CAPÍTULO XLI

HACIA UNA NUEVA VIDA

Katherine, sorprendida de hasta donde había llegado la maldad de Isao, se quito el chal y colocandolo sobre los menudos hombros de su pequeña, asintió contenta; "Ha comenzado a nevar y hace frió. No quiero que te resfríes", dijo con un pesado nudo en su garganta.

Ante su acción y esas palabras, Michiru dudo; "¿Madre?"

"Ve Michiru, ve", la alta mujer replico entristecida al tener que separarse de su pequeña, que aunque le resultaba difícil, comprendía que era lo mejor para ella. "Si este hombre es tu felicidad y toda tu alegría, entonces yo no puedo oponerme", dijo y quitándose el anillo que llevaba en uno de sus dedos, lo coloco en manos de su hija. "Sabes el valor que esto tiene. Lo necesitaran", añadió y luego acaricio sus sonrosadas mejillas.

"Gracias, madre"

"Deseaba mucho verte sonreír de esta forma. Deseaba mucho ver en tus ojos ese destello. Has vuelto a vivir"

Observando que la alta mujer estaba a punto de romper a llorar, la aguamarina se paro sobre las puntas de sus pies para besarle la mejilla; "No estés triste, madre. Te prometo que estaremos bien", aunque también le resultaba difícil tener que decir adiós, la alegría que la embargaba era mayor.

"Si tú eres feliz, yo seré feliz", expreso y entonces se volvió hacia el rubio. Era tan parecido a su amado, que por un momento creyó estarlo viendo. "Joven, lamento mucho lo que mi esposo le hizo. Él es un hombre que ya no razona"

Tenou sonrió sutilmente. "Esta bien, señora. Yo hubiera querido hacer las cosas como es debido, pero su esposo no me deja otra opción. Así que a usted pido su permiso para casarme con su hija"

"Madre, Haruka lo sabe todo. Él es muy bueno, el más bueno de todos los hombres", tomando la mano de su amado, la joven exclamo.

"Es cierto, señora. Amo a su hija, su hijo será mio. A ninguno de los dos le hará falta algo"

La rubia, que en su momento hubiera dudado de su regreso, sonrió complacida; "Tienen mi permiso. Por favor cuide de mis hijos, son lo más caro que poseo". Habiendo dicho, con fuerza estrecho a su pequeña contra su pecho.

"Se lo juro, señora"

"¿Lo ves, nana?, Haruka es bueno, muy bueno", dijo la aguamarina para con la anciana. "No es como esos chiquillos de tu aldea. Él no se burlo de mi ni de su promesa"

Llorando, la señora Matsuko se cubrió el rostro; "Es cierto, niña. Perdóneme por ser tan desconfiada"

"No hay nada que perdonar, nana", dijo y luego beso su mejilla. "Adiós madre, nos espera un camino muy largo. No te debes preocupar, ya encontrare la forma de escribirte para que ese monstruo no descubra donde estamos", la chiquilla dijo apartándose de ellas. No quería posponer más su partida.

"Aquí estaré esperando tu carta. Adiós hija mía, adiós", Katherine gimió y luego se echo a llorar sobre el hombro de la anciana.

"Adiós madre, te quiero. Adiós nana, no me olvides", Michiru contesto y entonces con fuerza tomo el brazo de su amado.

Así pues, como la noche en que se conocieron, ambos jóvenes a toda prisa comenzaron a avanzar por la nevada y oscura acera. Escuchando como en la distancia la campana de la alta torre con su pesado doblar, anunciaba la llegada de la madrugada.

Aferrada con todas sus fuerzas al brazo de su amado, la hermosa aguamarina sonreía sin poder apartar la mirada de él. Todo le resultaba tan irreal, que el temor a despertar de ese sueño la lleno de miedo.

"Michi, el camino será largo...", el rubio trato de decir, pero ella le interrumpió.

"Mi amor, yo jure que te seguiría a donde decidieras ir y sin importarme si era lejos o cerca. Llévame a donde tengas que hacerlo, pero quédate conmigo para siempre", abrazándose a él, suspiro completamente enamorada.

