Ikebana: arte de hacer arreglos florales.
Shodo: caligrafía japonesa.
桜 (Sakura): flor de cerezo.
葉桜 (Hazakura): hojas de árbol de cerezo. Cuando las flores comienzan caerse, brotan las hojas, señal de que va a dar inicio al el verano.
Koto: instrumento de madera formado por una caja de resonancia rectangular. Posee 13 cuerdas y es perteneciente a la familia de las cítaras. La persona que lo toca se sienta en el suelo y agita sus cuerdas.
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Rin se encontraba mejor de su período. Había dormido mucho y luego de desayunar la deliciosa comida de Hak junto con Jaken y su señor, había invitado a este último a una cita por los jardines. Ella iba sobre Ah-Un, quien se había pasado los días descansando por los rincones de la posada, y caminaron hasta llegar a un precioso mirador.
Rin: - En este sitio hace mucho calor, pero sus vistas y jardines son maravillosos – se cubría el rostro con una mano.
Sesshomaru: - Vamos a sentarnos en la sombra de ese árbol. Te quemarás con el sol – señaló un árbol grande de corteza gruesa y follaje amarillo.
Se sentaron. La bestia se echó a su lado.
Rin llevaba unos pliegos de papel, pinceles y tinta china. Estaba aprovechando los días en la posada para aprender shodo, la ceremonia del té y a hacer arreglos florales. Así, tomó el pincel y trató de escribir flor de cerezo 桜 (Sakura).
Rin: - Esto es difícil, me queda muy torcido – le mostró a su amo - - ¿Usted puede hacerlo?
Él usó el pincel y realizó el trazo fluidamente.
Rin: - Increíble, le ha quedado perfecto.
Sesshomaru: - Escribe este 葉桜 (Hazakura).
Hizo el trazo en orden y con soltura.
Rin: - Haza… kura.
Ella lo intentó, pero le quedó muy tosco.
Sesshomaru se levantó y se sentó tras ella, abrazándola por detrás y poniendo sus piernas a cada lado de su cuerpo.
Sesshomaru: - Debes relajar la mano.
Tomó su muñeca e hizo las líneas que formaban el kanji.
Sesshomaru: - Si no lo haces suave se va a estropear.
Waaa… aún no me acostumbro a su voz grave tan cerca de mi oído.
Sesshomaru: - ¿Estás escuchando?
Rin: - Ah, sí.
Su aroma es muy intenso hoy…Y sus manos tan grandes y masculinas.
Lo vio manipular el pincel a la perfección.
Quiero ser ese pincel…
Sesshomaru: - ¿En qué piensas? ¿Acaso mi cercanía te ha distraído? – dijo malicioso.
Rin: - No es así. Haré ambos kanji ahora mismo.
Mientras lo hacía, Sesshomaru acarició sus muslos con la yema de los dedos.
Rin: - Amo Sesshomaru…
Sesshomaru: - No te detengas. Ahora mismo soy tu profesor.
Rin: - Qué profesor tan obsceno.
Él le pellizcó una mejilla.
Sesshomaru: - Te quedó peor, vuelve a hacerlo.
Rin: - ¿Pero cómo voy a hacerlo si me toca de esa forma?
Sesshomaru: - Esta vez no lo haré.
Ella hizo el kanji de Hazakura, mientras terminaba sintió la nariz del daiyokai sumergirse en su pelo y oler su esencia.
No… otra vez me estoy calentando.
Rin, molesta por la abstinencia, levantó el pliego de papel y se lo estampó en la cara.
Rin: - Mire, me quedó mejor.
Él lo observó malhumorado por su atrevimiento, pero no hizo juicio alguno de los kanji.
Rin: - Ahora que lo pienso… si sabe escribir, entonces quiere decir que no solo se enfocó en la batalla ¿No es así?
Sesshomaru: - Mi madre me enseñó algunas cosas antes de entrenar.
Rin: - ¿Cómo qué?
Sesshomaru: - También sé tocar el koto.
Ella abrió mucho los ojos.
