CAPÍTULO XCVI

ULTIMO ADIÓS

Pensando que aquella hermosa visión era el producto de una alucinación, conforme con ella Isao sonrió y volvió a apoyar la cabeza sobre la almohada.

"Qué bueno que has venido a verme"

"Será mejor que no hables y trates de dormir", aconsejo.

El hombre negó con la cabeza y entonces con fuerza sujeto la mano de su ex esposa; "Si él viene a casa, no abras la puerta... No importa que diga, no importa que prometa. También tienes que decirle a la señora Matsuko"

"¿Quien va a venir?, ¿De qué hablas?"

Isao lejos de responder soltó su mano solo para sujetar la de la aguamarina; "Por favor no vayas a ir a su casa, es un hombre malo"

En ese punto la joven entendió que era lo que murmuraba; "No te preocupes, no lo haré", contesto entendiendo que el hombre había perdido la noción del tiempo y pensaba que se encontraba en Tokio.

"Ese muchacho va a regresar por ti, lo sé. Si lo hace pídele que me perdone", adolorido balbuceo.

Ante esa imagen la chiquilla no pudo tolerarlo más y rompiendo en llanto, abandono la habitación. Y es que ese hombre al que juro jamás volver a llamar padre y que había destrozado su vida, ante ella se presentaba como el más indefenso de los seres.

Dándole refugio entre sus brazos como cuando era pequeña, la nana le hablo; "¿Qué le sucede, niña?"

"En mi aún guardo mucho dolor, dolor que me había jurado a mi misma enterrar, sin embargo él regreso para avivarlo. Cuando se presento ante nosotros pensé que esa bondad era una mas de sus mentiras, ahora no sé que pensar"

"Haga lo que crea más conveniente, niña"

"Él siempre fue un hombre frío que intento despojarme de todo, por eso no creí cuando él me dijo que estaba arrepentido, sin embargo ahora me doy cuenta de que no estaba fingiendo, pero aún así no puedo evitar sentir esta rabia"

Katherine, quien había abandonado la habitación del pelinegro escucho el lamento de su hija. Ante ello bajo la mirada y es que podía entender su coraje y su dolor, y era debido a ello que no podría atreverse a juzgarla. "Hija, por favor acompáñame a la habitación de Takeo"

"Si, madre", limpiándose las lágrimas, sonrió para ella. "Sin duda tú presencia lo pondrá muy contento. En algo lo animara", sabiendo que él la admiraba, le indico el camino.

Por su parte y un poco más tranquilo, Takeo por fin había comido.

"¿Estas bien?", cuestionó la rubia Mina al ver la muca de dolor que en su rostro se había formado.

"Si, hermana", contestó.

Del otro lado de la puerta Katherine respiro profundo y empujándola, ingreso seguida de su hija y la nana.

"Buenas tardes", saludo.

"Buenas tardes, señora Katherine", avergonzado y sin imaginar que ella estaba en la ciudad, el chiquillo emocionado contesto.

Y aún y cuando el rostro del joven estaba hinchado, detrás de esas heridas la alta mujer fue capaz reconocer sus facciones.

"Me... me apena mucho que me encuentre en este lamentable estado"

"No tienes que disculparte, sabes que no fue tu culpa", exclamo dirigiendo sus pasos hacia su cama.

"¿Usted también me cree, verdad?", en voz baja cuestiono.

La rubia se sentó a su lado y entonces tomo su mano entre las suyas, luego de forma gentil acaricio sus negros cabellos; "Yo te creo, todos nosotros te creemos. Eres un buen muchacho y un algún día serás un gran hombre"

"Ese hombre me salvo de morir y esta mañana me he enterado de que es el padre de la señora Michiru"

"Así es. Se llama Isao y durante veinte años fue mi esposo"

Débil Takeo sonrió; "Todo esto es tan irreal, que espero despertar pronto"

Katherine asintió; "Lo es, sin embargo no del todo. Por alguna razón la vida ha querido reunirnos a todos nosotros en este sitio y al mismo tiempo. ¿Por qué?, quizás mas adelante lo sabremos"

"¿Dónde están los niños?", sonriendo un poco el chiquillo cuestiono.