"Y así sera. Continuemos"

Y apenas pisaron la solitaria estación, la maquina de acero hizo su ensordecedor sonido. Estaba lista para partir.

"Espere, espere", corriendo con todas las fuerzas que en él había, Haruka se dirigió a la taquilla.

"Ah, es usted", dijo el vendedor al reconocerlo. "¿Viene por su maleta?"

"Sí, y quiero un camarote en primera clase. Mi esposa esta embarazada y quiero que tenga todas las comodidades posibles", nervioso, de su bolsillo saco el dinero y lo coloco sobre el mostrador. Temía que Isao los estuviera siguiendo.

"¿Qué destino lleva?", cuestiono el sujeto mientras empapaba la pluma fuente en la brillante tinta.

"El ultimo. A Nagasaki"

"Sabe que el camino esta bloqueado, por fortuna en un día o dos podrán atravesarlo. Mientras terminan de limpiarlo, se verán forzados a pasar la noche en el tren"

"Entiendo, aún así quiero ir", Tenou expreso tomando su equipaje.

"Son doscientos yenes", el hombre replico y luego le extendió el documento.

No importando cuanto tuviera que pagar, tomo el papel y luego de forma presurosa abordaron.

El tren, comenzando a avanzar, trajo paz a la joven pareja. Poco a poco se alejaban de ese tormentoso pasado.

Y una vez que encontraron el camarote que les correspondía, aseguraron la puerta.

Todo, todo había sucedido en cuestión de minutos, que ni siquiera habían tenido tiempo de hablar o de pensar, así que dejando sobre el suelo sus equipajes, no pudieron soportar su emoción y fundiéndose en un abrazo, aquellos tan ansiados besos no se dejaron esperar.

"Ahora si Michi, no habrá poder humano que vuelva a separarnos"

"Ni hoy ni en mil años", contesto ella perdiéndose en aquellos ojos verdes.

Así pues, aún embargados por la sorpresa y sumidos en el cansancio, ambos se recostaron sobre la cama.

El rubio, profundamente dormido, envolvía a su amada en un tierno abrazo. Por su parte, Michiru lo observaba sin poder creerlo.

Y aunque también estaba exhausta a causa del insomnio de los días pasados y a consecuencia de su estado, deseaba no dormir. Temía que al desperar todo se esfumara. Y si es que esa visión se trataba de un sueño, entonces quería seguir en ese mundo de ilusión.

Entrelazando sus finos dedos en ese rubio cabello, con delicadeza beso sus labios. "No, no puedo renunciar a ti. Fuiste, eres y serás mi todo"

Aferrando sus menudas manos a su camisa, apoyo la cabeza contra su pecho, aspirando de él su salado aroma a sudor. Sonriendo y esperando que al amanecer él siguiera a su lado, en sus brazos se entrego al descanso.


(Residencia Kaio. Mañana siguiente)

Habiendo renunciado a ese plan para escapar de Isao. La hermosa rubia Katherine, sentada a la mesita del jardín, disfrutaba del dulce chocolate caliente que la nana le hubiera preparado.

Sonriendo como desde hacia tanto tiempo no lo hacía, contemplaba como por momentos los brillantes copos de nieve del cielo volvían a caer. Ademas la vista que el árbol del fondo le ofrecía, la reconfortaba. Sus ramas, cubiertas por ese gélido blanco, le daban la impresión de que se trataba de una novia envuelta en su nuevo vestido.

Sí, había decidió permanecer en esa casa a la espera de recibir cartas de su hija.

Y tal y como la nana lo hubiera pronosticado, sucedió.

Por el pasillo del fondo se vio venir a Isao, quien recién duchado, afeitado y bien vestido, se disponía a salir.

Observando que su esposa se encontraba en esa paz, decidió arruinarle el día. Aunque al final sería ella quien terminaría haciéndolo para con él. Así pues, con esa mueca burlona en su rostro, arrastro sus pasos hacia ella.

"¿A qué se debe esa sonrisa, querida?" cuestiono mientras tomaba el diario para darle una rápida vista.