Rin: - ¿Por qué yo no sabía eso?
Sesshomaru: - No hay necesidad.
Rin: - ¡RIN QUIERE VER A SU AMO TOCAR!
Sesshomaru: - Cálmate, no tengo el instrumento, así que no puedo mostrarte.
Rin: - Cuando regresemos debe conseguir uno, por favor. No sé por qué, pero sé que tiene mucho dinero – le pinchó un costado con el dedo y regalándole una sonrisa burlona.
Él no le respondió.
Rin: - Amo Sesshomaru ¿Cuándo aprendió a luchar?
Sesshomaru: - Cuando era muy pequeño mi padre me enseñó a cortar el agua.
Rin: - ¿Cortar el agua?
Sesshomaru: - Es un ejercicio para agilizar la concentración y la precisión durante el ataque.
Rin: - ¡Quiero intentarlo!
Sesshomaru: - No tenemos una daga aquí.
Rin: - Cierto, la dejé en la aldea.
Sesshomaru: - No es necesario que aprendas a luchar. Yo siempre estaré cerca para defenderte.
Rin: - Pero es que Shippo dijo que soy torpe y Kohaku también me lo ha insinuado.
El demonio volvió a hacer silencio.
Rin: - Aquí es cuando la otra persona dice que no es cierto.
Sesshomaru: - No hay forma de negarlo, hace unos días exhibiste tu trasero ante todos en la mesa.
Ella se ruborizó.
Rin: - Tendré más cuidado desde ahora, pero por favor, enséñeme.
Se levantó y estando frente a él, agitó ambos puños en señal de que estaba lista para atacar.
Sesshomaru: - Muy bien, intenta golpearme - se levantó y se puso frente a ella.
Rin: - Así lo haré.
Tomó impulso e intentó acabarlo con su patada estrella. Así la apodó Kohaku porque siempre terminaba estrellándose en el suelo al hacerla, pero para su sorpresa le salió bien, aunque no logró golpearlo, pues estaba algo lejos.
Sesshomaru: - Lamentable.
Rin: - ¿Qué dijo?
Consideró hacerle "la mordida pescuezuda", la técnica infalible de Shippo cuando era niño, pero reflexionó que era sumamente arriesgado, ya que morderle el trasero a su amo podría salirle muy caro.
Rin: - Ahora verá.
La joven volvió a tomar impulso y a toda velocidad se aproximó a él, quien permanecía estoico. Cuando estuvo a su lado, intentó patearlo alzando mucho la pierna, provocando que yukata revelara sus partes. Sesshomaru la observó sin pensarlo dos veces, valiosos segundos que ella aprovechó para intentar darle un puño en la cara.
Rin: - ¡Lo logré!
Pero él usó su velocidad y se movió del sitio, aterrizando tras ella.
Rin: - ¿Pero qué?
Sesshomaru: - ¿Así practicabas con Kohaku?
Se volteó hacia él.
Rin: - ¿Por qué lo dice?
Caminó hacia ella, haciéndola retroceder hasta chocar su espalda con el tronco del árbol que les ofrecía sombra.
Sesshomaru: - Esos movimientos… te he visto todo.
Rin: - ¿Eh?
Él acarició su mejilla, mientras acercaba su rostro.
Sesshomaru: - Kohaku seguramente pudo verte…
Rin: - ¡No puede ser!
Introdujo su mano por debajo de la yukata y le pellizcó un muslo. Ella cerró las piernas.
Rin: - Ha dicho que soy una pervertida, pero usted también lo es. No ha dejado de tocarme hoy.
Sesshomaru: - Eres tú la que empieza con tus juegos perversos ¿Quién se levanta la falda para distraer a su oponente? – dijo, mientras la frotaba con su rodilla.
Rin: - ¡Yo no me levanté la falda! ¡Ah!
Sesshomaru: - Ya me manchaste la ropa, mira – le mostró su yukata llena de sangre.
Ella lo empujó, intentando escapar, estaba avergonzada. Él, en cambio, le sonrió malicioso. Rin sintió un enojo inexplicable ¿Por qué llevaba tan lejos la broma?
