Holaaaaaaaa, como estan, espero ke bien, yo aki feliz de la vida en cuenta regresiva, porke el 2 de abril cumplo un año de pololeo con mi novio u/u, asi ke estoy muy happy, espero pa ese dia tenerles alguna sorpresa...

Bueno aki les traigo un nuevo capitulo de el misterio del caballero del Fenix jojojojo, espero ke les guste mucho.

como ya saben, Ruroini Kenshin no me pertenece, y solo los tome prestados para poder hacer mi fics n.n jajajaja
Mmm sin mas ke decir... nos vemos abajo
ke disfruten este capitulo...


El Misterio del Caballero del Fenix

CAPITULO II.

Kenshin había mandado una misiva al reino de Saito para declarar la guerra nuevamente, ahora él iba a estar a mando, ya que había escuchado varios rumores de una fuente que curaba todas las enfermedades, que ubicada en lo profundo de la cueva que durante tantos años ambos reyes habían deseado.

Así que viendo cada vez más deteriorada la salud de su padre, decidió poner fin al asunto. Pero también necesitaba pensar mucho el siguiente paso a dar, no deseaba enfrentarse en una batalla interminable con el rey Saito, que ya de por si sabia que era un excelente guerrero.

Sin más, sabiendo que tenia que despejarse y pensar que paso seguir, tomó a su caballo noche, y empezó a cabalgar fuera de su reino a un bosque cercano, sin saber que ahí encontraría su destino...

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Kaoru fue la que más fríamente tomó la noticia, debía pensar rápidamente, se daba cuenta de que quien había mandado esa nota no era el rey Hiko, sin mas bien el príncipe heredero, eso significaba que algo extraño pasaba también en el reino de los Himura. Decidió que tenia que salir de allí, y pensar en alguna estrategia para que no se enteraran de que su padre estaba enfermo y que nadie podía hacerles frente.

Se puso un simple vestido color azul como sus ojos, y se soltó el cabello, tomando su arco y flechas, se dirigió con su caballo al bosque donde habitaba su tía, para así poder practicar tranquilamente mientras pensaba en alguna estrategia para así poder vencer esa dura batalla.

Detuvo a su caballo en un pequeño claro que existía en medio del bosque, dejando al hermoso animal blanco que recorriera tranquilamente ese sitio pastando. Ella tomó su arco poniéndose en posición para disparar y así lo hizo durante un rato, siempre dando en su blanco.

Pero escuchó un ruido entre los matorrales y sin que se diera cuenta lanzó la flecha hacia la profundidad del bosque. Rápidamente la princesa, recogió todas las flechas guardándolas en su cajac y dejando tanto arco y flecha en su caballo, salió en busca de la flecha perdida. Pero quien se iba a imaginar que justo esa flecha iba a dejar clavado a un árbol a un pelirrojo muy despistado que estaba medio perdido en el bosque.

Así como lo oyen la flecha de la princesa Kaoru, justo le dio en la capa de un apuesto príncipe pelirrojo, que se había detenido a descansar y a tratar de ubicarse en ese extraño bosque, dejándolo enganchado a un árbol.

-Pero que paso aquí -se preguntó el príncipe Kenshin al ver la flecha clavada en su capa, sacándola rápidamente y así desenganchándose de el árbol.

-Parece que vino de ese sector.-dijo el pelirrojo, dispuesto a salir en la búsqueda de la persona que le había lanzado la flecha y así saber si era un atacante o no.

Eso iba a hacer, es decir salir en la búsqueda de, según el, tamaño idiota que le había lanzado esa flecha. Cuando escuchó un ruido entre los arbustos, y se dirigió silenciosamente a ellos, esperando ver a algún animal, y no encontrarse con dos océanos que lo miraba curiosamente durante unos segundo para luego salir corriendo hacia la espesura del bosque. Pero esos ojos ya habían realizado su cometido, lo habían embrujado.

