobrando la compostura.

"No. Es una calumnia. Comprende que yo no iba a permitir que se mofara de ella"

"Yo lamento reír", apenado desvió la mirada para fijarla en el cielo. "Supongo él hablar de mujer que ayer y siempre estar contigo... ¿Quién ser ella", su tono se volvió serio al igual que las expresiones de su rostro.

"No deberías preguntar esas cosas, estas casado y pronto tendrás un hijo", el rubio contesto riendo.

Fiódor Nikoláyevich negó con la cabeza; "Niet Haruka, yo no preguntar por eso. Yo respetar mujeres de amigos y tú ser amigo mio"

¿Entonces?", ligeramente el mozo se encogió de hombros.

"Soy hombre, tú ser no niño, pero ser joven, muy joven. Yo conocer mejor mujeres. ¿No darte cuenta?"

"¿De que tengo que darme cuenta?"

Entonces Fiódor fijo su negra mirada en la de él. "Cada Domingo, desde hace dos meses, yo verte con ella en templo. Yo ver en su mirada que tú gustarle a esa mujer", dijo con total seriedad.

Esas palabras hicieron que el rubio se estremeciera y negara con la cabeza; "¿Yo le gusto a esa mujer?... eso es más que imposible", volvió a negar como tratando de alejar esa idea.

"No ser imposible. Tú no solo gustarle, ella quererte", el hombre añadió..

"No, no lo creo. Algo así no puede ser"

"Ella quererte, mirar sus ojos, ellos hablan y querer comerte… ¿Tú no darte cuenta?... ¿O no querer darte cuenta?"

"No sé de que hablas", el joven se puso de pie con intenciones de retirarse.

Fiódor lo tomo por la manga del negro gakuran para detenerle; "¿Y tú.. quererla?... no negarlo"

El rubio bajo la mirada al mismo tiempo que relajaba la tensa postura de su cuerpo. Luego negó con la cabeza; "No sé que es lo que siento por ella. Alguna vez ya me había pasado por alguien, pero no de esta manera. Es algo que me quema el corazón y hasta el alma. No quiero sentir nada de esto"

"¿Por que negarlo?, tú ir y decirle que quererla. Ella aceptara tuyos sentimientos", hablo como el padre que pronto sería.

"Eso es algo que jamas entendederas. Yo no debo amarla, ella no puede ni debe quererme. Jamas podríamos estar juntos", expreso al mismo tiempo que las lagrimas le nublaban la verde mirada.

"¿Por qué tú pensar eso?. Si los dos quererse, ¿Por qué no internarlo y ser felices?. Amor ser muy bonito"

"Por que no es posible. Es algo… es… no puedo hacerle algo así. Ella me odiaría por siempre. Mi cariño la destruiría, solo podríamos hacernos daño"

"Nadie debe sufrir por amor, amor mutuo ser bello. No oponerte a destino"

"Debo hacerlo, por él bien de ambos"

Fiódor tomo a Haruka por los hombros; "Mirarme. Yo entender que sentir tú. Yo amar mujer que no ser para mi. Ella rica, yo pobre. Una noche escapar. Somos felices, aunque yo lejos de ella. Tú no deber escuchar sociedad, tú escuchar corazón. Sí tú querer y ella quererte, no escapar a sentimientos buenos"

Tenou sonrió, sabiendo que jamas podría estar con ella. No importaba cuanto se quisieran, su cariño era algo imposible.


(Notas de autor)

Michelle; ambos se acobardan, pero al menos ya le dijeron que ella también lo quiere. Esperemos y eso sirva de acercamiento para ambos. Si, por eso odia a su única hija, que malo.

kaiohmaru; Michiru por amor es capaz e dejarlo todo, también Haruka.

Isavellcota; Ese hombre valora más el valor de las cosas, que a su esposa y a su hija. Por eso no es feliz ni ha hecho feliz a los demás.

Unbrekeablearrior; Gracias. Si ese amor es de lo peor.

Osaka; Exacto, Michiru no sabe como es la vida. Queda ver si por amor se lanza a la aventura por Haruka, o prefiere quedarse en su comodidad.

HaruTenoh11; Recuerda que Haruka siempre intenta huir a sus sentimientos, si huye a algo tan importante, con mayor razón cuando se trata de una pintura, quizás cree que Michiru le pedirá un desnudo XD.

Hotaru Tomoe; No,no son hermanas. Algo asís ería aun más problemático de lo que ya es.

Guest Again; Y mucho, pero mucho drama :)