CAPÍTULO LXIV
NUEVAS ALEGRÍAS
(En el puerto. El día de la partida)
Emocionadas porque en un mes podrían reunirse con la aguamarina, con presura las dos mujeres descendieron del carruaje.
"Por favor, llévenlos con cuidado. Son muy frágiles", Katherine ordenó a los tres mozos que cargaban el equipaje y los regalos que llevaba para su familia. "Qué contenta se va a poner mi hija cuando nos vea llegar", llena de ilusión sonrió al imaginar como luego de tanto tiempo sería su tan esperado reencuentro.
"Señora, la verdad es que debimos avisarles que vamos en camino", opino la nana al pensar que para cuando llegaran podrían no estar en casa.
"Michiru dijo que el bebé nacerá en unas cuantas semanas, ten por seguro que no irán a ningún lado. Además es mejor así, será toda una sorpresa para ellos"
Entonces en la distancia y entre el gentío Katherine observo a Albert, quien ya también estaba listo para zarpar.
"Buenos días", alegre saludo a ambas mujeres.
"Buenos días"
"¿Están listas para regresar a Japón?", cuestiono él al mismo tiempo que besaba la mejilla de su amada rubia.
"Por supuesto. ¡Dioses!, un mes de espera es mucho tiempo, sin embargo valdrá la pena", emocionada contesto ella.
"En cuanto lleguen a la capital tendrán que tomar el tren que las lleve a Nagasaki", el rubio señalo. "Espero y ahí no encuentren ningún contratiempo que entorpezca el viaje", refiriéndose a que podrían rencontrarse con Isao, añadió.
Observando el claro cielo, Katherine suspiro sin haber entendido que le había querido decir; "Para cuando lleguemos la primavera estará en su máximo esplendor. Eso nos asegurara que los caminos no estarán bloqueados a consecuencia de alguna tormenta"
En ese punto la embarcación por fin hizo su característico sonido, anunciando que había llegado la hora de zarpar.
"Todos a bordo. Ya vamos a partir", anuncio un oficial.
"Pues bien, señoras mías. Ha llegado la hora de que iniciemos nuestro viaje", Albert expreso, ofreciendo sus dos brazos para que ambas mujeres se apoyaran en él y así, los tres se embarcaron en esa travesía.
(Nagasaki. Residencia Tenou)
Y después de una larga noche llena de dolor he incertidumbre por fin un nuevo día llego, solo que en apariencia sería muy diferente al anterior.
Los cielos estaban nublados y el frió que el granizo de la noche pasada hubiera dejado helaba las solitarias calles como si aún se tratara del invierno.
Fue así que ante el canto de unos cuantos pajarillos, el rubio por fin despertó, descubriendo que la habitación se encontraba casi en penumbra. Así que reincorporándose de golpe porque ya se le había hecho tarde para ir y abrir la panadería, se tallo los ojos y al hacerlo, el ligero dolor de aquellos golpes en su rostro lo devolvieron a la realidad.
Volviendo la vista hacia el otro lado de la cama, observo a su esposa y a su bebé profundamente dormidas. Era cierto, nada de lo acontecido durante la madrugada lo había soñado.
Dibujando en sus labios una sonrisa, se estiro un poco sobre ella y descubriendole el tierno rostro, contemplo sus sonrosadas mejillas. Más recordando lo que la señora Maeko le había dicho, la preocupación regreso a él; "¿Estas bien?"
La chiquilla abrió lo ojos, fijando su inocente mirada en la del rubio. Ante ese gesto él respiro aliviado, y es que había logrado sobrevivir a esa fría primera noche.
