CAPÍTULO LXXXII

EL FIN DE UN VIAJE

Observando que el rubio parecía no estar tan ocupado, la chiquilla ingreso en su oficina.

"¿Qué haces, papi?", cuestiono mientras caminaba hacia él.

"Ordeno las facturas de compra del día de ayer, pero dime ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?", haciéndolas a un lado centro toda su atención en ella.

"Si, ya pensé que es lo que le quiero comprar a mamá para su cumpleaños", emocionada expreso en voz baja.

"¿Qué?"

"Un guardapelo para que ahí guarde fotos nuestras y de la abuela. ¿Crees qué a ella le guste?", pensativa cuestiono.

"Por supuesto que si. Ten por seguro que se pondrá muy contenta. Si tú quieres podemos ir ahora mismo para que lo escojas", ofreció su padre.

"Ahora no puedo. Mamá podría comenzar a sospechar que tenemos una sorpresa para ella"

"Tienes razón, entonces lo haremos cuando tú lo decidas. Justo ahora tengo que ir al centro de la ciudad, ¿Necesitas que te traiga algo?", cuestiono Haruka al mismo tiempo que le acomodaba el cabello que caía por su frente.

Harumi en ese punto se quedo pensando, luego negó con la cabeza; "No"

"De acuerdo, vamos con mamá", dijo y luego tomados de la mano caminaron hacia el mostrador, donde la aguamarina se encargaba de registrar la contabilidad del día.

Al verlos, Michiru sonrió para con su pequeña; "Ya sé, quieres que te de permiso de ir con papá, ¿Verdad?"

"No, mami. Voy quedarme contigo", contesto la chiquilla tomando asiento a su lado.

"Tengo que salir, ¿Necesitas algo?", cuestiono su esposo revisando que en el bolsillo de su pantalón estuviera su reloj.

"Tizas. Si son de color mucho mejor", replico ella.

"Esta bien, no me tardo", dijo y luego la beso.

Así pues, Haruka abandono la panadería con rumbo hacia el centro de la ciudad, donde ademas de comprar la tiza para que su amada pudiera llevar a cabo su clase, tenía que ir al establecimiento de uno de sus proveedores.

Más fue al pasar por un aparador que algo llamo toda su atención, así que desviando sus pasos ingreso en la tienda con intenciones de comprarlo para los pequeños hermanos de su esposa. Y eso fue balón de cuero.

Contento y sabiendo que a ambos chiquillos les agradaría el obsequio, continuo su camino hasta que de pronto entre el gentío y de forma accidental tropezó con un menudo sujeto de cabellos canos.

"Lo siento, no fue mi intención", avergonzado Haruka expreso al mismo tiempo que se inclinaba un poco para devolverle su bastón.

"Quien lo siente soy yo, muchacho. Fue mi culpa", también apenado dijo Isao, luego se inclino un poco para recoger el balón que había resbalado de las manos del joven. "Es un hermoso juguete, sin duda sus pequeños se pondrán muy contentos"

"Eso espero", deseando que así fuera, Tenou lo tomo. "Es usted muy amable, con su permiso", despreocupado replico para con el ser que hubiera hecho de la vida de la aguamarina un infierno. Luego continuo su camino sin ser consciente del accidentado encuentro que había tenido.

Por su parte y bastante intrigado Isao lo observo alejarse, y es que en él había un algo que le resulto bastante familiar.

"No. Es imposible que lo conozca si esta es la primera vez que lo veo y que visito esta ciudad", riendo un poco y negando con la cabeza murmuro.


(Esa tarde. Residencia Tenou)

Sentado sobre el pasto y aunque bastante concentrado en lo que hacía, Takeo escuchaba con atención la clase que la aguamarina impartía.

Por su parte Haruka cosechaba los maduros frutos que el huerto le ofrecía y una vez que termino, comenzó a envolverlos en viejas paginas de diario con el fin de obsequiarlos a los chiquillos, porque de lo contrario terminarían pudriéndose.

"¿Construyes cometas?", cuestiono él echándole un rápido vistazo al trabajo del joven.

"Así es, ayer se lo prometí a los niños. Además justo ahora estaba pensando en aquel día de campo durante el cual hiciste una para mi, también recordé cuando la señorita Michiru me enseño a leer y a escribir", contesto sonriendo ante ello.

"Es cierto, fuiste su primer alumno", expreso el rubio haciendo una pausa para limpiarse el molesto sudor.

