CAPÍTULO XVI
PLANEANDO UNA VIDA
Los minutos transformándose en horas trajeron consigo un nuevo amanecer.
El ligero rocío bañaba las tupidas enredaderas que trepaban por los altos muros de la residencia Kaio. El fresco viento que el granizo de la noche pasada hubiera dejado, suavemente movía las cortinas de aquella acogedora habitación. Así mismo, los primeros rayos del sol se colaban por el ventanal, golpeado con su cálido y débil toque el sonrosado rostro de la hermosa aguamarina, quien aún y con los ojos cerrados a la realidad, sonreía ante las dulces imágenes que en sus sueños aparecían.
Contentos, los pajarillos revoloteaban y cantaban, alegrando las primeras horas de la mañana.
Ante ese bullicio, Michiru finalmente despertó y aún sin abrir los ojos, rodó un poco sobre las blancas sabanas al mismo tiempo que estiraba su brazo como si buscara algo; "¿Mi amor?", cuestiono, pero al no obtener respuesta por parte de su amada rubia, abrió los ojos al recordar que muy de madrugada había regresado a su hogar. "Es verdad, estoy en mi cama", se dijo a si misma dibujando una sonrisa aún más grande.
Trayendo a su juguetona memoria los recuerdos de lo acontecido durante la noche pasada, con sutileza deslizo sus inquietos dedos a través de su semi desnudo cuerpo. "Haruka, mi amor. Algún día seré tu esposa", gimió al imaginar que era ella quien con sus traviesas manos y sus vigorosos labios, la recorría.
Dándose cuenta que pese a haber pasado una noche agitada, había despertado una hora antes de lo habitual, se puso de pie y vistiéndose con una ligera bata, camino hacia su armario, fue entonces cuando se llevó la mano al adolorido vientre; "Dioses Haruka, ¿Qué me hiciste?", rió de forma juguetona al recordarlo.
Observando en el fondo de la habitación el espejo que le devolvía su reflejo completo, se acercó y contemplándose durante un breve momento, se abrió la bata, luego con delicadeza acaricio sus firmes pechos; "Necesito mucho de tus besos. Necesito que me ames con todo tu ser"…
Desnudándose para tomar una tibio baño que terminara por relajar sus cansados y adoloridos miembros, en su fina ropa interior observo una pequeña mancha de sangre. Satisfecha, la chiquillo sonrió y luego suspiro; "Hubiera preferido que quedara en sus blancas sabanas, como recuerdo de lo que entre nosotros paso"…
No demorando más en su arreglo personal, rápidamente dirigió sus pasos hacía la cocina.
"Buenos días", dijo apenas ingreso, luego se lavó las pálidas manos.
"Buenos días", sorprendidas por su inesperada presencia, la nana y las otras dos mujeres del servicio replicaron.
La señora Matsuko, aún confundida por lo que la señorita le hubiera confesado, pero ignorándolo porque para ella siempre sería su niña, se dirigió a ella como de costumbre; "Niña, hoy se levantó muy temprano, aún no está listo su desayuno. Vuelva a la cama"
"Estoy bien, nana", replico caminando hacia al fogón para echarle un vistazo a lo que ahí hervía. Probando un poco de aquella preparación, expreso; "Le hace falta un poco de sal", tomando una pizca y con entera confianza en lo que hacía, la añadió, luego volvió a probarlo. "Ahora si está perfecto"
La anciana negó con la cabeza; "Vaya al comedor, en un momento le llevare fruta y leche… ¿Quiere café?"
"No nana, quiero estar aquí y ayudarte", contesto tomando un cuchillo para partir las frescas verduras que servirían para la comida del medio día. "Más tarde quiero que me enseñes como es que planchan la ropa de mi padre", agrego.
Las otras dos mujeres, riendo un poco y de forma discreta ante el extraño comportamiento de la señorita de la casa, continuaron en sus ocupaciones.
"¿Para qué?", cuestionó la señora Matsuko. "Su madre se molestara si la ve haciendo esto. A mí me reprenderá por haberla dejado"
"Ella no se molestara, eso te lo aseguro. Además es mi decisión estar aquí", contesto segura de sus palabras.
"¿Y si el señor Isao se entera?, él si nos castigara por permitírselo"
Michiru negó con la cabeza; "Mi padre no castigara a nadie porque no tiene que enterarse, y si lo hace, estará feliz de verme aprender este delicioso arte. Pero no creas que lo hago por él"
"Entonces, ¿A qué se debe?"