Ante ese ligero movimiento, sobresaltada la aguamarina despertó; "¿Esta bien?", agitada cuestiono. "Pensé que todo lo había soñado"
"No te preocupes, Michi. Ella esta bien. Sobrevivió a su primer noche"
Michiru se sentó sobre el lecho para tomarla en sus brazos y una vez que lo hizo, la acuno contra su desnudo pecho; "Hubiera deseado estar despierta toda la noche para haberla cuidado, sin embargo el sueño me venció"
"Lo mismo me ha sucedido"
La joven sonrió al ver a su hija alimentarse con vivo animo; "Aunque es pequeña, es fuerte. Sin embargo aún hace mucho frío"
"Ahora mismo iré a encender la chimenea"
En ese punto Michiru ligeramente asintió mientras que de nueva cuenta las lagrimas le nublaron la mirada; "¿Haruka?"
"Dime", pidió esperando que todo estuviera bien.
"Todo este tiempo tú, mi madre y mi nana tuvieron la razón, fui muy egoísta al decir todas aquellas terribles cosas en contra de esta pequeña. Y no he de negar que muchas veces maldije de su indeseable presencia. Sí, también pensé en arrancarlo de mi porque es algo que yo no pedí... y sin embargo ahora que la veo en mis brazos, pienso que no me alcanzara la vida para arrepentirme de ello. Dime... ¿Crees que algún día llegara a perdonarme?"
Tenou sonrió y luego le limpio las lagrimas que habían resbalado por sus mejillas; "Mi amor, el bebé no tiene culpa de haber sido concebido de esa manera, solo esa maldita bestia que no midió el daño que te hizo a ti y a esta niña. Ademas pienso que nadie puede juzgarte por lo que llegaste a pensar, y eso es porque nadie conoce ese sentir más que tú, pero has recapacitado a tiempo y eso es lo que de verdad importa. A partir de hoy cuidarás de ella y la amaras con todo tu corazón. Y aunque jamás olvidarás cual fue su origen, te aseguro que cuando te llame mamá y te sonría, para ti será tu todo"
"Es cierto, pero no solamente es mía, recuerda que también es tuya y un día llegara a llamarte papá. Juntos le daremos todo el cariño que nadie más puede"
"Así será, Michi, pero hay algo que quiero saber y espero me contestes con la pura verdad. Sabes que yo jamas voy a hacerte preguntas respecto a eso porque no necesito respuestas y mucho menos deseo recordarte cosas que te lastiman, pero por favor se sincera", Haruka dijo fijando su mirada en la de su esposa.
"¿Qué es?"
"Anoche cuando me pediste que la dejara por ahí, ¿Lo dijiste de verdad?... sea cual sea tu respuesta sabes que no te voy a juzgar"
Ante su pregunta la joven se encogió de hombros; "No lo sé, tenía mucho miedo"
"¿Miedo a qué?", fue la pregunta que siguió a la anterior.
La aguamarina en ese punto bajo un poco la mirada; "De verlo a él en su rostro"
Su esposo asintió; "Entiendo, más si ese hubiera sido el caso sabes que no hubiera importado. Qué ese hombre sea una bestia, no significa que este bebé sea malo, pero ahora dime, ¿Qué yo no pueda darte un hijo influyo para que aceptaras a esta pequeña?"
Segura de si misma la chiquilla negó con la cabeza; "Para nada, porque en otra vida juntos lo tendremos. Pero es que es tan pequeña he incapaz de hacerme daño, que comprendí que si nosotros no la protegemos, nadie más lo hará y entonces cualquiera podría aprovecharse para lastimarla"
"Así es, Michi. Ella no hubiera podido hacerte daño. Anoche cuando iba abandonar la habitación, me calle hasta el ultimo momento para decirte que era una niña, ¿Sabes por qué?"
Su esposa negó con la cabeza.
"Porque quería ver cual era tu reacción ante tu bebé, yo sabía que en cuanto te dijera que era una hermosa niña, tu actitud cambiaría y no me equivoque. Ahora dime, ¿Habrías reaccionado igual si hubiera sido un hombresito?... ¿Me hubieras permitido abandonar la habitación con él?"