"Y ahora que menciono el día de campo, ¿Este año la señora Katherine y los niños vendrán a visitarlos?", luego de tanto haber pensado si sería correcto mencionarlo o no, ruborizado por fin se atrevió a preguntar.

Sabiendo que desde niño Takeo sentía una especie de admiración hacia la madre de su amada, Haruka sonrió y asintió; "Cada año y siempre para estas fechas lo hace, así que supongo que este no será la excepción"

En ese punto el chiquillo no pudo evitar reír al recordar el incidente del año anterior; "Aún me causa gracia el que los gemelos hayan mojado aquel saco de harina"

"Casi lo había olvidado. Ella en verdad estaba molesta, tanto que dijo que este año los castigaría dejándolos en casa", expreso el rubio al recordar sus pequeñas y blancas figuras corriendo por toda bodega. "Harumi también participo en esa travesura"

"Son niños, su naturaleza es ser inquietos y nosotros los adultos no podemos molestarnos ante sus inocentes acciones", señalo el joven.

Fue así que luego de un par de minutos y un par de recomendaciones por parte de Michiru, la clase concluyo, lo que hizo que emocionados los cinco niños se volvieran para con el pelinegro.

"Tío Takeo, ¿Ya están listas los cometas que nos prometiste?", cuestiono la rubia Harumi.

"Por supuesto que si, pequeña. Hice una para cada uno de ustedes", orgulloso por el trabajo que había hecho replico.

Emocionados por tan coloridos juguetes y aprovechando el maravilloso viento, los niños comenzaron a volarlas. Por su parte y satisfechos los adultos se sentaron para disfrutar de su infantil alegría.

"Cuiden qué el hilo no se enrede", recomendó el pelinegro.

"Amy, ya es hora de irnos", expreso Saeko para con su hija.

"Esta bien, mamá", triste contesto la peliazul, y es que quería seguir disfrutando de aquel hermoso día, el cual y aún sin saber porque sería muy especial por el resto de su vida. "Takeo, ¿Puedo llevármelo a casa?"

"Por supuesto, es tuyo. No lo olvides el día de mañana para que sigamos volandolo. ¿De acuerdo?"

"De acuerdo", sonriendo expreso. "Adiós, Harumi"

"Adiós, Amy", contesto la chiquilla mientras que en el aire agitaba su mano.

Así pues, contentas madre e hija tomaron camino hacia su hogar.

"Takeo es muy bueno. Mañana seguiremos volando las cometas", sonriente la niña señalo.

"Es muy bonito. Tendrás que cuidarlo mucho para que no se maltrate"

"Si, mamá"

Fue así que luego de caminar un par de calles más finalmente arribaron.

Lejos de imaginar lo qué estaba a punto de acontecer, la mujer llevo la mano a su bolso y justo cuando tomo la llave que abriría la puerta, descubrió que algo no estaba bien. Y es que antes de irse se había asegurado de cerrar y sin embargo el cerrojo estaba corrido.

"¿Mamá?", pregunto la pequeña al ver la mueca de preocupación que se había dibujado en su rostro.

"Amy, espera aquí y por nada del mundo vayas a entrar hasta que yo te lo diga", ella pidió para ir sola a revisar que todo estuviera en orden. Y es que aunque no se lo quiso decir, temía que algún indeseable intruso se encontrara al asecho para dañarlas. "Si escuchas ruido por favor aléjate y pide ayuda"

"Esta bien"

Así pues y sin saber qué era lo que se iba a encontrar, llena de miedo ingreso. Entonces observo aquella escena ante la cual se quedo petrificada.

Por su parte, desesperada porque su madre no había respondido a ninguno de sus llamados y temiendo que algo le hubiera ocurrido, la niña se lleno de valor e ingresando en la casa para revisar que todo y sobre todo ella estuviera bien, al igual que Saeko se quedo en un estado de estupor.

Y es que sentado a la mesa, recién duchado, afeitado y sobrio por primera vez en muchos años, aquel hombre sonrió para ellas.

Ante ese sujeto que no conocía, la peliazul tuvo miedo.

"Buenas noches", expreso él al mismo tiempo que se ponía de pie y con un ademan les indicaba que se sentaran.

"Mama... ¿Quien es ese señor?, ¿Por qué esta en nuestra casa?", confundida la niña murmuro, luego la tomo por el kimono.

"¿Que... qué?", sin aliento la mujer no supo qué más decir.

"Lamento mucho no haber comprado pan. Luego de lo sucedido me dio vergüenza pasar por la panadería", él expreso y luego desvió la mirada.

