CAPÍTULO XIX
CUANDO UNA MUJER AMA
(Tarde siguiente. En el puerto)
El reloj de la alta torre marco las seis menos quince minutos.
Las gaviotas volaban a baja altura, lanzándose entre las calmadas aguas en búsqueda de alimento. Mas allá el sol brillaba, produciendo sobre las olas un efecto agradable a la vista.
El muelle estaba abarrotado por aquellos que se marchaban a nuevas tierras, y también por aquellos que con tristeza los despedían. Algunos, sabiendo que jamas volverían, se arrodillaban ante la tierra que les vio nacer para besarla y decirle por vez ultima "adiós".
Entre toda esa gente y acompañados por paquetes, el rubio y la hermosa aguamarina aguardaban por él.
"Espero y venga pronto", impaciente por no verle, Haruka dijo y luego consulto su reloj.
Al igual que su amado, Michiru lo buscaba con la mirada; "Ojala y así sea, sino tendrá que esperar un mes hasta que el próximo barco zarpe con ese destino". Aunque ese sujeto no era de su total agrado, le preocupaba que no llegara a tiempo. Deseaba de todo corazón que pronto se reuniera con su esposa y su hijo.
En ese momento y abriéndose paso entre la gente que se apretujaba, vistiendo su negro uniforme y su impecable telnyashka, con la concertina colgada al hombro y con su equipaje en la mano, apareció el regordete marinero.
"Pensé que ya haber partido", expreso agitado, pero aliviando al ver que la embarcación que lo llevaría a su tierra y al lado de su familia, esperaba anclada al muelle.
"Si hubieras tardado un poco más, tendrías que esperar todo un mes", también aliviado por verle llegar a tiempo, Haruka se volvió hacía él.
"¡Oh no!, yo llegar con esposa e hijo nadando". Colocando su equipaje sobre el suelo, metió la mano al bolsillo de su pantalón y extrayendo un papel, con fuerza tomo la mano del rubio; "Escríbeme, yo estar contento de saber de ti"
"Lo haré", Haruka expreso guardándolo en el bolsillo de su camisa. "Traje panecillos para ti, yo mismo los cocine"
Contento, Fiódor los tomo, aspirando su dulce aroma; "Spasiva"
Kaio sonrió, entregándole el paquete que llevaba para él; "Aquí tiene, son regalos para su esposa y su hijo"
Ante sus nobles gestos, Nikoláyevich sonrió al mismo tiempo que los ojos se le llenaban de lagrimas; "Spasiva... pero, yo no tener que ofrecer"
El rubio negó con la cabeza; "No es necesario, pero... por favor, una vez más"
Fiódor, entendiendo que era lo que le pedía, tomo su concertina y entonces por vez ultima y frente a ellos, comenzó su entonación; "A lo largo de la calle la tormenta cae, espera amada mi. Deja que disfrute tu belleza y beba por ella". Rompiendo a llorar y sin poder continuar, estrecho al rubio al mismo tiempo que besaba su mejilla; "Yo no olvidarte jamas. Jamas", volviéndose hacia la joven, con respeto también beso su mejilla; "Cuida a Haruka, él aveces ser tonto"
"Lo haré", ante esas palabras, la chiquilla rió un poco.
Y entonces se dejo escuchar aquel sonido, llamando a todos aquellos para que abordaran. Había llegado el momento de la amarga despedida.
Triste por tener que irse, pero también feliz porque pronto conocería a su hijo Matvéi, Nikoláyevich comenzó su camino hacia la embarcación y mirando hacia atrás, grito para con ellos; "Do svidaniya, amigos. Ser felices siempre. Amar mucho... yo desear que mi hijo conocer hijos de ustedes. Ellos ser buenos amigos"
"Adiós, Fiódor", Haruka grito, agitando su negro sombrero para él.
El marinero se quito el suyo y agitándolo en el aire, replico; "Venir, yo esperarte en Saratov... adiós... adiós"
El muelle comenzó a quedarse vació, la embarcación se perdía en las lejanías del horizonte mientras que el rubio y la aguamarina en vano trataban de visualizarlo.