Ante esa pregunta la joven volvió a encogerse un poco de hombros; "No lo sé... supongo que me habría dado miedo... pero quizás al final hubiera hecho lo mismo que para con esta pequeña"
"Eres muy buena y por eso estoy seguro de que tampoco lo hubieras abandonado. Tú no eres como ese sujeto que se dice tu padre. Tú no hubieras abandonado a tu hijo"
Michiru se limpio las lagrimas y sonriendole, dijo aquello; "Ya he pensado un nombre para ella, pero primero quería preguntarte si tú estas de acuerdo"
Satisfecho Haruka le acaricio el sedoso cabello; "¿Cual es?"
"Tú nombre y el mio siendo uno solo, por eso ¿Qué te parece Harumi"
Tenou sonrió complacido; "Es muy bello"
"Lo sé, por eso en cuanto me encuentre mejor, iremos a registrarla"
"Será cuando tú lo decidas. ¿Sabes? anoche con tantas emociones ya no pude decírtelo, pero logre cumplir el encargo que ese sujeto rico me pidió, ademas me dio una excelente propina. Así que en cuanto estés mejor, te comprare a ti un hermoso kimono de fiesta y al bebé un fino ropón de seda para que vayamos al templo, ¿Qué dices?"
"Así será, mi amor... ¡Dioses!, ya es muy tarde y debo ir a preparar el desayuno. Anoche no cenaste y estoy segura de que ahora estas hambriento. Por favor, cuida a Harumi"
Haruka tomo a su esposa de la mano para evitar que se reincorporara; "No, Michi. Hace mucho fío, será mejor que tú te quedes con la bebé. Yo iré a prepararlo"
"Pero..."
"Puedo hacerlo, confía en mi", soltando el agarre se puso de pie y entonces bajo a la cocina...
Habiendo regresado a la cálida habitación llevando lo que había preparado, Tenou observo a su esposa ocupándose de su hija. Esa fue una imagen que lo lleno de profunda alegría porque a partir de ese día en casa todo sería diferente.
"Espero y sea de tu agrado", saliendo de ese trance, dijo mientras colocaba el desayuno sobre la cama.
"Lo será, pero... ¿No vas a ir a la panadería?"
"Lo haré más tarde, además ustedes me necesitan más", dijo y luego con buen apetito comenzó a disfrutar de los alimentos.
"Gracias por todo, mi amor"
"No tienes porque agradecerlo, pero dime ¿Es de tu agrado?", aunque para Haruka lo que él había cocinado estaba perfecto, quería saber la opinión de su amada.
"Esta perfecto", contesto satisfecha.
"Eso me alegra, siendo muy pequeño aprendí a cocinar, aunque como podrás ver mi especialidad es el pan... ahora dime, ¿Qué quieres que prepare para el medio día?"
"Si esta cocinado con mucho amor, no importa que sea"
En ese punto Haruka observo a su pequeña, quien dormía sin preocupación alguna; "Y tú, ¿Ya desayunaste?"
Michiru asintió; "Por supuesto que sí, y debo decir que es muy exigente... aunque...", expreso y luego apenada bajo la mirada.
"¿Sucede algo?", cuestiono su amado.
"No sé si tengo suficiente leche"
"Duerme, si no estuviera satisfecha ten por seguro de que ahora mismo estaría llorando"
"Eso es cierto"
Entonces alguien llamo a la puerta de su residencia, distraiéndolos de su amena platica.
"Ya vuelvo", el rubio dijo mientras dirigía sus pasos hacia el primer piso. Y al abrir la puerta, se encontró con el oficial de correos.
"Buenos días", saludo el simpático anciano.
"Buenos días, ¿Hay algo para nosotros?", el rubio cuestiono esperando que así fuera, aunque pocas eran las personas que les escribían.
"Por supuesto, esta carta que hace ya varias semanas estaba perdida... solo observe la cantidad de sellos postales"
Tomándola, el rubio sonrió al ver que había pasado por varias ciudades de Japón hasta llegar a su destino, aunque lo que mas lo emociono era ver que la enviaba la madre de su esposa. "¡Vaya!, pero ¿Por qué se perdió?"