Observando que las dos mujeres se alejaban por el pasillo para comenzar con sus labores, con voz baja, pero llena de alegría, replico a su duda; "Porque muy pronto me voy a convertir en una esposa. Quiero ser yo quien se ocupe de mi esposo y de mi casa"
La anciana, tratando de convencerse de que la confesión de la noche pasada tan solo había sido un mal sueño, negó con la cabeza; "Ay mi niña, en verdad usted no conoce a los hombres"
"¿A qué te refieres, nana?", cuestiono haciendo una pausa en lo que hacía. "Haruka ya me lo prometió"
La mujer respiro profundo, cerró los ojos y luego de meditar un poco las palabras que utilizaría para no herirla u ofenderle, los abrió, fijando su mirada en la de ella; "Aunque usted haya decidido hacer eso, para mi sigue siendo una niña. Y porque me preocupo mucho por usted, es que quiero que perdone mi imprudencia... la mayoría de los hombres para conseguir que las mujeres se acuesten con ellos, prometen matrimonio y un sinfín de cosas, pero al final, todos terminan burlándose de su ingenuidad y su inexperiencia. Muchas veces lo mire pasar en mi aldea, las pobres lo único que al final consiguieron fueron hijos que ellas no pidieron. Y esos desgraciados muy contentos terminaban huyendo a la aldea vecina en búsqueda de una nueva víctima a la cual mentirle"
La joven se cubrió los labios para reír un poco; "Nana, Haruka no es como esos desvergonzados sujetos a los que no se les puede llamar hombres. Él es diferente, además es todo un caballero. Me trato de una forma muy amable"
"Caballero o no, no deja de ser hombre. Solo espero que cumpla su promesa y que con el paso del tiempo no se convierta en otro señor Isao"
Michiru sonrió; "Nana, Haruka es muy bueno. Si fuera un pelado, aquella noche se hubiera aprovechado de mí. Además no me prometió nada, fui yo quien lo convenció de entregarnos a nuestro amor. Fue al final cuando me pidió que me convirtiera en su esposa", al decirlo, sus ojos volvieron a destellar.
"¿Usted hizo que?... Dios mío, usted quiere matarme de un ataque", sin aliento se dejó caer en una silla. "Esto es demasiado para una vieja antigua como yo. Sabía que tarde que temprano, ese mocoso iba a aprovecharse de su ingenuidad. No debí dejarla sola, no debí dejarla sola. Ahora no quiero ni imaginar lo que estará pensando"
"Nana, vivir tantos años con mi padre te ha hecho mal, ya hasta piensas como él. Además no tiene nada de malo que una dama se entregue al hombre que ama, tampoco tiene nada de malo que una lo disfrute y quiera más", de forma juguetona expreso sabiendo cuál sería su reacción.
Eso último hizo que la anciana se reincorporara de golpe. Sus mejillas estaban encendidas y el tono de su voz se volvió nervioso; "Suficiente niña, ya escuche demasiado. Solo déjeme decirle que tiene que cuidarse mucho porque si no, ese mocoso va a huir y su padre se va a desquitar con un inocente. Dios quiera y esta pobre vieja se equivoque y en verdad él respete su promesa. Ahora continuemos con lo que hacíamos. Venga, le enseñare a preparar arroz frito"
"Gracias, nana… ¿Se lo dirás a mi madre?", con cariño Michiru tomo sus cansadas manos.
"Niña, soy una vieja, no una soplona"
En ese momento una voz familiar interrumpió su conversación; "¿Qué hacen?"
Nerviosas porque tal vez las había escuchado, ambas volvieron la mirada, observando que dé pie y en el umbral del fusan, estaba la hermosa rubia. "Buenos días", dijeron.
"Buenos días", saludo Katherine. "Michiru, ¿Qué haces aquí?"
La aguamarina sonrió con total despreocupación; "Desperté muy temprano, así que vine para aprender a cocinar"
"Pensé que esas cosas no te interesaban", su madre expreso.
"Pues ya vez que sí, madre", contesto satisfecha.
(Ese mismo día)
Como cada tarde y del otro lado de la acera, nervioso Haruka esperaba por su amada.
La señora Matsuko al verlo tan ansioso, desde la distancia le hecho una mirada amenazadora. "Ese mocoso sin vergüenza estaba esperando que la señora Katherine y yo nos descuidáramos. Espero y le cumpla su promesa a mi niña, si no yo misma voy a ir a buscarlo y de las greñas y arrastrando, lo voy a llevar al templo", mascullo.
"¿Qué le pasa a esa vieja?", el rubio murmuro entre dientes.
Finalmente la aguamarina salio a su encuentro y echándole los brazos al cuello, lo beso, luego hizo una pausa para mirarle a los ojos; "Hola, mi amor"
"Hola", replico mirando a la molesta anciana. "¿Por qué tu nana me ve tan raro, por no decir que me ve feo?", cuestiono intrigado.
