CAPÍTULO XLIII
NUEVO COMIENZO
(Varios días después)
Y entonces el momento que impacientes durante tanto tiempo habían aguardado, finalmente llego.
Y era debido a la cercanía del invierno, que hacia ya varias horas que el día había dado paso a la prematura oscuridad de la noche.
Así pues, la negra maquina de hierro poco a poco comenzó a detener su rápido y pesado andar.
Emocionado, el rubio observo por la ventanilla y al instante, pudo reconocer el casi solitario anden. Era el mismo en el que hacia ya muchas noches hubiera abordado con destino a Tokio.
"Hemos llegado, Michi. Ahora si él no podrá encontrarnos", contento expreso mientras besaba la mejilla de la chiquilla.
La aguamarina asintió y tomando las manos de su amado entre las suyas, pregunto; "¿Verdad qué esta vez no habrá tren que nos separe?"
"Te lo juro. A donde tú vayas, yo iré contigo. A donde yo vaya, tú vendrás conmigo"
La maquina finalmente se detuvo y al instante, el oficial de la estación hizo su tan acostumbrado anuncio. "Ultima parada, Nagasaki. Bajen con cuidado"
Tomando su equipaje, ambos fueron de los primeros en descender.
"Demonios", Haruka mascullo viendo en todas direcciones.
"¿Ocurre algo?", cuestiono su amada.
"Qué no hay coches, ni aun siquiera un rickshaw. No quiero que te esfuerces"
"Esta bien, ya no tenemos necesidad de huir. Ademas caminar me hará bastante bien"
"Nuestra casa no esta lejos, pero supongo que estas cansada. Esperemos un poco"
La joven negó con la cabeza y aferrándose al brazo de su prometido, exclamo; "La noche es tan hermosa, que sería un total desperdicio el no disfrutarla. Anda, llévame a casa"
"Quisiera poder llevarte en los brazos", de forma amorosa el rubio le acaricio el rostro.
"No hace falta", suspirando apoyando la cabeza contra su pecho, entonces comenzaron a avanzar por las casi oscuras y solitarias calles.
"Mañana con la luz del sol, vendremos a que conozcas la ciudad. Es más tranquila y limpia que la misma capital"
Sintiendo como su corazón se contraía agitado a causa de tanta alegría, del ambiente la chiquilla pudo aspirar aquel salado e inconfundible aroma.
"El mar"
"Así es Michi, la playa queda cerca. Te prometo que todos los días iremos a contemplarlo", satisfecho señalo.
La caminata continuo un par de calles más. Haruka avanzaba contento mientras le hablaba del lugar. Por su parte, ella perdida en el sonido de su encantadora voz, lo hacía un paso atrás, así como muchas veces miro caminar a las parejas de la capital. El rubio tan emocionado como se encontraba, ni siquiera lo noto.
Hasta que en la cercana distancia contemplaron aquella casona que con su cantera se alzaba por sobre las demás.
Señalándola, Tenou exclamo; "Ese es nuestro hogar"
Ante su empedrada figura, la aguamarina bajo la mirada, pero no porque no fuera de su agrado, sino porque había algo más.
"¿Te gusta?"
"Y mucho", contesto observando el amplio espacio que dentro de algunos días y gracias a ella, se convertiría en un precioso jardín de rojas y blancas rosas. Al mismo tiempo del ambiente aspiro el dulce perfume del huerto. Eran las fresas y las moras que habían madurado.
Sí, todo era tal y como lo habían planeado. Tan bello, que esa visión la lleno de tristeza.
Tomando de su bolsillo la llave, Haruka abrió la puerta y entonces, dejo que su amada ingresara primero.
"La panadería esta a pocos pasos de aquí, mañana podrás conocerla"
Maravillada por lo que el rubio había logrado hacer, con atención la chiquilla observo los brillantes pisos de madera, los preciosos cuadros que adornaban las paredes, y aquellos fuertes techos que sostenían el segundo piso.
