CAPÍTULO LXX
FAMILIA
(Londres. Hace quince años)
Luego de haber pasado muchos días en alta mar para poder llegar a su destino. La rubia y la aguamarina disfrutaban de un buen desayuno que les devolviera las perdidas fuerzas.
"¿Te gusta este lugar?, en esta casa creció mamá", cuestiono Katherine a su pequeña.
"Sí, me gusta mucho, pero ¿Cuándo podre conocer al abuelo?", intrigada por saber cómo era su rostro, por tercera vez volvió a preguntar.
Complacida, la alta rubia le limpio las manchadas mejillas; "El abuelo está enfermo y ahora duerme, pero en cuanto despierte podrás verlo"
En efecto, el viejo James hacía meses que estaba postrado en cama, Katherine habiendo recibido una carta por parte de su abogado en la que le informaba su deplorable estado, había ido a visitarlo siendo consciente de que quizás muy pronto la convalecencia del anciano terminaría.
Por su parte y bastante aburrida, la aguamarina deseaba escapar un poco a aquella abrumadora monotonía, así que poniéndose de pie y limpiándose del tierno vestido las migajas que aquel postre le hubiera dejado, camino hacia su madre para abrazarla por el talle. "Mami... ¿Me dejas ir a jugar al jardín?"
Comprendiendo que luego de tantos días de viaje deseara divertirse, la rubia le acaricio las mejillas y le acomodo el cabello que caía por su frente; "Puedes ir, pero por favor no te alejes demasiado"
"No lo haré, te lo prometo"
Contenta por haber obtenido su aprobación y deseando conocer a su abuelo, la chiquilla desobedecería a su madre y en lugar de ir al jardín, se dedicaría a explorar la casona.
Así que dirigiendo sus pasos por aquellos pasillos y luego de buscar un poco, finalmente llego hasta aquella puerta, detrás de la cual se encontraba él.
Siendo consciente de que el viejo estaba enfermo y para no molestarlo demasiado, con cuidado abrió la puerta y entonces contemplo que el interior estaba casi en penumbra.
Curiosa la chiquilla camino hacia la cómoda cama y entonces ahí contemplo el pálido rostro del anciano, quien a causa de los medicamentos permanecía en un profundo sueño.
"Te quiero mucho, abuelo", sonriendo la niña murmuro y entonces beso su fría mejilla.
Ante el toque de esos tiernos labios en su piel, el hombre despertó y fijando su cansada mirada en la de su nieta, frunció el entrecejo; "Y tú, ¿Quién eres?... ¿Qué haces en mi habitación?", molesto cuestiono.
"Abuelo, soy yo, tu Michiru. Tenía muchas ganas de conocerte", inocente la niña contesto.
Habiendo escuchado esas palabras que le resultaron por demás incoherentes, el viejo la tomo por los menudos hombros para examinarla de cerca, luego negó con la cabeza; "Yo no soy tu abuelo", expreso observando sus cabellos y sus facciones. "Estas equivocada, niña... no entiendo porque la servidumbre deja que sus hijos se paseen por mi casa como si ya me hubiera muerto y esta les perteneciera"
Sin entender a que se podía deber aquel rechazo, la aguamarina intento abrazarlo; "Eres mi abuelo, ¿Te olvidaste de mi?"
Empujandola un poco, el enfermo anciano exclamo; "No puedo ser tu abuelo, mi hija aún es pequeña", en ese punto y para echarla de la habitación intento ponerse de pie, derivando en el proceso la charola que reposaba sobre el buro y la cual contenía sus medicamentos.
Ese metálico sonido llamo la atención de los habitantes de la casona, sobre todo la de Katherine, quien de inmediato acudió a su encuentro para revisar que todo estuviera bien.
Por su parte el anciano de forma amenazadora tomo su bastón y encaminándose hacia la niña, indiferente escupió; "Yo jamas podría ser abuelo de una sucia mestiza"
"¡Padre!", Katherine expreso al escuchar la forma despectiva en la que le había hablado a su pequeña, quien en un rincón lloraba a consecuencia de ese trato.