La joven volvió la cabeza y siendo testigo de lo que el rubio le decía, soltó una corta risa; "Quizás porque se dio cuenta de que ya era muy noche cuando me devolviste a casa. Piensa que ahora si eres capaz de raptarme, mancillar mi honor a base de promesas y luego abandonarme"
"¿Se dio cuenta de que tú y yo…?", trato de cuestionar sin poder terminar.
La señorita asintió con total naturalidad; "Sí…, pero no tienes que preocuparte. Me ha prometido no decírselo a mi madre... mucho menos a mi padre. Ahora vamos al campo"
"Si, por supuesto", Tenou contesto escapando a la mirada de la nana.
Tomados del brazo, ambos se dirigieron a la colina más alta…
Tumbándose sobre el fresco pasto con los brazos debajo de su cabeza, Haruka cerró los ojos; "Y bien, ¿Pudiste dormir?", cuestiono.
Michiru por su parte recostó la cabeza sobre su pecho; "Y muy bien", replico antes de depositar un beso en sus labios.
"Me alegra mucho que puedas caminar", rió un poco al recordar las palabras de la noche pasada. "¿No quieres más de eso'?", cuestiono girando sobre ella y dirigiendo sus labios hacia su cuello.
Al sentir su aliento quemando su erizada piel, hizo que Michiru se estremeciera; "Lo deseo, pero ahora prefiero esperar. Estoy un poco adolorida"
"Sé cómo curarte", replico la otra desnudándole el pecho para besarlo.
"Dioses", siseo tomándole la cabeza para para que continuará, luego la atrajo hacia su rostro para besarla. "No, aquí no. Mejor hablemos sobre nosotros"
Haruka se reincorporo y sentándose a su lado, se acomodó el rebelde cabello que caía por su frente; "Tienes razón, dejamos una conversación pendiente. No quiero que pienses que lo que anoche te propuse, tan solo se trató de un arrebato para que tú... Mi proposición fue real. En verdad deseo toda una vida a tu lado"
"Lo sé, en ningún momento pensé que me estabas mintiendo. Yo también deseo ser tu esposa y estar contigo para siempre", la aguamarina suspiro al decirlo.
"En cuanto termine la escuela y logre ingresar en la universidad, iré ante tu padre para expresarle mis deseos de convertirte en mi esposa. Quiero que vea que aunque soy pobre, no soy un cobarde. Si se opone a nuestro cariño, acudiré ante tu madre, estoy segura de que ella si aprobaría nuestra unión"
"Mi padre se opondrá, que de eso no te quede ninguna duda. Eso no me importa porque dispuesta estoy a herir su tonto orgullo. Nuestra felicidad es mas importante. Ademas mi madre estará encantada de concederte mi mano"
"No sabes cuanto deseo verte envuelta en un hermoso shiromuku", sonriendo la beso en los labios. "Yo mismo cocinare nuestra tarta de bodas"
"En verdad será algo maravilloso. Deseo que los días transcurran lo más rápido posible para que finalmente llegue ese momento", complacida cerró los ojos al imaginar como sería su eterna unión.
Haruka volvió a recostarse sobre el pasto, atrayendo a la hermosa mujer para que se recostara sobre su pecho; "Cumpliré todos tus deseos, construiré un hermoso palacio para ti"
La señorita negó con la cabeza; "Yo no deseo un palacio, tan solo quiero un hogar a tu lado, aunque este se trate de una fría y húmeda caverna. Lo único que deseo con toda mi alma, es que cada mañana me despiertes con un dulce beso en los labios"
"Y así será para siempre, Michi, pero dime… ¿Cómo deseas que sea nuestro hogar?"
La aguamarina suspiro al pensar en ello; "Algo moderno como lo occidental, pero nada pretencioso ni lujoso", dijo y entonces sonrió; "Pero si quiero un lecho grande con pabellón y sabanas muy blancas. Qué este bajo una ventana para poder sentir el viento de la mañana sobre nuestros enamorado rostros. Despertaremos abrazados y con un beso, luego haremos el amor. De noche desde ahí contemplaremos la hermosa luna"
"Te prometo que así será. Nuestra casa también tendrá un hermoso jardín y un pequeño huerto. Sembrare patatas, zanahorias y tomates… ¿Te gustan las dulces fresas?"
Kaio asintió; "Si, también las moras"
"Ya lo veo, también puedo olerlo. Cultivare fresas y moras. De las flores tú te encargaras, porque en verdad no soy nada buena con ellas"
Michiru cerró los ojos ante esa magnífica idea; "Rosas, con muchas rosas rojas y blancas"
"Has adivinado mi pensamiento. Tendrá todas las flores que tu corazón desee. Por lo demás no tendrás que preocuparte, habrá quien se ocupe de los quehaceres"
Ante eso último, la aguamarina negó con la cabeza; "¡Vaya!, aún no nos casamos y ya tenemos nuestra primera pelea", expreso riendo un poco.
