Holaaaaaaaaas! como ven hoy es el dia de actualizaciones asi ke aki les traigo el capitulo 4 de el misterio del caballero del fenix jojojo
Pues bien les tengo una Propuesta, la nuki me dio esta idea ke a mi me parecio entretenida, com osaben se vienen las competencias entre nuestros caballeros ASi ke aceptare sugerencias para las competencias, son 10, Tres ya las tengo definidas ke son las ke se enfrentan kenshin y uroak, asi que no jodan, Pero me kedan too el resto de los personajes 1 de ellas sera todos contra todos asi que tb piensen en una idea para ello, asi ke tiene ke imaginar 6 competencias, ya qke aki tengo la primera ke no es de kenshin y Uroak, sino ke de Aoshi v/s Oasim, en otras palabras son 2 ms de este singular duo, 3 de Sano v/S Imugem y una de tres contra tres... les aprece? ASi ke espero sus ideas en los reviews para empezar a escribir los capitulos correspondientes n.n
Bueno sin mas ke decir... los dejo con el capitulo 4 de esta loca idea...
ke lo disfruten... nos vemos abajoooooo
El Misterio del Caballero del Fenix
CAPITULO IV.
Uroak, miraba como se retiraba silenciosamente el príncipe Himura. Sabia que algo tramaba, su sexto sentido le indicaba que tenia que tener mucho cuidado con él y sus amigos, porque sino tendría demasiados problemas... Debía ser mas astuto que ellos tres porque la salud de el rey, y el bienestar de el pueblo dependían de ellos tres, y sus capacidades para poder superar las pruebas.
-¿Qué te inquieta hermano, sabes que nunca me podrán vencer en las carreras de caballos, no con Relámpago.-dijo preocupado Oasim, al ver el rostro sombrío de su hermano menor.
-Pues para serte sincero, no lo sé, me inquieta esos tres hombres, algo traman, especialmente el príncipe Himura, mi sexto sentido esta mas que gritando alerta roja.
-Yo también lo siento, hermano, es como si después de esta pelea no volveremos a ser los mismos.-dijo Imugem.
-Así que tu también lo sientes hermano.-dijo Uroak sonriéndole a sus dos hermanos. Los cuales ambos asintieron, ante la mirada preocupada de el menor de los caballeros.
-Si pequeño, la pregunta es ¿Qué vamos a hacer?.-pregunto Oasim, mirando fijamente los azules ojos de su hermano.
-Tendremos que tener mucho cuidado, tenemos que ser lo mas discretos posibles, nada debe interferir nuestra misión, sino todo estará perdido.
-No te preocupes hermano, que contigo de nuestra parte y la ayuda de Tomoe, todo estará bien.-dijo Imugem, revolviéndole un poco el cabello a Uroak.
Los tres hermanos, junto con la compañía de los recién despertados Yahiko y Tsubame, siguieron su platica amena, sin preocuparse por el momento de nada más que su compañía y divertirse sobre lo que vendría más adelante.
Los 5 personajes, tan extraños, se llevaban muy bien, a pesar de las peleas que de vez en cuando ocurrían entre los tres hermanos, pero parecía que solo eran unas cuantas pullas para poder divertirse y sacar de quicio al primero que enganchaba con las bromas, quien rápidamente se lanzaba sobre el resto jugando y riendo, a veces gritando unos cuantos insultos a los 4 restantes y otras mirando significativamente a algunos para descargarse del iniciador de la broma haciendo un montoncito con el resto del extraño grupo.
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Kenshin miraba la situación desde su campamento, envidiando en cierto sentido, la relación existente entre esos tres hermanos y los dos jovencitos que los acompañaban. Parecía que se llevaban muy bien, y que se divertían mucho en su compañía, él solo tenia sus dos mejores amigos, Sanosuke y Aoshi, más su relación era mas madura y no recordaba ningún momento en que se divirtieran así como esos 5 muchachos del reino de Saito. Su relación de amistad, siempre estaba basada en las largas conversaciones y en una que otra broma, principalmente entre Sano y Aoshi, pero Kenshin sentía que siempre ha estado apartado de sus amigos, siempre había sido el pacificador, y nunca se habían divertido como esos enemigos tan extraños.
