CAPÍTULO XIV

UNA INESPERADA REUNIÓN

(Dos semanas después)

Y como desde hacia tiempo ya, para el rubio y la aguamarina se había hecho costumbre el ocultarse en las altas colinas para llevar a cabo sus clandestinos encuentros. Temían que si lo seguían haciendo en el parque o en el templo, tarde o temprano no faltaría quien fuera ante Isao para informárselo.

Riendo de forma juguetona, Michiru corría a través de los fértiles campos; "No podrás atraparme", expreso para con su amado, quien a pocos metros le seguía tratando de darle alcance.

"Lo haré, Michi", grito deteniéndose para darle un poco más de ventaja.

Lo campesinos que araban la tierra, ante la alegría de aquellos dos chiquillos hacían una pausa para volver la mirada hacia ellos.

"Atrapame, ¿O es que no quieres besarme?", la aguamarina volvió a reír.

"Tus dulces besos son lo que más deseo", el rubio grito y haciendo un último esfuerzo, finalmente la atrapo entre sus brazos. Sin embargo sus pasos se desestabilizaron, haciendo que los dos cayeran sobre el pasto y rodaran un poco.

Michiru, tendida sobre el suelo y con Haruka sobre ella, fue algo que hizo que con nerviosismo su corazón se acelerara, sin embargo no soltó el abrazo y por el contrario fijo su azulada mirada en la de él. Al mismo tiempo poco a poco sus mejillas se ruborizaron.

Ante esa cercanía con su amada, Tenou perdió el aliento al mismo tiempo que varios pensamientos acudían a perturbarle, luego se reincorporo; "Lo lamento, he sido demasiado brusco", dijo sentándose y tratando de alejar esas ideas.

La aguamarina sonrió sutilmente mientras se sentaba junto a él; "Esta bien, ha sido un accidente", replicó acomodándose el hakama y el despeinado cabello. Viendo como las mejillas del joven se habían encendido, la mujer no pudo evitar besárselas, hasta que un ligero ardor se apodero de ella; "Me lastime"

Preocupado, el rubio observo el ligero rasguño en su pálida mano; "Soy un tonto, en verdad no fue mi intención herirte", dijo tomándola entre las suyas.

"No te preocupes mi amor, estoy bien", contesto acariciándole el rostro con delicadeza. "No es nada", añadió depositando un beso en sus labios.

"¿De verdad?"

"Sí", replico observando esos ojos que tan fijo la veían. "Tus ojos son más hermosos que todo el verde que hay en los campos", expreso al verse reflejada en sus húmedas pupilas.

"Y en los tuyos puedo ver toda la hermosura del océano, y del mismo cielo", replico besando su mano.

"Mi amor, en verdad no podía seguir viviendo con este amor callado. No hubiera podido seguir conteniendo las palabras de amor que con tanto cariño guardaba para ti. Estoy segura de que mis labios se hubieran secado por ser privarlos de tus dulces besos"

"¿Me amas?", pregunto Haruka observando hacia el lejano horizonte y mientras un nudo se formaba en su garganta. En ese momento había comprendido que por mucho que la amara, aquello que sentían el uno por el otro no podía llegar a ser eterno, como en silencio ambos lo deseaban. Pensaba que era su deber decirle toda la verdad antes de que lo quisiera aún más, si es que se podía. De ese modo a esa mujer le ahorraría un dolor aún más grande.

Michiru suspiro y acomodándole los dorados cabellos que caían por su frente, asintió y luego le beso; "Este amor fue, es y será eterno, porque así lo siento en mi corazón. Te amo más que a mi propia vida, y si un día me llegaras a faltar, preferiría morir… ¿Y tú, me amas?"

"Si Michi, y porque te amo, es que...", trato de decir, pero la mujer silencio sus labios con uno de sus finos dedo.

"A mí no me importan tus secretos. Guárdalos, que así yo te amo", expreso y entonces y de la nada, un fatal presentimiento se apodero de su tierno corazón. Comenzando a llorar de forma abierta y dolorosa, se abrazó a él; "Por favor, prométeme que no te iras de mi lado. Tengo miedo de que un día decidas irte y te olvides de mí"

Ante ese cambio, Tenou la abrazo fuertemente; "¿Por qué habría de irme?"

"Prométeme que aunque dejes de amarme y tengas que marcharte, jamás me olvidaras", expreso y entonces hundió la cabeza en su pecho, tomándole de la camisa con todas sus fuerzas.