Katherine suspiro y sin siquiera voltear a verlo, contesto; "Hoy hace un día precioso, ¿No lo crees?. Después de tantos días nublados y tristes, por fin dejo de llover. La niebla se disperso y en su lugar la bella nieve del cielo cae. ¿No te gusta, querido?"

Frunciendo el entrecejo, el iracundo sujeto negó con la cabeza. "¿Ni siquiera vas a preguntar como estoy?"

Katherine no dijo nada y entonces volvió a llevar la taza a sus labios, disfrutando así de la humeante bebida.

"¿No piensas responderme?", el pelinegro pregunto y luego arrojo el diario sobre la mesa.

"Esta bien, aunque solo lo hago por educación y mera cortesía. No porque de verdad me interese... ¿Cómo estas?"

"No te importa", contesto y luego rió.

"Eso me alegra, querido", también siendo sarcástica, replico su esposa.

El pelinegro observo hacia ambos lados, descubriendo que la casona estaba sumida en una extraña tranquilad. Ademas que la sonrisa en el rostro de su mujer comenzaba a molestarlo.

Sabiendo a que se debía esa torcida mueca, Katheriene hablo; "¿No me vas a preguntar por mi hija?"

"Ni por educación ni porque me importe"

"Entonce deja que te de la buena noticia. Ella por fin es feliz. Ahora ella esta al lado del hombre que ama", dijo satisfecha.

"¿Qué has dicho?", incrédulo, el hombre golpeo la mesa. "¿Dónde esta?, ¿Por qué no la llamas?"

"Isao, eres el peor de todos los hombres. Mentirle a tu hija de esa forma tan grotesca no tiene perdón. De ti para mi nunca espere nada, pero siempre espere un poco de cariño de tu parte hacia ella... Ese muchacho esta vivo y anoche mientras estabas borracho, regreso por ella para cumplir con sus promesas"

"Eso es imposible, yo lo mate", nervioso miro en todas direcciones. "¿Dónde esta esa cualquiera? Dile que venga"

"No lo es, yo fui testigo de ello. Debiste verla, estaba muy contenta. Ha vuelto a vivir. Segura estoy de que serán muy felices", Katherine contesto volviendo a sonreír.

"¿Y ese idiota supo lo que tu hija hizo?... ¿Sabe que su bastardo es hijo de otro hombre?, ¿Sabe que se convirtió en una cualquiera?", comprendiendo que no tenia caso seguir mintiendo, enfurecido alzo la voz.

"Qué rápido cambias de opinión, querido. Un hombre así no tiene honor, te has convertido en todo un payaso. Hace algunos días maldecías a ese joven por haberte deshonrado, ahora si aceptas que es hijo de ese mal nacido que por amigo tienes. El hombre que tu hija escogió es muy bueno. Lo sabe todo y no le importa"

"¿Eres ingenua o estúpida?. Ningún hombre se hace cargo del hijo de otro. Solo un idiota podría hacerlo... Mírame, tengo hijos que ni siquiera conozco, ¿Por qué él si lo haría?", burlón señalo.

"Porque no todos son unos idiotas como tú, no todos los hombres son malos. Él será un buen padre para mi nieto y un buen esposo para mi hija. Él será lo que tú nunca pudiste ni podrás ser"

Fingiendo que no estaba ofendido, acerco su rostro al de ella; "No es bueno, es estúpido. Pero una cosa si te digo y puedo hasta jurarlo, en cuanto él se aburra de follar con esa ramera y se canse de mantener a su bastardo, los echara a la calle. Regresaran pidiendo que los perdone. Ni aún siquiera merecerán las migajas que de mi mesa caigan", cínico soltó una carcajada.

La rubia se puso de pie y tomando su sombrilla de finos encajes, de forma tranquila replico a sus absurdas provocaciones; "Eso no pasara. Yo te juro que esa satisfacción nunca la tendrás. Así que mas te vale que ni siquiera te atrevas a buscarlos, ya deben estar lejos de tu alcance. Ahora con tu permiso, querido. Iré a ver al medico para que confirme que no me contagiaste alguna de tus porquerías"

Isao Kaio, sin poder creer lo que había escuchado, se mordió los labios y apretó el puño. Sabía que había perdido.


