CAPÍTULO LXXVIII

UN BUENA DECISIÓN

(Mañana siguiente. En la panadería)

Atento y detrás de su escritorio, Haruka escuchaba lo que aquel hombre tenía para decirle.

"¿Un hospital?", cuestiono ante aquello ultimo.

"Así es, señor..."

"¿Gusta más vino?", enmarcando en sus labios una ligera sonrisa interrumpió. Luego se estiro un poco para servir la vacía copa de su interlocutor.

"Gracias, es usted muy amable. Cómo le decía, se trata de una institución que recibe pacientes de todo el país y sin importar su condición social. Cuenta con un área dedicada al cuidado de niños enfermos, en otra área y bajo estricta vigilancia se tratan a pacientes con patologías psiquiátricas"

"Ahora que lo recuerdo, hace tiempo leí sobre ese lugar en los diarios. Ademas el medico de esta ciudad me comento algo al respecto", el rubio contesto ante la noble labor que ahí se llevaba a cabo.

"Es una institución que esta abierta a recibir donativos para aquellos pacientes que no pueden costear su tratamiento, incluso muchos de ellos están en el total abandono por parte de sus familias, dejando que el estado y la buena voluntad de los benefactores se ocupen de ellos. Por su parte, quienes si pueden pagar, en algo compensan los gastos de esos pobres desafortunados... en estos folletos encontrara más información al respecto y en esta carpeta tiene el resto"

"Entiendo", el rubio contesto y luego sin mucho interés le echo un rápido vistazo a los documentos que esta contenía.

De pronto y sin previo aviso la puerta se abrió, dando paso a una risueña Harumi.

"Papi, papi", emocionada grito, interrumpiendo la platica que él sostenía con aquel sujeto.

"¿Qué pasa, pequeña?", pregunto Haruka volviéndose para con ella.

Apenada porque muy seguramente la niña había interrumpido la reunión que su esposo sostenía, Michiru ingreso tras de ella. "Buenos días, lamento mucho que esta niña malcriada haya entrado sin tocar"

"Buenos días, señora", contesto el sujeto y luego sonrió ante la pintoresca escena que esa familia de tres le ofrecían.

"Esta bien, Michi. No la regañes"

"No lo haré. Harumi, ven conmigo y espera a que papá se desocupe", calmada le tendió la mano a la niña para que la tomara.

Resignada la rubia camino hacia su madre; "Esta bien, mami"

"Con su permiso", Michiru expreso y luego salieron del estudio. "Harumi,, antes de entrar a la oficina de papá tienes que llamar", ambos hombres alcanzaron a escuchar desde el otro lado.

"Tiene una familia muy hermosa", dijo el sujeto volviendo a sonreír.

"Gracias. Ha sido muy amable", Tenou contesto satisfecho y luego le entrego un sobre cerrado el cual sin duda contenía dinero.

"Gracias. ¿Desea algo más?", pregunto él otro guardándolo en el bolsillo interno de su saco.

"No, eso es todo. Gracias por los folletos"

"Entonces con su permiso", el hombre se puso de pie y colocándose el sombre hizo una reverencia, luego con paso ligero abandono el lugar.

Pensativo Haruka tomo la carpeta y sin siquiera volver a hojearla se deshizo de ella. Después de todo tan solo contenía basura.

"¿Papi?", desde el umbral de la puerta la niña lo llamo.

"Ven aquí", sonrió y tendiéndole los brazos espero a que se acercara y una vez que ella lo hizo, la sentó en sus rodillas. "Ahora si, ¿Qué es lo que querías decirme?", contento cuestiono.

"Fuimos con el medico y él dijo que el gatito bebé esta sano"

"¿De verdad?"

"Sí. Mamá dijo que si puedo quedármelo. Fuimos al mercado y le compramos su comida. Esta noche prepararemos una camita par él"

"Eso me da mucho gusto. Cuando este libre le haré una casita". Tomando un documento, comenzó a rellenarlo con los datos bancarios necesarios y una vez que lo hizo, se quedo pensando en las palabras que usaría para redactar aquella carta.

