28 Días

(28 Days)

Por Rozefire

Traducido por Inuhanya e IR-CHAN

Disclaimer: Ahora estoy quebrada, y no recibo pago por unos días… así que esperen hasta entonces para demandarme, de acuerdo?

(A/N: La gente sigue diciendo que debería probar leer mi trabajo... y si... probablemente debería. Pero cuando lo escribo no quiero revisarlo de nuevo i darle a alguien mas la oportunidad de postear antes. Admito que no soy una persona paciente y ahora mismo mi teclado ha cambiado y hay más teclas que antes (eek) es como usar el keypad de un teléfono móvil para escribir una novela...

De cualquier forma, Regrese y cambia algunas cosas en el primer capitulo – pero no tienen que leerlo de nuevo. Solo cambia algunos errores gramaticales y aumenté algunas cosa con Souta y Inuyasha (pueden decir que tengo a cierto doctor en la cabeza?))

------

------

Capítulo 2

Primeras impresiones

------

------

La cabeza de Kagome dolía mucho cuando despertó… igual que su mano. Pero aparte de la sensación como si hubiera estado de fiesta toda la noche, se sentía bien.

"Kagome!" gritó alguien cuando abrió sus ojos levemente. De repente el sonido comenzó a juntarse y empezó a notar el leve e incesante pito al fondo. También sintió que algo plástico y más bien opresor había sido colocado sobre su nariz y el revés de su mano dolía mientras la otra sólo estaba lastimada.

El rostro de su madre apareció sobre ella y vagamente notó que se veía muy aliviada. "Kagome? Sabes quién soy? Recuerdas lo que te pasó?"

Kagome abrió su boca y trató de hablar, pero su lengua se sentía deshilachada y toda su garganta seca. Ella tosió y trató de comenzar otra vez pero no tuvo caso. No podía encontrar la fuerza para hablar.

"Está bien, sólo relájate." Su madre tocó su hombro. Otra mujer apareció a su otro lado con un bonito y joven rostro.

"Kagome? Sabes dónde estás? Asiente tu cabeza si es sí." Dijo la joven.

Kagome sacudió su cabeza.

"Estás en el hospital, tuviste un pequeño accidente…" la mujer sonrió amablemente y Kagome se dio cuenta que debía ser una enfermera, y que estaba en un pabellón de hospital. Pero no podía recordar por qué.

"Recuerdas lo que pasó?" Preguntó la enfermera.

Una vez más ella sacudió su cabeza.

"Recuerdas lo que desayunaste esta mañana?"

Kagome pensó… pero no podía recordar. No se había ido a la cama? Qué hora era? Ella no había desayunado todavía, verdad?

La madre de Kagome miró a la enfermera. "Qué significa eso?"

"No se preocupe, Sra. Higurashi, la pérdida de memoria a corto plazo es común después de los comas." Respondió la enfermera tranquilamente. "Es afortunada de que despertara tan rápidamente."

La máquina pitando detrás de Kagome de repente se le clavó y comenzó a retorcerse molestamente. La enfermera rápidamente la recostó. "Está bien, no te levantes, ahora estás a salvo."

"Qué…" Kagome gruñó. "Qué pasó…?"

Por qué no podía recordar?

La Sra. Higurashi lucía preocupada, "Souta dijo que fuiste picada por una abeja y colapsaste. Seguro escoges tus momentos, Kagome. Perdiste el tren a tu nuevo apartamento."

Kagome gruñó y su corazón se hundió. Iba a perder el comienzo de su semestre a este paso. Qué día era?

"Creemos que pudiste haber tenido una reacción alérgica a algo del ácido en las picaduras de abejas, pudiste tener un problema serio en este caso." La enfermera estaba escribiendo algo en una tabla. "Has sido picada antes?"

Kagome asintió. "Pero no como esta vez…"

La enfermera asintió. "Algunas veces las alergias no hacen conocidas sus presencias hasta tarde en la adolescencia. Pero normalmente eso no debería llevarte a un coma…"

Un hombre en una larga bata blanca de laboratorio entró de repente con un tablero y un bolígrafo. "Es bueno verla despierta, Srta. Higurashi."