En esos pensamientos lo encontraron Aoshi y Sanosuke, mientras él perdido en su mundo sin despegar la vista del campamento contrario.
De pronto Kenshin sintió que le golpeaban la espalda sacándolo de los pensamientos en los cuales estaba concentrado mientras miraba el otro lado del lago, mirando al fin que a su lado estaba Sano y Aoshi.
-Orooo.-dijo Kenshin un poco perdido al ver a sus dos amigos cerca de él y sin que él se diera cuenta.
-Hasta que al fin reaccionaste Kenshin, estamos hace mas de 10 minutos tratando de sacarte de ese mundo de ensueño.-dijo sonriendo Sanosuke al ver que al fin Kenshin se daba cuenta de su presencia.
-Lo siento, es que estaba pensando.
-Si ya nos dimos cuenta.-dijo Aoshi mirando fijamente a Kenshin, dándose cuenta de que algo extraño le sucedía al pelirrojo, pero sin mencionar el asunto continuo.- ¿Qué te dijeron los enviados del rey Saito, aceptaron la competencia?.
-Así es, correrás contra Oasim, el que tiene los ojos verdes y la capa de la comadreja.-dijo Kenshin poniéndose serio nuevamente.
-Jajajaja, así que el pequeño revoltoso será el contrincante del cubito de Hielo, comadreja contra el hielo, quien lo diría no?.-dijo riéndose Sanosuke ante la cara molesta de Aoshi.
-Cállate cabeza de gallina, será mejor que vayamos a tomar desayuno, hay que trazar la ruta para la carrera de caballos.-dijo Aoshi alejándose de Kenshin junto con Sanosuke que no paraban de lanzarse insultos. El pelirrojo dio una ultima mirada al campamento enemigo, descubriendo que Uroak lo miraba fijamente, dándole a entender que había notado su escrutinio y sin mas que una simple mirada se dio la vuelta para continuar con lo que estaba. Kenshin se impresiono un poco, ante esa mirada pero luego alzándose de hombros siguió a sus dos amigos que ya le llevaban una buena delantera.
Los preparativos para la primera prueba estaban casi listos. Oasim, escuchaba, bueno en realidad intentaba escuchar, lo que su hermano decía, concentrándose solamente en el placer de cabalgar rápidamente, como el viento, con Relámpago.
-Oasim, deja de andar en las nubes y escúchame.- dijo ya un poco molesto Uroak, al ver la distracción de su hermano.
-Ya ya... no se para que tanto te preocupas, si sabes que nadie me puede vencer, cuando estoy en los lomos de un caballo, especialmente de Relámpago.
-Si lo se hermano, pero es que me preocupa esa confianza ciega tuya, sabes que nunca debemos confiarnos.-dijo Imugem.
-Si, pero yo mido menos de la mitad de ese cubo de hielo, y obviamente soy mucho mas liviano que él. Sinceramente es muy difícil que me gane.
-Pero comadreja, si ellos eligieron ese reto por algo será, y nunca debemos confiarnos de nuestras habilidades.
-Oh, de acuerdo, par de aburridos, me concentrare en la carrera.-dijo un poco fastidiado Oasim.
-Muy bien, entendiste todo el recorrido, verdad.-dijo Imugem, un poco preocupado por su hermano.
-Por supuesto que si, la carrera será desde el inicio del lago, hasta las faldas de la colina de la rosa. El primero que llegue a ese sitio donde estará Yahiko y un sirviente de los Himura será declarado como ganador.-dijo el de ojos verdes con un dejo de fastidio en su voz.
-Esta bien hermano, creo que es hora que dejemos a nuestro hermano solo, para que así hable con Relámpago y le expliqué lo importante de esta carrera.-sonrió Uroak a su hermano mayor, que lo miraba con agradecimiento.
-Arg, esta bien, vamos mejor al campamento para recoger algunas cosas que nos hacen falta, especialmente la capa de Oasim.-dijo Imugem, con una mirada de porque a mi, dirigida a los dos hermanos menores que se gastaba, cual de los dos estaba más loco.
-Esta bien kitsune, dejemos que nuestro hermano hable con su amigo Relámpago, para que así ganemos esta primera competencia.-dijo Uroak, con una mirada asesina para su hermano de castaños ojos.
