CAPÍTULO LXI

ADIÓS AL DOLOR

Y aunque aún faltaba tiempo para que el invierno terminara, como si se tratara de la primavera en ese frió ambiente se mezclo el perfume de las flores con el delicioso aroma de los dulces frutos del huerto.

Más allá, a través de la cortina, los primeros rayos del sol lograron colarse dentro de la habitación, iluminando con su aún débil luz algunas de las prendas que la madrugada pasada hubieran quedado sobre el suelo.

Juguetón, uno de ellos se poso sobre el fresco rostro de la hermosa aguamarina y sorprendiéndola ante su cándido roce, sin abrir los ojos en vano con su mano trato de alejarlo.

Cansada, la mujer deseo poder dormir aunque fuera un poco más, sin embargo en ese momento se percato de la fría mano de su amada posada sobre su vientre, erizando así su cálida piel. Así que dándose cuenta de que estaba completamente desnuda, por fin abrió los ojos.

"¡Dioses!", gimió al sentir como las plantas de sus pies se enfriaban. Con cuidado giro sobre su propio cuerpo y al hacerlo, sonrió al ver a la rubia profundamente dormida.

Era cierto, no lo había soñado. Por fin y en su noche de bobas había logrado entregarse a ella una vez más. Así que acercándose a esa desnuda belleza, la beso en los labios para despertarla. "Buenos días, mi amor"

Habiendo sentido ese dulce toque Haruka poco poco fue abriendo los ojos, encontrándose con el marino mirar de la mujer que amaba.

"Buenos días", expreso sonriendo y acariciándole el cabello que caía por sus desnudos hombros.

"Te dije que cada día de nuestras vidas te despertaría con un beso"

"Lo sé", contesto la rubia al verla tan contenta.

Michiru en ese punto se inclino sobre ella, comenzando a recorrer su cuerpo con los labios y las manos. Ante la sensación de sus besos, la rubia dejo que continuara.

"¿Tienes frió?", cuestiono sabiendo la obvia respuesta.

"Un poco", Haruka contesto.

En ese punto la aguamarina giro sobre ella he inclinándose para depositar un beso en su cuello, dijo a su oído; "Conozco una forma en la qué podemos entrar en calor"

"¿Quieres mostrármela?", Tenou pidió colocando las manos en las caderas de su ya esposa.

La chiquilla se acomodo el cabello y sin decir nada, tan solo se limito a sonreír al mismo tiempo que volvía a entregarse en sus brazos. Ante tan placenteras sensaciones y esa encantadora imagen, con las manos Haruka le recorrió el cuello, los senos y el vientre...


(Londres)

De pie en el recibidor de aquella mansión la cual conocía a la perfección por haber vivido ahí la mitad de su vida, Albert esperaba a que ella apareciera.

Jugando con el ala de su negro sombrero de copa, impaciente observaba como las manecillas del reloj avanzaban con singular lentitud, dándole la impresión de que su espera llegaría a ser sempiterna. Más como había dicho su amada, "Esperar unos minutos o incluso horas, en nada se compara con tener que hacerlo una vida", así que relajando sus miembros se sentó en el cómodo diván.

Lo qué él no sabía, es que desde la otra habitación y a través del picaporte de la puerta estaba siendo espiado por la señora Matsuko y la hermosa rubia.

"Es él, nana", emocionada expreso la mujer al mismo tiempo que sus mejillas se encendían.

Contemplando su rubio cabello y su esbelto talle, la anciana asintió; "Tal y como lo describió. Es muy guapo"

"Lo es", contesto la otra y entonces suspiro.

"El hombre esta hecho un manojo de nervios. Por favor ya no lo haga esperar más"

"Por supuesto qué no, pero ven. Quiero que lo conozcas"

"¿Yo?", sorprendida por su petición la anciana se llevo una mano al pecho.

"Por supuesto, has estado a mi lado durante mucho tiempo. Eres casi como mi madre"

"Esta bien, si usted así lo quiere esta bien"

Así pues, acomodándose los finos vestidos y adoptando una postura serena, salieron al encuentro del apuesto caballero.

Al ver a su amada, en los ojos de Albert asomo un brillo que haría imposible disimular lo que sentía hacia aquella dama. Por su parte ella extendió los brazos y acercándose a él, lo tomo por el cuello para besarlo.

Ante esa imagen, la señora Matsuko sonrió complacida. Y es que si siempre se habían amado, ¿Cómo es que pudieron renunciar a su felicidad?, sabía cual era la respuesta, y es que si por ellos hubiera sido habrían huido juntos. Más no quería pensar en ello porque si así hubiera sido, entonces su adorada niña no hubiera nacido.

"Buenas noches, señora", el rubio saludo hacia la agradable anciana.

"Buenas noches, caballero", replico la nana.