"Michiru, yo jamás dejare de amarte. De eso estoy muy seguro, además jamás podría sacarte de mi memoria. Pero sí, te prometo que mientras tú no lo quieras, no me alejare de ti", replico y luego su rostro cambio por uno de total seriedad. "Pero, ¿Qué hay de ti?"

"Yo jamás me iré, mucho menos dejare de amarte, ¿Por qué lo preguntas?", cuestiono mientas que sus dolorosas lágrimas le empapaban la camisa.

Con cariño, Haruka comenzó a acariciarle la suave cabeza; "Porque quizás el día menos pensado aparecerá alguien a quien en verdad ames, alguien que en verdad te merezca. Entonces te arrepentías de este momento y me odiaras. Querrás arrancarme de tu memoria y de tus labios querrás borrar mis sucios besos. Desearás con toda tu alma que todo esto haya sido un sueño maldito", la aflicción de sus palabras asomo a su rostro.

Michiru negó con la cabeza; "¿Alguien mejor que tú?, no hables de esa forma. Tú eres único. ¿No merecerme?, ¿Arrepentirme de esto y arrancarte de mi memoria, mi corazón y mis labios?, mi amor, eso jamás ocurrirá", replico enjugando su llanto.

"Tienes razón, no es nada bueno arruinarnos el día con pensamientos tan fatalistas, ¿Verdad?", expreso tratando de dibujar una sonrisa en sus labios.

Michiru rió un poco; "Eso es cierto. Ahora seguramente piensas que soy una tonta. Dejemos las palabras y pasemos a los besos", habiendo dicho con mas fuerza lo apreso en sus brazos.


(Esa misma noche)

El taconeo de sus lentos pasos se dejaba escuchar a lo largo de las no tan abarrotadas y semi oscuras calles.

Del brazo de su amado rubio y como muchas veces lo deseo, la hermosa aguamarina soñaba con los ojos abiertos. "¿Será posible?", se preguntó para sus adentros al mismo tiempo que evitaba suspirar.

"¿Ocurre algo?", cuestiono Haruka al verla en ese estado de profunda reflexión.

"Nada, ¿A qué viene la pregunta?"

"Es que de la nada te quedaste en silencio. No te encierres en tu mundo sin mí", replico él acariciandole la mano.

"No me encierro sola en mi mundo, en él estas tú", contesto besandole la mejilla. "No sabes cuánto deseo un mundo para los dos", pensó apoyando la cabeza en su hombro.

Tenou levanto la mirada hacia el cielo, contemplando las grisáceas nubes que de a poco se amontonaban sobre sus cabezas. "Tenemos que darnos prisa, pronto comenzara a llover", expreso y justo cuando acabo de decir, las primeras gotas comenzaron a caer.

"Al menos no es tan abundante", la aguamarina replico y entonces aquello se volvió una agitada tormenta. "Corre", con fuerza tomo su mano, comenzando una rápida carrera hacia la residencia Kaio.

"Espera, Michi, podrías caerte", el rubio contesto.

A lo largo de la calle, las personas corrían en todas la direcciones.

Esos dos chiquillos, completamente empapados se refugiaron bajo el techo de un portón que estaba tenuemente iluminado por un par de velas, que ante el azote del viento amenazaban con apagarse.

"Adoro el aroma que deja la lluvia", Michiru dijo buscando refugio en los brazos del joven.

"En verdad es exquisito", replico él, percatándose de que su amada ligeramente temblaba. "¿Tienes frió?"

"Un poco", la aguamarina contesto tratando de arreglarse el húmedo cabello.

"Lamento mucho no poder ofrecerte mi abrigo. Esta muy empapado", afligido señalo.

Michiru sonrió; "Entre tus brazos estaré muy bien"

Así, fundidos en un tierno y enamorado abrazo, ambos esperarían hasta que la lluvia terminara, o al menos disminuyera su intensidad. Cosa que luego de unos minutos, así sucedió.

Riendo y tomados de la mano, con pasos ligeros emprendieron la caminata a casa.

"Vamos Michi, no tienes que preocuparte tanto por tu cabello. No se ve tan mal como tú imaginas", replicó al verla tratar de desenredarlo con sus dedos.

"No quiero que me veas fea"

"Para nada luces fea, el desaliño te hace ver más bonita", con gentileza acaricio sus mejillas.