"Mami. El abuelo es malo y no me quiere", corriendo hacia ella para encontrar refugio en sus brazos, Michiru gimió.
Katherine la abrazo, intentando calmar su llanto con suaves palabras; "El abuelo no es malo y te quiere, es solo que ahora está muy enfermo y no sabe lo que dice"
El sujeto observo a su hija y entonces alzo la voz; "Abigail, por favor saca a esta niña de mis aposentos y no permitas que juegue con Katherine"
Comprendiendo que su padre había perdido la noción del tiempo y que poco reconocía a quienes le rodeaban, afligida asintió; "No te preocupes, no volverá a pasar... ¡vamos, Michiru!. Dejemos que descanse"
Por fortuna la aguamarina era muy pequeña como para haber entender lo que su abuelo le había querido decir, y es que tendrían que pasar muchos años para que fuera consciente de ello, aunque también comprendía que su enfermedad lo había llevado a reaccionar de esa manera...
(Muchos días después. Nagasaki)
Un nuevo Domingo llego. Así que para aprovechar ese maravilloso clima de media tarde, sobre aquella colina la familia Tenou llevarían a cabo un día de campo.
Y como es natural en esos días de primavera, los pajarillos volaban y el viento movía en torno suyo el dulce perfume del alrededor.
"Hoy hace un día precioso. Ademas en el ambiente se puede respirar un bello aire de tranquilidad", señalo la aguamarina, quien contenta llevaba a su hija en los brazos.
Por su parte la nana y la rubia se ocupaban de colocar bajo la sombra de aquel frondoso árbol lo que en casa hubieran preparado para la ocasión. Lo cual también incluía algunos deliciosos postres.
"Ademas la vista en más que maravillosa. Hacía ya mucho tiempo que no disfrutaba de un día de campo", la alta mujer expreso extendiéndole los brazos a su hija para tomar a la pequeña y así ella pudiera sentarse.
"Antes de que Harumi naciera Haruka y yo solíamos venir a este sitio. Y es que nos recuerda mucho a cuando ya siendo novios, en aquella colina nos ocultábamos. Ahí aprovechábamos las horas para conversar sobre como sería nuestra vida cuando ya finalmente estuviéramos casados", sin poder contener el suspiro que había nacido en su pecho, lo dejo escapar.
"Y ahora que han cumplido esos sueños, ¿De qué nuevas cosas hablan?", cuestiono su madre.
"Hablamos del futuro... de Harumi cuando sea un poco mayor... de cuando ella se convierta en una hermosa mujercita", la aguamarina expreso viendo esas sonrojadas mejillas. "Aunque para eso aún falta mucho tiempo"
"No lo creas así, cuando menos lo pienses te dará la hermosa sorpresa de que ya está enamorada... o que pronto va a casarse", recordando aquella conversación con su hija, la mujer contesto.
"Aunque sus facciones cambien y se vuelva más alta y bonita que usted, verá que ante sus ojos sigue siendo una niña", señalo la anciana Matsuko.
"Nana, hace mucho tiempo dijiste que ante tus ojos jamas dejaría de ser una niña, ahora dime, ¿Aún lo soy"
"La naturaleza dice una cosa, pero el corazón de esta anciana dice otra"
Por su parte Haruka y Takeo, quien los había acompañado por petición de Katherine para conocerlo un poco más, aprovechaban el viento para volar una cometa.
"Liberala un poco más, aunque no tanto porque sino el hilo terminará enredándose", el rubio dijo, tomando entre sus manos las manos del chiquillo para guiarlo un poco.
"¿Así está bien?"
"Está perfecto", sonriendo contestó el otro observando como se elevaba.
"Muchas gracias por haberla hecho para mí", emocionado expreso el pelinegro.
