CAPÍTULO XLVI

ENTRE PENAS Y ALEGRÍAS

(Mañana siguiente. En la panadería)

Riendo con evidente alegría, el rubio sostenía entre sus manos las manos de su amada Michiru.

"Hazlo así", dijo sonriendo ante la figura de merengue que ella había logrado plasmar sobre la tarta.

"¿Tan mala soy?", cuestiono la chiquilla y luego le mancho la mejilla con un poco del dulce.

"No, en verdad eres es muy buena"

"No mientas y reconoce que soy mejor en el lienzo", replico ella también riendo.

"No miento, eres buena", contesto y luego la beso en los labios. "Ademas eres más dulce que las galletas"

Aquella enternecedora imagen llamo la atención de los trabajadores, haciendo que sonrieran ante las afectuosas atenciones que el uno tenía para con el otro. Aunque no se podía decir lo mismo de Sai, en cuyo rostro podía adivinarse una ligera expresión de desagrado.

¿Qué si estaba celosa?, en efecto, lo estaba.

Mina, comprendiendo a que se debían esos labios apretados y el entrecejo fruncido, no pudo evitar sentirse contenta. Y es que la complacía saber que no había logrado su infame propósito de intentar llamar la atención del rubio tal y como lo había prometido.

"¿Qué otros pendientes aparte de la tarta tenemos para hoy?", cuestiono Haruka al mismo tiempo que se limpiaba las endulzadas manos.

"Ninguno", contesto la rubia mientras se ocupaba de acomodar el pan en las tarimas de madera.

"Bien", dijo y luego se volvió para con la chiquilla. "Michi, tengo que salir a recoger un pedido especial que hice"

"¿Quieres que te acompañe?", su amada cuestiono y luego se lavo las manos con verdaderos deseos de ir con él.

"No, no es necesario. Solo quería avisarte", fue la seca respuesta que obtuvo.

No entendiendo su negativa, en el rostro de la joven se formo una mueca de extrañeza. Así que sin nada más que decir, se sentó detrás del mostrador.

Habiendo notado el cambio en su animo, Haruka se acerco a ella y besándola en los labios, expreso; "No pongas esa cara, es solo que queda un poco lejos y no quiero que te esfuerces mucho"

"Esta bien... ¿Qué quieres que cocine para la comida?", cuestiono volviendo a dibujar una sonrisa en sus labios.

"Lo que quieras estará bien. No me tardo", contesto y besando su mejilla, dirigió sus pasos hacia la salida. "Te amo"

"Y yo a ti"

A falta de clientes, la aguamarina observo a Takeo, el hermano de Mina, quien en un trozo de papel encerado pretendía escribir. "¿Qué haces?"

Nervioso el chiquillo se volvió hacia ella; "Intento aprender a leer así como Haruka"

"Ven aquí, puedo enseñarte a hacerlo. Aunque considero que es mejor si vas a la escuela"

Del otro lado de la acera, habiendo visto que el rubio se había marchado, la pelinegra Kazuki dirigió sus pasos hacia el establecimiento y empujando la cristalina puerta, saludo. "Buenos días"

"Buenos días", saludo Michiru cuando la vio ingresar. "Debes cuidar mucho la ortografía, sino puedes dar un mensaje erróneo", expreso para con Takeo, quien había logrado escribir una frase completa.

Indecisa entre qué pan llevar, la hija del medico de cuando en cuando le dirigía una discreta mirada, intuyendo por sus finos ademanes que se trataba de una mujer educada.

"Muy bien, Takeo", escucho decir a la aguamarina para con el chiquillo.

Luego observo a Mina, quien seguía ocupada en su labor. "Si esa mujer es su esposa, Haruka es todo un descarado al tenerla junto con su amante", pensó mientras escogía el pan. Cuando termino, dirigió sus pasos hacia la aguamarina. "Tu rostro no me parece conocido, ¿Eres una nueva empleada?", cuestiono deseosa de saber si sus sospechas eran ciertas.

"Vengo de Tokio, no me conoce porque hace algunos días llegue a la ciudad", fue la contestación obtenida.

"Entiendo, soy la hija del único medico del lugar", la pelinegra replico orgullosa de su posición.

