CAPÍTULO LIX
ETERNA UNIÓN
(Nagasaki. En el templo)
Y el momento qué impacientes hubieran esperado finalmente llego.
Con una sonrisa en sus carnosos y rosados labios, la aguamarina acaricio la fina tela con la que su precioso shiromuku hubiera sido confeccionado. Sorprendiéndose ante la belleza de los bordados que lo adornaban.
"¿Estaré soñando?", cuestiono al mismo tiempo que con cuidado para no mancharlo ni arrugarlo comenzaba a vestirlo, sintiendo a cada toque como esa exquisita suavidad envolvía su menudo cuerpo en un abrazo. Más para recordarle que todo se trataba de la más maravillosa de las realidades, desde dentro su pequeño la pateo con fuerza, haciendo que ella se llevara una mano al vientre; "Si, ya sé que no es un sueño, pero quería estar segura de ello", expreso riendo un poco al descubrir que su estado quedaba bastante disimulado bajo la prenda.
"¿Puedo pasar?", desde detrás del fusuma una voz femenina pregunto.
"Si no eres Haruka por supuesto que si", replico Michiru mientras tomaba los objetos que la acompañarían durante la ceremonia.
Habiendo recibido su aprobación, la joven Mina ingreso y apenas la miro envuelta en su blanco kimono, la sorpresa acudió a iluminarle el rostro; "En verdad luces bellisima. Haruka se va a quedar sin palabras"
"Gracias", ruborizada contesto ante su sincero alago.
"Por él ni te preocupes, se encuentra a varias habitaciones de esta con Takeo. Ademas conmigo aquí no se atreverá a sorprenderte... pero dime, ¿Estas nerviosa?"
"Y mucho. Anoche casi no dormí porque estaba tratando de recordar mis votos. Y por lo visto Haruka tampoco pudo hacerlo", relato al recordar el sonido de sus inquietos pasos a lo largo del corredor.
"Es natural, se trata de un día muy especial"
"Él más especial de todos", observando en el espejo su precioso tocado, la aguamarina contesto sonriendo.
"Espero pronto poder casarme", pensando que quizás eso nunca ocurriría, la rubia suspiro.
"Por favor no digas eso, a todas nos llega nuestra hora. Yo pensé que jamás podría casarme con Haruka y hoy estoy aquí a punto de convertirme en su esposa"
"Es verdad, mientras este viva hay esperanza", concluyo la alguna vez diosa del amor.
(Cerca de ahí)
Molesta por que dentro de pocas horas aquel matrimonio se llevaría a cabo, la joven Kazuki observaba a través de la ventana de su habitación.
"¿Pero qué haces?, ¿Por qué aún no estas lista?", cuestiono Kenta al verla llevando uno de sus sencillos hakamas.
Ante esa pregunta la chiquilla desvió la mirada "¿En verdad piensas qué yo me voy a prestar a ese sacrilegio?", ofendida cuestiono.
"¿Sacrilegio?, se trata de una hermosa unión. No encuentro lo sacrílego en ello"
La pelinegra resoplo, dibujando en su rostro una mueca de evidente rechazo; "Una mujer que se entrega a un hombre y concibe de él un hijo antes del matrimonio, no merece una ceremonia porque se ha comportado como lo que es, una ramera"
"¿Y Haruka si lo merece?, ¿Su actuar no fue equivocado?"
Ante esas dos preguntas la chiquilla se mordió los labios; "Es diferente porque es hombre. En cambio las mujeres decentes no se prestan a esas cosas"
"Es más que evidente que lo hizo con la mujer que ama. No debes juzgar las acciones de nadie, cada quien sabe porque actúa en la forma qué lo ha hecho"
"Pues yo no hubiera actuado como ella. Ademas es fácil adivinar sus razones. Haruka es bueno y ella solo lo hizo porque sabía que con un hijo podría retenerlo. Así no funciona el amor verdadero", cruzando los brazos sobre su pecho, Kazuki se atrevió a acusar.
