Drabble: Circo sangriento (Parte II)

Edward POV

—Es solo un truco, Edward —Jasper golpeó mi nuca.

—No me gusta esto.

—¡Ya relájate!

Después de un leve receso para vender palomitas, apareció un hombre bizarro que se tragaba sables realmente afilados.

—Eso es asqueroso —Bella cubrió sus ojos enterrando su rostro en mi cuello.

—Sí, lo es —admití entre arcadas.

—Yo creo que eso es genial —Emmett parecía maravillado.

El tragasables eligió de entre el público a un hombre, al que le lanzó al menos ocho cuchillos.

El último le rozó la mejilla.

—Joder, eso estuvo cerca —exhalé.

El hombre se tambaleó, parecía estar mareado.

La asistente del mago se le acercó y lo acompañó fuera para que tomase aire.

—Creo que se hizo en los pantalones —Rose lanzó una carcajada.

Unos payasos espeluznantes ingresaron a la carpa.

Comencé a mover mis piernas con ansiedad, odiaba a los payasos.

—¿Quieres que salgamos fuera? —Bella presionó mi mano.

—Sí.

—¿A dónde van? —Rose señaló el espectáculo —aún no acabó.

—Déjalos, blondita —interrumpió Emmett haciendo señas obscenas con sus manos.

Le hice Fuck you con mi dedo índice.

Caminamos hasta la parte trasera de la gran carpa —Me alegra que vinieras esta noche —confesó Bella acercándose a mí.

Sonreí mordiéndome el labio inferior.

—Me gustas mucho, Ed —deslizó sus dedos por mi barbilla.

—Tú también me gustas mucho —la besé desenfrenadamente.

Deslizó mi bragueta hacia abajo, metió su mano y jaló mi polla masturbándome.

—Mmmm —me retorcí excitado.

—Que rico —gimió arrodillándose para succionármela.

Su lengua recorría mi glande, cuando sentí un intenso dolor en la parte baja de mi espalda.

—¡Ouch! —me quejé volteando.

Un enano con los ojos desorbitados me había clavado un cuchillo.

—¿Qué mierda? —sujeté el cuchillo e intenté quitármelo.

—¡Oh, Dios! —Bella chilló al notar que dos hombres caminaban con lentitud hacia nosotros, mientras reían psicóticamente.

—¡Corre, Bella!

En cuanto comenzó a correr, ambos hombres fueron tras ella.

—¡Joder, no!

—Morirán, morirán, morirán —repitió el enano entre risas.

Le di un puñetazo, desmayándolo.

Intenté correr, pero estaba muy dolorido y perdía mucha sangre.

Me adentré a un oscuro tráiler para caballos, que parecía estar vacío.

Apoyé mi espalda contra la chapa, oí un ruido en la parte trasera.

Achiné los ojos intentando enforcar mi visión.

—Hola guapetón —se oyó una voz femenina.

—¿Quién está ahí?

La asistente del mago estaba repleta de sangre y llevaba un hacha en mano.

—Son todos unos maniáticos —susurré saliéndome del tráiler.

Pasé al lado de una gigantesca jaula de leones.

Quedé petrificado al ver que estaban comiéndose el cadáver de mi hermana, Alice.

—¡Nooooooo!

—Oye muchachito, no puedes escapar —indicó el mago apuntándome con un rifle.

—¡Maldito, mataste a mi hermana!

—Mis leones tenían que cenar —respondió deleitándose.

Los hombres que habían perseguido a Bella se hicieron presentes —La niñita corría rápido —dijo uno de ellos, lanzándome su cabeza.

—Hijos de puta —gruñí furibundo.

—Enciérrenlo en una jaula, nos servirá para atraer a sus amiguitos —me sujetaron con fuerza, no podía defenderme, estaba débil, me lanzaron a una jaula vacía, donde perdí el conocimiento.

—¡Edward, despierta! —la voz de Emmett me hizo reaccionar —¿quién te hirió?

—Ellos las mataron, las mataron…

—Hay que irnos —Rose temblaba a un lado.

—Te vamos a sacar de aquí, bro.

Vislumbré como una flecha a toda velocidad atravesaba la cabeza de Rose.

Las piernas de Jasper flaquearon.

—Corran —murmuré con dificultad.

Emmett corrió con rapidez alejándose, no lo pensó dos veces.

La asistente del mago fue tras él —¡Ven cariño, ven aquí!

Mis ojos se cerraban, era obvio que no sobreviviría.

Fin