Kaio se puso de pie y también orgullosa de su posición, contesto; "Soy Michiru, la esposa de Haruka"

Ante su respuesta, la chiquilla sonrió fingiendo un poco. "Me da mucho gusto conocerte... ¡Vaya!, estas embarazada"


(Lejos de ahí)

Sentada detrás de la mesa, rodeada por el fino humo de su cigarrillo y en compañía de una buena botella de vino, la pelinegra Saiko, amante de Isao, fingía una sonrisa a todo aquel que ingresaba en su salón. Y aunque entre ellos había caras conocidas, fue una la que le arranco una mueca genuina.

"Buenos días", dijo Eiji mientras se quitaba el empapado abrigo para colocarlo en el respaldo de la silla. "Maldita lluvia"

"Buenas tardes, querrás decir... ¿Se puede saber a qué se debe esta visita?. ¿Qué me traes esta vez?, cuestiono pensando en la fina joya que a espaldas del pelinegro habían logrado vender.

"¿Qué no te da gusto volver a verme?, deberías fingir un poco", expreso sentándose frente a ella, luego tomo su bebida.

"¿Qué negocio me vas a ofrecer?", con una mueca burlona, volvió a llevar el delgado cigarrillo a sus labios.

"Vine a decirte que Isao ha enloquecido"

"Ese hombre jamas ha estado cuerdo", como si no le sorprendiera, la mujer se limito a hacer un ligero ademan.

"Hoy esta peor que ayer. Mañana estará peor que ahora... ¿Sabes por qué?"

"No, aunque supongo que la frígida de su esposa termino por enloquecerlo", dijo tomando la botella para servirse un poco más.

Observando que el salón estaba casi lleno, el castaño le hizo una seña para que se acercara un poco más. Y es que susurrando a su odio, evitaba que se hiciera un escándalo que sin duda llamaría la atención del ministerio de salud, trayendo como consecuencia la clausura de su negocio.

"Sífilis", finalmente expreso.

La burlona mueca de la mujer cambio por una de desagrado. "Asco", dijo sin poder evitar elevar el tono de su molesta voz.

"Cállate, ¿O es qué quieres que tus clientes lo sepan?. Irías a la cárcel", contesto y acto seguido encendiendo uno de los puros que le había robado al abyecto sujeto. "Temía que hubieras sido tú quien lo contagio, porque entonces también me habrías contagiado a mi. Por fortuna estoy limpio"

"Ve y busca culpables en otro lugar", ofendida la mujer se puso de pie.

"¿En verdad no quieres saber qué es lo que pasa con Isao?", cuestiono el castaño mientras la tomaba de la mano y evitaba de esa forma que se alejara.

Intrigada, la mujer volvió a sentarse. "Dime"

"La vida de Isao se ha vuelto un infierno. Estaba ebrio cuando por fin me lo confeso", queriendo hacer más interesante la conversación, bebió un poco de vino.

"Si solo vas a quitarme el tiempo, entonces será mejor que te retires"

"Todo comenzó hace tiempo. Isao no era el mismo de siempre, aunque en un principio lo atribuí a que los negocios no le iban nada bien. Hace algunos meses a la entrada de su casa hirió a un joven, según él porque se trataba de un ladrón, pero resulto que el ladrón no era ladrón, sino panadero y ademas novio de su hija"

"¿Un panadero novio de su hija?"

"Todo bien hasta aquí. Pues bien, el otro día me pidió que lo acompañara a la estación de tren para buscar algo que le habían robado. Solo que no se trataba de un simple cosa, más bien se trataba de una persona... Tu querido Isao se ha vuelto un viejo y pronto te va a hacer abuela, pero no creas que por parte de alguno de sus bastardos. Su hija esta embarazada y se fugo con ese muerto de hambre", habiendo dicho soltó una corta risita. "Queriendo recuperarla en Saitama hizo un escándalo, sin embargo no lo logro"

"Mientes", sorprendida por esa serie de eventos, la mujer no supo que responder.

"No miento, él muy estúpido creyó que con su hija podía hacer un buen negocio"

"Isao siempre ha sido un perdedor"

"Ahora lo es más que nunca, ¿Sabes qué más sucedió?, su esposa lo abandono"

Ante esas palabras, la mujer le dirigió una mirada de extrañeza e incredulidad.