"¿Me amarías aunque fuera una mujer fea?", cuestiono su amada.

"Mi amor, yo te amaría aunque fueras la mujer más fea sobre la tierra", riendo Tenou contesto.

"Eres un mentiroso, eso solo lo dices porque me quieres", la mujer también rió un poco.

Tan amena fue su caminata, que no se percataron de que ya habían llegado a las puertas de la residencia Kaio.

"He aquí la hora triste del día", Tenou dijo besando a su amada. "Es hora de despedirnos. Si tú lo permites, mañana vendré a buscarte a la misma hora", contesto sin intenciones de dejarla ir.

Ante esas palabras y viendo el estado en que se encontraba, Michiru negó con la cabeza; "Mi amor, no puedes irte así. Estas empapado, será mejor que pases para que te puedas secar"

"Oh no Michi, no quiero ser inoportuno. Además tu padre...", trato de excusarse ante su invitación.

"El aún no regresa, además mi madre no se molestara y me dará la razón. Anda, ven", tomando su mano, trato de hacerle avanzar hacia el interior de su casa.

"No, será mejor que regrese", firme y en su sitio, no se movió.

Katherine, detrás de la ventana escucho su conversación, así que volviéndose hacia la señora Matsuko, ordeno; "Nana, por favor agrega otro lugar en la mesa"

"¿Él señor regreso?"

La rubia sonrió, luego rió; "No nana, pero espero que jamás lo haga"

"No insistas. No quiero que te resfríes", Michiru dijo.

En ese punto la pesada puerta se abrió. Era Katherine, quien había salido al encuentro de ambos chiquillos; "Joven, escuche a mi hija. Por favor venga"

Ante la hermosa mujer, Haruka se quitó el negro gorro y haciendo una reverencia, contesto; "Oh no señora. Estoy bien"

"Joven, por favor. Es de mala educación rechazar la invitación de una dama", la rubia replico sonriéndole.

"Ya escuchaste a mi madre, ven", Michiru dijo y tomándole por la manga de la camisa, ambos ingresaron.

"Nana, por favor indicale al joven donde puede darse una ducha. Y por favor tráele ropa de Isao. Estoy segura que le quedara"

Atónita por tan extraña situación, la señora Matsuko se advertía nerviosa; "¿Cuál, señora?. El señor es gordo"

"Aquella que le compre y que nunca uso por… pequeña", contesto cubriéndose los labios para reír. "Dale un cambio y la demás pónsela en un paquete para llevar"

"Lo haré señora. Venga joven", se dirigió al mozo.

Con las mejillas ruborizadas y la cabeza baja, Haruka la seguía.

"Es aquí. En un momento le traeré la ropa", con su dedo señalo.

"Gracias", titubeante asintió.

"Vaya antes de que el agua se enfrié… ¿O quiere que le talle la espalda?", riendo, la juguetona anciana se atrevió a preguntar.

"No, por supuesto que no", nervioso contesto he ingresando en aquella habitación, aseguro la puerta detrás de él.

"Aquí está la ropa", escucho decir desde detrás.

Pasados unos minutos, sentados a la mesa y disfrutando de una buena cena, estaban el rubio, la rubia y la hermosa aguamarina.

Nervioso por encontrarse en la casa de ese sujeto tan poco educado y ante la presencia de la madre de su amada, Haruka jugaba con la servilleta.

Katherine lo observaba y entre más lo hacía, más le recordaba a él. Quizás sería por su apariencia, las ropas al mero estilo ingles, o todo junto.

"Le sienta bien el traje. Le he dicho a la nana que la demás se la ponga en un paquete"

"Señora, yo no puedo aceptarlas, son ropas demasiado finas", replico apenado.

"Desde que se las compre a Isao, han estado guardadas. Tómelas, o de seguir olvidadas podrían apolillarse", con fina gracia llevo la copa a sus labios.

"Gracias señora, pero no puedo solamente tomarlas. Debo pagar por ellas"

La mujer sonrió; "Toque el piano para mí y con eso será suficiente", expreso pensando en aquella mañana que lo escucho. A través de él deseaba ver y escuchar a su amado Albert. "Hace mucho tiempo que no escuchaba a alguien hacerlo tan bien"

"Será un placer, señora", titubeante contesto.