"Hacía tanto tiempo que no hacía una, que tuve miedo de que no funcionara"
"Vengan. Ya es hora de comer", anuncio la aguamarina.
Así pues, entre risas y una buena conversación disfrutaron de aquellos alimentos...
"Yo le ayudo a aguardar los platos", Takeo se ofreció para con la mujer de ojos claros. "Ademas quería agradecerle el que me haya invitado a acompañarlos"
"El otro día ya no terminamos de hablar, pero con lo poco que lo hicimos, me di cuenta de qué eres un buen niño, además eres muy educado", imposible fue que no reconociera.
"Eso es porque admiro mucho a Haruka y de grande quiero ser como él. Quiero tener una esposa muy bonita y muchos hijos. También quiero tener una casa grande y con jardín muy amplio donde pueda cultivar verduras... pero también me gustaría ser doctor", emocionado expreso.
"Si eres disciplinado, estudioso y trabajador, ten por seguro que lo lograras. Así como él"
"Me va muy bien en la escuela", Takeo sonrío e hizo un ligero ademán, luego se acomodo el rebelde cabello que caía por su frente.
Al ver aquel gesto dibujarse en el rostro del chiquillo en combinación con esos negros cabellos, su profundo mirar y el movimiento de su pequeño cuerpo, hizo que algo muy dentro de la rubia se estremeciera. Y es que bien hubiera podido jurar que lo conocía. Aunque era más que imposible que algo como eso hubiera sucedido. Así que escapando a esa impresión y haciendo a un lado esa imagen tan familiar, la mujer asintió; "Ya veras qué lo lograras"
"¿Usted lo cree?", emocionado cuestiono.
Fijando su mirar en esos oscuros ojos, Katherine replico; "Antes que nada tú debes creer en ti mismo y nunca dudar de tus capacidades, pero sobre todo, jamás debes permitir que alguien ponga en entre dicho alguno de tus sueños. Mucho menos debes renunciar a ellos a consecuencia de un insignificante fracaso. Muy por el contrario debes aprender de él para que la próxima vez no haya fallas"
Maravillado por esos rubios cabellos y la claridad que había en sus vivos ojos, el pelinegro exclamo; "Cuando sea grande, ya sé a quien sé a quien se va a parecer Harumi"
"A quien?", pregunto la bella dama.
"A usted", concluyo el enamorado chiquillo. "Ya terminé, voy a jugar con Haruka", queriendo escapar a esa imagen que tan nervioso lo ponía, dirigió sus pasos hacia el rubio.
Y mientras la anciana había quedado rendida en un sueño profundo bajo aquella fresca sombra, Katherine sonreía ante la fantástica escena que su nieta le ofrecía. Y es que ella parecía bastante entretenida con los suaves listones de su vestido. Por su parte, satisfecha Michiru contemplaba las expresiones que en el rostro de su madre se dibujaban.
"No cabe duda que después de todo somos una familia de mujeres fuertes", la alta dama reconoció.
"Así es, madre. Tú, yo y ahora esta pequeña... porque debo decir que aunque ese hombre estaba en casa, jamás fue lo que se supone que tenía que ser para ti y para mi. Fue esposo y padre solo porque un papel lo decía, no porque realmente le importará serlo... puede decirse que aunque estuvo a nuestro lado, siempre fue un ser ausente. Más agradezco mucho el haberte tenido a ti y a mi nana"
"Es cierto... creo que de haber seguido a su lado, poco hubiera cambiado... ni aún su nieta le hubiera doblado el orgulloso y engreído corazón"
Habiendo recordado aquel incidente en casa de su madre, Michiru bajo un poco la mirada; "Aún recuerdo al abuelo", expreso con la voz entre cortada. "Yo estaba tan emocionada por conocerlo y en cambio él..."