"Como haya sido, eso no cambia el hecho de que Haruka va a ser padre y como tal este a punto de asumir su responsabilidad"
"No es responsabilidad, se llama presión. Esa mujer es una egoísta por no dejando elegir"
Kenta asintió un poco, pero no porque con ello le diera la razón; "Tú pensamiento también lo es. Dices qué con un hijo lo retiene, entonces dime ¿Tú misma consideraste hacerlo de esa forma para tenerlo a tu lado?"
Aún más ofendida la pelinegra desvió la mirada; "Los trucos sucios no van conmigo"
"Como sea, a mi me enorgullecería mucho tener a un hijo que no huye de sus responsabilidades. Haruka bien pudo haber huido de sus obligaciones y sin embargo no lo hizo porque eso habla mucho no solo de su educación, sino de sus sentimientos. En cambio me avergonzaría mucho tener una hija que por egoísta es capaz de interponerse en medio de una familia que apenas comienza a formarse. Yo no te eduque así"
Kazuki en ese punto se mordió los labios, se había quedado sin argumentos.
"Tienes razón, será mejor que no vayas, tu presciencia podría incomodar a más de uno", el medico concluyo y dándose la vuelta, abandono la residencia tomando por camino el templo.
(En el templo)
Y al igual que la aguamarina, nervioso el rubio caminaba de un lado a otro, contemplando como las manecillas del reloj avanzaban con tortuosa lentitud.
"¡Dioses!, esta espera me va a matar", mascullo antes de golpear el muro.
Ante su desesperación, Takeo negó con la cabeza; "Tranquilízate, hombre. Ayer faltaba más que hoy. En este instante falta menos que hace un minuto"
"Es cierto, pero es que hemos pasado por tanto para poder estar aquí, que casi me resulta imposible que llegue el momento"
"Cuando sea grande, espero estar tan emocionado como tú, ademas de tener una novia tan bonita como la señorita Michiru", ruborizado el chiquillo murmuro.
"Ya veras qué sí y para que lo logres, debes ser un hombre bueno con las mujeres y muy trabajador", contesto Tenou. "Es hora", dijo volviendo a observar el reloj.
Así pues y luego de esa casi eterna espera, respiro profundo y luego salio por el pasillo acompañado del pelinegro.
"Michi, es la hora de la ceremonia", finalmente dijo llamando al marco del fusuma.
"Dame un segundo", respondió ella desde detrás.
Y entonces este cedió, dando paso a la hermosa aguamarina. Haruka sonrío satisfecho al verla envuelta en su precioso shiromuku y acercándose a ella, hablo a su oído.
"Tal y como soñé que te verías"
"¿Te gusta?"
"Sabes qué más que eso", expreso ofreciendo su brazo para que ella se apoyara en el. "A partir de ahora y para siempre caminaremos el uno al lado del otro"
"Este viaje qué es infinito comienza una vez más", emocionada contesto la hermosa aguamarina.
Aferrándose a ella, por un instante Haruka bajo la mirada; "No sabes cuanto me hubiera gustado hacer las cosas de otra manera y no haber tenido que huir. Me hubiera gustado mucho que salieras de tu casa vestida así y con la bendición de tu padre. Me hubiera gustado mucho que tu madre estuviera aquí contigo"
Michiru sonrió, depositando un beso en su mejilla; "Aunque físicamente ella no esta, nos acompaña en sus oraciones. Ademas contamos con su bendición, qué es más que suficiente"
"En ello tienes razón. Ahora te prometo que en nuestra próxima boda ella estará presente, entonces te verá llevando tus hermosos azares blancos"
"Estoy segura que así será. Más ahora qué lo pienso, he llegado a una hermosa conclusión"
"¿Cual es?", cuestiono el apuesto joven.
"Qué aunque nuestras almas vuelvan a renacer una y otra vez y aún sin siquiera conocernos, ya estamos casados. Solo hace falta encontrarnos para renovar nuestros votos"
"Pero qué hermosos pensamientos", Haruka contesto besando su mano.
(Londres)
Emocionados el uno ante la presencia del otro, ambos rubios viajaban en carruaje con destino a la opera.
"¿Ocurre algo?", cuestiono Katherine al ver que su amado no podía apartar la mirada de ella.
