. . . Tienes unos hermanos que te adoran Ginny . . .

Aquellas palabras daban vueltas y vueltas en la cabeza de la pequeña pelirroja, ¿Cómo hablar? Cómo decirle a sus padres que . . .

La "enfermedad" de Ginny duró un par de días. Su enfermedad era de llanto, llorar y llorar, no podía olvidar. Recordaba como en pequeños flashazos, momentos, sensaciones, sonidos . . .¡espantoso! Ella justificó la enfermedad inventada por sus hermanos como un fuerte resfriado, que la tuvo con un dolor de cuerpo y fiebre real.

Lo último que quería era volver a verlos, toparse con ellos en la casa, o que volviera a surgir una ocasión como aquella . . .

-Buenos días, cómo te sientes hoy, linda?-

-Mejor mamá, gracias-

-Excelente, entonces desayunarás con nosotros. Anda que ya casi está listo, te esperamos abajo-

Ginny hubiera deseado retractarse y decir que se sentía mal de nuevo pero, algún día tendría que levantarse y salir de esa recámara, además sería mejor salir no fuera a ser que ellos interesados en su salud fueran a hacerle alguna visita. Era mejor permanecer acompañada.

Al bajar al comedor, se encontró con la sorpresa de Bill, ahí estaba desayunando con los demás Weasley. Ella se sintió contenta al verlo. Observó a su alrededor, a sus padres y a ellos . . . sabían disimular muy bien.

-¡Bill! Que gusto verte, ¿qué haces por acá?-

-Llegué desde anoche, vine a unos asuntos breves de Gringotts. Me encontré con que estás resfriada-

-Ah . . . si-

-Pero ven acá!- Bill jaló a Ginny en un abrazo, ella sintió como las grandes manos de su hermano mayor recorrieron toda su espalda y un sudor frío de pánico invadió su cuerpo

-¡GINNY!- Gritó Arthur Weasley asustado

Bill sostuvo su desvanecimiento en los brazos, todos corrieron hacia ellos. La llevó hacia uno de los sofás de la sala y la acostó.

-¿Qué tienes? ¿Ya pasó?-

-Si, si . . . ya pasó-

-¡Niña pero que susto nos has dado!-

-Es que no ha comido bien Molly, no te alarmes, vamos hija, lo que necesitas es desayunar-

Al levantarse para volver a la cocina Bill y Ron se acercaron para ayudarla a levantarse sosteniéndola mientras caminaba, ella aún sentía que sudaba helado, no quiso voltear a ver a Ron. Desayunaron mientras conversaban con Bill. Su madre estaba feliz de tenerlo ahí y lo convenció de quedarse un par de días más.

-Anda Bill, es viernes, estoy segura de que te permitirán quedarte-

-Bueno, talvez no haya problema, me comunicaré más tarde-

Algo de todo eso hacia sentir a Ginny una inquietud, se sentía amenazada, en peligro. El resto del día trató de mantenerse en la sala o en la cocina o donde pudiera estar acompañada de sus padres, pero se sentía observada, perseguida por la mirada de todos sus hermanos, ella no los había visto, no había encarado sus miradas, pero creía tenerlas encima todo el día.

Durante la comida estuvo sentada entre los gemelos sin voltear a verlos, evitaba rozarlos siquiera, ellos sin embargo parecían tratar de sonreír amigablemente con ella. Ella sintió náuseas repentinas durante todo el día. Por la tarde Bill propuso jugar un poco de quidditch a lo que todos aceptaron entusiasmados, Ginny se negó justificando que los equipos quedarían dispares. No tenía ganas de jugar, mucho menos con ellos, además poner la escoba entre sus piernas . . . le dolía un poco.

Observó el juego junto con sus padres y podría decirse que se divirtió, los gemelos le dieron una paliza a Bill y Ron que hacían esfuerzos vanos por alcanzarlos. Por ese momento prácticamente volvió a sentirse como antes.

