28 Días

(28 Days)

Por Rozefire

Traducido por Inuhanya e IR-CHAN

Disclaimer: No poseo a Inuyasha… pero estoy bien con eso en tanto como Rumiko Takahashi señale que ella no posee mis propios personajes… Hah… eso es creíble…

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Capítulo 3

Destrozados

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"Y por cuánto tiempo ha pasado?" Le preguntó Kikyo a la madre de Shippo mientras se agachaba ante él y realizaba la revisión de costumbre, sintiendo sus glándulas y mirando su boca.

"Dos años…" su madre suspiró. "Estaba así cuando lo adoptamos del orfanato. La matrona dijo que comenzaría a hablar de nuevo en unas semanas, tal vez meses… pero no ha dicho una palabra."

"Hm… bueno estoy segura que nuestro psiquiatra podrá ayudarlo." Kikyo sonrió y palmeó la cabeza de Shippo. "Es especialista en niños."

"Y si no puede ayudar?"

"Entonces… le sugeriré ir con un doctor privado para más tratamiento. Pero no me preocuparía, Sra. Kitsune, he visto casos como este antes y nunca es permanente. Ahora - le importaría firmar una de estas formas?"

La mujer asintió y se inclinó contra el mostrador para llenar las casillas, necesitando a Kikyo para ayudarla porque había muchas preguntas y páginas. Shippo miró alrededor calmadamente, permaneciendo pacientemente detrás de su nueva madre.

No pasó mucho antes de que Inuyasha llegara a dejar las formas de su último paciente. "Nada sino formas y palabras delicadas estos días…" gruñó él para sí mientras las tiraba en su bandeja y volteaba para irse cuando un repartidor silbó para captar la atención de alguien. Inuyasha volteó sus ojos. Era la usual broma del perro… silbido para el doctor Inu!

"Oye, Dogtor!" llamó el repartidor. (Dog perro)

Inuyasha volteó lentamente y le dio una mirada que podría haber marchitado un edificio. "Sí, qué?" espetó él cortamente.

"Entrega de los laboratorios central." El chico extendió una caja para él. Inuyasha suspiró, dejó caer sus carpetas en el escritorio y se movió para tomarlo. "También necesita firmar por él."

Inuyasha le arrebató el tablero con la forma para firmas y extendió su otra mano por una pluma para firmar. El repartidor sólo se encogió, obviamente con las manos vacías. "Típico." Remarcó Inuyasha, buscando en sus bolsillos por el bolígrafo pero falló. "Espera un minuto."

Él regresó al escritorio y escarbó entre el papeleo cuidadosamente guardado de Kikyo en su búsqueda por una pluma, pero sabía que había agarrado la mayoría de los suyos y el único que tenía estaba siendo utilizado por la mujer con el pequeño niño. "Oye niño, tienes una pluma?"

"Sí, seguro, lo quieres?" Shippo sacó uno de su bolsillo y lo levantó.

"Gracias." Dijo Inuyasha distraído mientras lo tomaba y regresaba con el repartidor para firmar por el paquete.

Mientras tanto, Kikyo y la madre de Shippo estaban mirando a Shippo o a Inuyasha con amplia maravilla. "Bueno yo…"

Inuyasha golpeó la tabla en el pecho del repartidor y tomó el paquete mientras comenzaba a abrirlo. "En lo futuro, este paquete se supone que debía estar aquí ayer. Si llegas tarde otra vez tendré que decirle a tu jefe de esto… y señalar el hecho de que tenías tu gorra como un marica, entiendes?"

El hombre asintió rápidamente y corrió.

La madre de Shippo estaba perpleja. "Este es su psiquiatra? Es asombroso!"

"Oh no… a él sólo le gustan los niños… y a los niños también les agrada." Kikyo sonrió forzadamente. "Verdad, Inuyasha?"