"Aquí los tres seremos muy felices, Michi. Eso te lo prometo. Pronto olvidaremos todo el mal por el que hemos tenido que pasar para estar juntos"
Sin aliento, la joven si apenas pudo contestar; "Sí, lo seremos". Contemplando el amplio comedor, sonrió. "Todo es tan lindo"
"Lo es, pero no tanto como tú. Ven quiero que veas todo", tomando su mano, ambos comenzaron a subir las escaleras. "Esta casa ofrece muchas comodidades, por supuesto que reemplace algunas cosas. Una de ellas fue el fogón, qué era demasiado pequeño. Otra de esas cosas fue la tina de baño. Ademas el drenaje con el que esta propiedad fue construida, es de primera"
"En verdad es muy bella. Es mucho más de lo que yo hubiera deseado. Gracias", dijo totalmente maravillada.
"No Michi, para mi no es suficiente, ademas no tienes nada que agradecer porque esta es tu casa... Tiene un estudio, allí podrás pintar todo lo que quieras"
"No traje mis acuarelas", recordando como es que Isao las había destruido, bajo la mirada.
"Ese no es ningún problema, mañana te comprare unas nuevas. Ahora quiero que veas nuestra habitación. En total son tres. Una será para el bebé, la otra será reservada para cuando tu madre venga a visitarnos. O si prefiere venir a vivir con nosotros, entonces con mucho gusto la estará esperando"
Ingresando en ella Michiru observo que el lecho era grande y tenia un precioso pabellón. Sobre él, una amplia ventana ofrecía una magnifica vista hacia el campo. Era justo como ella lo hubiera soñado.
Acercándose un poco más a la cama, se mordió los labios al mismo tiempo que con sus manos acariciaba la fina madera.
"Es tal y como lo pediste. De noche desde aquí podremos ver la luna, al despertar la caricia del sol se colocara sobre nuestros rostros para darnos los buenos días", acercándose por detrás, Haruka la rodeo con sus brazos, colocando sus manos sobre su vientre. "Aquí Michi, pasaremos las más intimas y felices horas"
Nerviosa, la joven asintió, escapando de forma discreta de su agarre; "Así será, mi amor"
"Ponte cómoda, conoce tu casa. Ahora iré a buscar que cenar. De la panadería traeré leche y pastel"
Michiru se sentó sobre el lecho y asintiendo, sonrió; "Por favor no te tardes"
"No lo haré", Haruka dijo y cerrando la puerta detrás de él, salio a la calle.
Habiéndose quedado a solas, la chiquilla se acerco al espejo que había en el fondo de la habitación y el cual le devolvía el reflejo completo de su figura. Así que contemplándose, le hizo aquella pregunta a su hijo no nato; "La felicidad de dos ahora tendrá que ser la de tres, pero ¿Podremos ser felices contigo?, porque para mi no eres más que una sombra"
Queriendo escapar a cualquier pensamiento de fatalidad, abrió su equipaje y sacando ropa limpia, dirigió sus pasos hacia el cuarto de baño, donde encendió un par de velas para alumbrarse.
Abriendo el grifo dejo que la fina tina se llenara y luego de perfumar el agua, se desnudo, contemplando su figura en el espejo que allí había. Mas no tomándole importancia a su propio reflejo, se sumergió en aquella agradable tibieza.
Estaba tan tensa, que al instante todos sus miembros se relajaron.
Fue entonces que observo como su vientre asomaba por encima del agua. Aquello sin duda le resulto tan gracioso, que por un momento le arranco una pequeña risa.
De pronto la puerta cedió, dando paso al rubio y haciendo que la joven nerviosa se sobresaltara.
"Lo lamento. Llame y como no contestaste, pensé que estabas en alguna de la habitaciones", se disculpo mientras desviaba la mirada.
"No, no es tu culpa. Es mía", replico la chiquilla con las mejillas ruborizadas y al mismo tiempo que con sus manos trataba de ocultar su desnudes.
Notando su actuar, Tenou sonrió con sutileza; "En verdad te ves divina, no deberías ocultar esa belleza"
Sin saber que responder, la mujer asintió apenada.
"Te dejo tranquila", Haruka sonrió una vez más y cerrando la puerta, dirigió sus pasos hacia el otro cuarto de baño, donde tomaría una ducha...
Y luego de haber disfrutado de una buena cena, el momento de descansar por fin llego.
Pensante y con la mirada baja, sentada frente al tocador la aguamarina cepillaba sus sedosos cabellos. Y es que aún en medio de tanta alegría, esa amarga pena que parecía no tener fin, había vuelto a asaltarla.
Por su parte, Haruka se ocupaba de arreglar las almohadas y, una vez que termino, se metió entre las sabanas. "Ven, Michi"
Contemplando el reflejo del rubio en el cristal, la chiquilla se mordió los labios y sus manos temblaron.