"¿Qué haces?, ¿Puedo ayudarte?", intrigada cuestiono la niña.

"Por supuesto que si. El señor que estaba conmigo vino a hablarme de un lugar en el que curan niños y niñas, pero para hacerlo necesitan dinero y yo les voy a enviar un poco, también voy escribirles un par de cartas. ¿Qué quieres que esta diga?"

"Qué quiero que se curen rápido para que puedan jugar mucho"

"Muy bien, Harumi. Les diré que es de tu parte, si quieres también puedes enviarles un dibujo"

"De acuerdo"

Y mientras ellos hacían eso, la aguamarina ocupo su lugar detrás del mostrador. "¿Ha habido mucha gente el día de hoy?", cuestiono a la hermosa Mina.

"Sí, ahí deje las notas de venta de esta mañana"

"Gracias", contesto antes de proceder a registrarlas.

Anunciando la presencia de un cliente, la campana que pendía del marco de la puerta sonó.

"Buenos días", saludo la pelinegra Kuzuki apenas ingreso.

"Buenos días", respondieron la rubia y la aguamarina, aunque en el semblante de Mina era fácil adivinar que esa mujer no le agradaba mucho. Y es que luego de las terribles acusaciones que hubiera hecho en su contra era natural que sintiera ese rechazo hacia ella. Fue así que sin decir nada se retiro hacia la otra habitación.

Kazuki, sin poder negarse a ella misma que aún sentía cierto cariño hacía Haruka, pero aceptado que aquello que hubiera imaginado a su lado no eran nada más que vagas ilusiones, es que había decidido hacer caso a su padre y a su propio honor, haciéndose a un lado y no representando amenaza alguna para aquella familia.

"El día de hoy hace demasiado calor, sin duda es pronostico de que habrá una gran lluvia"

"Ojala y así sea, le hace falta a nuestro pequeño huerto", replico la aguamarina.

Observando a la pelinegra, Harumi camino hacia el mostrador. "Buenos días", saludo.

"Buenos días... ¡Dioses, pequeña. Has crecido demasiado", sorprendida ella señalo.

"Gracias", sonrojada la niña continuo con lo que hacía.

Abandonando su oficina Haruka camino hacia su esposa, descubriendo que Kazuki estaba en su tienda. Mas no le tomo importancia alguna y es que después de todo no había vuelto a molestarlos con alguna de sus intrigas.

"Michi, voy a realizar algunos pagos y a poner una cartas en el correo. ¿Necesitas que te triga algo?"

"No, nada. Ya hice la compra de la semana"

"Bien. No me tardo", dijo y justo cuando estaba por salir, Harumi lo llamo.

"¿Puedo ir contigo?"

"Por supuesto que si, pero solo si mamá quiere", sonriendo contesto su papá.

"Esta bien, podemos dejar tus lecciones para mas tarde. Pero por favor pórtate bien y no sueltes de la mano de papá. ¿Si?", dijo la aguamarina y luego le acomodo el cabello que caía por su frente.

"Sí", contenta por haber obtenido su aprobación la niña se sujeto a él.

"Entonces vamos. Primero iremos al banco y luego a la oficina de correos", expreso y entonces ambos abandonaron el lugar, emprendiendo la caminata.

Fue así que satisfecha y con una sonrisa en los labios la aguamarina los contemplo a través del escaparate hasta que por el lejano camino se perdieron de su vista.

"Dime, ¿Ya pensaste qué le vas a regalar a mamá?"

"Aún no", la chiquilla negó con la cabeza.

"¿Sabes?, yo tampoco sé que obsequiarle... ¿Crees que le guste un nuevo kimono?"

"Sí. Uno de fiesta y con muchos colores. Sin duda se vera muy bonita"

"Eso es verdad"

"Aunque también podríamos traer a la abuela Katherine y a los tíos"

"Sería toda un sorpresa"

Habiendo mencionado a la abuela Katherine y a los gemelos, la chiquilla se quedo pensando un breve instante; "¿Papi?"