Oasim se quedo solo con su querido caballo, ese animal había estado con él desde que era muy pequeño, su padre se lo había regalado, de potrillo y habían pasado muchas aventuras y travesuras juntos, especialmente cuando su pequeño hermano había tenido edad para andar y se unía a las travesuras que siempre planeaban juntos.
Los tres hermanos tenían una muy extraña relación, muchas veces pelaban, pero ante las dificultades siempre se unían, cuando Oasim, empezó a crecer y dejo de ser niño, su espíritu mas travieso se vio un poco disminuido, se tenia que comportar como lo que a su estirpe le correspondía, y ahora ya no podía corretear por los campos y salir a montar con su querido caballo por donde quisiera.
No entendía porque se había dejado cambiar por su padre, pero con esta aventura, estaba recordando todo lo que él era antes de crecer, y eso lo hacia muy feliz, se sentía libre por fin, de todas las ataduras que su rango y condición le imponían.
Lentamente tomó las riendas de su hermoso caballo, y lo dirigió para que bebiera agua y descansara antes de todo el ajetreo que seria la carrera contra ese cubito de Hielo. No iba a permitir que ese tipo le ganara, no lo haría, antes muerto que rendirse ante tamaño hombre, y mas encima con un rostro tan inexpresivo. Pero a la vez algo en ese rostro le llamaba la atención, él era por naturaleza demasiado alegre, en realidad los tres hermanos eran muy risueños, pero él lo era más, y tenia la maldita tentación de hacer reír a ese cubo de hielo que era su contrincante.. al darse cuenta de hacia donde le dirigían sus pensamientos, los aparto rápidamente un poco sonrojado y se concentro en acariciar a su caballo y a pensar solo en la carrera.
-¿Crees que estará bien?.-Preguntó Imugem al ver a su hermano pequeño Oasim acariciar las orejas de su enorme caballo.
-Claro que si hermano, estoy seguro que va a estar más que bien. Esta recordando lo que era hace ya mucho, lo que éramos los tres, cuando niños, nuestras travesuras, y cuentos. Se esta encontrando con una parte que había reprimido durante mucho tiempo, por nuestra condición y deber.-dijo Uroak sonriéndole a su hermano mayor, pero sin apartar la vista de Oasim.
-Lo se, yo también lo estoy haciendo, también es parte de tu plan no?. Volver a ser lo que éramos antes de que las responsabilidades y el compromiso nos destruyeran completamente lo que éramos.-dijo Imugem, sonriendo tiernamente a su hermano mas pequeño, que tanto le hacia recordar a su madre.
-Sabes que con ustedes no tengo secretos, son mis hermanos y mejores amigos, y verlos como estaban perdiendo casi su alma, me dolía mucho, ver como todo esto lees estaba pasando, así que aprovechando la situación, que mejor forma de matar dos pájaros de un tiro.
-Pequeño, no se como agradecértelo, me siento demasiado bien, es como si volverá a ser yo mismo ahora, y no permitiré que los compromisos y el deber interfieran con mi espíritu, igual que tu.
Los dos hermanos seguían conversando tranquilamente a la orilla del arrollo viendo a su hermano cuidar a su caballo. A pesar de todo, los tres se querían mucho y nada ni nadie los separaría jamás. Porque aparte de ser hermanos, eran los mejores amigos...
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Al otro lado del río, las cosas iban de una manera parecida, Aoshi estaba concentrado en us hermoso caballo, preparándolo para esa carrera, a pesar de su gran altura, era un excelente jinete, el mas rápido de todo el reino de los Himura, mal que mal, prácticamente habia nacido en los lomos de un caballo.
Kenshin y Sanosuke miraban, la concentración de Aoshi, sabiendo ambos lo que le pasaba por la cabeza al cubito de hielo, sabían que recordaba todas sus aventuras en su fiel pura sangre, regalo de su padre prácticamente al nacer. Kenshin estaba un poco preocupado, había visto correr al caballero de ojos verdes, y sabia lo rápido que era con ese hermoso caballo pura sangre. Sabia que la pelea iba a ser muy reñida entre ellos dos, y eso le tenia un poco preocupado en verdad. No sabia quien iba a vencer realmente, pero tenia la confianza suficiente en su amigo, y sabia que iba a dar lo mejor de si para poder ganar ese desafió.
