Capítulo 2. Capitán Jack Sparrow

En cuestión de unos minutos el barco proveniente de Port Royal se había hundido sin supervivientes. Coral reprimió un gesto de debilidad al pensar en la cantidad de hombres que habrían muerto ahogados. Poca gente sabía nadar en aquellos lugares.

La nave pirata se acercó al puerto.

La muchacha se apresuró en llegar allí cuanto antes y en buscar un buen escondrijo donde poder observar bien a los intrusos. Estaba visto que si pensaban saquear la ciudad al menos no la iban a atacar a cañonazos.

Coral se escondió detrás de unas cajas apiladas y esperó. Poco después unos hombres viejos desembarcaron y amarraron el barco. Bajaron una rampla y por allí se paseó un hombre de lo más particular seguido de una mujer- "¿Mujeres¿Pero no decían que eso es de mal fario?"- y una tripulación de hombres de edades comprendidas entre los cuarenta y los sesenta años más o menos.

Coral dedujo que el hombre que encabezaba el grupo, el cual rondaría los treinta y ocho años, sería el capitán. Tenía un aspecto de lo más extraño. Era un hombre tirando a bajo de cabellos largos y castaños separados en mechones muy enredados con trenzas, rastas y adornos colgados un pañuelo similar al que llevaba Coral anudado detrás de la cabeza le tapaba un poco la frente. Todo esto lo coronaba un sombrero de los más usado. Llevaba las ropas puestas unas por encima de otras casi como puestas allí por azar y una especie de botas extremadamente grandes le calzaban hasta las rodillas.

La muchacha lo observó anonadada. Para rematar el conjunto llevaba los ojos sobrecargados de pintura negra. Coral sólo podría definirlo de una manera: estrafalario.

El hombre chasqueó la lengua con desaprobación y se balanceó ya en tierra firme mientras oteaba divertido en derredor suya.

- Bien, bien, bien…¡Vaya una bienvenida para el capitán Jack Sparrow!- se giró hacia sus hombres.- ¡A divertirse!- dijo señalando con un gesto a la ciudad que tenía a sus espaldas. Su tripulación dio un grito de júbilo y entró en la ciudad armando jaleo mientras el capitán gritaba: -¡Que corra el ron!.

Los piratas pusieron pronto la ciudad en movimiento: las tabernas empezaron a cocinar, los burdeles estaban repletos y los ciudadanos, más confiados ahora que veían que los piratas sólo venían a descansar y a disfrutar de los lujos de la ciudad por una semana.

Pero el capitán Sparrow seguía en el muelle, sentado, observando cómo el sol se fundía con el mar en el horizonte. Coral empezó a temblar del frío que se extendía con el ocaso. De repente, le entraron ganas de estornudar pero no podía porque se descubriría y el pirata pensaría que lo había estado espiando que, ciertamente, es lo que había estado haciendo.

¡Aaaatchísss!

Ya estaba; ahora sí que estaba perdida. No había sido capaz de reprimir ese estornudo. El hombre no se había movido, parecía no haberse dado cuentas. ¿No la habría oído?. Más esperanzada, Coral se quedó quieta como una estatua, sin atreverse apenas a respirar.

- Deberías ponerte algo encima, hija, o te vas a resfriar.- dijo el hombre. Coral dio un respingo.- ¿Por qué no dejas tu lugar tras esas cajas y vienes a sentarte aquí?.

Coral obedeció lentamente, temerosa, y se sentó tímidamente junto al hombre. Levantó la cabeza y admiró ella también el atardecer; las distintas tonalidades en el cielo, el juego de luces reflejando en la superficie del mar, el susurro de la brisa marina…

Notó como la tapaban con algo. Miró extrañada cómo el capitán Sparrow le ponía su propia chaqueta con olor a mar y sudor encima y se levantaba. Lo miró con la suspicacia de una joven acosada en numerosas ocasiones por los hombres de la ciudad. Pero no leyó en sus ojos la avidez de un hombre lascivo, sino amabilidad. La tomó por el hombro.

- Levántate, es tarde, tu familia estará preocupada.- dijo.

Coral comenzó a quitarse la chaqueta para devolvérsela antes de irse mientras se levantaba pero el hombre la detuvo.

- Déjatela hasta que lleguemos a tu casa.

- ¿"Lleguemos"?- preguntó la chica alzando una ceja irónicamente. Él asintió.

- Te acompañaré a tu casa. Mis hombres andan un poco descontrolados tras muchos meses sin descanso.

- Puedo cuidarme sola.

- No lo dudo, pero tengo que entrar en la ciudad igual y me quedaré más tranquilo si me encargo yo de "despachar" al primero que se ponga pesado. Digamos que la cubierta de la "Perla Negra" necesita una buena limpieza…- dijo mientras se la llevaba por el brazo caminando hacia la ciudad.

- Curioso nombre.- divagó Coral.

- ¿Qué nombre?- preguntó el despistado capitán.

- El de vuestro barco.

- ¡Ah, sí!. Es el más decuado.

- Sí, quizás.

- A propósito¿Cuál es tu nombre, jovencita?

La muchacha frunció el ceño.

- Soy Coral Flower, señor.

- Encantado. Yo soy el capitán Jack Sparrow.

- Lo sé; mucho gusto, señor Sparrow.- el pirata se rió. Coral lo miró levemente enojada.

- Llámame sólo Jack, creo que es más adecuado.- dijo con una sonrisa burlona.- Y dime¿cómo se llaman tus padres?. Tengo conocidos en la isla, quizá sean algunos de ellos.

- Mi madre se llama Rose y mi padre…- se encogió de hombros.- Murió hace muchos años, apenas lo recuerdo y mucho menos su nombre.

- Vaya…, pobre muchacha.- dijo palmeándola en la espalda.- Mi más sentido pésame.

- Ehhhr… Esto fue hace más de diez años, no tiene importancia ahora.

- ¡Oooh! Sí la tiene, mi querida muchachita. ¡Que desgracia, crecer sin una figura paternal!- dijo dramatizando la situación. Coral empezaba a pensar que trataba con un loco.

Entre divagaciones del tipo llegaron hasta la casa de Coral. Esta abrió la puerta y comenzó a despedirse de Jack en el umbral mientras le devolvía la chaqueta cuando una figura femenina bajó por las escaleras casi en penumbras.

- ¡Coral, hija¿Dónde te habías metido? Estaba preocupadísima por ti. ¡Como odio tu espíritu aventurero! De mí no lo has heredado, desd…- su madre cortó la regañina en seco al iluminar con una vela el rostro del capitán pirata. La escena quedó petrficada para los dos adultos. Rose comenzó a perder color en la cara.

Hola! Antes de nada, mil gracias a Kazehime Kagura que me hizo inmensamente feliz con su review. Gracias por darle una oportunidad a este fic. Voy a ver si antes de colgar el tercer capi espero a ver si alguien más me deja un review. Dejaré un tiempo. En caso de que nadie más me deje su opinión, acabaré por continuarla porque, como leí una vez, "mientras una sola persona en el mundo lea mi historia y piense que tengo madera seguiré escribiendo". El día en que mis fics no interesen a nadie tiraré la toalla, a pesar de mis aspiraciones a escritora. Por otra parte, esta noche tuve un sueño sobre Jack y Coral que me ha inspirado. Como dije en el primer capi este fic tiene dos años y estaba sin acabar. Ya tengo una idea de cómo continuarlo! jejejeje. Espero vuestros reviews. Y de nuevo, Kazehime, te agradeceré eternamente tu review. Un besazo a todos/as. Ciao!