Rápidamente salió en persecución de tan hermosa muchacha, que con solo unos segundos de mirar sus ojos, lo había dejado tan hipnotizado.

Ambos corrían rápidamente una huyendo y otro n la persecución de esta. Parecían que los árboles y arbustos le abrían el paso a la hermosa muchacha que corría rápidamente, pero al pasó de esta ellos nuevamente volvían a su posición normal dificultando a su vez la carrera de nuestro pelirrojo.

Fue cerca del lago, cuando de repente ella desapareció, sin mayor razón, dejando perdido al joven príncipe en la espesura del bosque. Sin saber donde seguir buscándola, empezó a caminar hacia la orilla de un acantilado pero en eso una hermosa mujer de cabello negro como el ébano al igual que sus fríos ojos, su pálida piel contrastaba con los negros de sus cabellos, y su vestimenta blanca con hermosas plumas abrigando su cuerpo.

-¿Qué buscas aquí mortal, entre mis tierras?. –preguntó la mujer.

-Venia persiguiendo a una chica... –Dijo Kenshin un poco desesperado por encontrarla.

-Príncipe Himura, que de especial hay en una joven mujer que tan desesperado lo tienen.- dijo Tomoe sonriendo para sus adentros.

-Sus ojos, me hechizaron, ellos eran tan azules como el mar, y su cabello tan negro cono el azabache. Yo... yo solo deseo verlos nuevamente, deseo ver esos océanos que me miraron.

-A quien buscas, no es más que una ninfa de este bosque, las cuales no pueden relacionarse con ningún ser humano, por eso olvida esos ojos que tanto te han impactado.- decía Tomoe fríamente.

-Es que no puedo. –decía Kenshin cada vez con los ojos más dorados.

-Pues solo te diré que busques dentro de tu propia especie esos ojos que tanto te impresionaron, porque nunca más veras a la ninfa que viste en el bosque.

-¿Buscarla entre los hombres?.

-Así es, si logras encontrar esos ojos dentro de los hombres, entre tus pares, quizás encuentres a quien realmente te robe el corazón.

-¿Encontrar esos ojos entre los hombres? –decía pensativo Kenshin.

-Ahora debes partir, ya que estas en reino enemigo. Hasta pronto príncipe Himura -dijo Tomoe desapareciendo ante los ojos del príncipe.

Kenshin se quedo más que impresionado al ver el acto de desaparición de esa hada (quien no, verdad?). y lentamente se fue de ese bosque en busca de su caballo para cabalgar hacia su reino.

Ahora bien ustedes me preguntaran ¿Que diablos paso con Kaoru que desapareció de la nada!. Bueno pues ustedes recordaran haber leído un poco mas arriba que Kaoru salió corriendo al ver los ojos dorados de Kenshin, huyendo para que no la alcanzara porque sino iba a estar metida en un gran lío, mal que mal, ambos eran enemigos.

La cosa es que detrás de donde se apareció Tomoe, había un acantilado y nuestra querida princesa callo por allí... Ya ya ya, no me reten antes de tiempo, que en verdad nada malo le paso, porque sino lo sabían ese bosque era mágico, y por ende mas de alguna cosa pasa sin que nosotros nos demos cuenta. El asunto es que un gran roble que crecía en la orilla de este acantilado al ver que Kaoru sin darse cuenta tropezó y se iba a caer por el acantilado, con sus raíces logro abrazarla y así impedir que ella se dañara. La ventaja de su posición era que logro escuchar toda la conversación de Kenshin con Tomoe, haciendo que un leve sonrojo cubriera sus pálidas mejillas.

Cuando al fin se fue el pelirrojo, el árbol lentamente la subió para que así no corriera el riesgo de que anda le pasara, cuando estaba por alcanzar la orilla una mano muy pálida tomo la de Kaoru para ayudarle a subir completamente.

-Muchas gracias. –dijo Kaoru al árbol.

-De anda pequeña, eres uno de nosotros también es nuestro deber protegerte.-decía el árbol meciendo suavemente sus ramas ante la suave brisa.