"Mm." Inuyasha tarareó sin compromiso mientras intentaba ver dentro de la caja que había sido entregada, sin poder ser acusado en realidad de abrirla.

"Esto es increíble." Su madre se agachó ante Shippo y colocó sus manos en sus hombros. "Di algo otra vez."

Shippo sólo la miró, luciendo listo y alerta pero sin decir nada en realidad. Su madre suspiró y se levantó. "Gracias por aceptar ayudarlo, doctor."

"Qué?" Inuyasha casi deja caer el paquete.

Kikyo intervino rápidamente. "Quiero decir - porque eres tan bueno con los niños y todo-"

"Qué?" repitió Inuyasha.

"Y eres la primera persona en haberlo hecho hablar." Dijo la Sra. Kitsune, observando a su hijo adoptado con esperanza.

"Qué!"

"Lo harás, verdad?" urgió Kikyo.

Los tres miraron a Inuyasha con resplandeciente esperanza y súplica. Inuyasha desvió un ojo hacia el pequeño mocoso y volteó para irse. "No."

"Oye, Inuyasha!" Kikyo lo urgió a regresar. "Cómo puedes decirle 'no' a esa cara?"

Ambos miraron al pequeño niño pero Inuyasha fue rápido en desviar su mirada. "No los mires directo a los ojos."

"Oh vamos." Kikyo juntó sus manos.

No parecía que iba a ser fácil salir de esto. "Bien… ve… añade otro paciente a mi larga lista…"

"Gracias!" Enfermera y madre dijeron con alivio.

"Espero que estés feliz." Gruñó Inuyasha. "Porque por él algunos pacientes con necesidades mas urgentes podrían morir porque tienen que esperar más tiempo!"

Kikyo le sonrió a la mujer. "No puede esperar para comenzar." Tradujo por él.

Inuyasha sólo murmuró algo rudo y volteó hacia el paquete para ver para quien era. Era para el Dr. Hatsuyo y definitivamente parecía como los resultados de alguna prueba de sangre u otra. Bueno, desde que el viejo estaba muy ocupado para ir a recepción, podría ir a dejarlo.

"Gracias otra vez, Doctor!" Dijo la madre de Shippo tras él.

"Sí." Murmuró Inuyasha bajo su respiración. "Muérdeme."

Como lo había esperado, el viejo doctor estaba en su oficina, aún ocupado limpiando sus viejos trastos y desocupando completamente para tomar su retiro en el Mediterráneo. Cabrón afortunado.

Él no se molestó en tocar y sólo entró, pasando por las pilas de cajas para alcanzar al doctor que estaba escribiendo un reporte en su escritorio. "Doctor Hatsuyo, tiene un paquete." Anunció él.

"Oh gracias, Inuyasha." El Dr. Hatsuyo tomó el paquete con una agradecida sonrisa y comenzó a abrirlo. "Espera - antes de que te vayas, puedo decir algo?"

"Depende…" Inuyasha se movió incómodo. "Qué quiere decir?"

"Sabes que siempre te he apreciado como un buen estudiante, especialmente por la tutoría privada y todo. Estás sobre el resto de los otros candidatos en las universidades."

Inuyasha no dijo nada. Realmente no le gustaba ser alabado, lo hacía sentir incómodo al final.

"Y sabes que un doctor experimentado como yo - tiene muchos pacientes de los que todavía necesito ocuparme - pero infortunadamente no podré hacerlo si estoy en el sur de Francia." Dijo él mientras sacaba algunos acetatos del paquete al igual que algunos reportes. Por un momento detuvo su discurso mientras analizaba lo que mostraban los resultados. De hecho, permaneció callado por tanto tiempo que Inuyasha pensó que podría haber olvidado que estaba ahí.

"De cualquier forma, como estaba diciendo, tengo uno o dos pacientes que me gustaría entregarte." El Dr. Hatsuyo levantó la vista de repente.

"Oh mierda…"

"Pasa algo, Inuyasha?"