La cabeza de Kagome daba vueltas. Ahora que podía ver apropiadamente, pudo ver que la habitación estaba llena con más que una enfermera y toda su familia estaba ahí también.

"Tu hermanito dijo que habías sido picada por una abeja y tuviste una reacción violenta." Él golpeó su tablero felizmente. "Creo que lo más sabio de hacer en este punto será tomar unas muestras de sangre y traerlos lo más pronto posible. Tendremos los resultados en dos o tres días."

Kagome cerró sus ojos y tomó profundos respiros para calmarse. Estaba bien… podría ir a la universidad mañana… no se la perdería así viniera el infierno o subiera el agua…

"Infortunadamente, como puedes haber notado, parecemos tener un poco de problema con el espacio, como puedes ver." El doctor ondeó su mano hacia otras tres camas en ese pabellón, todas ocupadas por pacientes en estado de coma. "Estamos escasos de camas y como Kagome está a salvo, creo que tenemos pacientes más urgentes que ver."

Kagome apretó sus dientes. No era que todos los días cayera en coma. Eso, en su libro, la hacía una paciente de urgencia.

"Tenemos, sin embargo, el nombre de otro buen doctor que podrá ayudarla." El doctor escribió algo para ellos. "Su nombre es el Doctor Hatsuyo, él es bueno en este tipo de campo. Aunque trabaja en el hospital privado en el distrito Musashi."

"Terapia privada?" La madre de Kagome sonó insegura. "No es eso un poco costoso?"

"Sólo para las compañías de seguros. Tiene seguro, cierto?"

"Sí, por supuesto."

"Entonces creo que debe ir a ver al Dr. Hatsuyo." El doctor le alcanzó una hoja de papel con un nombre y la dirección del hospital. "Le enviaré todas las fórmulas y los resultados. Además, el hospital es un lugar agradable. Te gustará ahí, hay más espacio y tendrás tu propia habitación."

"Qué alegría…" gruñó Kagome.

------

Eventualmente, la familia de Kagome se había ido para ver a este Dr. Hatsuyo, y dejar a Kagome en el competente cuidado de las enfermeras. Estaban a cargo de la tarea de tomar sangre para enviarla a examinar, y, tampoco, estaban haciéndolo gentilmente.

Kagome hizo una mueca mientras deslizaban la aguja en la vena antes de colocar una jeringa para tomar la sangre. Finalmente estuvo llena y la retiraron. Estaba por suspirar con alivio cuando trajeron otro tubo y comenzaron a llenar ese también. Para cuando iban por el cuarto tubo comenzó a preocuparse cuando comenzaron a llenar un cuarto y las enfermeras tuvieron que menear la jeringa para hacer brotar la sangre.

Finalmente ellas se fueron, cargando felizmente las seis jeringas de sangre tomadas de Kagome quien fue dejada sintiéndose particularmente débil y pálida. "Vampiros…" murmuró ella para sí.

Un cuarto de hora más tarde la enfermera regresó para revisar su estado y preguntar si necesitaba algo. La respuesta de Kagome fue cerrar sus ojos simplemente y caer en un profundo sueño, que rápidamente se tornó en estado de coma.

La enfermera corrió por el doctor pero no había mucho que pudiera hacer que conectarla al monitor del corazón para decirle cuándo, o si, fallecía. Con esperanza no lo haría.

La madre de Kagome regresó agitada y entró en el pequeño pabellón en el que yacía Kagome. Ella palideció de una vez cuando vio a Kagome conectada a las máquinas. "Kagome!"

Rápidamente la enfermera la bloqueó de agarrar a su hija. "Está bien… ella cayó en coma, pero con esperanza despertará pronto ya que parece ser su patrón anterior."