Katherine entendía a que se debía ese nerviosismo; "Joven, no debería tener miedo. Mi esposo no está y dudo mucho que regrese esta noche. Siéntase en confianza"

"Sí, señora"

Ruborizada, la aguamarina observaba a su madre y al rubio. Aquello le parecía imposible porque era algo que su padre ni en mil años lo hubiera permitido.

"Señor Tenou, no ignoro sus relaciones con mi hija. Me hace feliz verla disfrutando de tan bello momento en su vida"

"Señora, lamento mucho no haber pedido su consentimiento ni el de su esposo, pero es que mis sentimientos no podían esperar más", replico ruborizado.

"Hablar de esto con mi esposo hubiera sido casi imposible, pero me alegra mucho que ahora lo estemos haciendo", con delicadeza llevo un trozo de aquella carne a sus labios.

"Así sucedió, madre", la aguamarina añadió.

"Señora, quiero a su hija. No tendrá queja de mi"

"Eso me queda claro. Usted cuido de ella como pocos harían"

"Hice lo que haría cualquier caballero", contestó llevándose la mano al orgulloso pecho.

"Entiendo. Michiru es mi única hija, yo solo quiero su felicidad"

"Madre, Haruka era pescador en su aldea", emocionada la chiquilla señalo.

"¿De verdad?"

"Sí. Aunque ese no fue mi único oficio"

"Es usted muy joven, pero debo admitir que es todo un hombre", la señora Kaio reconoció.

Michiru se puso de pie y tomando la mano de su amado, le sonrió; "Ven, toca el piano para nosotros"

"Sí", replico y entonces la siguió al salón.

Sentándose frente al negro instrumento, dejo que libres sus dedos danzaran a lo largo de las finas teclas.

Katherine tomo asiento frente a él y entonces imagino que el rubio era su adorado Albert. Conteniendo las lagrimas y guardando para ella sola sus sufrimientos y sentimientos, vivió ese momento como si realmente estuviera ahí, con él.


(Una hora después)

Disfrutando de la ligera lluvia que había vuelto a comenzar, sentadas aún en el comedor, Katherine y Michiru bebían el dulce té.

Satisfecha, la mujer pudo ver como en los ojos de su amada hija se percibía un ligero brillo. Verla feliz, a ella también la hacía feliz.

"Y bien madre, ¿Qué piensas de Haruka?", nerviosa se atrevió a preguntar.

"Es un buen muchacho… pero ahora dime, ¿Eres feliz?"

Las mejillas de la aguamarina se ruborizaron al mismo tiempo que sonreía de forma abierta; "Si madre, lo soy", replico tratando de contener su alegría.

La mujer dejo a un lado su taza para profundizar aquella amena platica; "¿Es bueno contigo?"

"Sí madre, Haruka es un hombre muy bueno, demasiado bueno que a veces me parece que es irreal. Pero cuando me besa y me abraza, me hace saber que no lo estoy soñando", contesto tratando de ocultarle sus ruborizadas mejillas.

"Es muy lindo el amor, ¿No?", cuestiono al mismo tiempo que suspiraba.

"Lo es, aunque en un principio por nuestra cobardía fue demasiado doloroso"

"Me alegra verte tan contenta"

La señorita observo la hermosa sonrisa que en sus labios se dibujó, así que llenándose no solo de confianza, sino también de valor, entonces se atrevió a hacer aquella pregunta que hacia tiempo la acosaba; "Madre, ¿Cómo es que supiste que mi padre era el hombre indicado para ti?"

Ante ese cuestionamiento, la mujer titubeo; "Ya eres una mujer, es lógico que quieras saber de esas cosas, sin embargo considero que es demasiado apresurado el hacerte esa pregunta"

Kaio dejo su asiento y caminando hacia su madre, se sentó a su lado y entonces tomo sus manos entre las suyas; "Por favor, madre. Dime como es que supiste que mi padre era el hombre con el que tú querías estar… para siempre. Siendo como él es, ¿Cómo es que llegaste a amarlo?"

Katherine sonrió tratando de ocultar su amarga tristeza, entonces replico; "Es algo difícil de creer, pero tu padre no siempre fue ese hombre que tú conoces. Él era bueno y muy educado. Era tan bueno para ser verdad. Nos casamos al poco tiempo de conocernos, luego naciste tú", contesto sin entrar en muchos detalles. No quería que su hija supiera la terrible verdad.