"No me veas así, no me lo estoy inventando. Y si crees que esa no es suficiente humillación para un hombre tan orgulloso como él, espera a escuchar que la criada también lo dejo", habiendo dicho se puso a reír a carcajadas. "Se ha convertido en un payaso"

Escapando a su asombro, Saiko también rió; "Ya era hora de que esa mujer se diera cuenta de que por esposo tenia a un completo idiota"

"No hables así de la pobre Katherine, que al final de cuentas tú sigues con él"

"Es diferente, querido. Ella como su esposa estaba forzada a soportarlo. El mio es solo trabajo", expreso y luego sobre su rostro exhalo el humo.

"Buen punto... así que ahora ve y prepara tu equipaje. Estoy seguro de que en cuanto te vea su actitud cambiara"

"No lo sé... quizás se ponga más molesto de lo que ya esta", Saiko dijo poco convencida del plan del castaño.

"Esta es tu oportunidad, querida. A falta de una señora Kaio, estas tú... ¿O es qué acaso no te agrada la idea de convertirte en la única señora de su casa?, con tu experiencia, harías un buen negocio"

La mujer se quedo meditando un poco, luego exclamo; "Sabes que nunca viajo en tercera clase"

"Entonces ve por tu equipaje, nos vamos esta noche", Eiji concluyo.


(Nagasaki. Residencia Tenou)

Disfrutando de la buena comida, el rubio y la aguamarina conversaban.

"¿Te gusta?", cuestiono la chiquilla, y es que era la segunda ocasión que preparaba ese platillo. La diferencia entre la primera vez y esta, es que lo había hecho bajo la supervision y ayuda de la señora Matsuko.

"Esta delicioso", satisfecho su amado contesto.

"Me alegra mucho"

Haruka contemplo su figura y poniéndose de pie, con un ademan le indico que también lo hiciera.

"¿Ocurre algo?", cuestiono la mujer sin entender.

"No es nada de que preocuparse", Tenou contesto y luego le cubrió los ojos.

"¿Qué haces?", cuestiono ella riendo un poco. "No quiero caerme"

"¿Crees que voy a permitir algo así?", fue la pregunta obligada.

"Sé que no, pero por favor ya dime que es", pidió su amada.

Haruka sonrió y conduciéndola con cuidado, entraron en el estudio. "Esta era la sorpresa que tenía para ti. Es por esto que me tuve que ausentar de la panadería", habiendo dicho la libero de su agarre.

Sorprendida, la chiquilla observo el caballete y las acuarelas que su amado había comprado para ella. "Son hermosos", emocionada dijo mientras acariciaba los finos pinceles.

"Ahora podrás volver a pintar, dime que falta y entonces iré a traerlo"

Michiru sonrió y abrazándole por la cintura, contesto; "Falta que modeles para mi"

"Lo haré cuando quieras y en la forma que gustes", contesto depositando un beso en sus labios.

En ese instante y para interrumpir tan romántico momento, alguien llamo a su puerta.

"¿Quien será?", Haruka mascullo y caminando hacia la entrada, a través del cristal pudo distinguir dos figuras.

No imaginando quien podía ser, abrió la puerta y entonces se encontró con Kenta, quien era acompañado por una mujer madura.

"Buenas tardes", saludo el medico enmarcando una sonrisa en sus labios.

"Buenas tardes"

"Aquí tienes a la señora Maeko, es la única partera que tenemos en la ciudad. Ella podrá hacerse cargo de las revisiones de tu esposa. Si es que hay algún problema que no este en sus manos, entonces yo podre intervenir"

"Gracias. Pasen por favor"

"¿Qué pasa?, mi amor", saliendo al pasillo, la aguamarina contemplo al hombre y a la mujer.

Kenta se quito el gorro y haciendo una reverencia, sonrió para ella; "Buenas tardes"

"Buenas tardes", replico ella con extrañeza.

"Michi, él es Kenta, el único medico de la ciudad. Ella es la señora Maeko, es partera y ha venido a ver que todo este bien"

Kenta asintió, volviendo a hacer una reverencia; "Es todo un placer conocerla"

"Igualmente", nerviosa la joven contesto. Y es que saber para que estaban ahí, hizo que su cuerpo se estremeciera.