"Se ha ido", el alto joven siseo.
"¿Crees que volveremos a verlo?", Michiru pregunto mirando el efecto que la partida de ese hombre había tenido sobre su amado.
Tenou de forma ligera se encogió de hombros; "Quizás Michi, quizás algún día volveremos a encontrarnos con él. Es hora de irnos, nuestro lugar espera", tomando su mano, juntos comenzaron la caminata hacia su escondite.
(No muy lejos de allí)
Hacía varias horas que la marcha de aquel tren había comenzado su camino desde ese punto con destino a Tokio.
Sentado en su sencillo camarote, de cuando en cuando Isao observaba por la ventanilla. Eiji, sentado frente a él y gestando en silencio su plan, lo observaba con una mueca de burla.
En ese momento una serie de dudas asaltaron al pelinegro y volviendo la mirada hacía su amigo, se dirigió a él; "¿Sabes que le ocurrió en el rosto?"
"¿De que hablas?", cuestiono el castaño bostezando y cruzándose de brazos.
"De la cicatriz en el rostro de Katsumoto"
Ante semejante pregunta, la cual representaba una total indiscreción, el sujeto negó con la cabeza; "Jamas hables de ello, a menos de que quieras sufrir las consecuencias... sin embargo he de resolver tu duda. Katsumoto no siempre fue rico, de niño fue un mendigo... un mal día lo descubrieron robando, el ofendido marco su rostro para que nunca olvidara que los actos tienen consecuencias. Ya de adulto y de alguna manera pudo hacerse de una fortuna"
"Jamas lo hubiera imaginado", sorprendido Kaio contesto.
"Más vale que te olvides de ese asunto, jamas lo menciones frente a él", Eiji replico y quitándose el negro guante que cubría su mano izquierda, observo el sitio en donde debería estar su pulgar. Ese era el recordatorio que Saburo alguna vez le había dejado por su atrevimiento.
"Háblame de él... ¿Cómo lo conociste?... ¿Tiene familia?", intrigado por saber más de su socio, Isao pregunto.
"Lo conocí hace algunos años, fue a través de un amigo en común. ¿Qué si tiene familia?... Saburo es el hombre más reservado que conozco, si la tiene o no, eso es algo que desconozco. Él solo habla de negocios, jamás de banalidades. Es demasiado raro encontrarlo por los salones... aún más extraño es verlo interesado en alguna dama"
"¡Vaya que es un tipo raro!", el pelinegro contesto.
"Te daré un consejo, es mejor que que solo te limites a hablar de lo mero importante, no te distraigas ni lo distraigas con preguntas innecesarias"
No muy conforme con sus respuestas, pero sabiendo que más le valía ser cuidadoso, Isao asintió, luego volvió la mirada hacia la ventana para observar lo que a su paso el tren iba dejando.
(Tokio)
Con los brazos debajo de su cabeza, Haruka miraba el alto techo de su humilde habitación.
"¿En que piensas?", Michiru, cubriendose con la sabana, pregunto antes de besarle los labios.
La rubia sonrió, luego acaricio las mejillas de la joven; "Pensaba en el que será nuestro hogar. Dijiste que te gustaría una ventana grande para que podamos contemplar la luna. Yo deseo que nuestro intimo lugar este en un segundo piso, de esa forma estaremos más cerca del cielo, aunque no prometo que podamos tocarlo"
La aguamarina sonrió envolviéndola en sus brazos; "No necesitas prometerlo, me has hecho tocarlo", contesto ruborizada.
"Ese es un hermoso alago", replico acariciándole el cabello.
"Sabes que no necesito decirlo", con cariño y luego de mirarla a los ojos, una vez más beso sus labios.
Haruka sonrió y mirando el caballete, no pudo evitar reír un poco; "Pensé que hoy continuarías con la pintura"
"Ese era el plan, pero ya ves que de nuevo me fue imposible. En verdad estoy considerando pintarte con ropa. Hacerlo de esta forma es muy difícil, ademas prefiero el original y de esa belleza tuya, no puede haber copia alguna"
"Eres toda una poetisa"
Dejando que un suspiro escapara de su pecho y mirándola a los ojos, después de un corto silencio la hermosa aguamarina hablo; "No sabes cuánto me gustaría quedarme a tu lado hasta el amanecer, sin embargo eso aún no es posible"
"A mi también me gustaría pasar la noche contigo, pero no quiero que tu madre intuya lo que hacemos y entonces se moleste y no me permita volver a verte", con cariño deposito un beso en sus labios.
