Luka cayó al fondo, la espada había salido volando varios metros lejos de ellos, los guardianes de las catacumbas avanzaban lentamente, nadando con dificultad por el peso del metal, Marinette estaba pasmada, se había quedado sin oxígeno.
—No vengas... —Advirtió el muchacho al sentir el agua agitándose a su alrededor. —No importa qué, no te acerques. No te quiero en peligro.
—Pero Luka, yo...
—¡Retrocede! —Suplicó en medio de un grito desesperado, sintiendo que había fracasado al tratar de proteger a la joven extraordinaria que estaba a sus espaldas. —Vete... —Pidió a media voz, levantándose con dificultad y encarando a los guardianes.
—¿Qué?
—Vete de aquí. —Repitió con serenidad, adoptando una postura de pelea mientras los guardianes seguían avanzando hacia él. —Puedo ganar algo de tiempo, en cuanto sienta que estás a salvo te alcanzaré.
—Luka, no voy a dejarte solo si...
—Pero es la única manera...
Un guardián arremetió contra él, levantando con violencia el filo de su espada. Luka hizo un movimiento rápido, se aferró al vientre de aquel cadáver y giró con violencia, partiéndolo por la mitad y logrando quitarle la espada, obteniendo un poco de ventaja otra vez.
—Necesito que te vayas... —Repitió el muchacho sonriendo de medio lado para su protegida. —No quiero que estés en peligro y, si quieres ayudarme, ponerte a salvo sería una opción, así no me enfocaré en ponerte a salvo, sino en pelear.
Luka giró un poco el rostro, dedicándole una mirada de reojo a Marinette. La princesa sintió ganas de llorar, su guardián, su prometido estaba herido, tenía el costado lleno de rasguños, un corte que sangraba profusamente al haber sido alcanzado por el filo de una espada, escamas desprendidas, el hombro había emitido un chasquido brutal minutos atrás, como si se hubiese dislocado, y, pese a todo, Luka sonreía con confianza.
—No te voy a dejar.
—No. —Prometió el tritón. —No lo harás, sólo me vas a adelantar y yo en seguida te alcanzo.
19.-Una princesa en las catacumbas
RubyMoon . Li: Perdón jajajajaja no sabía si abordar o no abiertamente el tema de la relación de Adrien y Luka, la verdad yo tampoco los veía y luego unas amigas me empezaron a mandar memes al respecto, terminé cayendo en la tentación jajajajaja. Sin embargo, en defensa personal, no es que sea Gay ni nada por el estilo (también yo tengo amigos y son la onda), pensaba más bien en los vínculos espirituales por ser hijos del océano y así. Pero bueno, luego abordaré el tema en la historia, es algo que él y Marinette tienen que hablar
Manu: Perdona si difiero, pero creo que el Lukagami podría ser bastante real en cuanto los hagan coincidir, y no los veo como "lo que queda" sino como un complemento perfecto, así como lo son Chat y Ladybug. Tal vez te estoy malinterpretando, pero me da la impresión de que estás exigiendo una compensación respecto a lo que escribo, y aunque sí es importante para mí que les guste a mis lectores, no pienso modificar la trama oficial para complacer a nadie. Habrá ideas o cosas que comenten y que, si quedan con mi "canon establecido" con mucho gusto lo plantearé, pero que me digan: si vas a hacer esto, entonces también escribe esto otro, eso no me parece para nada educado en un foro que promueve la libertad de expresión.
Sonrais777: ¡Perdón! Han pasado muchas cosas y no he tenido chance de escribir como antes, por asuntos personales me tuve que ausentar un poco, pero espero iniciando vacaciones de navidad poder actualizar seguido. Espero que esto te guste.
Marianne E: Sobreviví a dos funerales y este es el resultado, decidí usar las dos canciones que te envié y, de paso, matar dos pájaros de un tiro. Espero te guste mucho este capítulo, a ver qué sale. Te adoro guapa, y seguimos aquí para lo que se necesite.