-Ya cubito de hielo, deja al pobre caballo en paz, no vez que con tu presencia asustas al pobrecito.-dijo Sano con una de sus típicas bromas de mal gusto.
-Ya cállate cabeza de gallina, mas bien tu eres el que asusta al pobre caballo al ver tu horrible cara y pelos de punta.-dijo Aoshi respondiéndole el insulto.
-Basta!. Tenemos que ganar esta carrera por el bien de nuestro reino y del rey. Ya saben que nada ni nadie nos puede vencer escucharon?.-dijo Kenshin, muy fastidiado, luego de algunos minutos de estar oyéndolos pelear.
-Esta bien, Kenshin, pero no te enojes... Si solo estábamos molestado para que a cubito de hielo se le pase el nerviosismo.-dijo Sano riendo.
-Grrr, déjate estúpido cabeza de gallo, que se que voy a ganar, nadie me ha vencido y un niño no lo hará tampoco.
Con un suspiro, dejo a esos dos peleando a su gusto, ya veía que nada podría hacer en su contra. Nuevamente, como si un imán lo llamara, su mirada se fue a posar sobre el campamento enemigo, buscando rápidamente a el joven que poseía los extraños ojos azules que lo tenían embrujado. No sabia que le pasaba, mal que mal, a él le gustaban las mujeres y nunca sintió atracción por un muchacho, pero ahora casi no podía despegar los ojos de Uroak, algo en ese trío estaba extraño, pero no podría decir muy bien que es lo que era.
La mañana paso rápidamente, y ya nos encontramos con que nuestros dos contendientes están preparados para competir en la primera prueba. Aoshi estaba montado en su hermoso caballo de color rojizo, mientras que Oasim estaba montado en su caballo, que parecía extremadamente grande para el tamaño del caballero comadreja. Cuando estaban prácticamente por partir, desde el cielo, bajo una enorme águila, de color blanco, que se posó en el hombro de Uroak sacándole una sonrisa, que dejó aun más impactado a Kenshin. Parecía como si esa águila, había estado buscando al caballero fénix (Me hizo recordar a los caballeros de zodiaco ), y este simplemente acaricio las hermosas plumas albinas de la enorme ave.
-Muy bien, creo que estamos listos.-dijo Imugem, rompiendo el silencio que se había formado al ver la llegada de la magnifica ave.
-Tu sabes que yo estoy siempre listo, hermano. Ahora no se si este cubito de hielo lo este.-dijo Oasim sonriéndole traviesamente a su hermano, que lo miro con el ceño fruncido.
-Pues yo estoy listo también, así que no demoremos mas esta derrota para el pequeño comadreja.-dijo Aoshi sonriendo cínicamente.
-Entonces, si ambos están preparados, les recordare una ultima vez las reglas, y el circuito.-dijo Imugem, concentrado en la carrera sin dejar entrever en sus hermosos ojos castaño, que la llegada de esa ave le ponía los pelos de punta. – Ya saben, nada de trampa en esta carrera, no se pueden interponer en el camino del otro para impedir que este los pase, la carrera va a ser desde este sitio, a través del bosque donde ya esta marcada la ruta con diversas prendas, y deberán llegar a el inicio de la montaña de la rosa. El primero que logre llegar con todas las prendas que les corresponda ganara esta primera competencia y le dará un punto a su equipo (Otra vez ya me sonó como a competencia de colegio ). ¿Están de acuerdo?
-Si.- respondieron ambos la unísono, montando ágilmente cada uno su hermoso caballo.
-Pues entonces si están preparados, listos... FUERAAAAAAA!.-grito Imugem y ambos caballo, rápidamente salieron al galope dejando una estela de polvo que hizo a todos estornudar.
Los caballos corrían rápidamente, demasiado parejos, las prendas que debían recoger eran pequeños banderines del escudo de armas de su reino. Que estaban trazando la ruta que debían seguir.
Los dos eran grandes jinetes y rápidamente entraron al bosque, cada uno por un sendero distinto que los iba a llevar al mismo fin, la montaña de la Rosa.
