Los llamarían por orden alfabético. Por los apellidos. Entonces los aspirantes a la guardia esperaban sentados en una banca alrededor de toda la arena, pegados a las paredes mientras los hacían ingresar al área de pelea.

No tenían que ganar, se estaban enfrentando a la gente que tenía años entrenando como parte oficial de las guardias de la reina, evaluarían su desempeño al momento de defender y atacar; por esa parte, Luka estaba tranquilo esperando su turno, por otra parte, también elegirían a los candidatos para convertirse en Capitán.

Luka se levantó de su lugar cuando Belmont volvió a su sitio, pero la reina llamó el siguiente apellido saltando Couffaine, dejando a ambos aspirantes confundidos.

Luka levantó el rostro en dirección al palco de la reina, pero se quedó tranquilo al ver la sonrisa serena que Marinette tenía en el rostro, sin atreverse a mirar al muchacho. Luka volvió a sentarse en su sitio y recargó la mano en el mango de su espada, cuya punta estaba recargada en el piso.

—Para ser aspirante a capitán —apuntó Dean divertido —, pareces muy tranquilo.

—Y tú para no querer serlo pareces muy confiado.

—No tengo dominio de la magia y ya oíste a la reina. No van a llamar a tritones o sirenas ordinarios.

Luka asintió para sí mismo, conforme con aquella respuesta de su amigo, sin embargo, sonrió de medio lado y añadió:

—Yo no apostaría la aleta.

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23.-Prueba en la arena

Sonrais777: Lamento la demora, el inicio de año ha sido todo un tema jajaja espero que te guste esta actualizción

Manu: No prometo nada pronto, con el principio de año nos ha llegado mucho trabajo, y actualizar se está volviendo un reto, casi lo mismo que escribir, no sé cuándo tenga tiempo de leerte puesto que tampoco me he puesto al corriente con las historias que ya leía desde antes.

RubyMoon . Li: Dios, no sé si esto será suficientemente épico, pero bueno, esperemos que se acerque a lo que esperan encontrar en este capítulo. Creo que lo que tenemos planeando para el vals de la presentación y eso, te va a gustar. Respecto al Lukadrien jajajjaja prometo no torturarte mucho con ese tema.

Marianne E: Listo, ya no te entretengo más, espero que te guste este capítulo, pronto nos vemos en persona jajaja


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(For the glory - All good things)

El silencio era sepulcral.

La gente estaba pasmada, todos los presentes observaban en silencio lo que ocurría en la arena.

Luka Couffaine por fin había sido llamado al frente, era una sorpresa que le hubiesen dejado al final, sí. Pero era una sorpresa todavía mayor ver que el Maestro Fu en persona se había levantado de su sitio y avanzado hasta el aspirante con movimientos calmados, apoyando su cayado en el suelo para impulsarse a través del agua.

No. Wang Fu no se había levantado de su sitio en toda la evaluación, había permanecido al lado de la reina, a la expectativa de los resultados de otros aspirantes, pero cuando Tomoe por fin llamó el nombre de su pupilo, entonces sí que avanzó hacía el centro del lugar, con parsimonia y deliberada lentitud.

Ahora Luka estaba de frente al maestro Fu, que sonreía como si ocultara un secreto. El joven tritón tragó saliva discretamente, pero dedujo por la sonrisa de Fu que el maestro se dio cuenta de aquel gesto, entonces sólo quedaba rezar.

—¿Por qué haces esto, Luka Couffaine? Apelar para ser capitán.

—Por la gloria. —Desafió el joven llevando la mano derecha al mango de su espada.

—Cualquiera creería que es injusto que uses dos espadas contra un anciano. —Apuntó el maestro sonriendo al ver el mango negro relucir sobre el hombro derecho de Luka cuando el joven desenvainó el estoque que le habían asignado al aceptarlo como parte de la guardia.

—Es cierto —concedió el aludido sonriendo, asiéndose de su espada con las dos manos —, pero no estoy usando las dos espadas, aún… y usted no es cualquier anciano.

Murmullos se alzaron por todo el lugar, los asistentes hablaban entre ellos, preguntándose por qué aquellos dos se hablaban con tanta soltura, preguntándose por qué no iniciaba el combate, preguntándose por qué habían permitido a Luka presentar la prueba cuando no había demostrado algún dominio sobre la magia, preguntándose por qué no empezaban.