Mas tarde cuando terminaron la cena, mientras ella lavaba los platos observó a Fred hablando casi en secreto con Bill, también notó a George y Ron pendientes de aquella conversación que los abstraía de todo, Ginny sintió un vuelco en el estómago. Quien más hablaba era Fred, hablaba y hablaba mientras Bill escuchaba pensativo para después comentar algo a lo que Fred ponía atención, sus expresiones eran serias, no demasiado serias, pero no eran chistes los que se contaban.

Aquella noche ella sacó su varita del baúl y la puso debajo de su almohada, no sin antes poner un hechizo que asegurara su puerta, se acostó y cuando empezaba a conciliar el sueño alguien tocó a su puerta. Ella se levantó sobresaltada.

-¿Quién?-

-Bill-

-¿Qué quieres?-

-¡Ábreme!-

-¿Qué quieres? Ya me acosté-

-Quiero entrar ¿Por qué no me abres?-

-Buenas noches Bill-

-Ginny . . .-

Ella se quedó en silencio detrás de la puerta, lo escuchó irse poco después, su corazón latía desbocado. Bill visitando su habitación a esa hora, ¿qué querría? ¿De qué hablaría con Fred? ¿por qué no se va de una vez?

-¡GINNY! ¡Ginny! ¡Ginny!- Una voz que le parecía muy lejana y entre sueños la llamaba, cuando fue despertando se dio cuenta de que iba acompañada de fuertes golpes en su puerta.

-¡Ginny! ¡Ginny! ¿Estás bien? Si me escuchas abre- Era la voz de su padre, se levantó y abrió la puerta.

-¿Qué te pasa? ¿Estas bien?-

-Si, si por qué?-

-¡SE PUEDE SABER PORQUE HAS ASEGURADO TU PUERTA!- gritaba su madre furiosa

-Eehh . . . pues-

-Cómo se te ocurre? Apenas ayer te estabas desmayando en el desayuno, aún no estás bien, estás débil, te prohíbo, me escuchas? Te prohíbo que vuelvas a asegurar tu puerta. Eso es muy peligroso- la regañaba su madre

Es más peligroso no asegurarla- pensó. Pero ahora tenía la consigna de no asegurarla y todos sus hermanos lo habían escuchado, estaba en un verdadero problema. Los gemelos y Bill estaban detrás de sus padres, parecía que tenían ahí un buen rato, hablándole y tratando de entrar y ella no se había dado cuenta, seguramente el hechizo que puso en la puerta la había hecho sentir segura y eso la ayudó a dormir profundamente.

Una vez regañada, se dijo que tendría que estar muy alerta. Bajo a desayunar y trató de actuar de manera natural. Durante la mañana estuvo ayudando a Ron a pelar coles para la comida, su madre los había puesto mientras los gemelos y Bill hacían otras cosas. La mayor parte del tiempo se mantuvieron en silencio, se hablaban solo para lo necesario.

Ginny se dio cuenta o mejor dicho recordó que sus hermanos no son muy concientes de que lo que hacen está mal, están acostumbrados a actuar así, como animales. Mientras el "brama" no les llega son inofensivos, son sus hermanos como siempre; es sólo cuando su temperatura sube cuando necesitan desahogarse y después, tan hermanos como siempre . . . definitivamente ella no lograba comprenderlo.

Al medio día volvieron su padre, los gemelos y Bill muy cansados comentando lo que habían hecho, Ginny tratando se parecer normal y animada participó de su platica y Bill la llamó a sentarse en sus piernas . . . como siempre. Ella se quedó congelada por un momento, no supo qué hacer, sus padres la observaban, sintió que por un momento incluso la casa giraba, fue un instante largo, todos la miraban. Fred la sujetó con fuerza del brazo, ella se sintió tambalear.

