CAPÍTULO XCV
FALSO CULPABLE
Y el amanecer llego.
Lejos de imaginar lo que había acontecido la noche anterior y sorprendido porque en casi seis años de conocerla por primera vez Mina no se había presentado a trabajar, el rubio llevaba a cabo el inventario.
"Necesito ir por harina y azúcar", murmuro para si mismo.
Por su parte la aguamarina y la niña se ocupaban en terminar el pastel que esa tarde llevarían a casa.
"¿Cómo quieres decorarlo?, ¿Con mucho chocolate? ", pregunto la joven madre.
"Si, así como le gusta a la abuela Katherine. ¿Sabes?, aún no le he preguntado al abuelo Isao cual era el pastel favorito de mi otra abuela"
"Sin duda también le gustaba el pastel de chocolate... Harumi, hay algo que quiero preguntarte, dime ¿A quien quieres más, al abuelo Albert o al abuelo Isao?"
"A los dos los quiero igual", contesto concentrada en el postre.
"¿Y a quien quieres más, a los abuelos o a papá?", fue la siguiente pregunta.
Ante eso Harumi rió un poco y en voz baja respondió; "A mi papá, pero por favor no le digas a los abuelos"
"¿De verdad me quieres más a mi?", habiendo alcanzado a escucharla, el rubio cuestiono sonriendo.
"Sí"
"No te creo", acercándose a ella comenzó a hacerle cosquillas en el vientre, provocando así la inocente risa de su pequeña. "Estoy muy celoso"
"De verdad, papi", contesto tratando de deshacerse de su inofensivo ataque. "A ti te quiero mucho más"
Por su parte Michiru también rió; "Si siguen jugando de esa manera se van a ensuciar"
"¿Sabes, Harumi?, creo que mamá también quiere cosquillas"
"No, eso no", contesto riendo.
De pronto la puerta se abrió dando paso a la rubia Mina, quien embargada por el llanto ni aun siquiera podía hacer llegar el aire hasta el ultimo rincón de sus pulmones.
"¿Estas bien?", cuestiono una de sus compañeras al verla en tan terrible estado.
"Haruka, necesito hablar con Haruka", gimió.
"¿Qué sucede?", cuestiono la aguamarina al verla en ese estado de total desespero.
"Es terrible. Anoche que Takeo salio para comparar algunos víveres, en el camino de regreso fue sorprendido por un ladrón que lo ataco"
"¿Esta bien?"
"No, esta en la clínica de Kenta, pero si eso no es suficiente, la policía ha iniciado una investigación en su contra porque junto a él encontraron a un hombre mal herido. Piensan que Takeo algo tuvo algo que ver"
Ante semejantes palabras Haruka y Michiru negaron con la cabeza; "Eso es imposible"
"Takeo ha dicho que ese sujeto lo protegió. Ustedes conocen a mi hermano, ¿Verdad que él no lo hizo?"
"Por supuesto que no. Todo debe tratarse de un error"
De pronto por la acera se dejaron entre ver un par de oficiales que se dirigían hacia la panadería.
"Buenos días", expresaron apenas ingresaron.
"Buenos días. ¿En que podemos ayudarle?", pensando que quizás estaban ahí para conseguir información sobre el joven Aino, Haruka cuestiono.
"Necesitamos hablar con los señores Tenou", expreso uno de ellos.
"Si por supuesto, somos nosotros", extrañado señalo hacia su esposa.
Uno de los oficiales negó con la cabeza y acto seguido torció los labios; "Durante veinte años he trabajado para la ley, pero jamás me había encontrado ante tantas coincidencias"
"¿A que se refiere?", pregunto la aguamarina.
"A que el joven que ahora esta en la clínica sea su trabajador y que el hombre que fue encontrado mal herido a su lado sea su padre, señora Tenou", fijando su oscura mirada en la de ella, señalo.
Ante esas palabras incrédulos el rubio, la aguamarina y Mina, se vieron al rostro.
"¿Qué... qué ha dicho?"
"Que el señor Kaio ahora mismo esta en la clínica. Mal herido y en riesgo de morir"
"¿Qué es esto?", confundida la rubia Aino negó con la cabeza.
"Eso es imposible", murmuro la aguamarina.
"El medico cuando lo recibió pudo hacerlo despertar durante un breve instante, él ha dicho que usted es su hija y quiere verla"
Por su parte el rostro del rubio estaba empalidecido y a su pecho falto el aire.