Rin: - Deténgase, por favor.
Sesshomaru: - Sé más cuidadosa, no quiero que nadie te vea justo como ahora. Aunque Kohaku ya te vio aquella vez en la playa…
El demonio tensó la quijada y su mirada de volvió fría, dado que había vuelto a sentir odio hacia Kagome, quien le había prestado aquel diminuto traje de baño.
Permanecía molesto y distraído en sus pensamientos, pero muy cerca de ella. De modo que Rin, al intentar golpearlo, logró darle en el rostro. El ruido de la bofetada hizo volar algunas aves y hacer que el soñoliento Ah-Un abriera los ojos.
¡AAAAH! ¡No puede ser!
El demonio se sorprendió debido a la acción. Volvió su rostro a ella, sorprendido, colocando su mano justo en su mejilla.
Sesshomaru: - Me golpeaste.
Rin: - Perdóneme, de verdad nunca pensé que lograría impactarlo.
Sesshomaru se abalanzó hacia su cuerpo. Su movimiento provocó que Rin se asustara y cayera de espaldas en el pasto. Esta cubrió su rostro, temerosa. Por su parte, el demonio colocó ambas manos sobre el pasto, a cada lado del cuerpo de Rin y permanecía mirándola con curiosidad.
¿Realmente me tienes miedo?
Sesshomaru: - Ahora verás.
Ella se movió como un gusano en el pasto, tratando de desasirse de sus brazos, pero era inútil. Asustada y molesta intentó patearlo y le dio nuevamente en el rostro. Al sentir su cara en su pie se sorprendió demasiado, ya que era la segunda vez que lo golpeaba.
Sesshomaru: - ¿Crees que tus golpes me lastiman? No seas ingenua – le sonrió.
Rin: - ¡Suélteme, perro malo!
Él inmediato endureció su semblante.
Sesshomaru: - ¿CÓMO ME LLAMASTE?
Rin: - ¡MALVADO!
Notó en sus ojos unas lágrimas, realmente se había asustado.
Sesshomaru: - Rin – acarició su mejilla - ¿Estás asustada de este Sesshomaru?
Rin: - ¿Y cómo no estarlo?
Aproximó su rostro a ella y recorrió con su mano su mentón, mientras le miraba los labios.
Sesshomaru: - ¿No confías en mí?
Rin: - No es eso…
Sesshomaru: - He recuperado mi brazo, el cual una vez perdí en la batalla, también mis manos y brazos han adquirido otros propósitos más que blandir una espada, pero ninguno de esos motivos podrían significar hacerte daño.
Rin se conmovió.
Sesshomaru: - Jamás te lastimaría.
Rin: - Lamento haberme asustado, es que su rostro es tan serio. Nunca puedo adivinar lo que realmente pasa por su mente.
Sesshomaru la besó muy tiernamente; mientras se volvía más intenso se fue levantando, atrayendo a Rin a sus brazos y sin despegar sus labios. Ella apoyó sus manos a su pecho, al tiempo que él la tomaba de la cintura.
Sesshomaru: - No volveré asustarte así.
Su beso se prolongó más de los debido. Rin volvió a percibir su aroma tan masculino, y sin pensarlo dos veces, comenzó a oler su esencia que fuerte y al mismo tiempo, delicada. Él lo notó y se sintió extraño. Al mirarla, percibió en su rostro el deseo y la admiración.
Rin: - Mi amo huele muy bien.
Él se ruborizó mínimamente.
Rin: - He notado que cada cierto tiempo su aroma se vuelve más intenso, justo como el mío.
Sesshomaru: - Regresemos – dijo secamente.
Rin: - ¿Por qué?
Se fueron tomados de la mano. Caminaban a paso lento, percibiendo el aroma de las flores, Ah-Un iba tras ellos. Por su parte, Sesshomaru, quien había estado pensativo ese día, reflexionó sobre lo que podía estar sucediendo en la aldea:
Han transcurrido varios días. Lo más probable es que Saya haya atacado la aldea, pero aún quedan cinco días para el ritual y no sabemos los que pasará realmente.