"Pasa que si estoy soñando, no quiero despertar jamas"
La mujer sonrió y depositando un beso en sus labios, fijo su mirada en la de él; "Pues ya ves que no. Estamos juntos, así como siempre lo deseamos"
En ese punto la tranquilidad de la noche fue quebrantada por el hermoso tañer de las campanas de la iglesia, haciendo que la mujer observara a través de la ventanilla.
"Soy un tonta. Hemos estado tan ocupados, qué hemos olvidado algo muy importante"
"¿Qué es?", cuestiono Albert encogiéndose un poco de hombros.
"Qué no he dado gracias por haberte encontrado"
"Es verdad, ademas debemos festejarlo. Cochero, por favor llevemos a la iglesia", ordeno el rubio.
"A la orden, señor"
El carruaje tomo camino hacia el sitio indicado y una vez que arribaron, Albert descendió del mismo para ser él quien le ofreciera su mano para ayudarla a descender.
"Por favor, hazlo con cuidado", pidió sosteniéndola.
"Muy amable, caballero", expreso ella dibujando en sus labios una hermosa sonrisa.
Así pues, apoyándose el uno en el otro, dirigieron sus pasos hacia el interior del resplandeciente recinto, el cual se había vestido de flores blancas.
"¡Vaya!", expreso la mujer al descubrir que no era una misa como cualquier otra, sino que se estaba llevando a cabo una boda.
Ante esa preciosa imagen su rostro se ilumino y sus labios dibujaron una sonrisa. Y es que lejos de recordar la suya con Isao, imagino que quienes se estaban casando eran su hija y su adorado prometido. Deseando así con todas las fuerzas que había en su alma algún día poder llegar a verlos en ese mismo lugar.
"¿Estas bien?", cuestiono Albert al verla perdida en sus propios pensamiento.
"Si, no es nada. Es solo que he recordado a mi hija y a su prometido"
"Sabes que quiero saber todo de ti. Por favor háblame de ella"
"Es una historia larga y difícil de contar. Las cosas para ellos no han sido nada sencillas. Mi hija se enamoro de un joven que ademas de huérfano, es muy humilde, pero con grandes sueños. Ella sufría porque él no estaba nada interesado en ella. Ademas se esforzaba por acallar aquello que sentía porque la sociedad dice que una mujer como ella no puede fijarse en un hombre como él. Y porque sé como se sufre un amor callado, es que yo la anime a que se sincerara con él y así fue. Qué contenta se puso al descubrir que el también la amaba. Y yo debo reconocer que a través de su ilusión viví la mía propia"
Con atención, el rubio iba escuchando lo que su amada iba diciendo.
"Sabes qué es capaz de hacer una mujer que esta perdidamente enamorada. De esa forma juntos concibieron un bebé", deseando con toda su alma que su nieto fuera el producto de ese amor y no de la monstruosidad que aquella bestia había cometido en contra de su pequeña, relato. Y es que en sus oraciones siempre imploraba que así fuera para que su hija lo aceptara como lo que era, su hijo. "Una noche Isao descubrió lo suyo y entonces por la espalda lo sorprendió, hiriéndolo de forma cobarde"
Ante esas terribles palabras un escalofrío recorrió su espalada; "¿Murió?"
"No, y es por eso que Isao juro asesinarlo. Él tuvo que huir conservando siempre la promesa de volver para casarse con mi hija. Los días fueron pasando y al no tener noticias de él, ella cayo victima de un terrible depresión que amenazaba con matarla. Fue entonces cuando Isao finalmente descubrió que estaba esperando un hijo. Iracundo una noche él llego asegurando que había cumplido su promesa. Mi hija estaba deshecha porque el hombre que se suponía debía protegerla, era el causante de todas sus desgracias. Fue entonces que pensé en el divorcio. Una noche antes de que abandonáramos la residencia, la nana me llamo porque ese muchacho había regresado, descubriendo así que Isao nos había mentido. Mi pequeña estaba tan contenta, que no hice otra cosa más que dejarlos huir para que él no los lastimara"
"Eres un buena madre"
"No, no lo soy. Porque por tonta permití muchos atropellos. Ahora ellos viven felices. Tienen una hermosa casa y una panadería que juntos administran. Pronto van a casarse y espero un día de estos ir a visitarlos para conocer a mi nieto"
"Un final feliz, pero ¿Qué sucedió con Isao?"
