CAPÍTULO XII
FLORES Y AMORES
Y por fin la primavera hizo su triunfante y tan esperado arribo, apartando el frió invierno y trayendo consigo el dulce vapor de las flores que comenzaban a tupir las verdes jardineras de los alrededores. Los traviesos insectos atraídos por su néctar, se posaban sobre sus brillantes pétalos.
Las aves como habiendo despertado de un largo letargo, abandonaban las copas de los arboles para revolotear aquí y allá al mismo tiempo que contentas emitían sus cantos. Sobre sus nidos, los polluelos que hubieran nacido durante los últimos días se regocijaban ante la cálida caricia del dorado sol.
Y al igual que los insectos, las flores y las aves, por las calles y el parque las jóvenes parejas comenzaban a abundar.
Sonrientes, algunas amorosamente paseaban tomadas del brazo mientras que otras aún cobardes por no poder sincerarse, permanecían a prudente distancia el uno del otro, así como aquella que aunque iban juntos, juntos no estaban.
Ruborizada, nerviosa y deseando poder apoyarse en el brazo de su amado rubio, Michiru caminaba junto a él y no como las demás parejas lo hacían. Y es que la antigua costumbre que no era otra cosa más un acto de sumisión, dictaba que ellos debían ir un paso o dos adelante de ellas, así como si fueran sus guías. En eso y en muchas otras cosas, la jovencita para nada estaba de acuerdo.
"Me alegra mucho que la primavera por fin haya llegado", expreso acomodándose el cabello que la suave brisa le había despeinado. "Sonara extraño, pero siento que esta en particular será muy diferente a cualquier otra"
Bajo el brazo, Haruka llevaba la libreta de bocetos de la señorita; "Lo mismo me pasa, quizás se deba a la sensación que el invierno nos dejo", replico mientras observaba como los altos cerezos y ante el toque del viento, dejaban caer sus rosadas hojas.
"Hacía falta un poco de su cálida caricia", dijo dirigiéndole un corta mirada mientras que en silencio se volvía a hacer aquella pregunta; "¿Cuándo podre dejar de sentirme apenada ante su presencia?"
Haruka entonces volvió la vista hacia atrás, percatándose de que por primera vez desde la noche en que se conocieron, estaban a solas; "¿Y tu nana?", cuestiono buscándola con la mirada.
Michiru sonrió con las mejillas hirviendo en pena; "Mi madre me ha dejado salir sin su compañía. Confía en ti, siéntete alagado… pero, ¿Por qué preguntas por ella?, ¿Tú no confías en mi?"
"No, no es eso", contesto el otro sintiendo como sus mejillas también se encendían.
"Entonces, ¿Qué ocurre?", pregunto la jovencita."
"Me preocupa mucho que él nos vea", Tenou replico con cierto temor.
"No tienes porque tener miedo. Mi padre salio en uno de sus viajes de negocios, aunque muy seguramente estará por ahí con alguna de sus amantes. A mi madre la hace en casa y a mi aprendiendo con alguna institutriz para convertirme en una buena esposa"
Haruka se encogió un poco de hombros y sin siquiera pensarlo, murmuro; "En verdad no sé como tu madre...", pero al darse cuenta de su atrevimiento, cerró y apretó los imprudentes labios.
Michiru ante su sutil indiscreción rió un poco; "Entiendo a la perfección lo que estabas por decir. Yo misma lo he pensado muchas veces"
"Lamento haberme entrometido en asunto tan intimo", añadió ruborizado y metiendo ambas manos en los bolsillos de su pantalón.
"Es la realidad. Yo tampoco puedo entender como es que mi madre ha soportado el vivir tantos años a su lado… es terrible"
"No hay mucho que pensar al respecto, lo ama demasiado"
"Quizás, aunque quien sabe", replico la chiquilla. "Pocas veces es un hombre amoroso y cuando lo es, me da la impresión de que solo finge para hacernos sentir bien"
"Quizás si lo sea, pero es de esos hombres que no gustan de mostrar sus afectos para no parecer débiles ante los demás"
"Alguna gracia tendría como para haber atraído a mi madre. En fin, haya sido como haya sido, no cambia el hecho de que él nos odia", entristecida bajo la mirada al recordar lo que aquella tarde lo escucho decir.
"Por favor, no digas eso, eres su hija", Tenou contesto a tan grotesca idea.
"He ahí el motivo de su odio, soy su hija, no el hijo que él tanto deseaba", añadió dibujando una corta sonrisa en sus labios.
"Sí que es un hombre por demás extraño. Orgulloso debería de estar"
"Lo es… mira", observando un cerezo cuyas ramas eran frondosas, la mujer lo señalo. "Podríamos sentarnos bajo su sombra mientras lo dibujo"
"Hagamoslo"
Mientras caminaban con pasos lentos, quizás para hacer más largo su bello paseo, Kaio observaba a su acompañante, lamentándose el no poder confesarle sus sentimientos y es que si lo hacía, ¿Qué llegaría a pensar él de una mujer tan atrevida?
