CAPÍTULO XVII
AMAR SIN MIEDO
(Dos días después)
En una de las mesas de aquel amplio salón, de forma despreocupada y disfrutando de un buen vino, Isao, Eiji y Saiko jugaban a las cartas. De esa forma habían pasado la noche en vela. Había sido el espeso aroma a tabaco el que había logrado mantenerlos despiertos.
"¿Qué tienes?", cuestiono el castaño mirando al pelinegro por encima de su partida.
Ante esa pregunta, Isao enmarco en sus mejillas sin afeitar una sonrisa de molestia; "Creo que me has vuelto a ganar", expreso y luego coloco su jugada sobre la mesa. "Si continuo perdiendo, no tendré dinero ni para regresar a mi casa", habiendo agregado soltó una ligera risa.
Saiko fumaba al lado del tosco hombre, sin embargo su mano izquierda la mantenía posada sobre el muslo del castaño, de esa forma y habiendo conocido cual sería la jugada del primero, le indicaba a Eiji si debía apostar o retirarse. "Después de un mes pensé que finalmente habías decido dejar a tu esposa y cambiar de residencia"
El hombre negó con la cabeza, tomando a la mujer de la barbilla para besarla en los labios; "No confundas las cosas. No importa cuánto me gustes y cuanto disfrute de tu compañía, pero debo volver a mi lugar, que es al lado de mi esposa y mi hija, quienes muy seguramente deben extrañarme"
"Quizás ahora piensen que no volverás", Eiji expreso volviendo a repartir las cartas.
"Ellas saben que no importa donde este, al final siempre regresare. Justificare mi ausencia como de costumbre, y ella no hará ninguna pregunta", de pronto y de la nada, se quedo pensando y mirando hacia el vació, luego llevo la copa a sus labios y de un trago bebió todo su contenido. "No sufras, querida. Sé cuanto me vas a extrañar", dijo para con la mujer.
Y como Katherine había dicho a su hija, Isao Kaio no siempre fue ese hombre altanero, que aunque mujeriego, para nada había sido entregado al vicio del vino. Siempre había sido un sujeto educado que gustaba de guardar las debidas formas y en su beber era moderado, sin embargo para su actual comportamiento existía un motivo. Eiji, siendo su confidente, lo conocía a la perfección.
"No te tortures más con eso, mejor sigue jugando", el castaño dijo al verlo en ese estado tan pensativo.
"Vine a este sitio en busca de distracción, sin embargo en ningún momento pude deshacerme de esa idea. No debí perder mi tiempo, mucho menos mi dinero", habiendo dicho, furioso y con fuerza golpeo la mesa.
"Hombre, no deberías preocuparte tanto. No eres el único al que le va mal en los negocios. Aunque debo reconocer que tú tienes una gran ventaja"
"¿Qué ventaja?", cuestiono Kaio.
"Tu mujer, ¿Qué ella no puede financiarte?... recuerda que su dinero es tu dinero. No dudara en ayudarte con tu negocio... ¿No?", mirándolo con sumo interés, Eiji señalo.
El orgulloso Isao golpeo la mesa con mayor violencia, luego se puso de pie. Encolerizado, alzo la voz ante las palabras de su amigo; "El dinero de mi esposa es de mi esposa, ademas yo no soy de esos que viven de las mujeres. Me has ofendido"
El burlón sujeto negó con la cabeza al escucharlo. Bien sabía qué Isao si lo hacía, aunque no de forma descarada u ostentosa. Torciendo los labios, emitió un sonido chillón; "Lo sé, sin embargo considera que esto se trata de… digamos que es una emergencia. Además sería un préstamo. En cuanto todo se regule, entonces podrás pagarle hasta el ultimo yen"
"¿Crees que no lo he pensado?... hace tiempo lo considere, sin embargo de inmediato se daría cuenta de mis problemas de liquides… y ni hablemos del juego, es más lo que pierdo, que lo que gano"
"Las mujeres son tontas y no entienden de estas cosas… habla con ella… aunque siempre hay otras salidas a este tipo de problemas", sabiendo que el pelinegro querría escuchar más, hizo una pausa para llevar la copa de vino a sus labios.
Intrigado, Isao volvió a sentarse; "Dime… ¿Qué puedo hacer?"
Eiji dejo a un lado la copa y viendo el interés que su amigo mostraba, volvió a llevarse el puro a la boca; "Puedo tratar de concretarte una cita con un viejo conocido. Digamos que esta interesado en negocios como el tuyo, y no me refiero al rubro, sino que le interesa rescatarlos de la ruina"
"¿Qué más?"
"Primero tendrás que hablar con él, si le interesa, entonces querrá ver cómo es que funciona. Si lo convences, invertirá en él", habiendo dicho con fina gracia volvió a llevarse el puro a los labios.