"Tenemos que cerciorarnos de que se trata de él", expreso Michiru.
"Tenemos que ir a verlos. Será mejor que cerremos por el resto del día", Haruka pensó que sería lo mejor.
"No es necesario. Nosotros podemos hacernos cargo", una de sus trabajadoras exclamo.
"Esta bien. Confió en ustedes"
"Entonces los veremos en la clínica. Ahí podrán responder a todas nuestras preguntas"
"Con su permiso"
Sin aliento y sabiendo que no podría dejarla, Michiru se dirigió hacia su pequeña. "Harumi, tenemos que ir al hospital"
"No, mamá. Me siento bien", temerosa contesto.
"Lo sé, no te van a dar esas medicinas feas, vamos a ver al abuelo y al tío Takeo"
Sin tampoco saber que pensar, su esposo ingreso detrás de ella; "Michi, anoche después de nuestra conversación me despedí de él. Te juro que cuando se marcho estaba bien... ¿Qué pudo haber pasado?... por favor no pienses que yo...
Su esposa silencio sus labios con un beso; "Mi amor, todo tiene una explicación y sin duda esto es producto de la coincidencia. Por favor no digas nada más, de lo contrario podría prestarse a una mala interpretación por parte de la autoridad y no quiero que piensen mal de ti"
"De acuerdo"
Fue así que los tres y Mina dirigieron sus pasos hacia el lugar indicado.
(En la pequeña clínica de Kenta)
Confundido no solo a causa de la perdida de sangre, sino por la mezcla de medicamentos y la terrible fiebre que lo aquejaba, el pelinegro no encontraba descanso alguno.
"Mi hija, ¿Dónde esta mi hija?", empapado por el sudor luchaba entre las sabanas.
"Ya fueron a buscarla. Ahora tiene que tranquilizarse o de lo contrario su herida volverá a abrirse", Kenta expreso tratando en vano de inmovilizarlo.
"Por favor, llame a mi hija y a mi esposa, ¿Por qué no están conmigo?", con los ojos bien abiertos se aferro a la mano el medico. "¿Dónde esta Katherine?"
En ese punto la puerta cedió, dando paso a una agitada Michiru.
"Que bueno que ha llegado. Desde anoche no ha dejado de preguntar por usted... la policía no ha podido interrogarlo porque la fiebre no ha cedido", exhausto Kenta señalo.
Isao se volvió un poco, observando la menuda figura de la joven. "Sabía que vendrías, sabía que no me dejarías solo", débil murmuro. "Por favor acercarte"
Temerosa la aguamarina obedeció y entonces el hombre se sujeto a su mano, cayendo presa de un sueño profundo.
"Que bueno que por fin se durmió, de lo contrario se hubiera vuelto a abrir la herida. Estaba a punto de sedarlo y atarlo.
Con cuidado y para no despertarlo, la mujer se libero de su agarre. "¿Cómo esta?", cuestiono sin poder creer esa realidad.
"Mentir no ayudaría de nada, pero su estado es critico. No solo perdió mucha sangre, sino que su hígado resulto afectado y si esa fiebre no cede, no tardaran en aparecer las convulsiones. Por ahora lo más importante es que este consciente de su entorno para que pueda declarar en defensa del muchacho"
Mientras tanto en la habitación contigua mal herido y sin fuerza para probar bocado, Takeo lloraba.
"Hermana, Haruka, les juro que yo no lo lastime. Yo no era cómplice del ladrón", sin consuelo volvió a gemir.
"Sabes que no tienes que darnos explicaciones, te creemos"
"Tío Takeo, ¿Qué te ocurrió?", pregunto la chiquilla al ver su rostro herido.
"Me caí, pequeña"
En ese punto la puerta cedió, dando paso a la aguamarina, quien sonrió para con la niña.
"¿Cómo esta?", cuestiono el rubio.
"Antes que nada, ¿Qué sucedió?"
"Salí a la calle porque Mina necesitaba algunas cosas, en primera instancia ella quería ir, pero logre convencerla de que yo lo haría. Cuando salí de aquel local, note que por la oscura acera un sujeto me seguía, entonces me golpeo en la cabeza para robarme y justo cuando estaba por asesinarme, ese señor apareció y me salvo. Ahora la policía piensa que yo era cómplice de ese criminal. ¿Verdad que usted me cree?"
"Te creo", de forma sencilla contesto la joven. "
¿Cómo esta, ya despertó?", preocupado pregunto.