De pronto y del otro lado de la acera, la escandalosa risa de tres mujeres se dejo escuchar, atrayendo con su belleza y su descarado comportamiento la mirada de los curiosos que podían darse el lujo de disfrutar de su placentera compañía. Y es que todo tiene un precio y esa no era la excepción.
Molestas, las jóvenes mujeres negaban con la cabeza, desviaban la mirada, o simplemente ignoraban su procaz presencia.
"¿Qué ves?", una de ellas rió y expreso al mismo tiempo que un chiquillo le sonreía.
"Tan solo es un mocoso. Ve a casa con mamá", otra rió de forma abierta.
Alzándose el kimono por encima de sus rodillas y mostrando sus bien formadas piernas, la tercera expreso para con el anciano que ante ellas se hubiera quitado el sombrero; "Si quieres esto, tendrás que pagar"
El hombre no contesto ante el tentador ofrecimiento, pero esa lasciva sonrisa y esa mirada bastaron para que ellas pudieran adivinar sus impíos pensamientos.
A lo largo de la calle y con ese comportamiento, las tres continuaron su marcha.
Una de ellas al pasar junto al rubio sonrió y tendiéndole un poco la mano, en la suya entrego algo. Cosa que no paso desapercibida para la aguamarina, quien ante su indiscreción, frunció el entrecejo.
"Pero qué hermoso hombresito", dijo la segunda haciendo que la tercera riera un poco.
"Ven cuando quieras"
"No solo las puertas están abiertas", señalo la primera.
Haruka también sonrió e hizo una reverencia hacia las tres damas, quienes habían ignorado por completo la presencia de la señorita que le acompañaba.
Tan desvergonzado espectáculo hizo que en el rostro de Michiru se adivinara la ira y el desagrado que eso le causaba, así que nada dispuesta a tolerarlo y siendo más valiente que las otras mujeres, tomo del brazo al rubio, como indicándoles que estaba con ella y para nada disponible, o al menos no en publico.
Ante lo que ellas consideraban un gesto tonto por parte de la chiquilla, las tres rieron y continuando su camino, hicieron a lo largo de la ancha y abarrotada calle lo mismo que con su amado.
Tenou abrió la palma de su mano y comprendiendo que su proceder también había sido un poco procaz, rompió la tarjeta que la mujer le había entregado y en la cual se podía leer una dirección.
Sin decir nada y aún muy molesta, Michiru lo libero de su agarre.
"¿Ocurre algo?", Haruka cuestiono al ver su rostro.
"No es nada, estoy bien", replico de forma seca.
"¿Esas mujeres te incomodan, verdad?", pregunto y luego con su dedo señalo hacia atrás.
"Sí, un poco", replico fingiendo que todo estaba bien, aunque en su interior estaba totalmente desecha.
"¿Por qué?", sin entender, el joven cuestiono.
"No me gusta la forma en la actúan, eso es todo"
"Tienes razón, no es el lugar ni la hora", ligeramente el mozo asintió con la cabeza.
"Me alegra que lo comprendas. Me parece grotesco lo que hacen, y no me refiero a eso que en sus establecimientos ofrecen, pero es que ni siquiera porque ven a un hombre acompañado por una mujer o sus hijos, dejan de seducir de una forma tan descarada", el tono de su voz era molesto. "
"A eso se dedican para sobrevivir. Su vida no debió ser nada fácil como para haber elegido ese camino"
"Tienes razón. Pero es que me enoja mucho pensar que mujeres como ellas, han sido la causa de los sufrimientos de mi madre", Michiru replico entristecida y es que temía un futuro igual al de Katherine. "Aunque también pienso que ellas no tienen la culpa. El único culpable es mi padre"
"Supongo que él no considera infidelidad a sus aventuras con ellas", Tenou expreso sin saber que sus palabras serian un tanto desastrosas.
"Eso mismo una vez le dijo a mi madre... ¿Tú también lo piensas así?", cuestiono conteniendo su evidente enojo.
"Por supuesto que no", replico, pero luego negó con la cabeza ante la idea de que ella mal interpretara su respuesta. "Quiero decir que lo considero una horrible falta hacia su matrimonio"
"Así lo pienso yo. Él dice que existimos dos clases de mujeres, mujeres como nosotras y mujeres como ellas", sin pensar en que tendría que dar una explicación a tan curiosa idea, dijo.
"¿Cómo es eso?", Haruka pregunto sin poder entender a que se podía deber ese extraño pensamiento.