"¿Dónde puedo encontrarlo?", nervioso cuestiono. "Habla, hombre", ordeno.
"Ya te dije que puedo arreglarte una cita con él, pero si quieres impresionarlo, primero deberías ir a darte un baño. No se puede hablar de dinero con un hombre que tiene días sin afeitarse"
"Entonces hazlo, si todo funciona como planeamos, tú te beneficiaras", Isao replico y poniéndose de pie, hizo una reverencia. "Ahora mismo iré a alistarme"
"Tomate tu tiempo". Observando que el pelinegro se perdía por el pasillo de la otra habitación, el castaño rió por lo bajo al mismo tiempo que murmuraba; "Este hombre parece no darse cuenta de que si no regresara a casa, sería todo un alivio para su esposa. Si todo funciona como espero, podrá volver a su lado siendo el hombre orgulloso que es, y eso será gracias a mi"
"¿Qué planeas?, ¿En verdad puedes hacer algo por él?", también intrigada, Saiko cuestiono.
"Por supuesto que puedo hacer algo por él, soy su amigo. Pero a decir verdad, haré más por nosotros que por él. Ya lo veras"
Saiko aún sin entender, dio un sorbo a su bebida; "¿Cómo?"
"En verdad que las mujeres no entienden cómo es que funciona el mundo de los hombres. Hace algunos días pensaba que mientras Katherine siguiera soportando a su esposo, él tendrá los bolsillos llenos para ti… y para mí, pero me doy cuenta de que no es así. Si Isao pierde no solo su capital, sino también el de ella, ella se cansara de su libertinaje y lo abandonara... ¿Quién crees que terminara perdiendo?"
"¿Él?"
"Y también nosotros, querida. Porque ya tampoco contara con el poco dinero que le roba a su mujer, aunque él lo niegue. Si eso sucede y ella lo deja en la calle, ¿A dónde crees que se ira a vivir? No necesitas ser muy inteligente como para no intuirlo, pero es obvio que vendrá a aquí, contigo"
"Ahora entiendo"
"Tendrás que mantenerlo y soportar su mal humor. Así que nuestro futuro depende mucho de ti. Sácale cuanto puedas. Él siempre dijo que una mujer jamas sería su ruina, sin embargo sé que tú puedes llevarlo a ella. Mientras tú haces eso, yo me ocupare de que esa negociación sea totalmente a mi favor... nuestro favor"
"Entiendo, sin embargo no me has dicho quien es esa persona que puede ayudarlo"
Eiji volvió a sonreír y llevando la copa a sus labios y dando un sorbo, expreso; "Saburo Katsumoto es ese hombre"
La mujer negó con la cabeza; "Es verdad, soy una tonta. Jamas había escuchado ese nombre"
"No hagas más preguntas, ahora con tu permiso… debo ir a buscarlo y traerlo aquí. Prepara un buen vino y súmalo a la cuenta de ese idiota", el castaño finalizo poniéndose de pie.
(Del otro lado)
La tarde comenzaba a caer, coloreando con un brillante tono rojizo los altos cielos.
Alejados de cualquier preocupación, pero completamente enamorados el uno del otro, la hermosa aguamarina y el rubio alegremente corrían a través de los fértiles campos. Y es que la sensación del fresco viento golpeándoles el rostro y el aroma de las brillantes flores que ahí abundaban, eran algo que ambos disfrutaban.
"Apuesto a que no podrás atraparme", riendo de forma abierta, Michiru grito para con su amada.
"¿Me estas retando?", Haruka, a pocos metros de ella cuestiono también riendo.
"Quizás", de forma coqueta la chiquilla replico.
"Pues pienso que no deberías hacerlo… pero no me has dicho que es lo que se supone que estamos apostando", pregunto deteniendo la carrera.
"¿Por qué no debo retarte?", su amada se detuvo, dejando escapar una corta risa.
De forma juguetona, la rubia torció la sonrisa en sus labios; "Porque podría ser demasiado peligroso"
Fingiendo molestia, Michiru se llevó ambas manos a las caderas; "Ya veo. Yo te reto y tú me amenazas… porque mejor no vienes, me atrapas y averiguas que es lo que te estoy apostando", coquetamente sonrió.
"Ten por seguro que lo haré"
"Entonces ven", la aguamarina contesto volviendo a emprender la carrera a través de los cultivos.
Tenou la observo alejarse y cuando lo hizo lo suficiente como para que creyera que no podría alcanzarla, haciendo uso de todas las fuerzas que había en sus ágiles piernas, se lanzó tras ella. Fue entonces cuando la capturo en sus brazos. "¿Pensaste que no podría hacerlo?", dijo riendo.