"No sé que será de él y aunque pienses que soy egoísta, no me importa averiguarlo. A él no le importo hacerle tanto daño a mi pequeña cuando más necesitaba de su protección, que yo por él no siento ninguna pena"
Haber escuchado los detalles que la hubieran llevado a abandonarlo lo petrificaron y es qué, ¿Cómo un padre puede convertirse en un monstruo para con sus hijos?. "Es una historia difícil de digerir"
"Peor aún fue vivirlo", concluyo su amada dispuesta a no dejarse volver a humillar ni aun siquiera por él.
Pero sí la ceremonia de un par de descocidos había emocionado a la rubia, ¿Qué más hubiera experimentado al ver que quien se casaba era su hija?
(En el templo)
El aroma del incienso, el ardor de las velas y los rituales que acompañaban la ceremonia, hicieron que la hermosa aguamarina se olvidara por completo del mundo exterior, centrando toda su atención en su amado y en lo qué todo aquello significaba.
El intercambio de presentes, las oraciones y el aroma del sake mezclado con el perfume de las flores, y aún más importante, la mano de su amado entrelazada con la suya le decían que se convenciera de que aquello no se trataba de una ilusión.
Entonces llego el momento de hacer sus votos nupciales. Votos qué en otro tiempo y en un lejano lugar hubieran hecho volverían a estremecer sus enamorados corazones.
Fijando su mirada en la de la chiquilla, con fuerza Haruka se aferro a sus manos y luego de besarlas, dejo qué las tiernas palabras que habían nacido en su alma asomaran a sus labios; "Aunque ahora estamos de pie ante este altar, sabes que no solamente te estoy tomando como mi esposa en esta vida, sino en todas las que vengan. Hoy reafirmo el pacto que en esa otra vida también hicimos, jurándote así un amor que será eterno y qué ira aún más allá del final de los tiempos"
Tratando de contener las lagrimas que no eran de otra cosa más que de infinita felicidad, la chiquilla asintió al mismo tiempo que en sus labios se dibujaba una sonrisa; "Y yo te juro el mismo amor eterno. Sabes que no importa qué suceda o que tanto el destino se empeñe en tratar de separarnos. No importa qué oscuros tiempos lleguen a azotar, porque con cada paso que des por esos desolados senderos, te llevara a mi. Ni aún siquiera la muerte podrá apartarnos porque hasta en ella habremos de reencontrarnos"
Cualquiera que los escuchara llegaría a pensar que aquellas tan solo eran palabras que habían nacido en un momento de emoción, sin embargo ellos dos conocían su significado a la perfección. Habían nacido para estar el uno al lado el otro y eso era algo que solo uno de los presentes había entendido.
Ante la hermosa imagen que se abría frente a sus azules ojos y viendo como las siluetas de aquellos dos danzaban sobre los muros ante el brillo de las resplandecientes velas, una sonrisa se dibujo en el rostro de Mina y como si aquello se tratara de un lejano recuerdo, pensó; "¿En cuantas vidas me habrá tocado presenciar este momento? ¿En que tiempos la luna fue testigo de estos preciosos votos?. Estoy segura que desde que somos materia, esto lo han atestiguado no solo los dioses paganos, sino la mismísima Venus sellando el pacto de ellos dos"
Un poco más allá, el juez que llevaría a cabo su unión civil esperaba el momento de que la ceremonia terminara para poder cumplir con su trabajo.
Kenta, observando por uno de los ventanales, impaciente esperaba que aquello terminara pronto, y es que lo acosaba el temor de que Kazuki se presentara y cometiera la terrible indiscreción de detener tan hermoso acto.
Fue entonces cuando la ceremonia termino dando paso al juez, quien apoyando sobre la mesa los documentos que los contrayentes deberían firmar, comenzó.
"Antes de que demos inicio a este acto, ¿Hay algún impedimento para que este se lleve a cabo?"
