CAPÍTULO XCII

LEJOS DEL OLVIDO

Firme Isao se mantuvo frente a ambos chiquillos.

"Mientes", su hija expreso al recordar cuando él le dijo que su amado había perecido en sus manos.

"No, Michi. Esta vez no puede estar mintiendo", convencido de ello su esposo replico mientras que en esa oscura mirada buscaba cualquier rastro de flaqueza.

"Tienes que creerme. Después de ustedes se fueran en casa hubo muchos cambios. Los primeros días creí enloquecer. No había rincón donde no buscara el recuerdo de esos días. Añoraba ver a tu madre sentada a la mesa disfrutando el té. Deseaba escucharte hacer planes. Y aunque te parezca extraño, llegue a extrañar a la señora Matsuko"

"Tu orgullo te dio la falsa ilusión de que todo sería siempre igual. De que todo lo tenías bajo control"

"Sin ustedes viví un infierno. Por mi culpa es que nuestra casa se convirtió en un lugar corrupto. Todo cuanto alguna vez me causo placer se volvió grotesco. Una noche él tuvo el cinismo de presentarse ante mi", recordando la forma en que se había atrevido a humillarlo y como es que le había confesado su infame crimen, volvió a llenarse de rabia. "No podía dejar que continuara mofándose de nosotros"

"No puedo creerte, no luego de que me hubieras hecho creer que mi Haruka había muerto", la aguamarina señalo.

"Esta vez te juro que es diferente. Tienes que escucharme para que al menos haya un poco de paz para ti. Debes saber que en verdad él no era tan valiente como presumía. Luego de un par de tiros dejo de reírse para rogar perdón. El infeliz estaba tan asustado que pude ver en sus ojos el terror que lo embargaba. Luego dejo de moverse"

Llorando la mujer se aferro a su esposo con todas sus fuerzas. Y es que aunque jamas podría olvidar ni arrancarse ese dolor, aquello era algo de lo que ya no se hablaba.

"Te estoy diciendo la verdad. Estuvo en los diarios", Kaio gimió al ver el sufrimiento en el que había vuelto a sumir a su hija.

"¿Por qué lo hiciste?, ¿Para vengar tu orgullo de hombre?. Si fue por lo que me hizo, entonces ¿Por qué aquella noche preferiste creerle a él antes que a mi?, ¿Por qué preferiste creerle a ese mal nacido antes que a tu hija?", aún luego de tantos años, necesitaba respuestas.

"Porque confieso que tenía miedo. Eres mi única hija y aunque en mi siempre hayas visto a un ser frió y falto de sentimientos, quería convencerme a mi mismo de que todo aquello era una mentira. Estaba tan asustado que me negaba a creer que habías sido victima de un acto tan monstruoso. Así que preferí imaginar que todo había sucedido de otra manera, que habías sido tú quien por propio pie había decidido...", intento decir.

Ante semejante insinuación, asqueada y molesta Michiru alzo la voz; "Eso jamás. Desde un principio tú dijiste que yo lo provoque sin detenerte a pensar lo que yo estaba viviendo. ¿Qué no viste en mí el dolor que me consumía?"

Era cierto, nada podía justificar su actuar.

"Tu orgullo estaba herido y en mi no viste a una victima, viste mala mercancía. ¿Ya olvidaste que pretendiste lavar su crimen atándome a él o a cualquier otro?, porque yo recuerdo que aún antes de lo ocurrido tus intenciones eran venderme. Y yo te dije que no había ninguna diferencia entre un matrimonio por conveniencia y una prostituta"

"Es increíble todo esto, señor. ¿Cómo pudo ver en su hija un objeto?. Es grotesca la forma en la que intenta disculparse, y un más grotesco es que haya insinuado que su hija provoco su propia desgracia", frunciendo el entrecejo y negando con la cabeza, Haruka recrimino.

"No he olvidado cuanto dije, jamás podre hacerlo porque es mi condena", replico agachando la mirada. "Me alegra mucho que ahora sean felices. Y es cierto, es ingenuo pensar que tengo una oportunidad. Reconozco que es tu derecho el que me odies y como sé que no podrás perdonarme jamas, es que esta misma noche regresare a Tokio. Sin embargo ruego que me permitan despedirme de mi nieta"

"¿Tu nieta?. Debes comprender que hay cosas que ella desconoce. Ademas te recuerdo que en un principio tú rechazaste ese lugar", la joven dijo.