(Monsters – Ruelle)
Caminaba a pasos lentos por la caverna, recordaba aquel lugar como si hubiese grabado su nombre esa mañana. Su sonrisa altanera, déspota, parecía brillar en la oscuridad; los peces y criaturas que solían nadar entre las rocas se había ocultado en cuanto habían detectado la presencia de un extraño en aquel lugar sagrado, así que ahora podía moverse entre las rocas admirando todo sin temor a encontrarse con algún erizo o alguna criatura que fuese a hacerle daño con tal de alejarle de ahí.
Era extraño moverse en la superficie, no estaba acostumbrada a usar sus piernas, no estaba acostumbrada a sentir que las rocas laceraban su piel, después de todo, había tenido tentáculos toda su vida, caminar por la superficie de la caverna de los nombres era...
—Estimulante... —Dijo con voz trémula mientras le sonreía con malicia a las paredes.
Su cuerpo moreno estaba envuelto por un traje de baño color negro brillante, como simulando cuero, como simulando piel, como si estuviese humedecido por el mar, un traje de una sola pieza, del que colgaban ocho adornos rodeando sus caderas.
Lila llegó hasta la punta de la caverna, el lugar en el que había grabado su nombre cuando se había convertido en aspirante para representante del océano. La cueva estaba llena de nombres nuevos, de signos, de nuevos animales sagrados, no habían pasado años en vano, y el paso del tiempo podía medirse en la cantidad de nombres que se habían desvanecido de aquella roca, cuando sus portadores habían muerto.
La bruja del mar sonrió con malicia, sabiendo que había dos nombres que debían estar relativamente borrados gracias a sus hechizos, los conjuros a los que había recurrido para lograr su cometido aún hacían eco en la roca.
La hechicera paseó la mirada por todo el lugar con aires distraídos, sonriendo al darse cuenta de que, poco a poco, su poder volvía afianzándose en torno a ella. Poco a poco recuperaba las fuerzas para convertirse en la bruja que había sido capaz de desafiar a Tomoe años atrás, sólo había sido cuestión de pasar un par de horas fuera del agua y expuesta a la luz del sol para volver a sentirse viva, ahora pasaría toda la noche a la luz de la luna de los muertos, sabiendo que las catacumbas estarían llenas de hechizos y que ella podría ir a buscar polvo de huesos por la mañana, polvo que usaría para su segundo intento.
Su mano se deslizaba sobre la superficie helada mientras ella le daba la vuelta a la caverna, memorizando los nombres nuevos, buscando con sus hechizos aquellos nombres de quienes podrían servirle ahora que había regresado, buscando con su magia las mentes más débiles, influenciables, buscando prospectos para aliados; por un momento, fue como si sus dedos se quedaran pegados a la roca, ella trató de seguir avanzando, pero su mano se había adherido a la pared, obligándola a dar un traspié de regreso sobre sus pasos.
Lila regresó la mirada y sintió que, en un instante, su sangre hirvió.
El agua de la caverna comenzó a agitarse, en medio de la oscuridad parecía una tormenta. Si una persona viera aquel espectáculo podría creer que se trataba de un tifón en altamar, olas que se alzaban y reventaban contra la superficie con tal violencia que amenazaban con desbordarse, una tormenta personal que reflejaba la frustración de la bruja del mar.
—¡Meredith! —Gritó enfurecida mientras daba un tirón, liberándose con violencia de su propio hechizo. —¡La estrella! No...
Lanzó un grito ahogado, un gemido lastimero mientras se dejaba caer de rodillas. El nombre de la princesa perdida estaba grabado en la pared, la estrella parecía palpitar con luz propia, aquello iba a frustrar sus planes si no tomaba cartas en el asunto.
Lila se levantó con los pies bien plantados en la roca, encorvó la espalda y abrió los brazos.
Sus ojos brillaron verde oscuro, toda la cueva se oscureció un poco más, viento helado arremolinándose en torno a ella, consiguiendo que su cabello danzara a su alrededor como un aura peligrosa y letal. Y su voz retumbó con eco por todo el lugar.