En ese punto la aguamarina se aferro a la mano de su amado y bajo la cabeza, haciendo que desconcertado Haruka se volviera hacia ella.
"¿Estas bien?", cuestiono.
"Sí", ella gimió ante el terrible pensamiento que cruzo su cabeza, y eso fue la imagen del pelinegro Kaio. Y es que por un momento imagino que este llegaría para oponerse y tomarla lejos de su amado.
Más eso no ocurrió, el silencio por parte de los presentes dejo que su matrimonio continuara.
"La ceremonia que hoy nos ha reunido aquí es con la finalidad de unir dos familias en una sola. En este caso la familia Tenou con la familia Kaio, permitiendo que a través de esta la estirpe de las dos continué"
Era cierto, Haruka era el ultimo descendiente del viejo Tanaka, cuyo hijo hubiera muerto durante una noche de fría tormenta. Por su parte Michiru era la única descendiente al menos reconocida de los Kaio. Más eso ya no importaba porque pronto pasaría a ser la señora Tenou y con ello, su hijo aunque no fuera un verdadero descendiente de esa familia, sino un Katsumoto engendrado a través de un acto cobarde, permitiría que el buen nombre y los valores de un noble campesino ignorante continuaran, porque ante sus ojos valía mas la riqueza del alma, que la que se lleva en el bolsillo.
"Señor Tenou, ¿Acepta a la señorita Kaio como su única esposa con todos los deberes y obligaciones que un matrimonio conlleva?"
"Sí, acepto", contesto seguro de su mismo y acto seguido firmo el documento.
"¿Señorita Kaio, acepa como su único esposo al señor Tenou con todos los deberes y obligaciones que un matrimonio conlleva?"
"Sí, acepto", segura de si misma contesto y luego fue su turno de firmar.
"Pues bien, no encontrando impedimento alguno y habiendo ustedes aceptado este convenio, los declaro unidos en matrimonio"
Habiendo escuchado esas palabras, la aguamarina se refugio en el pecho de su amado, empapandole el fino montsuki con sus lagrimas.
"¿Por qué lloras?, ¿No estas contenta?", cuestiono él acariciando sus encendidas mejillas.
"Lo estoy y si lloro, es porque veía este día tan lejano. Ahora si nada ni nadie podrá separarnos"
"Eso jamas. Nacimos para estar juntos. Ahora somos uno solo", siseo antes de besarla en los labios.
"El fotógrafo ya llego", emocionado Takeo anuncio, y es que el capturar imágenes en papel representaba toda la modernidad de ese entonces.
"Vamos, deseo mucho enviarle a mi madre un recuerdo de nuestra boda", ilusionada la aguamarina pidió.
"Y lo harás. Quiero que vea que luces hermosa", contesto el rubio con la misma emoción de ella.
Así pues, felices caminaron hacia los preciosos jardines y tomándose de las manos, esperarían el tiempo que fuera necesario para que ese momento quedara plasmado.
(Notas de autor)
Por primera vez la semana pasada tuvimos un capitulo diferente a los demás y eso fue porque en él no apareció ninguno de nuestros protagonistas.
Imaginen como eran las fotos en ese entonces, había que permanecer un largo tiempo sin moverse para lograrlas... y ni como editarlas.
isavellcota; No te preocupes por las faltas de ortografía, yo también cometo y muchas. Así es, la nana esta súper feliz por ella, ya solo falta que Michiru se entere de la buena noticia.
Michelle; A Katherine no le hubiera importado que Albert siguiera siendo humilde. Ella sabe que la felicidad esta en el alma, no en el bolsillo.
Kaiohmaru; Gracias por tus palabras. Aún y siendo libres, Katherine y Albert deben seguir guardando las apariencias. Imagina que se enteren que él era su jardinero, sin duda alguna daría mucho de que hablar. También él por no ser un aristócrata.
Kyoky; Justo a tiempo :). Así es, ya no son aquellos niños a los que les daba miedo expresar sus sentimientos. Aún así deben ser cautelosos. En esa sociedad tonta Katherine las lleva de perder, aunque poco importa, es su felicidad, no la de la gente.