"Entiendo que para ella no hay más abuelo que ese hombre, porque aunque no lo creas lo sé todo. Con ello comprendo que no puedo arrebatarle un lugar que claramente no merezco"

Renuente, la aguamarina asintió un poco; "Puedo perdonarte que no me hayas demostrado ese amor del que tanto hablas. Puedo perdonarte cada una de tus humillaciones, sin embargo debes saber que hay cuatro cosas que jamas olvidare. La primera es que de forma cobarde hayas abusado de mi madre frente a mi", recordando ese instante, la voz volvió a rompersele.

"Aunque te cueste creerlo, fue la primera y única vez que actué de esa forma. No sabes cuanto me he arrepentido de ello", avergonzado el hombre desvió la mirada.

"Tampoco puedo perdonarte que me hayas empujado a ese sitio, aunque entiendo que no fue tu intención que ese sujeto decidiera herirme. La tercera, es que jamás podre olvidar todo aquello que dijiste de mi bebé, a quien ni siquiera conocías. Porque créeme si te digo que ni yo misma me he perdonado el haberla odiado"

"Fui un estúpido, lo acepto"

"La cuarta es que no puedo perdonarte lo que le hiciste a Haruka, ni que me hayas hecho creer que estaba muerto. Y es precisamente por esa mentira que no puedo creer que de verdad hayas cambiado"

"Te juro que nada de lo que he dicho es falso. Saburo jamás volverá a aparecer en sus vidas", Isao expreso.

"Su nombre es algo que jamás se pronuncia en esta casa. Así que hazme el favor de no volver a hacerlo", Michiru sentencio de forma enérgica.

En ese punto y para interrumpir la conversación, la puerta se abrió para dar paso a una muy emocionada Harumi.

"Mamá, mamá", risueña la llamo.

"¿Qué sucede?", cuestiono la aguamarina mientras la recibía en sus amorosos brazos.

"Lo lamento mucho, estaba tan inquieta por venir", Mina expreso.

"Esta bien, no te preocupes. Gracias por todo", Haruka contesto.

Sin imaginar la discusión que se había desarrollado en su ausencia, ni mucho menos quien era ese hombre en sus vidas, la rubia se dirigió hacia él; "Me alegra mucho que vinieras", expreso sonriendo.

"¿De verdad?"

"Si"

"He venido a despedirme", contesto Kaio mientras se inclinaba a su altura.

"Pero no quiero que te vayas", triste replico la chiquilla.

"Tengo que regresar... Se esta haciendo noche, será mejor que me retire", Isao dijo una vez que consulto su reloj. "Tengo que tomar el tren que me llevara a Tokio"

"No. Mamá, papá, ¿verdad que puede quedarse?", suplicante pidió la niña.

Haruka observo a su amada. La aguamarina se limpio las lagrimas y fingiendo que todo estaba bien para no preocupar a su pequeña, expreso; "La cena pronto estará lista, será mejor que vayan a lavarse las manos"


(Tokio)

Pensativo Hiroto sonreía mientras que con la mirada fija observaba el techo de su celda. Y es que los acontecimientos de las ultimas horas lo habían dejado confundido, mas no insatisfecho.

-Flashback-

"¿A qué se debe la visita de un mujer que no conozco y que además de traerme vino y una buena comida, accede a acostarse conmigo?", cuestiono mientras volvía a vestirse. "Supongo que algo necesitas de mi, ¿No?"

Exhalando una bocanada de humo, Saiko replico; "Lo hago porque entiendo que la vida en este lugar puede llegar a ser más cara que allá afuera"

"¿En que te beneficia el que me ayudes?", desconfiando en su amabilidad, cuestiono. "Nadie hace nada sin recibir algo a cambio"

"Tú mismo lo has dicho, querido. No solo te beneficias tú, yo también obtendré mi parte"

"¿De qué se trata?", pregunto.

"Seamos claros. En el bloque de ladrones hay un hombre que se llama Eiji. Según sé tiene un secreto que bien podría redecir su condena. Así que si tú logras averiguarlo, podrías hacer uso de el y quizás hasta liberarte de este lugar"

"Qué yo use su secreto, ¿En que te beneficia a ti?", sin haber comprendido cuestiono.