Comprendiendo que casi o mejor dicho, había cometido una grave indiscreción, Michiru negó con la cabeza al mismo tiempo que desviaba la mirada. Sus mejillas hervían de pena; "Dioses, es muy vergonzoso, por favor ignorame"
"Dime. ¿Es tan terrible?"
Michiru cerró los ojos y respirando profundo, entonces replico; "Él dice que hay dos tipos de mujeres. Las que están para tomar como esposas, dar hijos, mantener limpia la casa y que son meros objetos pasivos... luego están ellas para dar… yo pienso que eso es algo que una esposa también pueden dar, ¿No?", con las mejillas totalmente ruborizadas, miro hacia el suelo. "Es por eso que mi padre no considera que esa sea una falta a su matrimonio"
Horrorizado, Tenou frunció el entrecejo; "Pero que horrible forma de pensar", expreso negando con la cabeza. "Una esposa lo debe ser todo en la vida de un hombre. No solo es la madre de sus hijos, también es su amante y confidente. Una esposa es exclusiva y, sinceramente yo no veo la necesidad de buscar algo tan privado e intimo en un lugar tan público"
Ante esas palabras, la mujer sonrió un poco más tranquila, aunque no menos apenada; "Lo mismo pienso. No me molestaría saber que mi novio o prometido asiste a esos lugares, pero saber que mi esposo lo hace, vaya que me enfadaría. Me haría sentir que no soy suficiente para él"
"Bueno, la que sea mi esposa no tendrá que preocupase por esos escabrosos detalles", Haruka replico de forma solemne.
Esas palabras hicieron que el rostro de la aguamarina se iluminara, haciéndola sonreír con confianza, y es que si un día no muy lejano se convertía en su esposa, no tendría que preocuparse de esas cosas porque su rubio le seria totalmente fiel. "Eres un buen hombre, ella en verdad sera muy afortunada"
Justo cuando estaban por sentarse, en la distancia observaron a Fiódor Nikoláyevich, quien alegraba el de por si feliz ambiente con sus versos y su concertina.
El sujeto continuo su marcha y justo cuando paso al lado de la feliz pareja, no se detuvo para hablar con ellos, solo se limito a sonreír al mismo tiempo que con su mano ligeramente empujaba al cobarde joven como diciéndole; "Ya hazlo", luego continuo la marcha a lo largo de la acera.
"Me parece un sujeto raro", Michiru señalo.
"No lo es", replico el rubio.
Ambos por un momento y en silencio se miraron a los ojos, había tantas cosas que decirse, pero que tenían que callar.
"¿Ocurre algo?", fue Tenou quien rompió la tensa situación.
"No, no es nada", replico la aguamarina mirando hacia el otro lado y al mismo tiempo que apretaba el puño. Le parecía demasiado extraño que hubiera podido sostener con él una platica tan intima, pero no sincerarse con sus sentimientos.
"¿Entonces... qué ocurre?"
Michiru se volvió hacia él y fijando su azul mirar en la suya, cuestiono; "Haruka, luego de haber hablado sobre algo tan impropio de una mujer como yo, ¿Qué piensas de mi?"
"Lo mismo que pensé de ti cuando te conocí", replico. "No ha habido nada malo en nuestras palabras"
"Ha sido demasiado atrevido de mi parte, será mejor que me retire antes de... antes de", nerviosa expreso mientras que con pasos rápidos trataba de alejarse de él.
Ante ese extraño cambio, Haruka camino tras de ella, tomandola por la manga de su yataka y haciendo que se volviera hacia él. "¿Qué ocurre, Michiru?... ¿Estas bien?, ¿Dije algo malo?"
Ella negó con la cabeza; "Tú jamas has dicho algo malo, todo lo tuyo es bueno, muy bueno, pero soy yo quien debe callarse", dijo y entonces trato de escapar a su agarre.
"No, no te dejare ir hasta que me digas que es lo que ocurre"
Sintiéndose indefensa, de sus ojos comenzaron a brotar las dulces lagrimas, atrayendo hacia ellos dos las miradas de los que por ahí pasaban; "Déjame ir. No insistas"
"Sabes que no lo haré hasta que me digas que ocurre"
En ese punto Michiru comprendió que ya no tenia caso huir de él ni de sus sentimientos, así relajo sus miembros y limpiándose las lagrimas, sonrió; "Soy muy tonta, eso es todo"
El rubio llevo la mano a su pálida mejilla y limpiándole las lagrimas que en ella habían quedado, sonrió; "No lo eres. Jamas digas algo así"
Kaio asintió y entonces apoyo la cabeza contra su pecho al mismo tiempo que lo envolvía en un tierno abrazo; "¿No te has dado cuenta?", murmuro por lo bajo para que solo el corazón de su amado la escuchara.