A cada palabra, un círculo de fuego fue creciendo alrededor de la estrella que ella había visto grabada, fuego que surgía con un sonido sordo, ecos, como mil personas gritando al mismo tiempo.
—Eum... ila... desirae... aet ir aum... neis... mortem... Meredith...
El círculo se cerró, como si tratara de consumir aquel nombre, pero no pasó nada. Lila perdió fuerzas y el fuego se apagó, sumiendo la roca en la penumbra.
La bruja del mar estaba tendida de lado, sosteniéndose en un codo para admirar su trabajo en la pared. No había pasado nada.
—No puede ser tan poderosa... —Murmuró Lila confundida, debilitada por su desgaste. —No, no puede serlo... No estoy lista, todavía no recupero mi poder, eso debe ser. La princesa del mar no puede ser tan poderosa.
En medio de un gemido cargado de dolor y de cansancio, Lila se enderezó de nuevo y se acercó a la roca, admirando el nombre de la princesa antes de observar los nombres grabados a su alrededor, sonriendo con desprecio al ver el nombre al lado, Luka.
—Vaya sorpresa... Tengo un juego para ti... —Murmuró acariciando el dibujo de la raya. —Pero todo a su tiempo, primero debo recuperar toda mi magia.
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(Battlefield – Svrcina)
Marinette se habría retirado. La promesa de Luka de alcanzarla luego parecía muy sólida cuando el muchacho derribó a tres guardianes de las catacumbas sin su espada, verlo pelear con dos espadas al mismo tiempo le había dado la confianza suficiente como para saber que su prometido estaría bien si ella se retiraba, el problema fue que, en cuanto ella trató de salir, un nuevo grupo de muertos vivientes le cerraron el paso, obligándola a retroceder hasta Luka de nuevo.
—No nos van a dejar en paz. —Anunció Luka a media voz, retrocediendo mientras los rodeaban hasta acorralarlos al centro de la habitación.
—¿Hay manera de vencerles?
—Sí. No. No exactamente, pero hay manera de ordenarles que paren. La familia real del océano tiene ese poder, pero sólo los miembros coronados.
—¿Por qué?
—Es una especie de... hechizo, para evitar cualquier malentendido.
—¿Qué quieren los guardianes de nosotros? —Murmuró Marinette, aterrorizada ante el filo de diez espadas.
Luka tragó saliva al sentir la espalda de Marinette contra la suya, sabiendo que, al menos, estarían juntos hasta el final.
—Nuestra sangre.
—Planeabas sacrificarte ¿verdad? —Murmuró Marinette disfrutando del contacto cálido que Luka le ofrecía en medio de la oscuridad. —No tenías planes de alcanzarme.
—¿Cómo llegaste a esa conclusión?
—Por lo de la sangre. Si salimos de esta —murmuró la joven girando sobre sí misma antes de besar la mejilla del muchacho —, recuérdame que estoy furiosa contigo.
—¡Ja! No cuentes con eso. Te haré olvidarlo.
—Ya veremos. —Murmuró la chica encarando a los guardianes que la amenazaban y sosteniendo la lámpara en sus manos, sintiendo que asirse a aquella luz le daría el valor para enfrentar lo que viniera, lo que fuera que viniera.
Luka aprestó las espadas y miró a sus adversarios, sus ojos se tornaron azul hielo y se oscurecieron dos tonos hasta conseguir un verde claro, lo mismo que su cabello, que pasó del cían al aguamarina en un parpadeo.
Marinette sintió la energía cambiando a su alrededor, sintió la magia de Luka, fluyendo.
—Mari... —Llamó el muchacho sintiendo que la fuerza crecía, que la magia se apoderaba de todo el lugar mientras la oscuridad remitía. —Voy a llamar a Kagami, espero que responda. No importa qué pase, quédate lejos de las espadas y déjame pelear.
Ni siquiera dejó que respondiera, Luka se lanzó al frente mientras sus espadas emitían un fulgor azulado, la velocidad a la que Luka se movió por el lugar casi parecía inhumana, a Marinette le costó seguirlo al principio y sólo fue consciente del paso de Luka por la cámara cuando los cuerpos de los guardianes cayeron hasta la roca con un ruido metálico por las armaduras. Aquello no era el diseño acuadinámico de su aleta, tenía que ser algo más.