"Lo hizo, pero volvió a quedarse dormido. Ojala y pronto recobre la consciencia y pueda declarar a tu favor", añadió y luego bajo la mirada.
"¿Qué ocurre?, por favor dígame la verdad"
"Haruka, por favor lleva a la niña a fuera y encuentra la forma de explicarle que es lo que pasa. Yo necesito hablar con Takeo"
"¿Murió?, ¿Ese hombre murió?", agitado el pelinegro intento reincorporarse.
"Takeo, tienes que tranquilizarte", su hermana en vano pidió.
"No, Mina, si ese hombre muere sin decirle a la policía que sucedió, entonces me culparan y no podre convertirme en medico. Ante todos quedare como un criminal. Mi único consuelo ahora es que fui yo quien se encontró con ese ladrón y no tú
"Takeo, hay algo que debes saber y es que el hombre que esta mal herido, es mi padre"
Ante esa revelación, el pelinegro se petrifico. "Se... señora Michiru, le juro que yo no tuve nada que ver"
"No tienes que jurarme nada, yo te creo"
Por su parte y sentado en la banca que estaba en el pasillo, Haruka sostenía en sus rodillas a la niña.
"¿De verdad?", preocupada cuestiono.
"Así es, el abuelo Isao esta un poco enfermo. Pero confiemos que pronto se recuperara"
Ante esas palabras la niña hundió el rostro en el pecho de su papá; "¿Verdad que tú nunca te vas a enfermar?"
"Te lo prometo", luego de acariciarle el cabello, beso su mejilla.
"¿Podemos verlo?"
"No lo sé, eso lo tiene que decidir mamá", bajando la mirada concluyo el rubio. Y es que qué curiosa puede llegar a ser la vida. Porque luego de ser herido por Isao él había llegado hasta ese sitio, donde casi pierde la vida. Y ahora era él quien agonizaba en el mismo lugar.
(En el centro de la ciudad)
Era medía mañana cuando Katherine, la señora Matsuko y los niños abandonaron el hotel.
Emocionados porque el viaje por fin había terminado y dentro de poco podrían disfrutar de aquellos postres, es que los chiquillos sonreían con viveza.
"Quiero pastel de chocolate y bolas de arroz y muchos más postres", George exclamo.
"Y postres rellenos de mermelada de fresa y piña y durazno"
Ante la alegría que los embargaba, Katherine negó con la cabeza; "Pues antes de que lleguemos debo recordarles las reglas. No deben portarse mal, no deben hacer destrozos ni en la panadería ni en casa de su hermana"
"Te lo prometemos, mamá", dijeron al unisono.
"Cuando terminen de jugar deben guardar sus juguetes y no dejarlos ni en la escalera ni en el jardín. Saben que podría ser peligroso"
"Te lo prometemos, mamá"
"Y sobre todo, no deben ser bruscos con Harumi. Ella es una niña y las niñas son muy frágiles, ¿De acuerdo?"
"Pero ella es mayor que nosotros"
"Es cierto, mamá"
"Por muy poco. Ademas eso no importa", ella contesto.
"Y si no obedecen, ¿Qué pasara, señora", cuestiono la señora Matsuko.
"Esa es una muy buena pregunta, nana. Si no me obedecen, el próximo año vendremos solas"
"Haremos lo que tú digas, mamá", respondieron ambos chiquillos.
Así que imaginando que su hija muy seguramente se encontraba en la panadería, es que dirigieron sus pasos hacia ahí.
Los niños, habiéndose olvidado de las ordenes de su madre apenas la divisaron ingresaron en ella.
"Haruka, Haruka", a fuertes voces lo llamaron.
Tami, observando a la rubia Katherine, se sorprendió. "¡Señora Katherine!"
"¿Dónde esta mi hija?" , extrañada cuestiono.
"¿Qué no lo sabe?"
"¿Saber qué?, ¿Que ha sucedido?, ¿Ellos están bien?"
"Muy temprano se presento la policía para informarle a la señora Michiru que su padre fue herido"
"¿El padre de mi hija?", frunciendo el entrecejo cuestiono.
"Así es, señora"
"¿Dónde esta?", pensando que aquello era una broma, fue la siguiente pregunta.
"En la clínica del medico de la ciudad"
"¿Será posible, señora?", atónita la nana se dirigió a ella.
"No lo sé, nana. Vamos"
Por su parte y sin imaginar que su madre se encontraba en la ciudad y aun sin poder dar crédito a lo que estaba pasando, la joven contemplaba a su pequeña, quien preocupada se percibía.