"Haruka se los llevo a comer, están ansiosos por poder jugar contigo. Todo el camino estuvieron preguntando por ti"

"Espero poder hacerlo pronto"

"Ya lo veras. Debes tener plena confianza de que así será"

De pronto la puerta volvió a abrirse, dando paso a la pelinegra Kazuki, hija de Kenta.

"La policía ha llegado y esperan a que el señor Kaio pronto vuelva a despertar. Por favor estén al pendiente"

Nervioso Takeo trago saliva con dificultad; "¿Ustedes creen que el señor pueda declarar?"

"Muy probablemente si", contesto la rubia depositando su confianza en ello. "Ahora con tu permiso, iré a verlo", Katherine expreso saliendo de la habitación del joven para dirigirse a la de Isao, donde los dos oficiales esperaban.

Ante su bella imagen Isao, que había vuelto a recobrar la consciencia, se quedo perplejo. Pero que él hombre lo hubiera hecho no significaba que estuviera bien. Aún se encontraba adolorido y con una fiebre que había cedido lo suficiente como para mantenerlo un poco mas despierto.

"Señor Kaio, ¿Podría decirnos exactamente qué sucedió?"

"Por supuesto, la noche pasada mientras regresaba al hostal donde me hospedo, escuche una discusión que pronto se volvió una pelea, entonces fui testigo de que un joven no solamente estaba siendo robado, sino agredido por ese desgraciado", relato ocultando el hecho de que anteriormente había estado reunido con su yerno, y es que deseaba evitar más mal interpretaciones.

"¿Esta seguro de lo que vio?, ¿Esta seguro de que no se trato de una trampa?"

"¿Esta seguro de que ese joven no era cómplice del ladrón?... ¿Esta seguro de que él no lo hirió?"

Ante esa serie de preguntas Isao trato de no reír; "Debieron ver la golpiza que ese sujeto le estaba propinando. Si yo no hubiera intervenido, ese chiquillo ahora estaría muerto"

"¿Podría reconocer a su atacante?"

Kaio negó con la cabeza; "Estaba oscuro y no pude verle bien la cara. Sin embargo puedo decirle que tomo mi cartera y mi fistol, es una pieza muy fina y valiosa... ¿De algo le sirve esa información?"

"Por supuesto, sin duda intentara venderlo", dijo uno de los oficiales.

"Ahora solo necesitamos que firme su declaración para que se inicie la investigación correspondiente"

"Si, pero ¿Qué pasara con ese joven al que acusaban de forma injusta?", Katherine intervino.

"Le debemos una disculpa. Gracias por su información"

"Con su permiso", exclamaron respectivamente y luego los dejaron a solas.

Haciendo un esfuerzo que iba más allá de sus capacidades, Isao intento reincorporarse; "Escúchame bien... si muero..."

"Eso no sucederá. Será mejor que vuelvas a recostarte"

"Sabes que todo es posible. Así que si eso sucede, por favor busca al señor Stewart, él tiene mi ultima voluntad y esta es que todo lo que fue mío, pase a manos de nuestra hija"

"Isao, tu siempre dijiste qué..."

"No importa que haya dicho, porque aunque te cueste creerlo, soy un hombre diferente... Ella, ella no se equivocó cuando dijo que él era un buen hombre"

"Michiru jamás mintió, aún así preferiste no creerle"

"Y me arrepiento de ello. Todo pudo haber sido diferente si lo hubiera hecho"

"Él es bueno, adora a tu hija. Solo basta con ver como es que la mira"

"Agradezco mucho haberme equivocado. Es por eso que estoy seguro de que él si sabrá cuidar la empacadora", recordando que su suegro le había cedido una parte de ella, sonrió. "Llama a Michiru, necesito hablar con ella"

"Aquí estoy", expreso su hija habiendo escuchado parte de la conversación.

"Por favor acércate", pidió con un ligero ademan.

"¿En que puedo ayudarte?"

Con fuerza Isao tomo su mano; "Por favor, perdóname por mi falta de cariño, perdona todo el dolor que pasaste por mi culpa"

"No tienes que volver a pedirlo. Te perdonó", expreso comprendiendo que en algo le ayudaría a encontrar descanso no solo a él, sino también a ella.

Isao sonrió satisfecho; "¿Escuchaste?, Katherine, tú dijiste que si nuestra hija me perdonaba, entonces tú también podrías hacerlo"

"No tengo nada que perdonarte porque hace mucho tiempo lo hice", su ex esposa exclamo.