Aoshi, cabalgaba rápidamente recogiendo al vuelo los banderines que habían puesto, con anterioridad los dos jueves, sabia que debía ser rápido, porque se daba cuenta de que su enemigo y contrincante era demasiado listo y veloz, y su caballo, estaba muy bien entrenado para soportar grandes cabalgatas.
El cubito de hielo calculaba que mas o menos ya iba a mitad de camino, cuando por un sendero a su lado, vio un caballo enorme que corría, entre los gruesos troncos de los árboles y el juego entre luz y oscuridad, le pareció ver que el jinete era una hermosa muchachita de largo cabello negro, que estaba amarrado en una trenza y que tenia una pequeña bolsa donde iba recogiendo unos banderines de color verde.
Aoshi, cerro los ojos durante unos segundos, para ver si era real lo que estaba mirando. Pero cuando volvió a abrir los ojos, se encontró que no había nadie que corría a su lado, ya que el camino había vuelto a desaparecer entre la profundidad del bosque.
Esa visión dejo a Aoshi, mas que marcando ocupado, pero tratando de sacar a esa muchachita de la cabeza nuevamente se concentro en la carrera, mal que mal, para eso estaba ahí. Tenia que ganar a toda costa, ya que el rey lo había acogido casi como a un hijo cuando perdió a sus padres hace muchos años atrás, lo recibió y lo educo, como si fuera un hermano del príncipe Kenshin, le debía esto al rey y por el ganaría. Espoloneando aun mas al caballo, el cual avanzo aun mas rápido si cabía posible saliendo rápidamente a la luz luego de estar bastante tiempo en el bosque y con todos los banderines en su bolsa.
Oasim, con Relámpago, cabalgaban rápidamente en el bosque, esquivando objetos y recogiendo rápidamente los banderines que habían puesto antes. Sabia que tenían poco tiempo, en el corto trayecto que habían recorrido a la par con el cubito de hielo, se dio cuenta del excelente jinete que era Aoshi, y que esta carrera iba a estar demasiado pareja. Al ver entre los árboles lo vio cabalgando casi a la par de él, pero viendo que le sacaba un poco de ventaja, se aprovecho de ello y diciéndole unas palabras al oído de Relámpago, cabalgó aun más de prisa, mal que mal, cabalgar entre los bosques era su especialidad, criándose prácticamente en un bosque, sabia como sacarle provecho a esta situación y rápidamente tomo ventaja y lo adelanto, sin que el cubito de hielo se diera cuenta. La sonrisa de Oasim era mas grande al ver que rápidamente dejaba atrás a su contrincante y a la vez que recogía las banderas las echaba rápidamente en una bolsa que tenia a su costado agarrado fuertemente para que no se le perdiera, con la suerte que tenia, lo mas seguro es que se le cayera la bolsa.
Rápidamente el y relámpago se iban acercando a la salida del bosque y sabia que en ese momento debían ambos sacar lo mejor de si, para poder correr a campo traviesa y llegar primeros a la montaña. Era su deber, sus hermanos confiaban en él, el rey confiaba en ellos, las princesas y Tomoe también lo hacían. No iba a defraudarlos a ninguno, tenia que vencer y lo haría, costase lo que costase. Protegería y ayudaría a salvar a su reino, sanarían a su rey, eso era lo mas importante nada mas...
Oasim, salió de el bosque al fin, cegándose un poco por el exceso de luz que había, después de estar tanto tiempo bajo la protección de los árboles, pero entrecerrando los ojos siguió avanzando hacia su meta.
Aoshi, salió pocos minutos después de Oasim, mirando hacia delante, lo vio correr rápidamente junto con su corcel, y furioso, por la rapidez de el caballero del reino Saito y aumentando la velocidad entraron en una loca carrera por ver quien lograba ganar esta primera competencia...
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Kenshin miraba la extraña ave que tenia en su hombro Uroak, ya que estaba tranquilamente apoyada allí, sin muestras de hostilidad. Imugem, luego de darles la partida a Aoshi y a Oasim, se dirigió rápidamente a donde estaba su hermano, mirando asombrada también esa magnifica ave. El de ojos azules como el mar, solo le sonrió a su hermano y se dirigió a su caballo, para ir a donde seria la meta y ver quien ganaba.