La madre de Kagome fue retirada levemente y permaneció ahí por un momento, pasando su mano por su corto cabello, antes de caminar lentamente hacia su hija mayor. Resistió la tentación de llorar, Souta estaba afuera y también debía ser fuerte por él. Ella tomó aire, lo contuvo por unos segundos antes de dejarlo salir calmadamente. "He visto al Dr. Hatsuyo, Kagome. Parece capaz de… de ver lo que pasa contigo…" ella se desvaneció, mirando el rostro de Kagome. Se veía tan hermosa… pero tan enferma… "Te llevaremos al hospital Shikon cuando despiertes… probablemente mañana en la mañana."

Ella sonrió y tomó la mano de Kagome antes de salir lentamente del pabellón para decirles a los otros.

------

"Cómo puedes perder un paciente!" espetó Inuyasha mientras se precipitaba por el corredor con Miroku detrás. "No son como las plumas, sabes!"

"Pero él era anciano…" discutió Miroku. "Toma vuelo muy fácilmente."

"Los pájaros toman vuelo fácilmente, Miroku. Los ancianos pensionados andan a paso de tortuga. No puede haber ido muy lejos." Inuyasha movió su cabeza. "He visto plantas crecer más rápido de lo que él puede moverse."

Él abrió la puerta de la sala de los viejos pacientes pensionados donde todos estaban reunidos. Síp… definitivamente aquí no había señales del paciente de Miroku. "Miroku… qué demonios le dijiste para hacerlo pensar que correr sería una buena idea?"

"Yo sólo entré y dije 'Sr. Takeo, tengo su crema de hemorroides' y-"

"Estoy sorprendido de que SOLO escapara." Inuyasha suspiró. "De acuerdo, tú revisa el primer y segundo piso y yo revisaré el tercero y cuarto."

"Cómo es que tienes los pisos superiores?"

"Porque son los pisos más pequeños y la cafetería estará esperando por mí cuando llegue arriba." Inuyasha se encogió de hombros mientras se alejaba, planeando ir primero a dejar unas fórmulas con Kikyo.

Él rodeó la esquina de recepción y encontró que Kikyo ya estaba abajo en manos y rodillas limpiando algún vómito… ah… las alegrías de ser una enfermera… "Kikyo, has visto al Sr. Takeo?"

"Lo único que puedo ver es una sangrienta muerte del vigilante - no se supone que él deba limpiar esta cosa?" Espetó ella, levantándose en sus pies y retirando su cabello de sus ojos.

"Como sea," él le alcanzó carpetas seleccionadas con fórmulas dentro. "Llama a los parientes más cercanos al Sr. Takeo e infórmales que se fue."

"Oh… que triste…" Kikyo sollozó de una vez.

"No - él no está muerto, sólo perdido. Podría estar con ellos." Inuyasha volteó y estuvo por ir a buscar en los pisos superiores cuando ubicó a Sango pasando por la entrada principal, usando su espalda para empujar las puertas. "Oh dios… no tú OTRA VEZ… no quiero verte por otra semana."

"Perdí mi medicina." Sango suspiró y se encogió. "El gato se la comió otra vez y ahora tenemos que traer otro gato antes de que Kohaku se dé cuenta que está muerto."

"Sigo diciendo que no soy tu-"

"-Psiquiatra, no me quejo contigo, lo sé." Sango volteó sus ojos. "Pero necesito más medicina y tengo que ver al cirujano para una operación."

"Oh… bueno Miroku debe estar vagando en este nivel por algún lado, tropezarás con él si buscas, traeré tu medicina después, de acuerdo?" Inuyasha volteó y estuvo por decirle algo a Kikyo, sólo para darse cuenta de que se había ido. Él dio un desinflado suspiro y comenzó a alejarse otra vez mientras Sango caminaba para encontrar a Miroku.

Después de buscar en los pisos superiores por un rato finalmente encontró su destino en la cafetería y estuvo por ordenarse un agradable plato de ramen fresco cuando ubicó a cierto hombre senil sentado cerca a la ventana. Inuyasha suspiró y bajó su bandeja y avanzó hacia él. Por qué el hombre estaba sentado en la ventana era un misterio, ya que era tan ciego como un murciélago y dos veces tan loco.