Comprendía que no podía escapar a ello y que un nuevo pretexto de nada le serviría. Así que tratando de hacer a un lado cualquier pensamiento, dirigió sus pasos hacia él y ya sin poder tolerarlo, rompió a llorar.
Ante eso, Haruka se reincorporo para sostenerla entre sus brazos; ¿Qué ocurre?, ¿Estas bien?"
"No, no lo estoy", fue la corta respuesta.
"Dime que pasa"
Aún llorando, la chiquilla gimió; "Todo es tan maravilloso, que me es imposible aceptarlo. Tienes tanto que ofrecerme, y yo no tengo nada para ti. Estoy seca"
Besándola en la frente, su prometido negó con la cabeza; "No digas eso, tienes mucho que darme. Por favor ya no llores", dejando que sus lagrimas libres fluyeran, pidió. "Eres mi todo, jamas vuelvas a decir algo así"
(Mañana siguiente)
El fresco viento de la mañana colándose por la ventana y el rayo del sol posándose sobre su sonrosado rostro, hicieron que el joven finalmente despertara.
Recostado y con los ojos cerrados, estiro un poco su brazo para buscar a su amada, luego la llamo con un dulce murmuro; "Michi". Sin embargo el silencio que dominaba la habitación, hizo que de golpe se reincorporara.
Descubriendo que se encontraba a solas, nervioso se puso de pie y calzándose, dirigió sus veloces pasos hacia el cuarto de servicio. Esperaba encontrarla allí, sin embargo ese no fue el caso.
"Michi, ¿Dónde estas?", asustado pregunto al mismo tiempo que un frió sudor recorría su frente. ¿Acaso después de lo ocurrido la chiquilla había decidido huir de su lado?. Si así había sido, ¿Dónde estaría a esa hora?
Aún vistiendo su ropa de noche bajo las escaleras con intenciones de salir a buscarla, pero entonces aquel delicioso aroma a café y huevos revueltos que de la cocina provenía, tranquilizaron su perturbado animo.
Relajando sus tensos miembros comenzó a descender con lentitud he ingresando en la cocina, observo a su amada aguamarina preparando el dulce desayuno.
Ante esa imagen, el rubio sonrió y quedándose en silencio, la contemplo sin pensar en nada más que en ella. Aquella visión parecía de ensueño.
Sintiendo la verde mirada de su amado posada sobre ella, Michiru se volvió hacia él y enmarcando en sus labios una tierna sonrisa, expreso; "Me alegra mucho que ya hayas despertado"
Tenou camino hacia ella y envolviéndola en un abrazo, beso su mejilla; "Cuando lo hice y no te encontré, pensé que todo había sido un sueño"
Entrelazando sus manos al rededor del cuello de su prometido, lo beso en los labios. "Todo es real. Estabas tan cansado, que no quise despertarte. Anda, come el desayuno ahora que esta caliente", habiendo dicho comenzó a servirlo.
"Deja que te ayude con esto", Haruka expreso tomando los cubiertos.
"No, por favor siéntate", ella ordeno.
Haruka obedeció y debiendo su café, suspiro. "En verdad esta delicioso"
De pie junto a la mesa, la aguamarina se quedo quieta; "¿Esta caliente?, ¿Necesitas algo más?"
El joven negó con la cabeza y justo cuando estaba por probar los huevos, volvió toda su atención para con ella. "¿Qué ocurre, Michi?"
Despreocupada, la mujer se encogió de hombros; "Nada mi amor. ¿Te gusta?"
"Si Michi, pero ¿Por qué no me acompañas?", cuestiono tendiéndole la mano para que ella la tomara y se le uniera. "Si lo haces, todo será aún más delicioso"
Ruborizada, la mujer se acomodo el cabello que caía por su frente; "Mientras mi nana me enseñaba a cocinar, me dijo que una esposa debe estar al pendiente de lo que a su esposo se le ofrezca"
Ante semejante respuesta, Haruka se puso de pie y arrastrando la silla para que ella se sentara, replico; "No hagas eso. Tú eres la señora de esta casa. Deja esas tontas ideas. Primero eres tú"
La mujer tomo el lugar que le correspondía, comenzando así a beber la fresca leche. Satisfecho, Haruka volvió a sentarse.