"¿Primera pelea?", Tenou cuestiono sin entender.
La señorita le beso los labios para calmarlo; "Estoy bromeando, nosotros jamás discutiremos. Pero a decir verdad, yo no deseo intrusos en mi casa. Si he de ser tu esposa, entonces seré yo quien se ocupe de ti y de nuestro hogar"
"Será como tú digas"
"Ya estoy aprendiendo a cocinar. Lo haré con mucho cariño para ti"
"Tendremos una cocina espaciosa, con paredes de vivos colores y con una ventana con vista hacía el jardín y el huerto... sin embargo… ¿Quieres que vivamos aquí, cerca de tu madre?"
La joven se encogió de hombros; "Haruka, yo iré a donde tú vayas, no me importa si es cerca, o lejos. Si es preciso, te he de seguir hasta el fin del mundo, así que el lugar no importa"
En ese punto una idea cruzo la cabeza de la rubia, era un algo que hasta ese momento no había pensado; "Michiru, hemos planeado toda una vida juntas, sin embargo no debo ser egoísta… hay un algo que no hemos considerado"
"¿Qué es?"
"Tú y yo somos mujeres, no importa cuánto yo finja lo contrario, pero… tarde o temprano tú desearas ser madre y entonces será lo único que yo no podre concederte. Huirás de mi", expreso de forma dolorosa.
La aguamarina sonrió y luego de besarle de forma profunda y cariñosa, la miro a los ojos; "Mi amor, yo no necesito de hijos para sentirme mujer. Yo ya soy una mujer totalmente realizada. A tu lado soy una mujer completa"
"Pero", el rubio trato de interrumpir.
"No digas nada más. Tú y yo nacimos para estar juntos en esta vida y en todas las que renazcamos, lo demás nada importa"
"Así será, Michi", replico besándole la frente. "¿Sabes?... hace tiempo que tengo un sueño... un deseo que ahora quiero compartir contigo, pero no sé si será de tu agrado"
"Mi amor, todo lo mío deseo compartirlo contigo, por favor, comparte todo lo tuyo conmigo. Será un mundo de los dos y para los dos", contesto.
Haruka respiro profundo, luego hablo; "No sé si la universidad sea lo mejor para mi"
"¿Haruka?... no puedes decir eso. Ese era el deseo y el sueño de tu abuelo"
"Escucha Michi,… tú sabes que trabajo en la panadería, y a decir verdad, me gusta mucho lo que hago. Disfruto mucho de mi trabajo"
"En verdad que el pan es más delicioso desde que tú lo cocinas"
"Entonces dime, ¿Quieres un esposo panadero?", la rubia pregunto riendo.
"Mi amor, a mí no me importa a que te dediques", contesto acomodándole el cabello que caía por su frente.
"Deseo mucho tener mi propio lugar, además es un buen negocio... ¿Qué opinas?", cuestiono a su amada.
Michiru sonrió complacida ante esa vida que ambas habían comenzado a imaginar; "Entonces tendrás que enseñarme a decorar los pasteles"
Notas de autor;
Haruka jamas será como Isao, la nana esta bien equivocada.
Isavellcota; Me alegra mucho haber cambiado un poco tu día.
Michelle; Deben disfrutar de su amor, tal y como ahora lo hacen, porque los problemas siempre rondan.
Kaiohmaru; Si esa chica volviera, Michiru no tendría que ponerse celosa, Haruka es solo de ella.
Unbreakablearrior; Michiru es inocente, solo que ha accedido a su deseos. Más bien se trataba de una mujer que por la época es reservada en su sexualidad. Haruka es todo lo contrario.
Pablo395; Ella no causara problemas. Haruka y ella terminaron bien.
Kyoky; Esta Michiru si es más aventada, aunque con ciertas ideas bastante anticuadas. No la culpemos, es la época.
Hotaru Tomoe; Exacto, Isao no permitirá que su hija se case con un panadero, pero como bien lo has dicho, si se entera de lo que le "hizo" a su hija, quizás no le quede de otra.
HaruTenoh11; Michiru es así con su nana porque ya conoce las reacciones que tendrá. Le gusta trollearla. Eso que le confeso al final, fue porque la mujer dijo que para ella siempre sería su "niña", obviamente ella ya no es una niña. Por su madurez y las decisiones que ha comenzado a tomar, ya la hacen toda una mujer.