-Vamos hermano, luego hablaremos, ahora tenemos una competencia que ver.- dijo Uroak, adivinando las miles de preguntas que tenia su hermano en la cabeza y sonriendo ante ello.- Usted príncipe no nos acompaña?.
-Emmm, claro que si, debo ver el resultado, Sanosuke rápido los caballos.-dijo Kenshin un tanto nervioso al ver fijamente las profundidades de ojos que tenia Uroak.
-Esta bien Kenshin, no te apresures que aquí están.- dijo Sanosuke sonriendo traviesamente, al ver la mirada un poco perdida de Kenshin luego que Uroak se diera la vuelta aun con la enorme ave en su hombro.
Los cuatro jinetes se dirigieron a un paso tranquilo. El gran ave volaba suavemente sobre los dos caballeros del reino Saito, como protegiéndoles de alguna cosa, Uroak, algunas veces levantaba la vista hacia la majestuosa águila, para luego concentrarse en el camino, viendo cada vez mas cerca la montaña de la Rosa, donde sabia que tarde o temprano su destino lo impulsaría a ir.
Imugem, miraba simplemente a su hermano con una cara de curiosidad y un poco de ansiedad, sabia que significaba esa águila, y ese pensamiento, lo lleno de temor hacia su hermano, se había posado en su hombre, al igual de cómo le paso a su madre. Y temía, temía por su familia, por sus hermanos y por su padre. Tendrían que salir rápidamente de ahí, antes de que todo esto se complicara aun mas.
-Tranquilízate hermano, que todo saldrá bien.-escucho Imugem de parte de su hermano pequeño, mirándolo directamente a los ojos, notando las profundidades tranquilas de sus ojos azules.
-¿Cómo quieres que me tranquilice, tu sabes muy bien que significa esa ave.-susurro Imugem para que sus dos compañeros no lo oyeran.
-Lo se hermano, y muy bien, pero tranquilízate, que aun esta muy lejos el día en que te libraras de mi.-sonrió Uroak, tranquilamente.
-¿Cómo sabes?. Tu no entiendes.
-Claro que si hermano, solo tranquilízate...
-Discúlpenme, pero sucede algo malo?.-pregunto Kenshin mirando como los dos hermanos susurraban, notando la angustia de Imugem en su rostro.
-Nada de que preocuparse, solo estábamos hablando de cuando lleguemos a casa, que tendré que limpiar mi habitación, es que a mi hermano le dan pavor las ratas, y dice que no quiere entrar ahí a ayudarme.-decía Uroak, tranquilamente.
-Oye, que a mi no me dan miedo las ratas.-decía enojado Imugem.
-Vamos hermano, si la ultima vez que te encontraste con una, absolutamente inofensiva, prácticamente te subiste arriba mío.-dijo sonriendo Uroak, recordando ese día.
-Si claro, y tu y Oasim burlándose de mi, si ese animal no era una rata era un monstruo, era enorme.-decia Imugem con cascaditas en los ojos T.T
-Jajajajaja, hermanooo no me hagas recordar ese día, pero si era una simple ratita pequeña de color plomo, que movía sus orejitas tiernas.
-Aaaaaahhh te voy a matar pequeño diablooooo.-dijo Imugem cabalgando tras su hermano que al ver la cara de enojo de él salió mas que disparado.
-Etto... son muy extraños ellos no crees Kenshin?.-dijo Sanosuke con una enorme gota en la cabeza.
-Pues sip, son bastante extraños.-dijo Kenshin mirando como los dos hermanos salían al galope uno tras el otro, pero supo, con ciencia cierta que lo que hablaban no era precisamente de ratas, sino que era algo muchísimo mas importante que eso...
-Vamos, tenemos que alcanzarlos, mira que no debe faltar mucho para que Aoshi y el otro chico lleguen a la meta y debemos estar ahí cuando eso suceda.
-Esta bien Kenshin, vamos a seguir a ese par de locos.-dijo Sanosuke saliendo al galope seguido de Kenshin.