"¿Qué pasa?"

Antes de proseguir la niña rió un poco; "Es gracioso que mis tíos sean más pequeños que yo. No son adultos como el tío Takeo"

"Es verdad, no lo había pensado", también riendo un poco su papá contesto.

"¿Dónde están mis otros abuelos?, ¿Por qué a ellos no los conozco?", observándolo con curiosidad fueron las preguntas que siguieron.

"Porque ellos murieron antes de que yo naciera", fue la respuesta. "Pero si tuve la fortuna de conocer a uno de mis abuelos. Él era muy bueno conmigo"

"Estoy segura de que mi otra abuela también era muy bonita", sonriendo la chiaquilla señalo.

"De eso no tengo dudas. Seguro que se parecía a mi", dijo él y luego rió un poco.


(En la panadería)

Por su parte Michiru se ocupaba de ordenar la contabilidad que llevaban hasta el momento, cuando de pronto y a través del escaparate miro a la pelinegra del día anterior en compañía de su hija. Y así como la otra noche, esta la observarla con cierta insistencia.

"¿Qué es lo que querrá decirme?". Dispuesta a escucharla, la joven abandono su lugar y entonces salio a su encuentro.

Por su parte la mujer volvió a aferrarse a la mano de su hija con intenciones de darse a la huida.

"Espera, ¿Hay algo qué quieras decirme?", pregunto Michiru a sus espaldas.

Negando con la cabeza, la mujer replico; "Ha sido un error el haber venido. Lamento mucho haberla molestado"

"¿Error?, ¿Molestarme?... ¿Qué es lo que intentas decirme con eso?. Más preguntas en nada resuelven mis dudas"

Titubeante la pelinegra observo a su pequeña y luego se mordió los labios. "Anoche no tuve el valor necesario para hacerlo, pero porque estoy preocupada es que he regresado... aunque no se si hago lo correcto"

"¿De qué se trata?. Quizás pueda ayudarte", contesto Michiru.

La mujer volvió a observar a su niña y entonces dijo; "El día de ayer observe que a su hija le enseñaba a contar... yo... yo soy una ignorante que si apenas sabe escribir su nombre y contar hasta el diez... no, es ingenuo de mi parte siquiera pensarlo"

"Te escucho", la aguamarina dijo ante la sinceridad que avergonzada la pelinegra había mostrado.

"Me estaba preguntando si usted podría... enseñarle a mi hija a hacerlo. Me llamo Saeko y soy una mujer pobre, pero sé coser, si acepta yo podría pagarle de esa forma. No quiero que mi hija sea una ignorante como yo", apenada agacho la mirada.

Ante su petición la joven se quedo sin palabras; "¡Vaya!, eso es algo que me toma por sorpresa"

"Créame que entiendo si no acepta. Lamento mucho haberla molestado", dijo con intenciones de retirarse.

"Es un injusticia que nuestras hijas no puedan asistir a la escuela, no por ser pobres, sino porque simplemente no pueden hacerlo. Somos mujeres, no objetos que se puedan relegar", dijo Michiru al recordar lo que ella hubiera tenido que responder cuando su hija le pregunto si ella había asistido a clases.

"Aunque no lo crea, si usted acepta haría una gran diferencia"

En ese punto Michiru pensó en ella y en su propia madre. Y es que si ella, siendo una mujer educada había tenido que soportar a un patán como Isao, no quería imaginar como debía ser la vida de aquellas personas que por ignorancia soportaban todo. "Esta bien, podría hacerlo durante las tardes. Y no, no tiene que pagarme"

"¿Habla en serio?", titubeante cuestiono. "Pero... ¿Y su esposo estará de acuerdo?"

"Por supuesto que si, sin duda alguna le agradara la idea", dijo y luego se coloco a la altura de la peliazul. "Me llamo Michiru y tú, ¿Cómo te llamas?"