Y Marinette sonrió de oreja a oreja al sentir que la cámara se llenaba de magia al paso de Luka.
Si ver una sirena era impactante por sí mismo, ver a Luka en su forma de tritón pelear, aquello era un espectáculo digno de admirarse, puesto que incluso aprovechaba la forma afilada de sus aletas dorsales para atacar al enemigo. La placa metálica en el borde de su aleta lo hacía más pesado y lento, pero eso también ayudaba a que el movimiento circular que Luka hacía funcionara como un latigazo, desarmando a los enemigos a su paso.
Todo el orgullo que Marinette sintió en su pecho, rápidamente se convirtió en una mezcla de culpa y desesperanza.
Marinette sabía que no tenían oportunidad, se sentía inútil. Los guardianes no dejarían de llegar hasta ellos, no había manera en que Luka venciera, y ella se sentía como una carga, un estorbo. A esa velocidad, si no tuviera que protegerla, Luka seguramente ya habría salido de las catacumbas, pero se quedaba para despejarle el paso, para protegerla.
Marinette sintió las lágrimas (¿sería posible llorar bajo el océano?) desbordarse por sus ojos, el escozor detrás de los párpados, la angustia anidando en su pecho y en su garganta, amenazando con ahogarle. No pudo evitar sollozar cuando un guardián alcanzó el costado de su prometido con el filo de la espada, cortando la piel, consiguiendo que la sangre manchara el agua a su alrededor.
—Basta… —Suplicó la joven en un murmullo apenas audible, al ver que Luka se sostenía el costado y volvía a atacar. —Basta… —Repitió, pero su voz salió aún más trémula que antes, si Luka había tenido dificultad para escucharla antes, ahora era improbable que lo hiciera.
Marinette se contrajo en su sitio cuando Luka recibió de lleno el golpe en el estómago, el guardián le había atacado con el mango de la espada y aquello habría sido suficiente para sofocar a cualquiera, no a Luka Couffaine, Luka levantó en rostro con una mueca de rabia, mostrando los dientes mientras temblaba levemente.
Y otro guardián habría golpeado a Luka en la espalda con la vaina de su espada, pero la voz de Marinette se alzó con un eco sombrío por toda la cámara.
—¡Basta!
Luka levantó el rostro, pasmado al ver a Marinette en medio de la cámara, con el rostro vuelto al piso y las manos hechas puño.
—Marinette, no… —Inició el muchacho, pero cuando la aludida levantó el rostro con los ojos encendidos en azul turquesa, Luka guardó silencio en respeto a la voz de la princesa.
—Retrocedan. —Ordenó la joven con voz mecánica.
Todo el lugar, las marcas en las paredes, las plantas, la roca, todo se iluminó en el mismo tono de los ojos de Marinette y ella miró a Luka con una sonrisa.
—Alteza… —Murmuró el guardián haciendo una reverencia para Marinette.
—Andando. —Murmuró dulcemente.
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Tomoe llegó hasta la entrada de las catacumbas primero que el resto, su guardia, su hija, los voluntarios para el rescate, todos llegaron segundos después, y frenaron al igual que la reina, de golpe, pasmados por lo que veían.
De las sombras emergieron Luka y Marinette, el primero cubierto de heridas, de sangre, de raspones, de golpes, el muchacho llevaba expresión de sorpresa cuando salió, mirando a la joven sirena con devoción y con admiración, como si sostuviese entre sus brazos un tesoro ignoto ante la humanidad.
Esa fue la razón por la que Tomoe y todos sus súbditos se detuvieron de golpe, ver a la joven Marinette en brazos de su protector con los ojos cerrados y una expresión de paz.
—Elle est une fille extraordinaire... —Murmuró Luka antes de perder fuerzas.
Kagami se adelantó y recibió a Marinette en brazos justo a tiempo para permitir que Luka se fuera de bruces y cayera al suelo, inconsciente.