Él se detuvo detrás del anciano y lentamente colocó una mano en su hombro. El Sr. Takeo levantó la vista ciegamente. "Eres tú, muerte?"

"Sí, estoy aquí para decirte tomar tu crema o estás muerto." Dijo Inuyasha planamente.

Al menos el hombre vio a través de eso. "No deberías burlar a tus mayores, muchacho."

"Quién dijo que estaba burlándome…?" dijo Inuyasha en un oscuro tono amenazador.

"Oh, ja ja." Respondió Takeo sarcástico.

"Vamos, tienes que recibir tu crema de Miroku, a menos que realmente QUIERAS que te saquen las maltosas por el resto de tu vida."

"Dramático cabrón." Gruñó Takeo, pero se levantó y dejó a Inuyasha guiarlo hacia el ascensor.

"Espero que aprecies esto. Estoy renunciando a mis horas de almuerzo por ti y tus ilusiones." Dijo Inuyasha mientras alcanzaban la recepción. Kikyo estaba de regreso y había terminado de limpiar el desastre y había colocado una señal de 'piso húmedo' en el derrame. "Kikyo, lleva a Takeo con Miroku - debe estar con Sango en la sala de revisión."

Kikyo asintió y amablemente le ofreció su brazo al anciano caballero para guiarlo.

En cuanto habían comenzado a ir por el corredor, Sango salió precipitada por el otro lado con Miroku persiguiéndola. "Sango! No es lo que parece!"

"Oh seguro!" Gritó Sango sobre su hombro.

"Oh vamos!" gritó Inuyasha a las voces altas. "Esto es un hospital, no una casa de ópera!"

"Sólo estaba buscando al Sr. Takeo!" Gritó Miroku tras ella.

"Por la garganta de esa enfermera!"

"Sí… quiero decir… no…" Miroku se detuvo. "Oye, quieres una cirugía o no!"

"Creo que encontraré a alguien más en quien pueda confiar mientras estoy inconsciente." Gritó Sango y salió por las puertas.

Miroku permaneció mirándola antes de que el sonido de lentos y deliberados aplausos pudiera ser escuchado tras él. Volteó para encontrar a Inuyasha dándole una plana mirada. "Tranquilo, Romeo."

"Una enfermera… eso es más de lo que tú tendrás, Inuyasha." Miroku sonrió antes de retirarse para ver al Sr. Takeo.

Inuyasha le frunció el entrecejo antes de preguntarse qué había estado haciendo antes de que Miroku lo hubiera sacado arrastrando de sus asuntos. Oh sí - almorzando!

Antes de irse, se aseguró de que su provisión de plumas aún fuera alta al tomar un par más de las de Kikyo y regresar al elevador. Salió en el piso superior y entró en la cafetería principal. Se sorprendió de ver que Kikyo de alguna forma lo había vencido y había logrado cambiarse su uniforme. Probablemente iba a casa ahora que su turno había terminado, pero planeaba primero tener comida gratis.

Estaba agachada ante el dispensador de agua, halando la pestaña para permitirle al pequeño chorro llenar su taza. El mostrador de las bandejas estaba al lado del dispensador así que tuvo que ir hacia ella.

"Bonito cabello, pagaste por eso personalmente o es 'todo natural'?" remarcó Inuyasha cuando la alcanzó. Ella levantó su mirada y lo miró.

"Perdón?" ella sonrió levemente.

"Y desde cuándo usas rojo los domingos?" Él miró su top de algodón rojo y blue jeans. "Algo especial planeado para esta noche?"

"Es divertido que preguntes." Ella asintió lentamente, manteniendo su sonrisa. "Planeé ir a la universidad esta noche pero ciertos doctores continúan diciendo que desde que estoy inestable, necesito ser observada las veinticuatro horas del día."

Ahora Inuyasha estaba confundido. "Qué?"

"Inuyasha!"