En su mente apareció el cuerpo de su hermano atravesado por el hilo de sangre de las arañas vampiro.
Inuyasha ¿Te has recuperado totalmente?
Rin comprobó que su amo estaba ausente, por lo que apretó su mano en señal de apoyo. Él la miró a los ojos y también sujetó con fuerza su mano.
Te protegeré, Rin.
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Al regresar, el mayordomo Hak los llamó para decirles que la dueña de la posada quería hablar con ellos. Faltaban cinco días para la luna creciente. Se dirigieron a su oficina. Allí la vieron sentada en el tatami y a cada lado de ella, uno de los gemelos sentados como esfinges.
Mujer cuervo: - Buenas tardes, ha llegado el momento de explicarles acerca del rito de sangre. Por favor, tomen asiento.
Se sentaron frente a ella. Jaken había insistido en ir con ellos, resentido porque percibía que lo dejaban de lado con más frecuencia.
Mujer cuervo: - Como seguramente les explicó mi querida Kanade, el sello que han puesto en tu útero es una especie de mezcla entre tu sangre y la del demonio que lo implantó, por eso te lastimó y te hizo sangrar; necesitaba una unión de sangre y el aroma de tu cuerpo para hacerlo funcionar.
Del mismo modo, la única manera de retirarlo es haciendo lo mismo, es decir, deben unir su sangre, pero eso no es todo. Deberá ser en luna creciente, cuando la libido de Sesshomaru pueda intensificarse.
Rin: - ¿Cómo así?
Mujer cuervo: - Pues… eres humana, no lo entenderías.
El daiyokai se mostraba serio. Jaken se ruborizó, pues sabía, como demonio que era, que algunas especies cada cierto tiempo atravesaban unos días de celo. Esto suponía una clara oportunidad de apareamiento.
Mujer cuervo: - ¡Ah! Casi se me olvida: no lo harán en cualquier sitio, sino dentro de una jaula que hay detrás de esa puerta – la mujer señaló a una de las paredes de la estancia.
Es una puerta secreta. Al llegar al otro lado, verán la jaula que está hecha con tierra del Inframundo. Esto ayudará a que el sello de sangre se derrita.
¿Entendieron?
Sesshomaru: -¿Qué tiene que ver la libido con todo esto?
La mujer lo miró indecisa.
Mujer cuervo: - Bueno, por algo han estado aguantando ¿No? Todo se debe al aroma, es necesario que las feromonas actúen.
Rin: - ¿Y para qué la jaula?
La demonio volvió a mostrarse algo nerviosa.
Mujer cuervo: - Al ser un espacio hecho con tierra del otro mundo, mi poder es más efectivo. Yo vigilaré el rito por si sucede alguna cosa.
Rin: - ¿A qué se refiere?
Mujer cuervo: - El rito de sangre para eliminar el sello contra el nacimiento de los Hanyo es sumamente placentero. Si pierdes la cabeza yo estaré ahí para controlar la situación. Es arriesgado, pero si siguen mis reglas todo saldrá bien.
Uno de los gemelos empezó a reír con malicia, mientras el otro los observaba divertido.
Mujer cuervo: - ¡Silencio!
Los gemelos enmudecieron de inmediato.
Mujer cuervo: - Si no tienen ninguna duda, pueden retirarse. Solo recuerden que durante la primera noche de luna creciente harán el ritual ¡MANTENGAN LA ABSTINENCIA COMO HASTA AHORA!
Salieron de la habitación, teniendo un mal sabor de boca. Simplemente, no terminaban de comprender lo que aquella mujer les había explicado.
Sesshomaru: - Rin, este Sesshomaru jamás te hará daño. No hay razón para temer.
Rin: - Lo sé, mi señor.
El daiyokai se quedó pensando qué tan peligroso resultaría el rito para Rin, ella lo tomó la de la mano convencida de su protección. Jaken por su parte, los miraba confundido. Se preguntaba cómo se darían finalmente las cosas.