"Sabe cuantos pacientes tengo ahora?" Inuyasha suspiró. "Voy media hora tarde mientras hablamos - hay tantos lugares en los que puedo estar a la vez y ahora mismo debería estar llamando a uno de mis pacientes para hacerle una cirugía en los nervios de sus brazos."

"Eso es por qué Kikyo es la enfermera." El Dr. Hatsuyo simplemente se encogió. "Ella puede reorganizar tus citas para ajustar tu agenda."

"Oh sí, colocará todos los pacientes con cortaduras de papel primero y los de leucemia después." Inuyasha volteó sus ojos.

"Si ella no es tan buena en su trabajo debería ser despedida. Y sólo quiero que recibas un paciente."

"Eso es todo."

"Ella es especial."

Inuyasha estaba en silencio mientras esperaba a que el Dr. Hatsuyo continuara.

"Su nombre es Kagome Higurashi, la viste el otro día y aceptaste recibirla, o no?"

"Qué?" Esa debe haber sido la séptima vez hoy que decía eso.

"Durante una de tus ausencias?" Sonrió el Dr. Hatsuyo. "No te preocupes, ella no es mucha lata, podrás con ella. Después de todo es sólo una jovencita. Te he visto manejar cuerpos maníacos esquizofrénicos con una cabeza lo fría suficiente, estoy seguro que puedes manejar a una joven."

"De acuerdo…" Qué tan difícil podría ser?

"Genial." El Dr. Hatsuyo colocó los resultados de los exámenes en las manos de Inuyasha. "Aquí está lo que necesitas y revisa con mi asistente si necesitas algo más. Buena suerte!"

"De acuerdo…" Inuyasha asintió lentamente y volteó para irse.

Lo último que necesitaba era otro paciente, y no quería confiar mucho en Kikyo para conseguir sus citas. Por qué el Dr. Hatsuyo no podía darle este paciente a alguien más?

Pero otra vez, podría no haber sido algo malo desde que ella parecía tener un… carácter interesante, aunque no tenía idea de lo que pasaba con ella.

Fuera de curiosidad, abrió el archivo de los resultados y escaneó la página. La mayoría era cháchara técnica que aún tenía problemas en entender algunas veces. Todo en lo que necesitaba enfocarse estaba pasando todos los bloques de texto y las tablas y gráficos. Por uno minutos, caminó lentamente por los corredores hacia su sala de consulta por su próximo paciente, mientras analizaba los resultados.

De repente, se detuvo en seco y fue ante lo que había leído. Lo leyó otra vez sólo para asegurarse antes de gruñir de repente y arrugar las pruebas en sus puños. En cuestión de segundos regresó por donde había venido e irrumpió en la oficina del Dr. Hatsuyo. "Bastardo!"

El Dr. Hatsuyo volteó para encararlo. "Hay algún problema?"

"Un problema! Me has dado un paciente moribundo!" Inuyasha le tiró furioso los resultados. "Lo sabías todo! Y tú ME la diste!"

"Es MI culpa de que ella esté muriendo?" Espetó Hatsuyo.

"Tiene un virus en su torrente sanguíneo - cómo demonios es eso posible de una picadura de abeja?"

"Una nueva especie de abeja." Hatsuyo se encogió de hombros. "Similar a la malaria."

"Está consumiendo sus glóbulos rojos…" Inuyasha le gruñó. "Morirá en un mes… dale o quítale unos días."

Hatsuyo suspiró profundamente y se levantó para imponerse sobre Inuyasha, recordándole parcialmente que ÉL era el hombre más alto en esa habitación. "La gente muere todos los días Inuyasha. Una de cada tres personas que llegan a este hospital muere en algún momento. Has sido afortunado. No has tenido tu parte en las otras dos personas que viven y van a casa."

Inuyasha le gruñó más fuerte.

"Pero… creo que es tiempo de que te des cuenta que tu trabajo no siempre va a ser para salvar personas."