-Tomoe.-dijo Kaoru al darse la vuelta y ver a su tía sonriéndole.

-Kaoru, esta vez si que te salvaste por poco.

-Ni que lo diga usted. Pero es que necesitaba pensar en verdad, esto de que el reino vecino nos haya declarado nuevamente la guerra, lo que mi padre este enfermo, todo esta demasiado complicado, y sin querer se me escapo una flecha y casi le dio al príncipe.- decía Kaoru un poco triste.

-No te preocupes, yo te ayudare, y se que tendrás la solución a todos estos problemas.

-O sea, se que puedo hacer; pero es bastante arriesgado hacerlo y necesitaría la ayuda de mis hermanas y tuya. –dijo sonriendo traviesamente.

-¿Qué idea se te ocurre pequeña?.-

-Pues...

Si creen que les voy a contar la idea de Kaoru, están locas porque perdería todo el chiste este fics¿no?. Así que pasemos a otro tema y veamos que esta haciendo nuestro querido pelirrojo.

Después de la conversación que tuvo Kenshin con esa extraña mujer, se dirigió rápidamente hacia su reino para poder poner todo en orden para su próxima partida, de lo que si estaba seguro era que Saito no le iba a ganar, él obtendría esa agua bendita para poder sanar a su padre, pasara lo que pasara.

-Kenshin, ya era hora que llegaras¿Dónde has estado?. –le grito Sano en cuanto se bajo del caballo.

-Estaba tratando de alejar de mi mente los problemas, aunque me encontré con uno mucho peor. –dijo esto en un murmullo

-¿A que te refieres Kenshin? –preguntó Aoshi.

-Encontré los ojos mas hermosos de este mundo.-dijo Ken suspirando.

-Así que encontraste a una chica, y de donde es, como era, porque no la trajiste contigo –dijo Sano ansioso al ver que al fin Kenshin se había fijado en una muchacha.

-Pues, tenia los ojos de un profundo color azul, como el océano, que te envolvían y atraían a él sin importar como. Su piel era blanca como la nieve, de labios rosados que atraían para ser probados y besados. Tenia el cabello negro como el ébano tan largo y liso que parecía seda negra. Su cuerpo era perfecto... Pero lo malo es que ella no era de este mundo.-dijo Kenshin con sus ojos tristes.

-¿A que te refieres con que no era de este mundo? –dijo Aoshi, sospechando un poco la respuesta que le daría Kenshin.

-La encontré en el bosque encantado, al parecer estaba practicando arquería y sin querer una de las flechas me apreso la capa, la seguí persiguiendo, pero en un momento de distracción ella se adelanto un poco y la perdí, fue cuando el hada de ese bosque, la guardiana de él se me apareció, diciéndome que a quien yo buscaba era una ninfa de ese bosque, que no se le estaba permitido hablar con los hombres y por ende nunca mas la volvería a ver. Me dijo esa mujer que buscara entre los hombres unos ojos parecidos a los de ella, pero yo me enamore de esas orbes azules, inocentes y puras, no se lo que haré, creo que me voy a volver loco.

-Tranquilo Kenshin que no permitiremos que nuestro querido amigo se vuelva loco, aunque para ello tengamos que ir a ese bosque y buscar por cielo, mar y tierra a tu ninfa de ojos azules. –dijo Sano apoyando a su amigo al verlo tan afligido.

-Así es pero primero tenemos que planear una guerra. –dijo Aoshi.

-De acuerdo vamos dentro.

Los tres jóvenes se dirigieron al castillo para planear así lo que seria la ultima batalla, pero a las pocas horas de haber empezado, reciben un mensajero del reino de Saito que le traían una respuesta de la famosa declaración de guerra nuevamente.

-Mi señor –dijo uno de los sirvientes del castillo.

-¿Qué sucede Yamato? –preguntó Kenshin cuando fue interrumpido.

-Un mensajero del reino del Rey Saito ha llegado a nuestro reino, trayendo un mensaje para vuestra excelencia.