Michiru rió un poco al mismo tiempo que sus mejillas se encendían; "Espero y mi nana no se lo diga"
Nerviosa por esa posibilidad, con dificultad Tenou trago saliva; "¿Qué pasara si ella no se lo dice a tu madre, pero si a tu padre?... él va a matarme por lo que le hice a su única hija"
Kaio volvió a reír; Si él orgulloso Isao llega a enterarse de que desvirgaste su única hija, mancillando así su buen nombre y el de todos sus ancestros, entonces no le quedara de otra más que aceptar nuestra boda"
Tenou sonrió satisfecha, luego giro sobre su amada; "Entonces habrá que darle más motivos para que acepte nuestra unión"
"Eres un desvergonzado ladrón, no solo me robaste la inocencia, también las palabras de mis labios", la aguamarina expreso al mismo tiempo que con delicadeza deslizaba sus manos a través del cuerpo de su amada...
(Esa noche. Residencia Kaio)
Ruborizada, la hermosa chiquilla ingreso en la cocina llevando en sus manos un paquete. En su interior, unos finos pastelillos que el rubio había preparado especialmente para ella y su madre.
La señora Matsuko, ocupada en la cena, pero habiendo notado su presencia, se volvió hacia ella; "¿Desea algo, niña?"
Michiru sonrió de forma gentil; "Nana, sé que ahora estas muy ocupada, pero en verdad me gustaría mucho que me muestres como es que se prepara el chocolate caliente. Luego de la cena invitare a mi madre a tomarlo en mi habitación. Lo acompañare con estos pastelillos que Haruka hizo para ella"
La anciana asintió, y aunque dispuesta a ayudarle, no del todo estaba convencida. Temía que en una de esas la rubia descubriera el intimo secreto del que ella también era participe; "Niña, su madre me ha preguntado a que se debe este nuevo comportamiento suyo. Intuye que ese joven algo tiene que ver. Usted bien sabe que yo sería incapaz de decir algo que a usted la dañara, así que por favor ya no se exponga. O ella seguirá haciendo preguntas"
La chiquilla sonrió relajada; "No te preocupes, nana. Ahora enséñame a prepararlo"
(Una hora más tarde. Habitación de la aguamarina)
Luego de haber disfrutado de una buena cena, sentada muy cerca del ventanal y alumbrada con la tenue luz de las velas, la hermosa rubia esperaba por su amada hija.
Pasados unos minutos, la nerviosa chiquilla ingreso llevando en una charola los finos panecillos. "Ahora si podemos iniciar con la amena conversación"
Expectante por aquello tan importante que tenia para decirle, la dama observo la alegría que iluminaba el dulce rostro de su pequeña. "¿Tú lo preparaste?"
"Así es madre, espero y sea de tu total agrado. Los postres son un obsequio de Haruka", expreso al mismo tiempo que con cuidado le servia la humeante bebida.
Katherine asintió, luego le dio un pequeño sorbo; "En verdad haz hecho un buen trabajo, pero ¿A que se debe este cambio en ti?, antes no parecías nada interesada en las labores domesticas. Toda tu atención siempre estuvo en la pintura, o en la música"
Satisfecha, la joven se sentó frente a ella; "Hay cosas que cambian, madre"
La rubia llevo uno de los pastelillos a sus labios, descubriendo que su sabor era más de lo que hubiera imaginado; "Es exquisito. Si ese muchacho los preparo, entonces debo reconocer que tiene un gran talento"
Michiru sirvió la espesa bebida en su taza, luego bebió un poco; "Así es, madre. Estoy segura de que en un futuro Haruka tendrá su propio lugar"
"Ahora dime, ¿Qué es eso tan importante que quieres decirme?"