(Estación de Saitama)

Detenido ante el anden, el tren aguardaba el momento de retomar el viaje.

Y dentro, sobre la cama de aquel camarote, con los ojos cerrados a la realidad la aguamarina yacía aferrada a su almohada. Hasta que el bullicio que del exterior provenía la sobresalto, haciendo que poco a poco abriera los ojos.

Pensando que el regreso de su amado se había tratado de tan solo un bello sueño, de golpe se sentó sobre el lecho, descubriendo que todo era real.

"¿Mi amor?", lo llamo, obteniendo por respuesta el silencio. Sinsentido un leve mareo, apoyo la cabeza sobre la almohada, dándose cuenta de que a su lado una hermosa muñeca reposaba. Sonriendo la tomo y luego suspiro; "Qué linda eres. ¿Sabes a donde fue Haruka?"

Volviendo a escuchar el bullicio que del anden provenía, observo por la ventana, contemplando a su amado, quien conversaba con un oficial de la estación.

Haruka, sintiendo la mirada de su amada sobre él, observo hacia ella y entonces le sonrió al mismo tiempo que con la mano la saludaba.

Así que no queriendo hacerla esperar más, de inmediato acudió a su encuentro.

Ella apenas lo vio ingresar en el camarote, se lanzo en su brazos para besarlo.

"Mi amor", murmuro hundiendo sus dedos en su rubio cabello.

"Aquí estoy, aquí estoy. Jamas volveré a irme", sosteniéndola con todas sus fuerzas, él replico.

"Eso lo sé, pero ¿Dónde estamos?, ¿Por qué el tren se ha detenido?", nerviosa cuestiono.

"Estamos en la estación de Saitama. A un día de Tokio y a cuatro de Nagasaki, que es donde viviremos. Hace días hubo un derrumbe qué bloqueo el camino. Ahora mismo están terminando de limpiar los escombros"

"¿A un día de Tokio?... ¿Qué hora es?", sorprendida la chiquilla pregunto.

"Van a dar las siete, oscureció hace una hora", replico y luego con gentileza acaricio el vientre de su amada.

"¿Dormí todo ese tiempo?", pregunto sin poder creerlo.

"Así es. No quise despertarte. Tendremos que pasar la noche aquí, ya mañana se reanudara nuestro viaje", expreso y luego sonrió al ver la muñeca. "¿Te gusto?"

"Y mucho, mi amor. Es muy linda", contesto viéndose reflejada en sus verdes pupilas.

"He rentado una buena habitación para que en ella podamos descansar"

"Podemos hacerlo aquí, ¿No?"

"Si mi amor, pero es mejor que recuperemos fuerzas en una buena cama. Yo tuve que pasar la noche aquí y luego continuar mi viaje en carruaje. Anda, vamos a tomar una ducha y luego cenaremos"

"Vamos", replico sin soltarlo.

"Lo necesitaremos, el viaje será..."

Silenciando sus labios con un beso, la aguamarina negó con la cabeza. "La distancia a mi no me importa, tampoco me asusta. Iré contigo hasta los mismísimos confines de la tierra"

"Así será, siempre estaremos juntos", Haruka la abrazo con todas sus fuerzas.


(Hotel en Saitama. Esa noche)

Luego de haber disfrutado de una buena cena, el rubio y la hermosa aguamarina regresaban al hotel donde pasarían la noche.

Aferrándose con todas sus fuerzas al brazo de su amado, la mujer lo contemplaba en silencio. Sin poder evitar suspirar, llevo su mano a su sonrosado rostro para acomodarle el rubio cabello que caía por su frente.