"Ella es la señora Matsuko, estuvo tanto tiempo a nuestro servicio, que ahora es un integrante más de nuestra familia", explico la alta dama.

Albert camino hacia ella y tomando su mano, con gentileza la beso; "Es todo un placer poder conocerla"

Ese gesto hizo que la nana Matsuko se estremeciera. Y es que sus modales distaban mucho de ser como los de aquel regordete ogro. "El placer es mio, señor"

Katherine sonrió y acercándose a la anciana, dibujo una sonrisa traviesa en sus carnosos labios; "Nana, no me esperes a cenar..."

No hicieron falta grandes explicaciones, y es que en su rostro la señora Matsuko adivino cuales eran sus planes; "Por favor, vaya con cuidado"


(Residencia Tenou)

Recostándose al lado de la rubia y cubriéndose con la sabana, la aguamarina la envolvió en sus brazos. "¿Lo disfrutaste?"

"Como no tienes una idea", replico la otra y luego le beso la frente.

En ese punto Michiru se quedo pensando un momento, trayendo a su memoria el lejano recuerdo de esos días tristes que poco a poco iban quedando atrás.

"¿Ocurre algo?", Haruka no pudo evitar preguntar al verla tan callada.

La joven sonrió y acariciándole las mejillas contesto, "No, todo esta bien, pero la verdad es que en principio tenía mucho miedo de estar en la intimidad", si, aunque Tenou no quisiera hablar de ello, había llegado el momento de conversar.

"¿Miedo?, ¿Por qué?"

De forma ligera Michiru se encogió de hombros; "Temía que llegaras a lastimarme"

"¿Anoche lo hice?. Si lo prefieres podemos esperar a que..."

La aguamarina silencio sus labios con un beso y luego negó con la cabeza; "No, no me refiero a eso... sino a que..."

"Entonces dime, ahora estamos casados. Es el mundo de los dos", besandole la mano su amada pidió.

"Tenía mucho miedo de que en algún momento te hartaras de esa actitud de rechazo qué tenía hacia ti, temía que cansado de mi tristeza tú llegarías a... Te pedí que buscaras en alguien más lo que yo no podía ofrecerte porque de esa forma estarías satisfecho y a mi no me forzarías a estar contigo", luego de guardárselo durante tanto tiempo finalmente pudo confesarlo.

"Sabes qué yo jamás hubiera hecho algo así. Dije que esperaría el tiempo que fuera necesario y así fue. Sabia que tarde que temprano todo estaría bien"

"Lo sé, fue estúpido de mi parte el considerarlo... más ahora debo confesarte un par de cosas. Yo pensaba que no habías regresado porque te habías olvidado de mi y lo agradecí porque al menos tú tenías la oportunidad de ser feliz. Pero cuando ese hombre me entrego el broche alegando que te había encontrado, vivir con ese dolor y con el dolor de haberte perdido me resulto intolerable. Así que sin importarme si mi alma llegaba a condenarse quise seguirte a donde fuera que estuvieras", dijo y antes de proseguir acaricio las mejillas de su amado. "Si hubieras llegado un tan solo un minuto tarde, todo habría terminado y no estaríamos aquí"

Ante esa confesión, Haruka se quedo sin palabras. Había comprendido que había llegado para salvarla de las frías garras de la muerte.

"Cuando te vi di gracias a Dios porque estabas bien, entonces por un breve instante me olvide de lo que me había pasado. Habías regresado y yo estaba dispuesta a seguirte, aunque eso significara hacerlo hasta el fin del mundo. Más entonces un ligero movimiento me devolvió a la dolorosa realidad. Sí, quería escapar contigo, pero si en ese momento te rechace fue porque tuve mucho miedo"

"¿De mi?", cuestiono Tenou.

"A todo. Tenía miedo de qué me repudiaras, qué sintieras asco hacia mi por lo que me había pasado. Qué después de un tiempo te avergonzaras de tener a tu lado una mujer sucia", por un instante bajo la mirada.

"Mírame, Michi. Sabes que en ningún momento he pensado algo como eso. No fue tu culpa"

"Antes de saber que habías muerto, pensé en alejarme incluso de mi madre porque no quería que me viera en este vergonzoso estado, ahora debo decir que gracias a ti poco a poco he ido aceptando el hecho de que en algún momento este bebé nacerá. Pero también debo admitir que en ese entonces me llenaba de miedo que me alejaras de ti a causa de esto. Yo no soy la única hija de ese hombre, en las calles tengo hermanos que no conozco y eso se debe a que aún siendo sus hijos, porque él siempre ha sido un cobarde es que a ninguno reconoció... por eso llegue a pensar que jamás querrías darle tu nombre ni un hogar a un hijo que no lleva tu sangre y que ademas fue sembrado de una forma tan monstruosa"

La rubia negó con la cabeza y luego de besarla en los labios contesto; "Sabes qué tú y el bebé no tienen ninguna culpa. Lo amo porque es una pequeña parte tuya, es una extensión de ti, y será una exención mía porque llevara el nombre de una familia muy humilde, pero muy buena"

En ese momento la joven soltó una ligera risa; "Anoche estúpidamente pensé que no querrías estar conmigo porque estoy embarazada"

Ante esa idea Haruka dibujo en su rostro una mueca de extrañeza; "¿Estas embarazada?... no lo note"

La chiquilla volvió a reír; "Eres un mentiroso... pero anda, levántate", expreso reincorporándose.