"Librarme de él. Así que por favor apartarlo de nuestro camino", contesto llevando el cigarrillo a sus labios.

Hiroto burlón asintió . "Será todo un placer hacer negocios contigo"

-Fin flashback-

Con una sonrisa en los labios y convencido de ayudar a la mujer, el sujeto volvió a llevar el cigarrillo a su boca.


(Residencia Tenou)

Sentados a la mesa, de cuando en cuando el silencio se apoderaba del alrededor.

Y es que si Michiru había aceptado que Isao los acompañara, había sido solo por su pequeña, a quien no podía decirle nada de lo sucedido.

"¿Estas contenta?", pregunto el rubio.

"Si, papá", contesto la niña antes de llevar un bocado a sus labios.

Por su parte Isao se percibía nervioso mientras que en vano trataba de no pensar en aquella mañana, en que habiendo regresado mal herido a causa del disparo que de forma accidental se había hecho, se rehusó a sentarse junto a su hija, alegando que no compartiría mesa con una ramera.

Más haciendo a un lado su tristeza y arrepentido de ese pasado, es que dispuesto a aprovechar cada instante sonreía y luego acariciaba los cabellos de su nieta.

Michiru cernió toda su atención en él, contemplando a detalle las expresiones que se dibujaban en su rostro. Y es que en ellas al igual que Haruka, buscaba su verdad.

"¿Fue divertido?", pregunto Harumi cuando Isao le hablo sobre aquella exploración, la cual aún siendo joven había hecho en una remota selva.

"Jamás en mi vida lo vi sonreír de esa forma, jamás lo vi tan contento... ¿Acaso su cambio y su arrepentimiento son genuinos?", se cuestiono la joven madre.

Sin tampoco apartar la mirada de él, el rubio llevo la copa a sus labios, luego agacho la mirada.

Ante esa actitud, su esposa tomo su mano entre las suyas; "¿Esta bien?", cuestiono tratando de animarlo.

"Si", replico no muy convencido de ello. Y es que era lógico que su paz se hubiera perturbado.

Los minutos continuaron su inevitable transcurso y luego de una corta sobre mesa Isao se retiro, dejando bastante confundida a aquella pareja.

Buscando un poco de intimidad para pensar, en silencio Haruka se refugio en su habitación y sentándose sobre la cama, agacho la cabeza. Mientras tanto en la habitación contigua su esposa se ocupaba de arreglar la cama de la niña.

"¿Piensas que Katsuro es bueno?", pregunto la aguamarina.

"Sí", contesto. Más entonces noto la tristeza que asomaba al rostro de su madre. "¿Mamá?", cambiando el tono de su voz, se dirigió a ella.

"¿Sucede algo?"

"Lamento mucho haberte desobedecido. Por favor ya no pienses que papá era quien me daba las golosinas, fue Katsuro", triste expreso.

En ese punto Michiru negó con la cabeza; "Sabes que no debes conversar con extraños. No debiste desobedecerme y aceptar cosas de gente que no conoces... hay muchas personas que son malas y que podrían llegar a lastimarte"

"¿Estas molesta conmigo?", apenada cuestiono.

"No sé como sentirme", replico tratando de ahogar su llanto. Así que pensando que como siempre Haruka estaría observándolas con una sonrisa en los labios, la aguamarina volvió la vista hacia el pasillo. Entonces descubrió que esa noche sería la excepción. Y es que no hacía falta que él se lo dijera de forma abierta, si ella misma estaba igual de mal.

"¿Papá no va venir a darme un beso?, ¿Hice algo malo?, ¿Esta molesto conmigo?", al notar su sorpresiva ausencia, aún más triste cuestiono la pequeña.

"Papá no esta molesto, pero ¿Por qué no vas tú a darle las buenas noches?. Sin duda se pondrá muy contento", expreso ella sabiendo que eso aliviaría cualquier pesar que el rubio padeciera.

"Si", saliendo de su cama, la niña camino hacia la habitación contigua y observando que su padre estaba sentado sobre la cama, sonrió para él. "Buenas noches, papi", expreso besando su mejilla.

"Buenas noches, pequeña", contesto él tratando de mantener la forzada sonrisa que se dibujo en sus labios.

"¿Estas triste?, ¿Por qué estas llorando?", pregunto mientras se sentaba en sus rodillas y lo abrazaba por el cuello, luego con sus manitas enjugo sus lagrimas.