"Mamá, ¿El abuelo se pondrá bien"
"Por supuesto que si", esperando que pronto despertara para que pudiera hablar en defensa del chiquillo, contesto y luego le limpio las mejillas.
"¿Cuando podremos verlo?"
"Cuando despierte y se sienta mejor"
En ese punto Haruka observo hacia la entrada y entonces contemplo a la rubia mujer, quien llegaba en compañía de la señora Matsuko y los niños.
"Michi", pensando que estaba soñando, la llamo.
La aguamarina ergio la cabeza y entonces también fue testigo de su arribo.
"¿Madre?"
"¿Qué ha sucedido?"
Harumi corrió hacia la alta mujer, sujetándose con fuerza a su vestido; "Abuela, el abuelo Isao esta enfermo"
"¿Es esto posible?, ¿De verdad esta pasando?"
"Así es, madre. Es como si de pronto todo se hubiera vuelto un sueño"
"Quise darles una sorpresa y sin embargo ahora estoy profundamente confundida. No sé ni que pensar"
Sin entender que sucedía, los chiquillos observaron a la pequeña rubia.
"¿Tienes un abuelo?", cuestiono Leonard.
"Si"
"Nosotros no tenemos, ¿Verdad?", respondió George.
"Así es. Solo tenemos a la abuela Matsuko"
Comprendiendo que aquel ambiente en nada beneficiaba a los niños, el rubio se dirigió a ellos; "Dejemos que sus madres hablen. Vamos por postres"
"Si", emocionados respondieron los tres.
Esperando a que los niños se marcharan, las mujeres reanudaron su conversación.
"Es la realidad madre. De alguna forma ese hombre nos encontró y ahora esta agonizando"
"En la panadería nos han dicho que fue atacado, ¿Qué sucedió?"
"Fue herido al proteger a Takeo de un ladrón que amenazaba con asesinarlo. La policía no cree su versión y piensa que en realidad era cómplice de ese sujeto"
"¿Takeo?", la nana y la rubia se cuestionaron al mismo tiempo que se veían mutuamente.
"Si, madre"
Sin fuerza y sintiendo como la sangre huía de sus miembros, Katherine estuvo a punto de derrumbarse.
"¿Estas bien?"
"Si, por supuesto. Es solo que... ¡Dios mio!", dijo y luego se llevo la mano al rostro.
La puerta de la habitación se abrió, dando paso al médico.
"El señor... Señora, buenas tardes", dijo boquiabierto al verla.
"Buenas tardes... ¿Cómo...?"
"El señor ha despertado, aunque su fiebre ha cedido muy poco... Si lo desean pueden pasar a verlo", embelesado por esos ojos claros, balbuceo.
Sin saber que hacer, Katherine se quedo paralizada mientras veía a su hija ingresar, y es que aún pensaba que todo aquello debía tratarse de un error.
Ahí y cubierto cubierto de pies a cabeza por el sudor, Isao reposaba.
"Mi hija, ¿Dónde esta mi hija?", presa de terribles temblores de nueva cuenta volvió a gemir.
Reconociendo su voz, Katherine no pudo continuar. Y es que falsamente pensó que luego de dejarlo jamas volvería a verlo.
"Aquí estoy", dijo la aguamarina cuando estuvo al lado del pelinegro.
Agitado el hombre trato de reincorporarse; "Escucha bien lo que voy a decirte. Por favor no...", intento decir sin embrago su atención se desvío hacia la entrada de la habitación al ver que con paso lento ingresaba aquella alta y rubia mujer.
Notas de autor;
Kaiohmaru; Ahora si que la vida se ha ensañado con Isao. De villano paso a ser un hombre arrepentido y quizás hasta un héroe.
Isavellcota; Tienes razón y hasta parece cosa de adrede, anduvo de ebrio y mujeriego y nunca le sucedió nada y ahora que es buena persona lo hieren, sin embargo hay que reconocerle las circunstancias, porque bien pudo no haber hecho nada por Takeo.
Michelle; ¡Vaya! sorpresas se están llevando todos, y es que ni Haruka ni Michiru ni nadie esperaba que sucediera algo así. Saiko es mala, sin embargo no hay que que culparla de la mala vida que Isao llevo o le dio a Katherine, él fue el único responsable de todo.
Kyoky; Así es, Isao de verdad cambio. En otro tiempo él no hubiera intervenido. De ser un ser orgulloso y cobarde paso a ser un hombre muy valiente.