Sí, lo habían dejado al final a propósito, al igual que a todos los aspirantes a capitán, lo habían dejado formar parte de ese selecto grupo que podía enfrentar a la Élite de la reina para probar ser dignos de tener un lugar en la guardia.

No era ningún secreto que Luka había sido instruido por el anterior capitán, después de todo, el apellido Couffaine tenía mucho peso en las ciudades de los arrecifes. No había tritón o sirena que no hubiese escuchado hablar de las hazañas de Louis Couffaine al lado de Fu y Emilie, quienes habían defendido el palacio del ataque inminente de tiburones en su juventud, salvando así la vida de todos los habitantes de la ciudad. Luka desde niño había iniciado su formación en el manejo de la espada, era un estratega excelente y por eso se había ganado el respeto de los hijos de la playa.

En alguna ocasión Louis y su hijo habían estado en la playa entrenando con las espadas de bambú, las mismas que usaban para entrenar a los tirones de la guardia, que tenían el peso aproximado de una espada real.

Verlos pelear era un deleite, puesto que sus movimientos eran flexibles y se arremolinaban el uno contra el otro adecuándose al estilo que estaban desarrollando juntos.

Louis Couffaine había creado su propio estilo de esgrima en el arrecife, y lo había transmitido a su hijo. Luego Luka lo había perfeccionado hasta convertirlo en un arte, y no sólo un estilo de pelea.

—Quiero creer que eso significa que no tienes miedo de atacar. —Apuntó Fu llevando el cayado a posición.

—Honestamente tengo más miedo de que me ataques.

—Entonces eres sabio.

Luka sintió la argolla arder un momento, y luego el ardor se apagó.

El joven levantó la mirada al palco y sonrió tranquilizándose al ver la expresión de pasmo que Marinette había compuesto.

En el palco de la reina, la joven sirena había murmurado un hechizo para despertar el lazo de la argolla, hechizo que Tomoe escuchó claramente. La vieja sirena sonrió de medio lado e hizo un movimiento con los dedos mientras murmuraba a una palabra en su idioma: silencio.

La garganta de Marinette se cerró. La joven no fue capaz de proferir más palabra y dedico una mirada a la reina.

—Princesa insurreccionista, no creas que no sé qué tramas. —Murmuró Tomoe sonriendo con autosuficiencia. —Pero si van a pelear usando el lazo que tienen, no será por su compromiso, sino por la voluntad de la luna.

Tomoe había hablado con él maestro Fu esa mañana, luego de ver el entrenamiento de los aspirantes.

Sé lo que te digo, Tomoe. Este niño puede accesar a la magia de tu hija.

Si son capaces de conectarse, quiero ver lo que su vínculo real puede hacer. No sus promesas. Sus almas.

¿Lo dices por los tatuajes?

Lo digo porque sólo he visto nacer una estrella y una raya al mismo tiempo dos veces. Estos son los segundos. Tú fuiste la primera raya del arrecife a la que conocí.

Marianne hace mucho tiempo no está conmigo...

Pero sé que aún puedes sentir el vínculo.

Marinette le dedicó una mirada de pánico a Luka, temiendo dejarlo a merced de su maestro. Y le tomó por sorpresa el verlo sonreír de medio lado, con socarronería y diversión, como si aquello fuera un reto personal y no hubiese nada en juego.

Wayzz y Long llegaron al palco de la reina y tomaron asiento en los brazos del trono mientras Tomoe ladeaba el rostro con curiosidad.

—Majestad. —Llamó Wayzz en un saludo respetuoso. —Los otros kwamis se preguntan si sería prudente que mirasen este enfrentamiento.

—Llama a Tikki y a Sass. Es prudente que ellos miren.

—Entendido, alteza. —Murmuró el aludido antes de retirarse a toda prisa.

Luka pasó saliva con dificultad, pero ensanchó su sonrisa justo en el momento en que Fu le hacía una seña para que atacara.

No dudó un segundo antes de lanzarse hacia el frente y blandir su espada contra su maestro, sabiendo que aquella vieja tortuga era más poderosa de lo que aparentaba.

El cayado de Fu resistió los golpes, incluso saltaron chispas cuando el filo del estoque azotó el bastón de aquel anciano. Y aunque al principio aquello tomó a Luka por sorpresa, pronto se recuperó del susto y volvió a atacar con más vehemencia que antes, dando estocadas torpes y sin futuro que develaron la prisa que tenía el muchacho por terminar con aquello cuanto antes.