-Te sientes mal otra vez?- preguntó Bill

-No, fue solo un mareo . . . es que creo que hice un movimiento brusco-

-Tienes que cuidarte eh hermanita, ya me estas preocupando-

-Si . . .- susurró ella esbozando media sonrisa

-Ven, siéntate conmigo- la volvió a llamar Bill

Ella ya no tenía como evadirlo así que se acercó, la plática continuaba, mientras ella estaba tiesa sobre sus piernas. Estaba demasiado conciente del cuerpo de Bill, podía sentir casi todos sus músculos. Él tenía la mano izquierda en su cintura y la derecha en su pierna y platicaba, y mientras platicaba movía la mano sobre su pierna. Bill notó que ella estaba como si fuera de piedra y la jalaba de la cintura acercándola él. Nadie parecía notar nada ¿Es normal que las hermanas se sienten en las piernas de sus hermanos?

Bill se iría a la mañana siguiente aún quedaba aquella noche. Se acostó, pero no podía dormir, tenía la varita en su mano bajo la almohada, lista para cualquier cosa. De pronto la puerta se abrió despacio, era BiIl.

-¡Bill!-

-¿Qué pasó? ¿Cómo te sientes?-

-Yo? . . . eh . . . bien- respondió nerviosa

-¿Por qué no quisiste abrirme anoche?-

-Huumm . . . yo . . . es que . . . tengo el sueño tan ligero que . . .-

-Entiendo- dijo Bill observándola por un momento para luego acariciar su cara –Buenas Noches-

-Si . . .- Ginny no acertó a decir más

Esa no fue una buena noche, pero se podría decir que durmió por ratos. Se levantó, arregló su cama y se fue a dar un baño. Estar en la regadera la relajaba, la hacia sentirse aislada de todo, el vapor, el agua cayendo sobre su cuerpo, el sonido la hacía sentir bien. Cerró las llaves y se estiló el cabello, abrió las puertas y se encontró con uno de sus hermanos: Ron. Estaba parado frente a la puerta de la regadera y la observaba desde quien sabe cuanto, ella no supo que hacer, no tenía su varita consigo, estaba desnuda y . . .

Él no se movió, sólo la observaba, de pronto se escuchó la voz de su madre llamándola.

-Ginny, ya estas lista? Ocupo que me ayudes-

-En cuanto me vista estoy contigo mamá- se apresuró a decir

Ron la jaló del brazo cuando ella corría hacia la puerta para salir.

-Aun estás desnuda- le dijo Ron haciéndole ver que iba a salir así del baño, ella tomó una toalla, y se enrolló en ella.

-Espérate a que mamá se vaya- dijo buscando un lugar para que al abrir Ginny la puerta no se notara que él estaba ahí dentro. Ella esperó y luego salió lo más rápido que pudo.

Un escozor cubría la piel de Ginny durante el desayuno, ella presentía que algo estaba por suceder. Después del desayuno, Bill terminó de preparar sus cosas para irse y comenzó a despedirse. Sus padres fueron por el carro que les suelen prestar del Ministerio y su madre avisó:

-Bien Ginny, volvemos más tarde, vamos a ir a dejar a Bill a la estación-

-¿Qué? Yo voy también . . .-

-No hija prefiero que te quedes aquí, además vamos a aprovechar para hacer algunas compras y llevar a Fred y George a ver unas cosas en el Callejón Diagon. Te quedarás con Ron-

-Mamá, es que yo quiero ir . . .- Ginny prácticamente sollozaba

-Ginny, por Merlin pareces una chiquilla!-

-Al rato volvemos-

-Bueno, Ginny, hasta pronto, estaré al pendiente de ti- Le dijo Bill al oído mientras la estrechaba en un intenso y largo abrazo, las manos de Bill recorrían su espalda y sentía sus labios muy cerca de sus orejas. Su piel estaba erizada y el corazón le latía agitado.

Esperó en la puerta mientras se iban sus padres, cuando los perdió de vista se dio media vuelta y vio a Ron parado detrás de ella a un par de metros observándola . . .

Continuará . . .

Ay! Creo que se esta poniendo color de hormiga, necesito sugerencias. Para el próximo capitulo, tengo varias opciones orientenme . . .! DEJEN REVIEWS!