CAPTULO III
. . . hasta pronto, estaré al pendiente de ti . . .
Cuando al voltearse lo vio su corazón pareció haber escapado se su pecho, él la miraba con deseo, otra vez . . . ella lo sabía, sabía que eso que tanto había temido sucedería de nuevo y ninguna de las cosas que ella había pensado para evitar o para prevenir estaba ya a su alcance. Su varita la aguardaba fiel debajo se su almohada, sus padres que habían servido de escudo protector no estaban, se habían ido dejándola sola . . . o mejor dicho con él.
Después de ver que él estaba ahí mirándola inmediatamente se volteó dispuesta a cruzar la puerta, pero no había dado ni dos pasos cuando sintió su brazo fuerte tomarla de la cintura y cerrar la puerta con el otro. El temblor volvió a su cuerpo, era incontrolable, sentía que quería llorar o gritar pero su mente no coordinaba su cuerpo, actuaba inconscientemente, incluso se sorprendió a sí misma cuando se descubrió peleando con todas sus fuerzas.
En algún momento había imaginado que si sucedía de nuevo no pelearía, creía que no tendría la fuerza suficiente o que simplemente si desconectaba su mente todo pasaría más rápido. Pero la resistencia actuaba por si sola en su cuerpo con todas la fuerzas de que era capaz.
Él entre forcejeos logró atrapar sus muñecas y las tenía apretadas contra su pecho mientras con la otra mano la sujetaba de la cintura sin soltarla. Recorrieron el camino desde la puerta principal hasta la sala de La Madriguera entre forcejeos y retorciéndose. Los dos jadeaban por el esfuerzo de la lucha. De pronto el forcejeo los llevó a que Ron chocara su espalda contra la pared y el detuvo su lucha sin soltarla.
-Sssshhh . . . sssshhh . . .- la silenciaba despacio en el oído
-. . . Ron . . . Ron!.- suplicaba
Ella hubiera querido tener muchas palabras en su boca pero solo salía su nombre. Estaban recargados aún en la pared pero ya no luchaban, él la sujetaba sin lastimarla, pero presionaba lo suficiente como para que ella no pudiera salir de sus brazos.
Ron acercó los labios a su cuello y los rozaba sobre su piel, la olía, frotaba la piel de su cara contra la de ella mientras muy suave en su oído repetía –ssssshhh . . . – con intención de calmarla. Ella cedió por un momento. Él llevó la mano que tenía en su cintura hacia su vientre y la pegó a su cuerpo, como también en aquella ocasión lo había hecho. La diferencia era que ahora estaban vestidos y que. . . ella ahora no percibió erección.
Bueno en realidad no se detuvo mucho a fijarse, tal vez por la ropa no se sentía pero eso la hizo sentir relativamente aliviada. El empezó a moverse hacía los sofás llevándola aún sujeta frente a él. Y cuando llegaron a uno de los sofás individual se dejó caer jalándola con él. Estaba sentada muy pegada sobre las piernas de Ron, él la recargó en su pecho y le soltó las muñecas para empezar a tocar sus pechos apasionadamente, hubo un momento en el que ella hizo el esfuerzo de levantarse, pero mientras él tuviera las manos en algún lugar de su cuerpo ella no se iría.
Ginny se sujetaba fuerte a los brazos del sillón y susurraba su nombre esperanzada a que él tomara en cuenta su suplica, pero su hermano parecía pensar que lo que ella suplicaba eran caricias. Ella empezó a sentir que algo bajo sus nalgas despertaba. Su mente deseó muy fuerte que aquello no sucediera, unos momentos más tarde él dio un quejido que parecía de un ligero dolor y aquella parte de su cuerpo se había relajado. Su poder mágico había actuado inconcientemente en su beneficio bajo el deseo desesperado que tuvo. Se sintió feliz de ser maga.
Pero las caricias de él no cesaron, seguían la misma intensidad, seguramente buscaba excitarse. Acariciaba todo su cuerpo y lo restregaba al suyo, él seguía jadeando y ella seguía con las uñas clavadas en el sofá. Con su mano izquierda manoseaba sus pechos mientras la derecha la bajó lentamente hasta meterla entre sus piernas y empezó a moverla, su única defensa era tratar de cerrar las piernas con fuerza pero no era suficiente, su mano ya estaba dentro y no dejaba de frotar su sexo encima del panatalón. También sentía los besos húmedos que recorrían su cuello. Volvió a sentirse con hielo sobre la piel.
-Ssssshhh . . . relájate, no me ayudas . . .-
-Ron . . . no quiero . . .-
Las caricias de él cesaron al escucharla, se quedaron en silencio un momento tal y como se habían detenido, ambos poco a poco fueron relajando su cuerpo, fueron de la tensión a la calma, aún cuando sus manos seguían sobre su cuerpo y las de ella sobre los brazos del sofá, la situación parecía recuperar la cordura. La temperatura parecía disminuir . . .
-Necesitas acostumbrarte . . . cuando lo hagas, vas a dejar de sufrir . . .- Él hablaba muy despacio en su oído con mucha tranquilidad –Nosotros te amamos Ginny, jamás te haríamos daño, eres nuestra hermana . . .-
El silencio volvió, las palabras que le había dicho Ron circulaban en su cabeza sin poder asimilarlas, no las había comprendido ¿Qué entiende él por daño? La había cuidado siempre de Corner, de Dean, no quería que le hicieran daño y qué se supone que hacían ellos con ella?