Luka tenía claro que si quería una oportunidad contra Fu, debía hacer aquello tan rápido que su maestro no tuviera oportunidad de reaccionar.

Qué equivocado estaba.

Fu mantuvo la sonrisa durante el principio del combate, el tiempo suficiente para hacerle saber a Luka que estaba perdiendo su tiempo. El joven aprovechó el impulso de la espada contra el cayado y se empujó lejos de su maestro a la par que la tortuga hacia lo mismo.

—Definitivamente —dijo la vieja tortuga con cierto aire de decepción —, esto no es algo que hayas aprendido conmigo.

—No, ni tampoco de mi padre. —Confesó el tritón ajustando el agarre sobre su espada. —Tenía la esperanza de acabar contigo en los primeros cuatro golpes, pero me olvidé contra quien estoy peleando.

—¿Por fin lo harás en serio?

—Sí maestro.

Murmullos llenaron el lugar de nuevo. Luka procuró ignorarlos pero sonrió abiertamente al escuchar a alguien murmurando "¿De verdad no peleaban en serio?", así que relajó los hombros y se acercó un poco hacia su contrincante.

Atacar habría sido sencillo.

Hasta que el borde del bastón de Fu comenzó a brillar levemente.

Luka pasó saliva con dificultad y a prestó la espada con mayor cautela.

Fu fue quien se lanzó hacia el frente y liberó todo el poder de su primer golpe contra su pupilo, Luka recibió el impacto en la hoja de su espada y no pudo evitar ser lanzado un metro de espaldas en el agua, perdiendo el equilibrio un segundo, pero recomponiéndose al siguiente.

Fu dio una segunda descarga que Luka desvío hacia un costado, aprovechando la inercia de aquel movimiento para posicionarse tras Fu y aprestar la hoja. No, Fu se movió más rápido y detuvo el ataque de Luka con el cuerpo de su cayado.

¿De qué demonios estaba hecha esa cosa?

Luka alcanzó a advertir el siguiente golpe, le habría dado de lleno en el abdomen si no hubiese nadado hacia arriba a toda velocidad, todavía tenía esa ventaja. Su aleta estaba diseñada para ello, no había un solo aspirante que nadara más rápido que él.

Así que lo tomó por sorpresa ver que Fu se transformaba.

Las aletas en pies y manos se habían ido, ahora sólo había una cola larga, ancha al principio que adelgazaba de golpe, sin aleta al final, con la piel brillante en lugar de escamas organizadas. Las manos de Fu tenían membrana entre los dedos, y ahora se aferraba con fuerza al cayado, incluso había dejado caer al fondo su sombrero chino y sonreía con orgullo.

—Hace mucho no me divierto tanto, hijo. —Dijo el maestro revelando que, en el costado derecho a la altura de las cosillas, tenía tatuada una mantarraya.

—Veamos que tal bailas, anciano.

Luka había sonreído con la misma soltura que su maestro, ambos se habían lanzado hacia el frente, Fu blandiendo su cayado con maestría, Luka repeliendo los ataques con elegancia.

Cada choque había conseguido que chispas saltarán aún en el fondo del mar y, en tres ocasiones, el cayado del maestro Fu se había iluminado justo antes de lanzar a Luka disparado por el espacio disponible.

El común denominador de la arena era el silencio, todos los presentes observaban la batalla desde el borde del asiento, incluso los aspirantes a capitán de la guardia se habían quedado azotados de la impresión y muchos de ellos habían llegado al pensamiento de que Luka era el mejor candidato de todos.

Los presentes ahogaron un gemido por la impresión cuando Luka, arrodillado frente a Fu, desenvainó la segunda espada para detener con todas sus fuerzas el golpe que el maestro había dirigido a su pupilo. El ruido inundó todo el estadio, fue como un trueno azotando la tierra y Luka sofocó un grito de dolor al darse cuenta de que, por un momento, su fuerza pareció no ser suficiente para detenerlo. Sus brazos cedieron un par de centímetros y el muchacho ahogó un nuevo grito antes de empujar hacia arriba, tratando con todo de hacer retroceder a la tortuga.

—Lo siento hijo. —Murmuró Fu con una sonrisa mientras su cayado comenzaba a brillar. —Pero prometí a la reina dar todo de mí.

Fu levantó el cayado preparado para atestar el golpe final y el silencio volvió a cubrir todo el estadio.