"Amy", temerosa replico.

"Creo que en otro tiempo conocí a una Amy. Mi hija se pondrá muy contenta cuando sepa que tendrá una compañerita de estudio. Las espero a las seis de la tarde"

"Gracias"

Luego de haberse puesto de acuerdo Michiru ingreso en la panadería y observando que su esposo y su pequeña ya habían regresado, alegre dijo; "Harumi, ¿Qué dirías si te digo que a partir de hoy iras a la escuela"

"¿De verdad?", emocionada cuestiono.

"Así es", replico contenta. "Tu compañera se llama Amy y es una niña muy bonita. Probablemente su mamá estudiara junto con ustedes"

Ante esas palabras, sorprendido Haruka se volvió hacia ella; "¿Vas a desafiar al sistema?"

Michiru negó con la cabeza; "No, pero lo hago para así siquiera poder cambiar en algo la vida de un niña y para que Harumi tenga una amiga de su edad"

"Estoy de acuerdo. Será algo muy noble de tu parte"

Y entonces los minutos transcurrieron con rapidez, llegando así la hora que habían acordado

"Buenas tardes", saludo la pelinegra Saeko.

"Buenas tardes", dijo Michiru.

"Amy, tienes que quedarte para que puedas aprender. Más tarde vendré a recogerte"

"Si lo desea puede estar presente, de esa forma aprendería junto a su hija"

"¿De verdad?, ¿No considera que soy demasiado vieja para hacerlo?", sonriendo ante la oferta pregunto.

"Por supuesto que para aprender no hay edad"

Por su parte y muy contenta, la rubia sonrió ante la presencia de aquella niña, quien apenada mantenía la mirada baja. "Hola, mi nombre es Harumi, mamá me dijo que te llamas Amy"

"Si, así es", contesto apenada.

"Harumi, Amy y su mamá aprenderán junto contigo. Te servirá de repaso"

"Sí"

Fue así que habiendo recibido ese gesto de confianza la aguamarina emprendió tan noble labor.


(Londres)

Abriendo de par en par los ventanales del amplio salón para permitir que el fresco viento ingresara y arrastrara dentro el aroma de los bastos jardines, la señor Matsuko suspiro satisfecha al sentirlo acariciar su rostro.

"Muy seguramente y cansados de tanta travesura, los niños se quedaron dormidos por ahí", relajada pensó.

Fue entonces que el viento no solo arrastro el aroma de las flores, sino que también lo hizo con el murmullo de aquellas juguetonas risitas.

Sin desdibujar esa sonrisa de sus labios, la nana echo un vistazo hacia el jardín de rosas y entonces su semblante relajado cambio. Y es que ahí estaban ambos chiquillos, semi desnudos y jugando con el fango que se había formado a consecuencia de la lluvia de la noche pasada.

"Leonard, George, ¿Qué es lo que han hecho?", cuestiono al verlos en ese estado. "Si su madre los mira así volverá a castigarlos"

"No, por favor no se lo digas", expreso el rubio Leonard.

"No se preocupen, eso es algo que no hace falta", contesto la rubia, quien había llegado sin que la anciana ni los niños se dieran cuenta.

"Fue su idea", dijeron los chiquillos al mismo tiempo que uno señalaba al otro.

Llevándose ambas manos a las caderas, Katherine dibujo una media sonrisa en sus labios; "Siempre es lo mismo con ustedes. Siempre las travesuras son idea del otro. Jamas tienen ideas propias. Así que por mucho que me duela, este año no visitaran a su hermana", firme sentencio.

"Eso no es justo", dijo George.

"Te juro que fue su idea", acuso Leonard.

"No es verdad. Tú eres el culpable... mamá, llévame a mi y déjalo a él en casa"

"Es justo porque yo lo digo... Este año a ninguno de los dos llevare conmigo"

En ese punto ambos chiquillos rompieron a llorar y justo cuando estaban por ingresar en la residencia, Katherine grito; "Ni siquiera se les ocurra"

Ante eso ambos pequeños se quedaron pasmados.