Sonriendole de esa forma tan encantadora, Haruka se volvió hacia ella; "¿Ocurre algo?, mi amor"

Michiru volvió a suspirar mientras que parándose sobre las puntillas de sus pies, lo besaba en la mejilla. "Cada vez que soñaba contigo, me aferraba a ti en un intento por traerte conmigo. Sin embargo no importaba cuanto lo hiciera, al despertar siempre escapabas de mis manos. Ahora que te tengo junto a mi, no quiero separarme de ti"

"Yo también soñaba contigo, qué triste era despertar y encontrarme solo", replico el joven correspondiendo a sus besos. "Ya quiero que lleguemos a casa", añadió acariciándole la pálida mejilla.

"Pronto lo haremos", contesto la enamorada joven.

"Hace frió, mi amor. Será mejor que nos vayamos a dormir. No quiero que se enfermen"

"Tienes razón. Estoy exhausta", replico ella. Fue entonces que la sonrisa que hasta entonces había adornado su fresco rostro, volvió a desvanecerse.

En silencio ambos se retiraron y apenas ingresaron en sus aposentos, Haruka encendió un par de velas para alumbrar el interior. Por su parte, la hermosa chiquilla se sentó en la cama y sin decir nada, se quedo mirando hacia el suelo.

"Espero que al amanecer el camino ya este despejado", quitándose los zapatos, Tenou de su equipaje saco su ropa de dormir.

"Mi amor, quiero que hablemos. Tenemos que hacerlo", murmurando Michiru pidió.

Sabiendo hacia donde iría esa conversación, Haruka fingió un poco; "¿De qué?"

En ese punto la joven alzo la voz sin que esta llegara a sonar con molestia; "Sabes que tenemos que hablar sobre... sobre eso. No podemos fingir que no paso"

El rubio negó con la cabeza, luego se sentó a su lado y tomando su mano entre las suyas, hablo; "Michi, tú dijiste que era muy doloroso siquiera recordarlo. Yo te juro que jamas haré preguntas, yo respetare tu silencio. No necesito saber nada"

La mujer, dejando que las lagrimas resbalaran por sus mejillas, entonces contesto; "Deseo hablarlo contigo. Mereces saberlo"

Comprendiendo que sería imposible insistir, Tenou asintió contra su voluntad. "Si eso libera tu corazón y hace que tu pena sea más ligera, entonces escuchare"

Con dolor, la aguamarina recordó; "Él era socio de ese sujeto al que jure jamas volver a llamar padre, su relación comenzó poco antes de que te hiriera. Por petición de él, comenzó a visitar nuestra casa. A primera vista nunca me agrado, la cicatriz en su rostro le daba un aire maligno a su mirada. Sus ojos hacían saber que no había nada bueno en él. Días después le pidió a ese hombre conocerme. Él por su parte, viendo en mi juventud y belleza qué venderle, accedió. Yo me negué a ello diciéndole que eso era un imposible porque en cuanto regresaras me convertiría en tu esposa", habiendo dicho, las lagrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

Experimentando un poco de la tristeza que la embargaba, Haruka la estrecho entre sus brazos; "Esta bien, Michi. No necesitas decirme más"

"Debo ser fuerte por ti y por mi... Entonces accedí porque él me juro que si ese hombre no me convencía, respetaría mi compromiso contigo. Y yo porque soy ingenua y estúpida, le creí. Esa mañana me presente en su casa. Desde un principio le hice saber que yo no podía acceder a ninguna de sus pretensiones porque yo ya tenia un prometido con el que pronto me iba a casarme. Pero a él poco le importo. Comenzó a hablar y a comportarse de esa forma tan grotesca. Yo me negué y entonces cobardemente me golpeo. Una vez que mermo todas mis fuerzas, consumo su acto", aferrándose a su rubio, dejo que su llanto le manchara la camisa. "Fue entonces que renuncie a ti, porque sentí que contra mi voluntad falte a mi promesa"

"Es suficiente, mi amor. No necesito saber nada más"

"Quería convencerme de que aquello había sido un mal sueño. Mi único consuelo era que yo no estuve consiente, aunque eso me llena de culpa porque no pude defenderme... luego, luego esto comenzó a crecer dentro de mi. Recordándome con su indeseable presciencia lo que ese cobarde me hizo"

"No es tu culpa Michi, no es tu culpa. Tampoco el bebé tiene culpa alguna", también llorado, Tenou gimió.