Él volteó ante el sonido de la voz de Kikyo y vio a la verdadera joven dirigirse hacia él usando su usual vestido blanco de enfermera bordado con rosa suave. "Llamé a los laboratorios pero no tenían las pruebas hechas para el martes."

Inuyasha miró a la joven y se dio cuenta de su error. "Esto es extraño…"

"Hola, soy Kagome." Kagome extendió su mano para que él la tomara y se dio cuenta de que tenía una aguja intravenosa vendada a ella. "Soy una paciente."

"Inuyasha…" él tomó su mano. "Soy un… espera… esto es muy extraño, ustedes dos son como hermanas?"

Kikyo y Kagome se miraron mutuamente, y luego a él. "Nunca la conocí antes en mi vida." Respondieron ambas al mismo tiempo.

Rápidamente Inuyasha retrocedió. "Creo que tomaré una contraseña para el almuerzo." Dijo él antes de escapar rápidamente. No necesitaba tratar con DOS tontas aquí.

"Linda mano, apuesto que duele." Comentó Kikyo sobre la mano ligeramente hinchada de Kagome.

"Picada por una abeja."

"Alergia a las abejas?" Kikyo frunció con una sonrisa levemente arrogante. "Seguramente esa no es causa suficiente para venir a un hospital PRIVADO."

Kagome levantó una ceja ante su tono. "A la picadura de abeja? No soy alérgica a las abejas y nunca lo seré. El ácido insertado en la incisión pareció disparar una reacción química en el plasma de mi torrente sanguíneo el cual llevó a intrusiones en el cerebro que causaron pérdidas del conocimiento, amnesia a corto plazo y estado comatoso."

Kikyo la miró. "Qué?"

"Pero sólo eres una enfermera, no espero que sepas eso." Kagome sonrió protectora.

Kikyo ignoró el resoplido de Inuyasha cerca de donde estaba comiendo su ramen. Obviamente su hambre había ganado sobre esa contraseña. Ella se sonrojó levemente y se retiró. Era una vieja batalla entre enfermeras y doctores y NO le gustó que esta joven aparecida la hubiera puesto en evidencia en frente de un doctor… Inuyasha nada menos…

Kagome la observó alejarse y suspiró. "Debió ser algo que dije…"

Finalmente tomó su vaso de agua y fue a recoger su comida, ya que iba a hacer tanto uso de su tiempo libre como pudiera. Su nuevo doctor la quería de vuelta en su cama en un cuarto de hora para practicar más exámenes.

Ella se acercó al lado de Inuyasha y sonrió. "Por qué la pregunta sobre si iba a algún lugar especial esta noche?"

"Obviamente pensé que eras Kikyo." Él se movió ligeramente por la fila, lejos de ella.

"Ooh… intereses amorosos en la enfermera. Hm, qué interesante." Kagome asintió. "Y cliché."

La idea de él y Kikyo enamorados era… muy divertida en realidad y tuvo que sonreír.

"De nuevo, tal vez no." Kagome lo miró. "Entonces, por qué estás aquí?"

"Aquí?" él la miró y rápidamente se dio cuenta que pensaba que también era un paciente. "No, aquí soy un doctor."

Kagome parpadeó doble antes de reír. "No, seriamente, por qué estás aquí?"

Él frunció sus ojos con una apretada sonrisa. "Estoy dentro… por un largo tiempo… más del que me gustaría, gracias. Así que puedes sacar tu nariz de mis problemas. De acuerdo, dulzura?"

"Ooh… amargado…" Kagome revisó su reloj y suspiró. "Bueno, mejor me voy ahora, tengo gente importante que ver. Adiós, doctor Inuyasha."

Ella agarró un sándwich y caminó hacia el elevador. Inuyasha sólo se sonó indignado cuando se había ido e imitó su voz. "Adiós, doctor!"

Grandioso, ahora estaba recibiendo insolencias de pacientes que no eran suyos…

------

"Inuyasha - puedo tener una palabra contigo un momento?"