Uroak, reía alegremente, había apartado de la mente de su hermano, el extraño presagio que se cernía sobre él. Pero ahora lo mas importante era salvar al rey Saito, luego se preocuparía por el mismo y lo que se le venia en ciernes.
Rápidamente llegaron los cuatro jinetes a donde se encontraban Yahiko y el otro muchacho, sirviente de los Himura.
-Oye feo, me trajiste algo para comer.-preguntó Yahiko a Uroak, cuando este se instalo a su lado.
-¿Cómo fue que me dijiste Yahiko CHAN?.-dijo con una mirada malévola en sus ojos azules, causándole temor al pequeño.
-Na... nada busu, solo si me trajiste algo de comer.-dijo tragando saliva pensando de la que se había salvado.
-No me llames busu, Yahiko, sino ya sabes lo que te espera cuando volvamos a casa, creo que te aumentare el entrenamiento.-dijo Uroak, ahora si malévolamente, haciendo que tanto Imugem, como los del reino de Himura se alejaran de ese par, con un poco de temor.
-Noooo! Por favor no mas entrenamiento.-dijo Yahiko, sabiendo que había metido la pata hasta bien el fondo.
-Pues sips, tendrás que entrenar muy duro Yahiko, que ahora tu maestro esta muy enojado.-dijo Uroak, sádicamente.-Pero si te traje algo de comer, Tsubame te lo mando, cierto hermanito.-dijo cambiando de expresión rápidamente, y sonriendo ante sus espectadores a los cuales solo les salió una sonrisa nerviosa y una enorme gota ante el cambio de actitud tan rápido.
-Por supuesto hermano, jojojojo, tu sabes que Tsubame siempre se preocupa de Yahiko no?.-dijo Imugem, con una sonrisa maligna, mirando a su hermano, comunicándoselo todo entre ellos, que ahora seria Yahiko el que seria molestado hasta ver a Aoshi y a Oasim cercanos a la meta.
-Por supuesto, así como Yahiko Chan, esta todo el día pendiente de Tsubame.-dijo Uroak, sonriendo a su hermano captando el mensaje.
-Crees que tendremos, que organizar una boda pronto no?.-decía Imugem sonriendo y con sus orejitas de kitsune a mas no poder.
-Jojojo, por supuesto que si hermano, creo que seria acertado empezar a planear la boda...
-Ya pareeeeeeeennnnn!.-grito Yahiko rojo como un tomate ante las palabras de los hermanos.
-Mmmm porque te pusiste así Yahiko, es que acaso no quieres ser novio de Tsubame, y darle besos y poder abrazarla.-dijo Uroak, sonriendo angelicalmente, y haciendo la pantomima de lo que decia con su hermano.
-Dejen de molestar!.-decía Yahiko cada vez mas rojo.
-Si Yahiko, deja en nuestras manos tu matrimonio con Tsubame, tu sabes que entre nosotros tres te organizamos la mas hermosa ceremonia. Hohohohoh.-reía Imugem mirando a su hermano.
-Etto... disculpen, pero creo que ya están por llegar los participantes,- dijo Kenshin que antes había estado mirando y escuchando la pelea entre ellos tres.
-Emmm si claro. Parece que van a empate esos dos.- Dijo Uroak, recuperando el semblante serio.
-Así es, pues bien veremos como es que llegan aquí.-dijo Sanosuke, que luego tomo el brazo de Kenshin y le susurro.- Son muy extraños estos enviados del rey Saito, verdad Kenshin..
-Sips, son demasiado raros.- susurro Kenshin a Sanosuke, volviendo a fijar la mirada en los dos jinetes.
Relámpago, corría rápidamente a través del campo, en dirección a la montaña, Oasim sonreía divertidamente, lo estaba pasando genial, pero al mirar hacia atrás, vio a el cubito de hielo que rápidamente la seguía, y le daba alcance.
-Maldición.-dijo Oasim al ver cada vez menor al distancia entre ellos.
Aoshi estaba mas que concentrado en su caballo, tenia que ganar, fuera como fuera. Y rápidamente seguía acortando la distancia con ese extraño caballero de ojos verdes. Cada ves se acercaban mas a la meta y debía ganar a toda costa. Así que quedando los últimos doscientos metros, hizo correr a todo lo que podía su hermoso caballo, andando a la par con el caballo de Oasim, ante la mirada impresionada de este.