La rubia negó con la cabeza y tomándola de la mano, la retuvo a su lado; "No, no vas a ir a ninguna parte"

"Debo ir a preparar el desayuno, ¿No tienes hambre?", cuestiono la otra sin importarle o avergonzarle el que su amada contemplara su desnudes.

"Y mucha, pero primero quiero que volvamos a hacer el amor, luego iremos a desayunar fuera. Estamos recién casados y no quiero que te mortifiques", expreso atraiéndola hacia ella.


(Londres)

El sol comenzaba a caer detrás de las montañas, bañando de dorado aquel verde campo.

Más allá y sentada en una cómoda butaca, la hermosa Katherine centraba toda su atención en aquel apuesto hombre envuelto en su uniforme rojo y blanco. Y es que sin duda esas prendas resaltaban por mucho su figura.

A su lado, la pelinegra Betsy trataba de imaginar las expresiones que de cuando en cuando se dibujaban en el rostro de su amiga. "Pensé que el cricket no era de tu agrado", finalmente se atrevió a decir.

La rubia tomo su abanico en un intento por refrescarse las encendías mejillas; "Lo es"

Su amiga sonrió un poco al ver como sus labios habían temblado de forma ligera; "¿Segura que solo es el cricket?"

"Por supuesto, o ¿A qué te refieres?"

"Aunque tú te esfuerces por negarlo, puedo notar que toda tu atención se centra en él. Cada vez que él golpea la pelota y hace una anotación, tu rostro se enciende, tus ojos brillan y tus labios dibujan una coqueta sonrisa. Por tu juguetón semblante es fácil darse cuenta del hecho de que estas enamorada de Albert"

Sabiéndose descubierta y que no tenía caso seguir ocultando lo que sentía hacia ese hombre, Katherine asintió; "Sí", fue su corta respuesta.

Betsy sonrió complacida al mismo tiempo que volvía la mirada hacia aquellos que con recelo las observaban; "¿Lo ves?, luego de tanto dolor es posible volver a confiar y darse la oportunidad de volver a empezar. Ahora dedícate a ser feliz. Vive tu vida sin que llegue a importarte el que te juzguen. Recupera ese tiempo perdido"

En ese punto termino el emocionante partido. Y aunque el equipo contrario se había llevado la merecida victoria, eso no desanimo a Albert. Así que enmarcando en sus labios una sonrisa camino hacia donde ella se encontraba.

"Lamento no haber ganado el partido tal y como se lo prometí", expreso tomando la mano de su amada para besarla.

"Caballero, sabe que ante mis ojos usted es el ganador", contesto ella.

Ambos sabían que hacía tiempo ya que aquella gente había comenzado a murmurar sobre la posible relación que existía entre los dos, y es que cada vez se hacía más frecuente ver al uno en compañía del otro, ya fuera en el parque, la opera o cualquier otro lugar considerado publico.

Más como ya no eran un par de asustadizos chiquillos que tienen que ocultar lo que sienten por temor a ser juzgados, sin importarles si aquel gesto atraía la indiscreta mirada de quienes les rodeaban, cosa que si hicieron, se fundieron en beso.


(Nagasaki)

Sentados a la mesa de aquel restaurante, la feliz pareja de recién casados disfrutaba del bien merecido desayuno.

Así pues, pensante Haruka le dio un sorbo a su café, luego poso su juguetona mirada en su esposa.

"¡Dioses!, ahora si puedo decir que tengo el hambre de dos", riendo un poco, la chiquilla llevo un bocadillo a sus labios. "Creo que ordenare más tocino"

"Sabes que puedes pedir todo lo qué quieras", respondió él dejando que un suspiro saliera de su pecho.

Michiru al sentir su picara mirada posada en ella, se acomodo el cabello que caía por su frente; "¿Ocurre algo?... ¿Mi mejilla esta sucia?"

"No, no ocurre nada, es solo que ahora he tenido una idea"

Ante esa respuesta, las mejillas de la aguamarina se encendieron de forma coqueta; Mi amor, sabes que este no es el lugar indicado para eso"

El rubio rió un poco y luego negó con la cabeza; "Lo sé, Michi... pero es que estaba pensando que ahora mismo podemos hacer un viaje"

"¿Un viaje?"