Katherine sabía a la perfección hacia donde iría esa conversación; "Después de tantos años pensé que ya lo habías olvidado"
"Imposible hacerlo. Debo decir que me hirió aún más cuando entendí qué quiso decirme... para ese sujeto ni para el abuelo fui lo que ellos hubieran deseado... en el primer caso no fui varón... en el otro... fui una mestiza"
"El abuelo te amaba y lo sabes, te lo hacía saber en cada una de sus cartas"
"Pues había mucha diferencia entre la realidad y el papel. Pero si él sabía que por nietos iba a tener mestizos, ¿Por que permitió que te casarás con él?"
La rubia asintió satisfecha; "Por volver a concebirte, me casaría con Isao una y mil veces más, solo que en cada una de esas veces huiría de él para protegerte... Sabes que el abuelo estaba enfermo y si es que te lastimo, lo hizo de forma inconsciente. A veces veía en mi a mi madre, ademas pensaba que yo aún era una niña"
"Es cierto", Michiru expreso y luego observo a su pequeña.
"Las mujeres amamos de diferente manera a la forma en que aman los hombres. Nosotros amamos a nuestros hijos con el corazón, ellos con la razón... pero mejor olvídalo, sabes que amo a mi nieta como no tienes una idea"
"Es verdad. Lo que haya sucedido en el pasado, enterrado esta"
Por su parte Haruka y Takeo mantenían su propia e interesante conversación.
"La madre de la señorita Michiru es muy bonita, ¿No crees?", señalo el chiquillo echándole un rápido vistazo a la alta mujer.
"Lo es"
Entristecido entonces bajo la mirada, luego en voz baja hizo aquel cuestionamiento; "¿Sabías que yo no conocí a mis papás?"
Siendo consciente de que hacía varios años Mina lo había encontrado abandonado en el camino y siendo prudente, Haruka contesto; "No, no lo sabía"
Takeo asintió, enmascarando detrás de una sonrisa su dolor; "Mi hermana dice que no los recuerdo porque murieron cuando yo era muy pequeño, pero me gusta mucho pensar que mi madre fue muy parecida a esa señora", sonrojado señaló.
"Si así la percibes, es porque quizás la recuerdas muy poco"
Sonrojado en ese punto Takeo alzo la mirada y clavandola en el rubio, añadió; "Quizás pienses que soy un atrevido, pero si hubiera tenido que escoger a mi papá, sin duda te hubiera escogido a ti"
Al escuchar aquello las mejillas del joven se encendieron; "¿De verdad?, ¿Por qué lo dices?"
"De verdad lo digo. Tú eres muy bueno con la señorita Michiru y con Harumi... y por como mi hermana habla de él, estoy seguro de que fue como tú"
Ante esas palabras de admiración Tenou sonrío satisfecho, y es que precisamente el sentimiento que había despertado en ese chiquillo, era el mismo que había nacido en él al conocer a Fiódor Nikoláyevich.
(Tokio. Esa noche)
Y apenas descendió del carruaje, a lo largo del anden presuroso el rubio Albert encaminaba sus pasos para poder alcanzar el ultimo tren que partiría esa madrugada. Y es que sus ocupaciones habían terminado antes de lo previsto y era debido a ello que cumpliría su promesa de reunirse cuanto antes con su amada, quien no imaginaba la sorpresa que estaba a punto de darle.
"Espere, espere", grito al oficial, quien con su linterna le hacía señas al maquinista, indicándole con ello que debía iniciar su recorrido.
"Llega justo a tiempo, de lo contrario hubiera tenido que esperar hasta el amanecer... me permite su pasaje"
"Aquí lo tiene... no, no podía permitirme perderlo", agitado contesto.
El sujeto reviso que estuvieran en orden y una que vez que lo comprobó, le devolvió sus documentos; "Qué tenga un buen viaje"
"Gracias", Albert contesto y subiendo a la maquina, inicio su travesía.
(Reidencia Tenou)
Lejos de imaginar que dentro de unos días recibirían aquella visita, la aguamarina mecía a su hija, hasta que fue sorprendida por el rubio, quien la rodeo en un abrazo.