"Luego del desayuno te llevare a conocer la panadería. ¿Sabes?, estaba pensando en que alguien podría venir y ayudarnos con los quehaceres de la casa"
Michiru negó con la cabeza; "No es necesario. Yo puedo hacerlo"
"No quiero que hagas esfuerzos. Es muy grande"
"Voy a ser tu esposa, así que seré yo quien se ocupe de ti y de tu casa. Eso ya lo habíamos hablado", contesto ruborizada.
"Es nuestra casa, Michi. Todo lo mio es tuyo"
"Entonces deja que me haga cargo de ella. Quiero hacer un hogar para los dos"
"Tres, muy pronto seremos tres. Recuerdalo", Haruka señalo y entonces de forma tierna llevo su mano al vientre de su amada. "Quiero que conozcas a Kenta, es el medico de la ciudad y me gustaría mucho que los revisara. El viaje en verdad fue muy pesado"
Ante eso, la sonrisa que había engalanado el rostro de la aguamarina, se desvaneció. "No, no quiero que ese sujeto me toque", nerviosa se llevo la mano a sus ropas.
"Entonces hablare con él para que me recomiende alguna partera. ¿Te parece?"
Aunque nada convencida, la mujer asintió mientras que un silencio se formaba entre los dos. Hasta que mordiéndose los labios, fue ella quien lo rompió; "Mi amor, sobre lo que sucedió en el tren y anoche..."
Sabiendo hacia donde los llevaría aquella difícil conversación, Tenou con fuerza tomo su mano. "No tienes que decir nada"
"Sabes que si. Te amo y no sabes cuanto me gustaría estar contigo, pero es que ahora no me siento con confianza para hacerlo. Tengo mucho miedo y es por eso quiero pedirte que por favor seas paciente", con un nudo en la garganta, pudo sisear.
Haruka sonrió y depositando un corto beso en sus labios, hablo con calma para tranquilizarla. "Mi amor, sabes que yo jamas te lastimaría. Así que estate tranquila, yo esperare a que estés lista"
"¿De verdad?", cuestiono volviendo a sonreír.
"Michi, te prometo que así será. Yo no insistiré, no te presionare y mucho menos te forzare para que lo hagas. Todo sucederá en el momento en que tú lo decidas"
"Gracias por ser tan comprensivo... ahora quiero darte esto", dijo y luego coloco sobre la mesa la fina sortija que su madre le hubiera dado. "Ayudara bastante con los gastos de la casa"
"No, no puedo aceptarla, es un obsequio de tu madre y por lo tanto es tuya"
"Pero, gastaste todo tus ahorros en esta casa, en algo podrán servir"
"Eso no importa, conservala... Anda, deja que me vista y luego iremos a la panadería. ¿Si?"
"Esta bien"
Haruka se levanto y dirigiendo sus pasos hacia el segundo piso, se encerró en la habitación para vestirse como es propio.
Justo en ese momento alguien llamo a la puerta. La aguamarina de inmediato acudió a revisar quien era. Encontrándose con un anciano cuyo uniforme le hizo saber que se trataba de un empleado de la oficina postal.
"Buenos días. Tengo un paquete para el señor Tenou. ¿Podría recibirlo?"
"Por supuesto, soy su esposa", contesto la mujer, sintiendo como esas palabras complacían su alma.
"Aquí tiene. Por favor firme", el cartero expreso entregándole el paquete y el recibo. Michiru en ese punto y por primera vez, utilizo el apellido del rubio como el suyo. Y es que sentía que no era más una Kaio, sino una autentica Tenou.
"Con su permiso", el hombre dijo y luego siguió su camino.
Intrigada por saber la procedencia de ese paquete, la aguamarina reviso el remitente y al instante la sorpresa acudió a ella.
"Saratov, Rusia. Lo envía Fiódor", expreso contenta de saber que su amado y el simpático marinero, a través de cartas mantenían su amistad.
"¿Quien era?", cuestiono el rubio.
"El cartero y te ha traído un paquete nada más y nada menos que de Fiódor.
"¿Fiódor?"