Tenou entendió a que se debía ese sollozo y también estrechándola, asintió; "No quiero darme cuenta... porque por mas que tú y yo nos amemos, no podemos estar juntos. Yo solo te haría daño"
Al escuchar esa confesión de amor con tintes fatalistas, Michiru unió sus labios con los suyos, sorprendiendo al rubio. "No podemos huir a nuestros sentimientos, no podemos negarnos a lo que el destino quiere de nosotros y eso es esto... ¿Por qué no podemos estar juntos?", cuestiono al borde del llanto.
"Jamas lo entenderías", contesto acariciándole el cabello. "Porque te quiero, es que debo dejarte ir"
Kaio se separo de él y mirándole a los ojos, entonces expreso; "Dime esa verdad que me ocultas, no tengas miedo. Nada, escúchame, nada me dolería más qué saber que no eres libre. Saber que no puedes estar conmigo porque tienes una esposa o una prometida, es lo único que a mi podría lastimarme, porque te quiero completamente para mi. Si se debe a otra cosa, entonces no me lo digas que yo así te acepto, pero si es eso, no volveré a molestarte y no me interpondré entre ella y tú"
El rubio asintió y no pudiendo resistirse a ella, la beso en los labios; "No Michiru, yo no tengo a nadie, pero si tú me aceptas con mis secretos, entonces desde hoy te tendré a ti y solo a ti"
La chiquilla sonrió, hundiendo el rostro en su pecho y abrazándole con todas las fuerzas que había en su menudo cuerpo; "Te amo, ahora dame todos esos besos que desde hace mucho tiempo he soñado", tomándole por el cuello, volvió a besarle.
Haruka hizo una pausa para murmurar a su oído; "Te amo, eres lo más bueno que me ha pasado en la vida"
La aguamarina se separo un poco de él y viéndolo a los ojos y riendo, contesto; "Entonces ya no seas tan coqueto con tus clientas, ni con esas. ¿Sí?"
"Sí Michi, no volveré a hacerlo", Tenou juro antes de volver a besarla.
Fiódor Nikoláyevich los observaba desde la distancia y habiendo sido testigo de ese amor que en silencio ya no profesaban, sonrió complacido y a lo largo de la calle siguió su camino al mismo tiempo que entonaba sus dulces versos.
(Residencia Kaio)
Preocupadas, la señora Matsuko y Katherine de vez en cuando se asomaban por los ventanales. Y es que hacia ya una hora que había oscurecido y la aguamarina no volvía.
"¿Dónde podrá estar?", pregunto su madre mientras que con nerviosismo jugaba con los listones de su fino vestido.
"Será mejor que vayamos a buscarla", la nana replico.
Y mientras ellas hablaban, afuera Haruka y Michiru se despedían.
"Espero y tu padre no haya llegado aún. No quiero que se enfade contigo", Haruka dijo mirando hacia la puerta.
"Ya te dije que no esta, o eso supongo yo", replico la chiquilla.
"¿Tendré que esperar hasta el Domingo para volver a verte?", afligido pregunto. Sentía que no podría esperar hasta entonces.
"Claro que no", contesto volviendo a besarle. "Mañana y el día siguiente podremos estar juntos"
"Entonces mañana, en el parque y a la misa hora", Haruka replico besando su mano.
"Hasta mañana", Michiru expreso sin verdaderas intenciones de ingresar a su casa. Deseaba poder estar a su lado no solo en ese momento, sino para siempre.
Al verla llegar y cerrar la puerta, de inmediato ambas mujeres acudieron a su encuentro.
"¿Qué sucedió?, ¿Por qué tardaste tanto?", pregunto la hermosa rubia.
Michiru sonrió y encogiéndose de hombros, cuestiono; "¿Y mi padre?"
"Aún no regresa", su madre replico.
La aguamarina sonrió aún más y dejando que las mejillas se le ruborizaran, entonces expreso con toda la alegría que había en su corazón; "Madre, Haruka me ama y hoy... hoy me ha besado no solo con los labios, pero también con el alma"
Ante la confesión de la joven, su madre y su nana sonrieron complacidas, y es que jamas la habían visto tan contenta como en ese momento.
(Notas de autor)
Luego de esa platica tan intima entre los dos, ya era decisivo que hablaran sobre lo que sentían. No hubiera sido justo pos ponerlo más.
Kaiohmaru; Su madre es un amor, ella quiere toda la felicidad del mundo para su hija.
Michelle; No podían seguir negándose eso que sienten. Ya era hora de que lo admitieran.
Isavellcota; Nunca faltara a quien le moleste su hermoso amor.
Pablo395; Michiru nunca dejara de ser celosa.
UnbreakAbleWarrior; Lo bueno es que Haruka pudo escapar a esa tensa situación.
Hotaru Tomoe; Imagínate si esa chica y Michiru se encuentran, iniciarían una guerra de celos xd