"Entiendo, pero..."

El hombre, quien no era otro más que Mizuno, sonrió y luego señalo los paquetes que estaban sobre la mesa. "Compre carne, queso y leche", contento agrego. "Por favor acompáñenme a cenar"

"¿Papi?", la niña cuestiono al reconocer su ligera risa. Y es que la pesada barba que siempre lo había acompañado no le había permitido ver mas que sus labios y ojos.

"Si, Amy. Mira, también compre esto para ti. Espero y te guste", dijo y luego le extendió uno de los paquetes para que ella lo tomara.

Ante esa extraña amabilidad la chiquilla tuvo miedo.

"Por favor, tómalos. No voy herirte"

Desconfiando en esa actitud nada natural en él, la niña los tomo y deshaciendo el papel que lo envolvía descubrió que se trataba de un libro para colorear.

"No es tan lindo como el que tienes, pero podrás usarlo luego de clase"

"Gracias, Papá", ruborizada expreso.

Aún sorprendida por su cambio Saeko seguía en silencio.

"He comprendido que mi comportamiento no era el adecuado. Mi responsabilidad es cuidar de mi hija y de ti. Si en estos días no había venido a casa fue porque conseguí un empleo"

"¿Un empleo?", sin poder creerlo cuestiono la mujer.

"Sí. En el puerto. Por las mañanas pesco, pero por las tardes un biólogo marino me emplea para que plasme en papel la belleza de los especímenes que captura. Y es que las fotografías con sus griseas escalas no son suficientes para hacerlo"

"Entiendo", su esposa contesto.

"Hoy recibí mi salario y decidí pasar al mercado a comprar todo esto... pero ahora lo mas importante es que tú y mi hija me perdonen por todo lo el daño que les hice, no hay nada que justifique mi comportamiento. Les prometo que no volveré a ser ese infeliz que fui", verdaderamente arrepentido volvió a desviar un poco la mirada.

Ante esas palabras la chiquilla sonrió y abrazándolo por el talle, alegre expreso; "Te quiero mucho, papá"

"Y yo a ti, mi amor. Lamento mucho no habértelo dicho antes", dijo y luego de tomarla en sus brazos la beso en la mejilla.

Contenta por ese cambio en él, la niña tomo su fresco rostro entre sus manitas; "Yo también te quiero mucho, papi... pero ¿Mamá y yo podemos seguir yendo a la escuela"

"Por supuesto que si. ¿Sabes?, me gustaría mucho que luego de clases a mi me enseñes las cosas que has aprendido. ¿Qué dices?. ¿Quieres ser mi maestra?"

"Por supuesto que si"

"Y tu mujer, ¿No dices nada?. ¿No vas a perdonar a tu esposo?. Me arrepiento por haberte humillado, por haber dicho esas terribles cosas"

"Sabes que tienes mi perdón", dijo y luego lo abrazo con todas sus fuerzas. Él había vuelto a ser el hombre que conoció, el buen hombre al que siempre amaría.

"A partir de ahora todo seré diferente. Seremos una familia muy feliz. Eso se los prometo", expreso él.


(Cerca de ahí)

Habiendo descansado lo suficiente como para continuar su búsqueda y luego de haberse informado que en la ciudad solo había una panadería, Isao Kaio avanzaba por aquellas desconocidas calles.

"Según las indicaciones que me dio esa mujer debo estar cerca", dijo para si mismo sin mucho animo después de cinco años de constante fracaso.

Y como si se tratara más que de una simple casualidad, en sentido contrario a él y con sus libros bajo el brazo, el pelinegro Takeo envuelto en su negro gakuran avanzaba con paso ligero.

"Buenas tardes", sin jamas haber imaginado ese accidentado encuentro, el chiquillo saludo para con el caballero.

"Buenas tardes", replico Isao al mismo tiempo que con gentileza inclinaba un poco la cabeza.

Sin prestar más atención para con el sujeto, Aino continuo su camino hasta que a sus espaldas el hombre lo llamo; "Espere"

Deteniendo su andar, Takeo se volvió hacia él; "Dígame, ¿En qué lo puedo ayudar?"

"¿Podría ser tan amable en indicarme donde se encuentra la panadería?, creo que estoy perdido", pregunto confiando en él, quien al parecer se trataba de un estudiante que no terminaría robandolo como en más de una ocasión le sucedió.

"Por supuesto, señor. La panadería esta del otro lado de esta calle. Tiene que apresurarse o de lo contrario la encontrara cerrada", considerando que no tenía ningún caso decirle que era uno de sus trabajadores, simplemente se limito a responderle lo que le había pedido.