Dejando a un lado las etiquetas y formalismos, la mal encarada mujer intervino; "¿Cuenta con agua corriente?"

"Si, por supuesto"

"¿Dónde podre hacer la revisión?, con el mismo tono seco, fue la pregunta que siguió.

"En la habitación de arriba", Haruka señalo con su mano.

"Entonces muéstreme al camino"

"Si, por supuesto". Esa actitud hizo que el rubio por un breve momento tuviera miedo. Ni aun siquiera la desconfiada señora Matsuko había sido tan fría con él.

Asustada, la chiquilla bajo la mirada; "¿Haruka?", lo llamo son un ligero murmullo.

Comprendiendo a qué se debía ese repentino cambio, Tenou se acerco a ella, hablándole con tono bajo para que nadie salvo ella lo escuchara; "Esta bien, Michi. Sino quieres no te puedo obligar a que accedas. Todo esto es tan apresurado... puedo decirles que vengan otro día"

La mujer asintió, tomándole la mano; "Quédate a mi lado y entonces me sentiré segura, ¿Si?"

"Sabes que sí. Vamos para que esto termine cuanto antes"

"De acuerdo"

Así pues, los cuatro subieran al segundo piso.

"En el cuarto de servicio encontrara todo lo que necesite. La revisión podrá hacerla en la habitación principal"

La señora Maeko no dijo nada y dirigiendo sus pasos hacia el lavabo, se higienizo las manos. Por su parte, el rubio dejo que su amada ingresara primero en la alcoba y, luego de que la partera también lo hiciera, cerró la puerta dejando a Kenta fuera.

"Recuéstese y desnúdese", volviendo a desinfectar sus manos, ordeno.

"¿Completamente?", aterrada pregunto la chiquilla. Y es qué no sabia que le asustaba más, si la actitud de ella o la revisión en si. Aunque más bien podía concluirse que ambas cosas.

"Si lo prefiere no lo haga en su totalidad"

Sin decir nada Tenou se sentó junto a su amada para tomar su mano y darle confianza.

Esa escena hizo que la de por si amargada señora Maeko frunciera el entrecejo; "Esto es cosa de mujeres, usted ya hizo suficiente dejándola así", sin recato alguno se atrevió a señalar. "Espere a fuera"

"¿Michi?", desconcertado el joven se volvió hacia ella.

La nerviosa chiquilla asintió ; "Ella tiene razón, espera afuera"

Sorprendido por la petición de su amada, Tenou abandono la habitación y tomando la silla que estaba en el corredor, se sentó detrás de la puerta.

"Parece una mujer fría, pero es buena en lo que hace... ademas no eres el primer padre al que echa fuera", Kenta señalo y luego rió un poco. "Deja que las mujeres se ocupen de sus cosas"

Nervioso, Haruka negó con la cabeza; "No son solo cosas de mujeres, también son cosas de hombres... es mi esposa, es mi bebé. Es lógico que me preocupe por ellos"

El medico asintió sonriendo; "Tener un hijo es una de las cosas más bellas que te puede suceder, pero... ¿Por qué no nos habías dicho que ibas a ser padre?", intrigado por conocer sus motivos cuestiono.

Esa pregunta tomo por sorpresa al rubio, sin embargo rápidamente encontró la respuesta a su interrogante; "Teníamos nuestras sospechas, luego en una de sus cartas me lo confirmo. Si no dije nada, es porque lo consideraba algo muy nuestro"

"Entiendo"

La puerta finalmente se abrió, dando paso a la señora Maeko.

"¿Cómo están?", cuestiono el ansioso y preocupado padre.

"Están bien. Vaya con ella, esta muy nerviosa", expreso con indiferencia.


(Esa noche)

Habiendo tomado del armario un pijama limpio, el rubio se lo coloco mientras pensaba en lo acontecido durante el mediodía. Por su parte y aún avergonzada, la chiquilla yacía recostada entre las tibias sabanas.

Así pues, haciendo a un lado cualquier pensamiento, fue ella quien hablo; "¿Sabes?, hoy conocí a la hija del médico. Parece ser una buena chica"

Ante esas palabras, Haruka de inmediato se volvió hacia ella; "¿Así?, cuestiono tratando de no darle demasiada importancia. "¿Dé qué hablaron?", añadió temiendo que la pelinegra se hubiera atrevido a hacer mención de aquello que ella había mal entendido. Aunque era poco probable ya que si así hubiera sido, durante la comida se lo hubiera dicho.