Para no tropezarse la rubia se sostuvo el vestido, dirigiendo así sus veloces pasos hacia el jardín. Y cuando estuvo frente a ambos cruzo los brazos sobre su pecho.

Observando que su madre estaba bastante molesta, ambos bajaron la mirada.

"Dudo mucho que Harumi sea tan malcriada como ustedes", dijo y luego se inclino sobre el suelo para tomar la manguera.

Ante eso y mal pensando, la anciana tuvo miedo y negó con la cabeza; "¿Que va a hacer, señora?"

"No te preocupes, nana. Solo voy a lavarlos un poco, sino terminaran ensuciando todo", dijo, sonrió y luego abrió la llave, provocando que ambos niños huyeran de ella.


(Esa noche)

Reunidos en el comedor y acompañados por el sonido de la lluvia y ese delicioso aroma a tierra mojada, la familia Tenou disfrutaba de la cena. Mas allá el gatito disfrutaba de la fresca leche que Harumi le hubiera servido en un tazón.

"Y bien, ¿Cómo te fue con tu alumna", pregunto Haruka antes de llevar un bocado a sus labios.

"Bastante bien. Aprende rápido. También su madre la acompaña", contenta replico Michiru.

"Si, papi. Ademas ya es mi amiga"

"¿De verdad?. Eso me alegra mucho, pequeña", él contesto y luego le limpio las manchadas mejillas.

"Sí. Se llama Amy"

"Es un nombre muy bonito"

Poniendo atención al sonido de la lluvia, Michiru sonrió y le dirigió un coqueta mirada al rubio; "Por como llueve, no dejara de hacerlo hasta el amanecer"

Habiendo entendido que había querido decirle con las solas expresiones de su rostro y sabiendo de antemano que ella amaba las noches lluviosas porque le recordaban su primera vez juntos, rozo sus dedos con los suyos; "Ojala y así sea... aunque Harumi muy seguramente le tiene miedo a los truenos y relámpagos, ¿No es así?", pregunto esperando que no fuera como aquella noche.

La niña negó con la cabeza y entonces contesto; "Por supuesto que no, papi. Ya voy a la escuela, ya soy grande"

"¿De verdad?", pregunto su madre.

"Sí, ademas Tora me cuida"

"¿Tora?, ¿Quien es Tora?", confundidos preguntaron ambos.

"Mi gatito bebé", risueña contesto la niña, provocando que los adultos y ella misma rieran.


Notas de autor;

Recuerden que estamos en la parte final de esta historia.

Michelle; Así es, Amy y su madre están en dificultades y que bueno que Michiru acepto ayudarlas. Sabe que de alguna forma la educación hará la diferencia en la vida de esa pequeña y en la de su madre.

Kaiohmaru; Haruka en cada una de sus vidas es guapo, sin embargo Setsuna no se refería a esta vida ;). Que bueno que la madre de Amy tuvo la confianza necesaria para acercarse a Michiru y le pidiera que le enseñara a su pequeña, ella acepto porque le es injusto que las niñas no puedan ir a la escuela. De paso qué bueno que Harumi ya tiene una amiga de su edad.

Isavellcota; Harumi es muy tierna y educada. Nada que ver con... ya saben quien. Harumi es el reflejo de sus papás quienes han sabido criarla bien. El rubio y ella son muy parecidos porque desde pequeños conocen el sentido de responsabilidad, algo que Tanaka inculco en Haruka y ella en su hija.

Kyoky; Así es, ella es su princesa. Plut si ha aparecido en esta historia, al inicio del capitulo 1 y 3, ella esta en el sitio que le fue encomendado y desde ahí las observa. Hotaru no aparece porque ella es la Sailor del nacimiento y la destrucción, su misión es dar vida como lo fue en el fic pasado o dar muerte como en mi primera historia. Si ella apareciera sería solo para iniciar su ciclo. A Serenity esta vez no le toco nacer, pero si la menciono en el capitulo 39.