"En el reporte mencionaban que era casi imposible entender para quien iba dirigida y sobre todo la ciudad de destino. Solo observe la rubrica, es muy bonita y es fácil darse cuenta de que la escribió una mujer"
"Así es, la envía la madre de mi esposa. Ahora espero que no vuelva a perderse ninguna otra. Gracias"
Así pues y sabiendo que sorprendería a su amada, Tenou regreso a la habitación. "Ha llegado una carta"
"¿Quien la envía?", esperando que fuera la rubia, Michiru pregunto.
"Tu madre, hace ya poco más de un mes que la envió y si no había llegado era porque estaba perdida. Para poder llegar hasta aquí viajo por todo Japón", expreso entregándosela.
Emocionada por saber como estaban ella y la nana, la aguamarina comenzó la amena lectura, haciendo que sonriera a cada palabra que con tanto cariño había sido escrita.
"Por lo que veo contiene buenas noticias", dijo su esposo al ver esa mueca que era una mezcla entre alegría y sorpresa.
"Así es, mi amor. Aunque debo decir que son más que buenas noticias. Y es que mi madre por fin ha alcanzado toda la felicidad que en el pasado la vida le negó. Durante más de veinte años vivió pensando que jamas volvería a ver al hombre que en silencio amaba, pero como el destino es caprichoso, este quiso que sin buscarlo se encontrara con él"
"¿De verdad?", incrédulo el rubio cuestiono.
"Así es. Imagino como se debe encontrar, estoy segura de que ha vuelto a sonreír como cuando era joven". Así pues y continuando con la amena lectura, no pudo evitar ruborizarse ante lo que más abajo le decía; "¡Dioses!", siseo sin mucho aliento.
"¿Ocurre algo?"
Satisfecha Michiru negó con la cabeza; "Nada de qué preocuparse, mi madre es una mujer que ya sabe lo que hace... Y tú muy bien sabes que es lo que una mujer enamorada puede hacer"
No hizo falta que la aguamarina diera grandes explicaciones, Haruka lo entendió a la perfección.
Entonces de nueva cuenta alguien volvió a llamar a la puerta.
"¿Se tratara de otra carta?"
"No lo creo, iré a ver quien es". Así pues Haruka acudió a abrir y una vez que lo hizo, se encontró con Takeo, quien temprano volvía de la escuela.
"Buenos días", saludo el chiquillo.
"Hola, buenos días"
"Hoy regrese temprano de la escuela y como no te encontré en la panadería, mi hermana me envió para que revisara si todo estaba bien"
Orgulloso Tenou sonrió y señalandole el camino, pidió; "Pasa, hay algo que quiero mostrarte"
"¿Qué es?", cuestiono el pelinegro mientras seguía sus pasos hacia la habitación.
"La razón por la que hoy no pude ir a la panadería". Llegando a la puerta, llamo con sus nudillos y luego anuncio; "Michi, tenemos visita"
"Adelante", contesto ella.
Habiendo obtenido su aprobación, ambos ingresaron en la habitación.
Adivinando que era aquello que la aguamarina sostenía en sus brazos, sigilosamente el pelinegro se acerco a ella. "¿Cuando nació?"
"Anoche", orgullosa la aguamarina contesto.
Fue entonces cuando Takeo contemplo esas encendidas mejillas y ese fino y castaño cabello. "No sabía que los bebés fueran tan pequeños. Estoy seguro de que es una niña"
Ante eso, Michiru rió un poco; "¿Cómo lo adivinaste?, ¿Haruka te lo dijo?"
"Lo sé porque las niñas son muy bonitas, los niños somos feos", señalo y luego con cuidado para no lastimarla, le acaricio el rostro. "Hueles muy bonito. ¿Como te llamas?"
"Se llama Harumi", orgullosa la chiquilla señalo.