-De acuerdo, hazlo pasar –dijo Kenshin.

Pocos minutos después, encontró un joven de cabello castaño en puntas y ojos café, con una shinai de madera en su espalda. En realidad, era casi un niño de 15 años aproximadamente, con una cara, en la cual no se mostraba la sorpresa de la opulencia del reino de Himura, era como si estuviera ya acostumbrado a esa elegancia.

-¿Quién eres pequeño? –preguntó Sano.

-No me llames pequeño, cabeza de gallina.-dijo el niño sacándole la lengua a Sanosuke.

-Nadie se refiere así, al gran Sanosuke Sagara.

-Pues yo si, así que deja de molestar.

-Haya paz¿quien eres?.- pregunto esta vez Kenshin con una gota en la espalda.

-Mi nombre es Yahiko, y vivo en el reino de Saito sama. Me enviaron a responder la declaración de guerra que el príncipe Himura mando a nuestro reino.-dijo Yahiko orgulloso.

-Puedes darla, yo soy el príncipe Kenshin.

-Muy bien, aquí tiene el mensaje.- dijo el niño (Yahiko: NO me llames niñoooooo!... emmm perdón por la interrupción) entregándole un pergamino con el sello real de Saito.

-Muchas gracias.

-Me indicaron que esperara una respuesta a la carta señor.- dijo Yahiko CHAAAN (Yahiko: grrrr ke no me llames Chaaaan) (Ghia: jojojojojo, sigamos con la historia que este niño me distrae :P)

-Muy bien.-Kenshin abrió la nota y rápidamente la leyó impresionándose por el contenido que más o menos decía así.

"Rey Himura, tanto nuestro reino, como el suyo, ya debe estar cansado de interminables batallas entre nuestros dos ejércitos. Así que le propongo una idea que me ha estado revoloteando en la mente desde hace mucho.

Yo mandare a mis tres mejores guerreros y usted también, ambos se enfrentaran en diversas pruebas que ellos mismos decidirán, y los que ganen estas se quedaran con la caverna de la perla. Eso significaría, no mas batallas ni muertes inútiles como las que han sucedido en todos estos años.

Hajime Saito."

Kenshin se quedo impresionado, ya que tampoco él quería que se siquiera peleando más por esa mina, y al mismo tiempo se pegaba una patada mental por no haber pensado en una solución así. Era lo que necesitaban ambos reinos.

-Dile a tu rey que acepto su desafió, que así sea.-dijo Kenshin luego de meditarlo unos minutos.

-Muy bien, volveré para acordar la fecha del encuentro y el sitio.-dijo Yahiko haciendo una reverencia a Kenshin y después sacándole la lengua a Sanosuke.

-De acuerdo.

Rápidamente Yahiko partió en su caballo, al reino de Saito, para llevarle la respuesta a su princesa. Por que claro, a quien sino se le hubiera ocurrido esa idea, a el rey, al lobo de Mibu? Eso si que seria extraño, con el carácter que tiene.

Después de unas horas de viaje, el joven llego al castillo, donde habitaba la familia real Saito.

Kaoru lo esperaba en el comedor con una gran cena preparada para él, ya que estimaba a ese pequeño como su realmente fuera su hermano, y lo cuidaba como tal.

-¿Cómo te fue Yahiko? .-preguntó algo ansiosa la joven.

-Pues bien, aceptaron la propuesta.-dijo con la boca llena. (Oyeee Yahiko chan ke no se habla con la boca llena, aprende modales)

-Muy bien, entonces hay que ponerse manos a la obra, mientras más pronto terminemos con esto, va a ser mejor, para mi padre, mas rápido podrá estar sano. –dijo Kaoru dejando al chico comer tranquilamente mientras iba a buscar a sus hermanas para decirles el resultado de ese mensaje que le mando al rey.

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-Pero Kenshin, que decía la nota del rey Saito. –pregunto Sano.