"No lo quiero, lo odio"

"No digas eso. Tu bebé no merece ese desprecio. Él no te hizo ningún daño"

"Llena de vergüenza me calle mi dolor, pero cuando ese hombre se entero de esto, quiso matarme. Entonces por primera vez desde lo ocurrido pude hablar. Él me creyó, más no sé que le dijo ese maldito animal, que cuando regreso a casa, te culpo a ti de lo que él pensó era su deshonra. Poco le importo lo que yo dijera, poco le importo lo que ese monstruo me hizo. Mi madre me protegió de él cada vez que amenazo con asesinarme, y como no lo logro, amenazo con atarme a cualquiera para que en su casa no naciera un bastardo. Mi único consuelo era que tú no habías regresado, porque me llenaba de vergüenza el que me vieras así. Me consolaba pensar que tu ausencia se debía a que ya habías hecho tu vida, lejos, muy lejos de mi recuerdo. Hasta que una noche me entrego esto", gimiendo, de entre sus ropas saco el hermoso broche.

Tenou al verlo no pudo evitar sonreír; "Pensé haberlo perdido para siempre"

"Supongo que lo perdiste la noche que te hirió, él lo encontró. Con el me hizo creer que te había encontrado y te había asesinado. Qué infeliz fui, quería morir para así estar a tu lado"

"Y casi estuve muerto, Michi... teniendo que me encontrara, es que llegue a Nagasaki con una terrible infección que por poco y se convierte en gangrena. Por fortuna el medico logro salvar mi pierna. Sé que no hubieras querido tener por esposo a un lisiado"

La aguamarina tomo su rostro entre sus manos y luego de besarlo, expreso; "Te amo, ¿Crees que eso importaría?, si fuera necesario, yo te llevaría en mis brazos"

"Créeme Michi, la gente que encontré en mi camino es muy buena"

"Lo mereces porque tú eres muy bueno", acariciándole las mejillas, suspiro.

"La panadería funciona tal y como lo planeamos. Nuestra casa es como tú la pediste. Tuve que comprársela a un extranjero, porque de haber levantado sus cimientos, entonces ahorita no estaría lista. Hicieron falta algunas mejoras, pero se ha convertido en todo un hogar. Decidí regresar cuando el huerto hubiera madurado, para que con sus frutos te recibiera. Ya lo veras Michi, te encantara. Pero si del todo no es de tu agrado, entonces la derrumbare y haré otra"

Michiru rió un poco, volviendo a sonreír; "No tienes que preocuparte por eso, me gustara y mucho"


Notas de autor;

Qué bueno que Katherine le dijo a Isao que Haruka volvió, para que así se ahogue en su coraje.

¿Creen que ahora todo sera más fácil, o no?

En capítulos pasados cuando estaban a solas, me refería a Haruka en femenino, a partir de ahora solo lo haré en masculino porque ahora más que nunca tendrá que fingir ser hombre.

Kaiohmaru; Gracias a ti por seguir leyendo mi historia.

Michelle; Poco a poro pagara. Solo se esta destruyendo.

Isavellcota; No podía ser un sueño, tenia que ser real. Es verdad, Katherine no iba a llamar a Isao, la felicidad de su hija es primero.

UnbreakAbleWarrior; Michiru no permitió que Haruka fuera a buscar a Katsumoto porque sabe que ese sujeto es una bestia. Tuvo miedo de que la lastimara como a ella.

soto140983; Es que con Isao no hay nada seguro. El drama siempre anda rondando.

HaruTenoh11; Gracias. Hasta yo llore mientras lo escribía.

Kyoky; Al igual que Isao, Saburro, como lo has llamado, también tendrá su castigo, solo que hay que ser pacientes. ¿Fin?, esta historia apenas va por la mitad, espero y no les resulte aburrida. Aún hay temas pendientes que tratar. Supongo que saben a que me refiero. También merece su propia felicidad.