"Estás tratando de decirme que esta es la parte de mi trabajo donde yo observo a mis pacientes morir lenta y dolorosamente?" Siseó Inuyasha sarcástico.

"No… esta es la parte de tu trabajo donde los ayudas… pero no los salvas." El Dr. Hatsuyo suspiró otra vez. "Te escogí porque eres el mejor estudiante que he tenido. Podrías curar el cáncer si pones tu mente en eso… tal vez puedas curar a esta joven."

"Tal vez debas sacar tu cabeza de tu trasero y mirar los resultados apropiadamente!" Espetó Inuyasha. "No puedo salvarla! Por qué me la diste!"

"Porque odias a tus pacientes!" Espetó Hatsuyo de repente.

"No seas estúpido!"

"Tú los atiendes y los echas - todos los días." El anciano lo miró fríamente. "Tienes que aprender a manejarlos - SON personas, sabes."

"Lo sé!"

"Entonces por qué necesito decirte esto!"

"Por qué sientes la necesidad de que tienes que decirme eso!"

"Toma a la joven Inuyasha, cuídala y asegúrate de que sea feliz mientras esté aquí. No podrá ir a casa con un virus como ese así que pasará lo último de su vida aquí… vas a asegurarte de que sea feliz."

"Es de MI del que estamos hablando. Por qué no puedes dársela a alguien más - dame uno de tus pacientes que vivirá!"

"No!"

"Sí!"

"Ya le he asignado mis pacientes a otros doctores capaces. Te di este porque siento que eres el único lo bueno suficiente para encontrar un tratamiento para ella." El Dr. Hatsuyo frunció. "Además, si quieres volverte un doctor brillante entonces debes aprender a tratar con tus pacientes moribundos."

"No puedo creer que estés haciéndome esto…" Inuyasha apretó sus puños. "Ella morirá en un mes - nada - menos de un mes! Esas pruebas fueron realizadas hace dos días - tiene un estimado de veintiocho días para vivir y tengo que decírselo a ella y a su familia!"

"Buena suerte." Hatsuyo asintió. "Bien, no estás retrasado con tus rondas? Muévete."

Inuyasha casi fue sacado de la oficina y la puerta fue cerrada a pulgadas de su nariz. Inuyasha gruñó y golpeó la puerta furioso. "Muchas gracias!"

Después de fruncir el ceño y echar humo furioso decidió que realmente era mejor moverse si quería mantenerse en la cima del trabajo. Bajó a la recepción para recoger al próximo paciente.

"Kikyo, quién es el siguiente?" preguntó él sin rodeos cuando llegó.

Sintiendo que estaba de peor humor que lo usual ella fue directo al grano. "Sango vino pero se fue a casa otra vez porque la dejaste esperando media hora. Dijo algo sobre necesitar regresar el gato nuevo y llevar otro antes de que Kohaku llegue a casa y pudiera ver la diferencia."

"Como sea…"

"Así que tienes media hora libre hasta que llegue el próximo paciente viendo que Sango canceló."

"Mi corazón está volando."

"No hay necesidad del sarcasmo, Inuyasha." Kikyo suspiró y sonrió cuando una pareja llegó a la entrada. "Hola."

"Hola, somos los Tokio, estamos aquí para recoger las fotos de nuestro bebé." Dijo la mujer, sonriendo y sosteniendo una mano protectoramente sobre su estómago mientras el esposo tomaba su mano y sonreía.

"Por supuesto - quién fue su doctor?"

"Él." La mujer volteó hacia Inuyasha quien levantó la vista, asombrado por un momento.

"Oh sí…" De repente Inuyasha sonrió lentamente. "El bebé…"

"Dijo que tendría las fotos del ultrasonido que hizo el lunes pasado." La mujer sonrió.

"También tengo los resultados de la prueba de fertilidad de su esposo." Dijo Inuyasha sin rodeos y comenzó a alejarse. "Lo siento, él es estéril, no es el padre, que tengan un buen día."