"Así es, mira"
Sin poder esperar un minuto más, Haruka de inmediato lo abrió, descubriendo que le había enviado tres hermosas rubakha de lino y un fino chal cuyos bordados eran más que preciosos. "Nos ha enviado regalos. El próximo Domingo usare una de estas camisas"
"Así será, mi amor", Michiru contesto y entonces, una fantástica idea acudió a ella. Sonriendole, expreso; "Mañana mismo le enviare una carta a mi madre para hacerle saber que estamos bien"
"Michi, eso podría ser peligroso"
"No tienes que preocuparte, mi amor. He encontrado la forma de hacerlo sin que él se de cuenta"
"Sabes que confió en ti"
Así pues, tomados del brazo, ambos dirigieron sus pasos hacia la panadería, la cual se alzaba sobre el lado contrario de la acera.
"Actualmente empleo a cinco mujeres y un niño. A las cinco de la mañana comenzamos con la preparación de los ingrediente y hacia las siete, abrimos las puertas. Anteriormente el pan lo traían desde Saga. Era caro y ademas seco. Ahora el nuestro es el mejor de la región"
"¿Me dejaras ayudarte en ella?", pregunto su amada.
"Michi, este fue el sueño de los dos. Hemos de compartirlo todo"
"Entonces tendrás que enseñarme a decorar, aunque supongo que es como pintar sobre pan"
"Me encanta esa comparación que has hecho", Haruka contesto y justo en ese momento empujo la puerta. Haciendo que el sonido de la campanilla que del marco pendía llamara la atención de Mina, quien detrás del mostrador se ocupaba de la contabilidad.
Fue entonces que contemplo al rubio en compañía de aquella hermosa mujer.
"¡Haruka!", dijo emocionada y dejando su puesto, acudió a saludarle. "Haruka ha vuelto", expreso a fuertes gritos para que los demás la escucharan.
"Hola Mina, después de tantos días, finalmente he vuelto con mi esposa", inflamando el pecho en el más puro y grande de los orgullos, señalo.
La rubia contemplo a la aguamarina, observando la hermosa frialdad del océano que había en esos ojos azules.
"Hola, soy Mina", sonriendo saludo.
"Y yo soy Michiru", replico la otra.
"Haruka, qué bueno que ya regresaste", también emocionado, Takeo, el hermano de Mina salio a su encuentro. Luego, observando a la aguamarina, expreso; "Es cierto lo que dijiste"
"¿Qué dije?", encogiéndose de hombros, Tenou pregunto.
"Dijiste que tu esposa es muy bonita", replico ruborizado.
"¡Oye!"
Arrancando una sonrisa a sus carnosos labios, la chiquilla rió un poco; "Gracias, tú también eres muy guapo"
Fingiendo molestia, el rubio se cruzo de brazos; "Creo que mejor me voy"
Envolviéndolo en un abrazo, Kaio volvió a reír; "No seas exagerado"
El chiquillo volvió a sonreír y señalando a la mujer, hizo aquella inocente pregunta; "¿Vas a tener un bebé?"
Haruka asintió contento; "Así es, dentro de poco voy a ser papá. No les había dicho porque era una sorpresa", fue hábil al mentir.
Esas palabras aunque cortas, ruborizaron a la hermosa Michiru. Escuchar que su amado reclamaba lo que en sus entrañas se gestaba como propio, la llenaron de un extraño sentimiento que no pudo describir. No cabía duda, Haruka era demasiado bueno.
En ese punto fueron interrumpidos por Kiomi, Tami, Aiko y Sai, sobrina del ama de llaves de Kenta, quienes salieron al encuentro de ambos.
Sai, observando a la que era la esposa de su patrón, torció los labios al ver que Mina no le había mentido.
Notas de autor;
Michelle; Ya están lejos de él, ojala y si logren ser felices.
Kaiohmaru; A Isao le gusta disfrutar de la desgracia ajena. Qué feo sujeto.
Isavellcota; Isao no merece la muerte, eso sería como un premio a su maldad. Lo que si merece, es sufrir y mucho.
Unbreakablewarrior; Es duro para ambos, ojala y logren superarlo. Ese sujeto no solo daño a Michiru, de alguna forma (aunque menos dolorosa), también daño a todos los que la rodean.
Guest; El sexo del bebé lo decidí en el preciso momento en que la idea de esta historia nació.
Kyoky; Así es, desde que termine la otra historia dije que Haruka tendría que ser muy paciente con ella mientras que Michiru debería ser muy fuerte. Para ninguno de los dos es fácil, y es aquí donde se pone a prueba su amor. A mi también me gusto que por una vez Haruka pudiera ser como realmente es.