"¿Solo así?, ¿Por qué?", pregunto deseosa de más repuestas.

"Solo así. Mi padre pensó que era lo mejor para mí y yo también lo creí hasta que él cambio por completo. Se convirtió en ese ser que ahora es", delicadamente se limpió las lágrimas que brotaron de sus dulces ojos.

Michiru bajo la mirada; "Lo sé todo, madre. Él es así por mi culpa, porque no fui varón"

"¿Qué?", Katherine incrédula alzo la voz.

"Lo sé madre, lo escuche decirlo. Me odia por ese motivo, aunque también pienso que a ninguno de sus otros hijos ama y eso me consuela. Ese hombre no puede querer a nadie"

"A ti no te odia, solo a mí. Te ama a su modo, ¿Sabes por que?, él dice que eres su única hija y no porque seas la única mujer que de él ha nacido, sino porque él esta seguro de que es tu padre. Es un hombre orgulloso y aunque no lo reconozca, sabe que no puede asegurar que todos esos muchachos, en verdad sean sus hijos", contestó entristecida.

La señorita negó con la cabeza; "Tu y yo sabemos que ese hombre no era para ti. Si no lo amabas, ¿Por qué accediste a convertirte en su esposa?"

"Mi padre así lo dispuso y yo no pude protestar", contesto afligida.

"Yo no sé de qué sería capaz si mi padre me obligara a eso. Preferiría estar muerta que al lado de un hombre al que no amo", contesto.

"Hija mía, tú me tienes a mí para protegerte", de forma cariñosa le acaricio las mejillas.

"Lo sé madre, pero ¿A mí me odias por ser su hija?, ¿Me odias por haber tenido que soportar todos estos años a su lado?"

Katherine la atrajo hacia ella para besarle la frente; "Mi amor. Una madre es incapaz de odiar a sus hijos. Eres lo más bueno que tengo"

"Y a mi padre, ¿Aún lo aprecias lo suficiente como para soportar sus tratos?"

Katherine bajo la mirada ante ese doloroso cuestionamiento; "En su momento aprendí a quererlo, pero ese poco cariño se esfumó cuando se volvió egoísta"

"Madre, dime la verdad, ¿En dónde dejaste tu corazón?"

La dama sonrió pensando en su rubio; "Lejos, muy lejos"


(Notas de autor)

Michiru está considerando ya toda una vida al lado de Haruka, no así él y eso es por su secreto. Por eso es que no he escrito sobre promesas de amor y esas cosas. Queda ver que ocurre mas adelante.

No vayan a mal pensar, la madre de Michiru no se esta enamorando de Haruka.

Kaiohmaru; Michiru ya está pensando en ser más que su novia. Ese secreto no estará oculto para siempre.

Michelle; Ese hombre solo ama lo que ya perdió, y eso es su dinero. Es orgulloso, pero aun así medio sigue viviendo a expensas de su esposa. La gran ventaja que tiene Michiru, es que ella tiene a su madre, cosa que que ella no.

Isavellcota; La nana ya entendió que debe mantenerse a distancia y dejar a su niña ser feliz. Gracias por tus palabras de apoyo.

Osaka; Isao solo es hombre porque así nació, pero en el sentido extenso de la palabra, no lo es. Es un payaso.

UnbreakAbleWarrior; Si Isao no regresara a su casa, las tres mujeres serían más que felices. Para Katherine es todo un alivio que él no este. Es que las palabras de Michiru si parecieron otra cosa, aunque esa no fue su intención.

Harutenoh11; Michiru es el sueño de la mayoría de nosotros ;) Me alegra mucho que mi trabajo te guste, son ustedes quienes construyen este sitio porque si no les agradaran mis historias, yo no las continuaría.

Hotaru tomoe; Ese hombre para nada ha sabido valorar lo que tiene. No se da cuenta de lo valiosa que es su esposa. No se da cuenta de que podría llegar a perderla a ella y a su hija.

Guestgain; Ese es el único secreto que Haruka oculta.

Kyoky; Exacto, esta Michiru es muy diferente a las de las otras historias. Con cada reencarnación se ve haciendo menos reservada.

Ginny; Hola y bienvenida. Mientras Haruka y Michiru puedan tener hijos, Océano renacerá. En esta historia eso sera imposible. Vamos a extrañar a ese pollito travieso :(. Y si, a Michiru la traiciono el subconsciente :D XD ;)