Satisfecha, Michiru se volvió hacia ella para besarle; "Perfectamente sabía que no me dejarías escapar, por eso también me deje atrapar", expreso y sin importarle que su hakama se ensuciara, se recostó sobre la húmeda hierba. Mordiéndose los labios y extendiendo los brazos, hablo; "¿Te vas a quedar mirándome?... ¿No quieres reclamar tu premio?"
Agitada por la carrera y la excitación que esa imagen provoco en ella, la rubia se arrodillo frente a su amada, desabrochándose rápidamente el pantalón y la camisa. Luego llevo las manos hacia el fino hakama, levantándoselo por encima de las rodillas. Echándose sobre ella, comenzó a besarle el cuello.
Desde aquella noche, no se habían vuelto a entregar a su pasión.
"No debiste retarme", con la misma presura de antes, la rubia le desnudo el pecho.
"Soy tu premio, tómame aquí mismo", Kaio gimió ante aquellos cálidos besos sobre su erizada piel. Ruborizada, llevo las manos dentro de la camisa de su amada para acariciarle la espalda. "No me tortures más", siseo moviendo sus caderas en búsqueda de aquel cosquillante balanceo.
Ante esa provocativa invitación, Haruka introdujo sus dedos en ella, moviendolos de forma lenta. La joven por su parte gimió y araño la espalda de su amante.
"¿Te duele?", cuestiono al verla quejarse.
"Un poco", replico apretando los ojos y labios para no gemir. No porque le diera pena que Haruka la escuchara, sino porque estaban en medio de la nada y no quería que el eco de su respiración atrajera la atención de cualquiera que por ahí merodeara. Llevando su inquieta mano a la intimidad de la rubia, introdujo sus dedos en ella. "¿Te gusta, mi amor?", pregunto moviéndose en su interior.
"Ah. Demasiado", replico la otra ante esa placentera sensación.
Ahogando sus quejas con besos, así estuvieron unos minutos. Haruka sonrió y saliendo de ella, con ambas manos la sujeto por las muñecas para inmovilizarla, comenzando así aquel tortuoso y placentero balanceo sobre ella.
El cuerpo de la anguarina comenzó a tensarse, el aliento escapaba de su pecho; "No te detengas", gimió. Tenou la libero de su agarre para sostenerla, la chiquilla por su parte la envolvió en un abrazo completo. "Aún no quiero… term… es-espera".
"No me voy a detener, gane la carrera", contesto la otra dirigiendo sus besos hacia su desnudo pecho. "Te haré mi una y otra vez"
Kaio sonrió y mirándola a los ojos, volvió a besarle.
Justo cuando estaban por llegar al punto culminante de su pasión, en la lejanía una voz se dejó escuchar, produciendo un eco alrededor; "Ey, ey, ¿Qué hacen?, esos son mis cultivos"
Saliendo de ese trance en el que estaban perdidos, Haruka se reincorporo y mascullo; "¡Maldición!"
Ruborizada por saberse descubiertos, Michiru empujo a su amada; "Dioses, quítate"
El campesino, corriendo en su dirección, de forma amenazadora en la mano llevaba una hoz; "Fuera de mis cultivos, mi campo no es un lupanar"
Acomodándose el hakama, Michiru frunció el entrecejo; "Y yo no soy una ramera, soy su prometida", murmuro ofendida.
"Tenemos que irnos", Haruka, habiendo terminado de arreglarse la ropa, tomo su mano, emprendiendo juntos una rápida huida.
"Mocosos desgraciados", exhausto, el sujeto agrego viendo como aquellos dos desvergonzados se alejaban.
Riendo y a toda prisa, corrieron lo suficiente como para haber escapando a su indiscreta mirada. Llegando a la sombra de un frondoso árbol, se detuvieron para tomar aliento.
Ruborizada por tan bochornosa situación, la aguamarina desvió la mirada; "Dioses, qué pena"
Tenou la rodeo entre sus brazos para tranquilizarla y besarla; "No deberías sentir ninguna vergüenza. Nos amamos y pronto te vas a convertir en mi esposa"
"Lo sé, mi amor. Sin embargo considero que eso fue demasiado arriesgado", replico echándole los brazos al cuello para jugar con su cabello.
"Pero también fue muy excitante… ¿No?", con presura dirigió sus besos hacia su pecho.
Michiru gimió; "No mi amor, aquí no", expreso sin verdaderos deseos de que se detuviera. A pesar de haber sido descubiertos, la excitación seguía presente en ella. Dejándose caer sobre el pasto, la atrajo más hacia su cuerpo; "Siempre logras convencerme", añadió y entonces ambos continuaron para concluir con su pasión...
(Lejos de ahí)
Las horas habían transcurrido. Impaciente, Isao de vez en cuando observaba a través de la ventana. Actitud que comenzaba a cansar a Saiko.