"Si, Michi. No sabes cuanto me gustaría poder llevarte a visitar a tu madre, sin embargo es muy costoso, pero te prometo que un día iremos. Así que estaba pensando que podríamos hacer un corto viaje de bodas. De esa forma y sin ninguna preocupación podríamos disfrutar de nosotros dos"

"Si, pero ¿Y la panadería?", sorprendida por su proposición, la aguamarina cuestiono.

"No tienes que preocuparte por ella. Mina sabe que por nuestra boda nos ausentaremos unos cuantos días, así que podemos irnos ahora mismo. Como en ocasiones anteriores, ella sabrá administrarla... ¿Qué dices?", cuestiono el rubio fijando su mirada en la suya.

"Acepto", contesto ella tomando su mano entre las suyas.

"¿A donde quieres ir?", cuestiono él acariciándole las rosadas mejillas.

"Sabes qué a cualquier lugar que no sea Tokio", emocionada contesto la chiquilla.

"Entonces esta noche tomaremos el tren y que este nos lleve a donde sea"

"Mientras estemos juntos el destino no importa"

"Luego del desayuno iremos a casa para hacer nuestro equipaje"

"Si, y antes de que partamos pondré en la oficina de correos la carta con la fotografía que le enviare a mi madre y a mi nana"

"Así será. Qué felices se van a poner cuando te vean tan bonita", satisfecho concluyo el rubio.


(Tokio)

Aquella mañana el ambiente que se respiraba en toda la ciudad no era el de costumbre, y eso se debía a lo que hubiera acontecido la madrugada pasada.

La noticia de un que un extraño había tomado por la espalda a un buen ciudadano, descargando en el su revolver para robarlo, había corrido por todas las calles. Haciendo que una buena parte de sus habitantes se encontraran temerosos de llegarse a encontrar con ese criminal.

Mas sin tomarle ninguna importancia a todo lo que se murmuraba, y ya habiendo dado por terminada la deuda que a su nombre Eiji hubiera contraído con el joyero, ademas de hacer unos cuantos arreglos con el abogado de su ex esposa, Isao Kaio esperaba en la estación a que el tren arribara.

Bien vestido, recién duchado y con ese porte de caballero, impaciente consultaba su reloj de bolsillo, hasta que en la distancia el rugido de la maquina de hierro con su densa fumarola le dijo que ya había llegado el momento.

El tren abrió sus puertas apenas y toco el anden, así que abordando y luego de encontrar el asiento que le correspondía, pensante el pelinegro observo a través de la ventanilla.

Los demás pasajeros pronto abarrotaron los lugares y una vez que todo estuvo listo para partir, con paso lento la maquina inicio su viaje. Viaje que para algunos sería corto, pero que para otros sería muy largo.

Isao Kaio entonces contemplo como poco a poco se alejaba de Tokio, siendo consciente de que quizás jamas regresaría a la ciudad que lo vio nacer a él y a su hija.

Así que aferrando sus dedos a su equipaje, que era todo lo que le quedaba, trato de recordar todos los detalles que pudo; "Por no haber escuchado a mi hija desconozco todo de él. No recuerdo su nombre, mucho menos su rostro. Y si es que alguna vez menciono su lugar de origen, también lo olvide. Solo sé que es panadero, y aunque soy consciente de que eso no es suficiente para encontrarlos, haré todo lo posible por lograrlo. Y si es que tengo que recorrer todo Japón para rogar su perdón, entonces estoy dispuesto a hacerlo"


Notas de autor;

Con este capitulo le doy fin a esta historia... o al menos a todo lo malo que ocurrió en el pasado. Todos tienen un nuevo comienzo, todo esta en orden. Haruka y Michiru ya están casados, Katherine esta feliz al lado de su amado, por su parte Isao comienza su travesía. Así qué esto continua.

Isavellcota; Ese es el verdadero amor, primero esta el bienestar de esa persona que el propio. Venus lo entendió y he ahí que renuncio a ella aunque había jurado ante Adonis que eso jamas ocurriría porque ella nunca se enamoraría. Queda ver si Kazuki se entromete entre ellos o no. Qué bueno que Michiru venció todos sus miedos.

Kaiohmaru; Todavía hay quienes todo lo ven malo. Así es, Michiru es buena. Aunque difícilmente será que llegue a olvidar todo el daño que Isao les hizo.

Michelle; Aunque Michiru jamas podrá olvidarlo del todo, poco a poco lo ha ido dejando atrás, y eso es gracias a la compresión y amor de Haruka. Ya solo falta que nazca su bebé.

UnbreakAbleWarrior; La confianza es primordial, y ya vemos que al fin Michiru pudo expresarle todos sus miedos a Haruka, los cuales eran irracionales.

soto140983; Feliz cumpleaños y por supuesto que te dedico este capitulo. Espero y sea de tu agrado.