"Nada importante, creyó que yo era una de tus empleadas", cubriéndose los labios, rió un poco.

"Niña tonta", Tenou expreso y entonces se recostó junto allá. "Mejor cuéntame que te dijo esa mujer"

"Es una persona bastante fría, pero dijo que todo está bien", contesto bajando la mirada al recordar tan bochorno momento.

"Eso me alegra y mucho, pero ¿Por qué primero me pediste que te acompañara y luego rechazaste mi presencia?", tomando su mano, Tenou la beso con cariño.

Michiru sonrió débilmente mientras le acariciaba la mejilla; "Por vergüenza, no quería que me vieras"

"¿Vergüenza?, no Michi, no deberías sentir pena conmigo. Además muchas veces te mire desnuda", de forma ligera se encogió de hombros.

La chiquilla asintió con las mejillas completamente ruborizadas; "Lo sé, es solo que no quiero que me veas así", dijo y luego con la mirada señalo su vientre.

"No digas esas cosas", sin saber que más decir, guardo el debido silencio.

Aún pensando en ello, se sentó sobre la cama y flexionando sus piernas hacia su pecho, se abrazó a sus rodillas, aunque no por completo porque había un intruso que se lo impedía. "Lo siento"

"Está bien. Entiendo"

Michiru bajo la mirada y luego murmuro mientras se limpiaba las lágrimas de sus mejillas; "Jamás podrás entenderlo"

Ante esas palabras, Tenou no evitar cuestionar; "¿Tiene que sucederme a mí para poder entender lo que sientes?"

Comprendiendo que su respuesta no había sido la mejor, Michiru negó con la cabeza, luego con cariño tomo ese fresco rostro entre sus manos; "No, mi amor. Yo no quise decir eso. Nadie debería pasar por lo que yo pase, mucho menos tú"

"No te tortures más Michi. Descansa. Ambos lo necesitan"

En ese punto en el rostro de la chiquilla se formó una mueca de desagrado. "Dioses", exclamo y luego volvió a recostarse.

"¿Qué pasa?, ¿Estas bien?"

Apenada la mujer asintió; "Siento que cada día se vuelve más fuerte. A veces cuando se mueve duele"

Haruka sonrió, fijando con ilusión la mirada en su vientre.

Por la expresión que en su rostro se había formado, la aguamarina adivino cuales eran sus pensamientos; "Quieres tocarlo, ¿Verdad"

"Solo si tú quieres", contesto el otro con verdaderos deseos de hacerlo.

La anguarina respiro profundo y entonces asintió.

Emocionado, el rubio coloco su mano sobre él, buscando así poder percibir aunque fuera un ligero movimiento. "¿Por qué no me saludas?... Dime hola"

La joven por su parte observo como el rubio tambien apoyo la cabeza sobre en él. Por la forma en la que le hablaba y lo tocaba, en ella nació una pregunta cuya respuesta parecía más que obvia. Sin embargo no se atrevió a hacerla, no por miedo, sino porque no quería interrumpir la evidente alergia que aquello le daba a su amado.


Notas de autor;

Michelle; Es lógico que tenga miedo, aunque poco a poco su actitud ha ido cambiando.

Kaiohmaru; Aparte de la infección, ese hombre jamas tuvo mucha materia gris que digamos.

Isavellcota; En mis fics todo es posible. Y aunque Katherine no se reencuentre con él, bien puede conocer a otro hombre.

Unbreakablawarrior; Le conviene firmar, así se queda con parte del negocio de su esposa.

HaruTenoh11; Así es, son pequeños detalles que resumen toda su vida. Si lo notan, desde que Haruka llego Michiru ya no habla de una forma tan cruel hacia su bebé. Su actitud ha tenido pequeños cambios, eso es bueno.

Kyoky; Así es, por cada paso que Michiru da retrocede dos. Bebé Océano siempre es lo mejor en la historia, una lastima que esta vez no vaya a nacer. Lo mismo digo de Eneas, aunque no sea hijo de Michi, es lindo. Sin embargo es cierto que es el más difícil de hacer aparecer.