"Quiero hablar con él, quiero ver a mi nieta. Por favor concédeme ese ultimo deseo"

Sin previo aviso la puerta se abrió, dando paso a una emocionada niña.

"Abuelo, abuelo"

"Lo lamento, deje a los niños con la señora Matsuko. Harumi quería verlo y Kenta me ha dicho que esta consiente", el rubio dijo.

"Esta bien. Ven, Harumi, el abuelo quiere saludarte", Michiru pidió.

"Abuelo, ¿Vas a estar bien?", preocupada la chiquilla cuestionó.

"Ya estoy mucho mejor", contesto acariciándole los rubios cabellos. "Te pareces mucho a la abuela. Algún serás tan alta como ella"

"Abuelo, se me olvidaba preguntarte, ¿Cuál es tu pastel favorito?"

"El que a ti más te guste", contesto embelesado ante su pequeña imagen.

"A mí me gusta el de chocolate y vainilla, es el favorito de la abuela Katherine"

"Entonces desde hoy también es mi favorito"

"Harumi, dejemos que papá y mamá hablen con el abuelo, así que mejor vamos con Leonard y George"

"Si, abuela. Te quiero abuelo", dijo despidiéndose de él con un beso.

"Y yo a ti", correspondiendo a su cariño él exclamó.

Fue así que habiéndose quedado en compañía de la joven pareja, Isao se dirigió al rubio; "Mi hija me ha perdonado, ruego y usted también pueda llegar a hacerlo"

"No tiene que preocuparse, señor. De mi parte ya todo está olvidado"

"También quería agradecerle una vez más el que me haya permitido estar cerca de su hija"

"Fue su madre quien lo hizo posible"

"Yo, yo jamás pude cuidar de mi familia, así que por favor cuide de mi hija y mi nieta"

"No tiene que pedírmelo, señor. Mi familia es lo más valioso que poseo", concluyo el rubio.

(Esa noche)

Contento ante la presencia de aquella hermosa mujer, pero presa de la ligera fiebre que había vuelto para atormentarlo, Isao estaba lo suficientemente consciente como para seguir conversando con ella.

"¿Te sientes mejor?"

El hombre negó con la cabeza; "Me duele mucho", expresó llevándose la mano a la herida.

"Tienes que estar tranquilo, de lo contrario lo único que lograras es lastimarte aún mas"

"¿Dónde esta mi hija?"

"Se fue a casa con los niños y la nana. Mañana vendrán a verte. En lo que eso sucede será mejor que duermas

Isao sonrió, llevando su mano hacia la mejilla de su ex esposa para acariciarla; "¿Eres feliz?, pero que tonto soy, si es algo que puedo ver en tu mirada"

"Lo soy"

"Me alegra mucho que así sea. Lamento mucho no haber sido un buen hombre para ti, en mis manos estuvo el hacerte feliz y sin embargo desaproveche el tiempo que juntos estuvimos. Tarde me di cuenta que actué como un estúpido"

"Será mejor que descanses. Esforzarte no te sirve de nada"

"Deseo mucho hacerlo, pero si lo hago corro el riesgo de que te vayas y no quiero despertar y que tú no estés"

"Hazlo, te juro que no me iré. Me quedaré a tu lado toda la noche", la rubia dijo y luego le acomodó la almohada.

"Dime la verdad, ¿Alguna vez me amaste?", aún sabiendo que obtendría un no por respuesta, se atrevió a cuestionar.

La alta dama asintió un poco; "Llegue a quererte, no lo niego"

"Yo te sigo amando. Mi más grande error fue no habértelo demostrado. No sabes cuanto me gustaría echar el tiempo atrás para tratar de enmendarlos todos. Sin embargo sé que es un imposible. Mi único consuelo ahora es que obtuve tu perdón y el de mi hija"

"Y no solo eso, Isao. Debes estar contento porque salvaste la vida de ese joven. ¿Sabes?, es un buen muchacho, desea mucho convertirse en médico y yo prometí ayudarlo. Voy a proponerle que vaya a Londres con nosotros"

"Al menos mi vida sirvió para algo bueno"

"No hables de esa forma, aún tienes tiempo para enmendar muchos de esos errores. Aún estás a tiempo de recuperar parte de lo que has perdido, ¿Sabes por qué?"