(Luminous Sword Extended OST 2)

La espalda de Luka emitió un fulgor leve, su tatuaje cobro vida un momento y la estrella que decoraba el centro de su mantarraya se iluminó en un tono azulado, color que se movió hasta las hojas de sus espadas, repeliendo el ataque de su mentor y proyectándolo lejos de sí mismo en cuanto las armas hicieron contacto.

Marinette observaba la batalla con los ojos encendidos en un color cálido, su mirada estaba llena de orgullo y no se dio cuenta de que la estrella en su espalda baja estaba iluminada del mismo modo que la de su prometido. Sintió su corazón dar un vuelo cuando Luka se levantó en su sitio y le dedico una mirada, levantando la espada de su padre en dirección a la princesa como si le dedicará aquella batalla.

Marinette asintió sonriendo cuando Luka hizo el mismo gesto.

No, la sonrisa no duró mucho tiempo en el rostro de Luka, en cuanto volvió la mirada en dirección a Fu, sus ojos se encendieron como dos zafiros centelleantes, preparados para el ataque.

Se movieron al mismo tiempo. Ambas rayas del arrecife se lanzaron hacia el frente blandiendo sus armas, Fu girando el cayado sobre su cabeza, Luka aprestando los estoques para detener el golpe. Y tanto las hojas de sus espadas como el cuerpo del bastón se iluminaron amenazantes, recibiendo y repeliéndose entre ellas como imanes.

Descargas de estática se extendieron con cada golpe de los tritones, levantando la arena del fondo cada vez que se retiraban y volvían al encuentro del otro. Hacía años que las sirenas de la ciudad no veían pelear a Fu en serio, todo el mundo sabía que el viejo guardián tortuga guardaba secretos, pero jamás le habían visto usar la magia de la luna para canalizar los golpes.

Luka sabía por su padre que había sirenas que eran capaces de crear descargas energéticas y dirigirlas a través de sus espadas para pelear, la voluntad de la Luna, el tipo de Magia que la reina había solicitado que los aspirantes a capitanes demostraran.

Luka podía sentir la magia fluyendo a través de su cuerpo, desde la estrella en la espalda y a través de sus manos hasta las puntas de las espadas. Marinette no estaba pronunciando hechizo alguno y, aun así, Luka era capaz de sentirlo.

Así que tomó con fuerza sus dos espadas y, por su padre, por la guardia, por Marinette, volvió a atacar a su maestro, esta vez con fiereza sí, brutalidad, pero no desenfreno, esta vez trazó su estrategia y se lanzó hacia el frente, estudiando los movimientos de Fu, dándose cuenta de que su maestro no parecía tener un patrón de ataque, sino que evolucionaba su estilo conforme cambiaba el de Luka. Y justo como aprendió de su padre, el joven tritón cambió una y otra vez la estrategia.

Por un momento la desesperación pareció apoderarse de Luka, pero el muchacho se serenó percatándose de que su maestro tenía la misma expresión que él.

Ambos estaban cansados, la magia los estaba consumiendo.

Y Luka levantó la mirada en dirección al palco media fracción de segundo, tiempo más que suficiente para darse cuenta de que su musa comenzaba a debilitarse también.

Sabía que no debía ganar aquel combate, nadie esperaba que ningún candidato venciera a Fu, pero una parte de él sabía que todo estaba en juego en ese momento, así que, durante media fracción de segundo Luka consideró llevar todo hasta las últimas consecuencias.

Y cedió.

Aprovechó el vuelo que llevaba su contrincante, usó ambas espadas para redirigir el camino de Fu y quitárselo de encima, y al instante siguiente, Luka tenía su espada envainada y ofrecía la espada de su padre al maestro en señal de rendición.

—Yo puedo seguir. —Aclaró el muchacho sin levantar la mirada. —Pero no estoy dispuesto a jugarme la vida de la mujer que amo por una prueba.

Fu levantó el rostro hacia la reina, que sonreía complacida mientras las princesas se sentaban de nuevo, lejos de la vista de todo el mundo, Kagami tomando las manos de su hermana mientras Marinette, presa del mareo, se recargaba hacia atrás en su asiento.

—Que así sea. —Murmuró la reina asintiendo, un gesto de conciliación.

—¡Por ahora —anunció Fu con voz potente pero llena de cansancio —, las pruebas han terminado! Los llamaremos de nuevo en cuanto estemos listos para continuar. Contendientes, aspirantes ¡Por la luna!

—¡Por la luna! —Exclamaron al unísono, llevándose una mano hecha puño al corazón.