"Nada de eso. Solo estoy cansado", replico y luego beso su mejilla.

La niña con cariño correspondió a su gentil gesto; "Te amo, papi. Estoy segura de que mañana te sentirás mejor"

"¿De verdad lo crees?", cuestiono él y luego la envolvió en sus brazos.

"Si, y si no te voy a curar con besos", añadió y luego beso su mejilla.

"Gracias, pequeña. Jamás olvides que yo también te amo"

"Yo te amo más. Ahora debo ir a dormir", la chiquilla replico y soltando el agarre, regreso su habitación.

Ante esa tierna imagen Michiru sonrió.

Fue así que habiéndola arropado y habiéndose cerciorado de que dormía, aquellos dos se refugiaron en su intimo lugar, donde podían desnudar más que el cuerpo y donde los secretos no existían.

Así pues con fuerza los dos se fundían en un abrazo mientras que las lagrimas libres resbalaban por las mejillas de la aguamarina.

"¿Qué debo hacer?", cuestiono y luego se limpio el llanto.

"No sé, Michi. No sé", contesto y luego también se limpio el rostro.

"Espero y lo que dijo sobre ese sujeto sea verdad. Es un ser que podría herir a cualquiera"

"Confía en él, estoy seguro que no te mintió"

"¿Ya vas a decirme qué es lo que te sucede?. Por favor no trates de mentirme diciéndome que estas bien", ella pidió.

"Quiero mantenerme fuerte y sin embargo no puedo. Tengo mucho miedo", expreso y luego rompió a llorar.

"¿A qué?"

"Harumi... ella ama a ese sujeto sin saber que es su abuelo, sin saber el daño que te hizo. Lo entiendo porque es su familia, pero si ella conociera la verdad, ¿Crees que llegaría a considerar que yo no soy nadie en su vida?, ¿Crees que ella llegaría a odiarme por eso?, ¿Crees que ella llegaría a querer a ese sujeto y despreciarme a mi"

"Jamás, de eso debes estar seguro. Ahora dime, ¿Alguna vez te has arrepentido de tu decisión", ante sus dolorosas palabras Michiru dejo que el llanto libre volviera a fluir.

"Por supuesto que no. Harumi es mi bebé, es mi hija. Pero me aterra pensar que ella podría llegar a desconocerme", hundiendo el rostro en el pecho de su amada, gimió.

"Eso jamás sucederá, tú eres su padre, su papá. Pero por favor prométeme que nunca sabrá que fue lo que me sucedió. Para ella sería muy doloroso saber que fue...", en ese punto no pudo continuar.

"No tienes que pedírmelo. Sabes que yo jamás cometería la imprudencia de mencionarlo. Y como ese monstruo esta muerto, es hora de que jamás volvamos a hablar de él"

"Es cierto, es hora de dejar su sombra atrás", contesto apoyando la nariz en su frente. "Pero luego de lo que ese otro hombre te hizo, ¿Tú lo perdonas?"

"Solo si tú lo haces, Michi. Tú eres muy buena, muy buena"

"Quizás deba hacerlo por Harumi, aunque claramente no podemos destruir la vida que ella conoce y decirle que en realidad es su abuelo. Ella no merece sentir esta tristeza, además es buena como tú y en su corazón no hay cabida para el odio"

"Albert es su abuelo, pero... quizás hay una forma de que lo reconozca como tal"

"¿Cómo?", cuestiono su esposa.

"Una mentira más, Michi. Solo una y entonces todo estará en orden. Y esa mentira es que la hagamos creer que tu padre es mi padre", concluyo el rubio.


Notas de autor;

Michelle; Al menos lo recibieron, porque si merecía que le cerraran la puerta en la cara.

Kaiohmaru; Qué bueno que no les dio un ataque. Encontrarse con él luego de tanto tiempo no fue nada grato, y menos sabiendo que estuvo cerca de la niña.

Isavellcota; Así es, el rencor de Haruka no es por lo que le hizo a él, sino por todo el daño que le hizo a Michiru.

UnbreakAbleWarrior; Ambos son buenos y han sufrido mucho, es bueno que lo hayan recibido para que de alguna forma "recuperen la paz" y Michiru deje de sentir miedo hacia ese sujeto.