Las mejillas de la señorita se ruborizaron, su corazón comenzó a convulsionar y sus ojos destellaron totalmente enamorados. Había llegado el momento de sincerarse con ella, así que luego de haber meditado bien las palabras que utilizara, comenzó; "Madre, ¿Qué pensarías si yo decidiera… pasar toda mi vida al lado un hombre pobre, pero muy bueno"
La mujer dejo a un lado la taza. Intuía hacia donde iba esa conversación, mas prefería escucharlo de sus tiernos labios; "Si tú lo amas y él te ama, no tengo porque oponerme. Pero, ¿A qué viene esa pregunta?"
De forma cariñosa Michiru tomo la mano de la mujer entre las suyas; "Madre, hace algunos días Haruka me pidió que me convierta en su esposa, y yo he aceptado. Vendrá a hablar con ustedes en cuanto termine la escuela"
Ante esa apresurada confesión, la mujer titubeo; "¿De verdad?... ¿Estas segura de tu decisión?"
"Sí madre, estoy muy segura de mi decisión. Él es el hombre con quien deseo estar. Somos consientes de que mi padre jamas permitirá nuestra eterna unión, pero es que si tú quieres ver a tu hija feliz, confió en que lo aprobaras, ¿Verdad?... ¿Verdad que a ti no te importa que él sea pobre?", agitada cuestiono.
Katherine llevo la mano a la mejilla de su hija para acariciarla; "Sabes que si tú estas contenta, yo estaré contenta. Si ese hombre es tu felicidad, entonces yo no podre oponerme"
"Ahora sabes a que se debe mi cambio. Deseo convertirme en una buena esposa para él y para la que será mi casa... hemos hecho muchos planes, juntos tendremos nuestra propia panadería"
"Si eso es lo que tú corazón desea, por mi estará bien", gentilmente la dama asintió.
Las mejillas de la señorita volvieron a enrojecerse, luego de forma sutil y ante lo que estaba por decir, se mordió los labios; "Madre, ademas hay algo que quiero confesarte y aunque sé que me juzgaras, debes saberlo porque es mucho lo que confió en ti"
"¿Qué es?"
"Hace ya algunos días que yo deje de ser una niña. Lo amo tanto, que no conformándome con sus besos, decidí que era el momento de convertirme en una mujer", sin titubear, fue capaz de expresar.
Tratando de negarse a ella misma lo que esas palabras significaban, sus delicadas manos comenzaron a temblar; "¿De que forma?... ¿Qué hiciste?"
La aguamarina sonrió satisfecha; "Madre, yo me entregue a él. Fue algo que disfrute"
Ruborizada por tan extraña conversación, nerviosa la mujer se puso de pie; "Debo ir a terminar mi tejido"
Su hija negó con la cabeza; "Escúchame, madre. Lo amo tanto que decidí que era momento de entregarnos a lo que sentimos. Ademas no tiene nada de malo que una mujer enamorada busque la intimidad con la persona que ama. Esa es la máxima muestra de su amor"
"¿Condiciono su amor a cambio de que tú... accedieras a estar con él?", confundida, Katherine pregunto. "¿Te forzó?, ¿Ejerció en ti alguna presión?", recobrando la compostura, volvió a sentarse.
Michiru se puso de pie y caminando hacía ella se arrodillo, luego tomo sus manos entre las suyas; "Madre, Haruka es el más bueno de todos los hombres, él jamas haría algo como eso. Él no es como esos sujetos que mienten para conseguir lo que quieren. Él no me pidió nada, fui yo quien decidió que era el momento de entregarnos a nuestra pasión"
Asimilando las noticias, la rubia cerró los ojos un momento; "Si esa fue tu decisión, entonces no tengo porque juzgarte", habiendo dicho, llevo su mano al rostro de la joven para acariciarle las sonrosadas mejillas. "Si esa fue tu decisión, la respeto, sin embargo hay un algo que quiero pedirte"
"¿Qué es, madre?", contenta, la chiquilla sonrió.