Él dejó estallar la tercera guerra mundial atrás mientras iba en busca del paciente del Dr. Hatsuyo. Lo había olvidado un segundo atrás, pero tal vez debía concentrarse en hacerlo bien esta vez. Entró en la habitación sin golpear y la familia volteó para verlo. La madre de la joven frunció. "Estás perdido, joven?"

Inuyasha suspiró y contuvo la urgencia de voltear sus ojos. "No, soy un doctor, mi nombre es Inuyasha y como el Dr. Hatsuyo se retira pronto me ha dado la custodia de su paciente."

La mujer de mediana edad y el anciano en la habitación intercambiaron miradas de repente que claramente decían que tenían dudas. Inuyasha no se molestó en contener la volteada de ojos. "Saldrían, me gustaría hablarles - el niño puede quedarse aquí."

Él no le soltaría las noticias al niño como a los adultos ya que era trabajo de los padres enseñarles a los hijos sobre la muerte, no a los doctores. Inuyasha salió rápidamente pero claramente escuchó el rápido intercambio en la habitación tras él.

"Esto es ridículo!" Siseó la madre calmadamente. "Tiene casi la mitad de mi edad."

"No puede estar calificado."

Eso estaba bien, entendía. Realmente no le molestaba ya que usualmente se comían sus palabras más tarde. Finalmente, ellos se le unieron afuera e Inuyasha cruzó sus brazos y trató de pensar lo mejor para decir esto.

"Está consciente de que a su hija le sacaron sangre para examinar hace dos días, verdad?" Inuyasha frunció.

"Sí," asintió la Sra. Higurashi con un ceño fruncido suyo, claramente frustrada y ansiosa.

"Recibí los resultados hace un momento… y siento decir que no son buenas noticias."

Ambos adultos inhalaron rápidamente y lucieron aún más preocupados que antes. "Qué tan malas son?"

"Kagome tiene un virus… uno maligno que se está expandiendo por su cuerpo." Él no iba a entrar en detalles o descripciones porque no lo entenderían. "El virus se extenderá por sus sistemas y afectará las células en sus músculos, al paso actual de acción del virus… él… dañará su cuerpo irremediablemente en menos de un mes… veintiocho días a lo máximo."

"Qué significa eso?" preguntó la Sra. Higurashi, una mirada golpeada en su rostro.

"Significa…" esta era la primera vez que tenía que decírselo a alguien… tenía que escoger sus palabras cuidadosamente. "Su hija sólo tiene veintiocho días de vida… lo siento…"

Por un momento no dijeron nada.

"Eso no es posible, está mintiendo." Su madre rápidamente comenzó a sacudir su cabeza. "Quién demonios es para decir eso!"

"Un doctor, qué parece?" Sólo había mucho que su paciencia podía manejar, y estaba lo estresado suficiente como estaba.

"Ella no puede estar muriendo." El abuelo también estaba moviendo su cabeza. "Queremos al antiguo doctor."

"El antiguo doctor no puede hacer nada por ella ahora - así que están conmigo." Inuyasha sabía que mejor se iba antes de que lo absorbieran con la culpa de esto. "Lo siento, tengo otro paciente que atender. Por favor piensen en lo que dije."

Él bajo por el corredor antes de que ellos pudieran intentar clavar más la culpa, no necesitaba estar es esa posición. Tan pronto como volteó la esquina se detuvo y se apoyó contra la pared donde estaba fuera de vista.

Era más difícil de que lo había pensado. Cuántas veces le habían dicho que informar a la familia de la inminente muerte de parientes era difícil y dolorosa… pero pensó que se suponía era difícil para la familia, no para el doctor. Tal vez no era un doctor tan brillante como pensaba…

Pero ahora esta joven había encabezado su lista de pacientes prioridad… y era la chica a la que no podría ayudar…

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Continuará…

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