"Hola, Harumi... yo soy Takeo y pronto iremos a jugar al parque. Si quieres puedes llamare tío", expreso y luego rió un poco. "¿Me permiten ir a decirle a mi hermana que ya nació la bebé"
"Por supuesto, puedes ir"
"Bien, no me tardo", sin demorar más, el pelinegro abandono la habitación, dirigiendo sus emocionados pasos hacia la panadería...
"Espera, Takeo. No corras, podrías hacerte daño", preocupada la rubia Mina dijo ante su evidente alegría.
"Date prisa, hermana. Tienes que verla, es muy bonita", contesto y tomándola de la mano, con presura subieron al segundo piso de la residencia Tenou.
Así pues, ambos ingresaron en la habitación.
"Hola, buenos días", apenada saludo la joven Mina.
"Buenos días", contestaron los contentos padres.
"Lamento mucho que Takeo haya sido tan inoportuno", sonrojada señalo al pensar que muy seguramente había estado molestándolos.
"Por supuesto que no. Takeo es un niño bien educado"
"Es verdad, pero por favor acércate para que conozcas a nuestra pequeña", la joven Michiru pidió.
Así pues, la rubia Mina la contemplo, maravillándose al instante; "Es muy linda, muchas felicidades"
"Gracias"
"Es por esto que personalmente hoy no pude abrir la panadería, pero mañana si podre hacerlo... Mina, me gustaría mucho pedirte un favor"
"¿Qué es?", cuestiono mientras acariciaba las mejillas de la pequeña Harumi.
"Veras, no confiamos en nadie más que en ti, así que estaba pensando que en lugar de trabajar en la panadería, por algunos días podrías venir a acompañar a Michiru. No quiero dejarlas solas", luego de haberlo conversado con su amada, Tenou pidió.
"Por supuesto. En estos días no se puede confiar en nadie y mucho menos teniendo en casa algo tan caro"
"Gracias por todo"
Takeo sonrió sin poder apartar la mirada de aquella frágil figura; "¡Oye!, Haruka. ¿Después de la escuela y en mis tiempos libres en la panadería, ¿Puedo venir a ver a la bebé?"
"Sabes que sí, siempre y cuando hagas tus deberes escolares"
"Fantástico, seré tu primer amigo", satisfecho el chiquillo concluyo para con Harumi.
Notas de autor;
Isavellcota; Así es, Michiru no pudo resistirse a su bebé. Haruka influyo mucho para que lo aceptara, aunque como él lo dice, confiaba en que así fuera porque ella es una mujer buena. Y es cierto, si su mamá no la proteje, nadie más lo hará.
Michelle; Lo mismo pensé, la bebé se va a parecer a su abuela Katherine. Sin duda cuando la conozca se va a poner muy contenta y aún mas porque su hija por fin la acepto. Así es la mayoría de la gente, se pone a juzgar a los demás sin saber por lo que están pasando.
Kaiohmaru; Así es, Haruka sabia que Michiru la aceptaría en cuanto escuchara que era una niña. Sabía que no la dejaría desprotegida. Lo qué mencionas es cierto, durante muchos años ella vio como Isao trato a su madre y es por eso que ella no quiso pasar por lo mismo, y es que sabemos que si se hubiera dejado, hubiera sido condenada a vivir lo que la mayoría de las mujeres en esa época.
Kyoky; Fue mejor darle un niña para que en ella se viera y comprendiera que si la abandonaba, podría sucederle lo mismo. También hubiera querido darle un niño para que el apellido de Haruka continuara, pero que haya sido un niña no significa que su apellido ahí termine. Harumi en sus padres observara un modelo de familia en la que todo es equitativo, en la que su mamá no es menos que su papá y por lo tanto crecerá aún más libre que Michiru. Ella no va a ser como su abuela y de ser necesario, huirá ante cualquier abuso.
UnbreakAbleWarrior; Ella es demasiado buena, no hubiera podido dejar que Haruka la abandonara, ademas él no iba a hacerlo porque confiaba en que al final su esposa la aceptaría. Recuerda que en el capitulo 60 Saburo tuvo su merecido.