-Veo que eres muy rápido.-dijo Oasim a Aoshi una vez que ambos estuvieron a la par.
-No me vencerás nunca.-dijo Aoshi sobradamente.
-Jajaja puede que talvez esta vez no, pero si la próxima, mientras aun pueden pasar muchas cosas.
Los dos caballos corrían a todo lo que podían, prácticamente a la par. Ambos jinetes concentrados en lograr sacar algún tipo de ventaja para asi poder ganarle a su contrincante. Ya quedaba muy poco, solo unos cuantos metros mas. Se podían ver los rostros de los que estaban ahí mirando, Oasim podía ver a sus hermanos, junto con Yahiko mirándolo fijamente, dándole ánimos a través de sus intensas miradas.
Aoshi podía ver a sus amigos, Kenshin y Sanosuke, que le daban ánimos y esperaban de él la victoria.
-aaaachiiiiiiiisfffff!.-se escucho de parte de Uroak, al pasar la polvadera a su lado
-Arg, hermano tira tus bichos para otra parte.
-No son bichos, tu sabes que soy alérgico al polvo T.T
-Da igual, vamos con nuestro hermano.
-De acuerdo...
-Lo lamento mucho.-dijo Oasim, escondiendo sus llorosos ojos.
-No te preocupes comadreja, mira que aun queda mucho por hacer.-dijo Uroak, viendo a su hermano derrotado por solo un poco, una nariz, fue la diferencia entre los dos jinetes, Sips, como oyen Oasim perdió frente a Aoshi y eso le molestaba demasiado al de ojos verdes, al pensar en la decepción que debían sentir sus hermanos.
-No nos has defraudado hermano.-dijo Uroak sonriendo tiernamente a su hermano mayor.
-Así es, estamos orgullosos de ti, comadreja, en la próxima le tendrás que ganar eso si.-dijo Imugem abrazando a Oasim.
-Felicidades Cubito de hielo.-dijo Sanosuke dándole unas palmadas en la espalda.
-Así es, tenemos un punto de ventaja frente a los del reino Saito.-sonrió Kenshin a su amigo de ojos azul acero.
-Si, aunque estoy demasiado cansado.-dijo Aoshi sonriéndole a sus dos amigos. Y mirando en dirección de su contrincante, abrazado por sus hermanos y sonriendo como si él hubiese sido el ganador...
Uroak, se alejo del pequeño grupo y miro hacia el cielo azul, mirando la enorme águila que aun surcaba el cielo cerca de ellos. Suspirando se dirigió a donde estaba el príncipe Himura sabiendo que debían discutir la próxima prueba...
-Felicidades a usted príncipe.-dijo sonriendo Uroak, una vez que estuvo cerca de ellos.
-Muchas gracias.-dijo el príncipe medio atontado por encontrarse nuevamente bajo el hechizo de esos ojos azules.
-Solo venia a informarle que la segunda prueba será una carrera.
-Una carrera?.-pregunto curioso,
-Así es, es solo una carrera, quien participara será Imugem.
-Pues siendo así, de nosotros participara Sanosuke.
Muy bien, entonces hasta la próxima majestad.-sonrió Uroak alejándose hacia su caballo donde sus hermanos le esperaban para dirigirle al campamento.
Kenshin solo miro como se alejaban esos cuatro extraños personajes, aun intrigado demasiado con el chico de ojos azules y mirada misteriosa...
CONTINUARA...
Holas... pues bien aki esta el capiutulo 4 y espero ke lo hayan disfrutado tanto como yo lo hice haciendolo...
Avances del prox capitulo, la cosa va de mal en peor para el grupo de Saito, una visita mas bien inesperada esta por suceder... kesnhi nescuaha una conversacion en un bosque cercano, kien diablo son esas dos mujeres, la segunda competencia se viene y mas entretenida ke nunca... ke pasara cuando el kitsune se enfrente al tori atama? pues no se pierdan el proximo capitulo de El misterio del caballero del fenix, A la misma hora y por el mismo canal
matta neeeee
Gracias por sus reviews, espero ke me manden muuuuchos mas o
Ghia-chan