"¿Todo bien?", cuestiono observando a su bebé.
"De maravilla, ha comenzado a comer un poco más", expreso la madre colocandola en su cuna.
"Yo también estoy muy cansado", Haruka señalo apenas se metió entre las sabanas.
"Yo también, pero no podemos quejarnos, fue una tarde preciosa", contesto Michiru observando una de las fotografías que en la colina y para recordar ese día, les hubieran hecho.
"Lo fue", observando el techo de la habitación, el chiquillo coloco los brazos bajo su cabeza, luego se quedo en silencio.
Habiendo comprobando que Harumi estuviera bien, la joven se recostó al lado de su amado; "¿Quién me roba tus pensamientos?"
Él sonrió, atrayendola un poco más para que recostara la cabeza sobre su pecho; "Nadie podría robarte lo que es tuyo"
Deslizando sus dedos por entre su rubio cabello, la joven asintió; "Entonces, ¿Por qué de pronto te quedaste tan callado?"
"Pensaba en lo que ahora estoy viviendo. Todo lo que poseía al llegar a Tokio, era una vieja maleta en la que llevaba un par de camisas... y ahora me veo y por momentos es algo que no puedo creer. Cambiaste mi vida por completo y eso es algo que siempre te voy a agradecer, pase de no tener nada, a tener toda una maravillosa familia"
"Y tú cambiaste la mía. A diario doy gracias por haberte encontrado, porque sabes que antes de esta existencia, ya nos conocíamos", luego de depositar un casto beso en mejilla, beso sus labios. "Ahora durmamos así, bien abrazados, porque aún en sueños quiero sentirte a mi lado"
"Lo que tú quieras, Michi. Lo que tú quieras", concluyo besando su frente.
Notas de autor;
Por poco y no hay capitulo. Tengo Covid, empece con los síntomas más fuertes cuando ya había avanzado una tercera parte del capitulo. Por momentos me siento mal, pero cuando más o menos me sentía bien, aprovechaba para avanzar. Espero y sea de su agrado. Ya saben, si la próxima semana no hay capitulo, es porque seguí mal.
Isavellcota; Merecen de esa tranquilidad y más. Todo para Haruka y Michiru va de maravilla. Injusto sería que volvieran a pasar por cualquier dolor. Merecen disfrutar de esos momentos en familia porque luego de que Katherine regrese a su tierra, la ausencia será larga.
Kaiomaru; Albert ya esta en camino para conocer a la familia de su amada. Así es, Isao esta cosechando lo que su orgullo sembró. De haber sido un buen hombre, estaría disfrutando de esa vida, de los hijos que por egoísta él le negó a Katherine y sin duda, estaría contento con su nieta, pero en lugar de eso prefirió el vicio.
Michelle; En nada se comparan los sufrimientos de Isao a los de su hija. Durante años la desprecio y luego trato de utilizarla. La acuso de ser de lo peor (cuando él mismo quería comprometerla con un hombre a cambio de dinero), se la entrego a ese monstruo, la humillo, la insulto, la golpeo sin importarle su nieto y lo que es peor, le mintió al decirle que se había deshecho de su amado. Ella resistió mucho, en cambio él con tan poquito se cree un mártir. Si a Isao le devolviéramos cada uno de sus actos, se derrumbaría por completo porque en realidad es débil, construyo su arrogancia en base al sufrimiento de su esposa y su hija.
UnbreakAbleWarrior; Ninguna pena por él, él sólito se busco lo que le esta pasando.
Kyoky-chan; Es triste lo que le pasa a Isao, pero es lo que él se busco. Aún queda poco para Isao, y eso es aspirar a su perdón, porque no creo que ni Michiru ni Katherine lo quieran en sus vidas, mucho menos en la de Harumi, a quien sin siquiera conocer desprecio. El desprecio de Michiru hasta cierto punto es comprensible, pero no en él porque se supone que como padre y abuelo, debía protegerlas.