La amenaza parecía haber pasado, ella se había quedado pensando en todo aquello aún sobre él, con sus manos abrazándola. El tiempo pasaba en calma, ella no supo cuánto tiempo transcurrió. Él se había relajado tanto que incluso se estaba quedando dormido. ¡Que increíble eres Ron, increíble!
Se levantó suavemente y lo miró ahí, soñoliento sobre el sofá, haciendo esas caras y esos sonidos de siempre, ella en otra ocasión se hubiera sonreído, pero ahora lo que le provocaban era sorpresa. Ese que estaba sentado ahí era Ron, RON! Su hermano, él que ella siempre había conocido como su hermano. La fiebre le había pasado y era de nuevo . . .él. Recordó que a pesar de todo lo amaba . . . era su hermano . . . aunque cuando él se transforma ella también lo hace . . . y lo desprecia con todas sus fuerzas.
Subió a su recámara apreciando más que nunca el ser hechicera, pero seguramente no siempre tendría el poder de que sucediera algo como lo que hoy la había salvado. ¿Salvado? Me tocaba con lujuria, ¿Creo que me salvé solo porque no me penetró? ¿Realmente me salvé?
Los pensamientos llenaban su cabeza y daban vueltas y vueltas, las lágrimas corrían silenciosas por su cara, sin que todos esos pensamientos pudieran aterrizar o ser verdaderamente claros. No sabía como se comportaría mañana o se comportarían ellos. No sabía si quiera que haría más tarde a la hora de la cena.
Un rato después se escuchaban ya los ruidos de la familia, al llegar se toparon con Ron dormido aún en el sofá, ella bajó las escaleras y se sorprendió al ver a Bill de nuevo, no se había ido.
-¿Bill? ¿Qué pasó?-
-Ah, los asuntos que me habían traído aquí se han complicado, tengo que ver mañana que puedo hacer-
Ginny observó las pocas compras de su madre y que no había nada ahí que hubieran comprado los gemelos. Ella notó desde que bajó de su recámara que Fred y George miraban extrañados que Ron estuviera dormido en el sofá. ¿Por qué se fueron los gemelos? ¿De verdad tenían que ver algo en el callejón Diagon? Era lógico, en ese momento lo comprendió, claro, ellos se fueron para dejar a Ron solo con ella.
Un par de horas más tarde se preparaban para la cena, ella comenzaba a actuar lo mas natural posible, pero como si tuviera una antena, estaba alerta a la primer señal de peligro. Durante la cena platicaron de los asuntos de Gringgots que tenían a Bill ahí y algunas anécdotas de su padre en el Ministerio. Quién los hubiera visto no habría notado nada . . .
Cuando ella se preparaba ya para acostarse, escuchó . . . había ruidos en el cuarto de los gemelos. Los ruidos que ella siempre había reconocido como los de sus encuentros. Estaban teniendo un encuentro sin ella . . . tomó su varita instintivamente, tal vez quisieran ir por ella . . .
Estuvo más al pendiente de sus sonidos que nunca, prácticamente podía saber qué era lo que hacían. Los ruidos cesaron, ella espero, no había señales. Volvió a comprender algo. Ellos actúan con el consentimiento del otro, porque el otro, sea quien sea de ellos lo acepta, también tiene ganas de sexo. Por eso cuando ella le dijo a Ron -no quiero- el se detuvo. A ella la presionan porque creen que así sucede al Principio, ¿Así lo vivieron ellos también?
La noche transcurrió tranquila, nadie fue a buscarla, aunque su sueño se había vuelto muy ligero, alerta siempre.
Bajó después de arreglar sus cosas y desayunó con Bill. Por alguna razón no tangible ella tampoco se sentía segura con él, tal vez alucinaba pero . . .
Bill se acercó a ella cuando terminó su desayuno y le dijo en un susurro muy cerca
-¿Cómo vas?-
- . . . de . . . que . . .- su pregunta la sorprendió
-Con tu resfriado-
-A-ah . . . bien, ya no hay problema-
-Ya no tienes problema con el resfriado?-
-No . . .-
-No solo me quede por los asuntos de Gringgots, también me quede por ti, te dije que estaría al pendiente recuerdas?-
- . . . si- respondió ella con una voz que apenas se oía, su sangre estaba helada
Cuando terminó sus labores con su madre, estando solas ellas dos, le pidió permiso para ir a dar un paseo por el bosque que está cercano a La Madriguera, tenía ganas de caminar y de sentirse sola lejos de todos. Así que salió rápidamente antes de que cualquiera de sus hermanos pudiera darse cuenta.
Empezó a caminar, pensaba y algunas lágrimas recorrieron sus mejillas, después se convenció de que era mejor no pensar y disfrutar de los árboles, de la soledad que tenía en ese momento y cerró los ojos esforzándose para poner su mente en blanco. Había pasado un rato, estaba muy relajada cuando escuchó unos pasos apagados. No quiso abrir los ojos, alguien se acercaba. Apretó más sus ojos. ¡No puede ser! Había dejado la varita en su casa . . . ¿Por qué soy tan estúpida?
Ella estaba recargada en un árbol sobre el pasto, el cuerpo se acercó a ella y le dijo:
-No estás sola . . .-
La Cochambres
Cómo vamos chicos, les va gustando? espero que sí, sigo apreciando sugerencias y comentarios, gracias a TODOS los comentarios, no dejen de leer cuando actualice, lo haré pronto . . . besos