"Deberías sentarte, ese nerviosismo comienza a desesperarme", expreso sirviendole un poco de aquella espumosa bebida.
"Cállate", el pelinegro alzo la voz. "Si te encontraras en mis zapatos, entonces comprenderías como es que me siento"
"No porque camines de un lado a otro y con insistencia mires por la ventana, harás que Eiji no se retrase más", contesto bebiendo de la copa que acababa de servir. "Tarde que temprano tendrá que venir con buenas o malas noticias para ti"
En ese momento la campanilla que pendía de la puerta anuncio la presencia de alguien que acababa de ingresar. El pelinegro sonrió y encaminando sus pasos hacia la entrada, se encontró con el castaño.
"¿Y bien?", Isao cuestiono al verlo llegar solo. "¿Dónde esta?", fue la pregunta que siguió a la anterior.
El sujeto negó con la cabeza; "Si hoy tenias pensado regresar a casa, déjame decirte que no será posible. Saburo Katsumoto es un hombre muy ocupado, así que probablemente mañana pueda recibirte a las cinco de la tarde"
Kaio sonrió satisfecho y de forma efusiva le palmeo la espalda; "Bien hecho. Si todo resulta como lo planeamos, entonces sabre compensarte"
Eiji sonrió, mascullando entre dientes; "Eso será un hecho, amigo"
(En la colina)
Satisfechos, ambos chiquillos se fundían en un tierno abrazo a la espera de que las primeras estrellas aparecieran por entre densas las nubes.
"Pronto tendremos que volver", la rubia expreso tomando la mano de la joven para besarla.
Con cariño, Michiru beso su mejilla, luego apoyo la cabeza sobre su hombro; "Lo sé, pero esperemos hasta que la luna se pose sobre nuestras cabezas"
"Esta bien", replico mirando hacia la ciudad. "¿Dónde estará nuestro hogar?", pensó en voz alta al ver las diminutas casas que en la lejanía se dibujaban.
"Nuestro hogar estará donde tú lo decidas. Cerca o lejos, eso no me importa, juro que yo iré a donde tú decidas ir", contesto. Luego de una corta pausa, hablo; "¿Mi amor?"
"¿Qué ocurre?, Michi", cuestiono devolviendole esos cálidos besos.
"Me gustaría mucho volver a pintarte… pero esta vez tengo una idea muy diferente"
"¿De que forma?"
"Quiero plasmar en una pintura tu belleza, pero esta vez quiero que sea esa otra belleza tuya. Esa belleza que ocultas y que solo a mi puedes mostrarme"
Haruka asintió al imaginar que era a lo que se refería; "No puedo negarme a ello"
Michiru sonrío; "Comprenderás que esta vez no podre pintarte en el templo, ademas entregarnos a nuestro amor en este sitio es demasiado arriesgado. Prefiero que nos refugiemos en la intimidad de nuestro lugar favorito"
"Mi amor, esa habitación guardara el secreto de lo que entre nosotros ha pasado", la rubia concluyo con un profundo beso.
(Notas de autor)
Ambos se comportan como cuando tenían toda la isla sola para ellos ;). Son jóvenes, están enamorados, no pueden controlar lo que sienten.
Quizás piensen que el ritmo de la historia es lento, o que contiene muchos elementos que la hacen aburrida, pero recuerden que me gusta avanzar de a poco, me gusta construir historias solidas. Ademas de retratar todos los momentos felices de aquellos dos, por mínimos que estos sean.
Michelle; Si ese hombre se entera de que su esposa ama a otro hombre y que su hija esta enamorada de un panadero, es capaz de destruirlos a ellos.
kaiohmaru; Ambas son muy buenas, su amor no lastima a nadie, merecen toda la felicidad del mundo.
Isavellcota; Gracias. Aveces pienso que escribir de forma muy detallada puede llegar a ser aburrido para el lector, pero son precisamente los detalles los que le dan vida a la historia. Sin ellos, sería casi imposible imaginarla.
Unbreakablewarrior; Luego de ver los sufrimientos de Katherine, es compresible que la nana tenga miedo de Haruka. Ojala Haruka la haga ver que no es como esos hombres de los que tanto se queja (No tiene que enterarse de que es una mujer).
HaruTenoh11; Me gusta hacer esas referencias, digamos que son como "recuerdos", aunque ellas no del todo lo sepan. En mis historias siempre dejare pistas de como será su siguiente reencarnación, y en esta ya deje y dejare varias.
Guest again; Gracias ;). El drama siempre ronda.
Hotaru tomoe; Es más probable que Haruka la embarace, a que la abandone XD. Jamas la dejaría. Y si, me pareció lindo retratar a Michiru como una mujer hogareña y entusiasmada por esa vida que tanto sueñan.