"No, ya es tarde para nosotros", gimió conteniendo el llanto.

"Para nosotros si, pero quizás no para ustedes". En ese punto Katherine se acerco a él para murmurarle algo al oído, algo que hizo que Isao se quedara sin habla, algo que provocó que a sus ojos aflorarán las lágrimas. "¿Será posible?"

"Hace tiempo que lo pienso, y es por eso que tienes que recuperarte para que tú mismo puedas averiguarlo y si resulta que todo es una realidad, entonces también podrías rogarle su perdón", Katherine dijo, sin embargo en ese punto en la entrada alguien llamo su atención. "Mira, hay alguien que ha venido a verte", expreso indicándole a aquella persona que ingresara.

"¿Quién es?", cuestionó tratando de reincorporarse.

El joven Takeo, quien había hecho un gran esfuerzo para poder ponerse en pie he ir a agradecerle, camino hacia él.

"Soy yo, señor. Me llamo Takeo Aino y quería darle las gracias por lo que anoche hizo por mi"

Ante su imagen, el señor Kaio rompió a llorar mientras que intentaba ahogar su dolor en una sonrisa; "¡Es verdad!, Harumi me habló de ti. Ella me dijo que un día te convertirás en medico", si apenas pudo balbucear.

Katherine se puso de pie con intenciones de que pudieran conversar y conocerse mejor, sin embargo con mirada suplicante su ex esposo le indicó que no lo hiciera y se quedara a su lado.

"Así es, señor. Desde que Harumi nació, Haruka y la señora Michiru me permitieron convertirme en su tío", expreso orgulloso y mientras hacía una reverencia ante él.

"Por favor, acércate", pidió el hombre extendiendo sus manos para poder tocarlo.

"¿Necesita algo?", cuestionó el chiquillo.

Isao tomo el aún hinchado rostro del pelinegro entre sus manos, buscando en su oscura mirada respuestas. "¿Quien... quién es...?", trato de preguntar, sin embargo en ese punto todo volvió a tornarse confuso para él. "Ka... Katherine, ¿Dónde estás?"

"Aquí estoy", expreso ella aferrándose a su mano.

"Vamos a casa, llama a Michiru para que podamos ir"

"Iremos todos juntos y Takeo nos acompañará", la que él creía aún su esposa, gimió.

"Doctor, doctor", Takeo camino hacia el pasillo y alzó la voz lo suficiente como para que pudiera escucharlo.

Y así sucedió porque ante su llamado Kenta no tardo en aparecer.

"La fiebre ha regresado. Muy probablemente debido a una infección", dijo mientras revisaba su agitado corazón.

Isao con toda la fuerza que le quedaba se aferró a la mano de la que pensó y todavía era su esposa; "¿Verdad que cuando despierte todo será como antes?"

Ante su estado Kenta negó con la cabeza; "Lo lamento, ya no puedo hacer nada", murmuro para que él no lo escuchara.

Sabiendo que ya todo estaba a punto de terminar, la rubia asintió mientras le acomodaba el poco cabello que caía por su frente; "Así será, todos juntos regresaremos a Tokio", dijo y entonces en un gesto de máxima bondad y habiendo perdonado todo, por vez última beso sus labios.

El hombre ya cansado se quedó quieto, mirando hacia el techo mientras que poco a poco sus mejilla se tornaban pálidas.

Si, Isao Kaio, ese hombre que había dejado todo el orgullo atrás para reencontrarse con lo que más había querido, había muerto frente a la mujer que más amo y Takeo.


Notas de autor;

Fatima Aveith; Es cierto, y lo bueno es que tuvo a Katherine a su lado durante los últimos momentos.

Michelle; Katherine nunca pensó que volvería a verlo y mucho menos en ese estado.

Kaiohmaru; Al menos en sus últimos momentos estuvo rodeado de lo que mas amo.

Isavellcota; Isao vivió muchos excesos y nunca le sucedió nada porque su destino era enmendar sus errores y encontrar cierta redención en su ultima buena acción, su sacrificio valió la pena.

Kyoky; Isao obtuvo mucho más que el perdón de su ex esposa y su hija, y aunque no lo parezca, lejos de morir triste, murió contento por lo que hizo.