Él volteó ante el sonido de su nombre, a punto de decirle a quien fuera, perderse porque estaba ocupado - antes de darse cuenta que era el Dr. Hatsuyo, y decirle perderse era una mala idea. Además, tenía que ser el único hombre en el hospital que Inuyasha aún respetaba. "Seguro… pero mejor que sea rápido."

El viejo doctor lo invitó a seguir y cerró la puerta de una habitación de la que había salido. "Bien, sabes que me retiro en unos días y quiero que tú… qué pasa?"

Inuyasha estaba mirando por el delgado vidrio en la puerta hacia la cama dentro. Abrió su boca pero estaba perdido de palabras. Era cuálerasunombre… Kagome o algo así… "Qué le pasó?"

"Oh - es una nueva paciente mía. Extraño parecido con la Srta. Kikyo, no es así?" el Doctor asintió.

"Espantosamente similar." Inuyasha frunció el entrecejo. "Qué pasa con ella? La conocí esta mañana… se veía bien entonces…"

"Oh sí, parece haber desarrollado un trastorno… se mantiene entrando en comas, y cada uno parece más largo que el último."

Inuyasha estaba mudo. La irritante, irrespetuosa y despreocupada niña ahora estaba en coma…

Pasó un momento antes de que Inuyasha se diera cuenta de que el doctor Hatsuyo estaba hablando de nuevo. "Huh?"

"Dije, harás eso por mi?" preguntó otra vez el Dr. Hatsuyo.

Inuyasha lo miró vaciamente antes de encogerse. "Seguro, como sea."

"Eres una estrella, Inuyasha." El Dr. Hatsuyo lo golpeó en el hombro antes de retirarse.

Inuyasha continuó mirando preocupado por la ventana. Realmente nunca había escuchado de un caso como este. Entre comas ella parecía estar bien… pero obviamente pasaba algo serio con ella.

Con un suave suspiro decidió sacarla de su mente e ir a dejar esas fórmulas con Kikyo otra vez. Presionado por el tiempo, como lo estaba con frecuencia, caminó mientras llenaba un par. Él alcanzó la recepción sin mirar. "Kikyo, tú-"

"Ocupada!" dijo ella rápidamente mientras huía.

Inuyasha levantó la vista cuando ella lo pasó y se preguntó a dónde habría ido. "Qué?"

"Inuyasha - sé que tú tienes ese CD!" gritó Miroku mientras se precipitaba por el corredor hacia él. Inuyasha sólo regresó a marcar sus fórmulas, esperando que llegara.

Miroku frunció cuando Inuyasha no levantó la vista. "He revisado con todos los demás y a ellos no les gusta Tom Jones - así que tiene que ser - mierda!"

Él se resbaló en el húmedo piso que Kikyo había estado restregando desde esa mañana (tenía un fetiche con la higiene) y aterrizó sobre su espalda. Calmadamente Inuyasha se dio cuenta del golpe y se paró sobre él en su camino de regreso a su sala. "Kikyo - necesitas limpiar otra vez!" gritó él sin levantar la vista.

Pero aunque estaba ocupado anotando cosas en la fórmula, caminando, y pensando en cómo iba a persuadir a Sango de aceptar a Miroku como cirujano… por alguna razón no podía sacar a esa joven en coma de su cabeza…

------

Continuará…

------

Nota de Inu: Bueno, bueno, bueno… jeje… q bien q les haya gustado esta nueva historia de Rozefire, mil gracias por esas lindas palabras, son en verdad muy bien recibidas… me alegra de nuevo estar haciéndoles llegar este trabajo junto a IR-CHAN, el cual espero sigan disfrutando hasta el final… para todos un saludo muy especial, muchos besos y porfis, se me cuidan mucho… nosotras seguiremos dando lo mejor para todos ustedes… Hasta una próxima entrega… Bye!

Nota de Ir chan: Bueno xD me da mucho gusto que haya gente que siga leyendo nuestras traducciones, y bueno…como se habrán dado cuenta he estado respondiendo los reviews de las personas que tienen cuenta en y bueno espero que sigan dejando más reviews, aunque no lo crean nos da mucho gusto leerlos.