-Pues en vez de entablar una batalla campal, me proponía que nosotros lleváramos a nuestros tres mejores guerreros, y el también mandaría a sus tres mejores hombres y se realizaran diversas pruebas que nosotros impusiéramos y los vencedores de todas ellas pues ganaba esta guerra interminable.

-Vaya, es una gran idea –dijo Aoshi, mirando a Kenshin mientras asentía. –Supongo que iremos nosotros.

-Por supuesto que si, somos los mejores del reino, ahora esto debe quedar entre nosotros, porque si mi padre se entera, pone el grito en el cielo.

-Así es, el niño volverá supongo que dentro de poco a decirnos donde será la batalla y la fecha y hora.

-Entonces será mejor ponerse a entrenar un poco. .-dijo Aoshi.

-Hoy no, ya es muy tarde. –dijo Sano bostezando.

-Como siempre queriendo bajar, cabeza de gallina –dijo Aoshi sonriendo.

-No me llames cabeza de gallina, cubito de hielo –decía Sano furioso ante el apodo.

Kenshin solo veía la escena sonriendo asumiendo que esos dos siempre pelearían, pero a la vez sabiendo también que eran sus mejores amigos, y los mas grandes guerreros que había en su reino. Si todo saliera bien, esa caverna seria suya y la fuente dentro de esta también, así sanarían a su padre y podrían estar en paz para poder buscar a su ninfa de ojos azules.

Rápidamente sus pensamientos se dirigieron a la visión que tuvo por unos segundo de esa hermosa muchacha, y principalmente de sus ojos hermosos, de esos océanos, llenos de bondad e inteligencia que lo cautivaron en unos segundos.

Dos días pasaron sin tener noticias del Reino de Saito, pero en la tarde del tercer día, llego nuevamente Yahiko al castillo llevando el día, lugar y hora para dar inicio a los distintos duelos entre estos seis hombres.

-Príncipe Himura, he regresado con la respuesta de mi señor.-dijo Yahiko una vez que se presento nuevamente con Kenshin.

-Y que ah decidido vuestro rey.-pregunto Kenshin ansioso.

-La batalla será dentro de una semana, en las orillas del lago que cruza tanto vuestro reino como el nuestro, se dará inicio a las 12 del día y deberá llevar aparte de sus tres mejores caballeros a un sacerdote que vaya certificando las diversas victorias, nuestro reino hará lo mismo. El duelo se decidirá cuando las 10 competencias hayan acabado, sin saber el resultado hasta el final, donde los dos sacerdotes den su veredicto.

-Muy bien, ahí estaremos nosotros esperando por la delegación del rey Saito –dijo Kenshin seriamente.

-Entonces, con su permiso señor, que las princesas me están esperando para que las acompañe a un paseo. –dijo Yahiko corriendo para alcanzar a Kaoru que iría a cabalgar al sitio donde se realizaría la batalla y así mostrárselos a sus hermanas.

-¿Princesas? –preguntaron Sano y Kenshin cuando Yahiko se fue en dirección a su reino.

-Si, es que acaso no sabían que el rey Saito solo tiene tres hijas, no tuvo ningún hijo varón, aunque dicen que sus tres hijas son realmente hermosas.

-Vaya... –repitieron los dos asombrados. Mientras Aoshi solo movía la cabeza en señal de negación...

Continuara...


Bueno aki esta este capitulo... espero ke les haya gustado... Va dedicado a la moni y a la nuki jjojo bueno bueno a todas las chicas del kazuko RK y a las 3D yVG XDDDDD

Espero pronto empezar a escribir tb un nuevo fics, para que no se keden solo con este... tal ves otra adaptacion.. mmm no seria mala idea jojojo

Gueno como siempre espero sus comentarios (sino me enojare realmente con todas ustedes y me ire a mi rinconcito a llorar), por ende kiero reviewsssss!

bueno beshitos..

las kero mucho a todas mis neechans n.n

hasta el proximo capitulo

ja ne