"Gracias"

"Un placer haberlo ayudado", contesto el joven y sin agregar más detalles continuo su camino.

Y aún sin sospechar lo que estaba a punto de acontecer, mas allá el rubio y la aguamarina se ocupaban de resolver los últimos pendientes para así poder retirarse a descansar.

Por su parte Harumi se ocupaba de seleccionar los deliciosos postres que llevaría casa para después de la cena.

"Estos son los favoritos de la abuela", expreso tomando un par de aquellos que estaban rellenos de crema de chocolate.

"¿También son tus favoritos?", pregunto su madre.

"Si, y los que tienen mermelada de fresas"

"Esos también me gustan mucho", contesto ella manchandole la mejilla con dulce merengue.

"Pequeña, no olvides llevar leche para ti el pequeño Etsu", dijo el rubio.

"No lo haré, papi. Pero desde ayer el gatito bebé se llama Enzo", de forma inocente contesto la chiquilla.

Ante eso Michiru rió un poco; "Harumi, no puedes estar cambiándole el nombre al gatito. Debes escoger uno solo. No solo para nosotros es confuso, te aseguro que también para él"

Mientras tanto Isao continuaba su andar al mismo tiempo que se hacía a la idea que de nueva cuenta su esfuerzo no daría ningún fruto.

Y apenas doblo la calle sin imaginar que por fin había llegado al lugar correcto, el dulce aroma a rosas y frutas llego a él.

Así pues siguió avanzando hasta que en la corta distancia observo de donde es que provenía tan exquisito aroma. Contemplando el basto jardín y el huerto y esperando que los dueños de aquella propiedad no descubrieran la inocente travesura que estaba a punto de cometer, dirigió sus torpes pasos hacia el he inclinándose un poco, corto una blanca rosa para colocarla en la solapa de su saco. Lo que en ese punto él no sabía, es que esas flores las había sembrado la hermosa aguamarina.

Habiendo hecho y no deseando retrasar más su búsqueda continuo avanzando y entonces, sus pasos se detuvieron, a su pecho falto aire y la sonrisa de sus labios se desvaneció al contemplar a través de aquel claro y ancho cristal.

Y es que ahí, ahí estaba ella, la hija que durante mas de cinco años hubiera estado buscando. La hija a la que en vano trato de odiar por no ser lo que él hubiera deseado. Sí, la hija a la que hubiera herido y humillado y de la cual no merecía perdón alguno.

"¿Mi...Michuru?", sintiendo como la ultima gota de su sangre se helaba y al borde del colapso, el hombre balbuceo sin que sus miembros pudieran avanzar.

Por su parte y sin intuir que el hombre al que había jurado jamás volver a llamar padre estaba a pocos pasos de ella, satisfecha la aguamarina sonreía para con su hija.

Aún sin salir de su asombro Isao poso la mirada en la tierna chiquilla, luego en sus labios volvió a dibujar la perdida sonrisa; "Esa... esa es la niña que conocí en el mercado. "¿Acaso es mi nieta?", se pregunto.


Notas de autor;

Isao y Haruka no se reconocieron porque en toda su vida solo se han visto en dos ocasiones. La primer vez fue la noche que Haruka acompaño a Michiru a su casa y él se atrevió a humillarlo (cap 3). Cuando lo hirió lo hizo por la espalda y como estaba oscuro ni siquiera pudo ver su rostro.

Michelle; Isao estuvo muy a tiempo de recapacitar. Si él no hubiera sido un sujeto interesado y desde un principio hubiera aceptado que amaba a su hija, ahora estaría ahí en ese jardín, disfrutando de su familia. Peroooo nooo, prefirió la mala vida.

Kaiohmaru; Michiru sabe que de algo la educación servirá, y es de resaltar que cada generación crece más despierta que la anterior. Ese será el caso de Harumi, quien tiene el ejemplo de un bien hogar.

Isavellcota; De Isao podría esperarse cualquier cosa, aunque tan solo es una niña y si decidiera mencionarle su posible origen, sería muy desgraciado de su parte.

UnbreakAbleWarrior; Hoy si se han reencontrado. Hasta que yo que escribo la historia vivo las emociones del lector.

Kyoky; Ese sujeto jamás se hubiera interesado en ella porque es peor que Isao. Pobre Haruka, piensa que Harumi preferiría a ese sujeto y que a él al lo odiaría por no ser su papá :(.