"Ambos no solo deben pensar en su amor y... en su satisfacción. Michiru, ya no eres una niña y sabes que todo acto trae consecuencias... consecuencias que en estos casos son muy naturales. Considero que aún no están preparados, al menos no hasta que finalmente estén casados. Así que tendrás que cuidarte de que eso no ocurra"
La joven se ruborizo ante esas palabras. No importaba cuanto amara y confiara en su madre, pero era obvio que ella no podía saber el secreto que guardaba; "Madre, eso no pasara. Siempre tomamos precauciones"
Katherine respiro profundo, luego en silencio medito un poco. Ante esa actitud, la aguamarina se volvió presa de la ansiedad. ¿Qué era aquello que su madre estaría pensando?
La dama, volviendo a sonreír, fijo la mirada en la de su hija; "Agradezco el gesto de confianza que has depositado en mi. Hace tiempo dije que podíamos hablar sobre cosas de mujeres, y aunque ya lo hemos hecho, lo de hoy lo traspasa todo. No te juzgo, porque a una mujer enamorada no se le puede juzgar, y es por eso que ahora es tu turno de escucharme"
Titubeante por aquello que pudiera llegar a decirle, la chiquilla puso toda su atención en ella; "¿Qué es, madre?"
Exhalando, la rubia comenzó; "Yo también fui una mujer joven... yo también ame con todo mi corazón, y aunque sé que es incorrecto experimentar lo que aún y luego de tantos años sigo sintiendo, deseo con todo mi corazón poder verlo una vez más, aunque fuera una sola. Entonces yo podría morir en paz"
"¡Madre!"
"Entiendo que te sorprenda, pero debo admitir que en ningún momento ame a tu padre, todo mi amor pertenece a dos personas, que son él, mi adorado Albert y tú, mi amada hija. Yo estoy aquí, pero mi corazón siempre ha estado junto a él"
Ante esa extraña confesión, la joven beso sus manos; "¿Qué sucedió?, ¿Por qué si amabas a otro hombre decidiste estar con mi padre?... ¿Por qué te condenaste a este terrible sufrimiento?"
"Porque no quise desobedecer a mi padre. Él jamas supo que yo amaba a un hombre que bien podía ser considerado prohibido... Él era pobre... el hijo de nuestra criada, quien creció a mi lado como si fuera mi hermano mayor. Aún lo recuerdo arreglando las rosas del jardín, aún lo recuerdo tocando el clavicémbalo en el ultimo piso de aquel edificio. Dioses, no debí ser una cobarde", expreso echándose a llorar de forma abierta. "Ese joven me lo recuerda tanto, que cuando por primera vez lo vi, volví a pensar en mi amado"
"Jamas lo hubiera imaginado", sin aliento, Michiru siseo.
Limpiándose las cristalinas lagrimas de sus sonrosadas mejillas, Katherine sonrió; "Soy una tonta. Mi deseo es un imposible. Muy seguramente tiene sus propios problemas y ocupaciones... quizás hasta una vida y una familia ya hecha... no quiero que tú corras el mismo destino que yo y seas infeliz", habiendo dicho, se reincorporo y rápidamente abandono la habitación.
Con más preguntas que respuestas, en silencio y tratando de asimilar lo que había escuchado, Michiru no supo que decir...
(Notas de autor)
Quizás les sorprenda la confesión de nuestra protagonista, pero es que necesitaba decírselo a su madre. Aunque ella estaría feliz de permitir esa unión, Michiru quería asegurarse de que se lo confirmara.
Kaiohmaru; Así es, ese matrimonio fue su perdición. Es cierto, aún puede hacer mucho con su vida.
Michelle; Me gusta que el lector sea parte de la historia.
Isavellcota; Gracias. Ustedes son quienes forman este sitio.
UnbreakAbleWarrior; Gracias. Isao ni ninguna de las personas que le rodean son de fiar.
HaruTenoh11; Quizás en otra vida le toca volver a nacer ;(
Hotaru tomoe; Ese sujeto no beso a Haruka en mal plan, son sus costumbres, aunque Michiru si lo hubiera abofeteado xd. Era muy difícil que Katherine los pillara en pleno acto, así que lo mejor fue que Michiru se lo confesara.
